5. La autoformación y el amor como motivación fundamental

[bonny]

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?

entiendo que los seminaristas no deben esperar que alguien les de las bases para definir su vocacion, sino que ellos mismos se deben procurar los medios necesarios para fortalecerla. movidos antes que nada por el amor a Dios y a su Iglesia

Estoy de acuerdo con este principio, ya que la gracia no suple a la naturaleza sino que la perfecciona, por lo tanto deben trabajar en su naturaleza para que sea la gracia quien la dirija hacia la perfeccion



2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?

Una de las formas para lograr esto es que el seminarista nunca deje la oracion, el encuentro personal con Jesus lo puede conducir a una motivacion fuerte y profunda, que sera fundamental en su vida sacerdotal

Creo que un seminarista puede pasar años pensando que es el amor lo que lo mueve y de pronto darse cuenta que en realidad hay un interes de gloria personal o de algun otro tipo,
creo que asi como le pasa a un laico que llega al templo a "servir a Dios" con las mejores intenciones, pero luego se da cuenta que lo unico que ha buscado es algo que hacer por las tardes, o bien, que en el camino se desvie y caiga en ello, tambien un seminarista puede vivir experiencias equivocadas, pienso que es normal y es parte del proceso vocacional, si estoy equivocada avisenme

saluti

[Giovanny]

La autoformación y el amor como motivación fundamental

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”?

R/. Autoformación es el trabajo que el formando, de una manera responsable y sincera, desarrolla sobre sí mismo con vistas a ayudar a modelar en Cristo que mostrará en un futuro ministerio.

¿Está de acuerdo con este principio?

R/ Sí, estoy totalmente de acuerdo. Nadie se forma en contra de su voluntad, en individuo debe ante todo hacer su mayor esfuerzo, el cual debe partir del amor a su ideal para completar en él su formación y que esta resulte totalmente efectiva.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda?

R/. Pienso que el seminario o el centro de formación ofrecen muchos recursos para que el seminarista dé este paso, desde la asistencia sacramental, las predicas, hasta el mismo contacto de servicio con las comunidades en el trabajo pastoral o de apostolado. Cuando se tiene una verdadera vocación, ésta va madurando y acrecentándose cuando se experimenta el contacto con lo “amado” o hacia lo cual se tiende. Como experiencia personal puedo referirles lo siguiente: En alguna etapa de mi formación en el seminario y cuando pensaba extinta mi vocación por algunas dificultades que interprete como falta de vocación, decidí retirarme del seminario; después de algunos meses fuera del seminario y habiendo sido invitado por un anciano párroco a colaborar en el tiempo de la semana santa en su parroquia, me di cuenta de que mi vocación renacía, cuando con el contacto con las comunidades, las platicas con los jóvenes, niños y adultos en los ejercicios espirituales, el contacto con los sacramentos, en especial la Santa Eucaristía, sentía que era a lo que estaba llamado, a contemplar a Dios para llevar a todas esas personas ese fruto de amor contemplado.

¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?

R/. Si tal vez se puede dar el caso, pero cuando se entra al seminario movido por otros intereses es frustrante cumplir con las exigencias que el seminario o el centro de formación piden cuando en realidad la intención no es una plena formación con miras hacia lo que realmente quiero, porque si realmente no tengo vocación me sentiría mas realizado y con más libertad desarrollando otra carrera o profesión con la que realmente me sienta a gusto.

[Alan Josué Saldaña García]

