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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Jue May 15, 2008 10:26 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Miles_Dei escribió: | ¿Pero y entonces que pasa con la Unam Sanctam?
La autonomía de lo temporal de la que habla el magisterio no puede ser total como si hubiera dos principios.
Más claro y asequible:
¿Puede un político católico ir por el mundo de la política como si no lo fuera?
¿Puede decidir opciones como si Dios y la Iglesia no tuvieran nada que decir en ese ámbito?
Vamos, que estoy a punto de poner un ejemplo concreto de por donde andan los católicos en mi patria.
Un saludo en la Paz de Cristo. |
Pero Miles, claro que no puede un católico ir por el mundo como si no lo fuera. Nadie dice esto. Lo que se dice es que no se puede imponer a los otros mis creencias en una sociedad plural, siempre y cuando se actúe bajo la ley natural. La fe se propone pero no se impone.
Nadie dice que un católico se comporte como un protestante, o como un no creyente.
Ejemplo: en estos foros hay católicos que en ciertos casos no comulgan con el Magisterio. ¿Cuál debe ser nuestra aportación?. Presentarles el Magisterio, y entonces como las lentejas, si quieres las tomas y si no las dejas, No voy a ir a palos a convencerlo, ya que en este caso la conversión no sería válida.
Tú lo has dicho bien claro. La separación Iglesia-Estado existe en política pero no en moral. ¡Perfecto!. Lo que pasa es que aquí estamos hablando de política, y de política dentro de la pluralidad. Por ejemplo, yo voto familia y vida. Sé que no te gusta ya que en una ocasión me dijiste que este partido no toca para nada el tema de la economía. Muy bien, este es tu criterio. Y si a mí no me gusta votar a tu partido, ¿qué pasa?. ¿Es que acaso hay una sola opción para un católico?. La igualdad no es ninguna virtud. Dios hizo toda la creación desigual, con sus diferentes colores, animales, plantas, olores, etc. Lo que sí hizo Dios dentro de la desigualdad es que hubiera armonía dentro de esta desigualdad. Mientras un católico siga el Magisterio, que se está tocando en este tema, es tan lícito un camino como otro, siempre y cuando esté bendecido por Dios y por la Iglesia. _________________ NO SOY VETERANO

TODO POR JESUS Y MARIA. |
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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Jue May 15, 2008 11:45 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Miles_Dei escribió: | Eso es a lo que me refiero. ¿Puede el católico dejar de ser confesional?
Porque la confesión católica implica muchas cosas, no sólo la moral familiar o a favor de la vida. Ni tampoco la moral económica. Sino que la armonía es el todo que se llama doctrina social de la Iglesia la cual no es lícito trocear y presentar en porciones.
Esa es la realidad política del cristiano. Y desde luego la única forma de defender tal opción de vida es desde posiciones personales. Sólo desde la persona se encuentra la unidad de todas las cosas (según aquello que decía Aristóteles: el alma es ciertamente todas las cosas) Un partido no puede dar esa unidad como lo da una comunión de personas.
El sistema de partidos y la misma democracia nacida de la ilustración lo que hace es romper la armonía de lo creado al prescindir de la unidad propia del alma humana para ser substituida por un ente espiritual superior a un conjunto de personas. (Estamos en las antípodas de la cristiandad, algo que era conocido en la Edad Media como el averroismo latino) Eso es lo que hay que denunciar antes que se nos vaya la vida en ello. Porque si bien Cristo permitió que otros ecahran demonios en su nombre a nosotros bien claro nos dijo que fuéramos uno. Y uno atañe al cuerpo y al alma. UNAM SANCTAM.
Un saludo en la Paz de Cristo. |
Lo vuelvo a repetir, un católico jamás puede dejar de ser confesional, ya que si deja de serlo no sería católico. Pero vuelvo a repetir, el católico sin dejar de ser confesional no puede imponer su confesión a otros.
Sobre los partidos. Con permiso de Semper le voy a dar otro cachete, ya que me veo obligado a "pegar" un número de la Doctrina Social de la Iglesia:
Cita: | d) Instrumentos de participación política
413 Los partidos políticos tienen la tarea de favorecer una amplia participación y el acceso de todos a las responsabilidades públicas. Los partidos están llamados a interpretar las aspiraciones de la sociedad civil orientándolas al bien común,846 ofreciendo a los ciudadanos la posibilidad efectiva de concurrir a la formación de las opciones políticas. Los partidos deben ser democráticos en su estructura interna, capaces de síntesis política y con visión de futuro.
El referéndum es también un instrumento de participación política, con él se realiza una forma directa de elaborar las decisiones políticas. La representación política no excluye, en efecto, que los ciudadanos puedan ser interpelados directamente en las decisiones de mayor importancia para la vida social. |
¿Sabes lo que veo, Miles, y lo veo con agrado?. Que gracias a este tema, creo que tocado con seriedad a pesar de los cachetes que le doy al pobre Semper , estamos desempolvando la Doctrina Social de la Iglesia, tan poco conocida por nosotros.
Tengo un amigo, con el cual en una radio católica él hacía de moderador y entre los tertulianos estaba el menda lerenda, y que el programa se titulaba "Quien tenga oídos", en el cual también asistían dos sacerdotes y dos profesores, dicho esto cuento que este amigo era un furibundo comunista. ¿Sabes cuál fue una de las causas de su conversión y a ser un verdadero apóstol?. La Doctrina Social de la Iglesia. Explicaba que cuando la leyó se quedó con la boca abierta, y se dio cuenta de la porquería que era la doctrina comunista en comparación con la de la Iglesia. _________________ NO SOY VETERANO

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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Jue May 15, 2008 12:46 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Cita: |
Los partidos y el sistema de partidos si no se ajusta a tal doctrina es INJUSTO e INMORAL y como tal inhábil para alcanzar el bien común. ¿Donde están los políticos católicos que defienden esto?
Conforme. Los partidos o lo que sea, deben estar al servicio del bien común, al dictado de la ley natural. Nadie, al menos Beatriz y yo, lo ponemos en duda. Esto es sana laicidad.
¿Dónde están los políticos que defienden esto?. Tú y Semper sois uno de ellos ¿o no?. Como las meigas brujas), no creo en ellas pero haberlas hailas (dicho gallego)
Yo te lo digo Tomás: muy atareados con medrar en la política y los que tienen nobles intenciones muy ocupados en que los que quieren medrar en política no los dejen de lado.
No generalices. Hay políticos católicos que incluso han tenido que abandonar su partido por motivos de conciencia. Ejemplo e-cristians o profesionales por la ética. Y ahora las plataformas de objetores de conciencia contra EpC.
¿Que hay "católicos" que militan en partidos en donde tienen en su ideario el aborto y en donde se legalizó la píldora del día siguiente (abortiva)?. ¡Y tanto y algunos son de movimientos laicos de los que se llaman de vanguardia!. Me lo vas a explicar, cuando un día, hablando con un Senador de este partido le expuse este problema, y que saltó como si le hubiera mordido una serpiente y exclamó: "¡Tomás, del aborto no hablemos. Ni lo nombres!". A lo que repuse qué de malo había hablar del aborto si San Pablo decía que Cristo se le presentó como a un aborto.
Un saludo en la Paz de Cristo. |
_________________ NO SOY VETERANO

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Tomás Bertrán Mercader Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 1503 Ubicación: España
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Publicado:
Jue May 15, 2008 1:51 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Perdona Miles, me equivoqué de sitio y lo puse en otro tema:
Sí se te entiende, Miles. Sé que eres partidario de familia, municipio, fueros, Cortes, y en tu caso Presidente (en caso de los carlistas, con los que tendrías discusiones, Rey). ¿Ves?, ya hay dos sistemas. Uno republicano y otro monárquico, y lo que no se puede hacer es lo que se hizo, poner a los falangistas la boina de los carlistas. Es que no me extraña que se agriaran los corazones.
A mí los partidos no me asustan, pero como tú bien señalas. El partido debe estar al servicio de la persona y a la familia y no al revés. Las listas abiertas, para que cada uno pudiera elegir al representante que crea más idóneo. Nada de disciplina de voto demtro del partido, ya que si la hay se niega la libertad de la persona y se anula su conciencia. Totalitarismo.
Me da lo mismo que tenga que elegir a los representantes, quer será mediante urnas creo yo, de mi municipio (alcalde, Tribunal de las Aguas), región, foros, Cortes, a través como tú dices por vía natural a hacerlo a través de partidos o plataformas en donde libremente y en conciencias pueda elegir a los que me representen, y si no lo hacen que Dios se lo demande. Juramento de Santa Gadea. O los carlistas tienen la ley de contrafuero en donde si el rey no cumple co0n su obligación puede ser destituído por las Cortes y nombrar regente o nuevo rey. La cuestión es que guste o no no existe la uniformidad. Tanto con partidos como sin partidos habrá pluralismo. Unos querrán a un alcalde y otros a otro. Y algunos, mira si soy mal pensado, elegirán al alcalde que luego les pueda colocar a él o familia en lugares privilegiados. El pecado existirá con unos o con otros. Claro que si la justicia funciona bien (otro tema a tocar) se castigará al malhechor. Pero ya sabes el dicho gitano. "En muchos pleitos te veas y todos los ganes".
Miles, lo perfecto no lo vas a conseguir. Tenemos que luchar para que la ley natural, puesta por Dios en todos los corazones sin excepción, no se devirtúe, y reine en nuestras sociedades. Amén _________________ NO SOY VETERANO

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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Jue May 15, 2008 5:44 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Cita: | [quote="semper_crucifero"]Claro que hay continuidad, la continuidad creo que nadie la ha puesto en cuestión ¿verdad?. Al menos yo he defendido precisamente dicha continuidad y falta de contradicciones. |
Semper, lee mi post, ¿está tu nombre alli? si no lo está no es para ti. Yo siempre CITO a la persona, no me gustan los muñecos de paja. _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Jue May 15, 2008 6:44 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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semper_crucifero escribió: |
En ningun momento he dicho que "alguien ha alabado el pecado de esos países", todo lo contrario................ la verdad no sé dónde leéis.
Tampoco confundo pecado con la "sana laicidad".................ni idea de dónde leéis.
Y lo extraño es que os dirijis directamente a mi........bueno, habrá que explicarlo con peras y manzanas . Aunque mejor lo leeis tranquilos y sin ideas preconcebidas en la cabeza, será mejor. |
Semper, por lo menos tengo la delicadeza de mencionar tu nombre, no le hablo a un "fantasma sin nombre" y CITO tus palabras...
