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LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
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Autor Mensaje
Rosa M Ibáñez
Veterano


Registrado: 01 Oct 2005
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MensajePublicado: Vie Oct 21, 2005 8:06 pm    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
Responder citando

Tylly,

Y sin embargo los conceptos manejados por la Revolucion Francesa no fueron los mismos que los manejados por El.

No es igualdad en Cristo, libertad por Cristo y fraternidad en Cristo lo que queria la Revolucion Francesa.... Era igualdad ante el mundo, libertad de toda autoridad y fraternidad entre los que piensan como yo. Muy diferente a lo que ensenhan los Evangelios.

Bendiciones,
_________________
Rosa Eme

"Suéltame, que ha rayado el alba." Jacob respondió: "No te suelto hasta que no me hayas bendecido." ....
Jacob le preguntó: "Dime por favor tu nombre." - "¿ Para qué preguntas por mi nombre?" Y le bendijo
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*Primavera
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MensajePublicado: Vie Oct 21, 2005 8:37 pm    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
Responder citando

Perdona Tilly, te quiero mucho.

Yo no se mucho de muchas cosas, pero recuerdo que San Pedro llevaba una espada y cortó una oreja a uno de los soldados que iban a prenderle.

Por lo de la historia de América, se poco. Lo de los Reyes Católicos, lo de Cristóbal Colón (Los dos juntos... jajaja), y lo de: ¡ "Santa María", que "Pinta" tiene la "Niña"!... Ah y todo sobre el Zorro, que el cura lo ocultaba... jeje y ya no más... bueno todo lo de los indios... y John Wayne.

Soy un tanto inculta en historia, pero sé que os quiero mucho a todos, ¡A todos!

Por cierto, no sé si lo sabiais, pero mi amado esposo es muy bromista y me ha contagiado con los años. Ya se sabe... por esto he escrito todo lo de arriba, pero no por ofender a nadie ¿vale?. Pero no sé porqué pero estoy contenta, creo que me va bien pasar hambre, me agudiza el ingenio. Estoy pensando en escribir un libro... ¿Como adiestrar a las serpientes marinas? y me daré una vuelta por Madri... Ay, pero allí no hay mar!!!

Bueno, corto el rollo y me largo, bye.

Tilly, adios preciosa... No te me enfades.

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*Primavera
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MensajePublicado: Vie Oct 21, 2005 8:38 pm    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
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Perdón..
iban a prender a Jesús.

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tylly
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MensajePublicado: Vie Oct 21, 2005 9:11 pm    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
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exactamente Rosa, por eso el cristianismo es el verdadero defensor de los derechos humanos y Bartolomé lo supo transmitir.

Primavera, no me enfado para nada, pero ¿que le dijo Jesus a Pedro cuando sacó la espada?
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*Primavera
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MensajePublicado: Vie Oct 21, 2005 9:20 pm    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
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Cierto, cierto.

Pero, llevaba espada! también cierto!.

Creo que eran otros tiempos, la personas eran exteriormente más sinceras, no sabian de la diplomacia, y por esto llevaban espadas. Ahora existen nuevas maneras... más refinadas.

Ya te he dicho que te quiero Tylly? pues... ¡¡Te quiero Tylly!!

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tylly
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Registrado: 03 Oct 2005
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MensajePublicado: Vie Oct 21, 2005 9:37 pm    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
Responder citando

Cardenal Rouco, "Pena de muerte e Iglesia, hoy", Zenit, 15.III.03


>> Intervención del cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, pronunciada el 29 de enero en la videoconferencia internacional de teología organizada por la Congregación vaticana para el Clero sobre la paz.

“....En definitiva, únicamente en el contexto de la legítima y necesaria defensa del derecho a la vida de cada persona --y, por supuesto, todavía con mayor razón, cuando está en juego la vida de varias personas--, y, después de haber agotado todos los demás medios coercitivos y penales incruentos con los que cuenta el Estado, sería aceptable éticamente el uso de la pena de muerte.

El Catecismo de la Iglesia católica, sin embargo --en continuidad con la doctrina expuesta por Juan Pablo II en la «Evangelium vitae»--, añade que hoy en día, dada la capacidad de las sociedades y Estados modernos desde el punto de vista técnico, policial y jurídico para contener, prevenir y punir los delitos con disuasoria eficacia y suficientes posibilidades de reparar el orden jurídico quebrantado, incluso los más graves, como son los que atentan contra el derecho a la vida, sin recurrir a medios cruentos, apenas son hoy previsibles situaciones donde pueda darse seriamente la hipótesis anteriormente explicada de la mencionada necesidad de la defensa del derecho a la vida apelando a la pena de muerte, de forma que de hecho hoy la pena de muerte no es éticamente aplicable ni moralmente justificable en los Estados, tal como se han configurado y desarrollado en nuestros días.
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Juan José Ramonfaur Royo
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MensajePublicado: Vie Oct 21, 2005 9:49 pm    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
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Federico Núñez escribió:
Veamos cuál es la postura eterna de nuestra Iglesia en cuanto a la unión de la Cruz y de la Espada:

415.- ¿Hay casos en que es lícito quitar la vida al prójimo? - Es lícito quitar la vida al prójimo cuando se combate en guerra justa, cuando se ejecuta por orden de la autoridad suprema la condenación a muerte en pena de un delito y, finamente, en caso de necesaria y legítima defensa de la vida contra un injusto agresor.

Catecismo Mayor de San Pío X


Federico no entiendo el porque de la cita aunque entiendo el porque de la misma, la pregunta a responder es si una conquista (en general) puede ser catalogada como una guerra justa sobre todo en este caso donde no aplican a mi entender ninguno de los motivos que la justifican.

Que Dios los bendiga ....
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Mario Enrique Bruzzone
Asiduo


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Mensajes: 246
Ubicación: Argentina - Sierra de La Ventana

MensajePublicado: Vie Oct 28, 2005 9:09 am    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
Responder citando

Evidentemente, este tema ha desatado mucha polémica.
O por lo menos, ha originado un gran número de comentarios.
Y si bien trataré de resumir mi pensamiento, creo que conviene analizar esta cuestión enfocando tres aspectos distintos: en primer lugar EL HECHO EN SÍ (lo que llamaríamos la forma en que se realizó la “conquista”) en segundo término EL POR QUÉ DE ESE HECHO (cuál fue la causa que originó el que se actuase de esa forma) y, finalmente, SUS CONSECUENCIAS (no sólo lo que llamaría el resultado “negativo” —sobre lo positivo ya se ha hablado bastante, y no lo discuto— sino también con respecto a cuál debería ser la actitud frente al mismo)
Por supuesto, no pretendo efectuar un “tratado”.
Es decir, no esperen que “agote” el análisis de esos aspectos.
Simplemente trataré de realizar algunos comentarios, con la esperanza de que puedan ser un aporte para reflexionar sobre ese tema.
Y casi está de más decirlo, no lo hago pretendiendo tener “la verdad”, sino sólo planteando “mi” punto de vista.

