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UNA HISTORIA DE AMOR
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Hini
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Registrado: 26 Sep 2005
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MensajePublicado: Jue Dic 13, 2007 12:31 am    Asunto: UNA HISTORIA DE AMOR
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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Comenzamos esta serie de "cartas de amor". Es la historia de José y Felicita, recopiladas y recogidas en un libro por el P. Horacio Bojorge S.J.

Cada día iremos agregando nuevas cartas, como los capítulos de una novela, para que así los disfrutemos y podamos comentarlos.

Esperamos que les gusten y que hagan sus comentarios aquí en el foro sin abrir un tema nuevo.

También pueden escribir al P. Horacio en este email: bojorgeh@gmail.com

El mismo enriquecerá este tema con sus comentarios cada vez que sus ocupaciones se lo permitan.

Gracias! Smile


Ultima edición por Hini el Jue Dic 13, 2007 10:40 am, editado 1 vez
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Hini
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Registrado: 26 Sep 2005
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MensajePublicado: Jue Dic 13, 2007 12:33 am    Asunto: Una historia de amor. Introducción
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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Este libro del P. Horacio Bojorge, rescata y salva del olvido un testimonio de amor, dando a luz 250 notables cartas de amor escritas entre 1926 y 1932 e intercambiadas entre "José y Felicita"

Estas cartas de amor se leen con la misma gratuidad y la misma fruición que una novela, con la fruición de lo que Aristóteles llamó anagnórisis, que los psicólogos modernos llamarían transferencia, pero que consiste propiamente en un reconocimiento de la verdad humana de una situación existencial. Es el reconocimiento de la verdad humana de lo representado en el teatro.

Pero José y Felicita son personajes reales. Su historia no es una ficción literaria. Ni él ni ella son famosos, ni sus cartas se publican para ser imitadas, sino a sabiendas de que son inimitables en fondo y forma. En estos asuntos, imitar es más bien despersonalizarse.

Su valor está en que son un arquetipo y conmueven el ánimo del lector con una grandeza humana que resplandece en su sencillez sin pretensiones, sincera y paciente.

Si algo es deseable que susciten, es la esperanza de que vivir Una Historia de Amor como ésta, extraordinaria en lo ordinario, es, también hoy, posible.


Ultima edición por Hini el Lun Ene 28, 2008 11:34 pm, editado 2 veces
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Hini
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Registrado: 26 Sep 2005
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MensajePublicado: Jue Dic 13, 2007 12:41 am    Asunto: Una historia de amor: Crónica de 1925
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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Diciembre 3: El Encuentro

José ve a Felicita acompañada de su mamá en el cine del barrio Reducto y después de la función la sigue hasta su casa, situada a unas seis cuadras del cine.

Por ese tiempo Felicita y su familia se alojaban en una casa de la Avenida Millán 2788, que aún existe. Pertenecía a Sara, tía política de Felicita, que había quedado viuda. La familia de Felicita le hacía compañía y aguardaba la construcción de una casa en el Prado.

José tiene en ese momento veintitrés años y Felicita diecisiete. José cuenta este primer episodio en la Carta 215, 7 Diciembre 1930 y lo recuerda en otras.


Hasta mañana!
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Luciana Belén
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Mensajes: 4928
Ubicación: La Plata, Argentina

MensajePublicado: Jue Dic 13, 2007 4:45 am    Asunto: Re: Una historia de amor
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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Genial Hini!!!!!!!!!!! Buenisimo!!

Yo tengo los audios del Padre Bojorge! y lamenté no estar en Buenos Aires para poder ir a la charla que dio hace poquito sobre esta historia de amor. Very Happy

Miles de gracias por publicar!!!!!!!!!!!!


Una alegría!!!!!!!!!!!!!

Cordialmente.Luciana

_________________


"Aspira a lo celeste que siempre dura, fiel y rico en promesas Dios no se muda."
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Padre Horacio
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Ubicación: Montevideo, Uruguay

MensajePublicado: Jue Dic 13, 2007 6:01 pm    Asunto: Hini, Luciana Belén, Foristas, saludo del Padre Horacio
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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Querida Hini:
Estoy muy contento de que se haya anunciado en el Foro de Jóvenes católicos esta colección de 250 cartas de amor que Catholic.net está incorporando a los libros como libro del Mes. Hini, la presentación que están logrando es excelente.

Querida Luciana Belén:
Te agradezco tu intervención inmediata en el foro. Lástima que no pudiste estar en la presentación en Buenos Aires. Quizás en mi próximo paso por ahí del 17 al 23/12, y de nuevo del 4 al 6/1/2008 nos podamos ver. Tendré gusto en conocerte personalmente y saludarte.

A ti joven forista:
Me auguro que la lectura de estas cartas tenga un efecto positivo en tu corazón. Que lo sane, si necesita sanación. Que lo purifique si necesita purificación. Que lo deleite, si necesita en algo ser alegrado y consolado. Que lo informe si necesita información. Que lo santifique si necesita ser santificado. Que lo evangelice si necesita ser evangelizado.

Yo tengo muchos testimonios de que esta lectura hace mucho bien al corazón. Entre otras cosas muestra que amar es posible. Amar es gracia. Amar es beatificante.

Aguardo con curiosidad tus impresiones.

Estas cartas se irán publicando en Catholic.net como una novela de amor en forma de folletín por entregas. Varias lectoras, primero del manuscrito, luego del libro publicado. me han dicho que han quedado atrapadas por la lectura de las cartas de José. Unas opinan que es como una novela. Otras agregan que parece una novela rosa. A varias les cuesta dejar el libro una vez que han empezado a leerlas.

De varones apenas tengo opiniones. A mí, que soy varón, me han parecido tan superiores en su género, que me persuadí de que había que publicarlas. Y por suerte, mi editor, cuyo juicio es de mi confianza, fue de la misma opinión que yo.

Te cuento un poco: gracias a la generosidad de una familia, estas cartas vinieron a dar a mis manos y se me dio autorización para publicarlas guardando secreto sobre los apellidos de José y Felicita.
Un descendiente de José y Felicita consideró que este epistolario amoroso ilustraba como un testimonio elocuente lo que expongo en La Casa sobre Roca y Luciana Belén les viene resumiendo.

El amor que se expresa allí es un arquetipo de amor fiel, puro, casto y feliz. En esta época escasa de buenos modelos de amor y donde lo que sobran son los malos ejemplos y la recomendación de las desviaciones, viene bien levantar esta bandera del buen amor, del santo amor y al mismo tiempo de un amor normal, alcanzable.

Sabemos, por el Cantar de los Cantares, Capítulo 8, 6-7 que el amor entre hombre y mujer tiene su fuente en el fuego del amor divino y se desprende de él, como una centella, como una saeta, como una llamarada. Eso era así en el designio divino del principio, cuando Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza.

Vino el pecado original y pareciera que el fuego del amor humano se iba a extinguir del todo. Pero vuelve a decirnos el Cantar que ni los mares ni los ríos pueden extinguir el amor, porque su fuente es divina y vuelve a arder siempre de nuevo en el corazón humano. Aunque ahora sí, comprometido por el pecado original, y por lo tanto necesitado de sanación y santificación, para recobrar la santidad y felicidad primera. Porque los fuegos del amor, aunque no se extingan, pueden convertirse en fuegos del infierno debido al egoísmo.

Desde el pecado original, el amor propio tiende a apropiarse del amor para sí, tiende a apoderarse del amado, tiende a querer usarlo, tiende a dominar, a someter, a irritarse si su egoísmo es puesto a raya y resistido.

Por la herida del pecado original se hace despreciable el amor. Como lo dice Dios en el Cantar: "Si alguien quisiese comprar el amor, se haría despreciable". Se hace despreciable él, pero también hace despreciable el amor.

Por eso tantos terminan por cobrarle miedo al amor. No se atreven a amar. Tienen temor a la mujer, temor al varón, temor a las consecuencias de darse al otro...

El sacramento del matrimonio permite a los bautizados que vuelvan a vivir santamente según el designio divino del principio Cuando se vive de acuerdo a su bautismo, cada esposo es ministro de sanación y santificación para el otro.