A ver qué es lo que yo he leido:
Cita: | semper_crucifero escribió:
Porque creo que lo anterior esta más que claro, lo que quiero es ir al grano y que saquemos jugo al asunto. A la luz de lo dicho, fijémonos en dos simples apuntes "sin importancia":
CANADA:
http://www.bioeticaweb.com/content/view/987/55/
Canadá registra la natalidad más baja de su historia. Casi un aborto por cada tres nacimientos
Los canadienses han recibido con preocupación los últimos datos de natalidad, publicados en abril por Statscan, la oficina estadística nacional. En 2002, la tasa fue de 10,5 nacimientos por mil habitantes, la más baja desde que se empezó a registrar el dato, en 1921.
USA
http://es.catholic.net/abogadoscatolicos/449/944/articulo.php?id=27879
30 años de aborto legal en USA
El 20% de las mujeres que abortaron eran casadas y el 80% eran solteras.
El 22 de enero de 1973, dos fallos del Tribunal Supremo de Estados Unidos: Roe v. Wade y Doe v. Bolton, abrieron las puertas a la matanza de inocentes criaturas por nacer. En esos 30 años, murieron 41,216,423 bebés concebidos que no llegaron a nacer.
Mi pregunta es, a la luz de lo anterior y otras muchas cosas, ¿USA y CANADA, viven "sana laicidad" o "satánico laicismo"? ¿y el resto de países? ¿cuales son las causas?. Bendiciones. |
El Papa Benedicto XVI ha alabado la "sana laicidad" de los Estados Unidos
Cita: | http://www.zenit.org/article-27148?l=spanish
Balance de Benedicto XVI de su viaje apostólico a los Estados Unidos
En el encuentro con el señor presidente, en su residencia, pude rendir homenaje a ese gran país, que desde los inicios se ha edificado a partir de una feliz conjugación entre principios religiosos, éticos y políticos, y sigue siendo un válido ejemplo de sana laicidad, donde la dimensión religiosa, en la diversidad de sus expresiones, no sólo es tolerada, sino valorada como "alma" de la nación y garantía fundamental de los derechos y de los deberes del ser humano. En este contexto, la Iglesia puede desempeñar con libertad y compromiso su misión de evangelización y promoción humana y, al mismo tiempo, puede ser de estímulo para un país, como los Estados Unidos, al que todos dirigen su mirada como uno de los principales agentes del escenario internacional, para que se oriente hacia la solidaridad global, cada vez más necesaria y urgente, y hacia el ejercicio paciente del diálogo en las relaciones internacionales. |
Ojo! que la noticia es de Zenit.org de intachable ortodoxia...y cita las palabras del Papa...
y tú sacas a relucir el aborto en ese país y en Canadá. ¿qué pretendes que entendamos? ¿que estas de acuerdo con el Papa o que estas en contra de lo que él ha dicho? y todavía preguntas "¿USA y CANADA viven "sana laicidad" o SATANICO LAICISMO?" A todas luces el aborto es satánico...si has querido decir que estas de acuerdo con el Papa sobre la sana laicidad de USA, pues, hermano, te salió todo lo contrario...
¿No te has puesto a pensar que quizás eres tú el que no ha sabido explicar sus ideas en este tema?
Cita: | A lo que quiero ir yo (y llevo varios post diciendolo) |
no lo creo...
Cita: | es que LA ENORME MAYORÍA DE LA GENTE, no entiende esto, saliendo de ello varias posturas:
1º) Los que creen que es una "rendición" al pecado (precisamente lo que temerariamente pensabais que yo pensaba). Caso de los lefrevistas y demás fauna que buscando "pureza" se hunden en "inmundicia", saltan de la barca que los mantiene secos para lanzarse al mar de tiburones.
2º) Los que confunden o son confundidos adrede para confundir sana laicidad con laicismo. Esto es lo que normalmente ocurre. |
Perdón pero esto no es explicar con peras y manzanas...esto es explicar correctamente la idea que uno quiere expresar.
Con el punto 1 coincido. Los lefebvristas se valen de la "sana laicidad" que promueve la Iglesia para acusar al actual magisterio de "modernista", de no estar inspirado por el Espíritu Santo y de discontinuidad del magisterio. O ignoran qué significa "sana laicidad" o hay mala intención.
El punto 2 no coincido. Muy dificil que alguien confunda sana laicidad con laicismo porque son totalmente opuestos, a menos que ignore qué es sana laicidad.
Cita: | Y para que veais que no son tonterías las que planteo, os traigo un trozo del ideario de la red laicista Europa Laica:
En coherencia con sus postulados y objetivos, la Asociación "Europa Laica" propugna la laicidad, entendida como el establecimiento de las condiciones jurídicas, políticas y sociales idóneas para el desarrollo pleno de la libertad de conciencia, base de los Derechos Humanos.
Nuestra asociación se define como laicista, entendiendo por laicismo la defensa del pluralismo ideológico en pie de igualdad como regla fundamental del Estado de Derecho y el establecimiento de un marco jurídico adecuado y efectivo que lo garantice y lo proteja frente a toda interferencia de instituciones religiosas que implique ventajas o privilegios.(...) |
Pues aqui yo veo que se habla de laicismo...no me parece que confundan los términos.
Un poco de humildad nos viene bien a todos. _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Jue May 15, 2008 7:19 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Miles_Dei escribió: | ¿Pero y entonces que pasa con la Unam Sanctam?
La autonomía de lo temporal de la que habla el magisterio no puede ser total como si hubiera dos principios.
Más claro y asequible:
¿Puede un político católico ir por el mundo de la política como si no lo fuera?
¿Puede decidir opciones como si Dios y la Iglesia no tuvieran nada que decir en ese ámbito?
Vamos, que estoy a punto de poner un ejemplo concreto de por donde andan los católicos en mi patria.
Un saludo en la Paz de Cristo. |
La Iglesia es guardiana de la ley moral cristiana.
Tomado de: http://www.enciclopediacatolica.com/u/unamsanc.htm
Unam Sanctam
(En latín, Una y Santa, i.e. la Iglesia), es la bula acerca de la supremacía papal, publicada el 18 de noviembre de 1302 por Bonifacio VIII durante la disputa con Felipe el Hermoso, rey de Francia. Se le llama así a causa de sus palabras iniciales (vea BONIFACIO VIII). La bula fue promulgada en relación con el Concilio Romano de octubre de 1302, en el que probablemente fue discutida. No es improbable que el mismo Bonifacio VIII la haya revisado. Pero también parece que el texto sufrió influencia del arzobispo de Bourges, Egidio Colonna, quien había viajado al concilio de Roma a pesar de una prohibición real. Ya no existe el original de la bula; el texto más antiguo se encuentra en los registros de Bonifacio VIII en los archivos vaticanos [“Reg. Vatic.”, L, fol. 387]. También fue incorporada al “Corpus juris canonici” (“Extravag. Comm.”, I, VIII, 1; ed. Friedberg, II, 1245). La autenticidad de la bula ha sido establecida definitivamente al incluírsele en los registros oficiales de los breves papales y por su incorporación en el derecho canónico. Las objeciones respecto a su autenticidad presentadas por estudiosos como Damberger, Mury y Verlaque quedaron totalmente respondidas por este testimonio externo. Posteriormente Mury retiró su objeción.
La bula establece ciertas posiciones dogmáticas acerca de la unidad de la Iglesia, la necesidad de pertenecer a ella para lograr la salvación eterna, y la obligación que de ahí se deriva de someterse al Papa para pertenecer a la Iglesia y así alcanzar la salvación. El Papa ahonda además en la supremacía de lo espiritual en comparación con el orden secular. Y a partir de ahí llega a conclusiones sobre la relación entre el poder espiritual de la Iglesia y la autoridad secular. Las principales proposiciones de la bula son las siguientes: Primero, a partir de varios pasajes bíblicos y referencias al arca del diluvio universal y a la túnica sin costura de Cristo se declara y establece la unidad de la Iglesia y su necesidad para la salvación. Enseguida afirma el Papa que la unidad de la cabeza de la Iglesia, establecida en Pedro y sus sucesores, es idéntica a la unidad del cuerpo de la Iglesia. Consecuentemente, todo quien desee pertenecer al rebaño de Cristo queda bajo el dominio de Pedro y sus sucesores. De modo que cuando los griegos y otros afirman que no están sujetos a la autoridad de Pedro ni a la de sus sucesores, con ello están afirmando no pertenecer al rebaño de Cristo.
Enseguida aparecen algunos principios y conclusiones referentes al poder espiritual y secular:
Hay dos espadas en poder de la Iglesia- expresión conectada con la teoría medieval de las dos espadas-: la espiritual y la secular. Ello se apoya en la acostumbrada referencia a las espadas de los apóstoles durante el arresto de Cristo (LC. 22,38: MT. 26,52).
Ambas espadas están en poder de la Iglesia. La espiritual es utilizada por la Iglesia a través de la mano del clero; la Iglesia emplea la secular a través de la mano de la autoridad civil, bajo la dirección del poder espiritual.
Una espada debe estar subordinada a la otra: el poder terrenal debe someterse a la autoridad espiritual, pues ésta tiene precedencia sobre aquél a causa de su grandeza y sublimidad; la autoridad espiritual tiene derecho a establecer y conducir a la secular, e incluso a juzgarla cuando no actúa correctamente. El poder terrenal es juzgado por el espiritual cuando se desvía; un poder espiritual inferior es juzgado por uno superior, y éste es juzgado por Dios.
Tal autoridad, aunque se le otorga al ser humano y es ejercida por él, no constituye una autoridad humana. Es una autoridad divina, otorgada a Pedro por decisión divina y, así mismo, confirmada en él y en sus sucesores. Quienquiera que se oponga a esta autoridad ordenada por Dios se opone a la ley de Dios y, al igual que los maniqueos, parece aceptar dos principios.
“Así pues, declaramos, afirmamos, determinamos y proclamamos que es necesario a toda creatura para su salvación sujetarse a la autoridad del pontífice romano” (Porro subesse Romano Pontifici omni humanae creaturae declaramus, dicimus, definimus, et pronuntiamus omnino esse de necessitate salutis).