EL HECHO EN SÍ

El descubrimiento del Nuevo Mundo significó un ingreso de la cultura europea y la religión cristiana que, por lo menos en términos generales, debemos decir que estuvo marcado por un alto grado de violencia y un desprecio generalizado hacia los aborígenes.
Más allá de las explicaciones que puedan darse al respecto, la destrucción de decenas de millones de seres humanos es bastante elocuente de por sí.
Algún integrante del Foro mencionó que no resulta “justo” calificar con nuestra mentalidad los hechos ocurridos en ese entonces.
Y eso es cierto, ya que quienes los realizaron no tenían nuestro mismo enfoque sobre la vida y la existencia, sino otro muy distinto, fundamentalmente porque en aquellos años no existía un respeto tan acentuado por la vida como el que tenemos nosotros, aspecto sobre el cual volveré indirectamente cuando mencione el próximo punto, al analizar las razones de esa actitud.
Pero me parece que eso sólo no basta para “justificar” ese accionar.
Es decir, que “TAMPOCO me parece justo” tratar de relativizar “tanto” la cosa.
Y para poder explicarles mejor eso voy a poner un ejemplo, que estimo que todos los integrantes del Foro han podido ver en el mismo.
En distintos epígrafes hay infinidad de expresiones mencionando el horror y el rechazo que se tiene por las prácticas abortivas.
Y es perfectamente correcto y atendible que se lo exprese de esa forma.
Sin embargo, si aplicásemos el mismo criterio, y relativizásemos también esa última situación, tal vez no deberíamos condenarlas —o por lo menos no deberíamos hacerlo con “tanta” dureza— ya que es posible pensar que dentro de algunos años (o siglos) la mentalidad de los seres humanos podría cambiar, y que quienes vivan en “ese” momento podrían también decir, que no sería correcto juzgar a quienes “recurrían” (¿o rechazaban?) en el siglo XXI al aborto con su propia mentalidad del siglo XXV.
Con esto quiero decirles que, si bien es cierto y correcto que hay que analizar los hechos históricos procurando entenderlos con la mentalidad y la forma de expresarse que tenían quienes los realizaron, tampoco podemos desconocer olímpicamente que “lo malo es malo”, independientemente del pensamiento que se tenga al hacerlo.
¿O es que acaso hay alguien que piense, que la explotación y la indiscriminada matanza de decenas de millones de aborígenes, por el sólo hecho de haber sido realizada con “esa” mentalidad de los siglos XVI-XIX, es más “justificable” que los abortos que se puedan practicar en estos días?
Obviamente, ambas actitudes son absolutamente deplorables, por lo menos si las analizamos con un enfoque cristiano.
Algo similar ocurre con algunos otros mensajes que he podido leer, señalando que si bien es cierto que “la Cruz nada tiene que ver con la espada”, siempre, en toda conquista, fueron de la mano.
Y les diré que ese argumento tampoco me parece atendible, ya que, utilizando un pensamiento similar, deberíamos igualmente decir que el accionar del Sr. Bush en Irak es justificable, dado que, en definitiva, como él mismo lo expresó, también se ve como un defensor de la forma de vida “americana”, basada en los principios cristianos que asegura sostener.
Y por eso creo que, más que tratar de “justificar” el hecho en sí (cosa que, por lo menos para mí, no es “tan” sencillo hacer) me parece que conviene tratar de “entender” por qué ocurrió, y también analizar cuales son las consecuencias y responsabilidades que se derivan del mismo.

