Ver tema anterior :: Ver tema siguiente |
Autor |
Mensaje |
Maellus haereticorum Veterano
Registrado: 03 Oct 2005 Mensajes: 1775
|
Publicado:
Dom Jun 08, 2008 4:21 am Asunto:
Tema: Papa Juan Pablo II pidio perdon |
|
|
Albert escribió: | Por otro lado, si somos el Cuerpo Místico de Cristo y Él cargo las culpas de sus antepasados, de sus contemporaneos y de las generaciones futuras, nosotros estamos llamados en imitación de Cristo de hacer lo propio. Estamos llamados a ser corredentores con Cristo. ¿O crees que no? Si crees que no entonces superflua fue la vida sacrificada de los santos que se ofrecían como almas víctima por los demás, y flaco fue el ejemplo de los mártires que murieron defendiendo la fe y por causa del Nombre de Cristo. Dios te bendiga. |
Pero lo que señalás es muy diferente a lo que nos ocupa aquí.
En primer lugar, la Iglesia es corredentora por que administra la Redención que Cristo ha obrado en este mundo, no por que carga los pecados sobre sí:
2 Co 5, 18 "Mas todo esto viene de Dios, que por Cristo nos ha reconciliado consigo, y nos ha confiado el ministerio de la reconciliación".
¿De que forma administra esa redención? Pues con los Siete Sacramentos, ninguno de los cuales hace que la Iglesia tenga que cargar con los pecados de nadie.
Y eso por que solo es Cristo quien ha cargado con nuestros pecados, no la Iglesia:
Isa 53, 4 "Pero fue él ciertamente quien soportó nuestros sufrimientos y cargó con nuestros dolores, mientras que nosotros le tuvimos por castigado, herido por Dios y abatido".
Es Cristo quien ha cargado con nuestros pecados...no la Iglesia. La Iglesia se ha beneficiado de ese Sacrificio y distribuye los méritos de Cristo para que nosotros alcanzamos la salvación eterna.
Que yo sepa (y soy sincero en este punto) no conozco ni un solo texto bíblico o de los Padres que enseñen que la Iglesia puede "cargar" con los pecados ajenos. Y repito que yo no conozco hasta el momento tal enseñanza. Por lo que si existe, agradecería que me informaran sobre ella.
En segundo lugar, Cristo cargó con nuestras culpas para obtener la salvación de quien se arrepiente y cree en su Nombre.
Los Mea culpa en ningún momento buscan la salvación de quienes cometieron esos actos pecaminosos. El papa Juan Pablo II fue claro al decir que buscaba "la purificación de sus errores pasados", no la salvación de los que cometieron tales errores. Por lo que carece de lógica asumir que la Iglesia "cargó" con los pecados pasados "como Cristo lo hizo".
Y no olvidar que quien peca gravemente y no se arrepente, deja de ser miembro de la Iglesia:
Juan 15, 1-6 "Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no lleve fruto, lo cortará; y todo el que dé fruto, lo podará, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí y Yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto de sí mismo si no permaneciese en la vid, tampoco vosotros si no permaneciereis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y Yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada. El que no permanece en mí, es echado fuera, como el sarmiento, y se seca, y los amontonan y los arrojan al fuego para que ardan".
Nicolás III pecó de simonía y perseveró en tal pecado. Por lo tanto, dejó de pertenecer a la Iglesia y si no se arrepintió, su alma se perdió en el Infierno. En tal caso, basados en las palabras de Cristo, Nicolás III al ser simoníaco "fue echado fuera" de la Iglesia.
¿Por que entonces asumir la culpa de alguien que por sus actos está fuera de la Iglesia? _________________
 |
|
Volver arriba |
|
 |
ISEJ Constante
Registrado: 29 Abr 2008 Mensajes: 933
|
Publicado:
Dom Jun 08, 2008 9:34 am Asunto:
Tema: Papa Juan Pablo II pidio perdon |
|
|
[quote="Josè Luis Jimènez Moreno"]Hermano EduaRod, estas en lo cierto, me hace click todo lo que dijiste. Deberiamos de meditarlo hermano ISEJ.
Gracias hermano Eduarod.
Saludos y bendiciones[/quote]
A mi tambien me gusto su comentario. Y pienso meditarlo.
No me creo que ya sepa todoni que yo tenga la verdad.
No me duele reconocerlo.