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
Nosotros los seminaristas y7 todos los jóvenes que nos encontramos en una formación sacerdotal, debemos de llevar una autoformación, este tema me ha parecido de extensa importancia y sumamente interesante, es muy cierto, los seminaristas debemos de llevar primeramente esta nuestra formación, muchos creen que hacerse que rezan, cumplir con los horarios perfectamente, sus tareas, trabajos, apostolados y demás es más que suficiente y en muchos casos en realidad no se están formando ya que el joven lleva otras intenciones fuera del sacerdocio de Cristo o simplemente por llevar una vida, cada uno debemos vivir plenamente la formación, vivir cada momento si cada momento es una entrega a Dios por amor, esa formación es real y no una escapada de algo o alguien, es precisamente lo que siempre afirme y me ha encantado este tema, es necesario empezar por nosotros mismos en nuestra formación entender cada cosa y ver a Dios en cada cosa.
2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses? Sí, puede haber casos en que jóvenes tengan otros intereses, pero comúnmente no duran mucho o no llegan a ordenarse, lo importante es que el formador tenga la capacidad de fomentar y concientizar a los jóvenes de su autoformación,, de supervisar a la misma vez quien está por amor y quien por otra cosa, es muy difícil que el que no entro por una verídica vocación de amor a Dios llegue a ello por eso el visible quien está por amor y quien no.
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DIOS es AMOR y ha creado al Hombre por AMOR y para AMAR. He aquí la formula de la PAZ que el MUNDO busca AMAR A DIOS Y AL PROJIMO

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[juan carlos brola]

Foro tema: FORMACION COMO AUTOFORMACIÓN
¿Qué se entiende por "autoformación"?¿Está de acuerdo con este principio?
Entiendo como autoformación al conjunto de actividades culturales y espirituales a las que el seminarista deberá ir encaminando el futuro desarrolo de su vocación.
Inicialmente el seminarista necesita la guía experta del formador que basado en su formación y experiencía personal le irá enseñando como esta estructurado no solo el programa de estudios que el seminarista debe realizar, sino los caminos , medios, lecturas y actividades que han de contribuir a un buen desarrollo de la vocación sacerdotal.
Pretender , que alguién maneje adecuadamente un autómovil sin haber recibido las adecuadas instrucciones de manejo y funcionamiento de un automóvil y normas de transito a respetar, es exponer al nobel conductor a que sufra un accidente, con consecuencias graves para su persona y para otros.
De la misma manera el seminarista necesita recibir de sus formadores , las instrucciones indispensables para poder en el futuro"conducir adecuadamente su formación" y de ahí recién partir hacia la autoformación y asi como el conductor que sabe manejar puede llevar a su automóvil al lugar que desea llegar,,el seminarista formado previamente puede conducir su vocación mediante la autoformación.
Se pueden hacer brillantes exposiciones sobre la autoformación pero antes es necesaria una adecuada formación, a fin de no exponer al seminarista al fracaso vocacional.
Para ello, la Santa Madre Iglesia necesita formadores idoneos, santos y con muchas ganas de trabajar para que las vocaciones no se pierdan.
Un rol tambien muy importante la tiene el director espiritual de cada seminarista y el formador ,junto a un ambiente adecuado en el seminario generaran la "tierra fertil" en la que germine la vocación.
La vocación de cada seminarista, es algo que el Señor a confiado a los formadores y de las que nos pedirá cuenta.
Hemos de ayudar al seminarista a conocerse a si mismo conn sus defectos y virtudes.
El seminarista debe saber que Dios lo ama, que lo ha llamado, y que espera que cada vocación cresca en la gracia y la santidad de vida.
conciente de sus limitaciones y defectos el seminarista buscará la ayuda divina para ir superando las dificultades a fin de poder crecer en la gracia.
Para ello es necesaria la de vida,nobleza y lealtad.
2.-¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vés superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Cómo explique en varias oportunidades e este foro, la misión del director espiritual es ayudarlo a discernir, venciendo los obtaculos que a nivel espiritual y psicológico se presenten al seminarista, y conjuntamente con el formador,se le ayudara a conocer mas a Cristo, ya que nadie puede amar a quien no conoce, y solo el que conoce plenamente el amor de Cristo, esta dispuesto a seguirlo con toda su vida.
Ese conocimiento de Cristo, va generando en el alma noble del buen seminarista el deseo profundo de seguirlo, imitarlo y tenerlo como modelo de vida.
Ser formador no es solo conocer un "Programa de estudios sacerdotales " y impartirlo a los seminaristas, ser formador es una invitación a ser santos, para generar vocaciones santas.
Ser formador es ser un portador viviente -del Evangelio de Cristo- es encarnar la santidad de vida,para ser como un faro de luz divina que condusca a las vocaciones a buen puerto.
Es verdad que muchas vocaciones a veces ingresan no guiados por un deseo profundo y sincero de seguir a Cristo, hasta el honor del Sacerdocio.
Pero son mas los que si caen e tierra fértil, es decir en un buen seminario y con buenos formadores, veran potenciada su vocación, descubrirán que Cristo esta obrando a través de sus formadores,que les allanarán el camino, y esos buenos obreros trabajaran y lograran
muchos y buenos frutos en la viña del Señor.
Ser de Cristo es estar unido a El, en la contemplación, en la oración, en el apostolado.
Lo es esencial no lo que nosotros decimos, sino lo que Dios dice a través de nosotros.
Todos los miembros de la Iglesia, sin excluir a ninguno ,tienen la responzabilidad de cuidar a las vocaciones(PDV 41).
Dios nos bendiga y nos ayude a todos a ser buenos y santos formadores.