EL POR QUÉ DEL HECHO

Sin duda alguna —quien puede dudarlo— en algunos (o muchos) conquistadores estuvo presente el afán de lucro, es decir, su codicia, su interés en obtener rápidamente grandes recursos, aprovechándose de la superioridad técnica y psicológica que tenían con respecto a los aborígenes americanos.
Pero como ese es un aspecto simplemente humano, no es el punto que me parece que debemos considerar, sino el hecho de que ese accionar —de una u otra forma— fue justificado” por las autoridades civiles y religiosas de aquella época.
Es decir, que lo que me parece importante analizar, es cuáles pueden haber sido las razones por las que, en lugar de “poner el grito en el cielo” ante tantas atrocidades, a todos les parecía un accionar “más o menos” razonable.
Algo así, como si se hubiese aceptado que “el fin justifica los medios”.
Pues bien; si pensamos que quienes ingresaron en los territorios del Nuevo Mundo lo hicieron “con la Cruz”, es obvio que, además del interés que pudieron tener en obtener poder y riqueza, también procuraban introducir la “VERDADERA FE”, la doctrina cristiana.
Y siendo así, me parece que lo primero que cabe preguntarse, es si es posible encontrar dentro del Evangelio algunos elementos que pudieran haber servido a esas personas para comportarse de esa forma, es decir, si hay allí “algo” que los llevara a tener pensamientos de dominación y masacres, tan crueles e indiscriminadas como las que ocurrieron en el proceso de la conquista.
Sinceramente me parece imposible afirmar que algo de “ese calibre” exista dentro del Evangelio, pues en la vida y las enseñanzas de Jesús encontramos exactamente todo lo contrario, ya que, no sólo hay constantes referencias de AMOR al prójimo (y hasta al “enemigo”) el deber de poner la otra mejilla, etc. sino que también existe un pasaje que me parece muy claro al respecto, pues en él vemos que el Señor reprende a sus discípulos cuando éstos pretenden que “caiga fuego del cielo” sobre una población samaritana, como “castigo” por el simple hecho de no haberlos recibido (Lc.9,53-54).
Por consiguiente, me parece absurdo atribuir al accionar, o al pensamiento del Señor Jesús, elemento alguno que permita “justificar” ese tipo de actuación durante la conquista.
Pues bien; siendo eso evidente, y dado que de ninguna manera me parece lógico pensar que los conquistadores hubiesen estado movidos por un proyecto satánico, u otra cosa por el estilo, la única alternativa válida que encuentro para “explicar” esa forma de actuar, es ponderar que quienes adoptaron un accionar tan despótico y alejado del mensaje de AMOR que nos transmitió Jesús, lo hicieron basándose en una consideración de “superioridad” originada en los relatos que existen en el Antiguo Testamento, ya que allí, y en reiteradas oportunidades, se menciona que Dios, el Eterno, el Buen Padre Celestial del cual nos habló Jesús, el Abba (Papá, o mejor aún Papito o simplemente Pá, como nos suelen decir ahora nuestros hijos) también habría actuado muchas veces con un desprecio total y absoluto de la vida de los seres humanos, es decir que los conquistadores habrían tomando esos relatos como un “modelo” para su accionar.
Y ya que el Señor Jesús nos expresó, que “por sus frutos los conoceréis”, y como creo que esa secuela de muerte y destrucción no puede ser considerado un fruto “recomendable”, creo que conviene analizar “ese modelo” de actuación.
Y con el fin de evitar también aquí comentarios absurdos, mencionando que mi posición es una herejía (la de Marción, quien decía que el Dios de Jesús era distinto al Dios del Antiguo Testamento) les diré que como yo estoy total y absolutamente convencido de que ese Padre Bueno, ese Papá o Papito de quien nos habló Jesús, y al cual nos enseñó a rezarle en el Padrenuestro, es siempre el mismo, único y verdadero Dios, hace ya bastante tiempo que intento enfocar ese tipo de cuestión desde un ángulo distinto.
Y por eso, como una forma de compatibilizar los problemas que nos plantean esas situaciones de violencia, autoritarismo y desprecio de la vida del ser humano, que surgen de muchos pasajes del Antiguo Testamento, y que habrían servido para “justificar”, no sólo la conquista de América, sino también muchas otras cosas que ocurrieron a los largo de la historia de la humanidad (y que lamentablemente aún siguen ocurriendo) he llegado a la conclusión de que debemos analizar —al menos como una posibilidad— la existencia de “un error” en adjudicarle a ese Ser Amoroso que es el Buen Dios del Cielo esas actitudes inhumanas, es decir, que pueden habérsele “achacado” —injusta e incorrectamente— cosas que en realidad no hizo.
O sea que considero que, como una alternativa válida para “explicar” (no digo “justificar”, ya que de ningún modo es justificable semejante secuela de muerte, horror y destrucción) el accionar de los conquistadores (y muchas otras cosas más, que ocurrieron tanto antes como después, y en distintos lugares del planeta) se me ocurre pensar que PUEDEN EXISTIR ERRORES en esos relatos bíblicos que también hablan de muerte y destrucción, pero no ya como simples acciones humanas, sino incluso adjudicándoselas —directa o indirectamente— al Buen Padre Celestial.
Y creo que no sólo es posible pensar en esa posibilidad, sino que es muy conveniente hacerlo, ya que la existencia de ERRORES en los textos bíblicos no es algo tan extraño o inusual como alguno puede pensar, puesto que todos aceptamos, y con total tranquilidad, que dentro de la Biblia hay “muchos” errores.
Y para que lo comprendan mejor me permitiré enumeran algunos.
a) Posiblemente el más importante de todos es bastante conocido, ya que consiste en atribuirle a Dios el haber dicho, y nada menos que en uno de los mandamientos, que «castiga la culpa de los padres en los hijos, nietos y hasta la cuarta generación» (Ex.20,5 Dt.5,9) cosa que, no sólo hoy en día nadie piensa que sea así, sino que ya el Profeta Ezequiel había señalado —y muy claramente por cierto— que eso es un error y que cada uno paga su propia culpa (Ez.Cap.18, en especial versículos 19 y 20 donde dice: «El que peque es quien morirá; el hijo no cargará con la culpa de su padre, ni el padre con la culpa de su hijo: al justo se le imputará su justicia y al malvado su maldad») y no debemos olvidar que Ezequiel “conocía” perfectamente los mandamientos, ya que era sacerdote.
b) También, y dentro del mismo mandamiento (el tercero) encontramos otro error evidente, ya que, al “condenar” el uso de las imágenes se señala «no te harás escultura ni imagen alguna ...... de lo que hay en las aguas debajo de la tierra» (Ex.20,3-4) frase que indicaría que para Dios la tierra “flotaría” en el agua, cosa que directamente es un absurdo total, por lo cual es ridículo pensar que el Eterno, el único y verdadero Dios (una de cuyas indiscutibles cualidades es la omnisciencia) pueda haber dicho semejante “burrada” geológica.
c) También me parece un absurdo adjudicarle al Buen Dios del Cielo el haber “cerrado el corazón al Faraón” para que no dejase salir a los hebreos de Egipto (aún cuando así se lo menciona varias veces en el texto bíblico - Ex.9,12;10,20;10,27;11,10) ya que eso también sería algo total y completamente ilógico, motivo por el cual me parece evidente que podemos considerar que en esa redacción existe un nuevo error.
d) Idéntico pensamiento podemos sostener con respecto al pasaje que menciona que, pese a que Dios le había ordenado a Moisés que vaya a Egipto a liberar a su pueblo, sin embargo durante el viaje lo ataca e intenta matarlo (Ex.4,23-26) circunstancia que también me parece absolutamente ridícula y que, por tal motivo, debemos asumir que existe allí también otro error.
e) Y lo mismo en el famoso episodio de la burra de Balán (Nm.22,19-35) y en tantos, tantísmos otros pasajes bíblicos en los cuales existen errores, exageraciones, o como quieran llamarlos.
Pues bien; si eso es así, y si existen “tantos” errores en los textos bíblicos (evidentemente humanos, ya que Dios no puede equivocarse) los cuales son aceptados tranquilamente por la enorme mayoría de los “biblistas” (los estudiosos de la Biblia) ¿cuál es el motivo por el que no es posible considerar, que TAMBIÉN podemos encontrar “equivocaciones” en esos otros pasajes que hablan de crueldades y matanzas como hechos atribuibles a Dios?
Y me parece que si leemos la Biblia con ese enfoque, encontraremos (o entenderemos) que muchos pasajes de los libros de los profetas también hacen referencia a algo parecido, ya que criticaban el accionar de los reyes y sacerdotes que se aprovechaban del poder que tenían (fundado en esos mismos pasajes de violencia) y que usaban abusando del pueblo.
Y también comprenderemos la razón por la cual las autoridades hebreas no aceptaron a Jesús como Mesías, ya que no actuó con ese poderío destructor que se le atribuía a Dios, sino que hizo todo lo contrario, puesto que sólo enseñó a ser humildes y a compartir, no sólo las vivencias sino también los bienes (Jn.12,4-6 y 13,28-29 Hech.2,44-47 y 4,32-37).
Y algo similar podemos encontrar también, con respecto a los “argumentos” en los cuales se basó la existencia de un “reino terrenal cristiano”, un ESTADO temporal como lo es el Vaticano, ya que se lo estableció —y lo que es peor aún, todavía subsiste— pese a la clara (clarísima diría yo) indicación de Jesús quien dijo «mi reino no es de este mundo» (Jn.18,35) y exactamente lo mismo podemos mencionar, con respecto a muchos otros hechos que lamentablemente acontecieron a lo largo de estos últimos 20 siglos.

LAS CONSECUENCIAS DEL HECHO

Considero que esencialmente son de dos tipos, y muy diferentes la una de la otra.
La primera es que ese proceder ha generado una reacción adversa, motivo por el cual un gran número de seres humanos —aborígenes, o no— han rechazado la doctrina cristiana por “su culpa”.
Y no sólo en América sino también en muchas otras regiones del planeta.
La segunda es la “responsabilidad” que se deriva de ese accionar, y no sólo desde un aspecto simplemente religioso.
En efecto; es evidente que las poblaciones “dominantes” o imperiales, que sometieron y esquilmaron a las poblaciones aborígenes, gozan en este momento —desde el punto de vista técnico y económico— de un estándar de vida muy superior al que poseen éstas, y también es obvio que un “muy importante segmento” de ese buen pasar —que tienen y disfrutan— está originado en esos elementos que fueron sustraídos mediante la conquista.
Por consiguiente, considero que en estricta justicia deberían restituir los elementos sustraídos.
O por lo menos, “compensar” económicamente esa situación.
Y antes de terminar quiero aclarar, que si bien el presente epígrafe hace referencia al hecho de la conquista de América, yo incluyo también el accionar de otros períodos y situaciones, ya que en definitiva todos adolecen del mismo problema.
Finalmente les diré, que sí desean mayores datos con relación al análisis de posibles errores bíblicos no tengo inconveniente en suministrárselos.
Aunque les diré que ya he escrito muy largos textos explicando ese tipo de cosas, los cuales están en el epígrafe «Bienes terrenales—sacerdotes y laicos ¿cuál es la diferencia?» que también integra este Foro de “Temas controvertidos”.
Reciban mi saludo junto con el tradicional MARANA-THA
Mario
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Pepa
Veterano


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 4183

MensajePublicado: Vie Oct 28, 2005 2:53 pm    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
Responder citando

Hay que ver cuál fue el verdadero sentido con el que se hizo la Conquista de la América española, y aceptar los errores y abusos que algunos hombres cometieron. No generalizar.
Como ejemplo dejo este texto que habla por sí solo.
Josefina.


