joefer Asiduo
Registrado: 04 Oct 2005 Mensajes: 226
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Publicado:
Vie Feb 24, 2006 5:34 pm Asunto:
Tema: El Papa consulta a los jefes de la Curia Romana sobre lefevr |
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Esteban J. Espinoza escribió: | Cita: | Cuidado Esteban, no se si has leido este aporte tuyo, pero tal parece que pones en tela de juicio la supremacia del obispo de Roma sobre los demas obispos del mundo |
Y de donde demonios concluyes tal cosa?
te contesto esta pregunta con la respuesta que tienes mas abajo, " equiparas a la iglesia de Roma con todas las demas iglesias", se te olvida que el Obispo de Roma tiene la supremasia sobre los demas obispos del orbe no importando su antiguedad o la pureza de sus ritos, es la santa sede de Pedro quien dirige la barca, y estas iglesias que mencionas han de estar sometidas tambien a la sede de Pedro, recuerda que solo el ostenta con validez y justificacion el nombramiento de "sumo pontifice".
Cita: | equiparas a la iglesia de Roma, con su pontifice a la cabeza, con las demas iglesias, Pedro no pudo ser obispo de otro lugar, las coincidencias no existen, el estaba destinado para dirigir al pueblo de la ciudad eterna, ¿y que crees?, |
Destino?, esa es una herejía o superstición
" no cae una hoja de un arbol sin que el padre lo haya querido", " te consagre desde el vientre de tu madre para ser profeta", " te aseguro que cuando viejo, otros te señiran y te llevaran a donde tu no quieras", " y tu niño seras llamado profeta del altisimo, por que hiras delante del señor ha preparar sus caminos", Pedro no pudo ser Obispo de la Conchinchina, desde toda la eternidad estaba dispuesto que fuese obispo de Roma.
Cita: |
, ¿y que crees?, los romanos hablaban latin, el idioma oficial de la Santa Sede Apostolica, la cual dirige el Obispo de Roma, que esta legitimado por la catedra del Apostol Pedro, siervo de los siervos de Dios y vicario de Cristo, fue,es y seguira siendo el Latin. |
Y?, donde había mas cristianos, en Roma o en Oriente?, donde nacieron la mayor parte de los Padres de la Iglesia? en Roma o en Oriente?, donde se hicieron los primeros concilios ecuménicos en Roma o en Oriente?
los escritos de los padres de la iglesia se encuentran en latin, independientemente de donde nacieron, debo recordarte que el cristianismo florecio en la ciudad eterna y que se adopto esta como sede de la cristiandad, que fue considerada la nueva Jerusalen y el latin, aunque no lo acptes tu, es el ideoma oficial de la Santa Sede.
Sr. Nuñez
Cita: | ¿Otra vez la mentira, estimado Esteban? ¿Me quieres decir en qué parte del foro he escrito que de Juan XXIII "para acá" son antipapas"? En una ocasión el forista Carlos preguntó cuál es la postura de los católicos sedevacantistas y yo le respondí, no sé si a eso te refieras. Aunque lo segundo "... y que la curia romana está plagada de masones y judíos" es totalmente cierto. Además no sólo yo lo digo: la Santísima Virgen así nos lo ha advertido en más de una ocasión. |
No se si valga la pena contestarle, para lo que va a durar en este Foro, pero bueno al menos para que lo lea, yo TENGO MUY PRESENTE LO QUE USTED ESCRIBIO EN EL TEMA DE LOS ANTIPAPAS, donde insinuo que teníamos Antipapas hoy. Usted idolatre aparaciones CONDENADAS por Pedro, yo no.
Cita: | ¿por qué crees que a los católicos se nos llama "católicos romanos", y hablo de TODOS los católicos. No pierdas el piso, estimado hermano Esteban, nuestro Papa es el Obispo de Roma, y el idioma universal de nuestra Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana es el latín. |
Los católicos maronitas no se llaman romanos, los catolicos coptos no se llaman romanos, los greco católicos no se llaman romanos, los católicos rutenos no se llaman romanos. |
_________________ ¡ viva Cristo Rey¡ |
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EduaRod Veterano
Registrado: 21 Ene 2006 Mensajes: 3275
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Publicado:
Mie Mar 01, 2006 8:02 am Asunto:
Re: e
Tema: El Papa consulta a los jefes de la Curia Romana sobre lefevr |
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Estimado en Cristo frank luis:
Disculpa que me haya tardado tanto en contestar, pero hace unos días llevaba ya muy avanzada la respuesta a este mensaje y a otro mensaje y de pronto la computadora decidió reiniciarse espontaneamente haciendome perder todo lo que llevaba (alguien preguntó hace poco si las plantas y animales tenían un alma no inmortal; aquello puede estar a discusión, pero de que las computadoras tienen, ¡vaya que sí!: si no ¿cómo realizarían estos perversos actos de torcida voluntad? je, je ).