[MCDelgadillo]

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
Una autoformación acompañada por un tutor, implica
El trabajo integral, arduo y responsable del formando, para conocimiento de sí, su aceptación y su superación.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda?
Espiritualmente que su vida esté íntimamente unida a Cristo, abandonado en sus manos, dispuesto a todo por amor a Cristo, sus pasos serán seguros.
Humanamente en la medida en que adquiera conocimientos y desarrolle habilidades, que adopte los procesos de enseñanza-aprendizaje que le posibiliten desarrollar en el mismo estrategias; capacidades de conocer, aprender, investigar, diagnosticar, aplicar y operacionalizar conocimientos, de construir caminos críticos donde la toma de decisiones sea realizada a partir de la construcción de un discurso lógico o fundamentado. Que su formación psicológica le permita desarrollar y regular; carácter, capacidades, afectividad, intereses, convicciones e ideales. Que crezca y profundice en si mismo.
¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Por supuesto que si, muchos jóvenes no llegan a conocerse a sí mismos y viven eternamente confundidos sin valor para tomar decisiones trascendentales en su vida.

[MCDelgadillo]

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
Una autoformación acompañada por un tutor, implica
El trabajo integral, arduo y responsable del formando, para conocimiento de sí, su aceptación y su superación.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda?
Espiritualmente que su vida esté íntimamente unida a Cristo, abandonado en sus manos, dispuesto a todo por amor a Cristo, sus pasos serán seguros.
Humanamente en la medida en que adquiera conocimientos y desarrolle habilidades, que adopte los procesos de enseñanza-aprendizaje que le posibiliten desarrollar en el mismo estrategias; capacidades de conocer, aprender, investigar, diagnosticar, aplicar y operacionalizar conocimientos, de construir caminos críticos donde la toma de decisiones sea realizada a partir de la construcción de un discurso lógico o fundamentado. Que su formación psicológica le permita desarrollar y regular; carácter, capacidades, afectividad, intereses, convicciones e ideales. Que crezca y profundice en si mismo.
¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Por supuesto que si, muchos jóvenes no llegan a conocerse a sí mismos y viven eternamente confundidos sin valor para tomar decisiones trascendentales en su vida.

[MCDelgadillo]

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
Una autoformación acompañada por un tutor, implica
El trabajo integral, arduo y responsable del formando, para conocimiento de sí, su aceptación y su superación.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda?
Espiritualmente que su vida esté íntimamente unida a Cristo, abandonado en sus manos, dispuesto a todo por amor a Cristo, sus pasos serán seguros.
Humanamente en la medida en que adquiera conocimientos y desarrolle habilidades, que adopte los procesos de enseñanza-aprendizaje que le posibiliten desarrollar en el mismo estrategias; capacidades de conocer, aprender, investigar, diagnosticar, aplicar y operacionalizar conocimientos, de construir caminos críticos donde la toma de decisiones sea realizada a partir de la construcción de un discurso lógico o fundamentado. Que su formación psicológica le permita desarrollar y regular; carácter, capacidades, afectividad, intereses, convicciones e ideales. Que crezca y profundice en si mismo.
¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Por supuesto que si, muchos jóvenes no llegan a conocerse a sí mismos y viven eternamente confundidos sin valor para tomar decisiones trascendentales en su vida.

