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"ALGUNOS TEMAS TOCADOS EN EL CURSO DE MADUREZ HUMANA&qu

 
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Evangelina M. de Terrazas
Asiduo


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MensajePublicado: Sab Jun 03, 2006 8:55 am    Asunto: "ALGUNOS TEMAS TOCADOS EN EL CURSO DE MADUREZ HUMANA&qu
Tema: "ALGUNOS TEMAS TOCADOS EN EL CURSO DE MADUREZ HUMANA&qu
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Amados hermanos y hermanas en Cristo: ¡Paz en sus corazones!
Un saludo cariñoso y fraterno para todos los Formadores Católicos.

Les comparto este Tema de un Retiro de nuestro MADM, que tocan algunos puntos que vimos en el Curso de "Maduréz Humana". Tal vez nos sirvan para reafirmar y valorar más las riquezas que depositaron en nuestras manos.


TEMA Nº 38

-LA PEREZA ESPIRITUAL-


El tema siguiente, tratará sobre la pereza o flojera espiritual. Esta es como una somnolencia del alma que la incapacita para hacer el bien y reaccionar frente al mal.

Es como un entorpecimiento espiritual que lo hace aparecer todo como muy difícil, y como plagado de dificultades, lo que no exige más que un pequeño sacrificio. Así como el fervor, el celo y el entusiasmo, dan alas al alma para avanzar en los caminos de Dios; la pereza, al revés, actúa en sentido contrario y destruye toda capacidad de elevación.
Ten mucho cuidado con este defecto, pues entra insensiblemente en los espíritus, trayendo ese reposo espiritual que te dejara tranquila con tus defectos, e indiferente ante las necesidades de tu prójimo, tenlo por seguro. Además, el demonio se alegra mucho con ese estado de cosas, pues no le es difícil arrastrar a estados mucho peores a un alma que esta sumida en el letargo. Puede arrastrar hasta la anemia espiritual, la parálisis espiritual o la muerte espiritual; por consecuencia una lleva a la otra.

Por eso, trata siempre de permanecer despierto y activo. Pues, al igual que tu cuerpo necesita movimiento y gimnasia que lo vuelven ágil y apto para soportar la fatiga y el trabajo, así también tu alma necesita agilidad espiritual para elevarse hasta el cielo. La necesita para practicar las virtudes que Dios quiere que practique, y para permanecer siempre despierto, a la espera de órdenes, o al menos, atenta a ejecutar y realizar los deseos de Dios.

DESPIERTO Y ACTIVO

Recordemos la parábola que se comenta en el Evangelio: Las cinco vírgenes descuidadas y las cinco vírgenes listas (cf. Mt 25,1-13). El comportamiento de las vírgenes descuidadas, que sabiendo que el novio iba a llegar, se pusieron a dormir sin cuidado, apoyándose en la idea de que le pedirían ayuda a otro, es la verdadera imagen de las almas perezosas. Dejan que les falte a su lámpara la llama del amor, el aceite de la oración, el deseo de reunirse con el novio, la vigilancia de sus sentidos, y así, el encuentro con Dios en el último día no las encuentra preparadas.

Por eso, vigila siempre con renovado ardor sobre todo lo que mira tu vida espiritual, con precisión, con regularidad, y no descuides fácilmente todo lo que pueda llevarte al bien y a la virtud, sino que si constante y fiel en lo que te propongas.

Puedes interrumpir tus buenos hábitos, sólo cuando lo exija la caridad, la falta de salud o una verdadera necesidad. Que nunca sea por indolencia o frialdad espiritual: pues te conduciría a la tibieza, poco a poco a la indiferencia, y finalmente a la falta de fe y de amor.

Si todo esto te cuesta sacrificio, recuerda que también es una fuente de alegría, pues con justicia se ha dicho que estar con Jesús es un dulce Paraíso. En efecto, Dios nunca se deja vencer en generosidad, y al que voluntariamente se sacrifica para estar cerca de Dios, o seguir a Jesús, Dios le concede dones especiales y alegrías espirituales que comparados con los bienes pasajeros de este mundo, nada valen.
¿Te acuerdas de esas muchedumbres que, durante la vida mortal de Jesús, lo seguían durante tres días, sedientas de verdad, sin comer? Pues bien, El sentía por ellas una compasión tan grande que se veía obligado a hacer milagros. Esas almas, ávidas de Sus palabras, Lo conmovían.

SE ENSANCHA SU CORAZÓN

Así es como Él se porta siempre con los que lo desean y lo siguen. El deseo que Él tiene de quejarse por nuestra falta de amor y de establecer su morada junto a nosotros, junto a los hombres, junto a ti; es tan inmenso que, cada vez que nosotros manifestamos un deseo semejante al Suyo, su corazón se ensancha y Él siente una gran alegría en complacernos.