Pero bueno, henos aquí de nuevo. Veamos:
frank luis escribió: | eduard, creo que caes en el infabilismo, que no es doctrina común entre los teólogos y más bien se contradice con los textos de pastor aeternus. En primer lugar, las condiciones que ahí se establecen para la infalibilidad, deben ser tales que no quepa duda de que lo que se pretenda definir, debe ser creido como de fe y sin lugar a ninguna duda. Esto no ocurre de hecho en las sentencias jurídicas, como en el caso de la supuesta excomunión a monseñor, donde el papa bien pudo errar.
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Entiendo bien lo que dices, pero no es un falso infabilismo lo que sostiene mis afirmaciones. Es evidente que sostener ese infabilismo sería un craso error en este caso, empezando porque el asunto que estamos tratando no es materia de fé o moral (costumbres), sino de un aspecto disciplinario que refleja una cierta actitud hacia Roma. Aspecto disciplinario que está siendo objeto de una sanción jurídica, como bien mencionas. Por consiguiente, definitivamente no se trata de algo que pueda relacionarse en modo alguno con la infabilidad papal.
Así, no es a la infabilidad papal a lo que me refería cuando decía que la sentencia era determinante, sino a la suprema potestad apostólica del Papa. Exactamente esa misma suprema potestad que S.S. San Pío V reclama para sí como argumento para derogar (acto jurídico) todos los ritos de la misa previos al promulgado en la bula "Quo Primum Tempore":
VII- Además, por autoridad Apostólica y a tenor de la presente, damos concesión e indulto, también a perpetuidad, de que en el futuro sigan por completo este Misal y de que puedan, con validez, usarlo libre y lícitamente en todas las Iglesias sin ningún escrúpulo de conciencia y sin incurrir en castigos, condenas, ni censuras de ninguna especie.
Bula Quo Primum Tempore de S.S. San Pío V
Es claro entonces que, en la jerarquía de las leyes eclesiásticas, esa Autoridad Apostólica es ley suprema, por tanto cualquier otra norma del derecho le está subordinada y no puede legítimamente oponersele. En este sentido, aún en el supuesto caso de que el Papa estuviera cometiendo un error o injusticia (lo que no es mi sentir), la sanción permanece, pues precisamente no se trata de un aspecto de doctrina, sino de una sanción disciplinaria cuyo objeto primario es el de hacer saber a la persona sancionada que sus actos no son gratos a la Iglesia, por lo que debe revisar en conciencia su proceder y rectificar.
¿Porqué pienso que no se cometió injusticia alguna? Esta pregunta es sumamente relevante puesto que, pese a que el Papa posea la suprema autoridad, no sería en modo alguno justo sentenciar a alguien por cometer una falta que no sabía que era tal al momento de cometerla. En otras palabras, no sería sano ni justo sentenciar a alguien en forma retroactiva. Pero en mi opinión es muy claro que las cosas no sucedieron así, puesto que la causa de la sentencia no es primariamente la ordenación per se, sino la desobediencia. Es decir, no se le sentenció porque su conciencia le dijera que debía ordenar a los obispos sin que pudiera comunicar su deseo al Papa resultando al final que este último estuviera en contra y lo hubiere sentenciado; sino porque expresamente se le ordenó no hacerlo y aún así monseñor decidió desobedecer la orden y proceder. La sentencia es clara en este sentido:
Cita: | Las particulares circunstancias, objetivas y subjetivas, en las que se ha realizado el acto del arzobispo Lefebvre, ofrecen a todos la ocasión para reflexionar profundamente y para renovar el deber de fidelidad a Cristo y a su Iglesia.
3. Ese acto ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente la sucesión apostólica. Por ello, esa desobediencia - que lleva consigo un verdadero rechazo del Primado romano - constituye un acto cismático. Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo mons. Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica.
