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Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Vie Abr 04, 2008 10:09 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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De Alfa y Omega:

Ante el funeral de monseñor Gayá, iniciador del Movimiento de Cursillos de Cristiandad
Evangelizadores de vanguardia
Mañana viernes, el cardenal Rouco oficiará, en la catedral de la Almudena, el funeral por monseñor Sebastián Gayá, uno de los tres iniciadores del Movimiento de Cursillos de Cristiandad. Su labor ha sido clave para la evangelización de millones de personas en todo el mundo, a través de un método que se centra en anunciar el Evangelio, desde el testimonio, y sobre todo a las personas alejadas de Dios, o enfriadas en su fe constatarlo


Cuando falleció, a finales de diciembre, pocos habrían dicho que sobre sus hombros frágiles y consumidos había descansado una labor de evangelización que ha producido millones de conversiones en todo el mundo. Monseñor Sebastián Gayá, Prelado de Honor de Su Santidad el Papa, fue uno de los tres iniciadores del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC) reconocidos por la Santa Sede, y «un maestro de apóstoles, discreto, humilde, trabajador, sencillo y con una inmensa capacidad para ponerse al servicio de los demás y entusiasmarlos para la evangelización», en palabras de monseñor José Ángel Sáiz Meneses, obispo de Tarrasa y Presidente de la Fundación Sebastián Gayá. Mañana viernes, 4 de abril, el cardenal arzobispo de Madrid, don Antonio María Rouco Varela, oficiará en la catedral de La Almudena un funeral por el eterno descanso de este sacerdote, y para dar gracias a Dios por su vida y su obra, que se extiende hoy por los cinco continentes. Además, a la celebración del viernes no sólo están llamados los miles de cursillistas madrileños, sino «todos los que se sientan Iglesia, que tengan inquietud evangelizadora y que deseen dar las gracias a Dios por una persona que ha dedicado 70 años de su vida al sacerdocio y por cuya labor, muchos se han encontrado con Cristo», afirma Sáiz Meneses. Don Manuel Romero, Presidente diocesano de Cursillos en Madrid, asegura que «Sebastián siempre ha sido Iglesia, más allá de todo carisma. Le dedicó su vida al Evangelio, a trabajar para que otros se encontrasen con el Señor. Por eso, todo el mundo está invitado a acudir al funeral y a conocer el Movimiento de Cursillos en esta Eucaristía». Además, en la celebración también se recordará a Eduardo Bonnín, otro de los iniciadores de esta realidad eclesial en auge, que falleció a principios de febrero.

Punta de lanza en el apostolado


La importancia de monseñor Gayá, Eduardo Bonnín y monseñor Juan Hervás -los tres iniciadores del MCC- descansa, precisamente, en su labor para asentar el método apostólico que se mantiene vivo en los Cursillos de Cristiandad. Este movimiento se sitúa en la primera línea de la evangelización, como si fuese una punta de lanza del apostolado. Don Manuel Romero asegura que, «en Cursillos, nos movemos en el primer anuncio del Evangelio, lo que se llama el kerygma, la proclamación gozosa de lo fundamental cristiano, como los primeros apóstoles». Y añade: «El Cursillo es una forma, cada vez más novedosa, de encontrarse con Cristo de modo cercano, alegre, sencillo; para sentir, palpar y hablar con Dios de tú a Tú. Son tres días en los que uno puede encontrarse con Jesús, el Nazareno, como los de Emaús, a través de la Iglesia, desde un anuncio testimonial de la fe cristiana». Eso sí, esta labor de apostolado no tiene nada que ver con otras convivencias o con unos Ejercicios espirituales pues, según monseñor Sáiz Meneses, «hay otras iniciativas para llevar a Dios a los hombres, y todas cumplen una misión en la Iglesia; sin embargo, Cursillos es el principal movimiento que trabaja en el primer momento. Es un instrumento abierto a todos, pero sobre todo, a los que nunca han oído hablar de Cristo o se han alejado de Él». Es por esto que el obispo de Tarrasa no duda en asegurar que «el método que dejó Sebastián sigue cumpliendo una misión cada vez más relevante, si se aplica bien".
Don Enrique Silvela, Secretario del Secretariado Nacional del MCC, afirmar que, «Cursillos se adelantó al Concilio Vaticano II y fue un revulsivo de la nueva evangelización. Hoy sigue siendo un elemento de choque insustituible para encontrarse con la verdad de la fe cristiana, que se expone con total libertad y sin imposiciones». Esta mención a la libertad personal que hace Silvela no es, ni mucho menos, baladí. De hecho, el objetivo del Cursillo es que, quien acude a él, pueda conocer realmente a Cristo -y a la Iglesia- para elegir en libertad si desea, o no, seguirle. Después, y para quien así lo desee, «nosotros le abrimos las puertas de nuestra comunidad viva, dinámica, joven, entusiasmada», dice Manuel Romero. Y concluye: «En Cursillos decimos mucho que Iglesia soy yo. Y eso lo llevo grabado en el corazón desde entonces. En mi cursillo me encontré con Cristo vivo de verdad, con una Iglesia viva que se manifiesta en la comunidad. Me sentí miembro activo de la Iglesia, ¡yo, que había sido durante 52 años un cristiano pasivo! Hoy deseo llevar la alegría de Dios a quienes tengo a mi alrededor: empiezo por mi entorno familiar, laboral, personal…, pero también remando mar adentro, porque Dios quiere que todos sus hijos se salven. Y todos, son todos. Para eso trabajamos en Cursillos: para llevar a otros la alegría del Evangelio. No hay nada ni nadie que te haga más feliz que Jesucristo. Y aunque a veces sea difícil dar testimonio, como decía Sebastián, no queremos cansarnos de cansarnos».
José Antonio Méndez

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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Vie Abr 11, 2008 10:45 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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DEDICADO A MI HERMANO CURSILLISTA ALBERT

El espíritu de Asís.


El 27 de octubre de 1986, Juan Pablo II realizó uno de los gestos más comentados de su pontificado: en la ciudad de san Francisco invitó a los representantes de las grandes religiones para orar por la paz, proponiéndoles "comenzar un camino común". Cada religión fue invitada a hacerlo según su propia tradición y espiritualidad.

A partir de aquel acontecimiento nació el llamado espíritu de Asís, que ha tenido continuidad y se ha afianzado gracias en especial al compromiso de la Comunidad de Sant'Egidio, fundada en 1968 en Roma por el profesor universitario italiano Andrea Riccardi y que se ha extendido a numerosos países, entre ellos el nuestro. Por ello, se han multiplicado los encuentros en diversas ciudades europeas. En el año 2001 este encuentro interreligioso de oración y reflexión se celebró en Barcelona.

Se ha escrito que el espíritu de Asís se inscribe en algunas actitudes típicamente franciscanas: humildad, fraternidad, intercesión por la paz, comunión o cohabitación espiritual, confianza para salir al encuentro del otro y establecer con él un diálogo. Y la convicción de estar todos bajo la mirada clemente y misericordiosa del único Absoluto, que precisamente por serlo nos supera a todos.

Francisco de Asís, además, tuvo la iniciativa de abrir el diálogo con el islam. Es sabido que en el año 1219, durante la quinta Cruzada, Francisco, superando los condicionamientos de su tiempo, cerca de Damieta, en el delta del Nilo, durante una breve tregua en los combates, tomó la decisión de dirigirse acompañado de un sólo compañero religioso a dialogar con el sultán Al Malik Al Kamil, soberano de Egipto y de Siria y nieto de Saladino, el cual lo recibió con todo respeto y lo escuchó y dialogó con él durante varios días. Cuando la tregua tocaba a su fin y Francisco y su compañero tenían que partir, el sultán, que había visto en él a un hombre de Dios, quiso ofrecerle unos obsequios muy generosos. Francisco, sin embargo, los rehusó cortésmente y se volvió al campamento cristiano con las manos vacías, pero acompañado de la numerosa escolta que le quiso poner el sultán, ante la mirada sorprendida tanto de los musulmanes como de los cristianos...