Grande es este sacramento y maravilloso su efecto cuando se vive en santidad. Recupera su condición de centella de fuego, de saeta encendida, de llama desprendida del Fuego Bienaventurado y Eterno del Divino Amor.

Joven que me lees, abre tu corazón a esta hermosa esperanza

Bendiciones y feliz Navidad
Padre Horacio Bojorge S.J.
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Hini
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Registrado: 26 Sep 2005
Mensajes: 255

MensajePublicado: Jue Dic 13, 2007 8:17 pm    Asunto: Carta 1. 31 de marzo de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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CRÓNICA:

Declaración de amor.
Primera carta de José declarándole formalmente su amor a Felicita. Habla con ella por primera vez, según recordará cinco años después en la primera página del Álbum comenzado el 31 de marzo de 1931.




Retrato de Felicita con disfraz (1926)


1.- Carta
Montevideo, 31 de Marzo de 1926 [miércoles]


“Así, tal cual es, fuerte y grande, ofrezco a Ud. este amor”


Señorita :
Apelo a su benevolencia para hacerme disculpar las incorrecciones de esta cartita. No encontrará Ud. en ella la feliz expresión que podría darle quien domine el arte de escribir; ni encontrará la comparación acertada de un imaginativo, ni el desborde de pasión que podría describir un sentimental.
Sólo hallará Ud. en ella, y eso, a mi entender, es su mayor mérito, la sinceridad de quien trata de poner de manifiesto un sentimiento tan grande que es difícil hallar palabras para expresarlo. Yo quisiera decirle a Ud. misma, con la emoción que invade el alma cuando la voluntad de una mujer va a decidir de nuestra suerte, lo mucho que la quiero, cómo ha llegado a ser todo para mí: el principio y el fin de todos mis deseos y aspiraciones; el objeto que persigue mi voluntad; el ser alrededor del cual giran mis pensamientos; el resumen de mis afectos; en una palabra, todo lo que hay de más noble en la vida de un hombre.
Yo era un despreocupado que miraba la vida casi como un espectador, sin buscar complicaciones y solucionando del mejor modo posible las que se presentaban. A veces, soñando despierto, presentía la gran pasión que todos deseamos para nuestra vida, y deseaba hallar una mujer, una noviecita linda y buena, una compañera de mi vida, que compartiera mis penas y mis alegrías y fuera, al través de los años, la misma novia amante y cariñosa del primer día. Quería un amor duradero y firme. ¿Sería mi afán tan inconsistente como el del poeta que buscaba “un corazón dentro de una mujer”?
La vida está llena de sorpresas. Vivimos muy artificialmente y lo que parece firme, mañana aparece vacilante ante un análisis detenido. Por eso yo, para evitarme sorpresas dolorosas sigo el consejo de aquel sabio que afirmaba que para aspirar a conocer algo hay que empezar por conocerse a uno mismo. Yo mentiría si le dijera que el amor que siento hoy por Ud. es el mismo que el del primer día. Yo me he puesto en guardia contra el amor a primera vista que nace y muere con la misma rapidez. Yo desconfiaba de mí mismo y el temor de engañarme me contuvo al principio, pero cuando lo que fue antes admiración, respeto cariñoso por Ud. creció transformándose en amor, entonces estuve seguro de mis sentimientos y me entregué de lleno a este amor, que es hoy mucho infinitamente más grande que el primer día. ¿Dirá Ud. que este amor es demasiado razonado, demasiado sereno para ser sincero y profundo?... No lo crea Ud. La llama que más calor da es la serena y no la que se lanza locamente al aire y se consume estéril; la casa que más dura es aquella cuyos cimientos han sido hechos a conciencia; las aguas serenas son casi siempre las más profundas y las que más vida tienen en su seno. Así, tal cual es, fuerte y grande, ofrezco a Ud. este amor que no encuentra bastante una vida para albergarlo. De su decisión depende mi felicidad. Más aún. Si es cierto que lo femenino nos eleva al cielo, puede también arrastrarnos a sufrir penas sin nombre. El infierno estaría para mí en la tierra si me viera condenado a no contemplar su belleza y su gracia. Porque yo cifro ahora mi dicha mayor en poder mirarme en sus ojos, esos ojos tan luminosos y expresivos, y me parecería escasa la luz del sol si después de haberlos visto se cerraran para mí. Sus labios tan expresivos y dulces cuando sonríen ¿tendrán para mí frases de aliento y de cariño?
He ahí mis aspiraciones. He ahí el amor que Ud. me ha inspirado con su serena belleza. No me atrevo a esperar que Ud. me escriba. Pero ¡le agradecería tanto que me hiciera saber su decisión! Es penosa la duda y a Ud. le sería fácil desvanecerla dándome una oportunidad para hablar con Ud. ¿Es mucho pedir? Así podríamos saber algo acerca de cada uno ya que por carta es menos fácil conocerse. Y si hubiera que esperar ¿me permitiría Ud. escribirle de cuando en cuando? Adiós. La saluda afectuosamente José N. N.


Carta 1


Ultima edición por Hini el Vie Ene 18, 2008 8:08 am, editado 1 vez
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Luciana Belén
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Mensajes: 4928
Ubicación: La Plata, Argentina

MensajePublicado: Vie Dic 14, 2007 10:53 am    Asunto: Re: Hini, Luciana Belén, Foristas, saludo del Padre Horacio
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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Padre Horacio escribió:
Querida Luciana Belén:
Te agradezco tu intervención inmediata en el foro. Lástima que no pudiste estar en la presentación en Buenos Aires. Quizás en mi próximo paso por ahí del 17 al 23/12, y de nuevo del 4 al 6/1/2008 nos podamos ver. Tendré gusto en conocerte personalmente y saludarte.

Bendiciones y feliz Navidad
Padre Horacio Bojorge S.J.


Es muy probable! ya que yo estaré en Buenos Aires desde el 22/12 hasta el 10/01. Wink

Sobre su anterior presentación, aunque no pude ir fue un amigo mio, y la grabó, así que podré escucharlo. Además de haber ya recibido sus comentarios y el precioso testimonio que dieron los novios, Rita y Oscar. Y gracias al Cielo, luego de un noviazgo casto... el 1 de marzo habrá Santo Matrimonio! Very Happy

Feliz y Santa Navidad!

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Registrado: 26 Sep 2005
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MensajePublicado: Vie Dic 14, 2007 9:13 pm    Asunto: Crónica de abril de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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2: Autopresentación de José: Segunda carta, presentándose a Felicita que le pide informes sobre su persona

5: José anuncia que hablará con la mamá de Felicita, que se llamaba Felicia y tenía 54 años.

12: Felicita, fascinada por las cartas, ha pedido que José le escriba una carta diaria.

13: De acuerdo con la mamá de Felicita, se encontrarán el 14 junto al lago del Prado, pero el mal tiempo lo impide. Y también el estado de convalecencia de ella. Felicita se resfría una y otra vez durante esos meses. Hay preocupación por su salud durante todo el año. El 13 de diciembre, un examen médico los tranquilizará a todos.

19: José cumple hoy veinticuatro años, pero no menciona el hecho en su carta. A pedido de Felicita, José le devuelve las cartitas escritas hasta la fecha por ella

21: José anuncia que al día siguiente se presentará al concurso de ayudantes de cátedra de castellano en la Universidad y después se anotará para el concurso de profesores de castellano.
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MensajePublicado: Vie Dic 14, 2007 9:18 pm    Asunto: Carta 2. Montevideo, 2 de abril de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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2.- Carta
Montevideo, 2 de abril de 1926 [viernes]


“...su pedido de informes acerca de mi persona...”