La bula tiene carácter universal. Su contenido hace una distinción cuidadosa entre los principios fundamentales relativos a la primacía romana y las declaraciones sobre la forma en que se deben aplicar al poder secular y a sus representantes. En el margen del texto de la bula se establece la última frase como su definición verdadera: “Declaratio quod subesse Romano Pontifici est omni humanae creaturae de necessitate salutis” (se declara, por tanto, que es necesario para la salvación que cada creatura humana se someta a la autoridad del pontífice romano). Esta definición, cuyo significado e importancia son evidentes por su conexión con la parte primera, relativa a la necesidad de la única iglesia, expresa la necesidad, para quien desee lograr la salvación, de pertenecer a la Iglesia y, por tanto, de someterse a la autoridad papal en cualquier asunto religioso. Esto ha sido una enseñanza constante de la Iglesia, y así fue declarado por el V Concilio Ecuménico de Letrán, en 1516: "De necessitate esse salutis omnes Christi fideles Romano Pontifici subesse" (Es necesario para la salvación de todos los fieles cristianos el estar sometidos al pontífice romano). La traducción de Berchtold de la expresión humanae creaturae como “autoridades temporales” es absolutamente incorrecta. La bula también declara que la sujeción del poder secular al espiritual constituye una sujeción a un poder superior y de ello concluye que los representantes del poder espiritual pueden instalar en sus puestos a los poseedores del poder secular y juzgar su desempeño, si éste fuese contrario a la ley de Cristo.
Eso constituye un principio fundamental que ha nacido del desenvolvimiento integral de la centralidad del papado para la familia cristiana nacional de la Europa Occidental de la Edad Media. Ya había sido expresado en el siglo XI por teólogos como Bernardo de Claraval y Juan de Salisbury, y por papas como Nicolás II y León IX. Bonifacio VIII le dio una expresión precisa al oponerse al proceder del rey de Francia. Sus principales conclusiones se sacan de los escritos de San Bernardo, Hugo de San Víctor, Santo Tomás de Aquino, y de cartas de Inocencio III. Tanto de esas autoridades como de declaraciones hechas por el mismo Bonifacio VIII está claro que la jurisdicción del poder espiritual sobre el secular se basa en el concepto de la Iglesia como guardiana de la ley moral cristiana, y de ahí su jurisdicción se extiende hasta donde alcanza esa ley. Por ello, cuando el rey Felipe protestó, Clemente V fue capaz, en su breve “Meruit”, del 1 de febrero de 1306, de declarar que ni el rey francés ni Francia sufrirían daño alguno como consecuencia de la bula “Unam Sanctam”, y que la publicación de esa bula no los había hecho súbditos de la autoridad romana en forma distinta de cómo ya eran antes. De ese modo Clemente V pudo dar a Francia y a su gobernante una garantía en contra de perjuicios políticos y eclesiásticos derivados de la opiniones manifestadas en la bula, sin que la decisión dogmática contenida en ella sufriera tampoco demérito alguno. En las luchas del partido galicano en contra de la autoridad de la Sede Romana, y en los escritos de autores no católicos en contra de la definición de la infalibilidad papal, se utilizó in apropiadamente porque su contenido no da pie para ello- la bula “Unam Sanctam” en contra de Bonifacio VIII y de la supremacía papal. Las afirmaciones relativas a los poderes espiritual y secular tienen un carácter meramente histórico, en cuanto que no se refieren a la naturaleza del poder espiritual y se basan en las condiciones medievales de Europa Occidental.
J. P. KIRSCH
Transcrito por Carol Kerstner
Traducido por Javier Algara Cossío _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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semper_crucifero Veterano
Registrado: 22 Ago 2007 Mensajes: 3908
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Publicado:
Jue May 15, 2008 8:00 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Desde luego que un poco de humildad nos viene bien a todos, para ello os presento a un conocido masón en España, Javier Otaola Bajeneta.
Nace el 20 de febrero 1956 en Bilbao. Alumno de los jesuitas durante el bachillerato realiza también sus estudios universitarios en la Universidad de la Compañía de Jesús en la Universidad de Deusto donde se Licencia en 1977. Ejerció como Abogado de los Colegios de Bilbao, Vitoria y Madrid 1978-1982. Trabajó como Profesor de Derecho de la Academia de la Ertzaintza-Policía Vasca en la primera Promoción 1981-1982
Ha sido Letrado de los Servicios Jurídicos del Gobierno Vasco desde 1982 (actualmente en comisión de Servicios Especiales como Defensor Vecinal en Vitoria-Gasteiz.)
Sus inquietudes filosóficas y asociativas le llevaron a iniciarse en masonería en la Logia La Tolerancia en Bilbao precisamente en 1981 en el año del fallido golpe de Estado del Teniente-Coronel Tejero. En eso de la masonería llegó a ser Gran Maestro de la Gran Logia Simbólica Española (masonería española) 1997-2000 y es también Miembro del Supremo Consejo Masónico de España 33º
Esa afición asociativa le ha hecho participar además en otras asociaciones como Gesto Por la Paz, Ayuda en Acción España, la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País y otras _________________ "Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo" San Pío X
LA FIESTA DEMOCRÁTICA DE LOS WICHIS EN ARGENTINA: http://www.youtube.com/watch?v=ApRThLYavcQ |
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semper_crucifero Veterano
Registrado: 22 Ago 2007 Mensajes: 3908
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Publicado:
Jue May 15, 2008 8:08 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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ARTÍCULO ESTADO LAICO. SOCIEDAD PLURAL
Algunas cuestiones comentadas por los medios en los últimos tiempos, a saber: la inclusión de la asignatura de Religión católica como una asignatura curricular optativa, la eventual referencia a las raíces cristianas de Europa en la Constitución Europea, o mas recientemente aún la apertura de una gran mezquita en Granada con ayudas económicas de los Emiratos han vuelto a poner en valor la cuestión de la laicidad de los poderes públicos.
El problema de la idea de laicidad en España y su general incomprensión entre nosotros radica, a mi juicio de un lado en las inercias con las que funciona la sociedad española y de otro en que la laicidad ha sido mal definida por muchos de sus partidarios como una especie de ateísmo moderado; leía en una lista de correos laica la definición de los "laicos" como "quienes desde el ateismo respetamos las creencias ajenas y exigimos que nos dejen exponer las nuestras".
Creo que esta definición es una formulación de la laicidad errónea con el sentido originario de la laicidad y que además no permite su asunción generalizada y dificulta el logro de la mejor virtualidad que tiene la idea laica: la de ser precisamente espacio de encuentro y de mediación política. Como tiene dicho Salvador Pániker no se puede confundir la laicidad como estrategia política - imprescindible - con las opciones ateas o agnósticas : "La idea de un mundo profano, de un cosmos desacralizado, 'desmusicalizado', es un invento reciente - e ilusorio - del espíritu humano; es el gran equívoco de la tan traída y llevada modernidad. Bien está que el aparato estatal se haga laico, que se genere una ética civil y que la enseñanza se emancipe de las iglesias. Pero eso en nada tiene que ver con el supuesto ' desencantamiento' del mundo (...) Es precisamente el logos, y no el mito, el que nos devuelve a una realidad infinitamente misteriosa, velada, terrible y fascinante".
Por mi parte creo que merece la pena propugnar una laicidad que convoque a todos, y no solamente a los ateos o agnósticos, es decir una laicidad que no se manifieste como una opción metafísica encubierta sino como una fórmula política y por lo tanto estrictamente neutral en términos metafísicos y sólo beligerante en el ámbito de lo político, una laicidad como estrategia para la libertad, una laicidad en lo político abierta a la religiosidad personal y social, del mismo modo que al ateismo y el agnosticismo como opciones legítimas que compiten intelectualmente entre sí, y que no son sino el fruto de las diferencias razonables que nos separan pero que pretende un orden político que no se limita a ser una mera exaltación o celebración de la comunidad sobre la que se funda, una laicidad estratégica para establecer un poder público al servicio de los ciudadanos personalmente considerados y en su condición de tales y no tanto en función de su identidad nacionalitaria, étnica, de clase o religiosa.
El entendimiento habitual de la laicidad como una forma de "ateismo o agnosticismo tolerante" es contradictorio con el espíritu laico como espíritu de mediación civil. La laicidad de los poderes públicos no niega sino que presupone la pluralidad de creencias y convicciones en el seno de la ciudadanía y tampoco niega, sino que presupone la libertad de predicar y críticar, la apologética y también la competencia intelectual entre las diferentes opciones espirituales y metafísicas que se dan entre nosotros.
La laicidad necesaria es a mi juicio la que propugna el gran profesor italiano Norberto Bobbio :"El espíritu laico no es en sí mismo una nueva cultura, sino la condición para la convivencia de todas las posibles culturas. La laicidad expresa más bien un método que un contenido". La laicidad no puede ser por lo tanto una posición metafísica, religiosa o antireligiosa, sino una metodología de convivencia entre todas las posiciones.
A mi juicio la verdadera virtualidad de la laicidad no se reduce a un debate entre clericales y anticlericales ( debate por otro lado siempre interesante) sino que consiste en algo mucho mas valioso y de mas calado político, a saber : pretender un orden político que no se limite a ser una mera exaltación o celebración de la comunidad sobre la que se funda, para llegar así a establecer un poder público al servicio de los ciudadanos personalmente considerados y en su condición de tales y no tanto en función de su identidad nacionalitaria, étnica, de clase o religiosa.
Conforme a ese propósito laico el centro y fundamento de lo político, no es ninguna esencia colectiva, ni el "ius sanguinis", ni la adhesión a una fe revelada por muy verdadera que esta sea , ni por supuesto la gloria de una dinastía o la hegemonía de una etnia sino la realización material y moral de un ideal de convivencia.
La cuestión a tratar es, partiendo del reconocimiento de la consustancialidad comunitaria del individuo: ¿ como dar a lo comunitario ( y la religión es un factor comunitario) lo que es suyo salvando al mismo tiempo el proyecto de un poder societario que garantice la autonomía del individuo no sólo frente al poder político mismo sino incluso frente a los requerimientos posesivos de su propia Comunidad?.
Esta pregunta no es sino una formulación específica, ad hoc para penetrar en el problema de la laicidad, de aquellas cuestiones con las que Rawls comienza su propio trabajo de construcción del concepto de liberalismo político: ¿Cómo es posible la existencia duradera de una sociedad justa y estable de ciudadanos libres e iguales que no dejan de estar profundamente divididos por doctrinas religiosas, filosóficas y morales razonables ?.
La laicidad no supone simplemente la aconfesionalidad pasiva del Estado sino que es un compromiso más ambicioso de crear y sostener un espacio político definido exclusivamente por la ética y la simbólica civil, cerrando el paso a toda confusión política de lo confesional o de lo étnico. Desde el punto de vista laico la condición de ciudadano es la única sobre la que tiene competencia el poder político y es, en virtud de ese único título que se establece la capacidad de cada uno para participar en la constitución y control de ese mismo poder político sin que pueda tenerse en cuenta ninguna otra condición, no sólo la pertenencia religiosa sino tampoco la raza o la pertenencia étnica .
