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El Vaticano está teniendo serios problemas económicos

 
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Argento
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Registrado: 09 Nov 2006
Mensajes: 2329

MensajePublicado: Mar Jul 07, 2009 7:10 am    Asunto: El Vaticano está teniendo serios problemas económicos
Tema: El Vaticano está teniendo serios problemas económicos
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La crisis económica también afecta a las cuentas del Vaticano

La Santa Sede cerró el 2008 con una pérdida de 911.514 euros.

CIUDAD DEL VATICANO, lunes 6 de julio de 2009 (ZENIT.org).- La crisis económica se refleja en las cuentas del Vaticano del año 2008.

Así lo señala un comunicado del Consejo de Cardenales para el estudio de los problemas organizativos y económicos de la Santa Sede, emitido este sábado, tras su 43ª reunión, por la Oficina de Información de la Santa Sede.

Trece cardenales del Consejo, entre ellos los arzobispos de Madrid, Lima y Caracas, Antonio María Rouco, Juan Luis Cipriani y Jorge Liberato Urosa respectivamente, participaron en la reunión, celebrada del 1 al 3 de julio en la Ciudad del Vaticano.


Balance económico de la Santa Sede

El balance de entradas y salidas consolidado de la Santa Sede en el ejercicio del año 2008 se cerró con unos ingresos de 253.953.869 euros y unos gastos de 254.865.383 euros, lo cual representa una pérdida de 911.514 euros.

En este balance, se han aplicado "criterios de valoración destinados a evitar la contabilización de potenciales depreciaciones debidas a la fase aguda de la crisis económica global en el sector financiero y las relativas consecuencias en el resultado final del ejercicio".

Esta medida se ha tomado "en conformidad con los procedimientos adoptados de manera excepcional por los Organismos Contables Internacionales y por autoridades monetarias de varios países", señala el comunicado.

Los cardenales explicaron que las salidas de dinero de la Santa Sede se atribuyen mayoritariamente a los gastos ordinarios y extraordinarios de sus dicasterios y organismos.

En ellos, prestan servicio 2.732 personas, de las cuales 761 son eclesiásticos, 334 son religiosos y religiosas, y 1.637 laicos.


Óbolo de San Pedro, una colecta independiente

El comunicado presenta también la colecta del Óbolo de San Pedro en el último año, que es independiente del presupuesto vaticano, pues se destina a las obras de caridad del Papa.

Este informe sobre el Óbolo de San Pedro refleja un aumento en la contribución por parte de muchas entidades respecto a años anteriores, pero también una ligera disminución del total recibido (75.800.000 euros), "debida a la situación económica general", según el comunicado.

El Óbolo de San Pedro está constituido por el conjunto de ofrendas para la caridad del Papa que las Iglesias particulares hacen sobre todo en ocasión de la solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, y por las contribuciones que hacen llegar al Santo Padre los institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, fundaciones y algunos fieles.


Gobernación de la Ciudad del Vaticano

En la reunión, la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede presentó el balance de ingresos y gastos de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, que refleja una pérdida de poco más de 15 millones de euros.

La Gobernación es la estructura que provee los recursos para la gestión del territorio, de las instituciones y de las estructuras, así como el ejercicio de las actividades de apoyo a la Santa Sede. Bajo su jurisdicción trabajan 1.894 personas. Su presupuesto es independiente del de la Santa Sede, que implica la Curia Romana, representaciones pontificias, medios de comunicación, etc.

Ese balance de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano refleja el inicio del estudio para una infraestructura de comunicación integrada que comprende los servicios de telefonía e Internet, los aportes realizados para la instalación de una estructura fotovoltaica en el techo del Aula Pablo VI, y el compromiso económico y financiero sostenido para la tutela, valorización y restauración del patrimonio artístico de la Santa Sede.

El Papa visitó a los participantes durante las reuniones del Consejo de Cardenales para los asuntos económicos de la Santa Sede en las que se presentaron los tres balances del Vaticano (de la Santa Sede, de la Gobernación y del Óbolo de San Pedro).

Benedicto XVI escuchó sus planteamientos, ofreció algunas indicaciones de carácter pastoral y agradeció su colaboración.

Fuente: http://zenit.org/article-31792?l=spanish
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semper_crucifero
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Registrado: 22 Ago 2007
Mensajes: 3908

MensajePublicado: Mar Jul 07, 2009 9:25 am    Asunto:
Tema: El Vaticano está teniendo serios problemas económicos
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SAN LORENZO MARTIR

San Lorenzo, diácono de la Iglesia de Roma nacido en Huesca (España), viendo al Papa San Sixto marchar a la muerte (fue crucificado), le dijo con tristeza: “Oh padre mío, ¿adónde vas sin tu hijo?” “No te abandono –respondiole el pontífice–, me seguirás dentro de tres días”.