Señorita F...
Su carta me ha traído la convicción de que es Ud. sensata en la misma medida de su hermosura. Nada hay más justo que su pedido de informes acerca de mi persona, pero yo hubiera preferido que los recibiera Ud. por otro conducto que no fuera yo. En efecto, si yo fuera mala persona ¿cree que me expondría, diciéndoselo, a perderla? Y si fuera una nulidad, algo que no sirviera ni para mal ni para bien, ¿amaría Ud. a quien no acreditase otro mérito que su sinceridad? Y siendo buena persona ¿cree que no se hace violencia quien debe poner de manifiesto sus propios merecimientos, si los tiene, arriesgando pasar por inmodesto o vanidoso?
Aún así, me halaga en extremo que confíe Ud. en mí hasta el punto de atenerse sólo a mis manifestaciones. Nobleza obliga, y ya que no debe haber entre nosotros secretos que traigan sorpresas o se presten a equívocos sabrá Ud. lo que desea saber.
Soy de campaña. Mi familia, que estuvo en buena situación en Río Negro, se vio reducida por errores de mis abuelos y mis padres, y por esa mala fortuna que se ensaña con algunas familias, a una medianía inestable y que no llevaba trazas de mejorar. Yo no podía ni quería resignarme a ser un empleado del frigorífico Liebig’s condenado a una vida de subalterno sin posibilidades de independencia y, aunque mi familia emigró a Entre Ríos, yo quedé en Fray Bentos estudiando, sostenido a medias por mi trabajo y la ayuda de mi tío Manuel, hermano de mi madre. Tenía entonces quince años . ¿Comprende Ud. qué agitada tiene que haber sido mi existencia en aquel entonces? Pero estoy agradecido a la vida que me dio ocasión de templar mi voluntad y forjar mi carácter. Quiso la suerte que yo me destacara en mis estudios y como mis notas de estudiante alcanzaran el promedio que marca la ley, obtuve la beca y vine a estudiar a Montevideo. No me abandonó la suerte y como terminé mis preparatorios con buenas notas, al recibirme de bachiller fui nombrado ayudante adscripto a la Cátedra de Idioma Castellano de la Universidad, puesto que desempeño en la actualidad y de donde, previo un concurso al que debo prepararme dentro de pocos días, espero pasar a profesor de la materia. Además, soy profesor substituto en la Sección de Enseñanza Secundaria y Preparatoria, donde he dictado varias materias, tales como Literatura, Moral, Filosofía, etc.
Le ruego que no tome esto como alarde de un fatuo deseoso de deslumbrar. Hubiera deseado que Ud. lo supiera por intermedio de otros; no faltan por ahí quienes me conozcan y hasta en su barrio he visto varios ex discípulos míos.
Pero no son esas las únicas actividades. Estudio medicina y estoy en segundo año de la Facultad y por si fuera poco, empleo la tarde del domingo en mi puesto de la Sección “Sport Argentino” en el Hipódromo de Maroñas, donde soy liquidador.
Preguntará cómo es posible repartir el tiempo para atender tantas ocupaciones. La necesidad tiene cara de hereje, dicen unos. La necesidad aguza el ingenio, dicen otros. Ella fue quien me obligó a estudiar y quien me enseñó a no retroceder ante las dificultades. Lo que hice al principio por obligación, lo hago hoy por hábito.
Ya ve Ud. Desde niño lucho con la vida y hoy creo que no está lejano el día en que alcance una posición definida y firme. Mis padres, viejos ya , están a mi lado y dos hermanos míos me ayudan a sostenerlos. Esta es ahora mi situación. ¿Comprende Ud. ahora mi despreocupación en materia de amores? ¿Cómo pretender el amor de una mujer, si era, hasta hace poco, un Don Nadie? Aún hoy mismo, yo sé que soy poca cosa y no me hubiera atrevido a ofrecerle mi amor si no estuviera seguro de merecerla más tarde
Nunca quise eludir el darle informes, pero ¿no podría Ud. creerme un jactancioso si yo se los daba desde el principio? Y si le decía algo acerca de mi cargo en la Universidad ¿me hubiera escrito Ud.? ¿Hubiera Ud. creído que yo me despojaría de mi tendencia de crítico del lenguaje, para no ver en su carta otra cosa que la expresión amorosa? Tal vez no. Tal vez Ud. hubiera temido la posibilidad de que yo juzgara su carta con otros ojos que los de enamorado y no me hubiera escrito. Y además, hay el mal concepto en que tienen muchas gentes al estudiante. Yo estudiante de Medicina, ¿no puedo querer sinceramente a una mujer? ¿No podré amar con toda el alma a una mujer que como Ud. es bella y buena? ¿No tendré el derecho de ser amado y de que me miren unos ojos y me sonría una boca tan hermosa como la suya?
Si cree en mi amor, si cree que merezco amarla y ser amado por Ud. escríbame sin temor alguno. Renunciaría a todo menos a la conquista de su amor y Ud. tendría que ser de piedra para no amarme. Adiós. La ama con locura José.
Mañana pasaré de noche. Si está en la azotea, enrolle la carta y tírela a la acera. Yo la recogeré.


Carta 2


Ultima edición por Hini el Vie Ene 18, 2008 8:09 am, editado 1 vez
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Hini
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MensajePublicado: Vie Dic 14, 2007 9:23 pm    Asunto: Carta 3. Montevideo, 5 de abril de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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3.- Carta
Montevideo, 5 de abril de 1926 [lunes]


“Ud. me enseñará a ser más emotivo... perfeccionará mi corazón ¿verdad?”


Señorita F...
No esperaba otra cosa de Ud. porque sé que no tendría secretas nuestras relaciones. Yo le hubiera pedido, en caso contrario, para hablar a su mamá, una oportunidad que Ud. me da muy cumplida. Expondré a su mamá lo que le he expuesto a Ud. acerca de mis propósitos y espero que su mamá quedará conforme.
Pero como no basta que quede conforme sólo con propósitos, trataré de que mis actos, en lo sucesivo, se ajusten estrictamente a su sentir. Quiero llegar a Ud. no sólo por medio de mis palabras, sino también de mis actos, y no deseo otra cosa más que ellos sean tales que le lleven a la convicción de lo grande de mi cariño por Ud.
Así verá Ud. que lo que teme, ese amor ilusorio de que habla, no existe en mí. Es un amor que tiene la dosis necesaria de ilusión, y nada más. Si no tuviera nada de ilusión ¿en qué diferiría del amor brutal de la bestia o del salvaje? Y si tuviera mucha, demasiada ilusión ¿cómo se hallaría después frente a las realidades de la vida?
Dispense Ud. Yo me dejo arrastrar siempre por el raciocinio y algunas veces mi cabeza quiere imponerse a mi corazón. No sería extraño esto, después de todo, en quien sólo ha ejercitado el cerebro y poco tiempo ha tenido para dedicarlo a cultivar el amor. Ud. me enseñará a ser más emotivo. Ud. perfeccionará mi corazón ¿verdad?... Mi corazón es un terreno casi inculto, donde recogerá una hermosa cosecha de amor si se toma el trabajo de desbrozarlo y cultivarlo. ¿Me perdonará la comparación? Huele demasiado a agricultura ¿verdad?
No se apresure mucho por salir. Yo estoy impaciente por verla de nuevo, pero deseo más que se cure bien. Es preferible estar unos días encerrada a pasar el invierno con un resfriado cada quince días. Creo que no se molestará porque yo me tome la atribución de darle ese pequeño consejo.
Le escribo esta carta después de salir de clase. Otra será mejor y más digna de ser leída por tan hermosos ojos. Espero que se mejorará pronto. Si me quiere escribir, estaré mañana a las ocho en el lugar de siempre. Si no me escribe es porque he de verla pronto ¿verdad?
Adiós. Dé saludos de mi parte a su señora Mamá . La quiere muchísimo José.