Es imprescindible rescatar el núcleo eficiente de laicidad, aquello que la hace valiosa y nos permite reconsiderar los fundamentos de todo lo político: aquello que nos descubre el origen de la Democracia como fórmula de convivencia que hace de la ciudadanía, y no de la sangre o de la fe religiosa, su piedra sillar. _________________ "Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo" San Pío X
LA FIESTA DEMOCRÁTICA DE LOS WICHIS EN ARGENTINA: http://www.youtube.com/watch?v=ApRThLYavcQ |
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semper_crucifero Veterano
Registrado: 22 Ago 2007 Mensajes: 3908
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Publicado:
Jue May 15, 2008 8:17 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Y sigamos con la humildad de la mano de masones. En este caso, Amando Hurtado, Soberano Gran Inspector General del grado 33 de la masonería española, instalado en la Respetable Logia Génesis, con sede en Madrid.
Y un hermoso artículo:
LA ESPIRITUALIDAD LAICA
Si los conceptos de laicidad y de laicismo suelen resultar difíciles de entender en el mundo masónico anglosajón, se comprenden muy bien en el mundo latino. Esto se explica por la tradicional impregnación religiosa de las instituciones públicas, a todos los niveles, en los países latinos. En ellos fue sentida, de manera más específica, la necesidad de tomar medidas drásticas conducentes a la emancipación civil y es en ellos donde es más preciso aprender a distinguir entre laicidad como virtud y laicismo como sistema opuesto a cualquier forma de espiritualidad.
La laicidad representa una actitud filosófica capaz de garantizar armonía en la vida social y, por ello, su concepto ha formado siempre parte del ideario masónico. La propia naturaleza de la Masonería, como escuela iniciática con voluntad armonizadora universal, descarta de su horizonte un modelo de sociedad civil desprovista de conciencia espiritual.
La idea laica, en germen durante los siglos XVI y XVII, se desarrolló a lo largo el siglo XVIII. Bajo la influencia de los masones de aquella época, se insertó el principio de la libertad de conciencia en el texto de la Constitución de los Estados Unidos, en 1787, antes de que fuera proclamado por la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, promulgada en Francia en 1789, y de convertirse más tarde en aspiración universal.
En función de la intensidad de las fuerzas adversas, la laicidad se ha visto empujada a ser, según los casos, combativa, defensiva o simplemente militante. Su edad de oro en Europa coincidió con la tercera República francesa. El Hermano Jules Ferry hizo aprobar en 1882 la ley que establecía la gratuidad, obligatoriedad y laicidad de la instrucción pública. En España, fué el Ministro masón Claudio Moyano el padre de la primera Ley de Instrucción Pública que hizo obligatoria la enseñanza primaria desde 1857, estableciendo un primer hito del que habría de ser largo, controvertido y muy penoso camino hacia el reconocimiento constitucional de la laicidad en el siglo siguiente. La laicidad se convirtió aquí en una consigna “liberal” que no puede comprenderse sino por oposición al clericalismo del siglo XIX y gran parte del XX, cuando la Iglesia trataba de dirigir el Estado, desde las escuelas y no sin éxito, imponiendo directrices políticas acordes con su dogmática.
Pero la laicidad constitucional, por sí sola, no basta para afrontar los conflictos que se incuban en el seno de la sociedad. Es un principio rector que ha ser aprendido y vivido desde la escuela. Como todo principio, precisa ser reafirmado permanentemente ante nuevas circunstancias de la vida social, ya que ha de poder inspirar y orientar todos los debates presentes en su proceso evolutivo. Los derechos individuales de los ciudadanos, aun recogidos por las constituciones laicas, encuentran a menudo obstáculos de naturaleza visceral, arraigados en sedimentos culturales ancestrales, muy frecuentemente herencia de creencias y mitos que alimentan el rechazo de lo “diferente”. Véase, en nuestros días, el no poco éxito de corrientes sociales contrarias a las transformaciones necesarias para hacer posible la integración de inmigrantes, el acceso de personas de distinta raza a puestos de responsabilidad, tanto privada como pública, la discriminación basada en el sexo o en la orientación sexual de los ciudadanos, la obstinación en la conservación de privilegios económicos o jurídicos, etc.
A nivel filosófico, es necesario eliminar ese concepto retrógrado y caricaturesco de la laicidad que la asimila al “anticlericalismo” o a un “laicismo” contrario a toda espiritualidad, nutrido de odio hacia las religiones, de venganza respecto a sus representantes y de desprecio de las conciencias individuales. Tales son los atributos que únicamente sus opositores tradicionales le han conferido como intrínsecos. No cabe confundir los comportamientos viscerales con el auténtico sentido filosófico de la laicidad. Preconizando sin discreción una ideología anti-espiritualista, se cae en el “laicismo”, pseudo-laicidad que hace del anti-dogma otra forma de dogma y que reclama para sí la tolerancia que niega a los demás.
Por el contrario, la verdadera laicidad es una virtud moral y cívica. Como principio moral, la laicidad es inseparable de la tolerancia y el respeto a los demás. Como signo de equilibrio interior, implica autonomía del pensamiento, sin recurrir a verdades tenidas por irrefutables e inverificables, como las que ofrecen las religiones en general. La epiritualidad laica respeta la búsqueda leal y prudente de la verdad personal, reconociendo en todo hombre una parte de la verdad, aunque sea la verdad de un adversario. La laicidad es el principio ético que hace respetar al hombre íntegramente, por lo que no puede dejar de respetar su ser interior, con sus creencias o sus convicciones, que es lo que tiene de más íntimo. Ese principio no puede sino enriquecer, al impulsar a la comprensión de otras formas de pensamiento.
El término “espiritualidad” ha sido desvirtuado, conservando en nuestras sociedades occidentales una connotación religiosa, cuando, en realidad, no implica adhesión a una religión, ni la impide. Hay una “espiritualidad” llamada religiosa, frecuentemente muy diluída en la práctica automatizada de determinados ritos y en la superficial aceptación de creencias dogmáticas, que suele tomar partido por lo irracional y lo esperpéntico, proponiendo normalmente demostraciones a posteriori . La auténtica espiritualidad no es una escapatoria de la realidad, sino que emana de la busca de lo que puede hallarse tras lo aparente, de una búsqueda de la verdad, de una aspiración a lo absoluto que para nada niega el Misterio universal. Consiste en una vinculación con los valores que apuntan a lo infinito, lo sagrado o esencial, en una marcha interior personal hacia lo Bello, lo Bueno, lo Verdadero.
La convicción masónica esencial es que existe una causa primera, de la que son efecto el universo y el hombre: <<La Francmasonería proclama, como lo ha hecho desde su orígen, la existencia de un Principio creador bajo el nombre de Gran Arquitecto del Universo>>. Tal es la referencia que da sentido al Rito (o método) Escocés Antiguo y Aceptado, proclamada en el Convento de Lausana, en 1875, por los Supremos Consejos mundiales allí reunidos.
En el mundo contemporáneo, si la Masonería tiene un papel insustituíble, lo debe a ser un sistema iniciático que trabaja glorificando (es decir: afirmando y ensalzando) un Principio trascendente. La invocación masónica del Gran Arquitecto del Universo encierra una expresa referencia a lo que está más allá de lo meramente humano, ayudándonos a encontrar la plenitud del sentido de la Vida. Sin ser una oración ni un acto de fe, transforma el “templo” masónico en un espacio sagrado filosófico, en el que se busca el conocimiento de lo esencial, y nos sitúa en estado de receptividad interior. Esa invocación no hace sino completar las invocaciones a la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza, confiando a cada uno las definiciones íntimas como su honrada conciencia se las dicte, ya que toda sincera convicción personal tiene derecho al respeto.
La laicidad que defendemos los masones tiene como referente una espiritualidad laica y universal. Esta definición se confirma si se conoce la etimología del adjetivo “laico”, que procede del griego laikos: “lo que pertenece al pueblo, a la gente”. El sinónimo latino de laico es “universal” y el universalismo laico es lo contrario de la intolerancia que caracteriza al totalitarismo, al integrismo y al fundamentalismo. Lo laico, en este sentido, significa la apertura a todos los hombres de buena voluntad, creyentes o no creyentes, para que vivan en armonía, inspirados por una verdadera espiritualidad.
Por ello, del mismo modo que la Masonería de Rito Escocés proclama su espiritualidad, declara tambien su adhesión a la laicidad, como igualmente señala el Manifiesto de 1875: << La Francmasonería no es una religión ni es un culto; por ello desea la instrucción laica. Su doctrina completa se halla contenida en este bello mandamiento: ama a tu prójimo >>. _________________ "Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo" San Pío X
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semper_crucifero Veterano
Registrado: 22 Ago 2007 Mensajes: 3908
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Publicado:
Jue May 15, 2008 8:23 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Por ahora creo que podemos desechar "laicismo" como una distorsionada visión anticlerical de lo que es la laicidad masónica. Bendita humildad, gracias hermana.
Bendiciones. _________________ "Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo" San Pío X
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semper_crucifero Veterano
Registrado: 22 Ago 2007 Mensajes: 3908
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Publicado:
Jue May 15, 2008 8:31 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Y creo que podemos entrar en verdadero debate cuando se contesten las preguntas formuladas por Miles, que servirán para que se vea claramente las diferencias entre la Sana Laicidad propugnada por el Santo Padre y la Laicidad Masónica. Bendiciones. _________________ "Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo" San Pío X
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Josè Luis Jimènez Moreno Veterano
Registrado: 22 Feb 2007 Mensajes: 1048
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Publicado:
Jue May 15, 2008 10:50 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Beatriz escribió: | Josè Luis Jimènez Moreno escribió: |
Con todo respeto, en mi personal opinion, ha sido una estupides permitir y aceptar la separacion de la Iglesia del Estado. Esta visto que el poder corrompe al hombre, como es posible que crean que se va a conducir mejor sin la sujecion moral y religiosa de la autoridad de una Iglesia.
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Hola José Luis
Muy aparte del diálogo que tienes con Servus, del cual no formo parte, me gustaría preguntarte una cosa con el ánimo de promover la reflexión sobre este tema que se está tratando y con todo respeto hacia ti:
¿Cómo se puede impedir que los Estados que tienen mayoría católica no se confiesen como estados laicos?
Tal vez sea necesario el uso de la espada, y no hay que escandalizarse ya que se ha matado muchísima más gente en la paz (muerte espiritual), que en la guerra, sin ir tan lejos, la Reforma tuvo que ser detenida a cañonazos y espadazos, el comunismo en España y México (guerra cristera), tuvieron que ser detenidos también con la violencia de la guerra. Cuando el hombre ha perdido todo miedo y respeto de enfrentar la justicia de Dios, entonces debe enfrentar la justicia de los hombres.
