Foros de discusión de Catholic.net :: Ver tema - San Juan María Bautista Vianney
Foros de discusión
El lugar de encuentro de los católicos en la red
Ir a Catholic.net


Importante: Estos foros fueron cerrados en julio de 2009, y se conservan únicamente como banco de datos de todas las participaciones, si usted quiere participar en los nuevos foros solo de click aquí.


San Juan María Bautista Vianney
Ir a página Anterior  1, 2
 
Publicar nuevo tema   Responder al tema    Foros de discusión -> Vida y escritos de los Santos
Ver tema anterior :: Ver tema siguiente  
Autor Mensaje
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Mar Abr 28, 2009 1:05 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Sermón del Cura de Ars sobre la Caridad

LA LIMOSNA Y EL JUICIO FINAL

Hemos dicho, en segundo lugar, que aquellos que hayan practicado la limosna, no temerán el juicio final. Es muy cierto que aquellos momentos serán terribles: el profeta Joel lo llama el día de las venganzas del Señor, día sin misericordia, día de espanto y desesperación para el pecador. “Mas —dice este Santo—, ¿no queréis que aquel día deje de ser para vosotros de desesperación y se convierta en día de consuelo? Dad limosna y podéis estar tranquilos”. Otro Santo nos dice: “Si no quieren temer el juicio, hagan limosnas y serán bien recibidos por parte del Juez”.

Después de esto, ¿no podremos decir que nuestra salvación depende de la limosna? En efecto, Jesucristo, al anunciar el juicio a que nos habrá de someter, habla únicamente de la limosna, y de que dirá a los buenos: Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; estaba desnudo, y me vestísteis; estaba encarcelado, y me visitasteis. Venid a poseer el reino de mi Padre, que os está preparado, desde el principio del mundo. En cambio, dirá a los pecadores : “Apartaos de mí, malditos: tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; estaba desnudo, y no me vestísteis; estaba enfermo y encarcelado, y no me visitasteis”. “Y ¿en qué ocasión, le dirán los pecadores, dejamos de practicar para con Vos todo lo que decís?” “Cuantas veces dejasteis de hacerlo con los ínfimos de los míos que son los pobres”. Ya ven, pues, cómo todo el Juicio versa sobre la limosna.

¿Los admira esto tal vez? Pues no es ello difícil de entender. Esto proviene de que quien está adornado del verdadero espíritu de caridad, sólo busca a Dios y no quiere otra cosa que agradarlo, posee todas las demás virtudes en un alto grado de perfección, según vamos a ver ahora. No cabe duda que la muerte causa espanto a los pecadores y hasta a los más justos, a causa de la terrible cuenta que habremos de dar a Dios, quien en aquel momento no dará lugar a la misericordia (…)



_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Dom May 03, 2009 2:54 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Continuo con el Sermón sobre la Caridad del Santo Cura de Ars

El santo rey David, al pensar en sus pecados, exclamaba : “¡Ah! Señor, no os acordéis más de mis pecados”. Y nos dice además: “Repartid limosnas con vuestras riquezas y no temeréis aquel momento tan espantoso para el pecador”. Escuchad al mismo Jesucristo cuando nos dice: Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. Y en otra parte habla así: “De la misma manera que tratareis a vuestro hermano pobre, seréis tratados”.

Es decir, que si han tenido compasión de sus hermanos pobres, Dios tendrá compasión de ustedes.


Cita:
Leemos en los Hechos de los Apóstoles que en Joppe había una viuda muy buena que acababa de morir. Los pobres corrieron en busca de San Pedro para rogarle que la resucitara; unos le presentaban los vestidos que les había hecho aquella buena mujer, otros le mostraban otra dádiva.

A San Pedro se le escaparon las lágrimas: “El Señor es demasiado bueno, les dijo, para dejar de concederles lo que le piden”. Entonces se acercó a la muerta, y le dijo : “¡Levántate, tus limosnas te alcanzan la vida por segunda vez!” Ella se levantó, y San Pedro la devolvió a sus pobres.


Y no serán solamente los pobres los que rogarán por vosotros, sino las mismas limosnas, las cuales vendrán a ser como otros tantos protectores cerca del Señor que implorarán benevolencia en favor de ustedes.


Leemos en el Evangelio que el reino de los cielos es semejante a un rey que llamó a sus siervos para que rindiesen cuentas de lo que le debían. Se presentó uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el rey mandó encarcelarlo junto con toda su familia hasta que hubiese pagado cuanto le debía. Mas el siervo se arrojó a los pies de su señor y le suplicó por favor que le concediese algún tiempo de espera, que le pagaría tan pronto como le fuese posible. El señor, movido a compasión, le perdonó todo cuanto le debía. El mismo siervo, al salir de la presencia de su señor, se encontró con un compañero suyo que le debía cien dineros, y, abalanzándose a él, lo sujetó por la garganta y le dijo: “Devuélveme lo que me debes”. El otro le suplicó que le concediese algún tiempo para pagarle; mas él no accedió, sino que lo hizo meter en la cárcel hasta que hubiese pagado. Irritado el señor por una tal conducta, le dijo: “Servidor malvado, ¿por qué no tuviste compasión de tu hermano como yo la tuve de ti?”

Vean cómo tratará Jesucristo en el día del juicio a los que hayan sido bondadosos y misericordiosos para con sus hermanos los pobres, representados por la persona del deudor; ellos serán objeto de la misericordia del mismo Jesucristo; mas a los que hayan sido duros y crueles para con los pobres les acontecerá como a ese desgraciado, a quien el Señor, que es Jesucristo, mandó fuese atado de pies y manos y arrojado después a las tinieblas exteriores, donde sólo hay llanto y rechinar de dientes.
Ya ven cómo es imposible que se condene una persona verdaderamente caritativa.

_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Mie May 06, 2009 1:46 am    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

LA LIMOSNA HECHA A DIOS

En tercer lugar, la razón que debe inducirnos a dar limosnas de todo corazón y con alegría, es el pensar que se las damos al mismo Jesucristo.

Leemos en la vida de San Juan de Dios que un día se encontró con un pobre totalmente cubierto de llagas, y se hizo cargo de él para conducirlo al hospital que el Santo había fundado para albergar a los pobres. Una vez llegado allí, al lavarle los pies para colocarlo después en su lecho, vio que los pies del pobre estaban agujereados. Se admiró el Santo, y alzando los ojos, reconoció al mismo Jesucristo, que se había transformado en la figura de un pobre para excitar su compasión. Y entonces el Señor le dijo: “Juan, estoy muy contento al ver el cuidado que te tomas por los míos y por los pobres”. En otra ocasión, halló a un niño muy miserable; lo cargó sobre sus hombros, y, al pasar cerca de una fuente, suplicó el niño que lo bajase, pues estaba sediento y quería beber agua. Vio también que era el mismo Jesucristo, el cual le dijo:Juan, lo que haces con mis pobres es cual si a Mí me lo hicieses”.

Leemos en la vida de San Francisco Javier que, yendo a predicar en un país de gentiles, halló en su camino a un pobre totalmente cubierto de lepra, y le dio limosna. Cuando hubo andado algunos pasos, se arrepintió de no haberlo abrazado para manifestarle cuán de veras sentía sus penas. Se volvió para mirarlo, y no vio a nadie: era un ángel que había tomado la forma de un pobre. ¡Ciertamente, qué pesar espera en el día del Juicio a aquellos que hayan abandonado y despreciado a los pobres, cuando Jesucristo les muestre cómo fue a Él mismo a quien hicieron la injuria! Mas también, ¡cuál será la alegría de aquellos que verán que todo el bien que hicieron a los pobres, fue al mismo Jesucristo a quien se lo hicieron!Sí, les dirá Jesucristo, era a Mí a quien fueron a visitar en la persona de ese pobre; era a Mí a quien prestaron tal servicio; aquella limosna que repartieron en la puerta de vuestra casa, era a Mí a quien la disteis”.

Cita:

Es hermoso, ¿no? Eso es santidad. Y los privilegiados en ver a Jesús mismo sin buscarlo.
Muchas personas creen que todas ésas visiones de los santos, son éso: visiones, nacidas de sus constantes sacrificios (o para ser má claro: piensan que perdieron la chaveta) Pero y considero que realmente han sido favorecidos con la visión de Jesús y todo ello, gracias a sus buenas obras; pero no sólo por sus buenas obras, sino por su buen corazón, por su entrega sin pedir nada a cambio.

_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Sab May 09, 2009 5:26 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Es tan cierto todo esto, que se refiere en la historia de San Gregorio Magno, que todos los días sentaba a su mesa a doce pobres, en honor de los doce apóstoles. Viendo que un día había trece, preguntó al que estaba encargado de introducirlos por qué razón había trece, y no doce como le había encomendado. “Santo Padre, le dijo su administrador, yo no veo más que doce”. Mas él veía siempre trece. Preguntó entonces a sus comensales si veían doce o trece, y le contestaron que sólo veían doce. Después de la comida, tomó de la mano al que hacía trece: lo había distinguido, porque notó que de tiempo en tiempo cambiaba de color; lo condujo a sus habitaciones, y le preguntó quién era. Aquel hombre le respondió que era un ángel que había tomado la figura de pobre; le dijo también que ya había recibido de él una limosna cuando era religioso, y que Dios, en vista de su caridad, le había encargado que le guardase durante toda su vida, y le hiciese conocer cuánto debía practicar para portarse rectamente y procurar en todo el bien de su alma y la salvación de su prójimo.

Ya ven hasta qué punto recompensa Dios la caridad. ¿No nos autoriza todo esto para afirmar que nuestra salvación está íntimamente ligada con la limosna?

Leemos en los Hechos de los Apóstoles que, después de la Resurrección, Jesucristo se le apareció a San Pedro y le dijo: “Vete al encuentro del centurión Cornelio, pues sus limosnas han llegado hasta mí; ellas le merecieron su salvación”. Fue San Pedro a ver a Cornelio, al cual halló en oración, y le dijo: “Tus limosnas han sido tan agradables a Dios, que Él me envía para anunciarte el reino de los cielos, y para bautizarte” (Hechos, X). Ya ven cómo las limosnas del centurión fueron causa de que él y toda su familia fuesen bautizados.

_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Mar May 12, 2009 5:24 pm    Asunto: Semón del Santo Cura de Ars sobre la Caridad
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Sé muy bien que el hombre de corazón duro es avaro e insensible a las miserias del prójimo; hallará mil excusas para no tener que dar limosna. Así, algunos me dirán: “Hay pobres que son buenos, pero hay otros que no valen nada: unos gastan en las tabernas lo que se les da; otros lo disipan en el juego o en glotonerías”.

Esto es muy cierto, son muy pocos los pobres que emplean bien los dones que reciben de manos de los ricos, lo cual demuestra que son muy pocos los pobres buenos. Unos murmuran de su pobreza, cuando no se les da tanto como ellos quisieran; otros envidian a los ricos, hasta los maldicen, y les desean que Dios les haga perder sus riquezas, a fin, dicen ellos, de que aprendan lo que es la miseria.

Convengamos en que todo esto está muy mal; tales gentes son precisamente las que se llaman malos pobres. Pero a todo esto sólo he de contestar con una palabra: y es que esos pobres a quienes recriminan porque malgastan las limosnas, porque no se portan bien, porque sufren una pobreza buscada, no piden la limosna en nombre propio, sino en el de Jesucristo. Que sean buenos o malos, poco importa, ya que es al mismo Jesús a quien entregan sus limosnas, según acabamos de ver en lo que hemos dicho anteriormente. Es, pues, el mismo Jesucristo quien los recompensará.

Pero, me diréis, éste es un mal hablado, un vengativo, un ingrato.

Mas, amigo mío, esto no te afecta a ti: ¿tienes con qué dar limosna en nombre de Jesucristo, con la mira de agradar a Jesucristo, de satisfacer por tus pecados? Deja a un lado todo lo demás; tú tienes que entendértelas con Dios; quédate tranquilo; tus limosnas no se perderán, aunque vayan a parar en los malos pobres que tanto desprecias. Además, amigo mío, aquel pobre que te escandalizó, que aún no hace ocho días sorprendiste abusando del vino o metido en cualquier otro desorden, ¿quién te dice que a estas horas no esté ya convertido, y sea ya agradable a Dios?


_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Jue May 14, 2009 1:30 pm    Asunto: El Santo Cura de Ars y el Sermón sobre la Caridad
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

LA LIMOSNA Y SU INCUMPLIMIENTO

¿Quieres saber, amigo mío, por qué hallas tantos pretextos para eximirte de la limosna?

¿Saben, hermanos míos, por qué nunca tenemos algo para dar a los pobres, y por qué nunca estamos satisfechos con lo que poseemos? No tienen con qué hacer limosna, pero bien tienen con qué comprar tierras; siempre están temiendo que la tierra les falte. ¡Ah! amigo mío, deja llegar el día en que tengas tres o cuatro pies de tierra sobre tu cabeza, entonces podrás quedar satisfecho.
¿No es verdad, padre de familia, que no tienes con qué dar limosna, pero lo posees abundante para comprar fincas? Di mejor, que poco te importa salvarte o condenarte, con tal de satisfacer tu avaricia. Te gusta aumentar tus caudales, porque los ricos son honrados y respetados, mientras que a los pobres se los desprecia.