El pasado 17 de junio Benedicto XVI hizo uno de los gestos más significativos de su pontificado: en una intensa jornada visitó Asís y estuvo en los principales lugares que marcaron la vida y que conservan la memoria del fundador de los franciscanos. La visita papal se inscribió en la conmemoración de los 800 años de la conversión de san Francisco de Asís. Como se recordará, el Papa Juan XXIII, poco antes de que comenzaran los trabajos del Concilio Vaticano II, quiso también realizar una peregrinación personal a Asís, que tuvo en aquel momento una gran resonancia en los medios de información.

De Francisco de Asís se ha dicho que es un santo para todos los tiempos. Y la razón de esto es que muy pocos como él han logrado ser una imagen del mismo Jesucristo. El Papa teólogo quiso entrar directamente en el mensaje de Asís: "Asís nos dice que la fidelidad a la propia convicción religiosa, la fidelidad sobre todo a Cristo crucificado y resucitado, no se expresa con la violencia y la intolerancia sino con el respeto sincero del otro, con el diálogo, con un anuncio que interpela a la libertad y a la razón, en el compromiso por la paz y la reconciliación". Y del encuentro de su antecesor en Asís, en el año 1986, no dudó en afirmar que "fue una intuición profética y un momento de gracia".

+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa
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Hermano Albert, como ves el Obispo de Tarrasa es un enamorado del espírtu de S. Francisco de Asís, como lo eres tú. Lo sé con certeza. Por eso te lo dedico. Hoy en día, hace falta otro Francisco de Asís, que cambie el camino de las armas por el camino de la Paz. ¡Basta ya de guerras en nombre de Dios!(Juan Pablo II).
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Mar Abr 15, 2008 12:54 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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De Zenit.org:

Cómo ser un líder virtuoso

Entrevista con Alexandre Havard

ROMA, lunes, 14 abril 2008 (ZENIT.org).- Los líderes no nacen, se hacen. Y el liderazgo no es algo reservado a las élites sino una vocación generalizada. Son ideas promovidas por el director del Centro Europeo para el Desarrollo del Liderazgo (European Center for Leadership Development), Alexandre Havard.

Este emprendedor cuenta a Zenit que cuando más profundamente se viven las virtudes, más se puede cambiar la cultura.

Havard ha ideado el programa ejecutivo titulado «Liderazgo virtuoso» que convierte las virtudes clásicas como base para la excelencia personal y profesional.

Su experiencia está ahora recogida en un libro en inglés, «El liderazgo virtuoso, una agenda para la excelencia personal» («Virtuous Leadership: An Agenda for Personal Excellence», Scepter).

--Los líderes: ¿nacen o se forman?

--Havard: El liderazgo es cuestión de carácter. El carácter es algo que podemos configurar, moldear y fortalecer. Fortalecemos nuestro carácter a través de la práctica habitual de hábitos morales sanos, llamados virtudes éticas o morales. Las virtudes son cualidades de la mente, la voluntad y el corazón. Las adquirimos con nuestros esfuerzos. El acto propio para adquirirlas es un acto de liderazgo.

El carácter no es el temperamento. El temperamento es innato, es un producto de la naturaleza. Puede ayudar en el desarrollo de algunas virtudes e impedir otras. Si soy apasionado por naturaleza, puede parecerme relativamente fácil la práctica de la valentía, pero si soy reticente, puede ser que el coraje se convierta para mí en un auténtico reto. Sin embargo, precisamente mis defectos de temperamento me hacen consciente de que debo luchar por superarlos. De este modo los defectos se convierten en fuerza moral.

Las virtudes imprimen carácter en nuestro temperamento de modo que éste ya no nos domina. Si me faltan virtudes, seré un esclavo de mi temperamento. Las virtudes regulan el temperamento. Una persona impulsiva, inspirada por la virtud de la prudencia, se convierte en más reflexiva. La persona ansiosa y dudosa, inspirada por la misma virtud, se siente impulsada a actuar y a no demorarse. Las virtudes estabilizan nuestra personalidad y relegan las manifestaciones extremas.

El temperamento no tiene que ser un obstáculo para el liderazgo. El obstáculo real es la falta de carácter, que nos deja rápidamente secos, sin energía moral, y bastante incapaces para ejercer el liderazgo.

Hay quien piensa que uno tiene que haber nacido líder, que algunos tienen un don especial y otros no, que el liderazgo es algo ligado al temperamento o a la experiencia. No todos pueden ser Roosevelt o un De Gaulle o un Churchill, piensan. Nada más lejos de la verdad. El liderazgo no está reservado a una élite. No es una vocación de unos pocos. Jefes de estado, profesores, profesionales industriales, amas de casa, responsables militares, agentes sanitarios..., todos ejercen el liderazgo.

La gente espera que hagan lo justo, que sean hombres y mujeres de carácter y virtud, motivados por una visión magnánima hacia las personas que tienen a su cargo. Y se sienten defraudados si fallan. Los líderes tienen que ser virtuosos para ser líderes reales y, ya que la virtud es un hábito que se adquiere con la práctica, decimos que los líderes no nacen, se hacen.

--¿Qué significa que el carácter es la virtud en acción?

--Havard: Que las virtudes son más que simples valores. Las virtudes son fuerzas dinámicas. De hecho, su raíz en latín, «virtus», viene de fuerza o poder. Cada una, si se practica habitualmente, reafirma progresivamente la propia capacidad para actuar.

En mi libro me refiero a seis virtudes. La magnanimidad, para luchar por cosas grandes y plantearse desafíos a uno mismo y a los demás. La humildad, para superar el egoísmo y acostumbrarse a servir a los otros. La prudencia, para tomar decisiones justas. La valentía, para mantenerse y resistir a todo tipo de presiones. El autocontrol, para subordinar las pasiones al espíritu y al cumplimiento de la misión y la justicia, para dar a cada uno lo que merece.

Los líderes son magnánimos en sus sueños, visiones y sentido de misión, en su capacidad para esperar, confianza y osadía, en su entusiasmo por el esfuerzo que requiere el éxito en su trabajo. También en su propensión para usar medios proporcionados a sus objetivos, en su capacidad para lanzarse desafíos a sí mismos y a los que tienen alrededor. La magnanimidad del líder está dirigida a servir a los otros, a su familia, clientes, colegas, a su país y a toda la humanidad.

Esta noble ambición para servir es uno de los frutos de la hermosa virtud de la humildad.
Las virtudes no toman el lugar de la competencia profesional, sino que son parte de ésta.

Puedo tener un diploma en psicología y trabajar como consultor, pero si no tengo prudencia, me encontraré con dificultades para dar consejo a mis clientes.

Puedo tener un MBA [máster en administración de empresas] y ser un ejecutivo de una gran corporación, muy bien, pero si no tengo valentía, mi capacidad para liderar ante la dificultad queda en tela de juicio. La competencia profesional exige más que poseer técnicas o conocimientos académicos, implica la capacidad para usar este conocimiento para que dé frutos.

--¿Cualquier persona es capaz de adquirir y crecer en las virtudes?

--Havard: No todo el mundo se convierte en presidente o primer ministro, ni puede ganar el Premio Nobel de Literatura o jugar en los New York Yankees. Pero todo el mundo puede crecer en la virtud. El liderazgo no excluye a nadie. La virtud es un hábito, se adquiere por repetición.

Si actuamos con valentía repetidamente, al final lo haremos como una costumbre. Si repetidamente actuamos con humildad, se convertirá en una acción habitual. La infancia y la adolescencia desempeñan un papel muy importante en nuestras opciones futuras. Nuestros padres nos influencian para discernir entre el bien y el mal. Pero el crecimiento por sí solo, y la formación, no determinan el carácter. No es raro que niños que hayan crecido en la misma familia usen la libertad de manea distinta y se conviertan en personas muy distintas.