Ahora bien, vamos a analizar la pregunta:
¿Betty, tú crees que sea normal que un país con mayoría Católica, no sea gobernado por un gobierno Católico? Perdóname pero a mí se me hace ridículo e inmoral lo contrario. Digo ridículo porque es lo que nos pasa en México, que siendo un país con el 80% de la población Católica, más de la mitad han votado por propuestas masonas anticatólicas, y digo inmoral, porque según se entiende el ideal democrático es el gobierno de la mayoría.
Y ¿cómo se puede impedir que un Estado que no tiene mayoría católica no se confiese como estado laico?
Muy fácil de decir; pero muy difícil de hacer: Evangelizando a la población hasta convertirla, el mejor ejemplo nos lo ha dado España.
Antes de que me salgan con la Leyenda Negra de la Conquista, ya ha quedado claro en este foro que la evangelización de Hispanoamérica fue un profundo acto de amor de los dos poderes, el temporal y el espiritual. Las grandes hazañas que se logran cuando trabajan juntos y ordenados, el uno sobre del otro.
¿No te parece que esto está fuera del alcance de la Iglesia? ya que esto corresponde al poder temporal no al poder espiritual.
No, ya puse un ejemplo elocuente y contundente.
¿Cómo se puede conseguir que la espada del poder temporal esté sometida a la del poder espiritual? en el papel suena muy bonito, pero en la práctica.... ¿cómo es posible?
Yo creo que empezando por nosotros mismos, a mi entender lo que tratan de decirnos Miles y Samper, es que debemos aterrizar las ideas y buscar las acciones a seguir.
Está bien el conocer y estudiar la Doctrina Social de la Iglesia, pero es tiempo de accionar esos conocimientos, los abortos, divorcios, homosexualismo, feminismo, adopción o embarazos inducidos en parejas homosexuales y demás aberraciones, están incontenibles, las persecuciones contra nuestra Iglesia son una realidad. ¿Vamos acaso a esperar a que lleguen a nuestros países para empezar a actuar? A México y España ya les paso y ni así entendemos.
Saludos |
Hermana Beatriz, ¿Sabes cuales han sido las peores guerras de la historia?, las internas, las de hermanos contra hermanos (guerras civiles).
Mencióname una democracia espejo del ideal que se ha escrito….no hay, ¿sabes por qué?, porque todas las Pseudodemocracias que existen actualmente, son el resultado de procesos históricos iniciados, desarrollados y ocupados por los masones.
Hermana, sabes que te respeto y siempre he aceptado silenciosamente tus ediciones, soy una persona medianamente instruida, por eso estoy aquí, porque quiero aprender más, El Espíritu Santo me negó el don de Ciencia; pero me trajo aquí y me ha puesto a excelentes guías, Miles y Semper, que juntos con la Moderación (casi todos) me están desasnando (del verbo desasnar = quitar lo asno).
Saludos y bendiciones. |
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Josè Luis Jimènez Moreno Veterano
Registrado: 22 Feb 2007 Mensajes: 1048
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Publicado:
Jue May 15, 2008 11:53 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Beatriz escribió: | Josè Luis Jimènez Moreno escribió: | Respecto a tu pregunta mi querida hermana Beatriz, Miles ya hizo una amplia y atinadísima explicación al respecto, solo podría aunar a esta que los tiempos han cambiado, mi país sufre desde 1857 ese laicismo excluyente, que llego a su clímax en la guerra Cristera, obra maestra de la masonería mexicana, comandada excelentemente bien por su hermano mayor, la norteamericana. Ya lo declare en otro tema, la democracia es una utopía que nada más sirve para que los masones cumplan sus propósitos: |
Hermanito Jose Luis:
Me preocupa ese pesimismo y esa falta de fe...
Si, falta de fe. ¿Acaso Dios no saca provecho del mal? ¿Acaso Dios no permite un mal con la finalidad de sacar un bien mayor?
Como sea quien haya "inventado" la democracia, la derecha o la izquierda, ningún grupo secreto tiene más poder que Dios y Dios se burla de los sabios y poderosos con instrumentos débiles y hasta mal vistos por todos. ¿Qué está ocurriendo en los Estados Unidos? una ola de conversiones de pastores protestantes que tienen iglesias con aprox 200 miembros...los pobres y humildes inmigrantes latinos -mal vistos por todos que tienen el sello del Espíritu Santo en sus almas, el "gigante dormido" que Dios puede despertar en cualquier momento- se estan multiplicando y cada año el porcentaje de católicos está en aumento...ya hay voces que anuncian un Estados Unidos católico...o por lo menos con una presencia católica muy grande...en las parroquias hay misas en castellano y los candidatos a la presidencia dirigen sus discursos hacia este grupo humano porque necesitan sus votos....Dios se burla de los sabios y poderosos de este mundo utilizando los instrumentos más débiles y mal vistos...no por nada Juan Pablo II llamó a América (norte, centro y sur): "el Continente de la Esperanza".
Ese pesimismo y esa falta de fe la he visto en los hermanos lefebvristas. Decir que el Espíritu Santo no asistió el Concilio Vaticano II, que los modernistas dominaron ese Concilio...es falta de fe muy grande...quizás si hubo teólogos progresistas en ese Concilio, pero el poder de Dios es tan grande tan grande que al progresista le hace decir y escribir lo que le conviene a la Iglesia del futuro sin que éste se dé cuenta...
Y digo hermanos lefebvristas porque lo son, siempre he alabado la gran piedad de los lefebvristas, pero les falta fe en el poder de Dios que saca un bien de un mal.
Estoy buscando la reflexión, la tuya y la de los hermanitos lefebvristas que lean este post. Mucho se habla y critica que la Iglesia no debió permitir la separación entre Iglesia y Estado y que eso fue un invento modernista. Yo me pregunto ¿cómo podia impedirlo? por favor...no se pongan del lado de los que critican a nuestra santa madre Iglesia que clavos nos sobran...pónganse del lado de los que la apoyamos, sin querer pueden estar sirviendo de instrumentos del mal, sin querer...
El Concilio Vaticano II se adelantó a su tiempo, fue profética. No podemos exigir libertad religiosa en países como China si nosotros en nuestros países de mayoría católica no toleramos y convivimos pacíficamente con las otras religiones. Espero que sepan qué significa tolerar...si alguien no lo sabe que busque un diccionario.
Que hubo excesos y pésimas interpretaciones de los documentos del Concilio como la misa tridentina, no lo niego, pero con este Concilio se impidió un mal mayor.
Siempre digo que deberían elaborar un "Manual" con la interpretación correcta de los documentos del Concilio, y me parece haber leido que se está preparando, porque las malas interpretaciones nos hacen mucho daño.
Que Dios te bendiga |
Hola Hermanita en Cristo Beatriz:
Primero que nada quiero agradecerte el afecto con que me haces tus comentarios, eso refrenda la idea que tengo de tu persona, sin importar nuestras diferencias de opinión, siempre te conduces con ecuanimidad y respeto, aunque borres mis respuestas a las agresiones de que he sido objeto.
Por esa misma estima que te tengo, me apena haberte causada la impresión de ser pesimista. Nada de eso, sino todo lo contrario, Estoy tan convencido de la derrota del mal, que por eso me atrevo a participar en el foro, no obstante mi carencia de la elocuencia suficiente para transmitir mis opiniones. Imagínate Bety, creo tanto en la victoria, que estoy presto a dar mi vida por ella, no sabes cómo me hubiese gustado haber sido un soldado de los ejércitos de Felipe II o de la Legión Azul o de los Cristeros…..!!!!VIVA CRISTO REY!!!!
Ahora, como soldado en el campo de batalla, tengo que ver de donde me está disparando el enemigo y más si este es un francotirador, tal vez tu como general tengas que estudiar estrategias y tratados de guerra, escarbar en la doctrina, hacer sesudas reflexiones, etc., concertar alianzas, etc,. Lo grave del asunto es, que el enemigo ya se metió hasta la cocina y aunque sabemos que el triunfo “será” nuestro, tenemos que luchar por él “es” nuestro.
Que Dios te bendiga hermanita y que el Espiritu Santo te de sus 7 Dones. |
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Vie May 16, 2008 12:57 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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semper_crucifero escribió: | Y sigamos con la humildad de la mano de masones. En este caso, Amando Hurtado, Soberano Gran Inspector General del grado 33 de la masonería española, instalado en la Respetable Logia Génesis, con sede en Madrid.
Y un hermoso artículo:
LA ESPIRITUALIDAD LAICA
Si los conceptos de laicidad y de laicismo suelen resultar difíciles de entender en el mundo masónico anglosajón, se comprenden muy bien en el mundo latino. Esto se explica por la tradicional impregnación religiosa de las instituciones públicas, a todos los niveles, en los países latinos. En ellos fue sentida, de manera más específica, la necesidad de tomar medidas drásticas conducentes a la emancipación civil y es en ellos donde es más preciso aprender a distinguir entre laicidad como virtud y laicismo como sistema opuesto a cualquier forma de espiritualidad.
La laicidad representa una actitud filosófica capaz de garantizar armonía en la vida social y, por ello, su concepto ha formado siempre parte del ideario masónico. La propia naturaleza de la Masonería, como escuela iniciática con voluntad armonizadora universal, descarta de su horizonte un modelo de sociedad civil desprovista de conciencia espiritual.
La idea laica, en germen durante los siglos XVI y XVII, se desarrolló a lo largo el siglo XVIII. Bajo la influencia de los masones de aquella época, se insertó el principio de la libertad de conciencia en el texto de la Constitución de los Estados Unidos, en 1787, antes de que fuera proclamado por la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, promulgada en Francia en 1789, y de convertirse más tarde en aspiración universal.
En función de la intensidad de las fuerzas adversas, la laicidad se ha visto empujada a ser, según los casos, combativa, defensiva o simplemente militante. Su edad de oro en Europa coincidió con la tercera República francesa. El Hermano Jules Ferry hizo aprobar en 1882 la ley que establecía la gratuidad, obligatoriedad y laicidad de la instrucción pública. En España, fué el Ministro masón Claudio Moyano el padre de la primera Ley de Instrucción Pública que hizo obligatoria la enseñanza primaria desde 1857, estableciendo un primer hito del que habría de ser largo, controvertido y muy penoso camino hacia el reconocimiento constitucional de la laicidad en el siglo siguiente. La laicidad se convirtió aquí en una consigna “liberal” que no puede comprenderse sino por oposición al clericalismo del siglo XIX y gran parte del XX, cuando la Iglesia trataba de dirigir el Estado, desde las escuelas y no sin éxito, imponiendo directrices políticas acordes con su dogmática.
