Convencer en vencer juntos

[Beatriz C.]

Autor: P. Fernando Pascual

“A mí no me convence nadie. Yo he leído mucho y no dejo mis ideas por nada”.

Cuando queremos enseñar nuestra fe a personas que no creen, a veces nos encontramos con respuestas como las anteriores. Algunos, además, añaden: “No pierdas tu tiempo. Estudié en una escuela católica y fui a catequesis. Ya me sé todo lo que hay que saber sobre la Iglesia, y no me interesa en absoluto”.

En realidad, es fácil constatar cómo no pocos de los que dicen conocer la fe católica tienen ideas bastante vagas de la misma. Recuerdan, sí, algunas fórmulas que aprendieron de memoria, o ideas sueltas del credo, de los mandamientos y del Evangelio. Las recuerdan, sin embargo, como en una nebulosa confusa, mezcladas con otras ideas repetidas una y otra vez por profesores, amigos, libros, películas y prensa que lanzan continuamente ataques contra la Iglesia católica. En otras palabras, rechazan lo que piensan ser la fe católica, cuando en realidad rechazan una mezcla muy extraña de verdades, medias verdades, medias mentiras y mentiras de campeonato mundial.

Por eso, también es fácil escuchar frases como estas: “Todas las religiones son iguales. No importa lo que uno piense, sino lo que uno hace. Más vale un ateo bueno que un creyente terrorista”. Otros afirman con una seguridad que asombra: “Para los cristianos Jesús es Dios, como para los budistas Buda es Dios”. “La Iglesia se equivoca porque excomulga a los divorciados”. “Yo sería católico si los curas no cobrasen por bautizar a los niños”. “No puede ser verdadera la Iglesia que tiene unos tesoros fabulosos entre los muros del Vaticano, que ha asesinado a miles de brujas y que desprecia a las mujeres”.

Lo más dramático del caso es que quienes repiten estas ideas piensan tener razón. Poner en duda sus “certezas” es exponerse a ser rechazado como mentiroso o como ingenuo: “A mí no me convence nadie...”

En el fondo, piensan que abandonar alguna de estar ideas al ser convencidos por otro significaría reconocer que estaban equivocados. Lo cual siempre cuesta y requiere mucha humildad.

Los que creemos en Cristo, en la Iglesia, en el Papa, intentamos, aparentemente en vano, ayudar a estas personas. Digo “aparentemente”, porque hay corazones que sí tienen hambre de la verdad, sed de amor, deseo de felicidad verdadera. Aunque para llegar a esas metas tengan que “convertirse”, tengan que aceptar lo que antes rechazaban.

Estos corazones abiertos al diálogo intuyen que no siempre dejar una idea hecha propia es lo mismo que “perder”. Descubren, a través de nuestro afecto, que no queremos “derrotarles”, sino llegar a una victoria común, a comprender juntos una verdad que no es propiedad privada de un grupo reducido de privilegiados, sino de un Dios que la ofrece a todos.

Si un católico está convencido de que Cristo fundó la Iglesia; de que el Espíritu Santo existe y mueve los corazones del Papa, de los obispos y sacerdotes, de los fieles laicos que viven unidos al Papa; de que en la Eucaristía está presente el Señor... entonces necesita urgentemente presentar estas ideas a los hombres y mujeres de buena voluntad para que también ellos puedan descubrir el tesoro que él ha conocido con la ayuda de Dios.

En otras palabras, “convencer” a otros de la verdad de Cristo es “vencer” juntos. Porque si antes uno de los dos estaba lejos de la verdad, después los dos hemos avanzado hacia la misma, hemos confesado que Jesús, el Hijo del Padre, nos ama y nos perdona.

Cristo fue el primero en pedir que creyésemos en Él, el primero que quiso “convencernos”. Lo recordaba Juan Pablo II el año 2000, al hablar a los jóvenes durante su jubileo. Con su voz cálida y emotiva decía:

“Ciertamente Cristo respeta nuestra libertad, pero en todas las circunstancias gozosas o amargas de la vida, no cesa de pedirnos que creamos en Él, en su Palabra, en la realidad de la Iglesia, en la vida eterna. Así pues, no penséis nunca que sois desconocidos a sus ojos, como simples números de una masa anónima. Cada uno de vosotros es precioso para Cristo, Él os conoce personalmente y os ama tiernamente, incluso cuando uno no se da cuenta de ello”.

Cristo me conoce y me ama. A mí y a tantos que viven a mi lado. Querer convencer a otros de esta verdad, querer llevarles al encuentro con Cristo, debería ser un anhelo profundo del corazón. Para que venzamos juntos, unidos a Él y, en Él, unidos entre nosotros. Para que lleguemos a ser hermanos de una Iglesia que camina, llena de esperanza, fe y amor, hacia la Patria eterna. Allí nos aguarda Dios Padre, que nos amó tanto que envió a su Hijo porque quiere que todos, todos, los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad (cf. 1Tm 2,3-4).

¿Alguna vez haz tenido la oportunidad de convencer a algún católico “alejado” de la Iglesia? ¿Qué hiciste para lograrlo? Si no lo conseguiste, ¿qué crees que faltó? ¡Compártenos tu experiencia!
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Beatriz C.

[mizales]

Querida Beatriz

Yo pienso que, no es posible convertir a nadie, si antes el Espiritu Santo no ha decidido convertir a esa persona, como un don a esa persona en particular.

Solo El decide a quien debemos orientar nuestros esfuerzos de conversion.

Nuestro papel es solo el de ser instrumentos del Espiritu en su papel de "tocar" a esa persona.