Como el temperamento, nuestro entorno cultural nos puede ayudar a desarrollar ciertas virtudes. En una sociedad marcada por la sensualidad, puede ser duro cultivar virtudes como el autocontrol y la valentía.

Puede ser duro vivir virtuosamente en el contexto cultural actual, pero no es imposible. La capacidad de decir que no nos confiere un gran poder. Somos libres para decidir hasta qué punto dejamos que la cultura actual nos afecte.

Hemos escogido libremente ser lo que somos. ¿Vicio o virtud? Depende de nosotros. La virtud implica y depende de la libertad. No se puede forzar, es algo que escogemos libremente. Si las practicamos asiduamente, el camino al liderazgo está abierto. El liderazgo empieza cuando usamos nuestra responsabilidad libremente.

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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Mie Abr 23, 2008 2:12 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Como os prometí el año pasado (2007) paso a exponer los Ejercicios Espirituales de dicho año, que fueron del 23 al 25 de marzo del 2007. A los de este año no pude asistir ya que se casó en las fechas en que se celebraban los Ejercicios mi hija Lourdes.
El título del Retiro fue:
"Es Dios quien obra"
(Quiero dar las gracias a mi hermano Ramón Rodríguez por haberlos puestos en su blog con su habitual maestría y santa paciencia)

Empezamos por la 2ª Meditación, ya que la primero, que fue el viernes noche, fue más bien de acogida:

2a Med. El pecado del hombre

Sáb. 24 Mar 07

El Padre quiere que la encarnación del Hijo sea una encarnación redentora.

Hemos de ver el misterio del pecado desde arriba. Desde la realidad de amor del Padre y el Hijo. Desde el plan divino. Porque en el misterio de que el Padre quiere que sea una encarnación redentora, ve conveniente que Adán caiga en el pecado. Conviene que peque. Porque es una criatura. Si no lo vemos así, el pecado toma una fuerza que nos aplasta. Y no sabemos cómo salir. Cuando empezamos a ver el pecado, primero empezamos a pensar que a Dios se le han escapado las cosas de las manos. Dios había creado todo tan bien, y fíjate. Pues eso no es toda la verdad. En el plan de Dios ya estaba eso. No es que Dios haga su plan y luego viene el hombre que es un chapuzas, y entonces Dios dice: ‘tenemos que volver a pensar algo, porque se nos están deshaciendo los planes’. No. Desde un principio Dios Padre y el Hijo tienen ya previsto esto.

Al contemplarlo así, empieza a perder fuerza el pecado porque lo empezamos a contemplar envuelto en el amor de Dios. Si no lo contemplamos así, y lo vemos directamente, entonces es algo como un emplaste que pone Dios, para remediarlo. En el plan divino, ya estaba que el Hijo se encarnase y fuera redentor. Que nos redimiera. Nosotros no tenemos experiencia de la nada. De que no éramos nada. Igual que no tenemos experiencia de no ser nada en el futuro, de desaparecer. Y entonces hay el peligro de pensar en que como no tenemos experiencia de la nada, también somos Dios. Que también somos. La criatura no conoce que ha sido creada de la nada. Sólo conoce que es. Tengo conciencia de que soy. Pero no tengo conciencia de que no he sido. Ahí entonces, está la tentación de la soberbia. Yo soy, yo me hago, yo soy dios. Eso Dios ya lo tenía previsto, y con que ahí estaba la tentación, y podía estar como criatura, entonces prevé una muerte redentora. Eso está. Tampoco tenemos experiencia de la muerte. De que dejaremos de existir. Entonces, el hombre se va autoafirmando: Yo tengo que alcanzar mis propósitos, yo tengo que hacer… La tentación primera es: ‘seréis como dioses’. Es la raíz de toda tentación. La realidad es que el único que existe desde toda la eternidad es el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo. Cómo Dios puede hacer que nosotros reconozcamos que no somos nada. Mientras que el hombre se va autoafirmando en sí mismo, se va haciendo a sí mismo. Va diciéndose ‘yo soy dios’. Yo me voy haciendo, y me voy construyendo. ¿Me propongo una cosa? Pues la hago. Y ahí, Dios dice: ‘muy bien, haz. A ver qué eres capaz de hacer. Y nosotros empezamos a construir, a dominar. Mientras parece que el hombre se va construyendo a sí mismo, va perdiendo lo más fundamental. Se va destruyendo. Y cuando parece que más a alcanzado su cima, más tocado está en sus raíces. Esta es la historia del siglo XX. Cuando más parece que ha alcanzado. Y cuanto más ha tenido, más bobo se ha vuelto. No conoce quién es. No sabe amar, no sabe convivir. No sabe dejarse amar. Entonces todo lo que él mismo ha creado se le vuelve en contra. Y la naturaleza se le rebela. Ahí el hombre se ve humillado en lo más profundo de su ser. Es capaz de todo, pero no es capaz de lo más simple. De convivir, de dejarse amar. Ahí está la utilidad del pecado. Cuando el hombre reconoce esto, reconoce que no es nada. Y empieza a conocerse como el que no es nada. Como el que todo lo recibe. Como el que no puede nada. Y que lo más sencillo no lo puede hacer. Esa es la experiencia que el Señor nos pone a nosotros. Que no somos capaces de nada. Hacemos muchas cosas, tenemos muchos proyectos. Y muchas ideas, y construyo. Pero después, la experiencia es que está el pecado ahí que no nos deja. Y que no somos capaces de quitárnoslo. Y ahí entra el misterio de la encarnación redentora. Nosotros somos muy listos. Y eso que pasa en la creación, puede pasar dentro de la Iglesia. Porque entonces nos podemos aprovechar del mismo sentido. Porque siempre está ese bicho que quiere autoafirmarse. Y en ese momento me estoy haciendo Dios. Por eso entonces vemos el pecado como una gracia que nos hace volver al Padre y nos hace reconocer que no somos nada.

¿Dónde está la soberbia? Que me quiero sacar mi pecado y no puedo. Feliz culpa que mereció tal Redentor. Y que me deja saberme criatura. No soy nada. Todo lo estoy recibiendo. Así como nosotros nos enaltecemos, Dios hace lo contrario: viene el Hijo y se abaja. Para que conozcamos que Él está recibiendo todo del Padre. En todo momento. Cristo se hace Redentor. Y nos muestra en una vida humana lo que está pasando desde toda la eternidad. Y nosotros criaturas esa tentación que tenemos de la soberbia de creernos como dioses, nos empieza a mostrar por el pecado que no somos nada. Y Él con su humanidad nos revela ese camino: que lo recibe todo del Padre. ‘Yo y el Padre somos uno’.

Entonces empezamos a contemplar el pecado en su realidad. Y eso es importante, porque si no lo contemplamos así, empezamos a ver el pecado como algo que no podemos superar. Como algo que se impone, y más en nuestro tiempo en el que ves tanto pecado. ¿Es que se le ha escapado esto a Dios de las manos?

El pecado de nuestro tiempo, es que no necesita de Dios. No necesita Redentor, y no conoce el pecado. Y entonces no vuelve a Dios y no conoce que es la gracia. Nosotros podemos tener esa misma tentación, sutilmente. La experiencia de cuando nos vamos a confesar. ¡Pero si me he de confesar de lo mismo de la semana pasada! ¡Qué útil! Para que humildemente reconozcamos que nosotros no podemos. Que nosotros no somos. Que sólo Dios es. Y que ahí nos va curando. Y nos deja. El justo peca siete veces. ¿Por qué nos deja pecar? ¡Feliz culpa…!