Recuerda sus palabras antes de celebrar la última Pascua de su vida mortal: "Ardientemente he deseado comer esta Pascua con ustedes" (Lc 22,15). Lo decía sabiendo sin embargo, con qué se encontraría. Pero el deseo de unirse más íntimamente a los hombres por la Eucaristía, es tan grande que, los más crueles sufrimientos no los puede sofocar.
Oh, si tuviéramos aunque fuese una pálida idea de su Amor por nosotros, nada nos retendría para correr y volar a su encuentro.

Seamos pues, perseverantes en el camino del bien. Impongamos a nuestro cuerpo lo que es bueno para el alma, aunque a veces se rebele.
Tú sabes que tu cuerpo nunca estará contento con lo que le das; siempre te pedirá algo más, una mayor satisfacción, un reposo más prolongado, una comida o bebida más exquisita, y estará siempre insatisfecho. Así pues, mientras mas le das, menos te rendirá y será cada vez más incapaz de ayudar a tu alma a elevarse a Dios. No se puede ir a la oración con el estómago satisfecho, ya que la incomodidad que sentirás, atraerá tu atención.

El cuerpo al que se le concede todo, se torna inerte, o más sencillamente, incapaz de competir o de luchar. ¡Mira cuántos sacrificios se imponen los deportistas para triunfar! Y su corona será pasajera. (cf. 1Cor 9,24-25). La agilidad del cuerpo habituado al sacrificio, proporciona al alma la agilidad espiritual que le hace apta para ascender, luchar y vencer; y esto siempre por supuesto, con la ayuda de Dios, al que el alma debe siempre acudir.

EL SUEÑO ESPIRITUAL

Entonces no te dejes sorprender por el sueño espiritual, que es como una enfermedad. Permanece siempre en la brecha, siempre listo a emprender el vuelo, siempre listo para el encuentro con tu Celestial Esposo.
Repite diariamente: "Hoy día, voy a trabajar, orar, sufrir, por Ti, Señor. Hoy es el último día; esta tarde, tu me darás la recompensa". Podría ser el último día de tu vida, no lo sabes; pero si ese encuentro ha sido esperado y preparado, será siempre el encuentro más feliz, un encuentro de amor que durará para siempre.

-LA BONDAD-

La bondad es una virtud que nosotros deberíamos desear y practicar con todo el mundo a imitación de Dios, nuestro Padre que esta en los cielos.
En efecto, Dios es el único realmente bueno (cf. Mt 19,17). Los hombres, por lo general, realizan actos esporádicos de bondad, pues su naturaleza no está inclinada a la bondad y al bien. “La bondad es la disposición del espíritu a la indulgencia, al perdón, a la compasión, a la piedad, a la misericordia”.

El que es bueno, siente temor de ofender, no guarda rencor, abre su corazón a la confianza, no toma en cuenta su rango o las diferencias sociales. Para el alma buena, todo el mundo es igual, ricos y pobres. Desea ayudar a todo el mundo. No hay sufrimientos que no hallen eco profundo en su corazón. Quisiera ayudar a todo el mundo, enjugar todas las lágrimas, curar todas las heridas, consolar a todos los que sufren. Le atraen los niños y se alegra en su compañía, los ancianos lo buscan porque saben que los comprende.

HACER FELICES A TODOS

El hombre bueno, goza con las pequeñas cosas, se contenta con todo, todo lo acepta con gran agradecimiento, lo da todo con generosidad, nada espera a cambio. Quiere hacer felices a todos. Oculta sus lágrimas, sus preocupaciones, sus dolores, no quiere que nadie sufra por culpa de él.

Lo ve todo bueno y todo bello, y si le sucede ver algo malo, no habla de ello para no difundirlo; pide perdón a Dios por eso y encuentra en sí mismo una excusa o el motivo para excusarlo si otros hablan de eso, o bien, se calla. No lo aprueba, sino que conociendo su propia debilidad, teme al juzgar el mal, que él mismo pueda caer en lo mismo. Por eso, prefiere abstenerse de hablar.

El que es bueno de esta manera se asemeja a Dios. Digo sólo que "se asemeja" porque Dios es la Bondad absoluta y por más que el hombre se esfuerce por ser bueno, nunca podrá igualarlo. A esta bondad con todas sus cualidades requeridas enumeradas, debes tú tender, modelando tu corazón en el de Jesús. Durante el día di a menudo: "Corazón de Jesús infinitamente bueno, haz mi corazón semejante al Tuyo".

Proponte cada día a realizar algunos actos de bondad, sobre todo con esas personas que menos te atraen, por las que sientes antipatía, o por las que te han hecho algún mal. Estos actos serán como el comienzo de una larga cadena que poco a poco abarcara toda la vida.
Proponte ser siempre mas bueno que justo. Ves que el Señor no quiere ejercer la justicia en esta vida: mientras están ustedes en este mundo. El está dispuesto a usar sólo su Misericordia y si él da algún anticipo de su potencia y del terror de su justicia, sólo lo hace porque quiere invitar a todos los hombres al bien y a la conversión.