Pero la laicidad constitucional, por sí sola, no basta para afrontar los conflictos que se incuban en el seno de la sociedad. Es un principio rector que ha ser aprendido y vivido desde la escuela. Como todo principio, precisa ser reafirmado permanentemente ante nuevas circunstancias de la vida social, ya que ha de poder inspirar y orientar todos los debates presentes en su proceso evolutivo. Los derechos individuales de los ciudadanos, aun recogidos por las constituciones laicas, encuentran a menudo obstáculos de naturaleza visceral, arraigados en sedimentos culturales ancestrales, muy frecuentemente herencia de creencias y mitos que alimentan el rechazo de lo “diferente”. Véase, en nuestros días, el no poco éxito de corrientes sociales contrarias a las transformaciones necesarias para hacer posible la integración de inmigrantes, el acceso de personas de distinta raza a puestos de responsabilidad, tanto privada como pública, la discriminación basada en el sexo o en la orientación sexual de los ciudadanos, la obstinación en la conservación de privilegios económicos o jurídicos, etc.
A nivel filosófico, es necesario eliminar ese concepto retrógrado y caricaturesco de la laicidad que la asimila al “anticlericalismo” o a un “laicismo” contrario a toda espiritualidad, nutrido de odio hacia las religiones, de venganza respecto a sus representantes y de desprecio de las conciencias individuales. Tales son los atributos que únicamente sus opositores tradicionales le han conferido como intrínsecos. No cabe confundir los comportamientos viscerales con el auténtico sentido filosófico de la laicidad. Preconizando sin discreción una ideología anti-espiritualista, se cae en el “laicismo”, pseudo-laicidad que hace del anti-dogma otra forma de dogma y que reclama para sí la tolerancia que niega a los demás.
Por el contrario, la verdadera laicidad es una virtud moral y cívica. Como principio moral, la laicidad es inseparable de la tolerancia y el respeto a los demás. Como signo de equilibrio interior, implica autonomía del pensamiento, sin recurrir a verdades tenidas por irrefutables e inverificables, como las que ofrecen las religiones en general. La epiritualidad laica respeta la búsqueda leal y prudente de la verdad personal, reconociendo en todo hombre una parte de la verdad, aunque sea la verdad de un adversario. La laicidad es el principio ético que hace respetar al hombre íntegramente, por lo que no puede dejar de respetar su ser interior, con sus creencias o sus convicciones, que es lo que tiene de más íntimo. Ese principio no puede sino enriquecer, al impulsar a la comprensión de otras formas de pensamiento.
El término “espiritualidad” ha sido desvirtuado, conservando en nuestras sociedades occidentales una connotación religiosa, cuando, en realidad, no implica adhesión a una religión, ni la impide. Hay una “espiritualidad” llamada religiosa, frecuentemente muy diluída en la práctica automatizada de determinados ritos y en la superficial aceptación de creencias dogmáticas, que suele tomar partido por lo irracional y lo esperpéntico, proponiendo normalmente demostraciones a posteriori . La auténtica espiritualidad no es una escapatoria de la realidad, sino que emana de la busca de lo que puede hallarse tras lo aparente, de una búsqueda de la verdad, de una aspiración a lo absoluto que para nada niega el Misterio universal. Consiste en una vinculación con los valores que apuntan a lo infinito, lo sagrado o esencial, en una marcha interior personal hacia lo Bello, lo Bueno, lo Verdadero.
La convicción masónica esencial es que existe una causa primera, de la que son efecto el universo y el hombre: <<La Francmasonería proclama, como lo ha hecho desde su orígen, la existencia de un Principio creador bajo el nombre de Gran Arquitecto del Universo>>. Tal es la referencia que da sentido al Rito (o método) Escocés Antiguo y Aceptado, proclamada en el Convento de Lausana, en 1875, por los Supremos Consejos mundiales allí reunidos.
En el mundo contemporáneo, si la Masonería tiene un papel insustituíble, lo debe a ser un sistema iniciático que trabaja glorificando (es decir: afirmando y ensalzando) un Principio trascendente. La invocación masónica del Gran Arquitecto del Universo encierra una expresa referencia a lo que está más allá de lo meramente humano, ayudándonos a encontrar la plenitud del sentido de la Vida. Sin ser una oración ni un acto de fe, transforma el “templo” masónico en un espacio sagrado filosófico, en el que se busca el conocimiento de lo esencial, y nos sitúa en estado de receptividad interior. Esa invocación no hace sino completar las invocaciones a la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza, confiando a cada uno las definiciones íntimas como su honrada conciencia se las dicte, ya que toda sincera convicción personal tiene derecho al respeto.
La laicidad que defendemos los masones tiene como referente una espiritualidad laica y universal. Esta definición se confirma si se conoce la etimología del adjetivo “laico”, que procede del griego laikos: “lo que pertenece al pueblo, a la gente”. El sinónimo latino de laico es “universal” y el universalismo laico es lo contrario de la intolerancia que caracteriza al totalitarismo, al integrismo y al fundamentalismo. Lo laico, en este sentido, significa la apertura a todos los hombres de buena voluntad, creyentes o no creyentes, para que vivan en armonía, inspirados por una verdadera espiritualidad.
Por ello, del mismo modo que la Masonería de Rito Escocés proclama su espiritualidad, declara tambien su adhesión a la laicidad, como igualmente señala el Manifiesto de 1875: << La Francmasonería no es una religión ni es un culto; por ello desea la instrucción laica. Su doctrina completa se halla contenida en este bello mandamiento: ama a tu prójimo >>. |
¿Sabes cuál es tu problema? que no lees lo que los demás publican...
Esto lo publiqué en la página 2 de este tema:
La Laicidad
Benedicto XVI
Extracto del discurso a los juristas católicos, 9 de diciembre, 2006.
Queridos hermanos y hermanas:
En el mundo de hoy la laicidad se entiende de varias maneras: no existe una sola laicidad, sino diversas, o, mejor dicho, existen múltiples maneras de entender y vivir la laicidad, maneras a veces opuestas e incluso contradictorias entre sí.
Para comprender el significado auténtico de la laicidad y explicar sus acepciones actuales, es preciso tener en cuenta el desarrollo histórico que ha tenido el concepto. La laicidad, nacida como indicación de la condición del simple fiel cristiano, no perteneciente ni al clero ni al estado religioso, durante la Edad Media revistió el significado de oposición entre los poderes civiles y las jerarquías eclesiásticas, y en los tiempos modernos ha asumido el de exclusión de la religión y de sus símbolos de la vida pública mediante su confinamiento al ámbito privado y a la conciencia individual. Así, ha sucedido que al término "laicidad" se le ha atribuido una acepción ideológica opuesta a la que tenía en su origen.
En realidad, hoy la laicidad se entiende por lo común como exclusión de la religión de los diversos ámbitos de la sociedad y como su confín en el ámbito de la conciencia individual. La laicidad se manifestaría en la total separación entre el Estado y la Iglesia, no teniendo esta última título alguno para intervenir sobre temas relativos a la vida y al comportamiento de los ciudadanos; la laicidad comportaría incluso la exclusión de los símbolos religiosos de los lugares públicos destinados al desempeño de las funciones propias de la comunidad política: oficinas, escuelas, tribunales, hospitales, cárceles, etc.
Basándose en estas múltiples maneras de concebir la laicidad, se habla hoy de pensamiento laico, de moral laica, de ciencia laica, de política laica. En efecto, en la base de esta concepción hay una visión a-religiosa de la vida, del pensamiento y de la moral, es decir, una visión en la que no hay lugar para Dios, para un Misterio que trascienda la pura razón, para una ley moral de valor absoluto, vigente en todo tiempo y en toda situación. Solamente dándose cuenta de esto se puede medir el peso de los problemas que entraña un término como laicidad, que parece haberse convertido en el emblema fundamental de la posmodernidad, en especial de la democracia moderna.
Por tanto, todos los creyentes, y de modo especial los creyentes en Cristo, tienen el deber de contribuir a elaborar un concepto de laicidad que, por una parte, reconozca a Dios y a su ley moral, a Cristo y a su Iglesia, el lugar que les corresponde en la vida humana, individual y social, y que, por otra, afirme y respete "la legítima autonomía de las realidades terrenas", entendiendo con esta expresión -como afirma el concilio Vaticano II- que "las cosas creadas y las sociedades mismas gozan de leyes y valores propios que el hombre ha de descubrir, aplicar y ordenar paulatinamente" (Gaudium et spes, 36).
Esta autonomía es una "exigencia legítima, que no sólo reclaman los hombres de nuestro tiempo, sino que está también de acuerdo con la voluntad del Creador, pues, por la condición misma de la creación, todas las cosas están dotadas de firmeza, verdad y bondad propias y de un orden y leyes propias, que el hombre debe respetar reconociendo los métodos propios de cada ciencia o arte" (ib.). Por el contrario, si con la expresión "autonomía de las realidades terrenas" se quisiera entender que "las cosas creadas no dependen de Dios y que el hombre puede utilizarlas sin referirlas al Creador", entonces la falsedad de esta opinión sería evidente para quien cree en Dios y en su presencia trascendente en el mundo creado (cf. ib.).
Esta afirmación conciliar constituye la base doctrinal de la "sana laicidad", la cual implica que las realidades terrenas ciertamente gozan de una autonomía efectiva de la esfera eclesiástica, pero no del orden moral. Por tanto, a la Iglesia no compete indicar cuál ordenamiento político y social se debe preferir, sino que es el pueblo quien debe decidir libremente los modos mejores y más adecuados de organizar la vida política. Toda intervención directa de la Iglesia en este campo sería una injerencia indebida.
Por otra parte, la "sana laicidad" implica que el Estado no considere la religión como un simple sentimiento individual, que se podría confinar al ámbito privado. Al contrario, la religión, al estar organizada también en estructuras visibles, como sucede con la Iglesia, se ha de reconocer como presencia comunitaria pública. Esto supone, además, que a cada confesión religiosa (con tal de que no esté en contraste con el orden moral y no sea peligrosa para el orden público) se le garantice el libre ejercicio de las actividades de culto -espirituales, culturales, educativas y caritativas- de la comunidad de los creyentes.
A la luz de estas consideraciones, ciertamente no es expresión de laicidad, sino su degeneración en laicismo, la hostilidad contra cualquier forma de relevancia política y cultural de la religión; en particular, contra la presencia de todo símbolo religioso en las instituciones públicas.
Tampoco es signo de sana laicidad negar a la comunidad cristiana, y a quienes la representan legítimamente, el derecho de pronunciarse sobre los problemas morales que hoy interpelan la conciencia de todos los seres humanos, en particular de los legisladores y de los juristas. En efecto, no se trata de injerencia indebida de la Iglesia en la actividad legislativa, propia y exclusiva del Estado, sino de la afirmación y de la defensa de los grandes valores que dan sentido a la vida de la persona y salvaguardan su dignidad. Estos valores, antes de ser cristianos, son humanos; por eso ante ellos no puede quedar indiferente y silenciosa la Iglesia, que tiene el deber de proclamar con firmeza la verdad sobre el hombre y sobre su destino.