Nuestra labor, cuando no esta inspirada por el Espiritu se torna frustrante y se convierte en una labor proselitista.

un abrazo

[Beatriz C.]

[Daniel67]

Hola Beatriz!!!
Siempre me pregunté de jóven, porque no convierto a nadie. Pues, hasta que entendí no hace mucho a mis 40 años (a veces leemos tantas veces el Evangelio, pero no entendemos) la frase de Jesús a sus apóstoles ..."nadie vine a mi, si el Padre que está en los cielos no me lo envía"... Ahí, decidí solamente sembrar, y aplicando las técnicas de vendedor tirando anzuelos con frases que le quede picando a mi prójimo, simpre con amor, compasión.
No hace mucho también comprendí que lo fundamental es ser hombres de oración (siempre y en todo hora y lugar) y ORAR con fervor por quienes queremos evangelizar, sea hablándole de Jesús o bien presentando a un retiro espiritual (Movimiento de Encuentros Matrimoniales en nuestro caso), además de orar por las almas del purgatorio para que nuestra Madre logre una cadena de acercamiento al Padre. Para finalizar, hace también poco tiempo leí de SAn Juán Crisósotomo que la oración va acompañada de ayuno y misericordia, las tres forman una trinidad para acercar el oido del PAdre a nuestras peticiones. Que Dios les bendiga abundantemente y su Espíritu nos nutra para ser más eficaces.

[FERNANDO GARCIA MUENTES]

He leído detenidamente las diferentes respuestas que se han venido dando respecto al convencimiento de las personas para que nos escuchen y crean que Dios es único y verdadero y que Jesucristo su Hijo es el camino para llegar a Él.
En cierta ocasión Jesús les dijo a sus discípulos que fueran a los pueblos y ciudades para anunciar la buena nueva que Él traía; y les dijo que no llevaran nada, ni ropa, ni sandalias, ni comida y que no creyeran que estaban en medio de ovejas, sino de lobos.
Bueno hoy somos nosotros los enviados por Él a expandir en cada rincón del mundo su Palabra de vida eterna y no podemos creer que todo aquel a quien llegamos para darle la buena noticia nos escuchará y nos seguirá.
Muchos son sordos y no escuchan y otros están pensando en las cosas del mundo que les mantienen distraídos; como el tener, el poder, los vicios, el sexo, etc.
Nuestra tarea de Discípulos de Jesús no es facíl, solo nos queda pedirle al Señor nos fortalezca el deseo ardiente de seguirle y atrevernos a cruzar el mar oscuro del mundo para llevar a la otra orilla una gran pesca.

Les comento que manejo dos(2) paginas en Internet que me llevan a realizar una evangelización con mis propios testimonios de vida y mi experiencia del encuentro con Jesús Resucitado y he sido acogido como aliado a este portal de Catholic. net desde hace más de un año, quiero que me ayuden a ser multiplicadores de ellas y me den sus opiniones para continuar con ustedes este servicio a la obra de Dios.
Pueden conocerla entrando en http://salvatorianos.blogspot.com y http://www.facebook.com/group.php?gid=9611669137 se llama QUERIDOS SALVATORIANOS.

FERNANDO GARCIA MUENTES SDS
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salvatorianos.blogspot.com

[gabriela miranda mena]

Querida Beatriz:
yo, debo confesar que vivo en un ambiente de gente que reniega de la Iglesia, critica al clero y en ocaciones hasta se burlan. He querido convencerlos, pero solo he obtenido un total rechazo. Creo firmemente, que el testimonio de vida de todos los cristianos, es lo que realmente conquistaría los corazones mas endurecidos y alejados de nuestra Fe. creo que si todos los que queremos atraer mas hermanos, practicáramos mas la caridad y el amor a Dios y al prójimo, lograríamos eso que hacemos con palabras. El Espíritu Santo se encarga de iluminarnos con las palabras adecuadas. En ocaciones siento que lucho contracorriente, pero luego, algo surge y veo que no son en vano mis esfuerzos.
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GABRIELA MIRANDA MENA

[FERNANDO GARCIA MUENTES]

[FERNANDO GARCIA MUENTES]

La tarea que tenemos como Misioneros y pregoneros ante los demás de la verdad de Cristo, no es facil. Los obstaculos estan a todos los lados del camino y ellos tratan de impedir nuestro avance. Pero alli en medio de todo, esta el Espíritu Santo quien nos fortalece y nos llena de animo para seguir nuestro caminar y acrecentar en medio de la gente incredula el verdadero conocimiento de que Dios es el único y Verdadero Dios y Jesús es nuestro Salvador.
No nos desanimemos nos pide el Señor, luchar contra los vientos y mareas, remar mar adentro y de ese mar revuelto sacar númerosos peces, que serán testigos ante los demás, de nuestra propuesta.

Los invito a continuar, se que no es facil, pero pa´lante, para atras ni para coger impulso.


FERNANDO GARCIA MUENTES. SDS,
http://salvatorianos.blogspot.com
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salvatorianos.blogspot.com

[gabriela miranda mena]

Estimado Fernando:
Mi apostolado, consiste en trabajar en un asilo de ancianos, siento que Cristo ahí me quería, y yo era feliz cuidándolos, pero de repente, me pone una prueba y me solicitan en una iglesia para trabajar en el coro de ahi, lo cual me resta tiempo para dedicárselos a mis abuelitos.
Crees tu que es El realmente quien me llama para servirlo en otro lado, o solo es mi soberbia quien se interpone. te digo esto porque con el trabajo de abuelitos, ha logrado convencer a algunas personas de acercarse a Dios N.S.
que debo hacer?
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GABRIELA MIRANDA MENA

[FERNANDO GARCIA MUENTES]