¿No es verdad, madre de familia, que no tienes nada para dar a los pobres, pero es porque has de comprar objetos de vanidad para tus hijas, has de comprarles pañuelos con encajes, han de llevar bien adornado el cuello y el pecho, has de regalarles pendientes, cadenas, una gargantilla? “¡Ah!, me dirás, aunque les haga llevar todo esto, que es necesario, no pido nada a nadie; no puede Ud. enojarse por ello”. Madre de familia, yo te digo ahora esto porque viene a tono, para que en el día del Juicio tengas bien presente que te lo advertí: no pides nada a nadie, es verdad; mas debo decirte que no resultas menos culpable, tan culpable como si, yendo de camino, hallases a un pobre y le quitases el poco dinero que lleva. “¡Ah!, replicarás, si gasto este dinero para mis hijos, sé muy bien lo que me cuesta”. Mas yo te diré también, aunque no me hagas caso, que a los ojos de Dios eres culpable, y esto es suficiente para perderte.


_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Mar May 19, 2009 10:28 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Me preguntarás por qué razón.
Amigo mío, porque tus bienes no son más que un depósito que Dios ha puesto en tus manos; fuera de lo necesario para tu sustento y el de tu familia, lo demás es de los pobres.

¡Cuántos hay que tienen atesorada gran cantidad de dinero, al paso que tantos pobres mueren de hambre! ¡Cuántos otros poseen gran abundancia de vestidos, mientras muchos pobres padecen frío ! ¿Es que, amigo mío, no estás en condiciones, no tienes con qué hacer limosna, puesto que sólo dispones de tu salario?

Si quisieras, tendrías fácilmente algo que dar a los pobres; bien tienes para llevar tus hijas a la condenación, bien tienes con qué ir al café, a la taberna, al baile.

Me dirás, empero: “Nosotros somos pobres; apenas tenemos lo necesario para vivir”. Amigo mío, si el día de la fiesta mayor no gastases tan superfluamente, algo te quedaría para los pobres.


No ahondemos más, bastante clara está la verdad: no vamos a fastidiarlos con enumeraciones prolijas. Si los Santos hubiesen obrado como nosotros, tampoco habrían hallado con qué dar limosna; mas ellos sabían muy bien cuán necesaria les era para su santificación, y ahorraban cuanto les era posible a tal objeto, y así disponían siempre de algunas reservas.

Por otra parte, la caridad no se practica sólo con el dinero. Pueden muy bien visitar a un enfermo, hacerle un rato de compañía, prestarle algún servicio, arreglarle la cama, prepararle los remedios, consolarlo en sus penas, leerle algún libro piadoso.
Yo me imagino la cara de las personas al escuchar al Santo Cura de Ars Laughing subido al púlpito y desde ahí lanzar tales palabras.
Como saben, el Santo cura tenía muchos enemigos, a los cuales no les gustaban sus sermones.
Sin embargo, creo que a cada época corresponde el tipo de sacerdocio que se necesita. En ésos tiempos y en ése lugar, se necesitaban ésas palabras y en ése tono, porque recordemos que era gente ruda, acostumbrada al trabajo rudo, que no dura, porque duro es una cosa y rudo es otra.
Rudo es de fuerte, grosero (que no es decir groserías o malas palabras, sino a medio terminar, por decirlo de alguna manera, burdo)
Asi era el Santo cura y muchas de las personas a las que les hablaba, eran ricas y pudientes, duras) ¿Te imaginas al Santo cura decir ésto ante una mujer enjoyada y encopetada?
Sin embargo, el santo Cura era misericordioso también y les decía "Hijito" tienes que hacer tal o cual. Tú puedes hacerlo. Y les decía porqué era conveniente hacerlo.

Quiero hacer un pequeño requiebro hacia comentarios que se hacen acerca de las famosas riquezas del Vaticano, refiriéndose a los palacios y mobiliario. Creo que todos hemos escuchado el famoso "si el Vaticano vendiera las obras de arte que tiene ahí, a cuántos pobres podría ayudar"

Olvidando que cada objeto, mueble, edificio ha sido donado por personas de buena voluntad y mejor corazón como una forma de agradecimiento a Dios, como una forma de penitencia algunos, como una forma de petición otros; al igual que la mujer que lavó sus cabellos con caros perfumes.

Y que dichas obras de arte, mobiliario y demás, han sido y son también medios de evangelización y por lo tanto, no son obras de arte nadamás por el gusto de tenerlas, sino medios para evangelizar a las personas.
Sería ir en contra de la voluntad de Dios el venderlas y dejar de cumplir con el cometido que se ha dado a la Iglesia: llevar el Evangelio.

La famosa riqueza del Vaticano no existe. Lo recaudado se da a los pobres, a los necesitados en forma de asilos, escuelas, evangelización, hospitales, etc. etc., cumpliendo lo que la Iglesia predica: la oración, la limosna y el ayuno.
Que es orar por sí y por otros, dar a los otros ayuda en sus necesidades económicos, morales, espirituales y ayunar que no sólo es privarse de alimento de forma ritual o ceremonial, sino privarse de pequeños gustos, en bien de los demás.
De hecho, el mismo celibato es un ayuno si lo queremos ver de ésa manera.

_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Vie May 22, 2009 5:54 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

No obstante, en honor de la verdad, hay que reconocer que generalmente sienten inclinación a socorrer a los desgraciados, y se compadecen de sus miserias. Mas veo también cómo son contados los que dan la limosna en forma adecuada para hacerse acreedores a una espiritual recompensa, según van a ver: unos lo hacen a fin de ser tenidos por personas de bien; otros, por sentimentalismo, porque se sienten conmovidos ante las miserias ajenas; otros, para que se los aprecie, para que les digan que son buenos y sea alabada su manera de vivir; algunos, tal vez hasta para que les paguen con algún servicio, o en espera de algún favor. Pues bien, todos esos que, al dar limosnas, tienen únicamente tales miras, carecen de las cualidades necesarias para hacer que la caridad sea meritoria. Hay quienes tienen sus pobres predilectos a los cuales les darían cuanto poseen; mas para los otros muestran un corazón cruel. Portarse así no es más que obrar como los gentiles, los cuales, a pesar de todas sus buenas obras, no lograrán su salvación.

Mas, pensarán ustedes, ¿cómo debe hacerse la limosna para que sea meritoria? Atiendan bien, que en dos palabras voy a decírselos: en todo el bien que hacemos a nuestro prójimo, hemos de tener como objetivo el agradar a Dios y salvar nuestra alma.

Cuando vuestras limosnas no vayan acompañadas de estas dos intenciones, la buena obra resultará perdida para el cielo. Esta es la causa por la que serán tan escasas las buenas obras que nos acompañen en el tribunal de Dios, pues las realizamos de una manera muy humana. Nos complace que se nos agradezcan, que se hable de ellas, que se nos devuelvan con algún favor, y hasta nos gusta hablar de nuestras buenas acciones para manifestar que somos caritativos. Tenemos nuestras preferencias; a unos les damos sin medida, mas a otros nos negamos a darles nada, antes bien los despreciamos.


_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Dom May 24, 2009 1:48 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Cuando no queramos o no podamos socorrer a los indigentes, cuidémonos de no despreciarlos, pues es al mismo Jesucristo a quien despreciamos. Lo poco que demos, démoslo de corazón, con la mira de agradar a Dios y satisfacer por nuestros pecados. El que tiene verdadera caridad no guarda preferencias de ninguna clase, lo mismo favorece a sus amigos que a sus enemigos, con igual diligencia y alegría da a unos que a otros. Si alguna preferencia hubiésemos de tener, sería para con los que nos han dado algún disgusto. Esto es lo que hacía San Francisco de Sales. Algunos, cuando han favorecido a alguien, si los favorecidos les causan después algún disgusto, enseguida les echan en cara los servicios que les prestaron. Con esto se engañan, ya que así pierden toda recompensa. ¿No saben que aquella persona les ha implorado caridad en nombre de Jesucristo, y que ustedes la han socorrido para agradar a Dios y satisfacer por sus pecados ?

El pobre no es más que un instrumento del cual Dios se sirve para impulsarlos a obrar bien

Vean todavía otro lazo que el demonio les tenderá con frecuencia, y con el cual sorprende a muchas almas: consiste en representar nuestras buenas acciones ante nuestra mente, para que nos gocemos en ellas, y así, de este modo, hacernos perder la recompensa a que nos hicimos acreedores. Así pues, cuando el demonio nos pone delante tales consideraciones, hemos de apartarlas presto, como un mal pensamiento

Conclusión. ¿Qué debemos sacar de todo esto? Que la limosna es de gran mérito a los ojos de Dios, y tan poderosa para atraer sobre nosotros sus misericordias, que parece como si asegurase nuestra salvación. Mientras estamos en este mundo, es preciso hacer cuantas limosnas podamos; siempre seremos bastante ricos, si tenemos la dicha de agradar a Dios y salvar nuestra alma; mas es necesario hacer la limosna con la más pura intención, esto es: todo por Dios, nada por el mundo. ¡Cuán felices seríamos si todas las limosnas que hayamos hecho durante nuestra vida nos acompañasen delante del tribunal de Dios para ayudarnos a ganar el cielo! Ésta es la dicha que os deseo


Pues bien, llegamos al final de éste Sermón que espero haya sido provechoso para todos.
Marqué con letras grandes algo que considero importante
Cita:
Conclusión. ¿Qué debemos sacar de todo esto? Que la limosna es de gran mérito a los ojos de Dios, y tan poderosa para atraer sobre nosotros sus misericordias, que parece como si asegurase nuestra salvación

La limosna es de gran mérito a los ojos de Dios, porque atrae sobre nosotros sus misericordias o sea que si la realizamos de corazón, con los ojos puestos en agradar a Dios no para obtener algún beneficio, Dios nos dará nuestra recompensa cuando estemos ante El.
Y todavía más importante, dice que parece como si asegurase nuestra salvación. PARECE, pero no es suficiente.
Como Jesús le dijo al joven: "Vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres" y sígueme.
Si no tenemos la intención de seguir a Jesús, de nada nos sirve que demos todo lo que tenemos.
Jesús es el camino, la verdad y la vida.

_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Mie May 27, 2009 11:49 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Paz y bien

Continuando con los escritos del Santo Cura de Ars, San Juan B. María Vianney, encontré un sermón sobre el Aplazamiento a la conversión, el cual les comparto con mucho gusto. Iré poniendolo poco a poco, para poder disfrutarlo, pero sobre todo para asimilarlo y hacerlo nuestro.

«Yo me voy, me buscareis, y moriréis en vuestro pecado» [Jn 8,21].

Cita:
Sí, hermanos míos, es una gran miseria, una profunda humillación para nosotros, el haber sido concebido en pecado original, ya que por él venimos al mundo como hijos de maldición; es indudablemente, otra muy gran miseria en vivir en pecado; Mas el colmo de todas las desdichas es morir en él, es cierto, hermanos, que no pudimos evitar el primer pecado, o sea, el de Adán; pero podemos fácilmente evitar aquel en que caemos tan voluntariamente, y una vez caídos, podemos deshacernos de su opresión con la gracia de Dios.

¡Ay! ¿Cómo podemos permanecer en un estado que nos expone a tanta desdicha por toda una eternidad? ¿Quién de nosotros, no temblará al oír a Jesucristo cuando nos dice que un día el pecador le buscará, pero no le hallará, y morirá en su pecado?

Dejo a vuestra consideración el considerar el estado en que descansa quien vive tranquilo en pecado, siendo la muerte tan cierta y tan insegura el momento.
Con gran razón nos dice el Espíritu Santo que los pecadores se han extraviado en su marcha, que sus corazones se cegaron que sus espíritus quedaron cubiertos de las más espesas tinieblas, y que su malicia acabo por engañarlos y perderlos. Dilataron su vuelta al Señor para un tiempo que no les será concedido, esperaron tener una buena muerte, viviendo en pecado; pero se engañaron, ya que su muerte será muy desgraciada a los ojos del Señor. [Sb 5,6].

Hermanos míos, tal es, precisamente la conducta de la mayor parte de los cristianos de nuestros días, los cuales viviendo en pecado, esperan siempre tener una buena muerte, confiando en que dejarán el estado de culpa, que harán penitencia, y que antes de ser juzgados, repararán los pecados que cometieron. Más el demonio los engaña, y no saldrán del pecado más que para ser precipitados al infierno.


_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Sab May 30, 2009 6:06 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Paz y bien.
Cita:
Para haceros comprender mejor la ceguera de los pecadores, voy a mostraros:
1º. Que cuanto más retrasamos en salir del pecado y volver a Dios, mayor es el peligro en que nos ponemos de perecer en la culpa, por la sencilla razón de que son más difíciles de vencer las malas costumbres adquiridas;

2º. Cada vez que despreciamos una gracia, el Señor se va apartando de nosotros, quedamos más débiles, y el demonio toma mayor ascendiente sobre nuestra persona. De aquí concluyo que, cuanto más tiempo permanecemos en pecado, en mayor peligro nos ponemos de no convertirnos nunca.

2º ¡Hablar yo, hermanos, de la muerte desgraciada de un pecador que muere en pecado, a cristianos que tantas veces han sentido ya la felicidad de amar a un Dios tan bueno y que, por la luz de la fe, conocen la magnitud de los bienes que Jesucristo prepara para los que conserven su alma exenta de pecado! Tal manera de hablar seria mejor para dirigirse a paganos que no conocen a Dios e ignoran las recompensas que promete a sus hijos.