SÉ SIEMPRE BUENO

Dios ejercerá su justicia, en la otra vida, cuando dé a cada uno lo que merece. ¿Quieres, pues, adelantarte a Dios? No, no; sé siempre buena. Seamos todos buenos. Nunca nos arrepentiremos de ello.
Tenemos la costumbre de decir un proverbio que es muy justo: "Es mejor siempre recibir el mal que hacerlo" (cf. 1Ped 2,19). Y así es en realidad.

El que trata de ser bueno siempre y en todas partes, estará mas tranquilo en la vida, recibirá todas las vicisitudes con tranquilidad, tratará con calma de superar las dificultades sin hacerle a nadie la vida pesada.
La bondad es uno de los atributos de Dios, es como un rayo de un sol infinito que se llama amor. Trata de ser bueno y sentirás el calor de este rayo y de este sol, pues Dios es infinitamente bueno con todo el mundo, pero sólo los buenos sienten su ternura infinita.

Es verdad que para algunos no es difícil ser buenos, pues lo son por naturaleza, mientras que para otros es muy difícil serlo. Pero lo que cuenta es el esfuerzo que uno debe hacer continuamente, aún cuando el resultado no satisfaga. Pues el merito será proporcional al esfuerzo realizado.

Así como el Señor perdona fácilmente los defectos de carácter, a condición de que no sean descuidados en corregirlos; así también toma en cuenta el pequeño esfuerzo que hace un alma para reaccionar frente a sí misma, para domar su naturaleza, aunque no siempre tenga éxito.
Piensa que el Señor, en su inmensa bondad, hace brillar su sol para buenos y malos (cf. Mt 5,45), que llama a todos a su corazón, que quisiera estrecharlos a todos en un solo abrazo.

Imítalo, ensancha tu corazón y abraza espiritualmente a todo el mundo, deseando amar a todos y darles a todos los hombres bondad y alegría.
+ + +

Reciban todo mi amor en Cristo y Dios los bendiga en los Corazones Misericordiosos de Jesús y María.
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Evangelina


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Evangelina M. de Terrazas
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MensajePublicado: Sab Jun 03, 2006 8:59 am    Asunto: SEGUNDA PARTE DEL RETIRO
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-LA SINCERIDAD-

Aquí un tema ignorado por muchas personas que no conocen la perfección cristiana y que por eso niegan su existencia: El tema de la sinceridad.
Ser sincero, significa amar la verdad y tener el valor de decirla y de defenderla, aún a costa de perjuicios personales. La Verdad es la luz del espíritu y quien la sigue no camina en las tinieblas (cf. Jn 8,12). Jesús puede decir que es la Verdad en persona y por lo tanto la Luz del mundo.
Sus seguidores reciben de la Iglesia, su esposa, ese patrimonio espiritual que se llama la Fe. No temas a equivocarte recibiendo y manteniendo íntegra la verdad, pues es una sola y no puede cambiar.

AMAR LA VERDAD

Cree con toda tu mente y ama con todo tu corazón la verdad que es eterna como Dios. Sé semejante a la tierra firme, y no, a la bandera que se agita encima de ella y ondula a diestra y siniestra con el viento. Los mártires, que por ella han dado la vida, no han vacilado. Ni tampoco han vacilado los misioneros que por ella han dejado la patria y todas las comodidades familiares para difundirla.

Y tú, ¿Te dejarías intimidar por el primer soplo del viento en contra? ¿Te dejarías dominar por el miedo al ridículo o por la falta de aceptación de los demás? (cf. Jn 15,19) ¿El respeto humano te replegará sobre ti mismo? También Pedro se dejó intimidar por una sirvienta; mas para rehabilitarse debió derramar amargas lagrimas (cf. Mt 26,75).
Ama la verdad y mantente listo para defenderla a toda costa. Al defender la Verdad, defiendes a la Iglesia, defiendes a Jesús, que es su Jefe, defiendes a Dios que es la Verdad misma, pues la Luz viene de Él. "Que su Sí, sea Sí; que su NO, sea NO, dijo Jesús en el Evangelio (cf. Mt 5,37). Así es como deben actuar y no adaptarse a la presión del ambiente para no tener enemigos.

Jesús proclama siempre la Verdad. Lo querían apedrear, le ordenaban que se callara, pero la fuerza de la Verdad se opuso a ellos, a los jefes que simulaban estar sometidos a la Ley y a su obligación, cuando en su corazón y ocultamente, la traicionaban.