Carta Apostólica Eclessia Dei
de S.S. Juan Pablo II
en forma de "Motu Propio"
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Como vemos, el cisma no se define a través de la ordenación misma, sino a través de la desobediencia de la que transluce un desconocimiento expreso (si bien quizá no en las intenciones, definitivamente si en las obras) del primado Romano.
Por tanto, el argumento que haces a continuación:
Cita: |
En la argumentación que da ecclesia dei, no se toma para nada en cuanta el estado de necesidad invocado por monseñor.
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no se sostiene, pues tal estado de necesidad podría haber justificado la ordenación sin solicitar la autorización, pero nunca la desobediencia expresa. ¿Porqué la desobediencia es tan grave aún si monseñor creía en tal estado de necesidad? Porque la desobediencia conlleva, en sí misma, una desconfianza radical en la Iglesia y, por ende, en el Espíritu Santo que la guía y protege como mostraremos a continuación:
Todos sabemos que lo que le motivó a no esperar los resultados del diálogo fue su inminente muerte. Ahora bien, si monseñor hubiera tenido la confianza en el Espíritu Santo, aún cuando pensara que tenía razón y que la necesidad existía, habría inteligido que no había ninguna necesidad de "apresurarse": estando él (monseñor) en vida o no, el Espíritu Santo, más temprano que tarde, haría valer tal razón y se encargaría de que fuesen consagrados los obispos que su grey necesitaba. Por tanto, si no esperó, es porque no tenía esa confianza, sino creyó su deber proteger por su propia mano a su comunidad y, a través de ella, a la Iglesia. En otras palabras y como lo mencioné en otro lado: a diferencia de los santos que legítimamente han cuestionado decisiones al Papa, quienes después de expresar sus ideas; con obediencia, humildad y confianza esperan a que el Espíritu se manifieste de la manera y en el momento que Él, en su Absoluta sabiduría, considere más propicio. Monseñor no tuvo esta confianza, sino creyó necesario proteger a la Iglesia "por propia mano". Pero ya dijimos que eso no hay hombre alguno que lo pueda hacer: es necesariamente obra del Espíritu Santo.
Cita: |
El mismo código señala que, quien de buena fe creyera que tal estado de necesidad se da en la realidad, no peca. En la aplicación del canon por nombramiento de obispos sin mandato pontificio, la culpabilidad, al existir error invencible sobre una causal de justificación(error en el entendido del juez que no cree en la crisis) simplemente no es considerado. Se aplicó, en otras palabras, un derecho penal objetivo, basado en el puro hecho material.
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Pese a mis argumentos anteriores, estoy de acuerdo que, si su visión de las cosas era tal que verdaderamente estaba convencido de estar actuando correctamente, entonces necesariamente no pudo existir culpa en él. Por tanto, no existe pecado. Pero la sentencia jurídica no rige sobre el pecado o la conciencia personal: ese juicio corresponde sólo a Dios. Por consiguiente y por muy excomulgado que esté, si al haberse presentado monseñor ante el justo Juez, Nuestro Señor determinó que era inocente, los efectos de la sanción terrena no pueden ya alcanzarle. Caso muy distinto si tales actos los realizó de manera culpable. Pero el punto es que ese es un juicio que corresponde a Dios exclusivamente, no a la Iglesia, por tanto, ni siquiera a favor puede juzgar la Iglesia el estado de la conciencia si los actos externos objetivos indican otra cosa. Particularmente cuando se considera que la excomunión no se da primariamente por la ordenación misma, bajo el cuestionable estado de necesidad; sino por la desobediencia expresa a una orden de la que no se tiene la menor duda de que monseñor estaba enterado.
Cita: |
Te hago ahora la siguiente pregunta: Como explicas entonces las declaracionres del cardenal castrillón en el sentido de que existe la comunión con la fraternidad(si están excomulgados) y que no puede hablarse propiamente de cisma?. Está acaso el cardenal dando su opinión contra el sentir de su santidad? Como es posible que, para el jubileo se haya permitido a unos excomulgados celebrar misa en una importtante iglesia de roma, facilitada por el vaticano como signo de unión? Puede un no católico decir misa católica, más aún, con la anuencia de la autoridad?
