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Leonardo López Esporádico
Registrado: 25 Jul 2006 Mensajes: 61
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Publicado:
Lun Dic 31, 2007 4:40 am Asunto:
Certezas:
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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Certezas:
Una caricia acerca al que se ha alejado, una caricia es un mensaje de amor sin decir palabra alguna.
Todo cuanto hay en nuestro mundo tiene su razón de ser.
Muchos tienen miedo cuando oyen decir la palabra “espíritu”, olvidándose que en ellos habita uno.
Los errores que ha cometido la humanidad también la acercará a la luz.
El mundo se conmueve, en el hombre es el crujir y rechinar de dientes, es su infierno por ser indiferente al Dios del Amor.
De la roca del corazón del hombre, manará agua viva.
La regeneración moral de la humanidad, deberá empezar por la mujer.
Tres cuartas partes del mundo se conmoverá más y más. Agua, aire, tierra, fuego harán estremecer grandemente a la humanidad.
México será muchas veces salva, ya lo ha sido y lo será mucho más.
¿Quién detendrá a los elementos desatados? Solamente el Amor de los unos a los otros.
La humanidad no podrá ni un por un medio material detener a los elementos desatados, más y más se harán sentir en todo el planeta; sólo la oración de los que ha elegido el Padre podrá apaciguar a los elementos.
El Verbo se hizo carne, y su Verbo será por siempre en nuestros espíritus.
Dónde quiera que esté un hijo del Creador, será siempre Padre y nunca le desconocerá.
El Creador desconoce el mal o el pecado del hijo, más no la esencia misma que Él puso en cada criatura Suya.
Padre, Madre, es el que Es.
El AMOR es la máxima expresión del Creador, de él está inundado toda la Creación.
¿De quién el AMOR, de quién el odio? ¿Por qué el hombre quiere cosechar amor cuando ha sembrado lo contrario?
Pues en verdad, mientras no haya amor verdadero en los hombres, falso será todo discurso y todo tratado donde se pronuncie la paz entre ellos. Falsa paz será en verdad.
Las religiones empiezan a encaminarse a la fraternidad, mas también, mientras se pronuncie la Verdad, para atacarse unos a otros, ¡ay de ellos, pues su causa es grande!
Volved al Amor de los unos a los otros, los que llevan la ciencia material y espiritual y el Señor os recompensará con la paz de su Espíritu.
La paz es el mayor galardón que puede poseer un hijo Suyo, y para que haya paz verdadera, en el corazón del hombre no debe haber odio ni egoísmo alguno.
“Amaos los unos a los otros” |
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tessi Asiduo
Registrado: 25 Sep 2007 Mensajes: 301
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Publicado:
Jue Ene 03, 2008 6:36 pm Asunto:
Re: Autor: Llucià Pou Sabaté
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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Cita: |
Se han enterrado ya los “estados de perfección”.
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No se enterraron nada, si vos los enterraste es otra cosa. |
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tessi Asiduo
Registrado: 25 Sep 2007 Mensajes: 301
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Publicado:
Jue Ene 03, 2008 6:38 pm Asunto:
Qué es esto?
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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De dónde sale todo esto que escriben? |
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Leonardo López Esporádico
Registrado: 25 Jul 2006 Mensajes: 61
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Publicado:
Lun Abr 28, 2008 5:22 am Asunto:
Certezas:
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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Certezas:
La comunión verdadera con nuestro Dios sólo se logra a través de nuestra limpidez y del amor a nuestros Semejantes.
Todos Sus hijos caminan a la perfección, a la luz purísima de su primigenia inocencia.
El hambre y la sed que siente nuestro espíritu, el Pan de Vida Eterna nos llena y sustenta.
La carne es a veces como una prisión dónde nuestro espíritu aprende a través de su propio juicio.
Si la mentira acarrea desgracias, la verdad atrae la buena ventura.
El mundo se conmueve por nuestra soberbia e insensatez.
Si la carne es polvo de la Tierra, el espíritu es esencia perfecta del Creador.
Todo cumple un propósito, y todo es para nuestro Perfeccionamiento espiritual.
Si la luz material alumbra las penumbras de la noche, la Luz divina alumbra las tinieblas de nuestro espíritu.
¿Por qué el hombre equivoca el sendero material y espiritual? Es que no ha sabido guiarse en la Ley, el Amor y la Sabiduría de su Creador.
Por muy alejados nos sintamos de nuestro Padre, sólo en apariencia lo es, porque más cerca está Él de nosotros que nuestras propias pestañas.
Si nos sentimos alejados de nuestro Padre es por la desobediencia de nuestro espíritu hacia Él. Con un poco de buena voluntad en cada día por obedecer Su mandamiento de amor en cada aspecto de nuestra vida material, sentiremos más y más Su calor de Padre.
No es imposible la reconciliación con Quién nos dio la vida sin fin.
De las Escrituras es el sentido espiritual que tomamos de ella para encauzar nuestro espíritu a la verdadera vida. Si le damos un sentido literal o material a las Escrituras, entonces nuestro espíritu se pierde en el razonamiento humano.
¿Por qué carece de fe la humanidad? Es que no se conoce a sí misma ni todo lo que guarda en su ser primordial, el espíritu.
El espíritu es potencia, vida, gracia, eternidad; en él se debe de manifestar las virtudes de la bondad, el amor, el perdón, la reconciliación, la paz, la sabiduría espiritual, la justicia. El espíritu es belleza, todo espíritu es bello puesto que nació de la Belleza perfecta. No es en la carne donde debemos juzgar nuestra belleza verdadera. Pues en verdad, todo espíritu ha conocido la belleza material en su propia carne, pero no todos comprenden y llevan a cabo la belleza espiritual de su Dios en sí mismos.
No es complicada la forma en que expresa Dios Su sabiduría, mas bien es el hombre el que dificulta con complicado vocabulario incomprensible para la mayoría, el lenguaje divino.
Es necesario la sencillez en la palabra para comunicar lo divino, así el espíritu se vivifica y aprende del Amor de los amores.
La Ley es el camino para encauzar nuestro espíritu hacia su salvación espiritual.
La salvación espiritual nos habla del reconocimiento de las faltas de nuestro espíritu hacia el Creador, ese reconocimiento hace que nos elevemos de nuestro mal proceder. Mientras no haya ese reconocimiento, no habrá verdadera paz en nuestro espíritu. Más todo espíritu que reconoce sus faltas y errores y lleva a cabo un camino de enmienda y regeneración ese está en camino de su salvación y de su paz verdadera.
La Ley divina no esclaviza, solamente es una eterna invitación al camino del bien, de la luz, a la virtud y al amor.
El Padre no quiere esclavos que estén encadenados a Su ley, quiere espíritus libres para obrar según Su voluntad.
Cuando un espíritu siente que no tiene perdón se aleja más y más del Padre, siente que todo lo perdió; mas esto no es así, porque su luz es eterna, sólo basta querer volver por el camino recto y nuevamente lo recuperará todo, y su alegría será inmensa y perdurable.
Nadie se pierde eternamente por el amor que tiene Dios por cada uno de Sus hijos.
La potencia divina del amor es con todo espíritu desde su nacimiento espiritual, potencia que perdura en la eternidad. Más hay veces que un espíritu opaca esa potencia y comete los más atroces errores, pero como es divina esa potencia, no muere por pertenecer a Dios, y lo que es de Dios no muere jamás.
“Amaos los unos a los otros” |
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Leonardo López Esporádico
Registrado: 25 Jul 2006 Mensajes: 61
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Publicado:
Mie May 21, 2008 1:53 am Asunto:
El gran vacío de la humanidad:
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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El gran vacío de la humanidad:
La humanidad se agobia en sus sufrimientos, se desespera, gime, llora y se lamenta. No sabe a dónde se dirige ni que rumbo tomar. Vive confundida, incierta, con un gran vacío interior.
Humanidad, una palabra que inquieta al que la pronuncia, porque en ella hay un sin fin de pensamientos, de sentires y emociones. Una humanidad que piensa y siente conforme a sus propias costumbres, razonamientos, ideologías nacionales y religiosas. Se dicen semejantes unos de otros, pero se desconocen, se aniquilan y se dan muerte, ¡que gran vacío existe en ella!
La mayoría quisiera salir avante, triunfante en el lugar donde vive y se encuentra; muchos quisieran ser el número uno en lo que hacen o desempeñan como individuo o como colectividad. Un gran número sólo ven al mundo para ganar dinero, poder, gloria, ser reyes y tener vasallos por doquier; y con el poder y el dinero poseer placeres materiales y carnales sin importar dañar físicamente, emocional y sentimentalmente a los demás.