El Testamento de Isabel la Católica(1)

23 de noviembre de 1504.

El breve texto que transcribimos a continuación pertenece al codicilo que la Reina Isabel la católica agregó a su testamento. El mismo fue dictado en el castillo de la Mota, en Medina del Campo, el 23 de noviembre de 1504(2). En el documento la soberana hace mención al tema americano, al parecer su conciencia estaba algo preocupada por los "agravios" que podrían haberse hecho, o hacerse en lo futuro a los indígenas; por ello, ruega a su esposo Fernando el católico, a su hija la princesa Juana y a su yerno el archiduque Felipe el hermoso que remedien toda posible injusticia y que recuerden que el principal fin por el que (según la reina) les han sido concedidos los territorios del Nuevo mundo, es la evangelización de sus moradores..

MANDATO DE CRISTIANIZACION, JUSTICIA Y RESPETO PARA CON LOS INDIOS DE AMERICA.



Item, por cuanto al tiempo que nos fueron concedidas por la Santa Sede Apostólica las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, descubiertas y por descubrir, nuestra principal intención fue al tiempo que lo suplicamos al Papa Alejandro Sexto, de buena memoria, que nos hizo la dicha concesión(3), de procurar inducir y traer los pueblos de ellas y convertirlos a nuestra santa fe católica, y enviar a las dichas Islas y Tierra Firme, prelados y religiosos y otras personas doctas y temerosas de Dios, para instruir [a] los vecinos y moradores de ellas en la fe católica, y enseñarlos y doctrinarlos [en] las buenas costumbres, y poner en ello la diligencia debida [?], según más largamente en las letras de la dicha concesión se contiene; por ende suplico al Rey mi señor muy afectuosamente, y encargo y mando a la dicha Princesa mi hija y al dicho Príncipe su marido, que así lo hagan y cumplan y que este sea su principal fin, y en ello pongan mucha diligencia, y no consientan ni den lugar que los Indios vecinos y moradores de las dichas Indias y Tierra Firme, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio han recibido lo remedien y provean por manera que no se exceda en cosa alguna lo que por las letras apostólicas de la dicha concesión nos es infungido y mandado.



Notas

1. Transcribimos el texto del testamento tomándolo de la obra de William Thomas WALSH, Isabel de España, 4a. ed., Madrid 1943, 646. Nos hemos permitido corregir ligeramente la ortografía y la redacción del texto, adaptándolas a los usos modernos.

2. La Reina Isabel ya había hecho testamento en Medina del Campo el 12 de octubre de 1504. Cf. Tarsicio de AZCONA, Isabel la Católica. Estudio crítico de su vida y su reinado, Madrid 1964, 739.

3. Los términos usados en este documento respecto al acto jurídico que Alejandro VI había querido establecer a través de la bula Inter Caetera (concesión, concedidas), parece no dejar lugar a dudas sobre la interpretación que los destinatarios de las letras apostólicas dieron a las mismas. Los reyes católicos parecen reconocer al Pontífice la capacidad de "conceder" las tierras recientemente descubiertas, y aceptan con total responsabilidad el mandato anejo de evangelizar a sus pobladores. Cf. Ricardo GARCIA-VILLOSLADA, Sentido de la conquista y evangelización de América según las bulas de Alejandro VI, Roma 1978, [50]-[53]. .
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Manuel C.
Veterano


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 1001

MensajePublicado: Vie Oct 28, 2005 3:54 pm    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
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Mario,
Tu juicio personal sobre la historia de la Conquista y Evangelización es eso, tuyo. El de los Santos Padres, sobre el conjunto de esa epopeya, es otro, bien distinto. Yo me quedo con lo que piensan ellos, como pastores universales que son:

Cita:
"España evangelizada y evangelizadora, ese es el camino. No descuidéis nunca esa misión que hizo noble a vuestro País en el pasado y es el reto intrépido para el futuro."

Juan Pablo II



Cita:

«Los designios de la Providencia, amadísimos hijos, se han vuelto a manifestar una vez más sobre la heroica España. La nación elegida por Dios como principal instrumento de evangelización del Nuevo Mundo y como baluarte inexpugnable de la fe acaba de dar a los prosélitos del ateísmo materialista de nuestro siglo la prueba más excelsa de que por encima de todo están los valores eternos de la Religión y del espíritu. La propaganda intensa y los esfuerzos constantes de los enemigos de Jesucristo parece que han querido hacer en España un experimento supremo de las fuerzas disolventes que tienen a su disposición por todo el mundo… Persuadido de esta verdad el sano pueblo español, con las dos notas características de su nobilísimo espíritu que son la generosidad y la franqueza, se alzó dedicido en defensa de los ideales de la fe y de la civilización cristiana, profundamente arraigados en el fecundo pueblo de España; y ayudado de Dios… supo resistir el empuje de los que, engañados con lo que creían un ideal humanitario de exaltación del humilde, en realidad, no luchaban sino en provecho del ateísmo....

Su Santidad Pío XII en mensaje a España felicitando por la victoria militar contra el ateismo en 1936

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Mario Enrique Bruzzone
Asiduo


Registrado: 03 Oct 2005
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Ubicación: Argentina - Sierra de La Ventana

MensajePublicado: Dom Oct 30, 2005 6:06 am    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
Responder citando

Estimado Pepa, mi buena hermana en el Señor:

Ante todo le expreso mi gratitud por transcribir ese codicilo del testamento de la Reina Isabel, y le ruego que procure volver a leer, sin prejuicios, el texto que expuse en este epígrafe, ya que creo que si lo hace podrá comprender, que no es mi intención plantear una cuestión referida a un accionar intencionadamente incorrecto en el proceso de la Conquista de América, sino que mi mayor preocupación e interés está centrado en tratar de que TODOS ANALICEMOS las causas de muchos hechos que se han producido a lo largo de la historia (entre los cuales también está la conquista) y que fundamentalmente he tratado de exponer en el segundo de los aspectos que he analizado allí, con el título «EL POR QUÉ DEL HECHO».
Pero, aprovechando que ha tenido la amabilidad de mencionar esa parte del testamento, lo utilizaré para tratar de explicar un poco mejor mis ideas.
En primer lugar le diré que, conforme se desprende de lo que allí exponía doña Isabel, no cabe duda de que “algunos problemas” existían en el Nuevo Mundo. Y tampoco es posible dudar de que, pese a la muy buena voluntad que ella tenía, no todo se desarrolló con el espíritu que pretendía que se adoptara aquí, cosa evidente ya que, de haber acontecido como ella lo pedía, no sólo no habrían muerto los millones de aborígenes que murieron, sino que tampoco habrían sido sometidos a la esclavitud que sufrieron.
En segundo lugar es interesante ver, por un lado, que no resulta tan “sencillo” entender qué “derecho” podía tener la Santa Sede como para “adjudicarle” bonitamente esas nuevas tierras a España (o a quien fuere) salvo que enfoquemos esas situaciones conforme yo he tratado de explicarlo en ese escrito, haciendo referencia a un dominio temporal, territorial que —como Jesús jamás lo pretendió— sólo cabe relacionarlo con los relatos del Antiguo Testamento.
Pero también es muy importante comprender al respecto, que la idea que surge de esa “concesión” efectuada por la Santa Sede Apostólica, tal cual lo menciona el codicilo, era la de «procurar inducir y traer los pueblos de ellas y convertirlos a nuestra santa fe católica, y enviar a las dichas Islas y Tierra Firme, prelados y religiosos y otras personas doctas y temerosas de Dios, para instruir [a] los vecinos y moradores de ellas en la fe católica, y enseñarlos y doctrinarlos [en] las buenas costumbres, y poner en ello la diligencia debida» lo cual, evidentemente no menciona absolutamente nada ni de sacarles sus bienes, ni de esclavizarlos, y mucho menos matarlos, así como tampoco hace referencia alguna a “cristianizarlos” a la fuerza, ya que sólo indica el “PROCURAR inducir y traer....” cosa muy distinta por cierto, y que evidente y lamentablemente no ocurrió, ya que —insisto una vez más en eso— si se hubiese seguido con la idea que surge, no sólo de esa disposición papal, sino fundamentalmente del Evangelio, no habrían ocurrido las cosas que sucedieron ni se contabilizarían por millones los aborígenes que murieron.
Pero le insisto nuevamente que es incorrecto e injusto interpretar mis pensamientos como algo referido “sólo” al problema de la Conquista de América, sino que mi objetivo es abarcativo de muchos otros hechos y situaciones que ocurrieron, tanto antes como después, y no sólo aquí, en América, sino también en muchos otros lugares del mundo.
Y lo que es peor aún, siguen ocurriendo.
Y le diré que todo eso también he procurado explicarlo, en otra respuesta que efectúo hoy dentro de este mismo epígrafe y que, con el fin de no extender tanto este mensaje le agradeceré mucho que la lea, ya que puede contribuir a que me comprenda un poco mejor.
Reciba mis saludos, junto con mi gratitud por su aporte y el acostumbrado MARANA-THA
Mario
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Mario Enrique Bruzzone
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MensajePublicado: Dom Oct 30, 2005 6:08 am    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
Responder citando

Estimado hermano en Cristo Manuel C.

Ante todo, te explico que te responderé siguiendo lo que llamaría la regla de oro de toda acción cristiana (incluyendo por supuesto las que corresponden a este Foro) y por eso enfocaré tu comentario asumiendo que al efectuarlo lo haces con total y absoluta buena fe.
Y considero necesario aclararte eso, dado que la forma en que has planteado tu respuesta viene a indicar aproximadamente lo siguiente: «vos (o sea yo) tenés una opinión que es pura y exclusivamente personal y no es correcta. La mía es la verdadera pues es coincidente con la opinión de los Santos Padres»
Y te diré que eso no me parece una actitud correcta, ni siquiera desde el punto de vista intelectual, y por eso me permito recordarte aquella vieja regla de la filosofía, que dice que el argumento del “magister diccit” (espero no equivocarme en el latín) es el último que se debe utilizar, es decir, que sólo cuando no queda absolutamente ninguna posibilidad de “arrimar” a la verdad es cuando vale la opinión del maestro, por lo cual es obvio que previamente hay que agotar todos los razonamientos posibles, cosa que vos ni siquiera has intentado hacer.
Pues bien, una vez efectuada esa aclaración previa, pasaré a decirte algunas cosas, y lo haré —insisto una vez más— descontando tu buena voluntad.
En primer lugar es parcialmente cierto que mi opinión es “mía”.
En efecto; como siempre procuro explicar, mis opiniones normalmente surgen de mi propio razonamiento, hecho que efectúo, por un lado con el fin de evitar comprometer con mis afirmaciones a otras personas, y por el otro, ya que creo que debo, no sólo asumir mi propia responsabilidad, sino también por pensar que no es correcto refugiarme en la opinión de los demás, sino que debo tratar de utilizar mis propios argumentos y razonamientos.
En segundo lugar que pese a eso, no es “totalmente” cierto que sea “mía”, sino que sólo lo es “parcialmente”, ya que existen muchas otras personas que, de una u otra forma participan de los pensamientos que yo expuse. Y creo que eso lo podrías verificar tranquilamente, no sólo leyendo nuevamente varias opiniones que ya se han vertido en este epígrafe, sino que también te bastaría con recorrer cualquier ciudad de América (y de muchos otros lugares del mundo) y consultar la opinión que una gran cantidad de personas tienen al respecto.
O en todo caso, leer con atención muchas cosas que se suelen decir en los medios de prensa sobre estos temas, en especial las que expresan diferentes organizaciones que agrupan a los pocos aborígenes que han quedado.
En tercer lugar, que es total y absolutamente incorrecto lo que mencionas con respecto a lo que has llamado «mi juicio personal sobre la Conquista y la Evangelización».
Y lo digo de esa forma dado que, creo que te resultaría bastante sencillo advertir —por lo menos si te tomases el trabajo de leer sin prejuicios mi escrito— que NO ME HE REFERIDO “EXCLUSIVAMENTE” al hecho de la conquista de América, sino que también involucro muchas otras acciones realizadas, tanto antes como después, y que entre ellas contabilizo también las realizadas por mis propios compatriotas (argentinos) quienes, por ejemplo, no vacilaron en efectuar “la campaña del desierto” bajo el lema “el indio bueno es el indio muerto”, o que tiempo después invitaban a “grandes comilonas” a los famélicos aborígenes, en las cuales les servían suculentas porciones de comida ..... envenenada, o que recurrían a pagarle a unos “buenos señores” algún dinero por cada par de orejas de aborígenes que les llevaban, o que optaban por entregarles a éstos, en pleno invierno, abrigadas mantas para que pudieran soportar mejor el frío .... las que habían retirado de los hospitales donde se asistían a los enfermos de viruela, con lo cual les transmitían esa enfermedad, hecho que dejaba un verdadero tendal de muertos entre ellos, ya que no tenían defensa alguna pues ésa era una dolencia total y absolutamente desconocida aquí.
Y podría seguir relatándote otras situaciones parecidas, pero me parece que no viene al caso hacerlo. De cualquier forma, creo que es evidente que yo he dejado “bastante” en claro, que mi opinión estaba referida a TODO ESE TIPO DE COSAS, motivo por el cual me parece no sólo incorrecta, sino también totalmente injusta, la forma en que planteas tu respuesta a mi mensaje, como si yo hubiese focalizado en él únicamente a la conquista de América.
En cuarto lugar te diré también, que el utilizar ese argumento —tan poco intelectual— parece que te permite “dormir tranquilo” con respecto al último punto que he mencionado en mi escrito, en el cual hago referencia a la responsabilidad que —en estricta justicia— se deriva de TODOS ESOS HECHOS, no sólo los de la conquista española en América, sino también de muchos otros ocurridos en África, Asia y en otros lugares, a través de los cuales, no son únicamente los españoles” los que lograron llevar a sus propias tierras muchas riquezas, sino todos los pueblos “coloniales o imperiales por igual, y que son esas riquezas las que les sirvieron para que hoy tengan posibilidades de vivir con tanta holgura técnica y económica, mientras que los pueblos que —“sin beberla ni comerla”— sufrieron esa dominación, se encuentran afrontando tantos apremios y dificultades.
Pues bien, si te resulta útil no hay duda de que puedes seguir “durmiendo tranquilo”. Pero no creo que dentro de un estricto criterio de justicia, y menos aún desde un enfoque cristiano, sea “del todo” correcto que lo hagas.
En quinto lugar deseo recordarte que, aún cuando las opiniones de los Santos Padres son sumamente respetables, no cabe duda alguna de que no forman parte del Dogma o Magisterio Extraordinario de la Iglesia, motivo por el cual es posible disentir con las mismas.
Pero con respecto a ese mismo tema, y ya que prácticamente el único argumento que serviría para “fundamentar” tu opinión —que aparentemente sería total y absolutamente distinta de la mía— está basada en la opinión de esos Papas, te diré también que el recordado Juan Pablo II mencionó —y en más de una oportunidad— que era necesario realizar UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN, motivo por el cual me parece que queda en evidencia que él había comprendido perfectamente que la realizada en la primera oportunidad (con la conquista) no había sido “todo lo buena” como debería esperarse de una correcta actuación cristiana.
Finalmente te diré, que como también menciono algo más a otra persona que tuvo la amabilidad de exponer con relación a este tema, y como puede resultarte útil para aclarar mejor mi punto de vista, te recomiendo que también lo leas.
Esperando haber podido esclarecer un poco más mis ideas, te envío mis saludos junto con mi invariable MARANA-THA
Mario
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Manuel C.
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MensajePublicado: Dom Oct 30, 2005 7:12 pm    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
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Mario,