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Aquí hay dos puntos importantes, el primero es tan sólo un supuesto, pero es necesario mencionarlo; el segundo se refiere a la situación real:
1. Si se habla de que un Papa podría equivocarse al emitir un juicio que conlleve una sentencia, ¿con cuánta mayor razón no debería considerarse la posibilidad de que un cardenal estuviera equivocado al emitir una simple opinión?
2. Pero me parece a mi que lo anterior definitivamente no es el caso. Por el contrario, a mi parecer, el cardenal Castrillón se mueve en una línea finísima de razonamiento, pero objetivamente cierta; la que lejos de manifestar un manejo inconsistente de la situación, en mi opinión es muestra clara del cuidado maternal de la Iglesia que lleva las cosas hasta el límite de la precisión con el fin de propiciar el bien de espiritual de sus hijos.
Veamos el texto del cardenal:
Cita: | “No estamos delante de una herejía. No se puede decir en terminos correctos, exactos, precisos, que haya un cisma. Hay una actitud cismática en consagrar Obispos sin el mandato pontifício. Ellos están en la Iglesia,– como fue dicho en el encuentro con Mons. Fellay -- falta apenas una plena, una más perfecta comunión, una más plena comunión, porque la comunión existe” |
Ahora procedamos al análisis:
1. No estamos delante de una herejía.
Y eso es claro. La Fraternidad no ha sostenido nunca de manera formal y oficial una doctrina herética (contraria a la fé). De ahí se sigue necesariamente lo que se dice a continuación:
2. No se puede decir en términos correctos, exactos, precisos, que haya un cisma.
Es decir, no es que no haya nada, "hay algo" pero ese "algo" no es exactamente un cisma. ¿Entonces qué es?
3. Hay una actitud cismática en consagrar Obispos sin el mandato pontificio.
La terminología que usa el cardenal, si nos fijamos, es perfectamente consistente con la de la usada en la Eclessia Dei: "constituye un acto cismático".
¿Pero es que hay diferencia entre un "cisma" y una "actitud cismática"? ¡Pues por supuesto que la hay!:
En este caso concreto la Eclessia Dei no deja lugar a duda, pues señala con claridad que se está hablando de lo previsto en el canon 751:
Cita: | 751 Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos. |
Pero aquí viene lo interesante: es evidente que la Fraternidad no mantiene un rechazo continuado o doctrinalmente institucionalizado de la sujeción al Sumo Pontífice. Por tanto, no hay cisma como tal. Hay actitud cismática, lo que significa que, al menos al momento de las ordenaciones y en las personas directamente involucradas, existía una actitud de rechazo a tal sujeción. Existía la orden expresa que fue ignorada, lo cual es una evidente falta de sujeción, de ahí que la Eclessia Dei equipare la desobediencia con un rechazo al primado Romano. Pero insisto: tal actitud no se ha institucionalizado. La Fraternidad no es "sedevacantista". Mucho menos ha caído en le herejía de negar formalmente el primado. Por tanto, gracias a Dios, el cisma no se ha consolidado; pero eso no elimina la actitud cismática, la cual prevalece en la medida que no se someta la Fraternidad en forma plena y total a la autoridad del Sumo Pontífice y a sus disposiciones.
A partir de estas consideraciones es fácil entender lo que sigue:
4. Ellos están en la Iglesia,– como fue dicho en el encuentro con Mons. Fellay -- falta apenas una plena, una más perfecta comunión, una más plena comunión, porque la comunión existe
Al no institucionalizar en forma de doctrina la desobediencia o el rechazo al primado de Pedro, no se han separado propiamente de la Iglesia, por lo que existe comunión. Pero esa comunión es imperfecta precisamente en la medida en que subsisten elementos de la actitud cismática que motivó la excomunión de los directamente implicados. Y he aquí otro detalle interesante: se excomulgó por sentencia únicamente a los directamente implicados, a los demás se les condicionó la excomunión estrictamente a su adhesión al cisma, en otras palabras, a su adhesión a la idea de rechazo del primado Romano. Pero si no existe en algunos miembros de la Fraternidad tal idea, sino que personalmente rechazan la actitud cismática, de modo que permaneciendo en la Fraternidad por otras razones, hubiesen querido que, en obediencia al Sumo Pontífice las ordenaciones no hubiesen ocurrido. Pues estos estarían en plena comunión. Es difícil que al poco tiempo de las ordenaciones existieran miembros que se encuentraran en estas precisas condiciones, pues normalmente todos los que se podría razonablemente suponer que hayan guardado esta actitud habrán pasado en su momento a formar parte de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro. Pero al presente es mucho más probable que algunos miembros (probablemente muchos), tras profunda reflexión, se encuentren verdaderamente en este estado de desedo profundo de comunión plena.