Pero el hermano Eduarod ha INTERPRETADO bien lo
que a MUCHOS nos molesta.
Sin hablar de la credibilidad ante los no crsitianos.
Paz _________________ Alabado sea Jesús, el Cordero sin
mancha, que quita los pecados del
mundo. |
|
Volver arriba |
|
 |
Tony de New York Asiduo
Registrado: 03 Nov 2005 Mensajes: 297
|
Publicado:
Dom Jun 08, 2008 6:43 pm Asunto:
Tema: Papa Juan Pablo II pidio perdon |
|
|
Estimado Maellus haereticorum:
Quisiera contestar tus preguntas con el documento llamado, "MEMORIA Y RECONCILIACION:LA IGLESIA Y LAS CULPAS DEL PASADO" de la COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL bajo la dirección del Cardenal Ratzinger.
Tomado de:
http://www.corazones.org/doc/memoria_reconciliacion.htm
Cita: | Primero: ¿A quién se dirige la petición de perdón? ¿Acaso a Dios, o al 'mundo' o las 'víctimas de los errores'? |
- Hay que subrayar que el destinatario de toda posible petición de perdón es Dios, y que eventuales destinatarios humanos, sobre todo si son colectivos, en el interior o fuera de la comunidad eclesial, deben ser identificados con adecuado discernimiento histórico y teológico, sea para realizar actos de reparación convenientes, sea para testimoniar ante ellos la buena voluntad y el amor a la verdad por parte de los hijos de la Iglesia. Ello se podrá lograr tanto mejor cuanto mayor sea el diálogo y la reciprocidad entre las partes en causa en un hipotético camino de reconciliación, vinculado al reconocimiento de las culpas y al arrepentimiento por ellas, sin ignorar que la reciprocidad, a veces imposible a causa de las convicciones religiosas del interlocutor, no puede ser considerada condición indispensable y que la gratuidad del amor se expresa a menudo en una iniciativa unilateral.
Cita: | Segundo: ¿Quién es el sujeto de las faltas? ¿La Iglesia como institución o sus miembros? |
2.4. Conclusión
De todo lo dicho se puede concluir que la llamada dirigida por Juan Pablo II a la Iglesia para que caracterice el año jubilar con una admisión de culpa por todos los sufrimientos y las ofensas de que se han hecho responsables en el pasado sus hijos (cf. TMA 33-36), así como la praxis unida a ello, no encuentran una verificación unívoca en el testimonio bíblico. Sin embargo, se basan en todo lo que Sagrada Escritura afirma respecto a la santidad de Dios, a la solidaridad intergeneracional de su pueblo y al reconocimiento de su ser pecador. La apelación del Papa asume además correctamente el espíritu del Jubileo bíblico, que requiere que sean llevados a cabo actos destinados a restablecer el orden del designio originario de Dios sobre la creación. Esto exige que la proclamación del "hoy" del Jubileo, iniciado por Jesús (cf. Le 4,21), se continúe en la celebración jubilar de su Iglesia. Además, esta singular experiencia de gracia empuja al pueblo de Dios todo entero, así como a cada uno de los bautizados, a tomar una conciencia todavía mayor del mandato recibido del Señor para estar siempre dispuestos a perdonar las ofensas recibidas.
Cita: | Pero en este caso...nadie puede pedir perdón por los pecados que cometieron otros que ya están muertos y han sido juzgados por Dios. Tampoco puede pedir perdón a las "víctimas" por que ellas también están muertas. |
2.1. El Antiguo Testamento
Confesiones de pecado y consecuentes peticiones de perdón se encuentran en toda la Biblia, tanto en las narraciones del Antiguo Testamento, como en los salmos, en los profetas, en los evangelios, así como, más esporádicamente, en la literatura sapiencial y en las cartas del Nuevo Testamento. Dada la abundancia y difusión de estos testimonios, se plantea la pregunta de cómo seleccionar y catalogar el conjunto de los textos significativos. Puede preguntarse acerca de los textos bíblicos relativos ala confesión de los pecados: ¿quién está confesando qué cosa (y qué género de culpa) a quién? Plantear así la cuestión ayuda a distinguir dos categorías principales de "textos de confesión", cada una de las cuales comprende diversas subcategorías, a saber: a) textos de confesión de pecados individuales; b) textos de confesión de los pecados del pueblo entero (y de aquellos de sus antepasados). En relación con la reciente praxis eclesial, de la que parte nuestra investigación, conviene restringir el análisis a la segunda categoría.