Entonces tenemos que volver en humildad al Padre y sabernos criaturas y recibiendo todo de Él. Lo mismo que nos enseña el Hijo: que todo lo recibe del Padre. Fruto de eso, nosotros siempre estamos volviendo al Padre reconociendo que todo lo recibimos de Él. No tenemos nada si no nos lo das. Y en el momento que me aparto un poquito, y pienso que lo hago yo, pues caigo. Caigo en la soberbia, y me voy destruyendo, porque veo que las obras se vuelven contra mí. La experiencia es entonces que en el momento que entras ahí, no te quieres separa del Padre para nada. Porque sabes que en el momento que te separas del Padre te vas a dar un morrazo. Esa experiencia es humillante al principio, pero luego es encantadora. Estás recibiendo el amor del Padre y del Hijo. El mismo amor que reciben ellos.

Fijaos en nuestros días. La experiencia de los cristianos. Hemos abandonado y no conocemos el amor del Padre. Nos hemos quedado en la soberbia del pecado. En no querer pecar. Ahí hay mucha soberbia. Queremos también construirnos, y ¿por qué no? Construirnos también como cristianos. Ser como dioses. Con un poquito que sabemos, de lo que nos han enseñado, y un poquito de fe que tenemos, empezamos a construirnos a nosotros mismos. La propia santidad, también. El Señor dice: ‘venga adelante’ Y nos deja. Pero llega un momento que vemos que no podemos. ‘He intentado hacerme a mí mismo, subir a la cruz, y vaya morrocotón que me he pegado’. ¿Pero qué pasa? Que por mucha voluntad que ponga ahí, no puedo construirme. No puedo ser santo por mis fuerzas. No puedo. Y el Señor al final nos humilla. No podemos. Y porque el que se enaltece, será humillado. Pero quien se humilla será enaltecido. Ese es el camino que hacemos ahora en la Cuaresma. Con esa humillación, vamos volviendo al Padre, reconociendo que todo lo recibimos del Padre, vamos viendo que sin el Padre no podemos. Y si conoces el Amor de Dios y te sabes hijo, ese pecado te servirá para volver al Padre. Y podrás dar testimonio a pesar de ser un pecador. Y precisamente por eso conozco que no soy nada. Ahí hay que ahondar mucho porque entonces el testimonio viene de ahí. De saberse nada en Cristo, recibiendo todo del Padre. Entonces estamos recibiendo ese amor, y podemos recibir ese amor. ¿Cómo? Pues porque fijaos que el Padre le dice al Hijo: ‘ahora les demostrarás que todo me lo devuelves a mí, yendo a la Cruz’. Y en la Cruz, harás presente que todo me lo devuelves a mí. Y el Hijo que es obediente y que recibe todo del Padre, y lo que le complace al Padre le complace a Él. Y al ver que ahí será muerto el pecado, se entrega, porque ahí te devolveré todo. Para que te conozcan. Así te doy gloria. La gloria del Hijo es que conozcan a su Padre. ¿Y cómo conocen a su Padre? Viendo que depende en todo de Él. Y entonces nos humilla más, porque aparece el misterio de la muerte. Porque delante de la muerte, se deshace todo el imperio que nosotros hemos construido. Y todos los planes que habíamos hecho quedan en nada. Ahí nos humilla. Todo lo que yo pensaba queda en nada. Y ahí nos damos cuenta de que no somos nada y que todo lo recibimos. Eso lo podemos encontrar en el pecado de Adán: que quiere ser como Dios. En la torre de Babel: donde el hombre se enaltece a sí mismo, y va construyendo hasta que toda la creación que el hace, se deshace. En el pecado de Caín. Quien se construye a sí mismo, no le da los mejores bienes a Dios. Le da lo que sobra. El cristiano también. Le dejaremos que haga un poquito. Como lo del pastel. Yo hago el pastel, y Dios pone la guinda. No Dios quiere construir el pastel y poner la guinda. El Padre se complace al recibir lo que el Hijo le devuelve cerrando ese círculo de amor. Pero para eso he de saber primero que todo lo recibo del Padre.
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Mie Abr 23, 2008 2:15 am    Asunto:
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3a Med. La Cruz

El Padre y el Hijo nos quieren comunicar esa vida porque el Verbo se hace carne en una humanidad redentora y en esa redención nos están mostrando cómo el pecado está metido en el interior del amor, y Dios permite que pequemos para que no nos condenemos. Porque somos criaturas y la tentación de la soberbia siempre está ahí. La tentación de la soberbia que nos quiere enaltecer.

Por eso cuando cometemos un pecado, el Señor nos está demostrando que no somos nada. Y que necesito de la redención. Por eso siempre en este mundo el Señor nos dejará envueltos en el pecado. Siempre dejará algo de pecado para que podamos volver a sus brazos amorosos. En el camino de la santidad, la perfección atrae. Atrae mucho a la soberbia. Por eso una de las cosas es el amor a Dios, el amor a Jesucristo pero también está eso que atrae a la soberbia, que es la perfección. El Señor nos quiere perfeccionar: nos quiere hacer a imagen de Jesucristo: esposa de Jesucristo. Un solo cuerpo con Cristo. Pero la soberbia ahí se regodea: busca la perfección que Dios me puede dar. Entonces es una búsqueda muy interesada. Mi soberbia no soporta ver la imperfección. Pues bueno. Mientras viváis aquí estaréis rodeados de imperfección, de miseria y de pecado. Para que nos fundamentemos en la humildad. Si no se hubiera dado el pecado original, permanecería la tentación de la soberbia. La tentación de ser como Dios. Y olvidarse de que eres una creatura. La única manera de que se borre esa tentación de la soberbia es que entre en nosotros el Espíritu Santo, que el Señor infunda en nosotros el Espíritu Santo. Que es el amor que se tienen el Padre y el Hijo. Cuando entonces entras en ese amor, el Hijo hecho carne nos da su Espíritu Santo, y entonces es imposible que pequemos. El que ama, no peca. Siempre dejará un resquicio de pecado y de miseria en nosotros para que no nos condenemos. Para que siempre estemos volviendo y cayendo otra vez en el amor del Padre y en el amor de Jesucristo.

¿Que os enfadáis cuando pecáis? Soberbia. Siempre nos dejará algo para que veamos que no somos nada y hemos de volver a Jesucristo, el redentor. Es él el que redime. Y nos damos cuenta de que somos incapaces de amar. En lo más pequeños fallamos. Como aquél que al salir de los EE, se propone no enfadarse. Y el otro le dice que no lo ve claro. Y a la tercera vez que se lo dice, se enfada.

Lo que nosotros nos proponemos no es necesariamente lo que Dios se propone en nosotros. Sólo hasta que entra el Espíritu Santo en nosotros empezamos a saber lo que realmente el Señor nos propone, porque empezamos a entrar en esa vida de comunión y empezamos a saber lo que es amar. Y empezamos a ver que el amor es más fuerte que la muerte.

¿Cómo manifiesta ese amor Jesús en la tierra? Yendo a la Cruz. Porque es la manera humana como nosotros nos enteramos del infinito amor que tiene el Hijo por su Padre y que lo devuelve en ese acto de muerte redentora. Lo devuelve todo al Padre, muriendo en Cruz. Por eso somos capaces de recibir el Espíritu Santo.