Dios te bendiga hermano. Me dices esto:

Cita:
y por eso me permito recordarte aquella vieja regla de la filosofía, que dice que el argumento del “magister diccit” (espero no equivocarme en el latín) es el último que se debe utilizar,


Como regla filosófica está bien el nombre, pero eso de añadirle que debe ser la última, es cosa de tu propia cosecha, a no ser que quieras darles lecciones de filosofía a San Agustín o a Santo Tomás que no dejan de utilizarla ni por un instante. Peor aún, resulta bastante incómoda cuando de la fe Católica se trata. Yo ya repetí a un forista anteriormente que no es obligatorio el dar asentimiento a ese jucio de los Santos Padres, pero que si quieres defender una posición contraria a la suya debes dar unos muy buenos argumentos, pues en estos asuntos es de todos conocido que los Santos Padres son muy precavidos.

Además están asesorados por los mejores expertos y cuentan con conocimientos muy superiores a los de la mayoría de los fieles.

¿No te gusta el jucio global que de la Conquista y Evangelización hacen de España, llamándola "noble" por ello y afirmando que cumplía "designios divinos" en esa empresa? . Pues yo te respeto mucho y vuelvo a insistir en tu favor que no es necesario tu asentimiento a ello.

Pero ¿Que tal si das argumentos para convencernos del error de por lo menos dos grandes Papas en hablar así de la totalidad de la empresa?. Yo escucho atento, prometido.

Bendiciones.
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Mario Enrique Bruzzone
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MensajePublicado: Sab Nov 05, 2005 8:51 am    Asunto:
Tema: LA VERDADERA CONQUISTA EN HISPANOAMERICA
Responder citando

Estimado hermano en Cristo Manuel C.

