Quiero divorciarme

[David Quiroa]

No, no soy casado. Tengo un hijo adoptivo y una maravillosa empleada
que lo cuida como si fuera su madre.

En los últimos días el niño, como buen adolescente, se ha dedicado día y noche
a desesperarme. No se quiere dormir, no se quiere levantar, no quiere subirse al coche,
no quiere bajarse, no quiere ponerse este suéter ni quitarse esos zapatos.

Ayer en la tarde estaba pensando "quiero divorciarme".
Estuve maquinando mil y un sistemas que me permitieran abandonar el hogar,
dejarles todo a ellos, seguirme ocupando de sus gastos, visitarlos de
vez en cuando pero no seguirlos soportando.

Afortunadamente, aún no hay leyes que permitan disolver el vínculo padre-hijo.
Para bien y para mal, uno no puede divorciarse de sus hijos. Ni siquiera de los adoptivos.

Sigo enojado. Pero la experiencia me ha hecho comprender lo que lleva
a un hombre casado a desear divorciarse. Cómo lamento que la ley
le haya puesto "tan fácil" dar ese paso. Si la ley me lo hubiera hecho
"tan fácil" a mí, me hubiera perdido de todo lo que aún me falta por vivir.

[Mar Simón]

Es verdad, David. A mí también me pasa. Pronto tendré a mi hijo en esa edad (ahora tiene 9 años, y tengo otra de 5).

Cuando dicen a todo que no, me armo de paciencia. Si el tema está complicado, dejar que pase un poco la tempestad.

Calma ante todo, explicarles después, están definiendo su personalidad, comprobando los límites que tiene mi amor...
quizás a veces están cansados, o simplemente su cuerpo se está desarrollando, eso influye de una manera que ellos no comprenden en su estado de ánimo,
yo tampoco la comprendo pero la intuyo.
Calma. Pocas normas, pero claras, firme en los castigos si son necesarios.
Al final, decirles que los quiero con todo mi corazón y que estoy muy contenta de lo mayores que se están haciendo, lo buenos que son y lo contento que está Jesús cuando se portan bien.

Hasta la próxima ocasión (que suele ser más bien pronto).

Como todo lo que nos interesa en la vida, hay que poner mucho de nuestra parte.

[enriqueellena]

Hola David: Me sorprende, después de haberte leído tanto tu planteo de renuncia a una paternidad asumida voluntariamente. Creo que sos victima de tu propio error, la educación del niño, el debió crecer sin desconocer sus limites y tener una formación basada en el amor y el agradecimiento, en la generosidad y en la fe.

Hablas de un adolescente. parecería mentira pensar que un niño ya desarrollado pueda tener actitudes así, por mas malcriado que sea, deberás replantear la educación del niño y con la ayuda de tu empleada que crees muy eficiente, darle a el una contención diferente, buscar ayuda profesional y intentar reparar el daño causado.

La solución no es abandonar el barco porque se prendió fuego sino apagarlo rápidamente y resolver la causa. Te aconsejaría cambies tu actitud y comprendas que la causa de tu situación eres tu mismo

[monik]

David entiendo que agradeces no poder "divorciarte" de tu hijo y que comparas que si fuera imposible el divorcio legal de esposos tal como es imposible divorciarnos de nuestros hijos todo sería diferente, pues situaciones difíciles simpre se van a presentar en nuestros hogares pero si en lugar de abandonar el barco remamos con más fuerza todo será diferente. Sigamos disfrutando la alegría que nos dan los hijos y pidiéndole a Dios nos conceda paciencia en los momentos difíciles. Bendiciones
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Mirad que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino procurad siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos.

1 Tesalonicenses 5,15

[RT]

Es verdad David, lamentable que sea tan fácil el destruir una relación de esposos. Al primer signo de tormenta, abandonan el barco... se dan por vencidos sin luchar... No dudes que este "comodismo destructivo" llegue algún día también a la relación con los hijos...

[Mar Simón]

Creo que ya ha llegado ese pseudo-divorcio de los hijos.

No se les echa de casa, los padres no se van... pero por una parte,
les ahogan a actividades extraescolares (extra-hogares, o sea, que no pasan tiempo en casa),
por otra pasan la mayoría del tiempo en la calle, así no manchan, no desordenan y sobre todo,
no nos piden que estemos con ellos, (que no se nos ocurre qué hacer). Eso pasa donde vivo.

Pero tormentas del tipo protestas... a mí me parece muy normal sobre todo en adolescentes. Están probando a ver quiénes son ellos, hasta dónde les apoyamos nosotros. Nos rechazan exteriormente, pero nos necesitan internamente...son una contradicción, y nuestro papel es estar ahí, sosegados, firmes, hasta que pase el temporal.

[R Real]

Hola;

No des gracias por no poder desasirte de tu hijo;
¡No debieras ni pensarlo!!
Existen muchas pésimas opiniones acerca del "adolescente"
lo único que te puedo decir (después de estar criando a 4 al mismo tiempo),
es que sus buenos hábitos caen hasta desaparecer;
hay que repetirles a diario cómo deben comportarse,
hay que llamarles la atención
pero no dejarles el mensaje de "no te quiero"
y cada noche darles un beso antes de dormir
(sin importar el día que te dieron)
Exigirles respeto; bajo la consecuencia de disminuír sus privilegios;
(salidas, TV, etc.)
Y darles obligaciones para asear la casa, no sólo "sus" cosas.
Si bien, "sufren" su crecimiento, no deben perder de vista
que deben agradecimiento y respeto a quien les procura todo.
Tu empleada debiera ser más vigilante
de lo que le permite hacer en tu ausencia.

Saludos!!
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¡Ven Señor Jesús!........

[David Quiroa]

Agradezco sus notas.

Debo señalar que me sorprende lo fácil que algunos saltan a conclusiones erradas
y de la misma manera me sorprende que otros comprenden la situación a la perfección.

(Y no les voy a decir quién es quién, )

La lección me queda (a mí al menos) para ser más comprensivo con quienes buscan "la salida fácil".
Quiera Dios que algún día pueda ayudar a alguien a pasar por esa tormenta.

[Mª Paqui]

En fin... por lo menos no existe esa facilidad... por contra hay quién por una causa u otra, tira la toalla, y consigue unos hijos déspotas y malcriados. Creo que no es tu caso David.
Espero que se te pase pronto el enfado, (seguro ya se te pasó, y volvió otro y se te pasó de nuevo...) paciencia y mucha firmeza, quíen manda en cómo han de ser las cosas en tu casa eres tú... pero esto ya lo sabes.
Siempre queda algo que hacer con los adolescentes... Si, rezar por ellos.
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Un abrazo en el Señor