Carta 3


Ultima edición por Hini el Vie Ene 18, 2008 8:17 am, editado 1 vez
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MensajePublicado: Dom Dic 16, 2007 8:54 am    Asunto: Carta 4. Montevideo, creo que a 11 de abril de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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4.- Carta
Montevideo, creo que a 11 de abril de 1926 [domingo]


“Quisiera decir cada día que pase: la quiero hoy más que ayer”


Mi linda noviecita:
¿Ha visto cómo yo tenía razón al pedirle que no se apresurase a salir sin estar bien curada? Por más que yo deseaba ardientemente verla, hubiera esperado gustoso a que se compusiese para después verla sana por completo. Es una imprudencia levantarse de la cama y exponerse, yendo al cine, a una recaída. Me atrevo a pedirle que espere a curarse para salir y que no vaya el miércoles al Prado si el tiempo no está bueno. Yo, para disipar un poco el tedio de su encierro, le escribiré con la mayor frecuencia, pero le pido que me conteste si puede hacerlo. Sus cartitas me causaron una gran alegría aunque no había en ellas ni la menor muestra de cariño. Espero que en otras cartitas suyas, más adelante, Ud. me escribirá más cariñosamente; y a medida que aumente nuestra confianza y nuestros trato, disminuirá el protocolo y se traslucirá más el cariño. Yo quisiera que esta carta fuera muy cariñosa para que le llevara un poco de todo el cariño que siento por Ud. mi princecita linda, pero ¿Cómo he de poner en un trozo de papel frío, todo lo que siento? Es imposible. Imagínese pues que yo estoy a su lado y le digo muchas veces que la quiero y que miro sus ojos, tratando de leer en ellos las palabras que sus labios callan...
Ahora, después de haber pasado la tarde hablando de desinencias, declinaciones, definiciones y etimologías, me encierro para dedicar un rato a mi encantadora noviecita. Para los otros son los pensamientos más superficiales, para Ud. los más nobles y profundos, lo mejor de mi vida, y así quisiera que fuese siempre, para decir cada día que pase: La quiero hoy más que ayer, porque ella ha vivido un día más junto a mí, y me ha dado parte de su vida y ha reído y sufrido conmigo. Y como al viejo vino, cada día que pase nos traerá nuevas bondades e impregnará nuestro amor de un perfume lozano.
La quiero tanto, ahora Felicita, (así la llamó su mamá según creo haber oído) que ya no podría prescindir de Ud. y en todos mis proyectos interviene su adorable personita. Me parece mentira que Ud. pueda quererme o, por lo menos, quererme tanto como la quiero yo. Pero Ud. me va a querer mucho, muchísimo y en la seguridad de su cariño yo tendré más ánimos para continuar esta vida de trabajos que me he impuesto. Ahora tengo un motivo, un móvil, un ideal mucho más hermosos que antes y obtener su cariño y gozar yo haciéndola feliz a Ud. es mi aspiración. Adiós. La adora su José
Espero su carta mañana de ocho a ocho y media.


Carta 4


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MensajePublicado: Dom Dic 16, 2007 8:56 am    Asunto: Carta 5. Montevideo, 11 de abril de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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5.- Carta
Montevideo, 11 de abril de 1926 [domingo]



Encanto mío:
Hoy llueve y no ha venido gente a Maroñas. Tengo, pues, muy poco trabajo y aprovecho el tiempo en esta forma, escribiéndole, que es para mí una tarea deliciosa. Pienso en cuál será su estado de salud ahora, con este tiempo tan malo. ¿Se ha mejorado algo ya mi reinita linda? Ojalá sea así para poder verla pronto. ¡Estoy tan deseoso de verla!... Pero creo que será imposible vernos el miércoles si el tiempo sigue así; parece que el tiempo se obstina en poner a prueba mi paciencia y me impide verla y oírla.
Me dijo anoche su hermanito que la sirvienta estaba enferma también. Dígale de mi parte que deseo su mejoría.
Le escribo ahora entre una y otra carrera [de caballos]. Mañana lunes le escribiré otra con más detenimiento. Ahora los números son muy exigentes respecto de mi atención. Mañana lunes pasaré a las seis a llevarle una carta; a las ocho debo estar en la Unión donde asistiré al casamiento de uno de mis amigos. Si escribir la fatiga no conteste a todas mis cartas sino a algunas, pero traiga de vez en cuando un poco de alegría a mi alma con alguna cartita suya donde yo sienta un poco de cariño. Presente mis saludos a su mamá Adiós. La quiere con toda el alma, su José.


Carta 5


Ultima edición por Hini el Vie Ene 18, 2008 8:20 am, editado 1 vez
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MensajePublicado: Dom Dic 16, 2007 8:57 am    Asunto: Carta 6. Montevideo, 12 de abril de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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6.- Carta
Montevideo, 12 de abril de 1926 [lunes]


“Sin Ud. mi vida sería en adelante de una tristeza desoladora”


Felicita, mi noviecita linda:
¿Cree, o pudo creer que era mucho pedirme una carta diaria? ¿Cómo pudo pensarlo? Yo estaría escribiéndole a cada momento, pero no lo hago siempre porque me encuentro en un medio poco propicio y que no me permite la concentración necesaria. Yo necesito, para escribirle a Ud. estar solo y en silencio, que no me interrumpan, y yo me encuentro casi siempre entre gentes bulliciosas, que ocupadas en cosas triviales, no conciben que uno se recoja y medite para escribir. Para ellos escribir es una tarea fastidiosa que debe terminarse cuanto antes; para mí, escribir, y más todavía, escribir a la reinita de mi corazón, es algo delicioso, y sólo la carencia de tiempo lo limita. Ud. tiene la prueba en la carta de ayer. Interrumpido a cada rato por el ir y venir de mis compañeros, escribí una carta tan insulsa que, ni no hubiera confiado en su bondad, no se la hubiera enviado. Pero, sabiendo que estaba en cama, le escribí para que una novedad rompiera un poco el tedio de esas horas largas de la enfermedad que la obliga a estar encerrada. Pero si Ud. sufre, no está sola en el dolor, Felicita mía.
Ayer, como tardaba en recibir noticias suyas, empecé a inquietarme. Vi salir a dos amiguitas suyas de su casa y lo que al principio fue de buen augurio, empezó a convertirse, bajo la presión de la duda, en pensamientos dolorosos. Pensé si se habría agravado y el sentimiento de que yo era impotente para mejorarla, y tenía que limitarme a esperar, me desesperaba. Después, las pocas líneas que me escribió me produjeron una gran alegría. Mis cartas le producen placer, pensaba. Y envidiaba a esos papeles, donde yo volqué mis pobres pensamientos, porque llegaban hasta Ud. y gozaban la caricia de sus manos y la luz de sus ojos. Pero doy por bien empleados estos momentos angustiosos. Estos me proporcionaron la pauta de mi cariño por Ud. y lo que Ud. significa en mi vida. Sin Ud. mi vida sería en adelante de una tristeza desoladora. Yo comprendo ahora el inmenso dolor de esas aves a las que ciegan con el fin de que canten. ¿Ha leído Ud. que algunos cazadores de aves ciegan con un hierro candente a algunas para que su canto atraiga a las otras? Después de haber visto la luz del sol y las hermosuras de la naturaleza esas aves ponen toda su inmensa amargura en su canto. Pero cantan. Si yo perdiera su amor después de haber percibido su belleza ¿qué me quedaría? Hasta mañana. La adora, José.
Mañana a las ocho iré a recibir noticias suyas. Le llevaré otra carta.


Carta 6


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HNITA
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MensajePublicado: Dom Dic 16, 2007 10:15 pm    Asunto: Felicitaciones
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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Muy interesante, me encanta el contenido. Ya estoy ansiosa por leer la siguiente.
_________________
No vivas del pasado tan solo aprende de él.,
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MensajePublicado: Lun Dic 17, 2007 12:26 am    Asunto:
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
Responder citando

Estoy de acuerdo. Es interesante ver como los sentimientos amorosos y las actitudes no cambian demasiado con el tiempo. A pesar de cambiar las formas el fondo es el mismo y nos siguen conquistando las historias de amor.
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MensajePublicado: Lun Dic 17, 2007 9:56 pm    Asunto: Carta 7. Montevideo, 13 de abril de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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7.- Carta
Montevideo, 13 de abril de 1926 [martes]


“Me halaga mucho ver que Ud. se preocupa por mí”