¡Oh Dios mío! ¡Qué ciego es el hombre al dejar perder tantos bienes y atraer sobre sí tantos males, permaneciendo en pecado! Si pregunto a un niño: “¿para que fin Dios te ha creado y te ha conservado hasta el presente?” Me responderá: “Para conocerle, amarle, servirle, y por este medio alcanzar la vida eterna”. Más si yo dijese: ¿porque no hacen los cristianos lo que deben para merecer el cielo? Me diría, “esto proviene que han perdido de vista los bienes del cielo, y piensan hallar toda su felicidad en las cosas creadas”. El demonio los engañó y los engañará aun; viven sumidos en su ceguera y en ella perecerán, por más que tenga la esperanza de salir un día del pecado.



_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Mar Jun 02, 2009 5:50 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Prosigo con el Sermón del Santo Cura de Ars sobre el aplazamiento a la conversión

Cita:
Decidme, ¿no estamos viendo todos los días a personas que viven en pecado, y que desprecian todas las gracias que Dios les envía? Buenos pensamientos, buenos deseos, remordimiento de conciencia, buenos ejemplos, la Palabra de Dios. Siempre seguros de que Dios los recibirá cuando tengan a bien retornar a Él, no se dan cuenta en su ceguera que, durante ese tiempo, el demonio les va preparando sitio en el infierno.
¡Oh ceguera! ¡Cuantos has echado al infierno, y a cuantos arrojará hasta el fin del mundo!

En segundo lugar; esta consideración debe hacer temblar a un pecador que permanece en el pecado, aunque tenga la esperanza de salir de él. Ante todo, hermanos, no sois vosotros tan ignorantes para no saber que un solo pecado mortal será la causa de que nos perdamos para siempre, si llegamos a morir sin confesarlo, sin haber obtenido el perdón.

En tercer lugar, sabemos muy bien que Jesucristo nos recomienda que estemos siempre preparados, pues nos hará salir de este mundo en el momento más inesperado; y si no dejamos el pecado antes que nos llame a otra vida, nos castigará sin misericordia.
¡Oh Dios mío! ¡Podremos vivir tranquilos en un estado que nos expone a caer en los abismos! Y si esto no es bastante para conmoveros, oídme por un momento, o mejor, abrir el Evangelio, y veréis si se puede vivir tan tranquilo, como vosotros vivís, en pecado.

Sí, hermanos, todo os está advirtiendo que, si no salís pronto del pecado, vais a perecer: los oráculos, las amenazas, las comparaciones, las figuras, las parábolas, los ejemplos, todo aquello os dice que, o bien no podréis convertiros, o bien no queréis hacerlo. Oíd lo que el mismo Jesucristo dice al pecador: «Caminad mientras brilla delante de vosotros la luz de la fe» [Jn 12,35] , para evitar despreciando esa guía, os extraviéis para siempre. En otro lugar nos dice: «Vigilad, vigilad continuamente» [Mc 13,33] , ya que el enemigo de vuestra salvación trabaja constantemente para perderos. Y, además, orad, orad sin cesar para atraer sobre vosotros los auxilios del Cielo, pues oíd, vuestros enemigos son muy poderosos y astutos. Nos dice [Jesucristo]: ¿A que tanto empeño, a que vivir tan ocupado en vivir en las cosas temporales y en los placeres, si dentro de unos momentos lo habréis de abandonar todo? Jesucristo a los pecadores al decirles, que si no quieren volver a Él cuando les ofrece su gracia, días vendrá en que le buscarán implorando misericordia, más Él los despreciará, y a fin de no dejarse conmover por sus oraciones y lágrimas, se tapará los oídos y huirá de ellos.

¡Oh, Dios mío! ¡Que desdicha ser abandonado de Vos! ¡Oh, H. M.! ¡Cómo podremos vivir en esto sin morir de dolor! Sí, hermanos, si sois insensibles a estas palabras, es que ya estáis perdidos. ¡Ah, pobre alma, llora ya desde hoy los tormentos que se te están preparando para la otra vida!

Paz y bien.
Recuerdo un cuadro de mi abuelita que me daba pánico, cada vez que lo veía. Era uno muy famoso en donde van muchas personas caminando por el mismo camino y en una encrucijada se bifurca el camino en dos: en uno prosiguen personas en constante fiesta, engalanadas y en el otro prosiguen personas apoyánsode unas a otras, menesterosos, enfermos, con muletas.
Uno va a las llamas y en el otro los esperan los ángeles.

Leyendo lo que nos dice el Santo Cura de Ars, me doy cuenta que muchas de las personas que toman el camino hacia las llamas, lo hacen sin ni siquiera darse cuenta de ello. Van tan enfrascadas en sus hábitos y costumbres, en sus adiciones que simplemente caminan sin ver hacia dónde.
El domingo pasado, Día de Pentecostés, el Padre hizo hincapié en algo: el miedo que tenían los discípulos, tanto que se encontraban reunidos en una sóla habitación. Y nos preguntaba si el miedo es malo o es bueno.
Y llegó a la conclusión de que es bueno porque nos hace ver que no podemos sólos, que somos pequeños, que necesitamos de la ayuda de Dios.
Los discípulos se hallaban reunidos, temerosos. Primero había muerto Jesús, lo habían enterrado y se sentían culpables. Y trmerosos tanto del poder de Dios como de los hombres.
Después con la Resurrección llegó a ellos la alegría de la Salvación. Jesús en su infinita misericordia regresó a darles el perdón.
Vivieron una "luna de miel" junto a El durante 40 días y finalmente, en la Ascensión regresó al Padre.
Y volvió el miedo. Ya no estaba con ellos.
Se les había olvidado que Jesús prometió enviar su Espíritu Santo, el que nunca los abandonaría.

Asi somos. Nos sentimos culpables de nuestras miserias, somos perdonados y volvemos a las andadas, nos olvidamos de Dios. Asi que no sólo los que vemos borrachos o en constante fiesta, también nosotros que creemos que somos buenos, no lo somos.

Al no encontrar el cuadro que tenía mi abue, les comparto éste del Cielo y el infierno de una pintora mexicana Carmen Lomas 1991
_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Vie Jun 05, 2009 5:42 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Cita:
¡Oh, Dios mío! ¡Que desdicha ser abandonado de Vos! ¡Oh, H. M.! ¡Cómo podremos seguir en esto sin morir de dolor! Sí, hermanos, si sois insensibles a estas palabras, es que ya estáis perdidos. ¡Ah, pobre alma, llora ya desde hoy los tormentos que se te están preparando para la otra vida!

Prosigamos, H. M., oigamos al mismo Jesucristo, y veremos si nos es dado vivir seguros queriendo permanecer viviendo en el pecado. «Sí, nos dice; vendré como un ladrón, que procura sorprender al dueño de la casa en el momento en que más confiado duerme» [Mt 24,43]; nos dice igualmente, que la muerte vendrá a cortar el hilo de la vida criminal del pecador en el mismo momento en que su conciencia estará cargada de crímenes, y habrá tomado la buena resolución de librarse de ellos, sin haberlo hecho todavía. En otro lugar nos dice que nuestra vida transcurre «con la velocidad de un rayo que cruza de Oriente a Occidente» [Mt 24, 27]; hoy vemos a un pecador lleno de vida y rebosando de salud, con la cabeza llena de mil proyectos, y mañana las lágrimas de los suyos nos advierten que ya no es de este mundo, del cual ha salido sin saber porque había venido, ni para que fin. Ese insensato vivió ciego y murió tal como había vivido. Nos dice, además, Jesucristo que la muerte es el eco de la vida, para darnos a entender que aquel que vive en pecado, es casi seguro que morirá en pecado.

Ejemplo 1. Leemos en la historia que cierto hombre hizo del dinero su “dios”; al caer enfermo, ordenó que le trajesen una gaveta llena de oro para gozarse en el placer de contarlo, y cuando ya no tuvo fuerzas para ellos, puso su mano debajo del montón hasta que murió.

Ejemplo 2. De otro se cuenta que, cuando el confesor le presentó un crucifijo para moverle a contrición dijo; “si este crucifijo fuese de oro, valdría muy bien tanto...” ¡Ah! El corazón del pecador, no deja el pecado tan fácilmente como se cree. “Vida de pecador, muerte de réprobo”.

¿Que quiere enseñarnos Jesucristo, con aquella parábola de las vírgenes prudentes y de las vírgenes fatuas, según la cual fueron bien recibidas porque entraron con el esposo, mientras que las otras hallaron cerrada la puerta? Con ello quería Jesucristo mostrarnos la conducta de la gente del mundo: las vírgenes prudentes representan a los buenos cristianos que se hallan siempre preparados para comparecer delante de Dios, cualquiera en que sea el momento en que los llame; las vírgenes fatuas son la figura de los malos cristianos, que creen constantemente que les va a quedar tiempo para prepararse y convertirse, salir del pecado y hacer obras buenas. Así pasan la vida, y llega la muerte; pero ellos no tienen en su haber más que maldades y nada bueno. La muerte les da el zarpazo, Jesucristo los llama a su Tribunal para que rindan cuenta de su vida; entonces quisieran poner en orden su conciencia, se inquietan; quisieran dejar el pecado; pero ¡ay! No tienen ni tiempo, ni fuerza suficiente, ni tal vez la gracia que seria necesaria. Al suplicar a Dios que tenga de ellos compasión y sea misericordioso, les responde que no los conoce, les cierra la puerta: es decir, les arroja al infierno.

Ved H. M., el destino de muchísimos pecadores que viven muy tranquilos en el pecado. Pobre alma ¡qué desdichada eres al tener que morar en un cuerpo con que tanto furor te arrastra al infierno! ¡Ah! Amigo mío, ¿porque quieres perder tú esa pobre alma? ¿Que mal te ha hecho para condenarla a tantas desdichas?... ¡Oh Dios mío, que ciego es el hombre!...


_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Dom Jun 07, 2009 3:15 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Cita:
En segundo lugar, he de deciros que en el comportamiento de Esaú hallamos el verdadero retrato del hombre que se pierde, vendiendo su patrimonio por un plato de lentejas. Durante algún tiempo, Esaú, “vivió totalmente insensible a su perdida” [Gen 25, 34] , solamente pensaba en divertirse y entregarse a sus placeres; llega, sin embargo, el momento en que entra en sí mismo, recordando la falta cometida; pero cuanto más reflexiona, más se convence de la magnitud de su ceguera.

Desconsolado por su desgracia, mira si será posible una reparación; usa de las suplicas, de las lágrimas, de los sollozos, para procurar mover el corazón de su padre; pero es demasiado tarde: el padre ya dio su bendición a otro, sus suplicas son desatendidas, sus estancias no son escuchadas. En vano se inquieta, no hay más remedio que resignarse a permanecer en la miseria y morir en ella.

Ved aquí, H. M., lo que acontece en todo tiempo al pecador: vende a Dios, a su alma, y el lugar que en el cielo tiene destinado, por menos de un plato de lentejas, esto es, por el placer de un instante, por un pensamiento de odio, de venganza, por una mirada o un tocamiento deshonesto consigo mismo o con otros, por un puñado de tierra, por un vaso de vino.

¡Ah! ¡Porque miseria eres entregada, o alma hermosa! Vemos también en efecto a esos pecadores vivir tranquilos por algún tiempo, tan en paz, a lo menos aparentemente, como si en su vida no hubiesen realizado más que obras buenas.
Unos piensan en sus placeres, otros en los bienes de este mundo; pero como aconteció a Esaú, llegan el momento en que reconocen su falta, quisieran poderla reparar, pero es demasiado tarde. Gimiendo y derramando lágrimas, conjuran al Señor para que les devuelva los bienes que ellos vendieron, esto es, el cielo; pero el Señor hace cual el padre de Esaú, les responde que dio su lugar a otro. ¡Ay! en vano ese pobre pecador exclama e implora misericordia, no tiene más remedio que resignarse a permanecer en su miseria y precipitarse en el infierno. ¡Oh, Dios mío! ¡Qué desdichada a los ojos del Señor la muerte del pecador!

¡Ay! Cuantos hacen como el desgraciado Sísara, a quien una pérfida mujer adormeció dándole a beber un poco de leche, y se aprovechó de aquella oportunidad para quitarle la vida, sin que el infeliz tuviese lugar a llorar la ceguera que significaba el poner la confianza en aquella pérfida [Judic 4]. Así también ¡cuantos pecadores hay a quienes la muerte se lleva tan rápidamente, que no les deja tiempo para llorar la ceguera de haber permanecido en el pecado! ¡Cuantos hay también que imitan al impío Antíoco, que reconocen sus crímenes, los lloran e imploran misericordia sin que les sea dado obtenerla, y descienden al infierno lanzando esas desesperantes suplicas no atendidas. Y este es, el fin de innumerables pecadores. No cabe duda, de que ninguno de nosotros quisiera tener una muerte desgraciada, en lo cual no andamos ciertamente fuera de razón; más lo que me desconsuela, es que viváis en pecado, y estéis en gran peligro de perecer en él. No soy tan solo yo quien lo dice, sino que es el mismo Jesucristo quien lo asegura.

Paz y bien.
Les comparto la historia de Esaú y Jacob:

Nuestra historia empieza en Génesis 25. Isaac tenía cuarenta años cuando se casó con Rebeca. Por veinte años no tuvieron hijos. Isaac sabía que la promesa de Dios de bendecir al mundo iba a cumplirse por medio de sus hijos. Por eso, él oró a Dios y Dios abrió el vientre de Rebeca. Ella concebió y gemelos comenzaron a desarrollarse.