Como puedes ver, lo que impera aquí no es el espíritu de descalificación o confrontación; sino, me parece que de ambas partes, predomina un espíritu de sincera búsqueda de reconciliación y unidad. Actitud diametralmente opuesta a la cismática que condena la Eclessia Dei.
Cita: |
Respecto del magisterio, cuando sostienes que quanta cura o syllabus no son dogmaticas, en principio te doy la razón, pero, recuerda que en el magisterio ordinario, prima el que es prevalente en el tiempo, y se va volviendo infalible, en la medida que se va confirmando en el tiempo por la iglesia universal.
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Lo que dices es el principio del Sensum fidei, pero, como todo lo que eventualmente puede considerarse infalible, requiere ser materia del dogma, es decir, su materia debe ser la fé. Por tanto, si algo es puramente forma, es decir, si no pertenece al núcleo de la fé, sino es una simple tradición (con minúscula), pues tal práctica no podría jamás considerarse, pese al paso de los siglos, como Sensum fidei, pues esencialmente no podría adquirir el caracter de infalibilidad.
En cuanto a las normas prevalentes en el tiempo, es cierto que estas aplican en la medida en que las posteriores carezcan de sentido.
Pero mi sentir particular, que al parecer conicide con el del Espíritu Santo que es quien convocó en última instancia al Vaticano II, y que ya he expresado en otros lugares, es que el Vaticano II no fue el concilio "triunfalista" o "reformador" que muchos sostienen. No, claro que no. Fue la preparación con que el Espíritu dotó a la Iglesia para resistir los huracanes ideológicos ateos y materialistas que se ciernen aún sobre ella.
Ya lo había mencionado en algún otro lugar y tu me lo cuestionas más abajo, por lo que permiteme clarificarlo más: las normas del Vaticano II no son valiosas porque "sean más perfectas" objetivamente hablando. Son valiosas porque eran necesarias para sostener la fé de muchos ante semejantes huracanes relativistas y secularizantes. Ya que lo equiparé con un huracán, permiteme completar el necesariamente imperfecto ejemplo: es como una tienda en una zona donde se sabe que va a impactar un huracán real. Ciertamente es necesario prepararse para el meteoro: guardando cosas, protegiendo ventanas, etc. Esto impediría a la tienda dar el servicio normal a los clientes, pero no impediría que se continuara un servicio, no tan perfecto, pero efectivo ante semejantes circunstancias. Dejar la tienda desprotegida ante el paso del fenómeno en un falso celo por mantener "la excelencia del servicio", sería a todas luces insensato y no podría acabar sino en la destrucción total de la tienda. Por eso, quien quiere proteger la tienda (el Espíritu) procura protegerla, aunque el servicio sea temporalmente imperfecto; a sabiendas de que, pasado el meteoro y restablecida la calma, será posible quitar las protecciones y continuar con el servicio de excelencia habitual.
¿Queda claro el ejemplo? (ya dije que es necesariamente imperfecto, pero con todo, me parece que los puntos importantes son entendibles)
Cita: |
Desde leon XIII que se está insistiendo en condenar la idea de que la libertad religiosa es un derecho(como establece vaticano II basado en la "dignidad humana") por lo que nosotros no podemos ver sino contradicción entre un magisterio no dogmático(vaticano II) con magistero ordianrio vuelto infalible por la repetición constante y prioritaria en el tiempo.
Mencionaste en una oportunidad que el concilio no contradice la idea de un estado confesional. ¿De que se está discutiendo entonces? Quiere decir entonces que monseñor lefebvre y kasper, ottaviani y bea pensaban lo mismo? Discutían porque no se entendían? Me parece que aquí la ceguera es excesiva. Entonces por qué es opinión mayoritaria entre los católicos de hoy(compruebalo en este foro) que la libertad religiosa es un derecho?. Esto es lo que se viene enseñando y con insistencia desde hace bastante tiempo por el nuevo "magisterio".
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Existe aquí un grave equívoco, el que indudablemente debe señalarse entre los abusos del concilio, y que concuerdo contigo en que aqueja a más de uno de los miembros del foro, en el sentido de confundir "libertad religiosa" con "indiferentismo".