En ella pueden identificarse diversas posibilidades, según quién haga la confesión de los pecados del pueblo y quién esté asociado o no a la culpa común, prescindiendo de la presencia o no de una conciencia de la responsabilidad personal (madurada sólo de manera progresiva, cf. Ez 14, 12-23; 18, 1-32; 33, 10-20). Basándose en estos criterios, pueden distinguirse los siguientes casos, por otra parte más bien flexibles:
- Una primera serie de textos representa al pueblo entero (a veces personificado como un "Yo" singular), el cual, en un momento particular de su historia, confiesa o alude a sus pecados contra Dios sin ninguna referencia (explícita) a las culpas de las generaciones precedentes (15).
- Otro grupo de textos sitúa la confesión de los pecados actuales del pueblo, dirigida a Dios, en los labios de uno o más jefes (religiosos), que pueden o no incluirse explícitamente en el pueblo pecador por el cual oran (16).
- Un tercer grupo de textos presenta al pueblo o a uno de sus jefes en el acto de evocar los
pecados de los antepasados, sin mencionar, no obstante, los de la generación presente {17}.
- Con más frecuencia, las confesiones que mencionan las culpas de los antepasados las vinculan expresamente a los errores de la generación presente {18} .
De los testimonios recogidos resulta que en todos los casos donde son mencionados los "pecados de los padres" la confesión está dirigida únicamente a Dios y los pecados cónfesados por el pueblo o para el pueblo son aquellos cometidos directamente contra Él, más bien que los cometidos (también) contra otros seres humanos (sólo en Núm 27,7 se hace alusión a una parte humana ofendida, Moisés) (19). Surge la cuestión de por qué los escritores bíblicos no han sentido la necesidad de peticiones de perdón dirigidas a interlocutores presentes a propósito de culpas cometidas por los padres, a pesar de su fuerte sentido de la solidaridad entre las generaciones, tanto en el bien como en el mal (se piense en la idea de la "personalidad corporativa"). Varias hipótesis podrían avanzarse como respuesta a esta cuestión. Hay, sobre todo, el difuso teocentrismo de la Biblia, que da la precedencia al reconocimiento tanto individual como nacional de las culpas cometidas contra Dios. Además, actos de violencia perpetrados por Israel contra otros pueblos, que parecerían exigir una petición de perdón a aquellos pueblos o a sus descendientes, son comprendidos como la ejecución de directrices divinas respecto a ellos, como, por ejemplo, Jos 2-11 y Dt 7,2 (el exterminio de los cananeos) o 1 Sani 15 y Dt 25,19 (la destrucción de los amalecitas). En tales casos, el mandato divino implicado parecería excluir toda posible petición de perdón que habría de hacerse (20). Las experiencias de malos tratos por parte de otros pueblos, sufridas por Israel, y la animosidad así suscitada, podrían haber militado también contra la idea de pedir perdón a estos pueblos por el mal causado a ellos (21).
Queda, a pesar de todo, como algo relevante en el testimonio bíblico el sentido de la solidaridad intergeneracional en el pecado (y en la gracia), que se expresa en la confesión ante Dios de los "pecados de los antepasados", tanto que, citando la espléndida oración de Azarías, Juan Pablo II ha podido afirmar "Bendito eres tú, Señor, Dios de nuestros padres [...] nosotros hemos pecado, hemos actuado como inicuos, alejándonos de ti, hemos faltado en todo modo y manera. No hemos obedecido tus mandatos’ (Dan 3,26.29). Así oraban los hebreos después del exilio (cf. también Bar 2,11-13), haciéndose cargo de las culpas cometidas por sus padres. La Iglesia imita su ejemplo y pide perdón por las culpas también históricas de sus hijos" (22).
Cum Petro et sub Petro,
Tony de New York. |
|
Volver arriba |
|
 |
EduaRod Veterano
Registrado: 21 Ene 2006 Mensajes: 3275
|
Publicado:
Dom Jun 08, 2008 7:46 pm Asunto:
Tema: Papa Juan Pablo II pidio perdon |
|
|
Estimado en Cristo Maellus:
Maellus haereticorum escribió: |
...