Ante todo debo decirte, que por distintos motivos se me demora el responderte, no porque no sepa que contestarte, sino por cuanto deseo hacerlo sin dejarme llevar por impulsos, sino haciéndolo de la mejor manera posible.
Y también te diré que está muy lejos de mí el intentar dar lecciones de filosofía.
Y menos aún a quienes han muerto, ya que debería transformarme en algo así como un “medium”, u otra cosa por el estilo.
Chiste aparte, te diré que nunca he pretendido dar ese tipo de “lecciones”.
Y no tengo esa pretensión por distintas razones, siendo la más importante el reconocer que no poseo los conocimientos necesarios para hacerlo.
Y por eso te diré, que al señalar que el “magister diccit” es lo último que se debe emplear en el análisis filosófico, únicamente me limité a mencionar algo que me transmitieron todos aquellos que fueron mis maestros en los distintos cursos de filosofía que hice, motivo por el cual me parece que podría resultar útil que releas (o que consultes) al respecto.
Y dado que me da la impresión, de que suelen tener una “especial predilección” para vos, te aclaro que casi todos ellos eran sacerdotes.
Pero bueno, aún teniendo ese íntimo convencimiento al respecto, y como evidentemente no estoy exento de la posibilidad de errar (cosa que siempre aclaro) si las personas que pudieses consultar al respecto te dicen que me equivoco te agradeceré me lo hagas saber.
Yo, por mi parte, trataré de contactar a alguno de mis antiguos profesores (aunque no estoy seguro de encontrarlos vivos) para consultarles sobre el particular.
No obstante —insisto una vez más en esto— “correría el riesgo” de ratificarte que esa es una “sana regla filosófica” que continúa vigente.
Pues bien, hecha esa aclaración, nuevamente te digo lo que te expresé antes, y es que todavía mantengo mi idea de que en tu accionar existe buena fe, aún cuando la forma en que sueles expresarte no es lo más recomendable para avalar esa postura.
Y te daré un ejemplo.
Expresamente señalas «Peor aún, resulta bastante incómoda cuando de la fe Católica se trata. Yo ya repetí a un forista anteriormente que no es obligatorio el dar asentimiento a ese jucio de los Santos Padres,..» lo cual demuestra, y con bastante claridad por cierto, que intentas plantear que en los temas sobre los que girarían estas conversaciones estaría involucrada LA FE CATÓLICA y que, evidentemente, “TU” posición sería la que resulta acorde a la misma por coincidir con el “juicio de los Santos Padres”, motivo por el cual, obviamente, indicaría (en sentido contrario) que las otras (tanto la de ese forista que mencionas, como la mía) no lo están.
Sin embargo, es obvio que dentro de ESA MISMA FRASE vos mismo reconoces que NO ES OBLIGATORIO EL DAR ASENTIMIENTO....
Y es por eso que considero incorrecta esa forma de expresarte (y sobre todo de pensar) y por eso pasaré a explicarte mi punto de vista en ese sentido.
Y para hacerlo quiero recordarte, una vez más, lo que varias veces he señalado en muchos de mis escritos.
LA FE CATÓLICA está formada UNICAMENTE por lo que se conoce como DOGMA y MAGISTERIO EXTRAORDINARIO, y por ende, nadie —y obviamente “allí” estás incluido vos— puede, en estricta justicia, arrogarse la pretensión de que “SU” PENSAMIENTO responde a la FE CATÓLICA, al hablar de temas que no sean de “ese” grupo.
Y por eso también te diré, una vez más, que esa forma de expresarte es total y absolutamente desleal desde el punto de vista intelectual ya que, el partir de la afirmación de que la opinión que no coincide con la tuya va contra la fe católica (pese a que, lo que se discute no tenga absolutamente nada que ver con ella) no es una correcta forma de dialogar, puesto que lo único que pretende es “descolocar” (o desacreditar) “ab initio” (nuevamente pido disculpas si mi latín es incorrecto) la posición de quien no coincide con tu punto de vista AÚN CUANDO —e insisto en esto— el tema en cuestión no tenga nada que ver con LA FE CATÓLICA, sino que simplemente abarca cuestiones que, por decirlo de algún modo, llamaría “periféricas”.
Tal vez, esas opiniones que vos no compartas podrán ser, o no, divergentes con lo que se suele llamar el “Magisterio Ordinario” de la Iglesia.
PERO NO HACEN A “LA FE CATÓLICA” (tal cual vos mismo lo reconoces en esa frase que he copiado antes) y por consiguiente, anteponer ese tipo de pensamiento, es intentar “partir” desde un punto de vista que desacredite la opinión del interlocutor, pero haciéndolo de una forma que es total y absolutamente injusta y desleal.
Y te diré que la impresión que yo me he formado de la manera que tienes de plantear tus pensamientos es algo así como si lo que intentaras hacer es simplemente “llevar agua hacia tu molino”, haciéndolo con unas citas que pueden ser todo lo importantes que quieras, pero sin entrar a analizar lo que realmente es importante y se desprende de mis mensajes, y que consiste en señalar la incorrecta actitud mantenida, no sólo en muchos episodios de “la conquista de América” (que es el único punto hacia el cual —una y otra vez— vuelven recurrentemente tus mensajes) sino en muchos, muchísimos otros que ocurrieron tanto antes como después, y no sólo en América sino también en muchos, muchísimos otros lugares del mundo.
Y que por ende, es obvio que no sólo fueron realizados por españoles, sino también por ingleses, holandeses, argentinos, portugueses, franceses, belgas, alemanes y tantos, tantísimos otros pueblos.
Y que el motivo por el cual lo hago es procurando encontrar una explicación razonable a ese tipo de hechos, que sin duda ocurrieron, y que me parece que “no son para el aplauso”.
Y te diré algo más.
Estimo como una “posibilidad” que, si lo haces de esa forma, tal vez responda a que consideras que —o es “tal cual” como vos lo planteas, o que tu propia fe se vendría abajo— cosa que para mi no debería ser así.
Es decir que existiría en tu actitud una suerte de “abroquelamiento” en tu posición, y a raíz de eso ni siquiera te tomas el “trabajo” de analizar otras cosas, otras posibilidades, incluso otras citas, como la que yo te mencioné del propio Juan Pablo II, quien claramente hizo referencia a la necesidad de UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN en América.
E insisto en que no me parece una actitud “correcta” la que mantienes, sobre todo por cuanto yo no intento desacreditar a nadie, y menos aún decir que quienes vinieron a América (o a otros lugares del mundo) fueron unos “perversos” dignos del fuego del infierno ni cualquier otra cosa por el estilo.
Y menos aún intento negar ningún aspecto de la fe, sino que mi única preocupación es tratar de buscar algún aporte para mejorar la situación en la cual vivimos.
Y lo vengo haciendo desde hace rato, fundamentalmente por dos cosas que he leído en el Evangelio.
La primera es aquello que expresa que «conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres» y la segunda es la que plantea que «no hay nada oculto que no deba ser revelado».
Y por tal motivo yo me he permitido pensar en la posibilidad de que existan “errores, equivocaciones, exageraciones” o como prefieras llamarlos en ciertos puntos u hechos que desde siempre se los ha considerado como “total y absolutamente ciertos”, y que son los que han generado esa posición “autoritaria” que desembocó en tantos (tantísimos) hechos ocurridos en todo el mundo, y que implicaron la muerte y la esclavitud de muchas poblaciones, y que lamentable, fueron realizados bajo el pretexto de hacérselo en nombre de Aquél que es el AMOR por excelencia.
Pero bueno, ya que mencionaste que esperabas una “argumentación de mi parte”, y también que los Santos Padres suelen ser muy precavidos, y que cuentan con un asesoramiento muy especial, de muchos expertos y otras cosas por el estilo, si bien también trataré de hacerlo luego, ante te expresaré algo distinto, ya que en rigor de verdad considero que ni siquiera seria anecdótico referirme a el hecho puntual de la opinión que puedan haber tenido esos dos grandes Papas que vos has mencionado, y por eso te señalaré otra cosa a simple título de ejemplo.
Te agradecería que pensaras un poco y me respondieses, a cuál de las opiniones de los Santos Padres debemos considerarla “bien ubicada”, si la del que condenó a Galileo o la de quien levantó esa condena.
Pero como lo pediste, incluso te diré algo más sobre las posturas de esos dos Santos Padres que mencionaste, y que hablaron sobre la famosa conquista de América, y es lo siguiente.
¿No te parece que podríamos considerar también, aunque sólo fuese como una “posibilidad”, que puede haber existido algún error en la información que ellos recibieron, es decir en ese “asesoramiento muy especial de los expertos”, y que a raíz de eso, algunas expresiones de los Santos Padres podrían estar equivocadas?.
Y de la misma forma que lo hice antes me permitiré consignar un nuevo ejemplo.
Y te aclaro que, con el fin de evitar discusiones y conflictos inútiles, sobre la “autenticidad” de los textos en los cuales podría basarme para exponer mi pensamiento, recurriré a un párrafo que existe dentro de los mismos textos con los cuales se inició este epígrafe.
En efecto, al releerlos, podrás observar que hay allí uno que hace referencia a un relato de un tal Capitán Andrés Tapia quien acompañaba a Cortés y que expresa textualmente «Los ídolos, cuenta Tapia, «tenían mucha sangre, del gordor de dos y tres dedos, y [Cortés] descubrió los ídolos de pedrería, y miró por allí lo que se pudo ver, y suspiró habiéndose puesto algo triste, y dijo, que todos lo oímos: "¡Oh Dios!, ¿por qué consientes que tan grandemente el diablo sea honrado en esta tierra? Ha, Señor, por bien que en ella te sirvamos". Y mandó llamar los intérpretes, y ya al ruido de los cascabeles se había llegado gente de aquella de los ídolos, y díjoles: "Dios que hizo el cielo y la tierra os hizo a vosotros y a nosotros y a todos, y cría con lo que nos mantenemos; y si fuéremos buenos nos llevará al cielo, y si no, iremos al infierno, como más largamente os diré cuando más nos entendamos; y yo quiero que aquí donde tenéis estos ídolos esté la imagen de Dios y de su Madre bendita, y traed agua para lavar estas paredes, y quitaremos de aquí todo esto".