Y también si nos presentan la Cruz resulta que huimos porque no somos capaces de volver al Padre con humildad. Escondemos la Cruz. Uno de los mayores problemas en la actualidad entre los cristianos. Escondemos la cruz porque no amamos. Y es la única manera de que el Espíritu Santo sea dado. Si Cristo en su humanidad ha muerto en Cruz devolviendo todo al Padre. Nosotros amaremos plenamente cuando recibiendo todo del Padre, nos volvamos a Él humildemente entonces el Padre nos crucificará. Pero estaremos amando porque estaremos participando del mismo amor del Padre. Ahí estaremos crucificados. Y dando el Espíritu Santo. Esa es una de las mayores tragedias de nuestros días: las personas no vuelven al Padre porque están enaltecidas. Están en la cumbre de su soberbia. La gente de hoy dice: yo no peco. Si no reconoces el pecado, el Señor no te puede redimir. Porque no nos puede dar su amor si no volvemos con humildad. Es que el pecado contra el Espíritu Santo es no reconocer a Cristo como el redentor. El que me pude redimir y volver al Padre. Es lo que estamos viviendo hoy, cuando la gente te dice que no peca: no está volviendo al Padre. Y el Padre no le puede amar, y no recibe el amor del Padre. Y se hacen incapaces de amar. Todo el mundo se hincha a hablar de amar, y no saben amar. En primer lugar porque desconocen la fuente del amor. Lo más grave es que los cristianos no sabemos amar: por la soberbia que no nos deja volver al Padre. Y segundo es que no amamos crucificados. No podemos dar el mismo amor redentor que el Hijo está dando. Pensamos en la santidad cerrándonos en nosotros mismos. Con ser un poquito buenos, ya es suficiente. Anem tirant. No queremos que nos hablen de la Cruz. Hoy no se habla de la Cruz porque no se ama. Sin el amor redentor, la visión de la Cruz es horrible. El hombre no es capaz de volver con humildad al Padre por la soberbia. No escucha la voy del Padre y no se sabe amado por el Padre. Sólo quien se sabe amado por el Padre es capaz de ir a la Cruz. Por eso se esconde la Cruz. Y entonces no hay redención. Porque somos el cuerpo de Cristo. Y Cristo quiere que se abran llagas en nosotros para que se derrame el Espíritu Santo, si no, no convence de pecado. No entra la salvación. En los domingos de Cuaresma, en el segundo es la Transfiguración en el Tabor. Para que veamos que el Hijo sube al Tabor a escuchar la voz del Padre: “Tú eres mi Hijo amado en quien me complazco”, y eso que en su humanidad ahora escucha, puede devolvérselo yendo hacia la Cruz. En seguida va para Jerusalén. Se sabe amado y nos lo muestra de forma que lo podamos entender.

¿Por qué queréis ser santos? Hasta que no escuchemos la voz del Padre no podremos ir a la Cruz.

Un hijo espera todo de su Padre. A la que un niño no ve a su padre, se desespera.

Así nosotros. En la vida espiritual se crece haciéndose niño. Te haces dependiente en todo. Como Cristo. Si por un momento el Hijo negara algo al Padre dejaría de existir.

Nosotros pensamos que Dios nos da la vida y ala, ahí te las compongas. No. Cuando el Padre nos crea está continuamente dándonos la vida.

Nada es nuestro, todo lo recibimos. Cuando nos dice: tú eres mi hijo, tú eres mi amado, corremos a la cruz, porque queremos devolverlo todo. Y vemos ahí el amor que el Padre y el Hijo se tienen, precisamente en la Cruz. Y ese es el único camino. No hay otro porque ese es el que ha elegido Jesucristo. Porque así manifiesta su amor. Y cuando estamos crucificados vamos conociendo el amor que el Padre y el Hijo se tienen. Nos van revelando en lo más íntimo de nosotros ese amor y nos van dando toda esa vida.

Ahora precisamente se desprecia. No se quiere la Cruz. Y ahí tenemos responsabilidad, y estamos negando la vida a otros. Si estamos rechazando el don. Hasta que no escuchemos la voz del Padre que nos dice: “Tú eres mi hijo, en quien me complazco”, no iremos a la Cruz. Por eso no se trata de hacer muchas cosas. Se trata de estar con el Padre. Abundar ahí. Y cuando escuchéis la voz, anda que no haréis. Iréis a crucificaros. ¿Cómo entonces la gente se salvará y será convencida de pecado?

Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré; 8 y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio; 9 en lo referente al pecado: porque no creen en mí; 10 en lo referente a la justicia porque me voy al Padre, y ya no me veréis; 11 en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está juzgado. (Jn 16)

Solo cuando el Espíritu Santo sea derramado, el mundo se convencerá del pecado y volverá con humildad al Padre. Y podrá entonces a recibir esa vida. Como un hijo que va creciendo y va aprendiendo cómo devolver la vida. Así nosotros, en la vida espiritual. Primero hemos de engordar, pero luego hay que crucificarse, para derramar el Espíritu Santo. Los cristianos de hoy día hemos despreciado la Cruz. Y así no hay salvación.

Contemplad las bodas de Caná en el cap. 3 de Jn, y la pasión en el 19.

Para que el Espíritu convenza. No yo.
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4a Med. La Vid y los sarmientos

Interiorizamos. Vamos a ver cómo se hace la unión de Cristo en nosotros. Veamos la explicación en el cap. 15 de Jn, sobre la vid

1 «Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador.

De esa vida que el Hijo recibe del Padre, quiere que el hombre participe. Y siempre la recibirá el hombre a través del Hijo. No hay otra vida que esta. Otra cosa no es vida.

Es la vida que tiene el mismo Cristo. Si no estamos en la Vid injertados, no tenemos vida. O somos cristificados en la Vid de Cristo, hechos miembros del cuerpo de Cristo, o no lo somos, No hay términos intermedios. La plenitud del hombre, está en el Hombre, que es Cristo. Y Cristo es la Vid. Quien no está injertado ahí recibiendo la verdadera vida y haciéndose verdadero hombre en el Hombre, que es Cristo, no se está humanizando. Es el que le dice al hombre qué es ser hombre. Los demás modelos no reciben la vida de la Vid.

Sin Cristo no soy nada. De Cristo recibo todo. Eso crea en nosotros una determinación desde lo más hondo en recibir la vida. En el momento que yo sé que sólo me puedo realizar en Cristo que es el verdadero hombre, en la Vid, en mí se crea ese deseo de estar determinadamente unido a Cristo. Y ese deseo profundo rompe muchas tendencias, muchas mediocridades muchas tibiezas que nosotros tenemos.

Al cielo sólo llega quien es imagen de Cristo. Porque el Padre sólo conoce al Hijo. El Padre nos ama porque ve en nosotros la imagen de su Hijo. Quien no se parezca a Cristo no entra.

El estar injertados en la Vid, crea una determinación de fondo hacia la santidad. A rechazar la mediocridad.

2 Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto.

Eso se dará en la realidad personal de la muerte, en el juicio. Pero que lo corta. Fuera de Él no tenemos vida. Eso el que no da fruto

Y el que da fruto, lo limpia. Lo poda para que de más fruto.

Cuando vamos recibiendo vida en nosotros el Señor va podándonos. Son las purificaciones. Va abnegando, porque estamos recibiendo la vida pero venimos con muchas impurezas. Para unirnos más a la Vid. Y para poder recibir más vida. Es un aspecto de la Cruz. Vamos sintiendo que el Señor nos va abnegando. Jesús no se negó. No nos niega. Sólo abnegará lo que no es Cristo. Negando, cortando, podando lo que no es Cristo en nosotros. Para dar más fruto. Purificación de la memoria, de los sentidos, de la imaginación, de la inteligencia. Hay criterios muy metidos en nosotros que no nos deja que el viñador el corte. Por ejemplo, esas frases tan radicales: si te pide una túnica, da dos. Da a quien te pide. Nosotros tratamos de educar a los pobres. No nos gusta lo que dice el evangelio: no nos pueden engañar, los pobres. Mis criterios van negando la palabra de Dios. La van haciendo a mi medida. Seguramente de forma inconsciente, claro. Criterios que nos meten en una vida mediocre. Vamos rebajando el Evangelio. Le vamos quitando importancia a lo que dice. Lo del sufrimiento. La cruz la quiere para su Hijo pero para ti no lo quiere…

Lo que hace el viñador es ir cortando, para dar más fruto.

3 Vosotros estáis ya limpios gracias a la palabra que os he dicho.

Vamos recibiendo la Palabra y los Sacramentos, que nos van uniendo más a la Vid.

4 Permaneced en mí, como yo en vosotros.

Lo que hemos de hacer cuando el Señor nos va podando, es permanecer ahí. Cuando vienen las podas, las tentaciones son las de correr…

Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.