PREFERIR LA VERDAD

Jesús jamás ha ocultado la verdad, y, ¿cómo podría ocultarla si El mismo era la Verdad? APRENDE A ANTEPONER LA VERDAD A TU INTERÉS, para que su luz que ilumina tu mente, sea también conocida por otros.
No se enciende una lámpara para ocultarla bajo un cajón, sino para que ilumine la casa y a los que la habitan. Que la luz de la Verdad y de la Fe, resplandezcan en sus casas para que todos sean iluminados. Que la Verdad vivifique sus obras, que sea como su alma. (cf. Mt 5,14-16).

Sepan todos que ninguna simulación, ninguna intriga, ningún interés personal deben ser el móvil y el fin de las cosas, pues realizadas a la luz del Sol Divino, ejecutadas según su querer, no exigen otra recompensa que la de aumentar la Gloria de Dios y expandir su Luz.
Seamos veraces en nuestras vidas. La sinceridad es el amor a la Verdad. Es como su hija predilecta. Acostumbrémonos a ser sinceros aún en las cosas pequeñas (cf. Lc 16,10). Por eso hablaba al comienzo de la perfección, pues la sinceridad hasta en los menores detalles es una característica de la perfección.

Ser sinceros, no significa ser descarados o imprudentes, o faltar a la caridad, pues todo eso desagrada a el Corazón de Jesús y no acarrea ventajas espirituales a nadie.

Nosotros debemos saber llamar a cada cosa por su nombre, con sencillez, con bondad; teniendo seguridad que es así. En otras palabras que debemos estar seguros que lo que afirmamos es la verdad y no el fruto de la imaginación o de la alucinación. Amemos el estudio de las verdades eternas.

Profundicémoslas, pues la ignorancia de esas verdades, induce a cometer numerosos errores en la vida. Algunos Santos llegaron a la santidad y a la perfección, porque buscaron, invocaron y profundizaron en la Verdad.

LA VERDAD ES LUZ

Si eres competente, si conoces bien en lo que crees, podrás defender la Verdad contra los errores y combatirlos conservándola intacta, tal como Jesús nos la dio.

Entonces, sí que la Verdad nos hará libres (cf. Jn 8,32). La Verdad es Luz; quien camina en la luz es libre. El pecado es tinieblas y el que peca, tropieza en la oscuridad y pierde la libertad de caminar.
¿Cómo puede saber hacia dónde se dirige, si no puede ver? (cf. Mt 15,14).
Recordemos siempre que el amigo de la verdad tiene a Dios por Padre y que el padre de la mentira es Satanás (cf. Jn 8,44).

Si quieres tener a Dios por Padre, no mientas nunca. Incluso entre los demás, el hombre sincero es tenido en consideración. Nosotros acostumbremos llamarnos gente honrada. Quisiéramos que el mundo estuviese lleno de gente honrada que ama la Verdad como nuestra vida e incluso más que esta.
+ + +

Dios los bendiga en los Corazones Misericordiosos de Jesús y María.
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En Jesús y María
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Evangelina M. de Terrazas
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MensajePublicado: Sab Jun 03, 2006 9:04 am    Asunto: TERCERA PARTE DEL RETIRO
Tema: "ALGUNOS TEMAS TOCADOS EN EL CURSO DE MADUREZ HUMANA&qu
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-LA PRUDENCIA-

Otro tema muy importante: la virtud de la prudencia. Esta virtud es como la consecuencia de las demás, de ahí que no puede subsistir sin aquellas.

La humildad desconfía de sí misma, no se exalta, no exagera en el entusiasmo, no presume de sus fuerzas, no ostenta sus propios méritos, no se apropia de los ajenos, deja a cada cual los suyos. Si tiene que hablar de sí misma, lo hace con sinceridad, sin simulación, diciendo siempre menos que más.

La prudencia marcha paralelamente con ella. Es como su hermana inseparable. El humilde actúa con prudencia, el prudente actúa con humildad. Ser prudente quiere decir estar atento a todo para evitar los peligros que amenazan, avanzan cautelosamente en todo, pensar bien lo que se hace y evitar lo que conviene evitar. La prudencia es sabiduría. De hecho, es más propia de los adultos. Los niños, los adolescentes, los jóvenes están inclinados a ser imprudentes porque como tienen menos experiencia son menos sabios.

VIRTUD SILENCIOSA

La prudencia no hace ruido, es silenciosa, va siempre acompañada de un sentimiento de santo temor, que le hace ser precavida al difundir novedades. Prefiere hablar poco que demasiado.
La prudencia es la virtud requerida, incluso indispensable, para quien dirige. Es mejor reflexionar y ser prudente, que dejarse llevar por el entusiasmo y ser imprudente. Se puede ser imprudente al hablar y sus palabras pueden provocar inquietud, malestar, disgustos en quienes las oyen.