Se habla de soluciones, de propuestas que nos hagan más humanos, y sin en cambio, todo parece lo contrario. Ya no interesa en mucho lo que piensa uno o el otro, no se estima los valores y muchas de las veces la vida de un ser humano no es tomada en consideración. Y es que la humanidad quiere ser rey, pero no se ha dado cuenta que se ha vuelto vasallo de sus propias inclinaciones mundanas y frívolas.
Hoy en el mundo se hacen la guerra por una u otra razón, creen encontrar la solución matándose unos a otros, y sólo dejan veneno que carcome al corazón del vencido, porque este ya está planeando como vengarse del que ha nombrado su enemigo y lo ha derrotado.
Enemigo, así se nombran muchos y se llama muchas de las veces al que no piensa, hace o siente diferente.
¡Qué pobre es la humanidad! ¡Que ingrata ha sido ella al descuidar lo que realmente vale y soluciona todos los males: EL AMOR!
No existe amor en el mundo y he ahí todas las consecuencias que origina la falta de amor. El padre desconoce a su hijo y este a la vez a su padre. Los gobiernos mundiales sólo están a la defensiva porque sienten que el enemigo está cerca; se odian, y por ese odio se laceran y destruyen.
Los que están en el poder a muchos no les interesa el bienestar de sus gobernados, he ahí que no sienten amor en su corazón, porque se han envanecido con el poder, y subyugan cada vez con más saña, porque desean ser más poderosos del que también comparte el poder de gobernar.
No hay riqueza material en los hogares, y si lo hay, se corrompen muchos por el metal.
El metal vale más que una vida, ¿pues dónde está la verdad?
Si hubiese amor en los hombres dentro de las instituciones, en los gobiernos, en todos los sectores que han creado, habría caridad, avance, desarrollo verdaderos; pero he aquí, que hasta los hombres de ciencia se envanecen y se muestran orgullosos y soberbios cuando descubren algo, y en lugar que sea un bien lo descubierto para la misma humanidad, muchas de las veces toman ese conocimiento adquirido, para destruir, dañar y matar.
No hay amor en el mundo ni en sus pobladores, se ven distintos y caminan a la defensiva cuidándose unos de otros, y es que a pesar de ser el que tiene inteligencia y razonamiento, pareciera como si esa inteligencia y ese mismo razonamiento sólo fueron hechos para combatirse y defenderse.
No hay paz, no hay alegría, no hay felicidad, no hay amor verdadero; todos dicen tener verdad y certeza, pero no habrá verdad ni certeza verdaderas si falta amor en los corazones.
Gime, llora la humanidad al ser desconsiderada para con los demás. Su mundo interior se conmueve y las tinieblas de sus hechos le atormentan sin encontrar descanso alguno. Ella quiere ser feliz, pero, ¿cómo lo va a lograr si a cada momento niega del amor?
Los hogares de desintegran, hoy muchas de las veces vale más el metal que ingresa en un hogar que la caricia de un padre o de un hijo y ha llegado a tener más valor el cuidar las posesiones materiales que alguien cercano. ¿Dónde está el corazón de ese hogar y la verdadera posesión?
Las religiones se desconocen, no hay motivación verdadera que sirva para aligerar el vacío de esta humanidad, ellas se desconocen, y si se desconocen entre sí, como no van a seguir el ejemplo sus allegados; pues con más razón la muerte y el dolor pesan con mayor fuerza por todo el mundo.
Muchos buscan una solución que detengan la hambruna, la pobreza, la desintegración familiar, los vicios, las guerras, y mil situaciones que aquejan a los pueblos; ¿pero hay amor? No; como humanidad nos hemos engañado, vacíos estamos por dentro.
Unos cuantos quieren dominar al mundo, quieren dominar consciencias, sentires y pensares, sin importarles hasta donde puedan llegar a perjudicar a los demás por ver satisfechas sus mezquinas ambiciones. No hay amor en ellos, y si lo llegan a manifestar sería para sus posesiones, ¿eso es amor? No, no lo es, es ambición, es vanidad, soberbia, insensatez.
La Naturaleza se conmueve y se agita por doquier, porque nos ha importado más lo que sacamos de provecho de ella, sin llenar el hueco que hemos dejado en esa misma Naturaleza. Somos desconsiderados, negligentes, orgullosos, para este planeta que nos dio vida y morada terrenal. Le arrancamos sus secretos, hacemos mil maravillas con todo lo que encontramos en ella y muchas de las veces nos enorgullecemos, y en la maldad de nuestro corazón por esos descubrimientos aniquilamos a nuestros Semejantes. ¿Hay amor en nosotros como humanidad por la Naturaleza que nos da albergue, sustento y vida? No, no lo hay, y es que hasta el tirar una pequeña basurita en ella, somos despreciativos, porque en ese acto se refleja y se manifiesta el poco amor que tenemos a nuestro planeta.
Muchos en las leyes hablan de justicia, pero he aquí que las cárceles están atestadas de más y más personas. En sus poderes, hay palabras y más palabras que no entiende la mayoría, pero, ¿cuántas veces se expresa la palabra amor en sus libros? ¡Vacías están y es que en muchos no hay amor! Hacen sentir en los corazones que ellos son los que pondrán fin a todas las pobrezas, pero he aquí, que el sentir de millones de corazones les dirían la falsedad de sus argumentos.
Cárceles y más cárceles atestadas de personas, y ¿por qué? ¡Porque no hay amor en los hogares, ni en las empresas ni en los que dictan leyes, así como ni los unos para con los otros! Si hubiese amor en todos los hogares, en el mundo, en cada corazón, así como en todas las instituciones y en sus leyes que ha creado la humanidad, ¿habría condenados? ¡Vacías estarían las cárceles!
No hay amor verdadero en el mundo, no hay amor verdadero en los corazones ni en las instituciones.
El matrimonio, un pacto que debería ser visto y sentido por dos seres que se unen para cumplir un destino con una misma voluntad, se deshace, se desconoce y se infringe. Y es que en los corazones que se entrelazan para una vida en común hay poca o nula comprensión, y si falta esa comprensión en ambos, el amor se desvanece. Creen muchos que la separación es la solución, dejando sin padre o madre a los pequeños, y desde temprana edad ellos sufren por la falta de amor y comprensión de sus padres. Si esos corazones se guiasen con ternura, comprensión, con lealtad, otro sería el fin de los hogares y de los seres que traen al mundo; pero he aquí que el orgullo y el resentimiento pueden más que el amor que los dos se profesaron para “el resto de la vida”.
¡Cuántos niños en la calle! ¡Cuántos han venido al mundo sólo para recoger la incomprensión y el duro corazón del padre, de la madre, de la sociedad! ¡¡¡Cuántos corazones mal intencionados sólo esperan una oportunidad para lacerar a esas criaturas de una y mil formas!!!
Desde temprana edad muchos pequeños trabajan del amanecer al anochecer, no hay caridad para con ellos; tiernos corazones que son violentadas muchas de las veces desde su infancia; muchos desde temprana edad no conocerán el sano esparcimiento, porque son arrancados de su infancia, de su niñez, para esclavizarlos en las pasiones insanas de los mayores. ¡Cuánta perversidad! ¡Cuánta maldad pueden albergar los mayores cuando en ellos no vibra el sentimiento del amor!
Hoy en el mundo tiene más gloria el que mata y hiere, y se le ve mal al que no se defiende o no es agresivo porque lo consideran un cobarde, con falta de carácter. ¡Que equivocada está el sentir de la humanidad! Alaba la agresividad y la muerte, y ve con menos al que le habla de vida y de paz.
Los vicios hoy contaminan los cuerpos, las mentes; la juventud quiere ensordecerse en esos venenos, y ¿por qué? Porque no hay amor ni hacia ellos mismos o porque no lo han encontrado. Hoy, ellos todo lo ven frívolo, y es por una sociedad carente de valores. No hay amor a la juventud, muchos sólo piensan en la forma de cómo hacer riquezas, corrompiendo y envenenando sus mentes y sus corazones. Otros más engañando sus sentidos y emociones los conducen a la guerra, a la agresión, al odio, al consumismo, al desconocimiento, a la muerte y al suicidio. No hay amor verdadero hacia la juventud.
¿Dónde están los mayores, los hombres y las mujeres maduros que guíen a esas juventudes? Envueltos están en sus pasiones y deseos no satisfechos, queriendo ser parte del mundo y de todos, pero olvidan a los que están cerca de ellos. Quieren la riqueza, quieren cumplir sueños mundanos, olvidando a los seres que les acompañan desde los primeros días. Los padres se divorciaron, el padre ha buscado el cobijo de otro hogar y la madre ha olvidado su papel de ser madre. Como no se va ofuscar y confundir la juventud cuando observan todo esto y no hay ejemplos verdaderos que los guíen para cuando también lleguen a la madurez.