«Ellos se reían, como que no fuese posible hacerse, y dijeron: "No solamente esta ciudad, pero toda la tierra junta tiene a éstos por sus dioses, y aquí está esto por Huichilobos, cuyos somos; y toda la gente no tiene en nada a sus padres y madres e hijos en comparación de éste, y determinarán de morir; y cata [mira] que de verte subir aquí se han puesto todos en armas, y quieren morir por sus dioses".
....
Y es obvio que con ese tipo de relato se vendrían a “justificar” (o al menos “explicar”) la razón por la cual se esclavizó y masacró luego a millones de aborígenes, cosa que se habría hecho, no sólo por haberse negado a reconocer a Cristo y a la Iglesia, sino también por estar sujetos a lo que llamaríamos una “religión satánica”, hecho que quedaría “debidamente acreditado” por el relato de ese texto.
Pues bien, obviamente muchos (incluyéndote a vos) dan por hecho que ese relato es total y absolutamente cierto, y que, por consiguiente, no existe ningún tipo de duda de que eso responde, en forma plena y total, a la realidad y verdad de la situación imperante en América y que, por ende, todo lo ocurrido estuvo “dentro de lo razonable” para combatir adecuadamente esa situación nefasta.
Y si yo te dijese que eso PUEDE NO SER CIERTO, posiblemente no sólo me dirías que yo intento falsear la verdad, y que la “palabra” de un gentilhombre, noble militar, cristiano y español, no puede ser desacreditada centenares de años después por “un fulano cualquiera” (ese sería yo) que se atreve a poner en tela de juicio esas expresiones, y que son las que han servido para que los Santos Padres, valoraran la actuación de la conquista en América con tanta ponderación.
Pues bien; te diré que correré el riesgo de que vos —o cualquier otro— me digan no sólo eso, sino cualquier otra cosa como, por ejemplo, que recurro a “cualquier medio” para tratar de desacreditar la opinión de los Santos Padre.
Y te diré que de ninguna manera es esa mi intención, sino que lo digo por una razón que en verdad me parece bastante sencilla.
Si hubiese sido real lo que menciona el texto, con respecto a la sangre que estaba “sobre los ídolos de pedrería”, y que tenían el «el gordor de dos y tres dedos» (sic) te diría que habría sido directamente imposible ingresar en la sala donde se encontraban, por la sencilla razón de que el MOSQUERÍO que habría allí se los hubiese impedido.
En efecto; aquí en América (aunque se me ocurre pensar, que ocurre exactamente lo mismo también en España, en la China, o en casi cualquier otro lugar del mundo, salvo, obviamente, la Antártida u otros lugares con un clima muy frío) a los pocos segundos de fluir sangre aparecen unas moscas (las hay de varios tipos, unas verdes, otras azuladas, moscardones, etc.) que por miles se juntan para poner sus huevos en la sangre, los cuales eclosionan al poco tiempo y surgen unos gusanos que se alimentan de ella hasta convertirse en nuevas moscas.
Incluso te aclaro que si la sangre fluye de un organismo vivo —un animal lastimado por ejemplo— y éste no tiene posibilidades de limpiarse la herida lamiéndosela, directamente se lo “comen vivo”.
Por eso te diré, mi estimado hermano en Cristo, que yo personalmente no creo que lo que se señala en ese relato responda a la verdad, sino que considero (al menos como algo “probable”, mejor dicho, como algo muuuuuuy probable) que pudo haber sido “inventado” (o tal vez sea mejor decir “exagerado”) para justificar el accionar de destrucción y muerte causado entre las poblaciones aborígenes, ya que esas moscas (en realidad los gusanos o keresas que salen de los huevos que ellas ponen) no habrían dejado “ni por casualidad” una formación de sangre del “grosor de dos y tres dedos”, y que además, si hubiese existido efectivamente esa sangre —insisto una vez más en esto— la cantidad de moscas que se habría juntado allí (el “mosquerío”) resultaría verdaderamente insoportable y tornaría imposible cualquier intento de ingresar en esa sala donde estaban esos ídolos.
Mi buen Manuel C.
Yo no busco “roña” con mis mensajes, y menos aún apartarme de la Iglesia.
Estoy absolutamente convencido de sostener todos y cada uno de los puntos del Dogma de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Y tampoco creo que, por expresar una idea distinta a ese tipo de cosas y pensamientos que se han desarrollado y sostenido durante siglos (y te aclaro que, y en esto sí que no tengo ninguna duda, en la inmensa mayoría de lo caso se lo hizo con absoluta buena fe) y que ha producido muchos hechos que son sin duda lamentables, yo deba ser considerado un “hereje” o acusado de cualquier otra cosa por el estilo.
Y te reitero que el motivo por el cual lo hago es por cuanto comprendo perfectamente que esa realidad en la cual se vivió (y que sufrieron esas poblaciones autóctonas, tanto las de América como las de otros lugares del mundo) y que aún vivimos, es la razón fundamental por la cual una enorme cantidad de personas se alejó (y se aleja) cada vez más del Evangelio.
Y te diré que eso me preocupa.
Y MUCHO en realidad.
Y también te diré , que a lo largo de mi vida he conocido personas que creen —normalmente también de muy buena fe— que sólo lo que ellos opinan es lo correcto.
Yo únicamente intento contribuir en la búsqueda de las causas por las cuales existieron muchos hechos (como “algunos” episodios de la conquista de América, o de la India, o del Congo, o de la patagonia y el litoral argentinos, o de donde fuese) que han provocado que muchas personas (aborígenes o no) rechacen al cristianismo, en lugar de abrazar la fe en la cual yo, pese a los grandes escándalos que he visto a lo largo de mis años, sigo manteniendo exactamente igual que siempre.
Pero insisto también en decirte que comprendo que existan muchas, muchísimas personas que no lo hagan de esa forma, y por eso trato de “encontrar” algún punto a partir del cual intentar revertir ese tipo de situación.
Si piensas que eso se lo debe lograr desde una posición de “superioridad” o “autoritarismo”, tal cual se lo ha venido intentando a lo largo de la mayor parte de estos últimos 20 siglos de historia, lo lamento mucho, ya que en ese sentido no coincido con vos.
Y no lo hago, no sólo por cuanto ese tipo de actitud fue precisamente lo que generó tanta resistencia al mensaje cristiano, sino también por cuanto es evidente (por lo menos, para mí lo es) que la verdadera enseñanza que podemos encontrar en el Evangelio es exactamente lo opuesto a esa forma de actuar, ya que Jesús a lo largo de su vida hizo permanentemente referencia a la necesidad de actuar con humildad, y también a desarrollar la solidaridad más plena y absoluta que existió en toda la historia.
Recibe mi saludo junto con el tradicional MARANA-THA
Mario




PD: Como una acotación final, te diré también que la denominación de “noble” resultaría interesante analizarla (yo lo hice en uno de mis libros) ya que ese término en su origen no tiene “casi” nada que ver con el concepto que se le ha atribuido luego, cosa que es muy sencillo comprobarlo con un simple análisis de su etimología —proviene de “conocer”— circunstancia que evidentemente no tiene absolutamente ninguna relación con un actuar correcto.
Y por supuesto, menos lo tiene con que un grupo “especial” hubiese recibido del Buen Dios del Cielo “facultades” para gobernar a los demás.
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