En primer lugar, la Iglesia es corredentora por que administra la Redención que Cristo ha obrado en este mundo, no por que carga los pecados sobre sí:
2 Co 5, 18 "Mas todo esto viene de Dios, que por Cristo nos ha reconciliado consigo, y nos ha confiado el ministerio de la reconciliación".
¿De que forma administra esa redención? Pues con los Siete Sacramentos, ninguno de los cuales hace que la Iglesia tenga que cargar con los pecados de nadie.
Y eso por que solo es Cristo quien ha cargado con nuestros pecados, no la Iglesia:
Isa 53, 4 "Pero fue él ciertamente quien soportó nuestros sufrimientos y cargó con nuestros dolores, mientras que nosotros le tuvimos por castigado, herido por Dios y abatido".
Es Cristo quien ha cargado con nuestros pecados...no la Iglesia. La Iglesia se ha beneficiado de ese Sacrificio y distribuye los méritos de Cristo para que nosotros alcanzamos la salvación eterna.
|
Estimado hermano, con todo el respeto que me mereces (que es mucho) dejame decirte que ahora sí que te has acercado a la doctrina del "único medidador" según la entienden nuestros hermanos separados.
Si, todos sabemos que Cristo es el único medidador entre Dios y los hombres, eso nadie lo ha discutido jamás... pero los católicos, a diferencia de nuestros hermanos protestantes, sabemos reconocer que Cristo se suele hacer presente a muchos de nuestros hermanos no de manera directa, sino a través de nosotros, sus seguidores, que componemos ese Cuerpo Místico que es la Iglesia.
Por tanto, nuestra misión, tienes razón (como en ese sentido también la tienen nuestros hermanos separados), no es la de cargar nosotros mismos con la totalidad del peso el pecado de nuestros hermanos.
¡Por supuesto que si no podemos con los nuestros, mucho menos con los ajenos!
No, esa no es nuestra misión ni fué lo que traté de indicar y no creo tampoco que sea eso lo que pretende decir el hermano Albert.
De lo que se trata es de algo muy diferente: se trata de que nosotros, siguiendo el ejemplo de Cristo, quitemos el peso del pecado del hombro de nuestros hermanos, pero, dado que, en efecto, nosotros mismos no podemos cargar con ese peso ¿qué hemos de hacer con el? Pues fácil (bueno, en la práctica no tanto ): llevarlo a Cristo para que Él realmente lo tome sobre Sí de manera definitiva.
Así, cuando decimos que la Iglesia toma sobre sí los pecados de otros, no queremos decir obviamente que la Iglesia por sí misma sea un medio de redención alterno a Cristo, sino que la Iglesia es el medio elegido por Cristo para realizar su labor redentora. De modo que es a través de sus miembros (nosotros) que Cristo toma sobre Sí los pecados de otros.
Tienes también razón, estimado hermano, en que la administración que hace la Iglesia de la multiforme Gracia de la Redención ganada y libremente otorgada por Cristo en la Cruz se realiza primariamente a través de los 7 sacramentos. Pero difiero profundamente en tu afirmación subsecuente de que esto no tiene la implicación profunda de tener que cargar (en "tránsito" rumbo a Cristo, según hemos descrito antes) con los pecados de otros.
Tal afirmación equivale a reducir la vida sacramental de la Iglesia a su mera administración, sin tomar en cuenta el fruto que la Gracia recibida a través de los mismos debe dar en el mundo. Y es justamente en la vida sacramental producto de la Gracia donde el hombre vive la Caridad de Cristo. Todo esto nos lleva a considerar el magnífico inicio de la Carta Apostólica Salvifici Doloris del Siervo de Dios Juan Pablo II, que abre con una afirmación de San Pablo que desde mi punto de vista no es sino un magnífico resumen de todo esto que hemos comentado:
Cita: | « Suplo en mi carne —dice el apóstol Pablo, indicando el valor salvífico del sufrimiento— lo que falta a las tribulaciones de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia ».(1)
Estas palabras parecen encontrarse al final del largo camino por el que discurre el sufrimiento presente en la historia del hombre e iluminado por la palabra de Dios. Ellas tienen el valor casi de un descubrimiento definitivo que va acompañado de alegría; por ello el Apóstol escribe: « Ahora me alegro de mis padecimientos por vosotros ».(2) La alegría deriva del descubrimiento del sentido del sufrimiento; tal descubrimiento, aunque participa en él de modo personalísimo Pablo de Tarso que escribe estas palabras, es a la vez válido para los demás. El Apóstol comunica el propio descubrimiento y goza por todos aquellos a quienes puede ayudar —como le ayudó a él mismo— a penetrar en el sentido salvífico del sufrimiento.