[MCDelgadillo]

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
Una autoformación acompañada por un tutor, implica
El trabajo integral, arduo y responsable del formando, para conocimiento de sí, su aceptación y su superación.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda?
Espiritualmente que su vida esté íntimamente unida a Cristo, abandonado en sus manos, dispuesto a todo por amor a Cristo, sus pasos serán seguros.
Humanamente en la medida en que adquiera conocimientos y desarrolle habilidades, que adopte los procesos de enseñanza-aprendizaje que le posibiliten desarrollar en el mismo estrategias; capacidades de conocer, aprender, investigar, diagnosticar, aplicar y operacionalizar conocimientos, de construir caminos críticos donde la toma de decisiones sea realizada a partir de la construcción de un discurso lógico o fundamentado. Que su formación psicológica le permita desarrollar y regular; carácter, capacidades, afectividad, intereses, convicciones e ideales. Que crezca y profundice en si mismo.
¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Por supuesto que si, muchos jóvenes no llegan a conocerse a sí mismos y viven eternamente confundidos sin valor para tomar decisiones trascendentales en su vida.

[MCDelgadillo]

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
Una autoformación acompañada por un tutor, implica
un trabajo integral, arduo y responsable del formando, para conocimiento de sí, su aceptación y su superación.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda?
Espiritualmente que su vida esté íntimamente unida a Cristo, abandonado en sus manos, dispuesto a todo por amor a Cristo, así su camiar será seguro.
Humanamente en la medida en que adquiera conocimientos y desarrolle habilidades, que adopte los procesos de enseñanza-aprendizaje que le posibiliten desarrollar en el mismo estrategias; capacidades de conocer, aprender, investigar, diagnosticar, aplicar y operacionalizar conocimientos, de construir caminos críticos donde la toma de decisiones sea realizada a partir de la construcción de un discurso lógico o fundamentado. Que su formación psicológica le permita desarrollar y regular; carácter, capacidades, afectividad, intereses, convicciones e ideales. Que crezca y profundice en si mismo.
¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Muchos jóvenes no llegan a conocerse a sí mismos por negligencia, poco esfuerzo y viven eternamente confundidos sin valor para tomar decisiones trascendentes en su vida y sin alcanzar la madurez plena.

[asdf]

Doy respuesta a este tema y comento lo siguiente:
• Como se especificó en el tema anterior, cada uno debe tomar su papel en la formación, sobre todo el formando y el formador, sin polarizar y sin evadir responsabilidades. Siempre se ha hablado de la autoformación, que no es dejar al formando guiarse por sus propios criterios, o tomar sólo lo que le agrada o lo que interesa para su crecimiento, sino que después de una introspección, de un autoconocimiento, de un aclarar sus fuerzas, sus dinamismos, pero también sus debilidades, trabajar por integrar su vida a lo que la institución formativa le ofrece y con esas herramientas crecer e ir trabajando lo que más falta por afianzar en su vida. Entendida la autoformación de esta manera, se puede lograr una formación completa, plena e integral del formando y por consecuencia, un ministerio fecundo.
• La madurez en la vocación y sobre todo en el amor, se va dando conforme se va avanzando en las etapas de la formación. No se puede pedir a un alumno del seminario menor tener la plena convicción de que lo que debe mover su formación es el amor a Cristo y a su Iglesia, lo mismo que un formando ya en la etapa final de su formación que ya debe estar convencido de ello. Esta motivación es gradual. Comienza como un sueño, como una utopía en los primeros años de la formación, pero el proceso va haciendo madurar esa respuesta y se va perfeccionando ese amor a Cristo que es el motor de la entrega generosa a este llamado, a esta vocación. Puede ser que en algunos no sea esta la motivación, puede ser la posición social, el status, etc. Sin embargo, quien se mueve por estos aspectos, tarde o temprano truena, porque la exigencia en la formación solo se va aceptando y viviendo estando convencidos del llamado y del amor recíproco con quien llama.