Cuando nos apartamos de la Vid, nos salen las cosas cada vez mal. A veces el Señor nos deja que nos apartemos, para que veamos que si no estamos unidos a la Vid, no podemos dar fruto. Lo que hay que hacer es que si el Señor poda, permanecer ahí. Es secreto es que en la poda nosotros vamos reconociendo el amor de Dios. Cuando ya estás recibiendo el amor de Dios es cuando ya te dejas podar un poquito. Nos va cortando un poquitín hasta que vamos teniendo más vida. Y te va dando más vida, más fuerza y te va haciendo podas más grandes, y te va crucificando más. Y mientras te va podando, te va dando vida. Y también tú sabes que te va dando vida y estás recibiendo esa vida. La vida que el Padre está dando al Hijo tú la estás recibiendo por el Hijo.

Y por eso no te mueres.

La tentación es que al pasar los años no queramos dejarnos podar más. Porque estamos ahí asentados. Y si se seca, la cortará. El Señor siempre quiere podar para que des más fruto. Y nos va sacando de nuestras casillas, para que demos más.

Así con la Magdalena:

11 Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, 12 y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. 13 Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.» 14 Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. 15 Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.» 16 Jesús le dice: «María.» Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní -que quiere decir: «Maestro»-. 17 Dícele Jesús: «Deja de tocarme, que todavía no he subido al Padre. Pero vete a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.» 18 Fue María Magdalena y dijo a los discípulos: «He visto al Señor» y que había dicho estas palabras.

Tenemos la tentación como la Magdalena, de quererlo abarcar. De quererlo hacer a nuestra medida. Entonces el Señor dice: no me toques, no me cojas, no puedes. Si te piensas por un momento que me has abarcado, que me has entendido, ya has perdido. Déjame que vaya al Padre.

La tentación es que cuando empezamos a caminar en el camino de la santidad, es tomarle medidas al Señor. Lo que pasa con la Samaritana, que le va tomando las medidas y luego el Señor le va llevando siempre a más. Para sacarla de sus casillas.

5 Llega, pues, a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo José. 6 Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta.7 Llega una mujer de Samaría a sacar agua. Jesús le dice: «Dame de beber.» 8 Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice la mujer samaritana: 9 «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?» (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.) 10 Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.»

11 Le dice la mujer: «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? 12 ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?» 13 Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; 14 pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.»

15 Le dice la mujer: «Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla.» 16 Él le dice: «Vete, llama a tu marido y vuelve acá.» 17 Respondió la mujer: «No tengo marido.» Jesús le dice: «Bien has dicho que no tienes marido, 18 porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es marido tuyo; en eso has dicho la verdad.» 19 Le dice la mujer: «Señor, veo que eres un profeta. 20 Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.» 21 Jesús le dice: «Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. 23 Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.

24 Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad.» 25 Le dice la mujer: «Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo desvelará todo.» 26 Jesús le dice: «Yo soy, el que está hablando contigo.»

27 En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con una mujer. Pero nadie le dijo: «¿Qué quieres?» o «¿Qué hablas con ella?» 28 La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: 29 «Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo?» 30 Salieron de la ciudad e iban hacia él. (Jn, 4)

La santidad es ser como Dios mismo. Y eso no sabemos cómo es. Nos lo tiene que decir Él. Como la Samaritana, es Él que ha de darnos el agua. Nosotros no sabemos. Y no le dice que dónde la va a sacar. Si quiere de esa agua, la ha de recibir del Señor. No son sus planes. La está abnegando. Y ahí nos lleva a nosotros. Y no solamente qué es la santidad, sino los medios. El cómo. Cuando llevamos un poco de camino, ya parece que controlo todo. El Señor también nos saca de las casillas de creer que controlamos el camino se santidad. Y te hará ver que para ir donde no sabes has de ir por dónde no sabes. Y te empieza a marear de tal manera, que lo único que haces entonces es dejarte hacer por Él. Eso nos deja bien desnudos. Como pobres. No sabemos. No podemos sacar agua. Porque ahora veo que no tengo ni fuerzas para sacar el agua que antes sí sabía sacar. Nos deja como un pobre. Y cuando he entrado en esa pobreza y empiezo a gustar a Cristo mismo pobre, es cuando entonces el Señor te empieza a regalar. Cuando estás como un pobre esperando a que te de la santidad. Y el cómo sólo lo sabe el Padre. Así el Señor te saca de las casillas, te saca de todo eso. Y tú estás perdido. Pero perdido en el Señor que es cuanto más seguro estás. Entonces estás dejando que el Señor te lo de todo porque tú eres pobre. Has entrado en humildad. Te ha abnegado, te ha despojado de todo. La memoria, todo. Pasa lo de la Vid y el viñador:

5 Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. 6 Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.

¿Cuándo sucederá esto? Cuando estemos unidos a Él, y que el Señor nos haya podado bien. Y estemos participando de su vida. Porque entonces tenemos la experiencia de que todo lo que pedimos, el Señor nos lo da. Porque ya no pedimos lo que nosotros queremos. Pedimos lo que el quiere. (Muchas veces nuestra oración de petición está apegada a nuestros deseos y criterios, y no está abierta).

Yo pediré la Cruz, a desear lo que Él desea.

Vemos que la Samaritana le va poniendo límites. Cuando el Señor viene a purificarnos, siempre sacamos excusas. En el episodio de la Samaritana, es el Señor el que pide. Y en el mismo pedir se muestran nuestros impedimentos: no somos capaces de amarle. Y nos está mostrando en ese mismo pedir lo que quiere abnegar de nosotros. Como es el mismo Señor el que pide que le amemos y no podemos, lo que pasa es que le vamos dejando hacer. Que nos vaya sacando los estorbos, lo que no es suyo. Para que nos vayamos perdiendo, como la Samaritana. Que acaba pidiendo el agua. Dame de esa agua, porque yo no se como conseguirla. Ni siquiera se dónde está el pozo de que me estás hablando. Como la Magdalena, cuando Jesús le dice ‘no me toques’, acaba dirigiendo la mirada al Padre que es donde está Jesús. En lugar de querer abarcarlo, lo contempla en el Padre. Y ese deseo de estar más unidos a Cristo, se convierte en un correr hacia la casa del Padre. Y eso lo hace en lo secreto. Purifica en lo exterior y trabaja en lo profundo. Y cuando veáis que el Señor no os poda, decid ¡ojo!.

Porque la tendencia es siempre al más. Para que no nos detengamos y siempre vayamos corriendo a la casa del Padre. Siempre nos desborda, siempre va a más.

Eso es lo que hace con la Samaritana, y lo que hace con nosotros. Al principio poco a poco y después como a la Samaritana, que la va sacando de las casillas, y llega un momento que se rinde: hazlo tú porque yo no sé. Ni cómo, ni dónde ni nada. Y cuando nos encontramos así, pobres e impotentes, entonces el Señor puede obrar. En la vida cristiana, cuando eres pasivo es cuando más activo eres. Eres pasivo porque eres consciente de que todo lo recibes. Y además no te apropias, no te apartas ni un momento del Padre porque sabes que todo lo estás recibiendo. Como el Hijo lo está recibiendo del Padre. Pero cuando estás recibiendo todo del Padre recibes toda la vida y entonces la das. Y además sabes que incluso estando perdido, aparentemente perdido, lo tienes todo. Lo tienes todo. Y el Señor te lo va dando en cada momento, cuando lo necesitas. Ni más ni menos. Porque estás con Él, unido a la Vid. ¿Qué planes haces entonces? Poquitos planes. Los que hacen falta. Y programas cosas porque tienes que programarlas. Pero estás más desapegado a todo. ¿Para qué vas a estar apegado? Mis planes no sirven, mis deseos son meteduras de pata y mis criterios entorpecen. Entonces has entrado en humildad. Eso nos va centrando en el Señor. Nuestra conciencia ha de ser que no nos movemos porque estamos en Cristo. Estamos centrados en la Trinidad. Hagamos lo que hagamos. Y así descansamos en todo. Porque no te mueven. Lo que nos unifica es estar unidos a Cristo. Y cuanto más perdidos estamos en Él, más nos unifica. Porque más vida nos está dando y más nos crucifica. La línea es esa, que nos saca de las casillas. Dejad que os saque de las casillas, porque si no, os cortan…

El Señor no baja listones. Es el caso de la Samaritana. Va de sorpresa en sorpresa.
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5a Med. Había en el lugar mucha hierba

El trabajo lo está haciendo el Señor. Esto es lo que tiene que quedar. Lo que tiene que salir como fruto, es simplificar las cosas. Tener una mirada simple y una vida simple. En el fondo tanto nos atrae, esa simplicidad.