Mi Felicita adorada:
Anoche fui al casamiento de que le había dado noticia en mi carta y cumplí al pie de la letra lo que Ud. me recomendó. Tuve pues, muchísimo cuidado de no mancharme la ropa con la crema de las masitas; tuve cuidado de no dar bromas fúnebres a mi amigo el recién casado; tuve cuidado de no pisar a mis compañeras de baile, en fin, tuve cuidado de todo. Cumplí pues. ¿Está contenta? Esto, como comprenderá, se lo digo en broma, pues es innecesario decir que en una casa donde yo sólo conocía al novio, tenía que andar con pies de plomo para no provocar, a lo mejor, rozamientos sentimentales o herir a personas demasiado sentidas. Así le pasó a un amigo que me acompañó anoche, quien se puso a hacer comentarios acerca del sufrimiento que debía experimentar la compañera de un joven gordo y pésimo bailarín. Una señora que estaba junto a nosotros lo oyó y le dijo: “Ese joven es hermano mío, y bastante ágil que es”. A pesar de todos sus esfuerzos, mi compañero no pudo enmendar su error y yo aproveché la ocasión para recomendarle a él lo que Ud. me recomendó a mí: “mucho cuidado”.
Pero el verdadero sentido de su recomendación fue muy tenido en cuenta. Me halaga mucho ver que Ud. se preocupa por mí, cosa que muy pocos han hecho. Yo, por mi parte aunque bailé muy frecuentemente, no olvidé por un momento a mi noviecita, a mi encantito adorado, y mi cariño por ella no perdió nada. Ud. es la única mujer que ocupa mi pensamiento. ¡Ojalá sea para mí lo mismo!...
¿Va mañana al Prado? Yo iré y la buscaré cerca del lago, como dijo su mamá, a las tres y media o las cuatro. Pero si hace mal tiempo no vaya; no quiero que vuelva a enfermarse.
Mi casa es desde esta mañana una romería. Parece que todos nuestros parientes se hubieran dado cita para venir hoy. Esta mañana llegaron de Minas, de Rivera, y hasta de Entre Ríos, en la Argentina. Imagínese qué tranquilidad habrá en casa. Esta carta se la escribo en el Correo Central donde, con todo, hay menos ruido que en casa, donde mis primos constituyen hoy, y quién sabe hasta cuándo, un factor de desorden insuperable. Adiós. Hasta mañana. La quiere locamente José.


Carta 7


Ultima edición por Hini el Vie Ene 18, 2008 8:23 am, editado 1 vez
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MensajePublicado: Lun Dic 17, 2007 9:57 pm    Asunto: Carta 8. Montevideo, 14 de abril de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
Responder citando

8.- Carta
Montevideo, 14 de abril de 1926 [miércoles]


“Quisiera estar viéndola siempre”


Mi encantadora y muy querida Felicita:
El tiempo no quiso que nos viéramos hoy en el Prado y parece que lo hubiera hecho intencionalmente, pues a última hora se compuso como para reírse de mi ansiedad.
Siquiera, Ud. me escribiera unas letras y yo tendría una alegría que me compensase de toda la inquietud que he sentido en estos días por su salud y por no verla como antes. Pero Ud. prefiere dejarme así. ¿Será por desconfianza? ¿O por creer que mandándome decir algo por su hermanito yo quedo tan satisfecho como si me escribiera? Hay mucha diferencia entre una cosa y otra, mi reina, para no apreciarla. Ahora Ud. no está en cama... y no ha de costarle mucho escribir dos renglones. Yo, por mi parte, tengo el concurso de que le hablé antes, muy cercando. Tendré que estudiar de noche y no podré escribirle todos los días. Esto durará poco, mi muy amada, y pasado el concurso yo volveré a tener más libertad. Además, mis estudios de medicina me exigen tiempo, de tal modo que tendré que fijar días para pasar a verla. Iré pues por su casa los lunes, miércoles y viernes a las nueve de la noche, le escribiré todas las veces que pueda y le daré mis cartas como hasta ahora. Además, si los miércoles, sábados y domingos van al cine espero que podré acompañarlas a la salida. Le avisaré también y concertaremos algunas tardes para ir al Prado. No quisiera que tomara a mal estas indicaciones. Mi trabajo me exige tiempo y Ud. es muy sensata para comprender esto. Aunque yo esté ocupado lejos de Ud. mi corazón estará siempre junto a Ud. mi rica y linda noviecita. Sea pues buena y traiga con una cartita suya, un poco de alegría, un poco de amor a quien sólo piensa en Ud. y sólo a Ud. ama.
Como hoy no pudo ir al Prado la espero el viernes a la misma hora que habíamos concertado para hoy ¿quiere?
Mañana pasaré a verla a las once de la mañana. Quisiera estar viéndola siempre pero eso no es posible. La vida es tirana. ¿La veré?
También mi próxima carta será mejor que ésta, que está escrita apresuradamente. Adiós. La idolatra José.


Carta 8


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MensajePublicado: Lun Dic 17, 2007 9:59 pm    Asunto: Carta 9. Montevideo, 19 de abril de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
Responder citando

9.- Carta
Montevideo, 19 de abril de 1926 [lunes]


“Amar, ser amado... ¿Hay algo más dulce y que nos llene de mayor beatitud? Si amor con amor se paga Ud. debe lógicamente corresponder a mi cariño, que es inmenso”


Reina de mi alma:
¿Cómo podré olvidar los momentos que he pasado a su lado? ¿Cómo podrán borrarse de mi alma y de mi corazón las charlas que hemos tenido juntos, los árboles que nos dieron sombra, el sendero por donde paseamos, todo lo que formó el marco del cuadro donde yo viví los momentos más alegres y sentidos de mi vida, mirándome en sus ojos y bebiendo las palabras que salían de su boca, feliz y confiado, sencillo y lleno de una paz que no había sentido nunca?
¿Cómo olvidar todo lo que nos rodeó y donde su serena belleza paseó recibiendo el más sincero homenaje mío? Esto es de lo que no se olvida nunca, porque constituye un pedazo de nuestra vida. Amar, ser amado... ¿Hay algo más dulce y que nos llene de mayor beatitud? A través de toda esta vida de trabajos deseamos hallar un oasis donde serenarnos. Yo lo he deseado también y lo he hallado. ¡Ojalá lo conserve toda mi vida, noviecita mía!... ¡Ojalá sea Ud. toda mi vida la misma mujercita que me aliente y me llene de amor el alma para hacerme más bueno; que me haga amar la vida y me dé bríos y fuerzas para hacerme cada día más digno de ella, de la compañerita linda y buena.
¡Cómo llegará Ud. a quererme cuando mi cariño se haga palpable, visible, y no le dé lugar a dudas!... Si amor con amor se paga Ud. debe lógicamente corresponder a mi cariño, que es inmenso, con otro cariño igualmente grande. Como dice su mamá, no hay diferencia alguna cuando se ama. ¡Y yo la quiero, aunque no lo crea!...
Adiós mi encantadora, mi linda noviecita. La carta del miércoles, que le llevaré a la misma hora, será más larga. Junto a ésta van las suyas, que le devuelvo, después de releerlas otra vez, lleno de tristeza. ¡Me había encariñado tanto con ellas!
Adiós. La quiere con toda el alma José


José en 1926


Carta 9


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MensajePublicado: Mie Dic 19, 2007 12:17 pm    Asunto: Carta 10. Montevideo, de 21 Abril de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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10.- Carta
Montevideo, de 21 Abril de 1926 [miércoles]


“No debo entristecerla contándole mis cuitas. ¿A qué llevar nada amargo a su almita de niña, que recién se abre al amor y a la vida?”... “El origen de mi voluntad era el presentimiento del amor”