CARTA APOSTÓLICA SALVIFICI DOLORIS
DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II
SOBRE EL SENTIDO CRISTIANO DEL SUFRIMIENTO HUMANO |
¿Es que acaso puede "faltar" realmente algo a las tribulaciones de Cristo que nosotros podamos suplir por nosotros mismos y sin Él? ¡Por supuesto que no! Es obvio que no es tal el sentido de la afirmación de San Pablo como no es ese tampoco el sentido en el que decimos que la Iglesia carga sobre Sí los pecados de otros.
Sino que lo que San Pablo indica que por su sufrimiento vivido por y junto a Cristo, puede hacer presente la Salvación de Cristo a aquellos por los que sufre. Y justamente de ahí se deriva el sentido salvífico de su propio sufrimiento... como el de todo miembro de la Iglesia.
Por ello, cuando dices:
Cita: |
Que yo sepa (y soy sincero en este punto) no conozco ni un solo texto bíblico o de los Padres que enseñen que la Iglesia puede "cargar" con los pecados ajenos. Y repito que yo no conozco hasta el momento tal enseñanza. Por lo que si existe, agradecería que me informaran sobre ella.
|
Puedo contraponerte esa misma frase de San Pablo. Pero también, curiosamente en el texto inmediato anterior al que ya te he citado, este tema es abordado por la Encíclica Spe Salvi en forma bastante concreta. Donde S.S. Benedicto XVI nos indica precisamente los esfuerzos de Henry de Lubac por demostrar con base en la patrística la realidad comunitaria de la salvación. Lo que, a juicio del Santo Padre, de Lubac ha logrado exitosamente:
Cita: | A este respecto, de Lubac ha podido demostrar, basándose en la teología de los Padres en toda su amplitud, que la salvación ha sido considerada siempre como una realidad comunitaria. La misma Carta a los Hebreos habla de una « ciudad » (cf. 11,10.16; 12,22; 13,14) y, por tanto, de una salvación comunitaria. Los Padres, coherentemente, entienden el pecado como la destrucción de la unidad del género humano, como ruptura y división. Babel, el lugar de la confusión de las lenguas y de la separación, se muestra como expresión de lo que es el pecado en su raíz. Por eso, la « redención » se presenta precisamente como el restablecimiento de la unidad en la que nos encontramos de nuevo juntos en una unión que se refleja en la comunidad mundial de los creyentes. No hace falta que nos ocupemos aquí de todos los textos en los que aparece el aspecto comunitario de la esperanza. Sigamos con la Carta a Proba, en la cual Agustín intenta explicar un poco esta desconocida realidad conocida que vamos buscando. El punto de partida es simplemente la expresión « vida bienaventurada [feliz] ». Después cita el Salmo 144 [143],15: « Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor ». Y continúa: « Para que podamos formar parte de este pueblo y llegar [...] a vivir con Dios eternamente, ‘‘el precepto tiene por objeto el amor, que brota de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera'' (1 Tm 1,5) »[11]. Esta vida verdadera, hacia la cual tratamos de dirigirnos siempre de nuevo, comporta estar unidos existencialmente en un « pueblo » y sólo puede realizarse para cada persona dentro de este « nosotros ». Precisamente por eso presupone dejar de estar encerrados en el propio « yo », porque sólo la apertura a este sujeto universal abre también la mirada hacia la fuente de la alegría, hacia el amor mismo, hacia Dios.
CARTA ENCÍCLICA SPE SALVI
DEL SUMO PONTÍFICE BENEDICTO XVI
SOBRE LA ESPERANZA CRISTIANA |
Claro que siempre se podría objetar que aquí se habla de salvación y no de tomar sobre sí los pecados de otro ¿pero que es al final la salvación sino una salvación del pecado? Por tanto, es evidente el estrecho nexo que existe entre la salvación y la liberación de la carga del pecado.
Cita: |
En segundo lugar, Cristo cargó con nuestras culpas para obtener la salvación de quien se arrepiente y cree en su Nombre.
|
Retomando ahora el punto que desarrollé en el mensaje anterior, justamente este es el punto: que muchos no han podido arrepentirse y creer en su Nombre a causa de las faltas de los emisarios de la Iglesia que por su propio pecado fallaron en anunciarle.