Queridos juristas, vivimos en un período histórico admirable por los progresos que la humanidad ha realizado en muchos campos del derecho, de la cultura, de la comunicación, de la ciencia y de la tecnología. Pero en este mismo tiempo algunos intentan excluir a Dios de todos los ámbitos de la vida, presentándolo como antagonista del hombre. A los cristianos nos corresponde mostrar que Dios, en cambio, es amor y quiere el bien y la felicidad de todos los hombres. Tenemos el deber de hacer comprender que la ley moral que nos ha dado, y que se nos manifiesta con la voz de la conciencia, no tiene como finalidad oprimirnos, sino librarnos del mal y hacernos felices. Se trata de mostrar que sin Dios el hombre está perdido y que excluir la religión de la vida social, en particular la marginación del cristianismo, socava las bases mismas de la convivencia humana, pues antes de ser de orden social y político, estas bases son de orden moral.
[Traducción distribuida por la Santa Sede © Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana] ZS06121711
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Que el mundo entiende "laicidad" de diferentes maneras no es nada nuevo. La Iglesia promueve la "sana laicidad".
Un católico bien formado sabe cuando es "sana laicidad" y cuando no lo es.
Ahora ¿tú estas diciendo que la masonería está distorsionando el término "laicidad" o acomodándolo a sus intereses?
Me parece que estaba distorsionado desde hace mucho tiempo y la Iglesia lo que ha hecho es rescatarlo y darle su justo significado. _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín
Ultima edición por Beatriz el Vie May 16, 2008 4:46 am, editado 2 veces |
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Vie May 16, 2008 1:02 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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semper_crucifero escribió: | Por ahora creo que podemos desechar "laicismo" como una distorsionada visión anticlerical de lo que es la laicidad masónica. Bendita humildad, gracias hermana.
Bendiciones. |
Pues explícate porque no entiendo lo que quieres decir. _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Vie May 16, 2008 1:17 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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semper_crucifero escribió: | Y creo que podemos entrar en verdadero debate |
¿verdadero debate?
Es verdadero debate cuando no hay mofa de por medio. Cuando se respeta a la otra persona que está debatiendo contigo.
Es decir que todo lo anterior no es verdadero debate...
Si por eso digo que un poco de humildad nos viene bien a todos.
Cita: | cuando se contesten las preguntas formuladas por Miles, que servirán para que se vea claramente las diferencias entre la Sana Laicidad propugnada por el Santo Padre y la Laicidad Masónica. |
Pues ustedes han traido a este tema la laicidad masónica que nadie había ni mencionado. ¿Qué tiene que ver la "sana laicidad" que promueve la Iglesia con la laicidad masónica? NADA ¿cómo vino a parar a este tema? NI IDEA. Tú sabrás...
Muy diferente habría sido si se empieza diciendo: "Cuidado con confundir la laicidad masónica con el "sano laicismo" de Benedicto XVI porque son dos cosas completamente opuestas" _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Vie May 16, 2008 1:23 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Miles_Dei escribió: | Vamos a resumirlo todo de nuevo en una sóla pregunta:
¿Hay sana laicidad donde se rechaza a Cristo?
Un saludo en la Paz de Cristo. |
Miles, lo publiqué en la página 3:
La "sana laicidad" que promueve la Iglesia se puede resumir en:
- Mutuo respeto entre Iglesia y Estado fundamentado en la autonomía de cada uno
- la Iglesia tiene el derecho de pronunciarse sobre los problemas morales
- No prohibición a los símbolos religiosos en las instituciones públicas
- No desprecio a lo religioso relegando la fe a la esfera de lo privado y oponiéndose a su expresión pública _________________ "Quien no ama, no conoce"
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Vie May 16, 2008 1:27 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Miles_Dei escribió: |
Por otro lado ¿hasta donde llega la autonomía de lo temporal? ¿Puede rechazar a Dios y a la ley natural?
Un saludo en la Paz de Cristo. |
Creo que mejor lo explica Benedicto XVI en su discurso a los juristas:
"Por tanto, todos los creyentes, y de modo especial los creyentes en Cristo, tienen el deber de contribuir a elaborar un concepto de laicidad que, por una parte, reconozca a Dios y a su ley moral, a Cristo y a su Iglesia, el lugar que les corresponde en la vida humana, individual y social, y que, por otra, afirme y respete "la legítima autonomía de las realidades terrenas", entendiendo con esta expresión -como afirma el concilio Vaticano II- que "las cosas creadas y las sociedades mismas gozan de leyes y valores propios que el hombre ha de descubrir, aplicar y ordenar paulatinamente" (Gaudium et spes, 36).
Esta autonomía es una "exigencia legítima, que no sólo reclaman los hombres de nuestro tiempo, sino que está también de acuerdo con la voluntad del Creador, pues, por la condición misma de la creación, todas las cosas están dotadas de firmeza, verdad y bondad propias y de un orden y leyes propias, que el hombre debe respetar reconociendo los métodos propios de cada ciencia o arte" (ib.). Por el contrario, si con la expresión "autonomía de las realidades terrenas" se quisiera entender que "las cosas creadas no dependen de Dios y que el hombre puede utilizarlas sin referirlas al Creador", entonces la falsedad de esta opinión sería evidente para quien cree en Dios y en su presencia trascendente en el mundo creado (cf. ib.). " _________________ "Quien no ama, no conoce"
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Vie May 16, 2008 1:28 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Miles_Dei escribió: | ¿Luego un Estado puede o no puede rechazar a Cristo? |
De poder, puede, pero no debe. _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Vie May 16, 2008 1:30 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Ustedes han traido a este tema la laicidad masónica que nadie había ni mencionado. ¿Qué tiene que ver la "sana laicidad" que promueve la Iglesia con la laicidad masónica? NADA ¿cómo vino a parar a este tema? NI IDEA. _________________ "Quien no ama, no conoce"
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Vie May 16, 2008 4:32 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Miles_Dei escribió: |
Pero a mi lo que me preocupa en torno a ese concepto es la entendedera del cristiano medio.
UN ESTADO NO ES AUTONOMO.
LO TEMPORAL NO ES AUTONOMO, aunque goce de una justa y legítima autonomía.
Su autonomía acaba allí donde empieza la Ley Natural que es el ordenamiento del Universo a Dios y como tal sólo puede ser interpretado por la Iglesia, ya que el hombre por sus propias fuerzas no puede.
La Bulam Unam Sanctam lo dice claramente.
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Ok Miles. Un estado no es moralmente autónomo. Se entiende perfectamente. _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Vie May 16, 2008 4:41 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Beatriz escribió: | Miles_Dei escribió: |
Pero a mi lo que me preocupa en torno a ese concepto es la entendedera del cristiano medio.
UN ESTADO NO ES AUTONOMO.
LO TEMPORAL NO ES AUTONOMO, aunque goce de una justa y legítima autonomía.
Su autonomía acaba allí donde empieza la Ley Natural que es el ordenamiento del Universo a Dios y como tal sólo puede ser interpretado por la Iglesia, ya que el hombre por sus propias fuerzas no puede.
La Bulam Unam Sanctam lo dice claramente.
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Ok Miles. Un estado no es moralmente autónomo. Se entiende perfectamente. |
Ya entendí de dónde viene tu preocupación!
Encontré este artículo en la página de una Logía masónica (nótese cómo se ataca a la jerarquía católica y a la Iglesia):
Cita: | La moral del laico
La complicidad de tantos prelados y fieles con el capitalismo más despiadado, las dictaduras más inmundas o los nacionalismos más excluyentes no impiden que culpen de todo a los que no creen en religión alguna.
FRANCISCO LAPORTA 04/04/2008
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Empieza a ser irritante el tono de superioridad moral con que muchos de los fieles de cualquier confesión o credo y las jerarquías religiosas que los propagan han dado en mirar a quienes adoptanante la convivencia civil y la enseñanza una postura agnóstica y laica. Ahora insisten en ello las autoridades católicas, con Joseph Ratzinger a la cabeza y los obispos españoles haciendo de coro repetitivo de sus manidas orientaciones morales. Igual que los de cualquier otra antigualla religiosa, vuelven los católicos a la cantinela de que la familiaridad con la ética y las exigencias de la moral son una prerrogativa de los creyentes de la que probablemente carecen aquellos que no comulgan con fe religiosa alguna.
Resulta asombroso contemplar cómo se ignora la evidencia de que una parte no menor de los grandes desastres morales de que hemos sido testigos durante años y años se ha producido en nombre de creencias religiosas o ha sido provocado y alentado por quienes decían obedecer tales convicciones. Y no menos sorprendente es admirar -porque es, en efecto, algo tan paradójico que es casi admirable- la facilidad con la que esos credos se armonizan con prácticas políticas y económicas de las que sabemos con toda certeza que -ésas sí- son la causa del dolor, la pobreza y el sufrimiento de millones de seres humanos, es decir, de la gran inmoralidad contemporánea.
La complicidad de tantos prelados y fieles con la apoteosis del libre mercado, las dictaduras más inmundas o los nacionalismos más excluyentes son ejemplos bochornosos de esa paradoja. Y sin embargo los únicos que parecen responsables, los únicos a quienes se reputa de inmorales, son los que han renunciado a guiar su vida o su conciencia civil por creencias de esa naturaleza. Ante tal argumento perverso me propongo reivindicar la superioridad moral del laico sobre el creyente.
Con esta nueva monserga integrista se nos quieren escamotear de nuevo más de dos siglos de pensamiento. Por poner un nombre: en 1793 empezaba Kant su prólogo a la primera edición de La religión dentro de los límites de la mera razón con una afirmación que, digan lo que digan, es ya incontrovertible: "La moral no necesita de la idea de otro ser por encima del hombre para conocer el deber propio ni de otro motivo impulsor que la ley misma para observarlo". Para decirlo claro: la moral no necesita de la religión; se basta a sí misma, sin esa clase de andaderas, porque tiene un sustento suficiente en la racionalidad humana. Este elemental punto de partida sirve para definir lo que puede ser la moral de un laico frente a esa otra moral necesariamente débil y vicaria que es la moral del creyente.
Lo que triunfa con el impulso ético ilustrado, la tolerancia religiosa, y la separación Iglesia-Estado, es la idea de la esencial igualdad moral de los seres humanos al margen de sus convicciones religiosas; la idea de que no es la religión lo que confiere su calidad moral a las personas, sino una condición anterior que no es moralmente lícito ignorar en nombre de religión alguna y que no debe ceder ante consideraciones de carácter religioso. Esa igualdad constituye el núcleo de la ética contemporánea, y con ella también de toda política justa, porque exige del poder que no haga distinciones en la estatura moral de sus ciudadanos.