Queridita mía:
Mañana a las cinco comienzan en la Universidad las pruebas del concurso de Ayudantes. Yo debo presentarme para defender mi puesto porque de lo contrario lo perderé. Dentro de pocos días se iniciarán las pruebas del concurso de profesores de Castellano y también me presentaré para tratar de ganar un puesto o el derecho de reclamarlo más tarde. ¿Saldré bien de mi empresa? Ojalá. Mis adversarios son fuertes, muy fuertes y muchos tienen una audacia increíble. Otros, en fin, tienen algo valioso en nuestro medio, algo que ha encumbrado a nulidades y que ha sido propulsor eficaz de otros: recomendaciones. Yo voy solamente con lo que he aprendido. Llevo, eso sí, la intención de luchar y dar de mí todo lo posible. No se rinde fácilmente quien, como yo, lucha desde hace tiempo con toda clase de dificultades. Si me vencen será, pues, porque los otros eran mejores o tuvieron más suerte. Bueno estaría que ahora, cuando empiezo a gozar de algunas satisfacciones, cuando tengo un amor y una noviecita tan linda, tan buena, sufriera un contraste que me obligara a empezar de nuevo...
Pero no debo entristecerla contándole mis cuitas. ¿A qué llevar nada amargo a su almita de niña, que recién se abre al amor y a la vida?
Porque si triunfo, Mía, ¡qué alegre se pondrá mi corazón!... ¡Con qué alegría llegaré a ofrendarle el fruto de mi esfuerzo, a Ud. que es ahora el ser más amado para mí! Hubo en los primeros tiempos de Grecia y Roma la piadosa costumbre de ofrecer las primicias a los dioses tutelares. Llegaba el fiel, trémulo y gozoso, al pie del ara y depositaba la ofrenda para que la divinidad tuviera un testimonio de su amor y agradecimiento. Tan santa era esa costumbre que la Iglesia no halló en ella nada que le impidiera adoptarla. No muere nunca en el alma la tendencia a agradecer el éxito a una potencia superior. Dios, Azar, Suerte son esas potencias que nos ayudan o nos desamparan. Un devoto dará gracias a Dios; un descreído o un escéptico las darán al Azar o a ellos mismos. Yo considerando que esos poderes superiores no se toman el trabajo de intervenir en los asuntos de los hombres, y que no son ni propicios ni adversos, pensaba que todo lo debía a mi esfuerzo y a nadie agradecería nada.
Ahora pienso que no es así. Mi alma, que no conocía sino simulacros de amor pero que nunca conoció el amor verdadero, no conocía esa fuerza inmensa que nos da el cariño. Si yo me esforcé, lo hice porque me obligaba a hacerlo la intuición de algo hermosos y noble, que yo no conocía pero presentía. Había oculto algo que me arrastraba. ¡Fatuo de mí, que creía que sólo me guiaba mi voluntad! ¿Qué hacia que mi voluntad quisiera lo bueno y no lo malo? La semilla presiente tal vez la caricia del sol y el beso de la brisa, pero no es su voluntad quien la hace fecunda. Así, el origen de mi voluntad era el presentimiento del amor, y ahora, el advenimiento de ese amor personificado en mi linda noviecita es como la aurora después de una borrasca en la noche. El amor hace fecunda la vida. Yo sé ahora por qué me esfuerzo. En el erial de mi vida hay flores que han nacido al conjuro de unos ojos; yo sonrío contagiado por la sonrisa de unos labios rojos y que supongo dulces, tan dulces que bastaran para mitigar muchas de mis amarguras. Sueño despierto pensando que ha de ser suavísima la caricia de las manos blancas de mi noviecita... ¿Qué otra diosa podrá, pues, ocupar mi corazón? Y si es tan benéfica ¿cómo no he de ir, como el sencillo campesino griego o romano a ofrecerle lo mejor que tenga, a poner a sus pies los más lozanos frutos de mi esfuerzo?
Si por algo quiero hoy triunfar es por dar una satisfacción a mi reina. Yo lucharé mañana lleno de bríos si sé que me acompaña el deseo ferviente de mi novia, de que yo triunfe. No me importará trabajar toda la vida si con mi trabajo doy felicidad a mi santita adorada. Mi sueño más hermoso es aquel en que yo me veo al lado de mi queridita, viendo en su carita la alegría, el amor en sus ojos y la sonrisa en sus labios.
¡Oh mía! Deseo fervientemente poder hablarla cuanto antes. Pero posiblemente el viernes no pueda ir al Prado a verla. Si el lunes ha terminado el concurso pasaré a las once y si paso es porque estoy libre y podré verla en el Prado a la hora de siempre. Lo que sí, si va el sábado al cine, de noche, espero poder acompañarla. Adiós mi muy querida, Felicita de mi alma. La quiere muchísimo: José
El jazmín, pese a todos mis esfuerzos, se va marchitando ¿Sucederá también eso con el cariño de la dueña? Dios quiera que eso no suceda nunca.


Carta 10


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MensajePublicado: Mie Dic 19, 2007 12:18 pm    Asunto: Carta 11. Montevideo, 29 de Abril de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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11.- Carta
Montevideo, 29 de Abril de 1926 [jueves]


“Me siento tan poca cosa junto a Ud.”... “¡Qué lindo es esperar una vida llena de amor, de ese amor que santifica y eleva, que endulza las tristezas y hace bellas las horas comunes!”


Mía:
Esta mañana, la tercera prueba de suficiencia de este concurso que constituía para mí un motivo de inquietud, ha pasado. Creo que voy muy bien, mi adoradísima. Pero la alegría que me causa la aproximación del fin de estas pruebas no puede ser completa desde que sé que hay motivos para temer por su salud. Ojalá no sea nada y podamos pronto vernos y hablarnos. ¡Extraño tanto su voz suave y cariñosa!... Yo también quiero hablarle cuando no tenga las preocupaciones que me embargan hoy.
Ud. pensará que sólo le hablo de mi amor por carta y que no lo he hecho nunca, o casi nunca, cuando he estado a su lado. ¡Oh santita mía! ¡Me siento tan poca cosa junto a Ud. que no encuentro palabras a veces para hablarle y enmudezco! El amor desaloja de mí todo otro sentimiento, toda otra idea, y es mi amor tan grande, tan fuerte y hondo que yo, como atontado, no sé expresarlo. Y callo. Y callo también, a veces, cuando contengo los impulsos de mi corazón, porque me parece desfigurar la expresión de mi cariño y profanar su secreta esencia al hablarle de amor en medio del bullicio de un cine o la ruda atmósfera de un tranvía. Pero no crea que por no hablarle de amor, a veces, he cambiado. La quiero, mi noviecita linda, tan hondamente, que yo no sé por donde ha entrado este cariño tan adentro en mi alma. Yo no creía nunca encontrar en mí la frescura de sentimientos que he descubierto ahora. Creí que la lucha constante a que estaba entregado había endurecido mi corazón. ¡Qué sorpresa la mía al comprobar, la otra noche, que sentía tan espontáneamente como un niño! Yo no conocía aún toda la ternura que podía dar mi corazón. Su actitud, sus palabras, el interés que demostró por mí al no querer que trasnochara fueron lo que me conmovió y determinó la aparición de una ternura que yo desconocía en mí. Por eso le dije a su mamá que me quería Ud. más de lo que yo merecía. Por eso yo me esfuerzo ahora en hacerme cada vez más digno de su cariño, reinita mía. Ahora con estos concursos persigo el fin de independizarme económicamente. Lo demás vendrá a su tiempo. Hago un sin fin de proyectos y en cada uno de ellos toma parte principalísima mi princesita encantadora. Felicidad, Amor... ¡Qué lindo es soñar despierto!... ¡Qué lindo es esperar una vida llena de amor, de ese amor que santifica y eleva, que endulza las tristezas y hace bellas las horas comunes!... Yo quiero ser feliz contemplando su carita hermosa y sus ojos llenos de alegría y felicidad. Adiós. Mejórese pronto para alegrar el corazón de su José.