Muchos hoy traen seres al mundo, y los desprecian y los asesinan desde el vientre. ¿Por qué? Es que les ha faltado guía a muchos, una palabra que les aconseje desde su pubertad. A todo lo que concierne a la sexualidad muchas de las veces se le ve como pecado, con morbo, como reprochable a alguien si no sigue una conducta determinada. Hoy muchos al sexo lo toman como diversión y no como un acto de responsabilidad y de conocimiento. Pues a los adolescentes se les debe hablar con conocimiento y responsabilidad, para que ellos comprendan y conozcan sus cuerpos y lleguen a responsabilizarse por ese mismo conocimiento. La muerte de un ser no es el camino ni hay sabiduría de vida al despreciarle.
La muerte de un ser siempre deja huellas y siempre se tendrá presente en toda una vida, como la falta de caridad que se le negó a alguien que por función de nuestras carnes, tuvo que nacer. ¿Hay amor al desconocer la vida de un ser que se forma en el vientre de una mujer? No, en verdad, porque muchas de las veces sólo interesa la comodidad que se pierde sea cual fuere, al saber con certeza que late un pequeño corazón. Como hombres o como mujeres, cada quien es responsable de sus actos; pero la vida, es vida y en consecuencia decidimos cuánta vida damos o la quitamos; y esto está en base del amor que hay en nuestro corazón.
Pues el amor es vida, fuera de él la confusión y la muerte están por doquier.Y si no hay amor en nosotros somos parte de la confusión y de la muerte que hay por doquier. Esta es la razón principal del por qué sufrimos hoy como humanidad, porque la falta de amor es nuestra principal pobreza, nuestro principal vacío tanto en lo sentimental, en lo emocional, en lo espiritual, como sociedad, en el hogar, en el mundo y como individuos. Somos más muerte que vida y todo por que nos hemos alejado del amor, de ese precioso don que nos otorga la paz, cuando somos capaces de sentirlo y manifestarlo en los distintos quehaceres de nuestra vida.
¿Qué si ha habido odio y egoísmo en cada uno de nosotros? Cierto es; pero podemos ser vida desde este momento si así lo anhelamos, al dar un poquito de amor a los que nos rodean día con día, entonces seremos de los que ansían la vida y la paz, y ya no de los que viven en el desconocimiento, el odio, la guerra y la muerte.
El camino es el amor y cuando todos sintamos esa bella potencia divina vibrar en nuestro espíritu, en nuestro corazón y lo dejemos manifestar por medio del pensamiento, entonces todo cuanto aqueja a nuestro ser desaparecerá: Las guerras, el hambre, la niñez abandonada, la falta de justicia verdadera en los que hacen y dictan leyes, los elementos desatados por nuestra insensatez hacia la Naturaleza, los vicios, todo desaparecerá en verdad.
Mucho tendrá que hacer la humanidad para encontrar la paz y sentirse Semejantes unos de otros, pero con un poco de buena voluntad en cada día logrará lo que tanto desechó y negó : EL AMOR DE LOS UNOS A LOS OTROS.
Y si hemos llegado a sentir como un juicio en nuestro interior, porque en lugar de amor ha sido otro nuestro sentir y nuestro hacer, entonces es momento de rectificar nuestros pasos y dejar que nuestro ser primordial manifieste esa potencia divina y así encuentre su paz que tanto anhela. Porque en verdad, esta es nuestra principal misión como seres encarnados: Amar y ser amados, para sentir toda la beatitud y la bienaventuranza que da al sabernos semejantes Al quien nos dio vida y eternidad.
Que el AMOR guíe nuestro ser en lo material y en lo espiritual.
“Amaos los unos a los otros” |
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Leonardo López Esporádico
Registrado: 25 Jul 2006 Mensajes: 61
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Publicado:
Vie Jun 06, 2008 12:04 am Asunto:
La luz espiritual de las Escrituras:
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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La luz espiritual de las Escrituras:
-Dios es amor. 1 Juan 4:16
-Dios es luz, y no hay ninguna tiniebla en Él. 1 Juan 1:5
-Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad y se os abrirá. Mateo 7:7
-Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. Marcos 7:15
-No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Lucas 6:37
-Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Santiago 1:5
-Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12
-Yo soy el Camino, la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre, sino por Mí. Juan 14:6
-Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Lucas 6:27-28
-Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Mateo 22:21
"Amaos los unos a los otros" |
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Leonardo López Esporádico
Registrado: 25 Jul 2006 Mensajes: 61
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Publicado:
Vie Jun 27, 2008 12:14 am Asunto:
La oración
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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La Oración:
La oración es el lenguaje que abre el Arcano divino. La puerta que llega al Espíritu Divino. El sendero donde nuestro espíritu va al encuentro de su Padre. La luz que ilumina y que rasga las tinieblas de nuestro ser.
Todo espíritu puede tender un lazo espiritual por medio de la oración, en esos momentos nuestro espíritu se hace uno con el Padre.
En la oración nuestro espíritu encuentra la luz que necesita para alumbrar su camino material y espiritual, su adelanto espiritual, su fortaleza ante las tentaciones, la mirada para discernir la sabiduría espiritual.
La oración es una comunión de espíritus, el nuestro y el de nuestro Padre; es el lenguaje espiritual que transmitimos a Quién nos formó a semejanza Suya, y en esa comunión íntima le expresamos cuánto hay y acontece en nuestro corazón, pero ante todo en nuestro espíritu.
Una oración no son cantidad de palabras ni decir frases formuladas hechas por alguien más; es personal, es única. Un sentir propio que le llegamos a expresar por medio de un agradecimiento, un anhelo, una preocupación, una necesidad, una alegría, un ofrecimiento; un sentir para expresarle nuestro arrepentimiento por haber ofendido su Corazón divino al lacerar el corazón de un hermano nuestro, es expresarle un sentir sincero de nuestra parte para decirle con nuestro corazón y espíritu el cómo enmendarnos y regenerarnos de todo nuestro mal proceder y caminar. Es un pacto de espíritus, un pacto espiritual no entre hombres sino de hijo a Padre y de Padre a hijo.
Nuestra oración ante Él debe ser espiritual. Si Dios es Espíritu, entonces es nuestro espíritu quien debe elevarse dentro de sí mismo sin que se interponga nada material en esa comunión espiritual. No son las imágenes creadas por la mano del hombre los que nos ayudan en esa elevación, más bien son un obstáculo, una barrera para no llegar a sentir y percibir Su presencia divina en todas partes y doquiera que vayamos y estemos. Lo material hecho por la mano del hombre hace que nuestro espíritu se estanque en su propia elevación.
Nuestro espíritu puede y debe elevarse en cualquier lugar y circunstancia por medio de la oración, y si fuese así, entonces sentiremos vibrar Su presencia divina, inundándolo todo dentro y fuera de nosotros. Cuando se llega a ese grado de elevación, Su presencia divina se percibe y se siente de día y de noche, a cada instante, en cada lugar, en toda Su creación. Es un sentir que se eterniza, y que ya no son minutos efímeros que se desvanecen tan prontamente cuando hemos interpuesto en nuestro espíritu y el Espíritu Divino, algo material.
Cuando nosotros hemos concedido a nuestra parte primordial un momento de oración y en esa oración la elevación por sentir Su presencia divina, por esa elevación y en la humildad de nuestro espíritu hallamos las vibraciones o emanaciones espirituales bienhechoras de los Reinos de los Cielos, y es aquí, donde nosotros podemos entregar una palabra de luz, de amor, de consejo; es aquí en esta comunión espiritual donde nosotros arrancamos verdaderos pedazos de aquel Reino, donde todo es bondad y ayuda.
Cuando nuestro corazón ha buscado ansiosamente la presencia de nuestro Padre por medio de la oración, Él siempre ha acudido a nosotros, pero nos hemos materializado tanto, que pensamos y decimos que si no vemos y oímos a Dios en esos instantes con nuestros ojos y oídos materiales, entonces Él no nos escucho ni nos atendió, y esto es equívoco y totalmente falso.
Nuestro Padre de igual forma se hace expresar a través de sentires y no de palabras, de inspiraciones y no de palabras, de intuiciones y no de palabras, de nobles emanaciones y no de palabras materiales que nos inundan en esos instantes de paz, de bienestar, de compañía, de consuelo, de fortaleza para nuestras dolencias corporales y espirituales.
Pues en verdad, muchas veces la humanidad ha querido oír en su queja y lamento la voz materializada de su Dios y Señor, pero ella ha olvidado el sentir y el percibir el lenguaje espiritual. Mas así como nos hemos materializado a tal grado, también es necesario espiritualizarnos para volver a sentir las emanaciones divinas.