El principio de la vida contemplativa está en esa situación de la que hablábamos de la Samaritana, cuando se da cuenta de que no sabe.

Vamos viendo que en el camino del desprendimiento, vamos quedando despojados, y en cambio, cuanto más despojados, más nos da el Señor. Esa es la experiencia cristiana: cuando el Señor hace todo en nosotros.

Vamos a ver el milagro de la multiplicación de los panes.

1 Después de esto, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, 2 y mucha gente le seguía porque veían los signos que realizaba en los enfermos. 3 Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos.4 Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos.

Cada vez que Jesús sube al monte es porque va a hacer algo importante, un signo elocuente para los que están delante.

Aquí también nos quiere mostrar algo: el va abnegando hasta que al final lo tiene que hacer todo Él.

5 Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe:

Le dice:

«¿Dónde nos procuraremos panes para que coman éstos?» 6 Se lo decía para probarle,

Eso es lo que el Señor va a hacer a nosotros en un momento de la vida espiritual: te pone en situaciones que te sobrepasan.

porque él sabía lo que iba a hacer. 7 Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco.»

Reconoce que no puede darles de comer. (Felipe) Esa es la experiencia que conviene que hagamos también. En la oración, santa Teresa habla de cuatro modos de sacar el agua del pozo.

Al principio sacas el agua tirando de la cuerda con mucho esfuerzo. Y además luego se te va cayendo por el camino. Es una oración activa, en la que con mucho esfuerzo, sacas muy poco. Después se te ocurre poner una polea. Ya no haces tanta fuerza, pero también sacas muy poca agua. Cuando sale un chorrillo de agua del pozo, entonces se empieza el campo a regar. Y sin esfuerzo. Y el colmo es ya cuando llueve un buen chorro y se empapa bien toda la tierra. Estos dos últimos son aquéllos en los que empieza a haber una contemplación pasiva. Es decir, en la que se está recibiendo. Que tú no haces ningún esfuerzo, y que el Señor se va dando. Y esa es la experiencia que quiere hacer en la multiplicación de los panes y los peces. Y pone a Felipe a prueba. A nosotros también nos pone en situaciones que nos sobrepasan. Para que en la humildad empecemos a saber que no podemos. Para que nos vayamos conociendo. Para que reconozcamos que no somos nada y que no puedo. A la que reconozca que yo no puedo, el Señor ya puede hacer el milagro.

¿Cuándo actuará el Señor? Mientras nosotros no reconozcamos nuestra incapacidad, el Señor no actúa. No se mueve. Cuando empezamos a reconocer que somos incapaces, entonces empezará Él a hacer. La única manera de que Dios pueda actuar, es que nosotros hayamos aprendido la lección de que nosotros no podemos. Esa es la experiencia actual de la Iglesia: intentamos convertir a la gente y nada. Hacemos muchas acciones pastorales y nada. A ver si así reconocemos que no podemos, y Él actuará.

8 Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: 9 «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?»

Otra vez vuelve a reconocer que no podemos. No hay nada que hacer por nuestras fuerzas. Reconoce la imposibilidad de hacer algo. Ahí nos quiere el Señor, porque hasta que no reconozcamos nuestra inutilidad, el Señor no puede hacer el milagro.

El Señor nos mete en situaciones que sobrepasan nuestras capacidades para que reconozcamos nuestra inutilidad. Y entonces hacerlas Él. Entonces viene lo bueno.

10 Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente.»

Ante la inutilidad parece que lo lógico sería ponerse a hacer algo, que vayan a las casas a buscar comida, lo que sea. Pero hacer algo. Pero el Señor dice que se sienten.

Había en el lugar mucha hierba. (Jn 6)

Para que estén cómodos y vean cómodamente el milagro. No estorbéis, solamente confiad. El evangelio lo único que pide es la fe. Si tuvieses fe como un grano de mostaza, moverías montañas. No dice que empieces a moverte. Siéntate, confía. Eso ya es cuando se ha llegado a un nivel de abnegación fuerte, y de ver tu inutilidad de ver que no puedes hacer nada, y que sólo lo puede hacer Él. Por eso el Señor sólo lo deja a ver a quienes han entrado en humildad. Porque al Señor le gusta lucirse. A quien lo puede ver, en su humildad, en agradecimiento, viendo su nada. Se está apoyando en la fe. Sólo en un acto de fe. Fijaos lo que le pasa a Simón Pedro, que ve al maestro que viene caminando por las aguas. Y el maestro le dice: ‘ven’. Y empieza a andar sobre las aguas. Y ¿por qué? Porque confía. Por eso puede andar por encima de las aguas. En el momento que aparta la mirada del maestro, se hunde. En el momento que cae la fe, cae (cf. Mt 14, 25). Vuelves otra vez a tener que sacar agua con el cubo. Eso te hace estar ahí con suma humildad, viendo que nada es tuyo. Como el Hijo. Y ahí estás. Fijaos en eso. Porque al final, la experiencia es que se sacian:

Se recostaron, pues, los hombres en número de unos cinco mil. 11 Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. 12 Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda.» 13 Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.

Al Señor le gusta darte más. Saciarte. La experiencia del que va haciendo con sus fuerzas: pues de sacar una chispita de un esfuerzo tremendo. Por ejemplo en la oración. En cambio el otro va, y en un momento está en contemplación. Uno se queda sediento, porque ha sacado muy poco. El otro tiene experiencia de saciedad. Le sobrepasa. Lo mismo en las tareas apostólicas. Al principio va uno y se mata a hacer cosas y saca poco. El que ya está metido en estas cosas, va se sienta, contempla lo que el Señor está haciendo y saca mucho fruto: eso son los santos. Eso es la vida cristiana. Lo que quiere el Señor de nosotros. Todo se apoya en un acto de fe.
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6ª Med. La abnegación.

Vamos a ver más detenidamente de que se trata la abnegación.

Lo que siempre nos mueve es el amor de Dios que nos pone Él. La abnegación se apoya en las virtudes teologales. Las virtudes teologales son las que inmediatamente me unen con Dios. Por eso se llaman teologales. Cuando yo voy creciendo en las virtudes teologales, me voy uniendo más a Dios, y me descubren todo lo que me impide no unirme con Dios. Fijaos que entonces viene la abnegación, en la forma que por ejemplo habla san Juan de la Cruz, la mortificación: el morir a mí mismo. En primer lugar hemos de considerar que la negación, no niega nada. Lo que hace es sacar estorbos. Nos va afirmando en Cristo. Nos va haciendo, uniendo a Cristo. Porque lo que está tirando de ahí, son la fe, la esperanza y la caridad, que nos mueven a unirnos con Cristo. No está negando propiamente sino afirmando nuestra personalidad: lo que el Señor quiere hacer con nosotros. El hombre viejo, eso lo siente como negación. Siente como que le están matando. Pero en realidad, es necesario sacar los estorbos que están en medio, que no me dejan llegar al fin.