Por eso tienes razón cuando dices:
Cita: |
Los Mea culpa en ningún momento buscan la salvación de quienes cometieron esos actos pecaminosos. El papa Juan Pablo II fue claro al decir que buscaba "la purificación de sus errores pasados", no la salvación de los que cometieron tales errores.
|
pero creo que cuando dices:
Cita: |
Por lo que carece de lógica asumir que la Iglesia "cargó" con los pecados pasados "como Cristo lo hizo".
|
pierdes un poco de vista la multiple dimensión del pecado. El pecado no sólo es culpa, sino también tiene una pena, y sabemos que ella viene del daño objetivo que se causa en la Creación a causa del mismo.
Concretamente en el caso que nos ocupa hemos dicho que ese daño consiste en no haber logrado hacer llegar el Evangelio correctamente a aquellos que debían haberlo recibido.
La Iglesia desde luego que puede reconocer que este daño ha sido producido y, aunque ella misma no lo produjo, pues ella de hecho sí envió a los mensajeros a anunciar el Evangelio, puede, sin embargo, tomar sobre Sí esa pena, es decir, esa obligación de resarcir el daño producido.
Lo cual, en concreto, significa reconocer que el emisario era tal y que, por tanto, abusando de la autoridad que la Iglesia le había concedido, dió un testimonio equivocado que empañó completamente el mensaje Evangélico a los ojos de los receptores.
Este "mea culpa" entonces, no significa atribuirse las obras del mal emisario, sino al contrario, es reconocer que el mal emisario era un auténtico emisario y que, por tanto, era razonable interpretar su mal testimonio como si se tratara del auténtico mensaje. Por consiguiente, lejos de hacer suyo ese mal testimonio por este medio, este es el camino por el que la Iglesia puede realmente separar a los ojos de los afectados ese mal testimonio de su Verdadero mensaje.
Pongamos un ejemplo para entenderlo mejor:
Supongamos que yo te debo un pago por un servicio que me hiciste el favor de proporcionar. Y yo sé que de mi pago puntual depende que tú a su vez puedas cumplir con una obligación financiera, digamos, el pago de una mensualidad del financiamiento tu auto que, de no pagarse puntualmente, causará que tu auto sea embargado.
Consciente de mi responsabilidad tomo el dinero y se lo entrego a un mensajero de mi confianza para que te lo haga llegar el día indicado. Pero entonces ocurre que el mensajero traiciona mi confianza, se fuga con el dinero y obviamente tu te quedas sin pago... y sin auto.
¿Fui acaso yo el que dolosamente no te quiso pagar quedándome con el dinero que en justicia te pertenecía? No, no fui yo, fue el mensajero.
Pero mi inocencia no te devuelve tu dinero ni tu auto.
Por tanto, bajo los criterios de la Caridad, no es suficiente que yo me cruce de brazos y te diga: "lo siento amigo, dejame demandar al ladrón, y en cuanto lo atrapen, él te dará el dinero que robó; mientras tanto, puedes caminar a tu destino, que te hará bien el ejercicio."
No, si yo REALMENTE pretendo hacerte justicia reconoceré que fui YO y no tú quien eligió al mal emisario. Por tanto, debo reconocer que fue MI emisario quien no entregó el dinero y que, en consecuencia, tú no has recibido MI pago aún. Más aún, si de verdad estoy consciente del daño que has recibido, no por mi culpa, ni por mi voluntad, pero si indirectamente a causa mía; no me contentaré con pagarte en fecha posterior lo que te debo, sino trataré de ayudarte en lo que pueda a reparar el daño que te causé por mi mala elección del mensajero. Concretamente en el ejemplo, haré lo que esté en mi mano por ayudarte a recuperar el coche.
ESO, en el terreno espiritual y del anuncio del Evangelio es lo que personalmente creo que quiere decir ese "purificar los errores del pasado" y ese "tomar sobre sí los pecados de sus hijos" por parte de la Iglesia.
Y no importa para ello que el error haya ocurrido hace mucho tiempo, pues hoy en día en verdad hay quien recibe una educación pervertida precisamente a causa de que sus padres no recibieron el Evangelio correctamente por culpa de un mal emisario.