Las palabras imprudentes pueden engendrar escándalos, perturbar y trastornar las conciencias, quitar la paz a quienes escuchan.
Por una imprudencia al referir noticias que deberían haber permanecido secretas, se han producido desgracias memorables. Acuérdense de los espías durante la guerra. Pues bien, recogían las noticias que los imprudentes dejaban filtrar de boca en boca.

Con palabras imprudentes se puede destruir la felicidad de un individuo, de una familia, y de naciones enteras. No en vano la prudencia es una de las virtudes cardinales. En realidad, pues, es la base del edificio espiritual. Es uno de los fundamentos en que reposa la perfección cristiana.

Se puede ser prudente al actuar. El que es imprudente en este sentido, es un precipitado. No pondera las cosas. Quiere ver inmediatamente el éxito. Con facilidad edifica y con la misma facilidad destruye. Del mismo modo que se entusiasma, se descorazona, y podría mencionarte numerosas consecuencias de este defecto que, donde reina, hace un mal enorme. La virtud de la prudencia es una virtud cardinal, es como una columna que mantiene el edificio espiritual. Así como en una casa, si quitas la columna que la sostiene, aquella cae, así también al suprimir la prudencia se derrumba todo y se produce un verdadero desastre espiritual.

Ama mucho esta virtud, a la que se nombra pero que poco se practica porque nosotros no nos hemos dado cuenta de su utilidad; pidámosela como un don a Maria Santísima que es llamada Virgen Prudentísima y a San José que fue el hombre prudente por excelencia (cf. Sab 8,7).

DEJABAN ACTUAR A DIOS

Bastaría que quisieses recorrer por un instante la vida de estas dos criaturas para comprobar cómo la prudencia se manifiesta en cada uno de sus actos, en cada una de sus palabras. Cuantas cosas podrían haber dicho ellos que custodiaban la Sabiduría Encarnada.

Pero la prudencia les sugería silencio. Tal vez habrían podido recibir honores y aplausos; prefirieron en cambio, recibir humillaciones, callarse y ser prudentes. Dejaban actuar a Dios en su lugar. Dejaban que Dios los defendiese, que Dios hablase, que iluminase todos los acontecimientos.
Eso es la prudencia, no fiarse nunca de sí mismo. Dejar actuar a Dios en nosotros. Dejar que él conduzca los diferentes sucesos de nuestra vida y ponerse a sus órdenes. Por eso, sé prudente, lo que quiere decir, sé humilde.

Sé prudente, es decir, sé sabio. Sé prudente, es decir, sé obediente. Sé prudente, es decir, aprende a dominar tu lengua y tus emociones. Sé prudente, es decir, abandónate a Dios, cumpliendo sus órdenes en paz, con amor, con sinceridad, con serenidad y alegría.
Ahí tienes brevemente resumidas para ti las virtudes y cualidades que caminan junto con la prudencia, que tienes que tener y enseñar.

-LA SENCILLEZ-

Tratamos ahora la virtud de la sencillez, es una virtud muy querida al corazón de Jesús, porque es la característica de los niñitos.
Así como los niños nos atraen y nos conquistan con sus modales sencillos e ingenuos, así también a Dios le encanta ver esta cualidad en todos, pues Jesús nos dijo durante su vida mortal "Si no son como niños, no entraran en el Reino de los Cielos" (cf. Mt 18,3). Ser sencillo significa, además, asemejarse a los Ángeles que, siendo espíritus, son sencillos por naturaleza.

Lo contrario de la sencillez, es ser complicado, es decir, hacer las cosas más difíciles, más dificultosas, más voluminosas. En el Evangelio, se hace una comparación para establecer el grado de la sencillez. Dice: "Sean sencillos como las palomas" (Mt 10,16). Tú ves, en efecto, a estas aves saltar en las calles, recoger el grano que les lanzan manos compasivas y volar a los techos. Se juntan voluntariamente en grupos, evitan el barro y la basura. Lidian con los niños, por los cuales se dejan acariciar y en cuyas manos aceptan sin temor su alimento.

VIVIR CONFIADOS

Así tienen que comportarse, con el prójimo y con Dios, el alma deseosa de conquistar esta virtud. Vivir confiada. Esto no quiere decir que hay que ser crédula, sino que hay que saber descubrir el bien en los que nos rodean, las virtudes del prójimo o, al menos, la buena voluntad por conseguirlas.

Ningún individuo está desprovisto completamente de algo bueno, aún cuando exista en todos la tendencia al mal, la capacidad para cometerlos y defectos evidentes u ocultos.
La sencillez consiste en tomar al prójimo tal como es, con sus virtudes y sus defectos, admirando e imitando las primeras, soportando sus defectos, de los cuales nadie esta libre.