En efecto, Lorenzo fue prendido; y como le pidiesen los tesoros de la Iglesia, llevó ante el tirano a los pobres a quienes se los había distribuido, diciendo:
“He aquí los tesoros de la Iglesia”.

Fue colocado sobre una parrilla ardiente, y, poco después, dijo al perseguidor: “Dadme vuelta, estoy bastante cocido de este lado”. Lo dieron vuelta, y añadió poco después: “Está bastante cocido; podéis comer”. Murió en el año 258, bajo Valeriano, dando gracias a Dios por la merced que le concedía de poder sufrir por Él.

Cita:
¿Quién no preferiría arder una hora con San Lorenzo a soportar toda una eternidad el fuego del infierno? (San Agustín).


Bendiciones.
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Miles_Dei
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Mensajes: 11717

MensajePublicado: Mar Jul 07, 2009 12:47 pm    Asunto:
Tema: El Vaticano está teniendo serios problemas económicos
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No me extraña... El que con dineros anda y es de Cristo acaba siempre sin ellos.

Un saludo en la Paz de Cristo.
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Se trabó un gran combate en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón. (Apoc 12, 7)
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semper_crucifero
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Registrado: 22 Ago 2007
Mensajes: 3908

MensajePublicado: Jue Jul 09, 2009 11:15 am    Asunto:
Tema: El Vaticano está teniendo serios problemas económicos
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Miles_Dei escribió:
No me extraña... El que con dineros anda y es de Cristo acaba siempre sin ellos.

Un saludo en la Paz de Cristo.


Laughing

Bendiciones.
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Tomás Bertrán Mercader
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Registrado: 01 Oct 2005
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Ubicación: España

MensajePublicado: Jue Jul 09, 2009 1:10 pm    Asunto:
Tema: El Vaticano está teniendo serios problemas económicos
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Del libro "Leyendas negras de la Iglesia" de Vittorio Messori.

Riquezas vaticanas

Solamente dos datos —pequeños, pero significativos e irrefutables— a propósito de las habladurías acerca de las habituales «riquezas de la Iglesia».

El presupuesto de la Santa Sede —es decir, de un Estado soberano con, entre otras cosas, una red de más de cien embajadas, «nunciaturas» y todos esos «ministerios» que son las congregaciones, además de los secretariados y un sinfín de oficinas—, ese presupuesto en 1989 era, pues, igual a menos de la mitad del presupuesto del Parlamento italiano. En resumen, tan sólo los diputados y senadores que acuden a los dos edificios romanos (en otro tiempo pontificios) de Montecitorio y Palazzo Madama cuestan al contribuyente más del doble de lo que cuesta el Vaticano a los ochocientos millones de católicos en todo el mundo.

Estos católicos ¿son muy generosos? No lo parece, dado que esos ochocientos millones de cristianos ofrecen cada año a su Iglesia donaciones inferiores a las que dan los dos millones de americanos miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Por no hablar de los Testigos de Jehová o de las demás sectas —la Iglesia de la Unificación de Sun Moon, por ejemplo—, las cuales disponen de capitales que mueven e invierten en todo el mundo y que ponen en ridículo las «riquezas» del Vaticano. Las únicas, sin embargo, de las que se habla con indignación.

A esos que se indignan se les escapa el detalle que semejantes riquezas (a diferencia de lo que ocurre con las nuevas sectas, iglesias y cenáculos que no dejan nada por demás) se han puesto a trabajar a lo largo de los siglos con una «inversión» que dio, da y dará siempre dividendos extraordinarios. Y a la «inversión» en arte se debe la prosperidad de innumerables ciudades de Europa, y sobre todo de Italia.

¿Qué sería Roma si sólo contase con esas escasas ruinas imperiales, si una serie ininterrumpida de papas no le hubiese puesto encima las famosas y criticadas «riquezas» para crear el que tal vez sea el mayor conjunto artístico del mundo, repartido por todos los barrios? Alguien debería recordar a políticos, periodistas y demagogos varios que se dedican a moralizar en Roma sobre el «dinero del Vaticano» que en esa misma ciudad casi la mitad de la gente vive de los ingresos del turismo surgido, precisamente, de gastar dinero «católico», siglo tras siglo, a favor del arte. Si —aquí como en cualquier otro sitio— se reconoce al árbol por los frutos, hay que decir que tantos siglos de administración pontificia de Roma, aun con sus sombras (pero no más graves que la media del tiempo) han dado como fruto dotar a la ciudad de un capital capaz de producir una riqueza sin fin.

A propósito del dinero, la campaña de escándalo contra el ocho por mil del impuesto sobre la renta de las personas físicas que los contribuyentes pueden poner libremente a disposición de la Iglesia italiana ignora (o pretende ignorar) cuál es el trasfondo histórico.