Una lucha empezó en su vientre. Llegó a ser tan violenta que ella fue a consultar al Señor. El Señor respondió que dos pueblos estuvieron dentro de ella. Uno sería más fuerte que el otro, y que el mayor serviría al menor. Note Ud. que esta profecía fue dada antes de que los niños nacieran, y antes que habían hecho alguna cosa buena o mala. Muchos años después, el apóstol Pablo hizo referencia a esta historia en el libro de Romanos para comprobar la presciencia y la soberanía de Dios.

Esaú nació primero. Era "rubio y todo velludo como una pelliza". Su hermano gemelo, Jacob, nació con su mano sobre el calcañar de Esaú. El nombre "Jacob" no es un nombre elogioso. Viene de la palabra griega que significa "engañar". El nombre de Jacob fue, también, una indicación que él sería un engañador. Esta naturaleza engañadora dominaría durante la primera parte de su vida, pero más tarde llegaría a ser un hombre muy piadoso.

Dos historias bien conocidas ilustran el conflicto y el contraste entre estos dos hermanos. La primera es cuando Esaú vendió su primogenitura a Jacob por una porción de potaje. Esaú se fue a cazar. No cazó nada, y regresó a casa hambriento. Jacob estaba preparando un guisado que se llama "potaje". Jacob quería la primogenitura de Esaú, y Esaú la dio a Jacob por una sola comida. Su "primogenitura" incluía, entre otras cosas, el servir como sacerdote al altar familiar. En la época de los Patriarcas, el mayor de los varones de la familia era también el sacerdote.

Esaú despreció su primogenitura. No quería ser un sacerdote. El vendió su primogenitura por un potaje. Más tarde, el libro de Hebreos describiera a Esaú como "profano" o "irreligioso" porque vendió su primogenitura "por una sola comida". (Hebreos 12:16) Job dijo una vez que guardó las palabras de Dios más que su comida. (Job 23:12) Desgraciadamente, Esaú no era como Job.

La segunda historia famosa recuenta cómo Jacob obtuvo la bendición de su hermano. Su padre, Isaac, estaba por morir. Esaú era su hijo favorito. Isaac mandó a Esaú al campo a cazar venado para luego prepararle la carne sabrosa, que le gustaba. Después de comer esta comida, Isaac prometió darle a Esaú su bendición patriarcal.

No obstante, Rebeca alcanzó a escuchar esta conversación. Jacob era su hijo favorito, ella quería que él recibiera la bendición. Siendo que Isaac era ciego, ellos conspiraron para engañarle. Prepararon cabritos para que tuvieran sabor de carne de venado. Jacob se vistió de la ropa de su hermano, y puso las pieles de los cabritos en las manos y la parte de su cuello donde no tenía vello. Isaac comió esta comida sabrosa, y dio su bendición a Jacob. Isaac había sido engañado. Pensaba que estaba bendeciendo a Esaú, pero en realidad dio la bendición a Jacob.

La "primogenitura" hizo de Jacob un líder espiritdual. La "bendición" le hizo rico. La bendición de Isaac le prometió a él: "Dios te dé del rocío del cielo y de lo más preciado de la tierra: trigo y vino en abundancia. Que los pueblos te sirvan, y las naciones se postren ante ti. Sé señor de tus hermanos, y póstrense ante ti los hijos de tu madre. Sean malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan.": (Génesis 27:28-29)

En la lección que sigue, aprenderemos cómo el nombre de Jacob fue cambiado a "Israel". Veremos cómo Dios ayudó a Jacob el engañador, para llegar a ser Israel, el Príncipe de Dios.

Sin embargo, por favor, note Ud. la diferencia básica entre Esaú y Jacob. Esaú puso su mirada en la cosas mundales. Despreció su primogenitura, y la vendió por un potaje. No obstante, quería la bendición y la perseguió diligentemente con lágrimas. No quería estar metido en la religión, pero, sí, quería ser rico. La Biblia dice que Esaú era "astuto". Su habilidad, sin embargo, no lo ayudó en triunfar sobre Jacob. No hay substituto por la bendición de Dios.

Mientras Esaú era astuto, la Biblia dice que Jacob era "quieto". Esta palabra significa "sosegado" o "pacifico". Mientras Esaú puso la mirada en cosas de la tierra, Jacob tenía interés en cosas espirituales. Él realmente guería la primogenitura que Esaú había despreciado. Jacob era un pecador. No debemos pasar por alto sus mentiras y engaños. Sin embargo, el foco y la dirección de su vida son un buen ejemplo para todos.

Los dos, Esaú y Jacob, murieron ya hace más de 2,000 años atrás. Cuales quiera tesoros terrenales que tuvieran ya hace mucho tiempo han desaparecido. Jesús nos enseña que no debemos preocuparnos tanto por los teroros de la teirra. La polilla y el orín los corrompen y ladrones los minan y hurtan.

_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Sab Jun 13, 2009 1:07 am    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Prosigo con el Sermón del Santo Cura de Ars sobre el Aplazamiento de la conversión.
Cita:
¿No es verdad, amigo mío, que estás pensando: dejemos hablar al cura, y hagamos nosotros nuestra vida ordinaria? ¿Sabes, amigo mío, lo que te acontecerá dejando hablar al cura?
Y –¿Qué quiere usted que me acontezca?
–Pues, amigo mío, que te condenarás.
–Más yo confío que no será así, pensarán tal vez; hay tiempo para todo. – Amigo mío, podemos tener tiempo para llorar y para sufrir, pero no para convertirnos; y para que te convenzas voy a contarte un ejemplo espantoso.

Ejemplo 3: Refiérese en la historia que un hombre de mundo, que durante largo tiempo había vivido en el mayor desorden, se convirtió y perseveró una temporada en aquellas buenas disposiciones; pero al fin recayó, sin pensar ya más en volver a Dios.

Sus amigos no cesaban de orar por él; más él despreciaba todo cuanto le advertía para su bien. En aquella misma época se anunciaron ejercicios [ejercicios espirituales] , los cuales debían realizarse al poco tiempo. Se creyó que aquellas circunstancia serian oportunas para mover al pecador aquel a aprovechar la ocasión que Dios le ofrecía de poder entrar de nuevo en el camino de la salvación.

Tras muchas suplicas e instancias por parte de sus amigos, y después de haber él rehusado y resistido obstinadamente, al fin accedió, dando palabra que asistiría a los ejercicios con los demás. Más ¡ay! ¿Que aconteció? ¡Qué temibles e impenetrable son los juicios de Dios! A la mañana misma en que se le esperaba, que era el día en que los ejercicios iban a comenzar, se supo que aquel hombre había sido hallado muerto en su casa, sin conocimiento, sin socorro alguno, sin sacramentos.
¿Nos convencemos de una vez, H. M., de lo que es vivir en pecado con la esperanza de que un día saldremos de él?

¡Ay, hermanos míos! Abusamos del tiempo cuando disponemos de él, despreciamos las gracias que Dios nos ofrece, más, frecuentemente el Señor para castigarnos, nos la quita, cuando querríamos aprovecharla. Si al presente no determinamos portarnos bien, quizá al quererlo, no nos será posible. ¿No es verdad que pensáis confesaros algún día, y entonces dejar el pecado y hacer penitencia?
–Ésta es ciertamente mi intención.
– Esta es tu intención amigo mío, pero yo voy a decirte lo que harás y lo que vas a ser. Actualmente estás en pecado; no me lo negarás: pues bien, después de tu muerte te condenarás.
- Y ¿qué sabe usted?
- Si no lo supiese no te lo diría. Además, voy a demostrarte que viviendo en pecado, aun con la esperanza de salir de tal estado, no lo harás, hasta queriéndolo de corazón, y entonces comprenderás lo que es el despreciar el tiempo y las gracias que en determinado momento nos ofrece Dios.

_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Dom Jun 14, 2009 9:08 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Cita:
Ejemplo 4. Refiérese en la historia que cierto extranjero, pasando por Donzenac [ese extranjero se llamaba Lorrain y era librero de profesión] , se dirigió a un sacerdote para que le oyera en confesión; más el sacerdote, no sé porque causa, lo rechazó. De allí se fue a una ciudad llamada Brives. Se presentó al procurador del rey y le dijo, os ruego que me encarceléis, [Lorrain dijo al procurador que desde hace algún tiempo se había dado al demonio]; le ruego que me encarceléis, y he oído decir siempre que no hay poder que valga contra los que están en manos de la justicia.

Le responde el procurador: –no sabes lo que es estar en manos de la justicia, una vez en su poder no se sale de cualquier manera
- No importa, señor, encarceladme. El procurador imaginó que aquel hombre estaría loco, por lo cual encarcelándole, y hasta conversando con él por más tiempo, se exponía a las burlas del publico. En aquel momento vio pasar por la calle a un sacerdote conocido, que era confesor de las Ursulinas; le llamó y le dijo: “Padre, tomad la bondad de tomar este hombre bajo vuestros cuidados”. Y dirigiéndose a aquel hombre: “Amigo mío, le dijo, seguid a este sacerdote y haced lo que él os diga.

Dicho sacerdote, después de hablar un rato con el infeliz, pensó como el procurador del rey, que tenía enajenadas las facultades mentales; y le rogó que se dirigiese a otra parte, ya que él no podía encargarse de su conducta.
Aquel pobre desagraciado, no sabiendo ya dónde acudir, se fue a dos distintas comunidades a pedir un sacerdote que le confesase. En una se le dijo que los padres estaban descansando, pues debían levantarse a la media noche; en la otra pudo hablar con un padre que le despidió para que volviese al día siguiente. Mas aquel pobre infeliz, se echo a llorar, exclamando: ¡Oh! Padre mío, si no tiene piedad de mí estoy perdido; dijo que se había entregado al demonio; y el plazo termina esta noche. “Idos, amigo mío, –le respondió el padre–, y enconmendaos a la Santísima Virgen. Le entregó un Rosario y le despidió. Al pasar por una plaza, llorando de pena por no haber podido hallar un confesor entre tantos sacerdotes como en aquellas comunidades había, vio un grupo de vecinos que estaban conversando, y les pidió si por ventura entre ellos habría alguno que quisiera hospedarle aquella noche. Se hallaba entre ellos un carnicero, quien le dijo que podía seguirle a su casa. Cuando estuvieron en ella, aquel pobre infeliz le contó qué desdichado era por haberse dado al demonio; creía él tener tiempo suficiente para confesarse, dejar el pecado y hacer penitencia, mas ningún sacerdote quiso confesarle.

El carnicero se extrañó de que todos aquellos sacerdotes hubiesen mostrado tanta falta de caridad.
–¡Ay! señor, bien reconozco que es permisión de Dios para castigarme por el tiempo y las gracias que desprecié–.
“Amigo mío”,–dijo el carnicero- “cabe aun recurrir a Dios”,
–¡Ay!, señor estoy perdido; ésta misma noche el demonio–dijo el carnicero– debe matarme y llevarse mi alma.
- El carnicero, según parece, no se fue a dormir, para indagar si aquel hombre había perdido el juicio, o si era verdad cuanto afirmaba.

En efecto, hacia la media noche, oyó un espantoso ruido, y gritos horribles como de dos personas de las que una estrangulase a la otra. Corrió el carnicero hacia el cuarto del infeliz, y vio al demonio que le arrastraba al patio. Horrorizado el carnicero, huyó a encerrarse en la casa: y al día siguiente, hallaron al infeliz colgado a guisa de carnero, en un gancho de la carnicería. El demonio le había arrancado un jirón de su capa y le estranguló y le colgó. El P. Lejeune, que refiere esto en uno de sus sermones, dice que lo oyó contar a uno que vio al infeliz colgado.

Ya veis, pues, hermanos, como el retardar nuestra conversión, nos exponemos con frecuencia a no convertirnos nunca. ¿No es cierto que, al caer enfermo, te has dado prisa en llamar a un sacerdote para confesarte, y hasta has concebido un temor grande de que no estuviese bien hecha la confesión? ¿No eres tú quien, en tu enfermedad, dijiste que era una gran ceguera esperar a la hora de la muerte amar a Dios, y que, si te devolvía la salud, te portarías mucho mejor hasta entonces, obrarais con mucho mayor juicio?
Amigo mío, o hermana mía, si nuestro Señor os devuelve la salud... ¡pobres hijos míos! No os fijáis en que vuestro arrepentimiento, no viene de Dios, o del arrepentimiento de vuestros pecados, sino solamente del temor al infierno.

Hacéis como Antíoco, que lloraba los castigos que sus crímenes atraían sobre sí; más su corazón no había cambiado, pues bien, hermanos míos, Dios te ha devuelto la salud que con tanta insistencia le pediste, prometiéndole que te portarías mejor.
Dime: una vez recobrada la salud, ¿te has vuelto mejor? ¿Ofendes menos a Dios? ¿Te has corregido de algún defecto? ¿Se te ve con mayor frecuencia a recibir los sacramentos? ¿Quiere que te diga lo eres? Helo aquí: antes de tu enfermedad te confesabas algunas veces al año; desde que el Señor te ha devuelto la salud, ni aun lo haces en Pascua.

¡Ay! ¡Cuantos entre los que me escuchan obran así! Más no tengáis cuidado, veréis como a la primera enfermedad, Dios os hará salir de este mundo; o hablando más claro, seréis arrojado al infierno. Muy bien, podéis ver como, permaneciendo en el pecado, aunque sea con la halagüeña esperanza de abandonarlo algún día, os estáis burlando de Dios.