Tampoco esta elevación se logrará de un día para otro, puesto que habrá que distinguir verdaderamente mientras pasan los días y los meses, lo que es del Padre de la voz de nuestro cerebro así como de nuestro corazón, ya que muchas de las veces tomaremos como divino nuestros pensamientos y sentires materiales, y esto nos puede confundir por nuestra escasa comprensión y falta de elevación espiritual de cómo nuestro Padre llega a manifestarse espiritualmente en Sus hijos. Ante todo la perseverancia en la oración, en esa comunicación hará que conozcamos certeramente con el tiempo lo que es del Padre de nuestras facultades materiales.
¿Cómo distinguir la Emanación divina de lo que piensa nuestro cerebro y lo que siente nuestro corazón? A través de la Conciencia. En la Conciencia siempre se hallará la voz del Padre, del Maestro Fiel, del Compañero Inseparable, del Amigo, del Leal Confidente y también la del Juez Inexorable cuando sabemos que nuestros actos no fueron acordes a Su enseñanza de amor. Tiempo se necesita, pero cuando se ha logrado uno jamás se volverá a sentir paria, solo, pobre; siempre iremos con una luz que alumbrará nuestras pruebas, y siempre habrá un antídoto en forma de palabra o consuelo y de vida para el que la llegue a necesitar de nosotros.
El hombre llora, gime y se debe también por su manera imperfecta de orar. Porque si orara verdaderamente entonces sentiría vibrar dentro y fuera de sí a su Señor que le ama y le juzga. Un juicio de amor, de Conciencia, un instante en que el hijo percibe en forma de sensación dentro de sí que lo que hará no estará conforme a la Voluntad divina. Y no es que nos hagamos esclavos a aquella Voz, al contrario, nos hacemos libres al saber con certeza lo que verdaderamente vale para nosotros y evitar lo que más tarde tendremos que purificar y enmendar muchas de las veces por medio del dolor.
La oración es báculo para que nuestro espíritu encamine sus pasos por los senderos del bien y de la luz.
Pues en cierto, toda la humanidad debe ser semejante a su Maestro, Jesús, hasta en la manera como el Hijo siempre se encontró en comunión con su Padre y Él con Su Hijo.
Es cierto que el Padre materializó Su voz en el Monte Sínai al dejarse oír ante Su pueblo de Israel e incluso cuando Jesús adoctrinaba. Esto puede sucedernos a nosotros también cuando dormimos y nos encontramos en una elevación espiritual profunda en esos instantes. Pero no siempre Dios materializa Su voz y esto no debiera extrañarnos, porque ante todo Él nos muestra cómo nos acompaña a cada instante de nuestra vida por las obras que hace en cada momento y por la caricia de su Espíritu expresada como un sentir no sólo en todo lo creado sino en todo cuánto concierne a nuestro espíritu.
Dios nunca nos ha abandonado, ni en nuestras difíciles pruebas nunca nos ha dejado de oír ni de manifestarse. Creemos que solamente cuando se llega al Reino de los Cielos es cuando podremos sentir en plenitud a nuestro Dios y esto es equivocado. Porque si Él dejará de manifestarse aunque sea un segundo, todo desaparecería.
Hay veces que nuestra oración se vuelve un total exigir de nuestra parte, en donde se haga nuestra voluntad; mas debemos reconocer con humildad que muchas de las veces nuestro exigir y nuestra voluntad son engañosos, son obstáculo, vanidad, rebeldía, y muchas de las veces no encierra amor ni caridad ni para con nosotros mismos ni para con nuestros demás hermanos.
Si hay fe en nuestro espíritu, entonces hemos de reconocer con certeza que no hay ni habrá error en Su voluntad divina para con nosotros, porque somos Sus hijos que vamos encaminando nuestros pasos al Reino que nos ha prometido y más importante que eso para nosotros, no lo hay.
También es necesario recordar, que si hemos buscado primeramente lo que pertenece al Reino de los Cielos, entonces todo lo que concierne para nuestra envoltura se nos dará por añadidura.
No hay nada más importante que nuestro adelanto espiritual y si pedimos para nuestra carne, para sus deseos, y es un obstáculo y tropiezo para nuestro ser primordial, entonces lo estaremos esclavizando para nuestros caprichos carnales y mundanos; pero nuevamente debemos aceptar y reconocer con conocimiento espiritual que nuestro reino verdadero al que pertenecemos no es ni será para siempre este mundo. Este mundo no es nuestra verdadera patria.
Si somos seres espirituales viviendo una experiencia terrenal, ¿entonces qué es lo más importante? Sino nuestros méritos para ascender a un plano donde la paz y la armonía sea nuestro galardón. No pidamos cosas terrenales que pudieran ser un tropiezo para nuestro espíritu, porque todo lo que conviene para nuestro cuerpo se nos dará cuando vayamos acorde con la Voluntad divina.
Nuestro espíritu necesita fortaleza, necesita sabiduría, conocimiento de sí mismo, de su Padre, necesita acrisolar sus virtudes, y digo acrisolar porque a veces necesitamos de las pruebas que nos dan a beber nuestros demás hermanos, para que se puedan manifestar e nosotros el amor, la humildad, la caridad, el bien, la pureza, el perdón, la tolerancia, la misericordia, el consuelo, la fraternidad, la paz, la bendición.
Pidamos para nuestro espíritu, ese es el que va vivir en la eternidad, la carne dejará de latir su corazón e irá a fundirse con los demás elementos del polvo de la Tierra.
Pidamos en nuestra oración fortaleza para resistir las tentaciones, amor y perdón para el que nos ha herido, palabras para poder expresar a quien las necesite, dones y sabiduría espiritual para entregar en la elevación de nuestro espíritu al alcance del necesitado, discernimiento del bien y del mal, un corazón contrito y humillado para reparar y enmendar nuestras faltas con nuestros demás hermanos, con nosotros mismos y para con nuestro Padre; guía e intuición para guiar a nuestros hijos, paciencia ante las adversidades, humildad para no vanagloriarnos, sensibilidad ante las desgracias de los demás, una lengua que se ocupe en bendecir en lugar de maldecir, armonía entre nuestra parte material y espiritual, desarrollo de nuestras potencias espirituales por medio del bien y del amor para dicha y alegría de nuestros demás hermanos, oír con más claridad la voz de nuestra Conciencia, así como pedir una oportunidad para purificar nuestras faltas por medio del amor,… etc.
Todo cuanto pidamos a Dios para nuestro adelanto, elevación y progreso espiritual no los concederá.
Cuando elevamos nuestro espíritu por medio del corazón y pedimos por una nación, esa luz irá a cumplir su misión de amor y caridad de nuestra parte para con nuestros hermanos en desgracia y tribulación. Toda oración ilumina y da fortaleza y desciende en forma de caridad espiritual para todo aquel hermano necesitado de nuestra parte, ya sea que padezcan materialmente en una cárcel, en un hospital, en un hogar o en toda una nación. También por medio de nuestra oración podemos aliviar de su dolor a los que sufren en estado espiritual, al participar de nuestra luz y palabras no materiales sino sentidas a todos aquellos hermanos nuestros que se encuentran desencarnados, pero que aún no contemplan la Luz divina en plenitud a través de su Conciencia. Un abrazo, una caricia, un perdón, un sentimiento de amor hace mucho más que mil palabras, tanto para con nuestros hermanos encarnados como desencarnados. Esto es luz, es caridad y es amor espiritual.
El que ha cometido grandes males en la oración encontrará al Padre tierno que le da otra oportunidad, porque Él no niega la salvación, más bien la concede y la dispone al alcance de todos Sus hijos.
El que gobierna encontrará en la oración la guía para conducir al pueblo que le fue designado para conducir desde el Más Allá; pero en verdad es necesario decir, que hay hombres y mujeres que han hurtado esta misión y por lo tanto no se han encontrado aptos para esta grande responsabilidad, porque no les correspondía y no fueron enviados para ello.
Los padres encontrarán en la oración la manera correcta para guiar a los frutos que les han sido concedidos.
Si a los hombres en las religiones diversas se les preguntase cuando han orado con humildad, cuál ha sido el mensaje de su Dios, ellos responderían unos con alegría y otros con tristeza que provine del juicio de su Conciencia, que una voz se hizo sentir en sus interiores llamándolos a la unificación, a conducir a sus pueblos por los caminos del amor y de la paz.
En la oración el hombre se hará sabio y alejará todo cuanto no fuere de provecho para su espíritu.
La oración también es escala por donde se elevará nuestro espíritu hacia su verdadera patria.
La oración es caridad espiritual que desciende al necesitado.
“Amaos los unos a los otros” |
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Leonardo López Esporádico
Registrado: 25 Jul 2006 Mensajes: 61
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Publicado:
Dom Sep 28, 2008 3:53 am Asunto:
La Vida Eterna y la muerte espiritual.
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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La Vida Eterna y la muerte espiritual:
La vida material es pasajera en contraste con la vida espiritual que tiene el espíritu.