Carta 11


Ultima edición por Hini el Vie Ene 18, 2008 8:28 am, editado 1 vez
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MensajePublicado: Jue Dic 20, 2007 9:33 pm    Asunto: Crónica de mayo de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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Una historia de amor: Crónica de 1926

15: José le anuncia que ha obtenido el segundo puesto en el concurso de ayudantes y el 17 se inscribirá al concurso para profesores

30: Van al cine juntos, según se desprende de la referencia en carta del día siguiente
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Registrado: 26 Sep 2005
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MensajePublicado: Jue Dic 20, 2007 9:35 pm    Asunto: Carta 12. Montevideo, 1º de Mayo de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
Responder citando

12.- Carta
Montevideo, 1º de Mayo de 1926 [sábado]


“Tengo, a veces, momentos en que me invade un profundo descontento de mí mismo... de vuelta a casa, donde me esperaba en un vaso su jazmín, todo se disipó”


Mía:
El aburrimiento me llevó anoche al cine. ¡Ah! Qué vulgaridad tan aplastante. Vulgar el acto de ir a encerrarse en un salón obscuro para disipar un aburrimiento con otro mayor; vulgar el argumento, cien veces repetido, del sargento canadiense que lleva el prurito del deber hasta la brutalidad más inhumana; vulgar el cowboy mayordomo que descubre la hipocresía del bandolero y se casa con la dueña de la estancia; vulgar la sala con sus artificiosos y churriguerescos adornos; vulgar yo mismo que no supe sobreponerme a esa bestia que nos esteriliza el espíritu y que llamamos aburrimiento. Pero ¿qué podía hacer? Yo tengo, a veces, momentos en que me invade un profundo descontento de mí mismo porque soy tan vulgar e insignificante como los demás y no hallo la manera de hacerme distinto.
Basta a veces un pequeño motivo para desencadenar una sucesión interminable de pensamientos que no tienen nada de alegres. Este pequeño motivo lo constituyó ayer una invitación a un baile familiar. En casa de una familia conocida se realizó un baile con motivo del cumpleaños de la hija de la casa. La joven, radiante de alegría, bailaba al mismo tiempo que sus amigas, algunas de las cuales se turnaban para martirizar el piano. ¿Pensará Ud. que la mamá de la señorita hacía los honores de la casa? Pues no es así. La señora estaba y está aún en cama, enferma de pleuresía. Yo sé a qué expedientes deber recurrir la mamá de esa jovencita para pagar más de doscientos pesos de alquiler y hacer frente al enorme presupuesto que exigen la posición, las relaciones y los caprichos de los hijos. Esa señora no podrá resistir mucho tiempo el enorme trabajo a que se somete para mantener, a costa de su tranquilidad y de su salud, una figuración ficticia que se desvanecerá cuando ella falte. Pero la hija, que a pesar de sus diecinueve años tiene tanto criterio como un hotentote, ostentaba orgullosa una espléndida pulsera con brillantes y otras alhajas. La pulsera era regalo de su mamá; las otras eran regalos de amigas que serían después retribuidas rumbosamente, con el consiguiente quebranto del bolsillo materno. Yo no soy un puritano. Gusto de divertirme. Pero anoche me dio asco toda aquella farsa y se lo dije a un amigo mío que conoce también la situación de la familia. “No te preocupes, me dijo. A fin de año venderá una casa que le queda en Larrañaga y así podrán ir tirando”. Salí de ahí y me vine a ver si podía ver a Ud. y como no la vi me fui al cine, pero mi disposición de ánimo era desastrosa. Bien dicen que a pequeños causas corresponden grandes efectos. Estos pequeños incidentes produjeron en mí un resultado que no guardaba proporción con ellos. Caí en un ataque de escepticismo. ¡Dios o su amor me guarden de otro! ¡Qué seca y vacía queda el alma! ¿No conoce la “Balada del escéptico”? No lo intente. Es venenosa y mata toda esperanza. Es como el simún, el viento del desierto, que espanta a la vida con su aliento de fuego.
Pero de vuelta a casa, donde me esperaba en un vaso su jazmín, que es ahora mi jazmín, todo se disipó. Hay en los cuentos de Oriente mil ejemplos en donde el mal, que toma las formas de gigante, vestiglo o dragón, cae vencido y se desvanece como un mal sueño ante el suave influjo de una flor o de un verso. El perfume de la flor me reanimó. ¡Ah, si hubiera hablado! si, como en las fábulas de Esopo o Lafontaine, hubiera podido expresar esa flor lo que sentía y lo que le hicieron sentir hasta llegar a mis manos ¿qué me hubiera dicho? ¿Hubiera sido halagador su mensaje o, por lo contrario, me hubiera llenado de tristeza? Quiero creer lo primero. Así llegará un día en que justificadamente podré usar ese “Mía” con que encabezo mis cartas, estas pobres cartas tan dislocadas y difusas.
Mía. ¿Qué más armonía?... Ser uno en la vida, con dos corazones para querer más. Y embriagarnos de amor y de esperanza cuando suenen las campanas de plata y oro del amor y de la alegría, en la fiesta en que brillan los ojos de fuego y las rosas de las bocas sangran; y ser un alma cuando llame el dolor a nuestra vida y oprima nuestro corazón y nuble nuestros ojos...
Quiero una mujercita que me dé cariño y luz y vida. Que haga que en mi vida, “junto al negro palacio del rey de la isla de Hierro” que en el simbolismo de Rubén Darío representa el materialismo, haya un “país de sol” lleno de sus encantos.
¿Verdad que Ud. será esa mujercita, mi preciosa? Yo desconfío de que mis cartas sean tan lindas para Ud. como dice, mi ensueño adorado. ¡Pobres! Por más que haga, yo no puedo hacerles expresar toda la ternura que hay en mí para mi encantito lindo. ¡Cómo extraña este pobre José a su Felicita! ¿Hasta cuándo no podrá verla? ¿Será por mucho tiempo? Por ahora, sé que no podré verla en el cine; pero tengo una invitación para un concierto en el Ateneo, el cual se realizará el cuatro de este mes a las seis de la tarde. Si lo cree prudente su mamá podríamos ir. Ayer me dijo su hermanito que estaba mejor y me dio el sobre con el jazmín, pero sin letra adentro. ¡Qué maldad! Yo tengo la última prueba del concurso el sábado que viene; si va al Prado avíseme para verla ¿Lo hará? Anoche quise escribirle en el cine en el programa; como los colecciona Ud. ahí va con la carta. Adiós mi encantadora y muy querida Felicita. La quiere y la querrá siempre su José.


Carta 12


Ultima edición por Hini el Vie Ene 18, 2008 8:29 am, editado 1 vez
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dadrias
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Registrado: 27 May 2007
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MensajePublicado: Lun Ene 07, 2008 10:59 pm    Asunto:
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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la verdad es que por lo que h leido
se va tejiendo una muylinda Love story!
me quede con gaans de la sguiente carta! jeje

un ejemplo de amor verdadero que como dijo Hini.. permite ver q la esencia de un amor puro es el mismo.. sin importar la epoca!!...

leyendo alguna de las cartas... varias cosas me sonaron taaaaan familiares! jejeje Wink
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Padre Horacio
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Registrado: 18 Jul 2007
Mensajes: 11
Ubicación: Montevideo, Uruguay

MensajePublicado: Sab Ene 12, 2008 9:39 pm    Asunto: Para Dadrias, del P. Horacio
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
Responder citando

Dadrias
Te agradezco mucho la intervención en el foro de jóvenes sobre Una Historia de amor.
Sabes que me temo que por falta de ecos de lectores, Hini se canse de bajar cartas. Por eso te aviso que si quieres seguir leyéndolas, están todas publicadas en el mismo portal de Catholic.net en la siguiente dirección de web:
http://es.catholic.net/jovenes/858/2978/

Te cito y comento:

dadrias escribió:
la verdad es que por lo que he leido se va tejiendo una muylinda Love story! Me quedé con ganas de la siguiente carta! jeje
Un ejemplo de amor verdadero que como dijo Hini.. permite ver q la esencia de un amor puro es el mismo.. sin importar la epoca!!...
Leyendo alguna de las cartas... varias cosas me sonaron taaaaan familiares! jejeje Wink


¿Por qué no te animas a contarnos un poco más de tus impresiones?
Ninguno de nosotros te dirá "¿por qué no te callas?"
Al contrario, te diremos, ¿por qué no nos cuentas más de tus impresiones?
Bendiciones
Padre Horacio
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Rocío Hernández
Veterano


Registrado: 26 Ene 2007
Mensajes: 1084

MensajePublicado: Lun Ene 14, 2008 2:08 pm    Asunto:
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
Responder citando

Hola P. Horacio !!

Gracias por tan hermosa historia. En lo personal no había querido hacer ningún comentario para no romper con el hilo de la historia, me inclino a pensar que más de uno a tomado la misma desición y es esa la razón de tan pocas participaciones. Lecturas lleva más de mil así que se ha estado leyendo bastante el tema. Yo, como más de uno espero con ansias el siguiente capitulo.

Que Dios le bendiga y una vez más gracias mil !