Además, en el Evangelio: "Si tu ojo es sencillo, todo tu cuerpo estará iluminado, porque la sencillez es también pureza" (cf. Mt 6,22), todo es puro para los puros. La sencillez te ayuda a vivir con más serenidad. Por medio de esta virtud, tú vives al día, superando una tras otra las más grandes dificultades que otras personas harían trágicas.
Si piensas en el porvenir, tiemblas de miedo, pues imaginas el mal que te puede suceder y sufres por ello. Mas, si eres sencilla como los niños, no tienes por qué preocuparte de lo que imaginas y que quizá nunca te sucederá.

Pide auxilio minuto a minuto, da gracias por lo que recibes y te regocija. Evita así los sufrimientos y las preocupaciones. La mayor parte de las cruces que acompañan nuestra existencia, son queridas por nosotros mismos, pues complicamos las cosas, queriendo dirigirlas y no confiamos en la Providencia, no vivimos en la confianza en Dios, no nos abandonamos entre sus brazos. Y sin embargo, no somos nosotros quienes dirigimos los acontecimientos de la vida, como tampoco somos los que dirigimos el mundo; si fuéramos más sencillos, tendríamos menos preocupaciones.

SOLO POR HOY

Cada día tiene sus inquietudes (cf. Lc 6,34), nos ha dicho Jesús, y vivir el día cada día, es tan hermoso para nosotros que no sabemos si al día siguiente estaremos aún con vida para sufrirlo.
Digamos por la mañana: "Solo por hoy, tengo que sufrir, sólo por hoy tengo que demostrar a Dios con estos sufrimientos que lo amo".
Actuando así simplificamos las cosas. Si pensamos partir de una vez un montón de leña, no conseguiremos nada., pero si lo hacemos de a un tronco cada vez, podremos terminar con éxito nuestro trabajo.

El Señor vela por nosotros, no nos impone cargas superiores a nuestras fuerzas. Tengamos confianza en Él. Seamos sencillos. También se nos ha dicho: ¿Quién de nosotros a fuerza de pensar, puede añadir un centímetro a su estatura? El inquietarse, preocuparse, agitarse en exceso, son sufrimientos que añadimos a nuestra vida. Hagamos de nuestra parte todo lo posible para que todo salga bien; y en la necesidad, clamamos, suplicamos a nuestro Padre, y nuestro Padre no se hará sordo a nuestra voz.

"¿Qué padre le niega el pan a su propio hijo?... (cf. Mt 7,9). Pide pues, y mediante la gracia y el abandono, ponte en condiciones de conseguirlo. Si actuamos así, ni siquiera lo superfluo nos será negado, pues el Señor no se deja vencer en generosidad.

Nosotros tenemos el ejemplo de Jesús y el de los Santos que lo han imitado. Hagamos nosotros lo mismo. ¿El Señor no nos ha enseñado a decir: "Danos hoy el pan nuestro de cada día" (Mt 6,11) ¡No nos dijo el pan para todo el año! Los hebreos que en el desierto recogían maná para varios días, lo veían pudrirse al día siguiente (cf. Ex 16,20). Él ama a las personas que viven al día cada día, de Fe, de Amor, de Confianza y les da mucha serenidad, ayuda y paz.

No te olvides, además, esto: No debes ahorrar sacrificios para cumplir tus obligaciones con tu prójimo, y debes cumplir tus obligaciones con exactitud y justicia para con todos.

Lo que hace sufrir y perder muchos meritos, es la agitación excesiva, y el querer hacerlo todo por ti sola. No olvides de que Dios te quiere feliz; si lo sigues con la sencillez de niño en sus deseos y en su voluntad, tú podrás serlo en esta misma vida y podrás realmente decir: "Reboso de alegría en mis tribulaciones (cf. Col 1,24).
+ + +

Dios los bendiga en los Corazones Misericordiosos de Jesús y María.
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Evangelina M. de Terrazas
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MensajePublicado: Sab Jun 03, 2006 9:15 am    Asunto: CUARTA Y ÚLTIMA PARTE DEL RETIRO
Tema: "ALGUNOS TEMAS TOCADOS EN EL CURSO DE MADUREZ HUMANA&qu
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Amados hermanos y hermanas en Cristo: ¡Paz en sus corazones!
Me dio mucho gusto poder compartir con ustedes este Tema de Retiro. Espero en Dios les haya servido mucho.

Si gustan hacer algún comentario en cada tema, sería bonito, y si tienen alguna duda, estoy para servirles.


-CONFIANZA EN DIOS-

Es la confianza ilimitada la que debemos tener a Dios. El sabe todo lo que nosotros necesitamos, vela por nosotros, nos protege, nos guarda, nos levanta si caemos, escudriña nuestros pensamientos, espera ansioso nuestras atenciones.