Nacimos para la vida sin fin, para elevarnos de un tiempo y otro a la perfección espiritual.
Nadie muere, no existe la muerte.
El Padre es eterno, en igual semejanza Sus hijos tienen esa potencia divina en sus espíritus: La eternidad.
Existe una diferencia entre vida eterna y Vida Eterna, el primero lo tiene todo espíritu desde su nacimiento espiritual, es eterno, es la vida sin fin; y la segunda, se refiere cuando nuestro espíritu ha comenzado a vivir verdaderamente conduciendo sus pasos acorde con la Voluntad divina.
Son nuestras obras opuestas a la Voluntad divina las que nos conducen a una muerte espiritual.
La muerte espiritual significa para nuestro espíritu, el alejamiento de nuestra parte del mismo Origen de donde nacimos. Es una muerte que nos habla de impurezas, de lacras espirituales, de desobediencias, de manchas y errores.
Mas la Vida Eterna significa para nuestro espíritu, la Vida Verdadera, un acercamiento verdadero de nuestra parte por cumplir lo que nuestro Padre quiere de nosotros, y por ese cumplimiento el regreso a Su Espíritu Divino. Es una Vida Eterna que nos habla de cumplimiento, de emancipación, de haber consumado deudas espirituales con nosotros mismos y con nuestros demás hermanos, de limpidez, de una siembra de obras basadas por el Amor de los unos a los otros, de perfección espiritual, de virtudes hechas a semejanza a las de nuestro Padre, de un libre albedrío nuestro encaminado y acorde con la Voluntad divina; de luz, sabiduría, conocimiento, verdad, de amor.
La muerte espiritual ha sido nuestra siembra y cosecha por alejarnos de la Vida misma que es Dios.
Mas, la hora viene en que seamos en Vida Eterna, ya que el Padre nuevamente enseñará a la humanidad el como ser un ejemplo vivo a la semejanza de Jesús.
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida: Palabras tan ciertas para cada hijo Suyo. Quien tiene espíritu, tiene que llegar nuevamente al Seno Divino siguiendo a Su Maestro.
Un Maestro de vida, de fortaleza ante las tentaciones, de rectitud, de perdón, de humildad, de nobles pensamientos, de obediencia al Padre y no a los intereses del mismo hombre, de verdad, de sencillez.
Por los intereses que son del mismo hombre y de nuestra carne, ¡cuántas veces hemos dado muerte espiritual a nuestro propio espíritu!
Por la grandeza aquí en la Tierra perdemos la grandeza espiritual.
Pues es necesario decir nuevamente: Lo del mundo queda aquí con nuestra carne hecha polvo; mas nuestro espíritu es eterno y con él sólo quedan sus siembras y sus cosechas y por lo tanto, ellas serán para alegría o desdicha nuestra, así como también representarán nuestras cargas espirituales si es que fueron obraras con oposición a la voz de la Conciencia.
¿Dónde están encaminadas nuestras siembras y cosechas, para la Vida Eterna del espíritu o para su muerte espiritual?
Los hombres en este Valle terrenal son muertos del espíritu, porque no vibran en el Amor de los unos a los otros, porque antes del Dios Vivo y Verdadero, colocan en sus espíritus otros dioses que representan todo lo mundano y carnal que pueden perder a un hijo Suyo.
Pues he aquí, que el Padre viene nuevamente a resucitar muertos del espíritu, para que todos tengan Vida Eterna.
El Padre no viene a dar muerte a ninguno de Sus hijos sino a entregarles la Vida Eterna. Lo que Él dará muerte y exterminará en fuego abrasador, será el pecado del hijo.
La materialidad, la soberbia, la vanidad, la lujuria, la altivez, el fanatismo, estos y más lo exterminará con la espada de Su Verdad.
Como Espíritu de Verdad entregará la sabiduría espiritual, el conocimiento verdadero y esclarecedor de todo lo que el hombre ha llamado “misterio e incomprensible”. Con ese Conocimiento divino, la humanidad se encaminará a la Vida Verdadera. No habrá más misterio, pues he aquí, que todo lo que no hubiese sido comprendido cuando vino en la carne de Jesús, lo esclarecerá y las interrogantes espirituales que se ha hecho la humanidad tendrán sus respuestas.
La Ley, el Amor, la Sabiduría: He aquí al Padre en tres fases distintas conduciendo a Sus hijos a la perfección espiritual, a la Vida Verdadera del espíritu.
La Ley conduce, el Amor eleva, la Sabiduría perfecciona.
Pues he aquí, lo que cada ser espiritual encarnado en este Valle desde Adán, ha de tener en su espíritu para ser verdadero hijo de Dios.
La muerte espiritual sólo desaparece regresando al camino estrecho marcado por la virtud.
La virtud está latente en cada espíritu.
El que ha obrado grandes males por la virtud será salvo.
El Padre no niega ni negará a ninguno de Sus hijos. A todos salvará, a todos redimirá.
Unos antes, otros después, todos llegarán a la Vida Eterna del espíritu; mas en esto también depende en mucho del anhelo del hijo por acercarse a la morada eterna.
Cada uno es libre de escoger el camino, el estrecho o el anchuroso, el primero conduce a la Vida Eterna, el segundo a la muerte espiritual. El camino estrecho evita purificaciones y lamentaciones y es un camino recto hasta la nueva Jerusalén. El camino anchuroso está lleno de encrucijadas y desvíos, por lo tanto en este camino para el espíritu está presente a cada momento el restituir, el enmendar y el purificar; el ¡ay!, el crujir y rechinar de dientes en esta senda es constante en los hijos de Dios.
Tanto encarnados como desencarnados en este Valle terrenal no pueden decirse a salvos puesto que la mayoría van caminando por el camino anchuroso.
En cada uno está el regresar al camino estrecho de la virtud, y entonces la paz vendrá al espíritu.
Pues, es necesario decir nuevamente: El Padre sólo invita a cada uno de Sus hijos a caminar por el sendero marcado desde nuestro nacimiento espiritual, mas no obliga.
Cada quien es libre de caminar por el sendero que más le plazca.
Cuando tanto encarnados como desencarnados de este Valle, dirijan su libre albedrío en sus obras por el Amor de los unos a los otros, la Vida Eterna será con ellos.
En el Amor de los unos a los otros está compendiada toda la Ley divina.
“Amaos los unos a los otros” |
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ceci1988 Asiduo
Registrado: 09 Feb 2008 Mensajes: 185 Ubicación: Paraná, ER , Argentina
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Publicado:
Dom Sep 28, 2008 2:26 pm Asunto:
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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Muchas Gracias Por estas reflexiones!!
son todas muy bonitas, voy a tener para varios momentos
de lectura!
Muchas Gracias!!
QUe DIoS te BENdiga! _________________
Sos la reina de mi corazon.
Madre humilde, esclava del Señor,
hazme fuerte en la alianza de amor. |
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Leonardo López Esporádico
Registrado: 25 Jul 2006 Mensajes: 61
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Publicado:
Lun Oct 13, 2008 4:31 am Asunto:
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Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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…
En el oscuro de la noche una voz se levanta,
es una Voz que invita a la luz;
el Camino, la Verdad y la Vida se hacen presentes en Él.
Cuán amor incomprendido desde que se manifestó,
pues aún la humanidad no concibe tal entrega,
porque vive y le agrada la oscuridad.
Sabiduría de amor y de vida, ese es Cristo.
La esencia de Su enseñanza no morirá,
he aquí, que el tiempo llega en que resurja con tal fuerza Su enseñanza de amor,
para hacer un cielo nuevo y una tierra nueva por doquier.
Un espíritu nuevo, un corazón nuevo serán en la existencia propia de los hombres;
la Nueva Jerusalén será en ellos, una promesa hecha realidad.
Frutos del espíritu, del corazón, de la mente, al servicio de la vida y del Amor de los unos a los otros, es lo que se avecina en la humanidad.
La mano homicida desaparecerá, no se hallarán las guerras ni el hambre,
puesto he aquí, que Cristo reinará en la Conciencia de la humanidad.
El Dios de la Vida reinará para los vivos.
Una Era de Espiritualidad se aproxima, un tiempo indefinido de prosperidad, de desarrollo espiritual, en donde la ciencia hallará sus mejores simientes para beneficio de todos;
en donde las religiones se fundirán en un solo ideal: En el Amor de los unos a los otros, para después, ellas desaparecer, dejando así un legado de unificación y de vida en el corazón de la humanidad.
El hombre será Templo verdadero,
la certeza de la vida se hallará en su espíritu,
y más que sentirse carne como ahora lo es, se sentirá espíritu a la semejanza de su Creador.
Las virtudes se manifestarán por doquier,
pues resplandecerán con luz viva en el espíritu de la humanidad.