_________________

Señor Jesús, te pido por tus sacerdotes...
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Padre Horacio
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Ubicación: Montevideo, Uruguay

MensajePublicado: Lun Ene 14, 2008 2:21 pm    Asunto: A Rocío Hernández, del P. Horacio, agradeciendo
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
Responder citando

Estimada Rocío:
Te agradezco en primer lugar por el eco que me enviaste. Ahora sé que "hay alguien más ahí". Sobre todo porque me informas que ha habido mil visitas a Una Historia de Amor. Yo quisiera saber cuántos visitantes vuelven después de la primera visita. Porque ese sería el índice del interés que puede haber despertado. No siempre el número solamente es índice... pero algo dice.
Bendiciones
Padre Horacio
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sursum_corda
Esporádico


Registrado: 14 Mar 2007
Mensajes: 38
Ubicación: Cataluña

MensajePublicado: Mar Ene 15, 2008 7:46 pm    Asunto:
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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Acabo de descubrir este hilo. La verdad es que me gustaría comprarme el libro. Supongo que el hecho de vivir en España no será impedimento para conseguirlo, no?

Por cierto Padre, me ha sorprendido verle en este foro. Hace unos meses le escribí un mail, aunque no se si ese correo aun está activo. Un saludo y a ver si se viene pronto a la Madre Patria para dar una conferencia sobre una de sus especialidades, la civilización de la acedia.
_________________
¡Viva Cristo Rey!
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Padre Horacio
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Registrado: 18 Jul 2007
Mensajes: 11
Ubicación: Montevideo, Uruguay

MensajePublicado: Mar Ene 15, 2008 11:01 pm    Asunto: Del P. Horacio a Sursum Corda
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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Muy estimado:
No acierto a adivinar su identidad, así que no sé si recibí el mail del cual me habla y dice que me envió. Mi casilla es bojorgeh@gmail.com y las demás no las visito o caducaron.

No tengo idea de cómo sea posible adquirir el libro en España. Sé de un amigo catalán que se las ingeniaba para comprarlos allí. Así que la editorial Lumen de Buenos Aires debe tener contactos en alguna distribuidora de libros en España.
ventas@lumen.com.ar
editorial@lumen.com.ar
dto-exterior@lumen.com.ar
Bendiciones
Horacio Bojorge
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Hini
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Mensajes: 255

MensajePublicado: Vie Ene 18, 2008 7:47 am    Asunto: Carta 13. Montevideo, 8 de Mayo de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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13.- Carta
Montevideo, 8 de Mayo de 1926 [sábado]


“Si Ud. sufre y duda, mi adoradísima, también sufro yo al verla dudando”

Reina de mi alma, adorable y adorada incrédula ¡Cómo me apena su duda!... ¿Será tan seco y estéril mi corazón que sólo dé un amor incapaz de hacerse evidente? ¿No podré llevar nunca la convicción a su alma? Si Ud. sufre y duda, mi adoradísima, también sufro yo al verla dudando. Si el corazón pudiera ser examinado, si fuera accesible al análisis y Ud. lo examinase vería lo suficiente para disipar sus dudas. Esta es una idea estúpida y vulgar que se me ha ocurrido, pero que expresa una verdad grandísima. Talvez yo no acierte a expresar mi amor en toda su magnitud, talvez mi palabra no tenga la fuerza que se necesita para convencer, pero que la quiero mi santita linda, eso es tan cierto como la verdad misma.
Me pareció verla cambiada esta noche ¿Qué tenía? Esta pregunta me hago ahora mismo y no acierto a contestármela. ¿Serán aprensiones mías o es que empiezan a presentarse dificultades nuevas? Sólo la idea de que pueda perderla me llena de tristeza, porque me he acostumbrado a la esperanza de que Ud. llene mi vida con su amor. ¿Qué sería de mí sin su cariño, mi Felicita linda? Más me valiera no haberla conocido nunca si después tuviera que perderla. ¡Qué triste sería mi vida si Ud. me faltara! Es mejor no pensarlo. Yo me he encariñado con la idea de que Ud. llenará mi vida de alegría, de amor y de dicha; que la luz de sus ojos será para mí como esa mágica estrella de los reyes magos: una guía segura hacia el amor infinito y eterno. Yo he soñado tanta felicidad desde que la conocí que no concibo ahora mayor tristeza que saber que Ud. no me quiere. Sí, mi princesita amadísima, yo no me consolaría nunca si la perdiese y ésta sería la mayor desgracia de mi vida.
¡Pobre corazón mío! Añoraba y deseaba el amor. Hoy lo tiene y sufre. ¿Amar, pues, es sufrir? ¡Ah, reina mía! La religión nos habla de la salvación de nuestras almas. Yo quisiera tener la misma certeza sobre la salvación de mi alma que sobre la sinceridad de mi amor. Dios creía en la fe de quien decía: Soy cristiano. Ud. no cree en el amor de quien, como yo, le dice: La adoro. Dirá Ud. que no es Dios y no puede leer en los corazones. Y yo le afirmo que es para mí una Diosa a quien adoro y reverencio. La quiero, la quiero muchísimo. Me voy a soñar con Ud. Adiós. Hasta mañana. Es y será siempre suyo el corazón de José.


Carta 13


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Hini
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Mensajes: 255

MensajePublicado: Vie Ene 18, 2008 7:48 am    Asunto: Carta 14. Montevideo, 9 de Mayo de 1926
Tema: UNA HISTORIA DE AMOR
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14.- Carta
Montevideo, 9 de Mayo de 1926 [domingo]


“Sé que no es tan mala que me llene de dolor después de haberme dejado entrever la felicidad... anoche hasta su silencio me inquietó”


Mi adorada Felicita:
Anoche, después de verla y con el alma llena de inquietud, vine directamente a escribirle. Hoy, sin haberme aquietado aún, le escribo después de haber ido a Maroñas. Las dos cartas van juntas y yo espero mientras Ud. las lea con benevolencia. Si Ud. me quiere disculpará su pobreza; pero si Ud. no me quiere ya, las hallará tan feas y tristes como en realidad son.
Pero discúlpeme, Felicita. Yo creo en Ud. y sé que no es tan mala que me llene de dolor después de haberme dejado entrever la felicidad. Pero la quiero tanto, de tal modo, es mi amor tan grande y sincero y hondo, que el temor me exalta y veo en el acto o la palabra más triviales, motivo para dudar. Anoche hasta su silencio me inquietó; llegué a creer que se aburría a mi lado.
Yo no era así antes. Podría, como aquel personaje novelesco, decir: “¡Ay, amor, cómo me has puesto!”. Mas es hora de serenarme. Trataré de dominar mis temores porque sé que si Ud. me quiere debe apenarse al verme intranquilo. Y yo no quiero causarle penas, mi reinita linda. Claro está que quien ha hallado un tesoro, como yo en Ud. tiene forzosamente que temer, y más en este caso en que:
“No sé que hice yo
para merecer
la ofrenda de amor
de aquella mujer... ”
Según dijo un poeta.
¡Qué poca es la voluntad de un hombre enamorado! Yo era antes un partidario ferviente de la voluntad. Nervo, Edgar Poe, Santo Tomás, escritores que leo con más frecuencia, afirman que Dios es sólo voluntad. Y yo tenía casi como lema un dicho lleno de soberbia: “Hágase mi voluntad”. Y en mi casa todos tenían, como emblema de empecinamiento una sola palabra: Euskaldunak, que quiere decir: vasco. Y en mi apellido hay un Peña... Pero... yo no había amado nunca tanto como ahora la quiero a Ud. que hizo de mi alma una primavera.
¿Verdad que Ud. seguirá iluminando mi vida con sus ojos llenos de luz? ¿Verdad que seguirá siendo la flor, llena de perfumes y color que alegra mi alma? Yo la querré tanto como ninguna mujer ha sido querida jamás y toda mi vida será una adoración de su persona adorable. Todo lo más noble y puro de mi vida lo pondré en mi corazón, que será un incensario de amor y ternura.
Espero que mañana la veré en el Prado. Mientras tanto, sueña y espera en Felicita José, que le besa la mano respetuoso.


Carta 14


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