[Ronald La Barrera Villarr]

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
Por autoformación se entiende que la persona está dispuesta a poner todo de su parte y colaborar para llegar a formarse en lo que siente que es su realización personal y en este caso en la vida sacerdotal. Autoformación, si pero con la ayuda de los formadores. Porque si el seminarista no hace nada por autoformarse y no se deja ayudar por los formadores, está perdiendo su tiempo; pero cuando se entrega verdaderamente y está dispuesto a recibir, además de buscar por su propia cuenta conocer más de lo que está recibiendo, esta por el camino correcto de al autoformación.
Estoy de acuerdo con este principio por lo que he manifestado en las líneas de arriba y este es el único camino para una buena formación.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Día a día y con mucha paciencia hay que ir mostrándole al seminarista la figura de Jesucristo, que el seminarista se vaya enamorando de Jesús, a través de la Palabra de Dios, de la oración, meditación y contemplación, de la participación del sacramento de la penitencia y de la Eucaristía y del testimonio de los formadores.
Hay casos en que el seminarista permanece en el Seminario movido no por el amor, sino porque tiene la comida y el alojamiento, por estar viviendo lejos de la familia o está pesando después de sus estudios seguir otro camino, pero son pocos los que perseveran con estas motivaciones ya que conforme avanzan los años se van dando cuenta que no es su camino

[MANUEL HERNÁNDEZ PUJADAS]

1 ¿Qué se entiende por autoformación? ¿Está de acuerdo con este principio?
Respuesta: Que el propio formando debe exigirse a sí mismo como sólo él sabe hacerlo, en el corazón, en el “hombre interior o espiritual”. Las apariencias pueden ser salvaguardadas, pero sólo el anhelo de santidad con que es llamado cada uno puede ser cumplimentado por el propio interesado, siguiendo las indicaciones del Espíritu Santo.

Sí estoy de acuerdo con éste principio.


2 ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Respuesta: Sobrepasando los sentimientos, que son inestables e inseguros, y apoyándose en la voluntad. La voluntad se refuerza con la vida de oración y de piedad, la coherencia de vida, el trato con el señor en los sacramentos y la humildad.

Sí se podría dar el caso de que alguien actuase por miedo al que dirán o por algún otro motivo: orgullo, deseo de escapar del mundo, etc.
También pasa que en el seminario está confortablemente instalado – como en un “invernadero”- y puede ser que le guste estudiar o sentirse elegido, pero no vive la búsqueda y el amor de Jesucristo. No es un crecimiento cristocéntrico, sino egocéntrico, lo que llevará al fracaso cuando vengan las dificultades de estar fuera del seminario.

MANUEL HERNÁNDEZ

[luis94]

Ante todo, quiero saludar a todos mis hermanos con los que estamos compartiendo este curso, y a los organizadores del mismo. También quiero disculparme por el gran retraso que llevo en mis respuestas; lamentablemente me resulta bien difícil ir al día con esto, pero gracias a la tolerancia y comprensión de ustedes, puedo seguir adelante.