Aguardaos, hermanos míos, y veréis qué chocante eso de creer que Dios os perdonará cuando vosotros os dé la gana de implorar su misericordia. Voy a poneros un ejemplo que, como otro ninguno, viene a tono con lo que hablamos.

Paz y bien.

No es ninguna casualidad que esté compartiendo éste sermón del Santo Cura de Ars, asi como no lo ha sido ninguno de los dos anteriores, sobre El Juicio Final y sobre La Caridad que he compartido con ustedes.

He buscado algunos otros que me han recomendado y "casualmente" no encuetnro ninguno. Asi pues, como pueden ustedes ver, no soy yo quien escribo, sino que lo hago porque he entregado mi voluntad al Espíritu santo pidiéndole haga de mí instrumento de su paz.

Y ésta serie de sermones los he ido encontrando en ése órden. Por alguna razón será. Sólo puede compartirles a modo de testimonio que yo también aplacé la conversión. Yo estaba arrepentida desde hacia mucho tiempo, mucho. Mis deseos de volver eran muchos.
Y buscaba a un sacerdote que no tuviera la cara de enojo, tenía tanto miedo al castigo. Y duré casi 20 años sin confesarme, viendo el confesorio y dicindome que después lo haría. Y finalmente un día decidí confesarme. Y no me creí que todo quedara en rezate un padrenuestro.
¿Cómo era posible?
Yo tenía que ser castigada en la medida de mi pecado!!.

Eso te da la idea del terrible orgullo en que me hallaba sumida. Hasta el castigo tenía que ser espectacular.
El día de hoy el P. de la capilla a la que asisto, nos recordaba que nuestra fé es como la semilla de mostaza y la misericordia de Dios es como un gran árbol. Y es tan cierto.
Recuerdo que además, después de confesarme, me sentía como que ahora que ya soy buena, me toca una gran rebanada de pastel. Y caí en un pozo tan profundo, tremendamente oscuro. Del que sólo la Caridad de Dios pudo rescatarme.
Fuí llevada con un psicólogo, con un hipnotizador, hasta que me llevaron con una doctora cristiana que empezó a leerme la biblia y a escucharme. Necesitaba tanto ser escuchada.

La caridad no se da sólo en nuestra comunidad, yo pude constatarlo. No estuve en su comunidad nunca, porque no pertenezco ahí, pertenezco a la iglesia católica desde mi nacimiento y antes de él. Pero Dios usa de instrumentos increíbles para recordarnos su presencia y cuál es nuestro lugar.
Encontré éstos foros.
Y después de tanto tiempo de estar lejos de la comunión, entiendo que nadie sufrió con ello, sólo yo.

Gracias a Dios pude regresar, ¿cuántos se quedan colgados como el ejemplo que pone el Santo Cura de Ars?

_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Sab Jun 20, 2009 12:11 am    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Prosigo con el Sermón sobre el Aplazamiento a la conversión del Santo Cura de Ars:

Cita:
Ya veis, pues, hermanos, como el retardar nuestra conversión, nos exponemos con frecuencia a no convertirnos nunca. ¿No es cierto que, al caer enfermo, te has dado prisa en llamar a un sacerdote para confesarte, y hasta has concebido un temor grande de que no estuviese bien hecha la confesión? ¿No eres tú quien, en tu enfermedad, dijiste que era una gran ceguera esperar a la hora de la muerte amar a Dios, y que, si te devolvía la salud, te portarías mucho mejor hasta entonces, obrarais con mucho mayor juicio? Amigo mío, o hermana mía, si nuestro Señor os devuelve la salud... ¡pobres hijos míos! No os fijáis en que vuestro arrepentimiento, no viene de Dios, o del arrepentimiento de vuestros pecados, sino solamente del temor al infierno. Hacéis como Antíoco, que lloraba los castigos que sus crímenes atraían sobre sí; más su corazón no había cambiado, pues bien, hermanos míos, Dios te ha devuelto la salud que con tanta insistencia le pediste, prometiéndole que te portarías mejor. Dime: una vez recobrada la salud, ¿te has vuelto mejor? ¿Ofendes menos a Dios? ¿Te has corregido de algún defecto? ¿Se te ve con mayor frecuencia a recibir los sacramentos? ¿Quiere que te diga lo eres? Helo aquí: antes de tu enfermedad te confesabas algunas veces al año; desde que el Señor te ha devuelto la salud, ni aun lo haces en Pascua. ¡Ay! ¡Cuantos entre los que me escuchan obran así! Más no tengáis cuidado, veréis como a la primera enfermedad, Dios os hará salir de este mundo; o hablando más claro, seréis arrojado al infierno. Muy bien, podéis ver como, permaneciendo en el pecado, aunque sea con la halagüeña esperanza de abandonarlo algún día, os estáis burlando de Dios.

Aguardaos, hermanos míos, y veréis qué chocante eso de creer que Dios os perdonará cuando vosotros os dé la gana de implorar su misericordia. Voy a poneros un ejemplo que, como otro ninguno, viene a tono con lo que hablamos.

Ejemplo 5. Se refiere un caballero bueno en extremo. Tenia un criado tan malvado que no perdonaba ocasión para injuriar a su señor; se complacía sobre todo, en hacerlo cuando estaba rodeado de visitas y amigos. Le robó muchas cosas y de gran valor, y acabó por seducir a una de sus hijas; después de este golpe, huyo de la casa por temor a los rigores de la justicia. Pasado algún tiempo, se fue a encontrar a un sacerdote que sabia que era muy respetado en la casa del mencionado amo. El sacerdote se personó en la casa del caballero para que se dignase perdonar la culpa de aquel criado. El caballero fue tan bondadoso, que habló así al sacerdote: “Haré cuanto vos mandéis; más quiero también que él me dé alguna satisfacción; obrar de otro modo seria dar carta blanca a todos los criminales”.

El sacerdote lleno de alegría, se fue al encuentro del criado y le dijo: “Vuestro señor ha tenido la caridad de perdonaros; pero quiere, con evidente justicia, una pequeña satisfacción”. El criado le contestó: “Cual es la satisfacción que quiere mi dueño, y en que tiempo la habré de cumplir”. Dijo el sacerdote: “En su casa, al presente, arrodillado a sus plantas y con la cabeza descubierta”. ¡Ah! ¡Muchos honores quiere mi señor! Pero yo no quiero pedirle más que perdón; él quiere que sea en su casa, de rodillas y con la cabeza descubierta, y yo quiero hacerlo en mi cuarto, y acostado en mi cama. Él quiere que esa ahora mismo, y yo quiero que sea dentro de diez años, cuando piense y esté dispuesto a morir”.

¿Que pensáis, hermanos de ese criado, qué me decís de él? ¿Que consejo hubierais dado a aquel caballero? Seguramente le hubierais hablado así: “Señor, vuestro sirviente es un miserable, que merece estar encerrado en un calabozo de donde salga únicamente para ser conducido al patíbulo”. Pues bien, hermanos míos, en este ejemplo, ¿no veis como os portáis vosotros con Dios? ¿No es este el mismo lenguaje que usáis con Dios, cuando decís que tenéis tiempo, que no hay prisa, que aun no estáis cercano a la muerte?

¡Ay! ¡Cuantos pecadores están cegados respecto al estado de su alma, y esperan hacer aquello que no les será dado realizar cuando ellos quieran!...

Paz y bien.

Yo he sido como ése enfermo que durante mucho tiempo aplacé la confesión y viví atormentada por el miedo al infierno, más que por un verdadero arrepentimiento.
No podía arrepentirme, aún deseándolo. Acabo de postear en el Foro de Mística en "La subida del Monte Carmelo" de San Juan de Dios acerca de la ceguera del alma y cuando ésta entenebrecida el alma por los apetitos, la memoria lo está también y la voluntad igual. Y por más que deseara sentir alivio no podía.
Podía razonar que necesitaba arrepentirme, pero no podía hacerlo. El miedo al infierno era mucho, pero no podía arrepentirme.
Y es que sólo Dios puede darnos incluso éso: si pido ilumine mi entendimiento para poder ver lo que no puedo, entonces veo todo el horror en que ha vivido mi alma por mis apetitos desbordados. No es agradable hacerlo, es muy doloroso, pero sólo así he podido.

Por gracia de Dios, ni siquiera éso he podido hacer sóla. Todo viene de Dios y como nos dice el Santo Cura de Ars: el postrarse ante Dios, arrodillado, y pidiendo perdón es lo que El nos pide. Curiosamente, hasta para éso lo necesitamos a El.

_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Jue Jun 25, 2009 1:04 am    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Un breve corte en el Sermón que estamos viendo del Santo Cura de Ars, para compartirles ésta pequeña anécdota acerca de San Juan Bautista el santo al que San Juan Maria Vianney trataba de imitar.

Acerca de ello, recordemos que hoy es el Día de San Juan Bautista, el precursor de Cristo, ayer el Padre de la Parroquia nos recordaba que la grandeza de San Juan Bautista fué precisamente el hacerse pequeño ante la grandeza de Jesús.
Al igual que Jesús se hacía pequeño ante la grandeza de Dios.

Cita:
SAN JUAN BAUTISTA Y EL SANTO CURA DE ARS
"El Santo Cura de Ars tenía gran devoción al Santo Precursor por ser su patrono, por lo que hizo levantar a sus esprensas una capilla en su honor. El día de la bendición fue un fiesta muy devota y alegre para la mayoría de los feligreses. Sin embargo, los amantes de los placeres mundanos, mezclados con los demás durante la ceremonia, no pudieron leer sin despecho la inscripción, para ellos muy clara, que el santo cura había mandado pintar en la arcada de la capilla: SU CABEZA FUE EL PRECIO DE UNA DANZA.

Celebrada la fiesta, comenzó a divulgarse la fama que durante la bendición de la capilla, el Santo Cura de Ars había sido favorecido por Dios con una visión sobre el futuro. Se supuso que se la había aparecido el Santo Precursor y que le había mostrado el famoso confesionario colado en aquella capilla y la multitud de penitentes arrodillados a sus pies."
Francis Trochu, El santo cura de Ars. Ed. Palabra, pág 213

Esta pequeña anécdota nos da una idea de lo que era éste sacerdote que salió de un pequeño pueblo, que no tenía gran conocimiento, pero que tenía grabado en su corazón el amor a Jesús en aquellos que más sufren.

Vaya cosa, ¿no? SU CABEZA FUE EL PRECIO DE UNA DANZA
Y nomás con ésa fracesita puesta nada menos que en la arcada de la capilla, les indicaba lo que podían esperar de él.
Asi como lo que el mal que el apego a los placeres ocasiona al ser humano, no sólo como ente solo, sino como parte del género humano.

_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Dom Jun 28, 2009 3:26 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Cita:
Pero, vayamos aun más lejos, y veremos que, cuando más diferís dejar el pecado, en mayor imposibilidad os ponéis de salir de él. ¿No es cierto que, en algún tiempo, la Palabra de Dios os conmovía, os llevaba a hacer ciertas reflexiones, y que, varias veces, habíais resuelto dejar el pecado y entregaros enteramente a Dios? ¿No es verdad que el pensamiento del juicio y del infierno os hacia derramar lágrimas, y que, ahora, nada de esto os conmueve, ni os sugiere la menor reflexión? ¿De que proviene esto, hermanos? ¡Ay! Es que vuestro corazón se ha endurecido y que Dios os abandona, de manera que cuanto más permanecéis en el pecado, más se aleja Dios de vosotros, y más insensibles os hacéis a vuestra perdición. ¡Ah! Si al menos hubierais fallecido en vuestra primera enfermedad, ¡no cayerais en lugar tan profundo del infierno!
- Pero si quiero retornar a Dios en la actualidad, ¿me recibiría aun el Señor?
- Amigo, no te digo que sí, ni que no. Si el número de los pecados que Dios tiene el propósito de perdonarte, no está colmado; si no has despreciado aún todas las gracias que Dios te tenía destinada, bien puedes esperar. Más si ya esta llena la medida de tus pecados y de las gracias menospreciadas, entonces todo está perdido para ti; en vano formularás los mejores propósitos... Así lo acabamos de ver en el ejemplo que acabo de referir.

¡Ah! Dios mío, ¿podremos en esto sin que intentemos por todos los medios en esto sin que intentemos por todos los medios posibles mover la misericordia de Dios nuestro Señor?
–Más, tal vez, alguien se dirá consigo mismo, ¿No tendré más que entregarme a la desesperación?
– ¡Ah! Amigo mío, yo quisiera llevarte a dos pasos de la desesperación, para que al darte cuenta del estado espantoso en que te hallas, para salir del mismo, los medios que aun en el presente Dios te ofrece.
- Pero me dirás, muchos hay que se convirtieron en la hora de la muerte: El buen ladrón se convirtió totalmente en aquel momento.
- El buen ladrón, en primer lugar, hermanos, nunca había conocido a Dios. Desde que le conoció. Se entregó a Él; más adviértase que es el único caso que la Sagrada Escritura nos presenta, y es para que no desesperemos del todo en aquella hora.
- Más también hay otros que se convirtieron, a pesar de haber vivido mucho tiempo en pecado.
Cuidado, amigo mío, pues creo que te engañas: dime que hay muchos que se arrepintieron; pero convertirse es otra cosa. He aquí lo que harás, y lo que has hecho ya en tus enfermedades: hacer llamar a un sacerdote, porque te atemorizaba el mal que sufrías. Pues bien, con todo y tu arrepentimiento, ¿te has convertido? Sin duda te habrás endurecido más todavía. ¡Ay Hermanos! Poca cosa significan tales arrepentimientos. Bien se arrepintió Saúl, ya que lloró sus pecados [1 Reyes 25, 14-30]; y, sin embargo, está condenado.
Judas se arrepintió, ya que fue a devolver el dinero, y fue tan grande su pesar [que en su desesperación desconfío en el perdón y la amistad de Cristo] , que se ahorcó [Mt 27, 3].
Si me preguntáis ahora ¿donde llevan tales arrepentimientos?, os responderé... al infierno. Y vendré a parar siempre en mi conclusión de que si vivís en pecado y morís en él, os condenareis; pero espero que no será así: no llegareis a esto.