El candente desierto a ella le despertó;
y he aquí, que sus méritos después de su larga caminata,
le hacen merecedora de un espíritu nuevo y un corazón nuevo.
Bienaventurada sea, porque por fin llegó a la Ciudad Blanca
para recibir el consuelo divino de su Creador.
Ciudad donde no reina la oscuridad sino la luz;
por siempre en ella, Cristo será la vid, el Agua que mitigue toda sed, Pan que alimente eternamente.
Él es el Árbol de la Vida y entrega Sus frutos de día y de noche;
en toda mesa serán aquellos frutos y con alegría se aprovecharán.
Llegado ese tiempo de todas partes se escudriñaran los escritos de las diversas religiones.
La humanidad sabrá distinguir lo elevado de lo bajo, la verdad de la mentira,
la esencia divina de la del hombre, la luz de la oscuridad.
Pues he aquí, que la Verdad divina siempre ha brillado en toda la redondez de este Valle,
así como la presencia del Padre conduciendo a Sus hijos,
mas el hombre impregnó con mano impura e insensata los escritos espirituales;
y será el nuevamente, el que quite la paja del Trigo dorado.
Los hombres no dirán más: ¡Soy de aquí! ¡Soy de allá!, simplemente dirán: De todos soy.
¡He aquí al hombre universal, al hombre que es de Dios y de sus hermanos!
La humanidad se fundirá en un Tercer Maná,
de ese Tercer Legado el espíritu comprenderá su destino y su misión; la finalidad de su existencia y el por qué de todo cuanto es en su vida.
Amado nuestro: Larga fue la travesía por el desierto,
larga fue la noche, y en ella nuestros lamentos y desamor se hicieron oír:
pero he aquí, que nuevamente vienes a nosotros para resucitarnos a la Vida Verdadera,
pues siempre has sido el Pastor en busca de la cien.
¡Oh!, Padre, nunca dejaste a ninguno de Tus hijos,
Donde quiera hicieran balidos de temor y de angustia, Tu presencia nos devolvía la luz y el camino seguro a seguir.
Nuevamente en otros mundos, en otros Valles, serás el Pastor en busca de la cien,
porque he aquí, que ninguno de Tus hijos se perderá eternamente,
ya que todos recibirán de Ti la Vida Eterna,
pues en cierto, no hay espíritu alguno que puede resistir eternamente a Tu amor paternal.
Es Tu amor el que convence, el que despierta, el que ennoblece nuestros espíritus.
Como cuando la noche deja paso a la luz del día o como cuando las nubes espesas dan paso
a los destellos de la luz del Sol, así es Tu presencia anunciado la vida y Tu calor de Padre, prodigando con ello nuestro despertar espiritual.
Gloria a ti Amado nuestro.
“Amaos los unos a los otros” |
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Leonardo López Esporádico
Registrado: 25 Jul 2006 Mensajes: 61
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Publicado:
Mie Abr 08, 2009 3:48 am Asunto:
¿Qué es la Verdad?
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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¿Qué es la Verdad?
Toda la Verdad absoluta del Padre no está contenida en ningún libro, aquella Verdad que encierra toda Su sabiduría, sólo Él puede revelarla en el preciso momento en que así ha de menester para con Sus hijos. Mas, Jesús vino a revelarnos la parte primordial de aquella Verdad absoluta y esa Verdad es: EL AMOR.
Dios es la Verdad misma, Él es quien nos guía con Su sabiduría revelada a través de los tiempos a la perfección espiritual, a la cual estamos destinados todos los espíritus desde nuestro nacimiento espiritual. En nuestra lucha espiritual que tenemos cada uno de nosotros, aquella Sabiduría nos instruye el cómo alcanzar la paz de nuestro espíritu o que es igual el Reino de los Cielos.
Por sí mismo el hombre no hubiese podido alcanzar la paz de su espíritu, y fue necesario que el Verbo de Dios se hiciese carne en Jesús para hacerse conocer a Sí mismo: Dios es Amor y no hay tiniebla en Él.
Cuantos hoy en día aún sienten en su corazón y razonan con su mente, que Dios es cruel y vengativo para los que no le aman ni le obedecen; mas esto no es sólo de estos tiempos, también sucedía en los tiempos pasados. Mas, Jesús vino a mostrar un Padre que todo lo da por Sus hijos, un Dios que ante todo salva, perdona y juzga con perfección el pecado del hijo, pero no para perderlo sino para volverlo a salvar.
Todo cuanto surgió de su Divino Espíritu fue hecho con luz y sabiduría, no hay en la Creación material o espiritual tiniebla ni confusión hecho por Él. Si la humanidad ha contemplado tiniebla, perdición, confusión y mentira ha sido por ella misma al alejarse de la Ley divina y de la armonía con todo lo creado.
El hombre siendo príncipe en todo lo creado, ha desoído su Conciencia y con ello la voz amorosa y sabia de su Dios, y he ahí todas las consecuencias que ha originado en su libre albedrío al menospreciar a aquella voz que ha llevado por siempre.
No es el Padre quien ha faltado a Su verdad, es el hijo que ha antepuesto en su espíritu las tinieblas de sus propios hechos. Y es el hijo quien ante todo debe de envolverse nuevamente en la Verdad divina para alcanzar nuevamente la paz de su espíritu.
El hombre posee diferentes verdades de todo cuanto concibe de lo material y lo espiritual, estas diferencias hacen que los hombres muchas de las veces se desconozcan los unos a los otros y lleguen hasta destruirse por defender sus verdades. ¿Es así como debe ser el hombre? No, porque cada quien va comprendiendo conforme su propio crecimiento y desarrollo espiritual.
Todo espíritu nace para nunca morir y nace puro, inocente, sin experiencia, sin conocimiento, sin desarrollo espiritual. Unos encarnan en un mundo material, porque les es necesario un punto de apoyo para poder crecer o desarrollarse espiritualmente, siendo esto un paso en la eternidad como las oportunidades que le sean necesarias para desarrollar y manifestar con plenitud sus virtudes y dones espirituales con sus demás hermanos así como para consigo mismo. Y estas virtudes y dones espirituales que poseemos son totalmente iguales a las de nuestro amado Jesús.
Todo cuanto poseemos en nuestro espíritu no todas las veces lo hemos puesto al servicio del bien y del Amor de los unos a los otros, sino al servicio del mal, al odio y al egoísmo de los unos para con los otros. Y es el Verbo del Padre en Jesús quien nos dio ejemplo de cómo guiarnos materialmente y espiritualmente. ¿Pues quién como Él para enseñarnos a manifestar nuestros propios dones y virtudes espirituales a través de todos nuestros hermanos?
En el Amor de los unos a los otros, está compendiada toda la enseñanza divina y en ella la Verdad eterna y el medio divino para que los unos a los otros desarrollen y manifiesten sus dones y virtudes espirituales, y con ello su paz anhelada. Esta es la Verdad divina: EL AMOR.
He aquí, que el Padre no vencerá a Sus hijos a través de las armas, la muerte, el odio o la venganza, nuevamente será por medio del amor como lo hizo en Jesús. No tiene otra arma divina mas que el amor para vencer el odio y las tinieblas de Su hija muy amada, la humanidad.
Es la humanidad quien caerá vencida ante el amor de su Creador y ella tendrá certeza que no vino para morir sino para vivir y elevarse en la eternidad por medio del amor.
La Verdad divina también está contenida en cada espíritu: En su Conciencia. Todo espíritu lleva en si la Verdad del Padre.
La Conciencia no puede ser mancillada ante las faltas del hombre, así como tampoco puede ser sobornada para acallarla. Ella siempre dirá a nuestro espíritu si va en el sendero de la Verdad divina o va creando abismos a través de sus obras. Y si va creando abismos, no hay paz.
“Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida”, y cuánto hay en esta frase divina, porque a través de toda Su vida material, desde Su nacimiento hasta Su muerte en la cruz, nuestro amado Maestro, nos mostró el camino a seguir y en ese camino la Vida Eterna del espíritu a través de una única verdad: EL AMOR. Esta fue Su enseñanza, la Verdad que todo espíritu debe de poseer.
Cada espíritu para alcanzar la Vida Eterna debe ser un ejemplo viviente de Jesús. Y en Jesús, es nuestro Padre Divino enseñándonos el cómo ser semejantes a Él.
El Amor es la Verdad. Cuando los seres encarnados y desencarnados vayan tras el ideal de esta Verdad divina entonces habrá certeza en la vida de cada uno de ellos, habrá gozo y serán un Templo viviente en el cual la mejor ofrenda no será nada material, sino la ofrenda serán ellos mismos al Amarse los unos a los otros. Este es la ofrenda y el Templo que anhela el Padre de Sus hijos, porque entonces andarán en la Verdad de toda Su ley, en Su enseñanza por medio del amor y de Su sabiduría divina.