En 1860 los piamonteses, con el fin de alcanzar (y bloquear) a Garibaldi en el sur, aprovechando para aniquilar por la fuerza al nuevo reino, invadieron las regiones pontificias de la Romaña, las Marcas y Umbría. De todas sus posesiones, a la Iglesia sólo le quedó el Lacio, que también se vio invadido y confiscado por los Saboya en 1870. Todo esto fue considerado como una completa y verdadera rapiña por los historiadores de derecho internacional, y por cierto que no todos católicos: se escandalizaron por la superchería hasta los grandes juristas de la luterana Alemania de Bismarck. A esto siguió ese otro clamoroso abuso del secuestro y confiscación de todos los bienes eclesiásticos italianos: desde los monasterios a las instituciones benéficas, los campos y las iglesias mismas. Confiscación a la que, atención al dato, no precedió ninguna indemnización.

Para intentar salvar la cara frente a la comunidad internacional -y para dar una cierta seguridad a las masas católicas que representaban la enorme mayoría, silenciosa porque estaba excluida del voto, de los súbditos del nuevo reino de Italia- inmediatamente después de la apertura de Porta Pia, el gobierno de los liberales aprobaba la llamada Ley de las Garantías (Guarentigie). Una ley que, reconociendo implícitamente que la conquista sin ni siquiera declaración de guerra, de todos los territorios de un Estado violaba el derecho de gentes, atribuía un «reembolso» al Papa, como soberano saqueado. La suma se estableció como una renta de casi tres mi­llones y medio de liras-oro: una enormidad para un Estado como el italiano cuyo presupuesto era de pocos centenares de millones de liras. Una enormidad que confirmaba sin embargo la magnitud de la «rapiña» perpetrada.

Sin embargo, el Tratado de las Garantías no fue aceptado por ambas partes, pues era una ley unilateral del gobierno saboyano: los papas nunca la reconocieron ni quisieron aceptar ni un céntimo de esa llamativa cifra. Para subvenir a las necesidades de la Santa Sede prefirieron confiar en la caridad de los fieles, instituyendo el Óbolo de san Pedro.

Sólo casi seis décadas después, en 1929, se alcanzaron los Pactos Lateranenses, que incluían un concordato y un tratado que regulaba también las relaciones financieras. El tratado restablecía el principio de aquel «reembolso» por la confiscación del Estado pontificio y de los bienes eclesiásticos que el mismo gobierno italiano de 1870 había juzgado necesario. Se estableció de ese modo que Italia pagaría 750 millones al contado y que asumiría algunos gastos como el de una paga para los sacerdotes «al cuidado de las almas». Esa paga se basaba en parte en los créditos que la Iglesia vertía al Estado italiano, y en parte surgía de las nuevas funciones públicas -como la celebración y el registro de matrimonios con rito religioso, que también poseían validez civil- que los pactos atribuían a la Iglesia.

Así pues, las concesiones económicas de 1929, motivo de tanto escándalo por la polémica anticlerical, no eran un «regalo», el fruto de un favor «constantiniano», sino el abono (si bien, sólo parcial) de una deuda derivada de las expoliaciones del siglo XIX.

La reciente revisión de los Pactos Lateranenses, obra del gobierno socialista encabezado por Bettino Craxi (y no democristiano, como podría esperarse), debería juzgarse desde esta perspectiva histórica. En esa revisión, por otro lado, se supera el concepto, absolutamente legítimo a la luz del derecho internacional, de «reembolso» y se instaura el de la contribución voluntaria de la que el Estado se limita a hacer de recaudador.

El famoso «ocho por mil», pues, se enmarca en una coyuntura más que centenaria de la historia italiana. Pero ¿quién se acuerda de ella?

Pues sí: intentemos vender —a beneficio, qué sé yo, de los pobres negritos— los tesoros del Vaticano. Empecemos, por ejemplo, con la Piedad de Miguel Ángel, que está en San Pedro. El precio de salida, según dice quien ha intentado aventurar una valoración, no podría ser inferior a los mil millones de dólares. Sólo un consorcio de bancos o multinacionales americanas o japonesas podría permitirse semejante adquisición. Como primera consecuencia, esa maravillosa obra de arte abandonaría Italia.

Y luego, esa obra que ahora se exhibe gratuitamente para disfrute de todo el mundo caería bajo el arbitrio de un propietario privado —sociedad o coleccionista multimillonario— que podría incluso decidir guardársela para sí, ocultando a la vista ajena tanta belleza. Belleza que, además, al dejar de dar gloria a Dios en San Pedro, daría gloria en algún búnker privado al poder de las finanzas, es decir, a lo que las Escrituras llaman «Mammona». Tal vez el mundo tendría un hospital más en el Tercer Mundo, pero ¿sería verdaderamente más rico y más humano?

http://www.conoze.com/doc.php?doc=3504
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