Por eso, ese que no recibió el Evangelio correctamente HOY, es el que es el verdadero ofendido ante el cual la Iglesia toma responsabilidad y quiere devolverle aquello a lo que legítimamente debía haber tenido acceso: al correcto anuncio del Evangelio para poder llegar así a arrepentirse de sus pecados y a creer en Cristo su Redentor.
Finalmente y retomando un punto que resaltó en su comentario el hermano Tony; el destinatario de toda petición de Perdón es Dios mismo.
Lo cual, en el contexto que hemos discutido, no deja de recordarnos esas palabras de Cristo: "todo lo que hicisteis con el más pequeño de mis hermanos, Conmigo lo hicisteis". Por ello, al pedir perdón al hermano al que no le llegó correctamente el Evangelio, no hacemos sino pedirle perdón a Cristo por no haber hecho llegar correctamente su Evangelio a ese pequeño hermano suyo.
Que Dios te bendiga. |
|
Volver arriba |
|
 |
Albert + Moderador

Registrado: 03 Oct 2005 Mensajes: 27940 Ubicación: Puerto Rico
|
Publicado:
Lun Jun 09, 2008 12:13 am Asunto:
Tema: Papa Juan Pablo II pidio perdon |
|
|
Hermano Maellus:
¡Paz y bien!
Maellus haereticorum escribió: |
Albert escribió: | Por otro lado, si somos el Cuerpo Místico de Cristo y Él cargo las culpas de sus antepasados, de sus contemporaneos y de las generaciones futuras, nosotros estamos llamados en imitación de Cristo de hacer lo propio. Estamos llamados a ser corredentores con Cristo. ¿O crees que no? Si crees que no entonces superflua fue la vida sacrificada de los santos que se ofrecían como almas víctima por los demás, y flaco fue el ejemplo de los mártires que murieron defendiendo la fe y por causa del Nombre de Cristo. Dios te bendiga. |
Pero lo que señalás es muy diferente a lo que nos ocupa aquí.
En primer lugar, la Iglesia es corredentora por que administra la Redención que Cristo ha obrado en este mundo, no por que carga los pecados sobre sí:
2 Co 5, 18 "Mas todo esto viene de Dios, que por Cristo nos ha reconciliado consigo, y nos ha confiado el ministerio de la reconciliación". |
Mira más hayá hermano, no te quedes en la puerta del sepulcro como San Juan, entra como San Pedro. Mira, busca, escudriña. El ministerio de la reconciliación va conforme a la administración del Sacramento, pero la corredención va conforme imitamos a Cristo y acompañamos con nuestras miserias y sufrimientos su sufrimiento redentor. No confundamos Redención con Reconciliación.
Maellus haereticorum escribió: | ¿De que forma administra esa redención? Pues con los Siete Sacramentos, ninguno de los cuales hace que la Iglesia tenga que cargar con los pecados de nadie. |
Redención no es Reconciliación hermano, y la Iglesia administra la reconciliación con la Administración de UN Sacramento, uno solo. Los otros seis no suponen administración de la Redención pues la redención nos llega por los méritos de Cristo en la Pasión, es un don gratuito que nada merece el hombre. Los Sacramentos vienen a hacernos parte de la Iglesia, hijos de Dios, recoinciliados con Él, confirmados en la fe de los apóstoles, ungidos por el Espíritu Santo, nos hacen partícipes del sacerdocio de Cristo. Confieren sacramentalidad a la unión de los cuerpos por el amor de un hombre y una mujer, y más importante que todo nos permiten ser alimentados con su Cuerpo y con su Sangre. Es en éste último que participamos con Él de la redención pues unimos nuestros sufrimientos al único Sacrificio Redentor. Unimos nuestras miserias el sacrificio de Cristo para recibir Misericordia, unimos nuestras vida a su vida para que Cristo viva en nosotros y es en ese instante hermano que unidos en Cristo cargamos en Él y con Él los pecados de los hombres. Tu apreciación hermano, me temo que es errada, pues la Eucaristía es el Sacramento que hace que la Iglesia cargue los pecados de los hombres.