Quien vive en la Verdad, siente el Reino de los Cielos en su propio ser en dondequiera se encuentre.
“Amaos los unos a los otros" |
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MariaAntonia Esporádico
Registrado: 02 Abr 2009 Mensajes: 32 Ubicación: Baleares-ESPAÑA-
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Publicado:
Mie Abr 08, 2009 11:13 am Asunto:
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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¡Hola! soy Maria Antonia, soy nueva en este foro,y hoy mismo me he presentado. Tienes muchisimarazón con tu artículo. ¿Cómo podemos lograr la paz en el mundo si cda uno de nosotros no emprezamos a crear paz en nuestras familias, trabajos etc... |
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Leonardo López Esporádico
Registrado: 25 Jul 2006 Mensajes: 61
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Publicado:
Mie Abr 29, 2009 12:46 am Asunto:
Certezas
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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Certezas:
Nuestro Padre se manifestó en un primer tiempo en el Monte Sinaí y entregó su Ley, después llegado el tiempo preciso, se hizo conocer a Si mismo materialmente en la carne humilde de Jesús, para entregar por medio de Su enseñaza de amor la Vida Eterna a Sus hijos.
Cristo es el Amor mismo del Padre. Quien conoce a Jesús conoce al Padre, al Creador de nuestra existencia eterna.
Nuestro Padre se encontraba solo en el principio, mas pronto dejo de estarlo al crear lo más preciado de Su creación: Sus hijos.
Son los espíritus destellos de luz divina al ser concebidos de la Mente divina de Dios.
Nacimos para crecer y multiplicarnos eternamente más allá en lo material, en nuestros dones, virtudes y facultades espirituales.
Todo cuanto fuese de luz para nuestros espíritus en su lucha por lograr su perfeccionamiento espiritual tendrá un valor infinito más allá de lo temporal.
Nacimos para amar.
El amor es la fuente de toda sabiduría verdadera.
Las obras que hace el espíritu por medio del amor se eterniza y se multiplica.
El mal se multiplica mas no se eterniza.
Somos pasajeros en este mundo, lo del polvo vuelve al polvo.
El hombre fue hecho del polvo de la Tierra, o sea, que su carne fue formada de todos los elementos que existen en la Naturaleza material a semejanza de las demás criaturas.
La carne se fundirá nuevamente con los elementos de la Creación material. Mas el espíritu llegado el tiempo en que él sea solamente luz y verdad, se fundirá nuevamente con el Espíritu Divino.
La carne es débil, porque fue formado a semejanza de las demás criaturas.
El espíritu es fuerte, porque su naturaleza no es material sino divina.
Mas el espíritu muchas veces cede a la debilidad, a las flaquezas de la carne, es por ello que siendo fuerte el espíritu cae por todo cuanto le tienta su carne, frágil criatura que siente el nacer y morir en un instante, no así el espíritu.
Pero es ahí donde el espíritu debe de mostrar su superioridad, su fortaleza ante las tentaciones y caprichos de su carne. He ahí los méritos donde el espíritu puede y debe desarrollar y manifestar las virtudes con que fue formado espiritualmente.
La carne no tiene virtudes, el espíritu nace con ellas.
El tentador lo lleva cada espíritu cuando cede a los caprichos de su carne así como lo del mundo. Mas el espíritu también lleva a su salvador cuando oye los dictados de su Conciencia.
Carne y lo del mundo y Conciencia, he ahí la batalla del mal cuando el espíritu es tentado y del bien cuando el espíritu oye la voz amorosa de su Dios conduciéndolo a la Vida Eterna.
Mas la carne y el mundo no fueron creados con el fin de perder a los hijos de Dios, sino para que nuestro espíritu lograse elevarse y manifestar sus virtudes espirituales al vencer las tentaciones con que es tentado al caer por su libre albedrío en pasiones insanas como la ambición, la vanidad, la vanagloria, el orgullo, el convertirse en dueño de sus hermanos y del mundo. En sí, todo cuanto hacemos y es opuesto a la Voluntad divina.
La carne no tiene contraída ninguna deuda con su Creador. Al ser formada como las demás criaturas está desaparece llegado el momento, mas no así el espíritu, él sí tiene que rendir en su eternidad de todo cuanto obra en su libre albedrío, don que ninguna otra criatura tiene en el haz de la Tierra.
Lo del mundo es todo aquello que el hombre a creado para perderse así mismo.
Para cada tentación existe una virtud para vencer.
Son los hijos de Dios los que se tienen que vencer así mismos: Esta es la lucha espiritual a la cual hemos sido sujetos hasta vencer.
¿La humanidad ha desarrollados sus virtudes espirituales? No, están latentes. Se ha dejado seducir por su parte material y todo cuanto el mundo le ofrece. El mundo fue creado como un Edén, mas el hombre en su libertad lo ha convertido en sangre y muerte por su soberbia y vanidad: Este es su infierno y lo dejará de ser cuando él oiga la voz amorosa de su Dios que ha llevado por siempre en su Conciencia.
Un espíritu se hace libre verdaderamente cuando por fin ha llegado a oír los dictados de su Conciencia.
En la Conciencia está el Padre, el Maestro y el Juez Divino. Todos hemos escuchado la voz de Dios, unas veces como Padre dándonos Su amor paternal, otras veces como Maestro enseñándonos a conducirnos en nuestra vida material y espiritual y otras veces como Juez, juzgando nuestro mal proceder.
¿Por qué la humanidad quiere ver a su Dios materialmente cuando Él ya dio testimonio de Si mismo materialmente en Jesús?
La humanidad ha querido siempre ver a su Dios, en cómo obra, qué piensa, cómo juzga, cómo enseña, cómo salva; pero hemos sido ciegos al no reconocerlo a Él en todas las obras que manifestó en Jesús o Emmanuel: Dios con nosotros.
Sí, humanidad, Dios se hizo visible materialmente en la carne de Jesús, para enseñar a todos Sus hijos en un segundo tiempo el camino del AMOR.
En si, no tenemos pretexto de no poder manifestar nuestras virtudes espirituales, cuando El que Es fue Ejemplo vivo entre nosotros.
¿Quién se inclinó ante Juan el Bautista y lavó los pies de los apóstoles? Dios mismo. He ahí la humildad del que es Autor de la Creación, nuestro Padre al inclinarse ante Sus hijos. Meditemos entonces en cómo hemos de ser cada uno de nosotros.
Un hijo aprende de su padre material, y si esto es cierto, ¿qué de extraño tiene que el Padre, el Creador de nuestros espíritus haya dado Ejemplo de Si mismo, para que todos Sus hijos pudiesen ser semejantes a Él?
Quien conoce al Hijo conoce al Padre. “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
“Yo Soy el que Soy”.
“Amaos los unos a los otros” |
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Leonardo López Esporádico
Registrado: 25 Jul 2006 Mensajes: 61
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Publicado:
Lun May 11, 2009 2:54 am Asunto:
Los errores que duelen
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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Los errores que duelen:
¿Por qué sufrimos? Cuántas veces nos hemos llegado a preguntar esto, sin encontrar una respuesta adecuada que mitigue nuestro dolor y aquella inquietud.
Nacimos para ser felices desde que surgimos del Seno divino, pero nos alejamos por propia voluntad de la Vida misma y de la paz que nos pertenecía por heredad.
No todos los espíritus encarnan, mientras unos permanecieron en la Voluntad divina otros necesitaron ascender nuevamente por medio de una carne al lugar que pertenecieron; he ahí la escala que el patriarca Jacob tuvo en una revelación divina.
La humanidad también nació con todos los atributos y dones espirituales que poseen a lo que ha llamado los ángeles, somos iguales a ellos. Pero unos y otros nos diferenciamos sólo en una cosa: En la obediencia.
Es la falta de obediencia a nuestro Creador el origen de todos nuestros males y sufrimientos.
Cada ser humano que habita este mundo es un ser espiritual viviendo una experiencia terrenal. Y en cierto, desde que surgió el primer hombre y la primera mujer simbolizados con los nombres de Adán y Eva, ha llegado a ser un cáliz muy amargo por nuestro libre albedrío manifestar primeramente nuestra voluntad que la de nuestro Padre en nuestras obras y actos cuando estos son opuestos a Su voluntad.
Nuestro Creador siempre ha anhelado nuestra felicidad, nuestra liberación del dolor. Él también sufre con dolor divino nuestros quebrantos y llantos. No es un Dios que no siente ni se inmuta ante el dolor de Sus hijos, ya que el Ser que dio toda sensibilidad a todo espíritu es infinitamente más sensible y recibe cada dolor que clama Su hija, la humanidad.
