Ser periodista católico y practicante... ¿ Es dificil?

[Hna. Ana Mercedes Villega]

vivimos en un mundo que ha llegado a un momento donde se irrespetan las creencias de las demás personas.
Hablamos de "civilización" y de desarrollo, pero en el fondo queremos ser casi que dictadores y que la gente llegue a actuar y pensar como nosotros lo hacemos.
Hablar hoy en día de fe y de Dios se ha vuelto bastente difícil. Nos ves como del siglo pasado, casi como medios fuera de "moda" y a veces nos llegamos a convertir en centro de burlas de nuestros "amigos", colegas y hasta familiares.
Los católicos hemos llegado a caer en un estado de "practicantes pasivos y temerosos", los cuales somo tan "tímidos" en la fe, que si la profesamos lo hacemos casi siempre en un ambiente muy limitado y poco público.
Es raro que si somos periodistas defendamos en el círculo de nuestros colegas la fe que profesamos. No he llegado a escuchar a ningún amigo colega que quiera organizar entre su medio de trabajo un grupo de compañeros que se reúnan a realizar reflexiones de fe... esto sólo se presenta entre periodistas que realizan su misión en medios católicos o comprometidos con la iglesia...
Desde muy joven, tenía clara cuál iba a ser mi vocación. Ingresé a los 16 años a la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica y soñaba con llegar a ser una gran periodista...
Terminé mis estudios a los 21 años. Pero a esa edad, ya el Señor me había dicho más de una vez: "Te quiero para comunicadora de mi Palabra, de mi mensaje de amor y fe". Es por eso, que al terminar mi carrera decidí ingresar a una congregación religiosa... "abandoné mis sueños triunfar en un medio", pero abracé uno mucho más grande:" ser comunicadora de la Palabra de Dios y entregar mi vida por su Reino...
Mis compañeros ( hoy casi todos, reconocidos periodistas en Costa Rica) se dieron cuenta desde que estudiábamos de mi deseo de consagrame a Dios. Mis años de estudios fueron un poco difícil. Ellos ( aunque eran católicos) no comprendían muy bien mi vocación y se reían de mi.. Para ellos ser periodista y practicante no era muy coherente...
A pesar de ellos seguí y hoy, 15 años después de mi entrega al Señor, sigo pensando que sigue siendo difícil ser periodista y practicante, pues son muy pocos los medios de comunicación que dan libertad suficiente a un profesional de la comunicación para que evangelice a través del medio. Solamente informaciones de escándalos dentro de la Iglesia es la que aparecen en primera plana, o bien, la visita del Papa a un país, o algo así...
Pero además de la poca cobertura que se da a las informaciones de índole pastoral, también muchas veces nos encontramos que los colegas no buscan la manera de "evangelizar" a sus compañeros.
El gremio del periodista tiene fama de ser fiestero, no de ser practicante... Es hora que todos lo cambiemos, que todos demos la cara por Cristo...
Es hora de que los que sí nos consideramos comunicadores católicos busquemos la manera de atraer a más colegas y les ayudemos a encontrar en nuestra profesión el mejor medio de evangelización...
A todos mis colegas les digo...
Tdoos los días les tengo presente en mi oración y llevo 17 años haciendo esta petición:
"Señor que todos los comunicadores seamos mensajeros de Paz y Amor"

[Pablo V.]

Gracias por su testimonio, hermana.

Ciertamente, es difícil ser católico practicante y periodista. No conozco ese medio tanto como usted, pero supongo que las dificultades vividas en el ejercicio del periodismo por los fieles son mayores que en otras profesiones donde uno no tiene tantas oportunidades de dejar ver o entrever sus creencias (bien es cierto que, en cualquier cometido honesto, podemos dar testimonio de Cristo).

De todos modos, ya sabe que ésa es, tristemente, una dificultad a la que hemos de hacer frente en tantos y tantos ambientes, profesionales o no. Y reconforta saber que, a pesar de todo, hay gentes como usted que dan a conocer a Cristo sin temor y que, por si eso fuera poco, realizan una labor "callada" pero eficaz con su oración.

Por todo ello, querría animarla a que perseverase en su empeño de hacer un periodismo grato a Dios y en dar ejemplo de lo mucho y bueno que podemos hacer en los medios de comunicación quienes, como profesionales -es su caso- o como meros colaboradores -es el caso de quien suscribe-, tenemos la oportunidad de difundir un "mensaje".

Que Dios la bendiga. No deje de encomendarme como a esos compañeros de antaño. Yo haré lo propio.
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Christus Vincit!