Paz y bien.

Aquí el meollo del asunto: La diferencia entre arrepentimiento y verdadera conversión.
El arrepentimiento puede surgir al ver que hacemos mal o puede surgir porque vemos el infierno de cara a nosotros: pero no basta como nos dice el Cura de Ars.
La conversión es distinta es un retorno a casa, un regresar a Dios, es un renunciar a lo que hemos sido. Es un cambio en nosotros.
Nadie puede convertirse sin experimentar un cambio en ella, sin dejar atás sus apetitos y sin dejar de apapachar sus instintos desbocados que los han llevado a cometer atrocidades.
O mejor dicho, que nos han llevado, porque yo constantemente tengo que estar en conversión.
Menciona por ejemplo que Judas se arrepintió, tanto que regresó las monedas. Esto a mí me llama la atención porque no basta ni siquiera con intentar deshacer lo mal hecho.
Yo también me he preguntado si Judas en lugar de correr a regresar el dinero, se hubiera arrodillado ante Jesús y pedido perdón: si tan sólo se hubiera apersonado cuando Jesús iba en el camino de su Calvario hubiera sido una verdadera conversión: hubiera recibido el perdón de El.

Este pasaje como siempre me sucede, me ha traido lo que necesito en éstos momentos. Ayer precisamente hablando con una persona muy querida, pedía al Señor iluminara su entendimiento para resolver su situación. Se ha enredado mucho, y está pensando en tantas soluciones igual de enredadas (como siempre lo ha hecho) confiando en su inteligencia, en su poder de convencimiento. Y ahora, al leer ésto he sabido lo que tiene que hacer: pedir perdón, pedir misericordia.
Lo que nunca ha hecho en su vida.
Esa sería una verdadera conversión: dejar atrás lo que siempre ha hecho, dejar atrás la forma en que siempre ha solucionado sus cosas.

Espero que Dios ilumine su entendimiento, que Dios ilumine su camino.


_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Leandro del Santo Rosario
Moderador
Moderador


Registrado: 24 Mar 2006
Mensajes: 3567
Ubicación: Buenos Aires, Argentina.

MensajePublicado: Jue Jul 02, 2009 5:19 am    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Qué providencial, Scarlett, que has iniciado este tema unos meses antes del comienzo del año sacerdotal, a 150 años que el Santo Cura de Ars pasara al cielo.Very Happy Saludos en Jesús y María.
_________________

+ Si rezas el rosario diario o tienes el firme propósito de comenzar esta práctica de vida de santidad, únete al grupo en el Facebook: http://www.facebook.com/group.php?gid=65358051689 +++ A.M.D.G.
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Jue Jul 02, 2009 8:21 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Leandro del Santo Rosario escribió:
Qué providencial, Scarlett, que has iniciado este tema unos meses antes del comienzo del año sacerdotal, a 150 años que el Santo Cura de Ars pasara al cielo.Very Happy Saludos en Jesús y María.

Paz y bien.

Lo mismo pensé cuando supe que éste año estaría dedicado a la labor sacerdotal, teniendo como marco los 150 años de la muerte del Santo Cura de Ars.
Realmente fué algo sorprendente, desde el momento en que éste tema lo empecé a raiz de haberme escogido San Juan María Vianney cuando saqué un papelito de entre muchos en donde escribí el nombre de varios santos, para que fuera mi santo amigo por todo el año.
Yo no sabía ni de su existencia Embarassed , mucho menos que se cumplirían 150 años de su muerte y mucho menos que se haría un Año sacerdotal a raiz de ello.

Ahora que ha empezado éste Año sacerdotal, no me "agarró desprevenida" Very Happy por lo menos ya había empezado a conocer de éste santo y con él, a conocer la verdadera labor de los sacerdotes como instrumentos de Dios.

Empecé a ver a los sacerdotes como seres humanos investidos con la humildad majestuosa de Cristo mismo.
Saludos, Leandro.

Prosigo pues, con el Sermón del Santo Cura acerca del Aplazamiento de la conversión, que a mí en lo personal, me está "moviendo el tapete" pues éso de convertirnos, no es un paso que se dé una sóla vez en la vida, sino es una constante.
Es cierto que la conversión es hasta dramática, muchas veces como sucedió con San Pablo o como me sucedió a mí, que un día Jesús me dijo como a él: "¿porqué me atacas?" e igual que a él, "me tumbó del caballo".

Yo no era perseguidora de cristianos como San Pablo, por supuesto, pero al llevar una vida alejada de El, de sus sacramentos, estaba también viviendo equivocadamente.
Como decía, la conversión puede ser dramática o puede ser algo sutil como en Santa Teresita de Jesús que nos relata en su "Confesiones de un alma" situaciones que a uno se le podrían antojar hasta simples y sin embargo, cuenta cómo cuando siendo niña muy pequeña era de carácter algo rebelde, cuestión con la que tuvo toda su vida que luchar.
Personas tan diferentes como ellos dos, nos muestran el cómo la conversión no es en todos igual.

El mismo Cura de Ars, toda su vida luchó con el deseo de regresar a su pueblo, de renunciar al sacerdocio. Su conversión era constante, era diaria.
Ahora si sigo:
Cita:
En tercer lugar, y avanzando en nuestros razonamientos, voy a mostraros cómo en vuestra manera de vivir nada hay que pueda haceros confiar; por el contrario, todo debe alarmaros, según ahora vais a ver. 1º Sabéis vosotros que, por vuestras solas fuerzas, no podéis salir del pecado; estáis plenamente convencidos de que es preciso que Dios os ayude con su gracia, ya que San Pablo nos dice que no somos capaces de formular un buen pensamiento sin la gracia de Dios [2 Cor 3, 5];
Sabéis muy bien que el perdón solo podéis obtenerlo del mismo Dios.
Reflexionad seriamente sobre estas dos consideraciones, hermanos, y comprenderéis qué grande sea vuestra ceguera; o, para decirlo más claramente, pensad si estáis perdidos si con prontitud no abandonáis el pecado.
Más decidme, ¿es despreciando las gracias del buen Dios como pedís mayores fuerzas para romper con vuestros malos hábitos? ¿No es, por ventura, todo lo contrario lo que debéis esperar? Cuanto más allá llegues con vuestros extravíos, más merecedores os haréis de que Dios se aparte de vosotros y os abandone. De lo cual concluyo yo que, cuanto más os retraséis en volver a Dios, mayor es el peligro en que os ponéis en no convertiros nunca. Hemos dicho que solo de Dios podemos obtener el perdón. Pues bien, dime, ¿será multiplicando tus pecados como vas a asegurarte el perdón de Dios? Anda, amigo; eres un ciego, vive en el pecado para morir en él, y serás condenado. He aquí, amigo mío, a donde te llevará tu manera de orar y tu manera de vivir: “Vida de pecador, muerte de réprobo”. Más para que os sintáis todo esto avanzaremos hasta el momento fatal en que va a terminar nuestra vida.

II Tengo por seguro, ante todo, que todos vosotros habéis resuelto hacer una buena muerte, convertiros y dejar el pecado, vamos, pues, hermanos míos, junto a fulano, que está moribundo, y hallaremos a un sujeto tendido en su lecho, cuya vida ha sido como la vuestra, vida de pecado; más sin faltarle jamás la esperanza de que antes de morir saldría de tan miserable estado. Examinadle bien, considerad atentamente su arrepentimiento, su dolor, su confesión y su muerte. A continuación, considerad lo que sois: y veréis también lo que será de vosotros otro día. No nos apartemos, hermanos, de la cabecera de ese moribundo, antes de que su suerte esté decidida para siempre. Aunque vivió en el pecado y en los placeres, se había prometido constantemente tener una buena muerte, y reparar todo el mal cometido durante su vida. Grabad indeleblemente esto en vuestro corazón, para que nunca os olvidéis de ello, y tengáis siempre presente ante vuestros ojos la suerte que os espera.


_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Mar Jul 07, 2009 5:00 am    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Prosigo:
Cita:
Os diré, primeramente, que durante toda su vida estuvo siempre viendo obstáculos que él juzgaba insuperables. Lo primero que creía imposible de dejar eran los malos hábitos; otro obstáculo era la creencia de que no contaba ni con la gracia ni con fuerzas suficientes. Aunque en pecado, comprendía muy bien lo costoso, lo difícil que es hacer una buena confesión y reparar toda una vida que no fue más que una cadena de horrores y crímenes, sin embargo, el tiempo llega, el tiempo urge; es preciso dar comienzo a lo que nunca se quiso hacer, es preciso internarse en su corazón, verdadero abismo de iniquidad, semejante al de un matorral erizado de tantas y tan temibles espinas, que uno no sabe por donde echar mano y acaba por dejarlo todo tal como está.

Mas la luz del conocimiento va extinguiéndose poco a poco; y, sin embargo, él no quiere morir en tal estado. Quiere convertirse: es decir, quiere dejar el pecado antes de morir. Que morirá, no hay duda; más que se convierta: sería preciso hacer ahora lo que debía haber hecho estando sano. En la imposibilidad de realizarlo, con lágrimas en los ojos, formula las mismas promesas que ha hecho cuantas veces se halló en trance de muerte; más Dios no escuchará tales falsedades y mentiras; para ello sería necesario destruir el pecado, que echó ya en su corazón raíces tan profundas, que superan a toda fuerza que intente arrancarla, como no sea una gracia extraordinaria.

Pero Dios, para castigar su desprecio de todas las gracias que en vida le concedió, se la deniega y le vuelve la espalda para no verle; se tapa los oídos para no exponerse a que sus gemidos y sollozos le enternezcan. ¡Ay!, es preciso morir, y nada de conversión; pero ni tan solo conocimiento tiene; vedle como desatina, contestando una cosa por otra. El sacerdote se queja, dice que se le debió avisar más pronto, que el enfermo carece ya de conocimiento, que no puede confesar.

Padre, se engaña usted, tiene todo el conocimiento que debe tener antes de morir; si hubiera venido ayer para confesarle, Dios le habría quitado también el conocimiento; ha vivido en pecado despreciando el tiempo y las gracias que Él le concediera, y, según la justicia divina, debe morir en pecado. Aguarde usted unas horas y no tardará en verle arrastrado al infierno por los demonios a quienes tan puntualmente obedeció en vida; no aparte de él su mirada y va a ver como vomita su alma al infierno
.

Paz y bien.

Bueno... mientras más leo los sermones del Santo Cura de Ars, más me convenso de que Dios envia los dones necesarios a sus elegidos para que lleven a cabo su misión.
Me imagino a un cura pronunciando sermones como éstos en nuestros días. Simplemente no estaría acorde. Y además me da una idea de lo bien que Dios elige a sus enviados. A cada uno le da lo necesario para hacer su labor en un sitio determinado.

Si en mi comunidad un sacerdote se dirigiera así a la gente, simplemente lo ignorarían.
De por sí los ignoran. A veces me pregunto de qué están hechos para poder soportar a tanta gente que de caridad no sabe nada.
Hoy mismo, en una plática en donde el sacerdote nos llevó una laptop para que viéramos un documental acerca del tema que estamos viendo del Curso de Biblia y nos dejó viéndolo.
Sucede que me acerqué a mis dos vecinas que están incapacitadas y que aún así se suben a un camión para oir misa en el Santuario, pagando pasaje para ellas y un nieto que las acompaña, siendo como son, personas de edad y sin muchos medios económicos.
Les comenté acerca de que se les llevara la comunión a su casa, pues la Ministro de la Eucaristía me dijo que se podía hacer éso. Comenté del curso de Biblia y me dijeron que les gustaría ir.
Yo he visto que todas llegan en camionetas o en carros y se me hizo fácil decirles que nos fuéramos caminando y seguramente alguien les daría raite de regreso viendo su situación.
Me equivoqué lamentablemente. Como muchas veces me sucede.
Le pedí el favor a uno de los señores y a mitad de la trasmisión cuando las dos señoras estaban muy atentas e interesadas, se levantó y me dijo que se iba, que si las señoras querían, se podían ir en ése momento con él.
Pregunté a las otras personas si podían llevarlas para que terminaran de ver la trasmisión y no hubo una sóla que se ofreciera.
Una (que tiene una hija que acaba de entrar a un convento como solicitante) y que iba con su marido, adujo que iba para otro lado.
Vivimos a menos de cinco minutos en carro de la capilla y no pudieron desviarse ni ée poco tiempo para hacer una caridad.
Las otras ni siquiera abrieron la boca.

Sentí tristeza por las señoras porque son mayores, porque estaban muy contentas viendo (una, la que no puede caminar porque sus piernas están enfermas, ya la otra es invidente y sólo oía la trasmisión=.