Nuestro Padre también es Maestro que enseña el camino del perfeccionamiento espiritual por medio de todo lo noble que emana de Su Divino Espíritu, mas también deja que en Su justicia divina reciban Sus hijos por sí mismos el fruto de sus obras.
Él nos hizo perfectos a semejanza de Su Divino Espíritu. Nacimos libres, con voluntad propia, con las facultades de la inteligencia y del razonamiento para discernir todo cuanto concierne a nuestra vida, y por estas facultades podemos meditar y encontrar el cómo alejar el dolor de nuestras vidas y en esa meditación hallaremos que lo será al apegarnos a Su Voluntad.
Si adolecemos como humanidad o en nuestra propia familia es porque no estamos apegados a Su voluntad divina.
Cada ser de este mundo o cada integrante que forma nuestra familia debe de luchar por encontrar la paz y la felicidad en conjunto, entonces el dolor desaparecerá.
Gran parte de la humanidad ha llegado a creer o a sentir que aprender de lo espiritual es perder el tiempo, superficial, antiguo, sin valor, perjudicial y hasta nocivo. Y es que, hemos dado tanto valor a lo terrenal que hemos hecho de ello nuestra vida, nuestro valor y fortaleza.
Es cierto que necesitamos de todo cuanto nos ofrece este mundo para vivir y que hemos llegado a necesitar de otros para salir avante en lo material. Y es aquí donde está nuestro error, porque a todo lo que se refiere a nuestra vida material no le hemos dado esencia espiritual.
Muchas de las veces la humanidad para poseer algo material ha tenido que lacerar, herir, menoscabar, menospreciar y hasta dar muerte al que ha llamado su Semejante. Hay veces que no le ha importado en lo absoluto las consecuencias que se originan por poseer algo de la vida material y como resultado el dolor se hace presente, hasta llegar a parecerle un infierno. Ese infierno que ha llegado a sentir es prueba de lo mal que ha encaminado su libertad tanto en el sendero material como en el espiritual. Es prueba de que necesita salir de sus tinieblas y encaminarse nuevamente en la luz que le dicta su Conciencia.
La Ley espiritual se creó para que el hombre tuviese un báculo que le sirviese de apoyo para tener paz y felicidad tanto en su vida material como espiritual. Y es ella la que debería regir sus actos y obras, para no sufrir las consecuencias que originan su mal proceder al quebrantar esa misma Ley.
Sufrimos porque no somos obedientes a la Ley espiritual y he ahí todas las consecuencias que origina nuestra falta de cumplimiento a esa misma Ley. Pues en verdad, el que infringe la Ley divina, en ese mismo instante también se hace acreedor a restituir su falta.
Anteponemos el odio, el rencor, los resentimientos al perdón en nuestras familias. Los niños sufren porque no hay calor paternal ni maternal. El mundo se ve envuelto en guerras y sangre porque no hay amor entre hermanos. Las epidemias y los elementos de la Naturaleza azotan las naciones porque no hay armonía de la humanidad hacia la Creación.
Sufrimos y adolecemos porque nos hemos alejado y hemos tenido como un absurdo y de poco valor la Ley espiritual. ¿Si hubiese seguimiento de nuestra parte a la Ley espiritual, y lo pusiésemos como cimiento primordial para conducirnos en nuestra vida material, sufriríamos? De cierto no.
La Ley dice no robarás, no matarás, no codiciarás lo ajeno, es cierto y se resume toda la Ley en Amar a Dios sobre todas las cosas y Amarnos los unos a los otros.
¿Acaso nuestro Padre es egoísta por querer ser el primer amor ante todo? En verdad que no, ya que ese amor tiene un significado muy profundo: Siendo Él nuestro primer amor, como Sus hijos, haríamos por amor a Él, Su voluntad en todos nuestros actos y obras, y al hacer esto, nuestra felicidad y nuestra paz serían una promesa hecha realidad. Entonces, ese amor primeramente a nuestro Padre, sería un beneficio total hacia nosotros mismos, porque al amarle seríamos y entregaríamos a nuestro Semejante como lo quisiéramos con nosotros mismos.
En amar a Dios sobre todas las cosas no hay egoísmo ni vanidad en Él, sino todo lo opuesto, porque al amarlo, la paz y la felicidad serían en cada uno de nosotros.
¿Acaso nuestro Padre tampoco sabía que íbamos a necesitar una prueba palpable para conducirnos en la vida? Todo lo sabía y sólo espero el tiempo preciso para manifestarse Él mismo materialmente. Es por eso, que se manifestó en la carne de Jesús y con ello nos dio muestra y ejemplo de todo lo que el amor puede hacer.
El amor fue y es Su enseñanza espiritual, pero también se hizo Ley para que nuestra paz y felicidad fueran perdurables eternamente más allá de lo terrenal en lo espiritual, al llevar a cabo el Mandamiento de Amarnos los unos a los otros.
No solamente nuestro Padre vino a salvar en Jesús a encarnados sino también a los que les faltaba la luz espiritual de Su verdad en los seres desencarnados. Estos también pueden y manifiestan su falta de amor y como consecuencia sufren las faltas en sus obras.
Si meditamos en todo esto, nuestro Padre desde un principio nos dio el medio para ser felices y apartar todo dolor: EL AMOR, y es por esto, que la humanidad en su conjunto no tiene pretexto ni excusa alguna para reclamar a su Dios el por qué sufre y el por qué llora.
Si sufrimos unos y otros es porque nos ha faltado la obediencia al Amar a Dios sobre todas las cosas y el Amarnos los unos a los otros, porque hemos dejado en un segundo término y hasta en un último lugar la Ley espiritual, Ley que fue creada para que cada uno de nosotros tuviese un Edén no sólo en el mundo, sino como humanidad y en nuestras propias familias al conducirnos por ella.
Para ser felices y abundantes en lo material hay que tener cimientos espirituales.
Abundantes sí; una cosa es tener cuanto necesitamos para sentir que nada falta en nuestra mesa y otra cosa es la ambición. Ambición que muchas veces habla de ser cautivos de lo material.
Pues en verdad, es necesario volver a ser ángeles, nuestra verdadera patria no es este mundo. Más allá de este mundo hay un Reino infinitamente mayor que tenemos como promesa al seguir la Voluntad divina. Un Reino que se puede percibir y sentir desde este Valle cuando unos y otros andemos con fidelidad con nuestro Dios.
Pues en cierto, somos iguales a los ángeles, mas hemos bajado por voluntad propia y nuevamente volveremos a subir por nuestra voluntad hasta encontrar en la cúspide la Presencia divina de nuestro Creador, Presencia divina no limitada en forma de hombre sino infinita e ilimitada como lo es Él.
Una cúspide que nos habla del perfeccionamiento que llegaremos a tener paso a paso, al subir peldaño tras peldaño en nuestra eternidad, hasta ser uno con nuestro Padre así como en toda Su creación, sin límites para nuestro espíritu. Nuestra prisión es semejante al ave en su jaula, limitado, pero que al ser libre el ave encuentra un mundo entero, así nuestro espíritu será semejante en su libertad al liberarse del mundo y de su carne para encontrar después un infinito en la Creación para amar y ser amado.
Este Valle nos ha servido tan sólo para aprender a amar y liberarnos del dolor cuando nos apeguemos a la Voluntad divina. Y cuando suceda esto, nuevamente nuestras alas serán puestas como simbolismo de libertad y de unión verdadera con nuestro Creador.
En cada uno de nosotros está la llave de la libertad.
Quien sigue la Ley divina se hace libre y por heredad le corresponde el infinito.
Seamos luz y verdad nuevamente.
“Amaos los unos a los otros” |
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Leonardo López Esporádico
Registrado: 25 Jul 2006 Mensajes: 61
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Publicado:
Lun May 11, 2009 3:04 am Asunto:
Hay una mujer:
Tema: AMANECER ESPIRITUAL (reflexiones varias) |
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Hay una mujer…
Silvia Esther García
Que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor, y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados.
Una mujer que siendo joven, tiene la reflexión de una anciana y en la vejez trabaja con el vigor de la juventud.
Una mujer, que si es ignorante, descubre con más acierto los secretos de la vida que un sabio, y si es instruida se acomoda a la simplicidad de los niños.
Una mujer, que siendo pobre se satisface con los que ama, y siendo rica daría con gusto sus tesoros por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud.
Una mujer que siendo vigorosa, se estremece con el llanto de un niño, y siendo débil se reviste a veces con la bravura de un león.
Una mujer que mientras vive no la sabemos estimar, porque a su lado todos los dolores se olvidan, pero después de muerta daríamos todo lo que poseemos por mirarla de nuevo un solo instante, por recibir de ella un solo abrazo, por escuchar un solo acento de sus labios.
De esa mujer no pidas el nombre, si no quieres que empape en lágrimas el pañuelo… esa mujer yo la vi por el camino.
¡Es mi madre!
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