Nosotros no lo vemos y es bueno para nosotros, pues si nosotros vemos a Jesús con los ojos de la fe y vivimos igualmente llenos de confianza en Él, lo honramos porque nos fiamos de Su Palabra.
Él esta cerca de ti como nadie podría estar. Tú vives sumergida en Dios, que en su inmensidad ocupa el espacio. No tiene lugar de residencia. Aunque quieras sustraerte a su mirada, no lo lograras. Lo ve todo, lo oye todo, lo escudriña todo, y lo sabe todo.
Lo juzgará todo un día. Vive, pues, en su presencia, El es la bondad infinita, el mejor de los padres. Recurre a Él para que te ilumine y disipe tus dudas. El es la sabiduría infinita.

Dirígete a Él en tus necesidades de cualquier genero, aunque lo sepa todo de ti, quiere que tu lo ruegues. El es la providencia infinita.
Ámalo, es el amor infinito; Él tiene el derecho de ser amado, y tú tienes el honor y el deber de amarlo. Abandónate ciegamente en sus brazos. Consiéntele sus deseos. Lo único que quiere es tu bien, tu felicidad.

POR TU BIEN

Si a veces te castiga o te reprende, o parece ocultarse, sólo lo hace por tu bien. Quiere probar tu fe, tu confianza, tu amor. No olvides nunca que Dios permite todo lo que puede significarte ventajas espirituales y si lo recibes todo de sus manos, todo lo que te suceda, le ayudaras a realizar en ti, su plan de salvación.

Tu único deber es este: dar testimonio de él en el mundo, en medio de tus hermanos, para que viéndote a ti, todos lo sigan y lo amen. Camina, pues, en su presencia y serás perfecta, pues Dios es la Suprema Perfección y si confías en Él, te instruirá, será tu dulce maestro.
Sé dócil a sus enseñanzas, no te rebeles, sabes cual es su ley. Es la ley del amor. No olvides nunca. Síguelo con la docilidad del corderito y Él será para ti el Buen Pastor.

¿No se los decía durante su vida mortal, cuando se revistió de la naturaleza de ustedes y viví su vida "Yo soy el Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas"? (cf. Jn 10,11). Las ovejas de Jesús somos todos nosotros. No seamos ovejas díscolas y rebeldes, encontraremos peligros; lejos de Él no hay vida y moriremos de hambre.

Jesús se ha representado bajo las características del Padre bueno, que espera al hijo que se fue de casa, después de haber reclamado la herencia que le pertenecía (cf. Lc 15). Nos habló de la alegría del Padre a su regreso. Pero Jesús nos ruega a nosotros que estamos cerca, que no nos alejemos nunca de El, y si queremos hacer algo que le agrade, que le agrade inmensamente, traigámosle a los alejados.

AYUDEMOS A SALVARLOS

¡Veamos cuántos no lo conocen, cuántos no lo aman! Algunos lo conocieron y luego lo abandonaron igual como el hijo pródigo.... ¡ayudamos Jesús a salvarlos! Démosles nuestro testimonio con nuestra vida hecha de fe, de buenas obras y de amor (cf. 1Pe 3,15; Fil 4,5).
¡Demostremos la alegría de estar en su servicio! Sí, seamos alegres, serenos; tengamos la paz, la verdadera paz, aquella que Jesús nos da, la paz de la buena conciencia (cf. Jn 14,27).

La alegría conquistada. Lo que el mundo toma por alegría, no es más que ilusión. Lo que Jesús no da, es una alegría íntima; es la alegría de vivir en Él y con Él, que es la felicidad infinita.

Recordemos también a la Mama celestial y llamémosla: mi confianza. Nuestra confianza. Sí, sí, confiemos en Ella que vivió la vida de ustedes llena de tormentos y tribulaciones, abandonada entre los brazos de Dios, confiada y serena, dejando todo en sus manos para que se realice en Ella la Divina Voluntad.
Aprendemos de Ella, escuchémosla, sigámosla. Ella es el Camino y la Puerta del Cielo. El que la encuentra, encuentra a Jesús. (San Alfonso Maria de Ligorio: las Glorias de Maria).

-LA FORTALEZA- (cf. He 1,Cool

La virtud de la Fortaleza es una de las virtudes cardinales y uno de los mayores dones del Espíritu Santo. Es por ella que los Santos, superando todas las dificultades de la vida, supieron alcanzar el Paraíso. Por ella los Mártires marcharon alegres al encuentro de los suplicios (cf. Dn 2,8-51).

La virtud de la Fortaleza, da a cada alma, en el Sacramento de la Confirmación, esa energía por la cual tienen ustedes el coraje para declararse sus discípulos. El respeto humano es el peor enemigo del cristiano; es muy perjudicial en su alma y ofende tanto a Dios, tanto que llegó a decir: "El que se avergüenza de Mí en este mundo, Yo me avergonzaré de él en el otro" (cf. Mt 10,33).