Sentí coraje contra las personas, traté de controlarlo, pero de todas maneras dije que qué triste que no conocieran la caridad. Les dije que esperaba que Dios no se acordara de cosas como ésa, porque qué triste sería llegar a ésa edad y que nadie se compadeciera.

Recordé las palabras del Evangelio en donde Jesús nos dice que en los pobres, en los enfermos está él. Sucede que ésta pareja tiene dos niños y siempre los llevan y reciben un buen servicioi, sin participar nunca de ninguna manera. Es la primera vez que aluien les pide un favor y no fueron capaces de hacerlo.
Me pareció muy triste.

Me regresé a mi casa porque no pude seguir viendo la trasmisión y fuí a pedirles una disculpa a mis vecinas por el grupo y por haberlas invitado. Sinceramente esperaba que fueran capaces de ver la oportunidad de hacer una buena obra. Me equivoqué. El león cree que todos son de su condición, dice un dicho y yo siempre creo que la gente está dispuesta siempre a hacer algo por los demás como yo lo estoy.

¡Qué triste que una comunidad que se supone predica la caridad no hubo una sóla que lo practicara de verdad.
Lamento no tener carro, ni saber manejar para poder llevarlas a misa cada domingo o llevarlas al curso de Biblia o a otros eventos que se realizan en la capilla.

Dios las pedrone porque no han entendido aún lo que es la Caridad. Espero que el tiempo de su conversión llegue antes de su muerte y no les suceda lo que a la persona que nos platica el Santo Cura de Ars.
Dios me libre del fuego del infierno y proteja a personas como las dos señoras, vecinas mías.

Es ahí cuando veo en quien se manifiesta Jesús, no siempre en personas que asisten cada domngo a misa, que comulgan, que son incluso catequistas o padres de aspirantes a religiosas. O en personas que no tienen mucho dinero como la persona a la que le solicité el favor y que actuan como si todo se les debe dar y ellos no pueden dar nada. O que quieren dar lo que ellos quieren y no lo que se necesita. Sucede que ella toma cuanto curso puede, y su marido hasta ha llevado material para darnos el curso por si no llega el sacerdote porque van a un grupo de matrimonios y se sienten capacitados para catequizarnos.... y no son capaces de hacer algo tan sencillo como sacrificar el deseo de irse a su casa a descansar como sucedió, o capaces de esperarse aún cuando se estuviean aburriendo, por dos personas incapacitadas. Era sólo una hora y media. Aguantaron sólo media.

Jesús no nos dijo que estaría en los sanos, sino en los pobres, en los enfermos, en los necesitados. Ni siquiera no dijo que estaría en los niños, a pesar de que nos dijo que de ellos es el Reino de los cielos, que nos pidió que lo llevaramos a El y que ay de aquel que los escandalize (o maleduque o los lleve por el mal camino), sino en los pobres, en los enfermos y en los necesitados. Nos pidió proteger a las viudas y los huérfanos.
No tiene valor nada que se haga, como nos dice San Pablo si no existe el Amor, la Caridad.

_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Mar Jul 07, 2009 5:01 am    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Prosigo:
Cita:
Os diré, primeramente, que durante toda su vida estuvo siempre viendo obstáculos que él juzgaba insuperables. Lo primero que creía imposible de dejar eran los malos hábitos; otro obstáculo era la creencia de que no contaba ni con la gracia ni con fuerzas suficientes. Aunque en pecado, comprendía muy bien lo costoso, lo difícil que es hacer una buena confesión y reparar toda una vida que no fue más que una cadena de horrores y crímenes, sin embargo, el tiempo llega, el tiempo urge; es preciso dar comienzo a lo que nunca se quiso hacer, es preciso internarse en su corazón, verdadero abismo de iniquidad, semejante al de un matorral erizado de tantas y tan temibles espinas, que uno no sabe por donde echar mano y acaba por dejarlo todo tal como está.

Mas la luz del conocimiento va extinguiéndose poco a poco; y, sin embargo, él no quiere morir en tal estado. Quiere convertirse: es decir, quiere dejar el pecado antes de morir. Que morirá, no hay duda; más que se convierta: sería preciso hacer ahora lo que debía haber hecho estando sano. En la imposibilidad de realizarlo, con lágrimas en los ojos, formula las mismas promesas que ha hecho cuantas veces se halló en trance de muerte; más Dios no escuchará tales falsedades y mentiras; para ello sería necesario destruir el pecado, que echó ya en su corazón raíces tan profundas, que superan a toda fuerza que intente arrancarla, como no sea una gracia extraordinaria.

Pero Dios, para castigar su desprecio de todas las gracias que en vida le concedió, se la deniega y le vuelve la espalda para no verle; se tapa los oídos para no exponerse a que sus gemidos y sollozos le enternezcan. ¡Ay!, es preciso morir, y nada de conversión; pero ni tan solo conocimiento tiene; vedle como desatina, contestando una cosa por otra. El sacerdote se queja, dice que se le debió avisar más pronto, que el enfermo carece ya de conocimiento, que no puede confesar.

Padre, se engaña usted, tiene todo el conocimiento que debe tener antes de morir; si hubiera venido ayer para confesarle, Dios le habría quitado también el conocimiento; ha vivido en pecado despreciando el tiempo y las gracias que Él le concediera, y, según la justicia divina, debe morir en pecado. Aguarde usted unas horas y no tardará en verle arrastrado al infierno por los demonios a quienes tan puntualmente obedeció en vida; no aparte de él su mirada y va a ver como vomita su alma al infierno
.

Paz y bien.

Bueno... mientras más leo los sermones del Santo Cura de Ars, más me convenso de que Dios envia los dones necesarios a sus elegidos para que lleven a cabo su misión.
Me imagino a un cura pronunciando sermones como éstos en nuestros días. Simplemente no estaría acorde. Y además me da una idea de lo bien que Dios elige a sus enviados. A cada uno le da lo necesario para hacer su labor en un sitio determinado.

Si en mi comunidad un sacerdote se dirigiera así a la gente, simplemente lo ignorarían.
De por sí los ignoran. A veces me pregunto de qué están hechos para poder soportar a tanta gente que de caridad no sabe nada.
Hoy mismo, en una plática en donde el sacerdote nos llevó una laptop para que viéramos un documental acerca del tema que estamos viendo del Curso de Biblia y nos dejó viéndolo.
Sucede que me acerqué a mis dos vecinas que están incapacitadas y que aún así se suben a un camión para oir misa en el Santuario, pagando pasaje para ellas y un nieto que las acompaña, siendo como son, personas de edad y sin muchos medios económicos.
Les comenté acerca de que se les llevara la comunión a su casa, pues la Ministro de la Eucaristía me dijo que se podía hacer éso. Comenté del curso de Biblia y me dijeron que les gustaría ir.
Yo he visto que todas llegan en camionetas o en carros y se me hizo fácil decirles que nos fuéramos caminando y seguramente alguien les daría raite de regreso viendo su situación.
Me equivoqué lamentablemente. Como muchas veces me sucede.
Le pedí el favor a uno de los señores y a mitad de la trasmisión cuando las dos señoras estaban muy atentas e interesadas, se levantó y me dijo que se iba, que si las señoras querían, se podían ir en ése momento con él.
Pregunté a las otras personas si podían llevarlas para que terminaran de ver la trasmisión y no hubo una sóla que se ofreciera.
Una (que tiene una hija que acaba de entrar a un convento como solicitante) y que iba con su marido, adujo que iba para otro lado.
Vivimos a menos de cinco minutos en carro de la capilla y no pudieron desviarse ni ée poco tiempo para hacer una caridad.
Las otras ni siquiera abrieron la boca.

Sentí tristeza por las señoras porque son mayores, porque estaban muy contentas viendo (una, la que no puede caminar porque sus piernas están enfermas, ya la otra es invidente y sólo oía la trasmisión=.

Sentí coraje contra las personas, traté de controlarlo, pero de todas maneras dije que qué triste que no conocieran la caridad. Les dije que esperaba que Dios no se acordara de cosas como ésa, porque qué triste sería llegar a ésa edad y que nadie se compadeciera.

Recordé las palabras del Evangelio en donde Jesús nos dice que en los pobres, en los enfermos está él. Sucede que ésta pareja tiene dos niños y siempre los llevan y reciben un buen servicioi, sin participar nunca de ninguna manera. Es la primera vez que aluien les pide un favor y no fueron capaces de hacerlo.
Me pareció muy triste.

Me regresé a mi casa porque no pude seguir viendo la trasmisión y fuí a pedirles una disculpa a mis vecinas por el grupo y por haberlas invitado. Sinceramente esperaba que fueran capaces de ver la oportunidad de hacer una buena obra. Me equivoqué. El león cree que todos son de su condición, dice un dicho y yo siempre creo que la gente está dispuesta siempre a hacer algo por los demás como yo lo estoy.

¡Qué triste que una comunidad que se supone predica la caridad no hubo una sóla que lo practicara de verdad.
Lamento no tener carro, ni saber manejar para poder llevarlas a misa cada domingo o llevarlas al curso de Biblia o a otros eventos que se realizan en la capilla.

Dios las pedrone porque no han entendido aún lo que es la Caridad. Espero que el tiempo de su conversión llegue antes de su muerte y no les suceda lo que a la persona que nos platica el Santo Cura de Ars.
Dios me libre del fuego del infierno y proteja a personas como las dos señoras, vecinas mías.

Es ahí cuando veo en quien se manifiesta Jesús, no siempre en personas que asisten cada domngo a misa, que comulgan, que son incluso catequistas o padres de aspirantes a religiosas. O en personas que no tienen mucho dinero como la persona a la que le solicité el favor y que actuan como si todo se les debe dar y ellos no pueden dar nada. O que quieren dar lo que ellos quieren y no lo que se necesita. Sucede que ella toma cuanto curso puede, y su marido hasta ha llevado material para darnos el curso por si no llega el sacerdote porque van a un grupo de matrimonios y se sienten capacitados para catequizarnos.... y no son capaces de hacer algo tan sencillo como sacrificar el deseo de irse a su casa a descansar como sucedió, o capaces de esperarse aún cuando se estuviean aburriendo, por dos personas incapacitadas. Era sólo una hora y media. Aguantaron sólo media.

Jesús no nos dijo que estaría en los sanos, sino en los pobres, en los enfermos, en los necesitados. Ni siquiera no dijo que estaría en los niños, a pesar de que nos dijo que de ellos es el Reino de los cielos, que nos pidió que lo llevaramos a El y que ay de aquel que los escandalize (o maleduque o los lleve por el mal camino), sino en los pobres, en los enfermos y en los necesitados. Nos pidió proteger a las viudas y los huérfanos.
No tiene valor nada que se haga, como nos dice San Pablo si no existe el Amor, la Caridad.

_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Scarlett*
Veterano


Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Jue Jul 09, 2009 5:27 pm    Asunto:
Tema: San Juan María Bautista Vianney
Responder citando

Hemos llegado al final del Sermón del Cura de Ars sobre el Aplazamiento a la conversión.
Al irlo leyendo, he tratado de sentir lo que impulsaba al Santo Cura a decir tales cosas, puedo imaginarlo en el púlpito, yendo desde la súplica hasta la desesperación por ver cómo se alejan las almas y se pierden sin regresar jamás a su Creador.

Este final es por demás dramático. Leyendolo, he podido imaginar lágrimas en los ojos del Cura mientras profiere éstas palabras tan duras:

Cita:
Más, antes de llegar el terrible momento, consideremos, hermanos míos la agitación que experimentan, pregunta si realmente quiere confesarse, si le sabe mal haber ofendido a Dios; os hará ademán de que sí; bien quisiera confesarse, pero no puede. ¡Ay! ¡Es preciso morir, y nada de confesión! ¡Nada de conocimiento! Acércate amigo mío, mira a este empedernido pecador, que todo lo despreció, que se burló de todo, que creía que al morir todo acabaría para él.
Mira a ese joven libertino; no hace aun quince días dejaba oír su voz en los cafés y casa de diversión, cantando canciones las más obscenas, malversando su dinero en juego. Mira a esa joven mundana llevada en alas de su vanidad, en la creencia de que jamás podía detenerse ni morir. ¡Oh, Dios mío! ¡Hay que morir! ¡Ay!, ¡que cambio es necesario morir y condenarse! Mira aquellos ojos que salen de sus órbitas, presagiando que la muerte va a llegar; ve como todos los que le acompañan están afectados de sentimientos singular; se le contempla con lágrimas en los ojos.
¿Me conoces? Le preguntan. Y él se limita a abrir horriblemente los ojos, con un visaje que mete espanto a cuantos los rodean. Se le mira temblando y con la cabeza inclinada: salid de allí, dejadle morir tal como vivió.

No, no me engaño, venid, hermanos, vosotros que desde tantos años vais dilatando la confesión para tiempos mejores. Ved como sus labios fríos y temblorosos, faltos de movimiento, le anuncian que llega la muerte y la condenación. Amigo, deja por un momento la taberna, y ven conmigo a contemplar el rostro pálido, ese semblante lívido, esos cabellos en el sudor de la muerte. ¿No ves como se erizan sus cabellos? ¡Ay! Parece como si experimentase los horrores de la muerte. ¡Ay! Todo acabó para él, es preciso morir y condenarse. Ven hermana mía, deja por un momento esa música y esa danza; ven y veras lo que te espera otro día. ¿No ves esos demonios que le rodean, induciéndole a la desesperación? ¿No ves sus horribles convulsiones? No, no H. M., todo está perdido; preciso es que el alma salga de su cuerpo. ¡Oh Dios mío! ¿A donde irá esa pobre alma? ¡Ay! Solo el infierno será su morada.