Y esa idea de dignidad humana que sustenta todo el edificio de la moralidad laica se funde con la noción de autonomía de la persona como capacidad de conformar en libertad y a partir de sí las convicciones morales y los principios que han de presidir el proyecto personal de su vida. A esto, algún documento episcopal reciente lo ha llamado "deseo ilusorio y blasfemo" de dirigir la vida propia y la vida social, mostrando así de nuevo que, aunque se condimenten ahora con la salsa fría del libre mercado, ser católico y ser liberal siguen siendo dos menús incompatibles.
Pues bien, esa dignidad de ser moralmente autónomo se le confiere a toda persona humana encondiciones de plena igualdad, de forma que si es una blasfemia, es la blasfemia que sustenta todo ese pensamiento ético, y se expresa en ciertas exigencias morales que el pensamiento religioso, de cualquier clase que sea, dista de haber asimilado bien. La religión y su sedimento moral han ido siempre detrás de esas conquistas éticas, y generalmente en contra de ellas. Incluso la idea de derechos humanos, corolario directo de ellas, fue negada y perseguida sañudamente por la jerarquía católica hasta bien entrado el siglo XX. Nuestros obispos saben que pueden presentarse abundantes textos papales que tratan a tales derechos de errores morales absolutos. Por no mencionar algo que pervive aún en casi toda moralidad religiosa: la posición de la mujer en un plano subalterno que le niega el acceso a la jerarquía y la gestión del misterio.
Los obispos españoles sólo siguen la estela de ciertos lugares comunes muy cultivados por Joseph Ratzinger, al que no puedo llamar "pontífice", o hacedor de puentes, porque, como su antecesor, parece más bien empeñado en destruir los pocos y débiles que penosamente se habían ido levantando. En su doctrina moral exhibe una terca insistencia en las perversiones del "relativismo" como causa próxima de todos los males contemporáneos. Y a veces equipara subliminalmente laicismo y relativismo, deslizando con ello la idea de que una cosa lleva necesariamente a la otra. Pero esto es sencillamente falso.
La moral de los laicos puede ser tan firme como cualquiera y tiende además a ser menos acomodaticia que la moral del creyente. La ética religiosa que pende de los designios de la divinidad (o de sus intérpretes terrenales, que parecen aún más antojadizos) tiene justamente problemas de relativismo que conocemos al menos desde Platón. Cuando, en diálogo con Eutifrón, Sócrates le pregunta si lo bueno es querido por los dioses porque es bueno o es bueno porque es querido por los dioses, el problema de la moralidad religiosa está servido. Si lo primero, entonces la voluntad de los dioses no muestra por qué es bueno; para descubrirlo tendremos que pensar como laicos. Si lo segundo -es decir, que sea bueno sólo porque así lo quieran los dioses- condena a la ética religiosa a un desconsolador relativismo: las cosas serán o no serán buenas según se les antoje a los dioses. La moralidad será, pues, relativa a la voluntad de los dioses (o, como sucede de hecho, a las cambiantes voces de sus supuestos representantes en la tierra). No cabe por ello en esta ética aquello que define a una conciencia moral madura: poder alzar la voz ante cualquier dios para decirle que sus designios son injustos. Sólo una convicción moral que no sujete sus máximas a los dictados de un "ser por encima del hombre", es decir, sólo una convicción moral laica, es capaz de eso.
El relativismo de la moral religiosa se acentúa, además, muchas veces al añadirle otros ingredientes todavía más vacíos y mudables. Las viejas religiones apelan tercamente a la tradición para sostener la vigencia de sus ideas morales y justificar la protección pública. Pero cada tradición justifica una moralidad diferente, y, si hemos de ser consecuentes, todas ellas serían sólo por ello válidas. ¿No es esto el núcleo mismo de la ética relativista?
Por no mencionar algo que no podemos olvidar fácilmente, y menos en España: que con desdichada frecuencia los creyentes se han aliado y se alían con ideales nacionalistas y patrioteros, o, como en el Oriente Próximo, se obcecan con la quimera de un territorio sagrado como receptáculo de su vida moral como pueblo. La cantidad de maldad y de sangre que han producido esas apuestas morales relativistas sustentadas en tradiciones y credos nacionales no necesita ser recordada entre nosotros.
Frente a ellas es preciso afirmar la igual dignidad moral de todos los seres humanos, la perentoriedad del respeto a sus derechos básicos y la universalidad de sus exigencias ante cualquier ética casera o fideísta. O, lo que es lo mismo, es preciso vindicar nuevamente la calidad moral del pensamiento laico. |
_________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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semper_crucifero Veterano
Registrado: 22 Ago 2007 Mensajes: 3908
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Publicado:
Vie May 16, 2008 7:51 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Exacto hermana, eso es lo que he intentado explicar (no había ni "mofas", ni "cachetes", ni nada por el estilo, más bien han sido "enfados" sin sentido hacia mi persona, que vienen de cuando se edito el tema por alguien que metió la pata, pero ese asunto no me concernía, aunque lo he sufrido por escribir a continuación). ¿Se comprende ahora el peligro?.
El debate así es normal, no siempre sale un tema-artículo, si lo que se busca es eso, después de agotar el tema, otros hermanos pueden trabajar en el mismo para terminar de sacarle todo el jugo.
Hay que insistir MUCHO EN ESO, NO HAY AUTONOMÍA DE LO TEMPORAL EN LO MORAL. Ahora bien cómo hacerlo comprender a los:
A) A los defensores del laicismo masónico, AÚN SIN SABERLO ELLOS MISMOS. Ya sea esta una defensa práctica o teórica.
B) A los que preconizan la inexistencia de una moral universal, afirmando que solo existen morales individuales o "concensuadas" en las urnas. Los acólitos del "vive y deja vivir".
C) Los católicos a los que se les ha metido en la cabeza que cualquier "injerencia" de la Iglesia en la vida social de la comunidad es caer en una especie de "teocracia"...............
Bendiciones. _________________ "Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo" San Pío X
LA FIESTA DEMOCRÁTICA DE LOS WICHIS EN ARGENTINA: http://www.youtube.com/watch?v=ApRThLYavcQ |
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semper_crucifero Veterano
Registrado: 22 Ago 2007 Mensajes: 3908
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Publicado:
Vie May 16, 2008 7:53 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Verán cómo se pegan contra un muro, como yo he estado haciendo ahora, incluso con los que ya saben del asunto. Bendiciones. _________________ "Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo" San Pío X
LA FIESTA DEMOCRÁTICA DE LOS WICHIS EN ARGENTINA: http://www.youtube.com/watch?v=ApRThLYavcQ |
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semper_crucifero Veterano
Registrado: 22 Ago 2007 Mensajes: 3908
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Publicado:
Vie May 16, 2008 8:02 am Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Y una vez repasado el tema al completo y reflexionado sobre el asunto creo que todos convendremos en que LO TEMPORAL NO PUEDE SER INDEPENDIENTE.
¿Entonces cómo es que la moral de lo temporal no es la que dicta la Ley Natural?. ¿Porqué en todas las Cartas Magnas, Constitución, ley suprema de las democracias, solo admiten la "voluntad popular" como fuente de ordenamiento?.
El constitucionalismo moderno parte de la época de las revoluciones liberales del siglo XVIII (Revolución Francesa, emancipaciones americanas, etc.) como respuesta al Antiguo Régimen y su sistema absolutista o autoritario. El siglo XIX supuso un desarrollo constante de esta idea de constitución, de división de poderes y de establecimiento del derecho moderno como hoy lo conocemos. Así, con el liberalismo, las constituciones se concretan y desarrollan mucho más que en ningún otro momento histórico.
Las primeras constituciones modernas (empezando con la estadounidense de 4 de marzo de 1789) estableciendo los límites de los poderes gubernamentales, y de protección de los derechos y libertades fundamentales con las primeras enmiendas de 15 de Diciembre de 1791 conocidas como Declaración de Derechos (Bill of Rights).
CRISTO REY DEL UNIVERSO ¿se entiende?.
Bueno, algunos llegan al disparate de decir que eso solo se aplica a los católicos . Y el disparate es mayúsculo cuando son católicos los que lo afirman.
Bendiciones. _________________ "Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo" San Pío X
LA FIESTA DEMOCRÁTICA DE LOS WICHIS EN ARGENTINA: http://www.youtube.com/watch?v=ApRThLYavcQ |
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Vie May 16, 2008 2:35 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Pues déjenme decirles, y esto es una crítica, que les sirva este tema para darse cuenta que aunque tienen los conocimientos, no lo saben explicar. ¿Qué les costaba empezar diciendo: "El estado no es moralmente autónomo, lean la Bubla Unam Sancta" y asi empiezan a desarrollar el sub-tema dentro de este tema de la sana laicidad. _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Vie May 16, 2008 2:40 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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semper_crucifero escribió: | Verán cómo se pegan contra un muro, como yo he estado haciendo ahora, incluso con los que ya saben del asunto. Bendiciones. |
Esto es innecesario decirlo. No has explicado bien tus ideas, por eso te has dado contra un muro. _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín
Ultima edición por Beatriz el Vie May 16, 2008 2:50 pm, editado 1 vez |
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Vie May 16, 2008 2:45 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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semper_crucifero escribió: |
Hay que insistir MUCHO EN ESO, NO HAY AUTONOMÍA DE LO TEMPORAL EN LO MORAL. Ahora bien cómo hacerlo comprender a los:
A) A los defensores del laicismo masónico, AÚN SIN SABERLO ELLOS MISMOS. Ya sea esta una defensa práctica o teórica.
B) A los que preconizan la inexistencia de una moral universal, afirmando que solo existen morales individuales o "concensuadas" en las urnas. Los acólitos del "vive y deja vivir".
C) Los católicos a los que se les ha metido en la cabeza que cualquier "injerencia" de la Iglesia en la vida social de la comunidad es caer en una especie de "teocracia"...............
Bendiciones. |
Preguntas ¿cómo hacerlo comprender?
Muy sencillo. Preparas tres artículos dirigidos a cada uno de estos tres grupos y listo. Yo me puedo encargar de publicarlos en la red y en algún periódico digital. Y si quieres puedes utilizar un pseudónimo como muchos reconocidos periodistas lo han hecho.
Para todo hay una solución.
Saludos _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Vie May 16, 2008 2:54 pm Asunto:
Tema: La sana laicidad de los Estados Unidos y Canadá |
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Miles_Dei escribió: |
¿Es Cristo, en cuanto ley positiva del Padre, inferior a la Ley Natural?
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NO _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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