La fortaleza es realmente una virtud indispensable, pues ser cristiano quiere decir, ir en contra del modo de actuar y de pensar del mundo; por eso es necesario nadar contra la corriente.
Tú comprendes que si ya es fatigoso conducir una barca, el ir en dirección opuesta a la corriente, exige fuerza mucho mayor todavía.

CONTRA LA CORRIENTE

El mundo, en efecto, tiene una doctrina totalmente diferente a la de Dios. "Goza mientras tienes tiempo"(cf. Sab 2,1-23), te dice, mientras que Yo digo: "Sufre mientras puedas sufrir con merito, pues gozaras después por toda la eternidad" (cf. Rom 8,17).

Mientras el mundo te invita al placer, Yo te invito a la penitencia. El mundo se ríe de los buenos y aplaude a los egoístas, los Impuros y poderosos. Jesús en cambio, aplaude a los humildes, a los caritativos, a los generosos, a los que se colocan en el último puesto.
El mundo alaba a los ricos y desea ávidamente las riquezas, aún cuando a veces, con el pretexto de despreciar a los ricos y de querer ayudar a los pobres, convida a luchas fratricidas para quitarles a los demás lo que les pertenece.

En efecto, comprobaras que las luchas que se suscitan en el mundo, no se basan en la justicia sino en la avidez de poseer, en la voracidad o en el deseo de estar en el lugar de los que tienen. En la práctica, lo que se quiere no es una igualdad, sino una sustitución.
Tú comprenderás cuán diversas han sido y son mis enseñanzas. El que las practica es considerado cobarde, un hombre poco inteligente, bueno para nada.

Jesús nos dijo, durante su vida mortal, que viene a traer la guerra y no la paz. Ahora bien; para hacer una guerra son necesarias las armas, pero sobre todo el coraje y la fuerza. El mundo es la fuerza del mal y es únicamente con la ayuda de Dios que puedes tú vencerlo.

Si consideras además que los demonios, en número inmenso, actúan tanto cerca como dentro de los hombres para arrastrarlos al mal, verás inmediatamente la importancia que tiene la virtud de la fortaleza en tu vida, pues te ayuda a vencerlos, a burlar los peligros y las tentaciones que te tienden, y a luchar valientemente contra ellos. Estos tienen una fuerza que no se compara con la de Dios, pero están sin embargo, dotados de una inteligencia y de una astucia superiores a la de los hombres. De tal manera que pueden engañarlos y vencerlos.

Por lo dicho hasta ahora, debes deducir cuán necesario es que el hombre esté bien firme, bien instrumentado, bien preparado en los principios fundamentales e indispensables del Cristianismo.
Seguir a Jesús, no significa preocuparse de sus propios asuntos o llevar una bandera, sino, "tomar la cruz sobre sus hombros y seguir el mismo camino que Él", aún a riesgo de caerse, de encontrarse con burlas y con todo lo que Él encontró camino al Calvario.

UN IDEAL QUE ALCANZAR

Seguir a Jesús significa, tener un ideal, una meta que alcanzar, un programa que cumplir.

Seguir a Jesús significa, luchar valientemente contra el demonio, venciendo en ustedes las malas inclinaciones que querrían ayudar al Maligno a desviarlos del recto camino.

Él está aquí, para ayudarte y para combatir contigo en esta dura lucha contra las potencias del mal: El Mundo, El Demonio y tus Inclinaciones o malas pasiones, que todo hombre recibe desde su nacimiento como triste herencia del pecado.

Él es tu Dios, y desea ayudarte a vencer, con tal que le secundes. Él te ayuda si tú se lo pides. No te abandona jamás, ni te deja bajo el dominio de Satanás, con tal de que recurras a Él, mediante la oración y usando esos medios que puso a tu disposición, y a la de todo el mundo.

También puso junto a ustedes a una Mamá, que ha sido la Mujer fuerte por excelencia, que está en condiciones, por el poder que Dios le dio, de defenderlos contra todo peligro y de desbaratar todas las traiciones.

Recurran a Ella, mis queridos hijos, e invóquenla en todas sus necesidades, cualquiera que sea la batalla que tengan que afrontar. Ella estará a su lado y combatirá por ustedes y con ustedes.

Imploremos a menudo el don de la Fortaleza del Espíritu Santo. Que sea como una Confirmación espiritual renovada, y de este encuentro con el Espíritu del Señor, recibirán ustedes luz, calor y fuerza; esa fuerza que hace al débil todopoderoso y que hace al hombre capaz de conquistar la tierra prometida, la Jerusalén Celestial.

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Dios los bendiga en los Corazones Misericordiosos de Jesús y María.
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En Jesús y María
Evangelina


"JÉZU, UFAM TOBIE"

¡Por su Dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
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