No, no, hermanos, un momento; le quedan aún cinco minutos de vida para que le sea manifestada toda su desdicha. Vedle como se acerca su fin... los circunstantes y el sacerdote se ponen de rodillas para mirar si Dios querrá tener compasión de aquella pobre alma:
¡Alma cristiana, le dice el sacerdote, sal de este mundo!”
–Y ¿a donde quiere que vaya, si no ha vivido más que para el mundo, si solamente se acordó del mundo? Además, según la manera como vivió, pensaba no salir nunca de él...
¡Usted, padre, le desea el cielo, pero ella, ni tan solo conocía su existencia! Se engaña, padre; dígale más bien: “Sal de este mundo, alma criminal, ve a quemarte, ya que durante toda tu vida no ha trabajado más que para eso”.
“Alma cristiana, continua el sacerdote, ve a descansar en la celestial Jerusalén”.
– ¡Bravo! Amigo, envía usted a aquella hermosa ciudad un alma toda cubierta de pecados, de los que, el número excede a las horas de su vida; un alma que en su vida no fue más que una cadena de impurezas, la va usted a colocar junto a los ángeles, junto a Jesucristo que es la pureza misma. ¡Oh, horror! ¡Oh, abominación! ¡al infierno, al infierno, ya que allí tiene su lugar señalado!
“Dios mío, va siguiendo el sacerdote, Criador de todas las cosas, reconoced esta alma obra de vuestras manos.
– ¡Y qué! Padre, se atreve usted a presentar a Dios, como si fuese su obra, un alma que no es más que un montón de crímenes, un alma enteramente corrompida; cese, amigo, de dirigirse al cielo, vuelva su mirada hacia los abismos y escuche a los demonios cuyo auxilio tanto reclamó; échele esa alma maldita, ya que para ellos trabajó.
– “Dios mío, dirá tal vez aún el sacerdote, recibid esa alma que os ama como a su Criador y como su Salvador”.
¿Ella ama al buen Dios? ¿Dónde están, amigo, las señales? ¿Dónde están sus devotas oraciones, sus buenas confesiones, sus buenas comuniones? O mejor, ¿cuando cumplió el precepto pascual? Calle usted, escuche al demonio diciendo a gritos que ella le pertenece, ya que desde mucho tiempo a él se entregó. Hicieron un trato de cambio: el demonio le dio dinero, medios para vengarse, le procuró ocasiones de satisfacer sus deseos; no, no amigo, no le hable más del cielo. Por otra parte ella tampoco la desea; prefiere, estando tan cubiertas de crímenes, ir a arder a los abismos, antes de subir al cielo, en presencia de un Dios tan puro.

Detengámonos ahora un momento, hermanos míos, antes que el demonio se apodere de ese réprobo: solo le queda el conocimiento necesario para darse cuenta de los horrores del pasado, del presente y del porvenir, que, para él, son otros tantos torrentes del furor de Dios cayendo sobre el infeliz para completar su desesperación. Dios permite que en el espíritu de ese desgraciado que todo los despreció, se le presente justo en aquel momento todos los medios para salvar su alma; ve entonces cómo tenia necesidad de todo cuanto le ofreció Dios, y no le ha servido de nada. Dios permite que en aquel momento, se acuerde hasta del íntimo pensamiento saludable de los que le habrán sido sugeridos durante su vida; y ve cuál su ceguera al perderse.
¡Oh, Dios mío! ¡Cuál será su desesperación en tales momentos, al ver que podía salvarse y se ha de condenar! ¡Ay! ¡El presente y el porvenir completan su desesperación! Tiene plena convicción de que antes de transcurrir tres minutos estará en el infierno para no salir jamás de allí..

El sacerdote, viendo que no hay lugar para la confesión, le presenta un crucifijo para excitarle al dolor y a la confianza, diciéndole: “Hijo mío, he aquí a tu Dios que murió para redimirte, ten confianza en su gran misericordia que es infinita
Salga de aquí, amigo, ¿no ve que solo aumenta su desesperación? ¿Piensa lo que va a hacer?... ¡Un Dios coronado de espinas, en las manos de una mundana veleidosa que durante toda su vida sólo procuró adornarse para agradar al mundo!... ¡Un Dios despojado de todo, hasta de sus vestiduras, en manos de un avaro!... ¡Oh, Dios mío! ¡Que horror!.. ¡Un Dios cubierto de llagas, en manos de un impuro!... ¡Un Dios que muere por sus enemigos, en manos de un vengativo!... ¡Oh, Dios mío! ¿Podemos imaginarlo sin morir de horror? ¡Oh, no, no, no le presente usted más a ese Dios clavado en la cruz; todo acabó para él, su reprobación en segura! ¡Ay! Es preciso morir y condenarse, teniendo tantos medios para alcanzar la salvación! Dios mío, ¡cual será la rabia de ese cristiano por toda la eternidad!

Hermanos, oídle al dar sus tristes despedidas. El infeliz ve que sus parientes y amigos huyen de él y le abandonan, y lloran diciendo: “Ya está, ya murió...”
Es en vano que se esfuerce en darles su ultima despedida: ¡adiós, padre mío y madre mía! ¡Adiós, mis pobres hijos, adiós para siempre!... Más ¡ay! Aún no ha exhalado su ultimo suspiro y ya se halla separado de todo, ya no se le escucha. ¡Ay! ¡Yo me muero y estoy condenado!... ¡sed más buenos que yo!... Se le dice, no dejaste obrar bien durante tu vida, ¡oh!, triste consuelo. Pero no son éstas las despedidas que más le entristecen; ya sabia él que un día lo había de dejar todo eso; más antes de bajar al infierno, levanta sus ojos al cielo, perdido para siempre: ¡adiós hermoso cielo! ¡Adiós mansión feliz, que por tan poca cosa he perdido para siempre! ¡Adiós dichosa compañía de los ángeles! ¡Adiós mi buen ángel de la Guarda, a quien Dios había destinado para ayudarme a mi salvación, y a pesar de vos me he perdido! ¡Adiós, Virgen santa y Madre Tierna, si hubiese querido implorar vuestro auxilio, Vos hubieseis obtenido mi perdón! ¡Adiós, Jesucristo, Hijo de Dios, que tanto sufristeis por salvarme, y yo me he perdido! ; ¡Vos que me hicisteis nacer en el seno de una religión tan consoladora, y fácil de seguir! ¡Adiós, pastor mío, a quien tantas penas he causado al despreciar a usted y todo cuanto su celo le inspiraba para hacerme ver que, viviendo como yo vivía, me era imposible salvarme, adiós para siempre!...
¡Ah! ¡Los que están aun en la tierra, pueden evitar semejante desdicha; más, para mí, todo se acabó; sin Dios, sin cielo, sin felicidad!... ¡siempre llorar, siempre sufrir, sin esperanza de fin!... ¡Oh, Dios mío! ¡Qué terrible es vuestra justicia! ¡Eternidad! ¡Cuantas lágrimas me haces derramar, cuantos clamores me haces exhalar..., yo que viví constantemente en la esperanza de que un día había de salir del pecado y convertirme! ¡ay, la muerte me ha engañado, y no he tenido tiempo!

Hermanos míos, nos dice San Jerónimo, ¿quieres permanecer en pecado, y temes perecer en él? Nos refiere este gran santo, que un día fue llamado para visitar a un pobre moribundo, y, al verle muy atemorizado, le preguntó, que era lo que parecía espantarle. “¡Padre, estoy condenado!” Y diciendo estas palabras, exhaló su último suspiro. ¡Oh, infortunado destino el de un pecador que ha vivido en pecado! ¡Ay! ¡A cuantos ha arrastrado el demonio al infierno, con la esperanza de que se convertirán! Hermanos míos, ¿qué vais a pensar vosotros, que me escucháis, y no practicáis la oración, ni os confesáis, ni pensáis en convertiros? Dios mío, ¿podrá uno permanecer en una situación que en todo momento expone a caer en los abismos?... ¡Dios mío, dadnos la fe, que nos hará conocer la magnitud de nuestras desdichas si nos perdemos, y nos pondrá en la imposibilidad de permanecer en pecado! [Sermón de San Juan María Vianney; Tomo I, Aplazamiento de la conversión, paginas 288-310, editorial Apostolado Mariano].

Hemos leido en la biografía del Santo Cura de Ars, las terribles batallas contra Satanás a las que se enfrentó.
Aquí se nos presenta una: La lucha por rescatar a un alma, aún en el último momento y cómo Satanás hace su labor hasta el último momento.
Por éso, lo que los hermanos separados y esperados, predican que sólo basta arrepentirnos en el nombre de Jesús para ser salvo.
Y NO ES CIERTO!!!

El mismo Jesús nos dice: "No todo el que me diga Señor, Señor será escuchado. Sino aquél que hace la voluntad de mi Padre"

Jesús nos da la muestra: HACER LA VOLUNTAD DE DIOS, NUESTRO PADRE.
Y nos da el modo: -Te cuesta trabajo ser sumiso; PIDE TODO EN MI NOMBRE.
En resúmen: Pide perdón, pide gracias, pide favores, pide disculpas en el nombre de Jesús. ¿A quién? A Dios, nuestro Padre.
Nos dice que pidamos y se nos dará.
Y nosotros pedimos, pero ¿qué pedimos?
Dinero, salud, trabajo, casas, coches, buenas cosechas... y todo éso es bueno... Pero.... ¿pedimos perdón?

Eso también debemos pedir. Y si lo pedimos, se nos dará. Y pedirlo en el Santo nombre de Jesús, hijo de Dios, que vivió, padeció y murió por nosotros. Y resucitó para traernos la Salvación y la esperanza.

Aquí el Santo Cura de Ars nos deja ver cómo muchas almas se pierden por haber pedido de todo, menos perdón y nos dice que no esperemos hasta el último momento, porque no sabemos si tendremos el tiempo suficiente para hacerlo.

Si te fijaste en el ejemplo que nos pone, podremos darnos cuenta de una cosa: El hombre se arrepintió, deseaba confesarse y buscó a un sacerdote, que le dijo que regresara otro día. Buscó a otro sacerdote, que le dijo lo mismo. Finalmente en su lecho de muerte llegó el sacerdote y el hombre quejándose, diciendo a sus hijos que moría sin haber recibido el perdón, despidiéndose. Todo un show...
Pero ¿porqué desperdiciar todos ésos momentos y no aprovecharlos pidiendo perdón?
El sacerdote primero le dijo que esperara al otro día. ¡Ah, no! él sentía morirse y si ése sacerdote no le hace caso, se va con otro.
El sacerdote le hizo caso, le dijo que regresara al otro día. Pues no! El hace lo que quiere o lo que piensa!!
¿Dónde queda entonces el HACER LA VOLUNTAD DE DIOS?
Pues así nos perdemos: Queremos hacer las cosas a nuestro modo, a nuestro tiempo y nos perdemos por ello.
A mí me sucedió algo parecido.
Tardé años sin confesarme, buscando un sacerdote "adecuado", cuando lo hice, desués de 20 años, me mandó con otro sacerdote.
Y retrasé la confesión otro poco, por el trabajo, por equis o ye.
Cuando finalmente acudí a confesarme, se me perdonó y se me dijo que no lo volviera a decir.
No hubo penitencia, no podía yo creer que fuera así de sencillo.
No sentí el perdón, acostumbrada a la penitencia.
Sufrí mucho durante todos esos años, sin confesarme, sin sentir la paz que da la reconciliación.
Y volví a confesarme.... desobedeciendo lo que se me había dicho.
Y el sufrimiento fué mayor.

Gracias a Dios he ido entendiendo. Y no he muerto como ése hombre.
He aprendido que las cosas no son a mi modo, cuando yo quiero y como yo quiero.
He aprendido que necesito la guia de Jesús y por los medios que El nos ha dicho.
Es por éso, que a pesar de haber tantos templos de hermanos separados por donde vivo, nunca he dejado la Iglesia en la que nací, la verdadera Iglesia fundada por Jesús.

Finalizo éste comentario con El Cristo de la Agonía.
El camino de sufrimiento y mortificación, la Cruz nuestra de cada día (camino que muchos queremos evitar) para poder disfrutar algún día junto con El de la Resurrección.
El Cristo que el sacerdote del relato (seguramente el Santo Cura de Ars) presentaba al moribundo para mostrarle al Justo, al que no pecó, cargado con nuestros pecados, y aún en el último momento intercediendo por nosotros, para tomar fuerza de su ejemplo, para darnos cuenta de que El siendo justo, puro sufrió tanto, nosotros siendo pecadores no podemos rechazar la cruz que nos corresponde.

_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor MSN Messenger
Mostrar mensajes de anteriores:   
Publicar nuevo tema   Responder al tema    Foros de discusión -> Vida y escritos de los Santos Todas las horas son GMT
Ir a página Anterior  1, 2
Página 2 de 2

 
Cambiar a:  
Puede publicar nuevos temas en este foro
No puede responder a temas en este foro
No puede editar sus mensajes en este foro
No puede borrar sus mensajes en este foro
No puede votar en encuestas en este foro


Powered by phpBB © 2001, 2007 phpBB Group
© 2007 Catholic.net Inc. - Todos los derechos reservados