En efecto, la libertad religiosa es un derecho de cada hombre, no en el sentido liberal que se identifica con el indiferentismo. Sino en el sentido de que cada quien debe ser fiel al dictado de su conciencia. Lo que quiero decir es que una imposición de la fé no tiene el menor sentido: no se sigue el menor provecho de ella. Por lo que se debe reconocer la libertad de la persona a adherirse libremente a ella. Sólo así será posible que tal persona verdaderamente se encuentre en una disposición de recibir la gracia del Espíritu Santo y pueda ser redimida así por los méritos de Cristo en la Cruz. Lo demás son meras apariencias.
Pero existe una gran distancia de lo anterior, a afrimar que es indiferente el hecho de que una persona tenga el derecho a que se le predique el Evangelio; y que una vez habiéndosele predicado es indistinto si se adhiere a él o no; o peor aún, que las diferentes religiones son diferentes caminos hacia Dios "igualmente válidos".
Aún os estados confesionales, a lo largo de la historia, han buscado promover una legítima libertad de los que no profesan el cristianismo en el sentido en que lo mencionaba anteriormente. Sin descuidar, claro está, el predicarles e invitarles a la conversión. También es claro que la historia demuestra abusos en este sentido, abusos que llevaron a conversiones forzadas que, como ya mencionamos, se dan sin provecho; pues no se logra una verdadera adhesión al Evangelio. Este respeto fundamental a la conciencia del individuo es lo que la Iglesia exige a los estados ateos y laicos en favor del bien de sus propios hijos. Pero insisto: es un grave error confundir tal respeto con el indiferentismo, el que lleva a suprimir el espíritu misionero cometiendo con los hermanos de otras religiones la gravísima injusticia de no predicarles el evangelio. Su ignorancia es entonces no culpable y su salvación puede darse por medios extraordinarios. Pero de que hay culpa, hay culpa, ¡y no es de ellos, sino de los indiferentistas que se negaron a hacer o incluso obstaculizaron la predicación! ¿Estamos claros ahora?
Cita: |
Sinceramente, yo soy un convencido de que la Iglesia se encuentra hoy en manos de quienes san pio x ya denunciara con el rótulo de modernistas y que son y fueron los verdaderos padres del concilio y su enseñanza cosecuencial: los cardenales bea, los karl rahner, los ives congar e incluso nuestro mismo papa en su momento. |
Aquí, por las razones antes expuestas, no puedo sino disentir de lo que dices:
Ya te lo dije, y tu mismo lo señalas: el huracán ya estaba pegando en la Iglesia, era necesario protegerla. Claro, los hijos del huracán pensaron que la protección equivalía a que el Santo Padre le daba razón a su bando y se desvivieron en excesos y abusos.
Pero basta leer con objetividad y sinceridad los documentos conciliares para darse cuenta de que tales excesos y abusos no tienen el menor fundamento en la enseñanza del concilio. No estoy diciendo, evidentemente, que el Concilio, por ejemplo, haya mantenido la misa de San Pío V y que lo demás sean inventos. No, lo que estoy diciendo que las modificaciones del Concilio fueron relativamente menores y limitándose a lo estrictamente necesario. Lease: no incluían el uso de batería y guitarra eléctrica en el Padre Nuestro de la Santa Misa; no incluían levantarse a comulgar en pecado mortal "porque te nace"; no incluían modificar las oraciones a un "lenguaje propio para la juventud" que hiciera uso de palabrotas; etc., etc., etc.
Recuerda, estas normas necesarias no son necesariamente más perfectas que las anteriores en un sentido estrictamente objetivo. Pero si más adecuadas para ayudar a muchos a resistir el huracán. Cuando el huracán por fin pase, seguramente veremos la restitución de muchas normas de perfección objetiva mucho mayor a las actuales.
Por favor, en la caridad de Cristo, dense cuenta de que el que necesita esas "normas de huracán" no es "ese hijo tuyo que malgastó tus bienes con malas mujeres"; sino nuestro hermano pródigo que necesita de nuestro apoyo y cariño.
Que Dios te bendiga.
PD Ya es muy tarde y no puedo revisar el texto ahora, por lo que hago un "acto de fé" al mandarlo, por favor disculpa cualquier error de redacción o posible argumento impreciso que pudiera requerir posterior clarificación. |
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