Cuestionario

[Christian Mimbela Giraldo]

1. ¿Conozco las exigencias de mi responsabilidad como educador? ¿He comprometido con esto toda mi persona: inteligencia, corazón y voluntad?
La gracia de Dios y la vocación a la docencia que he recibido han hecho que día a día tenga mas conciente mis responsabilidades como apostol de la educación. Siempre lucho por ofrecer todo lo que soy y lo que tengo integrando concientemente la capacidad humana y la gracia que Dios ha puesto en mi corazón. La lucha es permanente porque los adolescentes son tan impredecibles que en ocasiones remueven hasta los cimientos mas estables.
2. ¿Con el testimonio de mis palabras y obras logro que los alumnos respeten la figura de un formador?
Siempre lucho para que así sea. Se muy bien que las palabras convencen pero los testimonios arrastran. Lucho permanentemente para que el respeto que me tienen nazca de un corazón libre y no de un corazón
reprimido por "la norma".
3. Sinceramente ¿Qué significan para mi los alumnos? ¿Son almas que Dios me ha confiado y por lo tanto el tiempo que les dedico es de calidad, acompaño la preparación profesional con la oración y el sacrificio por ellos?
En efecto, soy conciente que todo adolescente es un alma que Dios pone en mis manos para que a través mío Él pueda hacer SU obra. Soy honesto y acepto que muchas veces no acompaño mi preparación profesional con la oración pero si el sacrificio. Mejorarè en ese importante aspecto.
4. ¿Soy consciente de la grandeza que cada alumno tiene como imagen de Dios que es, pero también cuento con la debilidad y la tendencia al mal que le envuelve?
Cuando veo a un alumno me veo a mi mismo en esa edad. Mi experiencia personal me permite comprender muy bien la mayoría de los problemas de los adolescentes y por ello suelo ser tolerante sin caer en la permisividad.
5. ¿Me interesan verdaderamente sus preocupaciones, triunfos, fracasos, necesidades e iniciativas?
Definitivamente si. Intento acudir a sus necesidades luchando por estar atento en el momento y preocupado con sus preocupaciones. Intento involucrarme, sin atropellar, la libertad y privacidad.
6. ¿Soy siempre accesible sin olvidar mi papel de formador? ¿O me sustraigo por comodidad personal o con falsas razones para prestar a los alumnos la atención necesaria?
Suelo estar dispuesto a escuchar y compartir cuando ellos lo necesitan. En ocasiones uso el messenger para responder a sus inquietudes, aunque siempre abordamos los temas de manera personal, pues tanto el msn como el telefono son medios accesorios. Aunque tengo que confesar que oriento a varios jòvenes en el extranjero que alguna vez fueron mis alumnos y me buscan.
7. ¿Uso siempre la serenidad cuando tengo que dar una negativa? ¿evito cuidadosamente los modos tajantes? ¿Sé explicar las razones de la determinación y motivo siempre al alumno para que libremente la acepte?
Trato siempre de mantener un dialogo cordial, aunque la ocasión y la persona algunas veces hacen necesario una palabra firme y segura que brinde estabilidad. Suelo conducir a los adolescentes a descubrir el error y a tomar conciencia de èl. Explico razones y fundamentos mis propuestas para que sean tomadas tambien con la razón.
8. ¿Se combinar la exigencia firme con la comprensión y cordialidad con que se merecen ser tratados?
Siempre lucho por mantener el equilibrio y podrìa decir que casi siempre lo logro.
9. ¿Desapruebo todo lo que hacen mis alumnos sólo por el hecho de que son más jóvenes que yo?
De ninguna manera. La sabidurìa y experiencia de ellos es incalculable.
10. ¿El texto de apoyo para esta sesión ha aportado una visión cristiana real del adolescente? ¿por qué?
Me ha recordado fundamentos que conozco pero que muchas veces por sobreentendidos son obviados y por ello olvidados. Ha sido un aporte porque siempre hay que volver a las fuentes para recordar el fundamento de nuestra aunténtica vocación docente. Es Dios quien nos ha llamado a ser sus labios y son sus hijos a los que nos ha puesto al lado del camino. Nunca seremos eficientes sino tenemos en cuenta quien es la persona humana y su dignidad de hijo de Dios.
11. Comentario personal
La secuencia de definiciones en el texto ha sido oportuna pues nos ha ido conduciendo cada vez mas a la mayor definiciòn y realidad de la persona humanas. Celebro la estrategia pedagógica que nos ha conducido y recordado a la auntèntica naturaleza del hombre.
Lic. Christian Mimbela Giraldo.
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Desde el corazón de Dios Padre.