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
El texto que se nos propone para leer en este caso nos ofrece, a mi juicio, dos verdades tan claras, que no puedo más que coincidir con él. La primera: que el principal -¡no el único!- responsable de la formación es el propio formando, y por tanto es él quien –en primer lugar- debe querer formarse, con responsabilidad, movido y atraído por el amor de Cristo. La segunda: que sin duda alguna el único motivo esencial que puede sostener una vocación superando cualquier sacrificio o esfuerzo es que ame a Jesucristo lo más profundamente posible, con un amor sincero y personal hacia Él. Creo que si hay un amor sincero a Cristo, más allá de lo imperfecto de este amor, me atrevería a decir que un sincero amor al prójimo viene casi por añadidura, casi como consecuencia natural de ese amor fundamental y primero.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Fundamentalmente ayudándolo a que siempre ponga en el centro de su vida, de sus opciones puntuales, de sus deseos, a la persona de Jesucristo, Aquél a quien ama por sobre todas las cosas, y que lo llamó amorosamente para el sacerdocio. Qué Él se constituya en el parámetro que le permita discernir su escala de valores, sus decisiones personales, y que cualquier otra motivación –explícita o implícita- quede en la práctica relegada a un segundo plano. Y esto es un trabajo que lleva años, y por lo tanto, sí puede darse el caso de un seminarista que pase años habiendo puesto como centro de su querer y de sus decisiones -quizás sin mala intención o no siendo del todo consciente- otros intereses.

[vicentearcila]

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? es entender que la formación depende en gran parte de el mismo seminarista y que él lo está haciendo porque le gusta, por convicción, no porque se lo mandaron a hacer, si no porque se siente responsable con su formación y sabe que los formadores son solo facilitadores del proceso entre el formando y la formación , pero que es deber del seminarista apropiarse de la formación y ser responsable en cuanto ella.
¿está de acuerdo con este principio? Si porque es una forma de que el seminarista se de cuenta de que la formación es responsabilidad también nuestra.


2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda?

Creo que esto se puede lograr inculcándole al seminarista la importancia de generar en nosotros iniciativas y motivación y siendo personas proactivas para que desde el seminario, tengamos un espíritu investigador que es lo que esta necesitando la iglesia de hoy, personas que se preocupen por la realidad por la que esta pasando el país y aun mas que ayude a transformarla.

¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?

Si , pues puede tener otras motivaciones como el prestigio, la fama y quizás en algunos casos también por el dinero.
_________________
VICENTE ARCILA.
SEMINARISTA.
SEMINARIO DIOCESANO NUESTRA SEÑORA
MARINILLA. ANT. COL.

[Hernán Diego Carletta]

1) La autoformación es asumir el formando el rol protagónico de su formación. Es responsabilizarse de que es necesario el proceso de formación no como una manera de cumplir, sino como lo indispensable para la vivencia futura del ministerio.
El seminarista tiene que estar convencido de querer formarse a partir de optar por un seguimiento a Jesús y concretamente en su llamado al sacerdocio. Esto lo ayudará a enfrentar dudas que puedan aparecer en su camino con respecto a su vocación.
La formación irá ayudando al seminarista a conocerse a sí mismo, ya que la misma no debe responder sólo a lo intelectual sino al conocimiento y madurez como persona, un trabajo de toda la vida.
Es bueno que tenga en cuenta que Dios lo llamó así como es, en toda su realidad de virtudes, defectos e historia de vida, más allá de que deberá trabajar en su madurez y crecimiento personal: superar los obstáculos que aparecen en su formación, siendo sincero consigo mismo, con los formadores y ante Dios, lo que le ayudará a reconocerse dependiente en su camino.
Estoy totalmente de acuerdo con este principio, ya que uno es el principal responsable de su formación, más allá de la ayuda necesaria y la orientación que se necesita. Hacerse cargo de la propia formación es aceptar el llamado de Dios, recibiendo a las personas que Él pone en nuestro camino para orientarnos.

2) Creo que ese paso se puede dar teniendo al amor como centro. El amor de Dios que lo elige y lo llama y el amor de él hacia Dios que lo anime a servir a los hermanos.
La vocación no puede mantenerse por pura voluntad, sino como una respuesta a Dios que toca nuestro corazón invitándonos a seguirlo.
Puede darse el caso de que un seminarista pase años movido no por el amor sino por otros intereses. Pero de todos modos en algún momento se hará insostenible porque no se habrá descubierto el sentido más profundo del sacerdocio: el servicio a Dios y a los hombres desde el amor. Si no se da ese paso no se podrá permanecer.
_________________
Hernán Carletta