Maellus haereticorum escribió: | Y eso por que solo es Cristo quien ha cargado con nuestros pecados, no la Iglesia:
Isa 53, 4 "Pero fue él ciertamente quien soportó nuestros sufrimientos y cargó con nuestros dolores, mientras que nosotros le tuvimos por castigado, herido por Dios y abatido". |
Cierto es, pero a la luz de lo que acabo de dicernir para ti, ¿Cómo entiendes la realidad de la fe? Me refiero a lo que san Francisco veía como un solo acto de amor en Dios; la Encarnación, la Pasión y la Eucaristía.
Maellus haereticorum escribió: | Es Cristo quien ha cargado con nuestros pecados...no la Iglesia. La Iglesia se ha beneficiado de ese Sacrificio y distribuye los méritos de Cristo para que nosotros alcanzamos la salvación eterna. |
Si, pero ¿es o no cierto que en la Eucaristía unimos nuestro sacrificio al de Cristo?
Maellus haereticorum escribió: | Que yo sepa (y soy sincero en este punto) no conozco ni un solo texto bíblico o de los Padres que enseñen que la Iglesia puede "cargar" con los pecados ajenos. Y repito que yo no conozco hasta el momento tal enseñanza. Por lo que si existe, agradecería que me informaran sobre ella. |
Me extraña hermano que digas eso, pues esto es Doctrina básica. Lee el numeral 1322 del CIC y dime que crees que signifique participar en el Sacrificio mismo del Señor.
Maellus haereticorum escribió: | En segundo lugar, Cristo cargó con nuestras culpas para obtener la salvación de quien se arrepiente y cree en su Nombre. |
Amén. Y esta verdad no descalifica, ni desvirtua lo que te digo.
Maellus haereticorum escribió: | Los Mea culpa en ningún momento buscan la salvación de quienes cometieron esos actos pecaminosos. El papa Juan Pablo II fue claro al decir que buscaba "la purificación de sus errores pasados", no la salvación de los que cometieron tales errores. Por lo que carece de lógica asumir que la Iglesia "cargó" con los pecados pasados "como Cristo lo hizo". |
Hermano, lee el numeral que te digo y me dices luego si mi dicernimiento es ilogico o no.
Maellus haereticorum escribió: | Y no olvidar que quien peca gravemente y no se arrepente, deja de ser miembro de la Iglesia:
Juan 15, 1-6 "Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no lleve fruto, lo cortará; y todo el que dé fruto, lo podará, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí y Yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto de sí mismo si no permaneciese en la vid, tampoco vosotros si no permaneciereis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y Yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada. El que no permanece en mí, es echado fuera, como el sarmiento, y se seca, y los amontonan y los arrojan al fuego para que ardan". |
Solo Dios conoce el corazón de los hombres. Entonces no tenemos certeza de que quien pecó gravemente no se arrepintió. Más esa cita confirma lo que digo, unidos a Cristo damos fruto con Él y en Él. Unidos a Cristo cargamos los pecados de los hombres.
Maellus haereticorum escribió: | Nicolás III pecó de simonía y perseveró en tal pecado. Por lo tanto, dejó de pertenecer a la Iglesia y si no se arrepintió, su alma se perdió en el Infierno. En tal caso, basados en las palabras de Cristo, Nicolás III al ser simoníaco "fue echado fuera" de la Iglesia. |
Más si se arrepintió en su lecho de muerte, cosa que no sabemos, fue reconciliado.
Maellus haereticorum escribió: | ¿Por que entonces asumir la culpa de alguien que por sus actos está fuera de la Iglesia? |
Porque no sabemos si ese alguien finalmente se reconcilió, y debemos dar mayor crédito a la Misericordia Divina que a la condenación eterna. Dios te bendiga. _________________

Transfíge, dulcíssime Dómine Jesu
Albert González Villanueva, OFS |
|
Volver arriba |
|
 |
ISEJ Constante
Registrado: 29 Abr 2008 Mensajes: 933
|
Publicado:
Lun Jun 09, 2008 7:48 pm Asunto:
Tema: Papa Juan Pablo II pidio perdon |
|
|
"No te acuerdes de los delitos de nuestros padres;
acuerdate hoy de tu mano y de tu nombre. Porque
tú eres el Señor, Dios nuestro."
Ba 3, 5-6a
"Para no poner en ridiculo nuestro ministerio, nunca
damos a nadie motivo de escándalo; "
2 Co 6, 1-4a
Tomado del diurnal.
Paz _________________ Alabado sea Jesús, el Cordero sin
mancha, que quita los pecados del
mundo. |
|
Volver arriba |
|
 |
|