De ahí la abnegación. La tendencia nuestra es autoafirmarnos. En las criaturas. Esa tendencia nace de unos afectos desordenados. Los afectos desordenados que tengo a las criaturas que llenan mi corazón, mis inquietudes, mis deseos, que sin ser malos en un principio, están desordenados. No están puestos en el orden que Dios quiere. Así tenemos que optar entre al amor a Cristo o aquello en lo que yo tengo el corazón. Si opto por Cristo, el obstáculo se irá: lo niego, lo quito. Y el afecto desordenado se pone en su sitio: donde le corresponda. Por eso decimos que es más bien una afirmación de Cristo que me quiere unir a Él. Entonces, las virtudes teologales tienen su asiento en las potencias del alma. Entendimiento, memoria y voluntad. Donde se asientan fe, esperanza y caridad.

Está la abnegación de los sentidos y la del espíritu. De la vida sensible más o menos quizá ya controlamos y ya nos han hablado. Del olfato, tacto, oído, etc. Ahora vamos a tratar de la abnegación de las potencias espirituales.

El entendimiento. Donde se asienta la fe. Cuando el Señor entra en la vida de la Samaritana, siempre la está sacando de sus casillas, y la está negando de su propia manera de pensar, de su manera de razonar. Eso es lo que el Señor hace cuando nos mete en la fe. Cuando estamos viendo con ojos de fe, el Señor siempre va más allá. Y fijaos que eso nos revela criterios intelectuales que tenemos en nosotros que quizá no los formulamos, pero que los tenemos. Que están dentro de nosotros y nos impiden recibir la vida que el Señor nos quiere dar. El Señor nos quiere unir por la fe: es decir, ver como Él ve. Por la fe nos revelará las cosas que en mi inteligencia hay que me están impidiendo mi vida de unión con Cristo. La Samaritana, le va poniendo excusas, porque tenía sus criterios. Si tú eres judío, si yo soy mujer, … Pues igual nosotros tenemos nuestros criterios. Que niegan la Palabra de Dios. Y el Señor quiere removerlos porque en el momento que estamos impidiendo que esa Palabra entre en nuestros corazones, con la verdad que ella lleva, no nos dejamos unir a Cristo. Ir viendo los criterios que puede haber en nuestro corazón. Toda Palabra de Dios, a medida que va entrando, siempre nos va dejando ver criterios que nos alejan. Nos va dando luz. Y los va sacando. Hay que ver lo que dice el Evangelio que no está de acuerdo con nuestros criterios. Quien quiera ser mi discípulo, niéguese a sí mismo…

Lo que no me hace persona, lo que no me hace como Cristo, son esos criterios, esas barreras, impedimentos que ponemos al amor de Dios. Eso es lo que niega. Lo otro afirma. El Señor siempre está diciendo un sí sobre nosotros. Ir viendo criterios. Por ejemplo: Dios no quiere que sufra. ¿Dónde dice eso en el Evangelio? Llevó a su Hijo a la Cruz. O cuando hago una cosa bien, me gusta que lo reconozcan: ‘lo que hace tu mano derecha…’

El mérito es del Señor.

Si cogemos el Evangelio, van saliendo cosas. Impedimentos que quedan a la vista. Y que no nos dejan avanzar. La fe da luz y yo tengo que elegir: el criterio que yo tengo, o la Palabra de Cristo. Si escojo la Palabra, me uno más a Él. Si no, bloqueo el chorro de agua viva que el Señor me quiere dar.

La memoria que se asienta sobre la esperanza. La memoria recuerda las cosas del pasado. Y a la mínima la tenemos ahí, sacando las cosas del pasado. Y además es que según los recuerdos que tengo del pasado, hago y deseo. Según lo que he vivido, deseo. Ejemplo: he tenido tres novias. Y la primera me dio calabazas, la segunda peor aún. Y la tercera ya me deja para el arrastre. ¿Cuál es la experiencia? De desastre. Si viene una cuarta, pues no querré saber nada. Mi memoria del pasado me está condicionando al futuro. Eso es lo que hace la memoria cuando no está asentada en la esperanza. Me bloquea. Y me paraliza. Otro caso: un día, una persona me ha ofendido: me queda esa mala experiencia, esa herida dentro. Y ¿qué hago? Pues estoy ahí como un gato, lamiendo la herida. Y la herida no se cierra. O permanece ahí, escondida. Quizás soterrada, pero está. En cuanto aparece una experiencia que me la recuerda, o me vuelvo en contra, o me desanimo. El mismo caso. Me viene una cuarta novia y lo rechazo porque tengo esa mala experiencia. O lo contrario, me viene una chica hablando y le digo: no quiero ser tu novio, y resulta que no quiere ser novia de nadie, pero yo ya me pongo en guardia. La memoria está juzgando: me paraliza o lo destrozo: no me deja avanzar. Y ver que la memoria alimenta mis deseos y las expectativas. Mi deseo es ser el director de la empresa. Haré lo que sea para llegar a eso. Y si un día viene el gerente, como tengo la experiencia de que si hago la pelota, consigo las cosas y me salgo con la mía. Y llega el gerente, y le hago la pelota. Él está contento. Y los demás dirán: ¡qué caridad! Pero ¿qué hay en el fondo? un deseo oculto. Lo estoy haciendo porque me está moviendo mi deseo, condicionado por la memoria. Yo quedo la mar de bien, pero sé lo que me mueve en realidad. Pues la esperanza, mortifica todo eso. Niega todo eso. Todos mis deseos, mis expectativas. Porque va poniendo los deseos y las expectativas en orden. A medida que el amor de Cristo va entrando en nosotros vamos deseando lo que Cristo desea.

¿Qué desea Cristo? ¿Qué pone en mí? El deseo de Cruz. Entonces no le voy a hacer la rosca a mi jefe. Me importa tres pitos. Si me lleva a la Cruz, pues mejor. En todo. Ya no nos mueve el deseo escondido, sino el deseo que Cristo ha puesto en nosotros. Está negando esos deseos escondidos que tenemos. Hay que ir viendo los deseos que tenemos que chocan con los deseos de Cristo. Viendo por ejemplo las Bienaventuranzas, porque ahí se expresan los deseos de Cristo: Bienaventurados los pobres, los que lloran…

Y esos son los deseos de Cristo que nos los irá poniendo a nosotros. Y que irán negando muchas cosas. A ver qué deseo yo. Cuando entramos en la pobreza, ir viendo cómo lo vivimos. Y por qué tengo esos deseos. Porque os irán revelando criterios que están impidiendo uniros más con Cristo. La Samaritana descubre al Señor cuando le pide de beber. Mientras tanto no ve nada. Estaba tan tranquila con la vida que llevaba.

La voluntad que se asienta en la caridad.

La voluntad no es una fuerza. Se asienta en la caridad. Se mueve por el amor. Es el amor el que mueve la voluntad y no la fuerza. La fuerza del amor. ‘Es que esto lo tienes que hacer por fuerza de voluntad.’ Mentira gorda. Eso lo dicen los mandones y los tiranos. Quien ha estado viviendo así durante años, la voluntad tiene la fuerza de la soberbia. El Señor nos deja a ver hasta dónde llegamos, con nuestra ‘fuerza’ de voluntad. Pero gracias a Dios, por ejemplo, el Señor nos da que nuestra naturaleza es finita. Y se va deshaciendo, y nuestras fuerzas se van debilitando, y uno se queda sin fuerzas. Eso es muy bonito verlo, cuando una persona mayor ha estado trabajada por la gracia, o ha estado reprimiéndose toda su vida, por la fuerza de voluntad.

Cuando las fuerzas desaparecen: las que han estado asentadas en mi propio yo, que me he autoafirmado, empieza a salir todo. Y esa bestia que hay en mí, que no ha estado purificada por la gracia, porque no le he dejado, y sale toda la bestia. Pero fijaos, que una persona que ha dejado que la gracia la trabaje, qué paz transmite. Y cómo vive las enfermedades, cómo vive entonces la vejez, con qué gozo. Lo ves, que está transformado por la gracia, porque no ha puesto resistencia a la gracia: ahí está el secreto de la abnegación: a no poner resistencia. En el fondo la vida cristiana es simple: es dejar a Él que haga.

Y así cuanto más vivimos la fe, la esperanza y la caridad, eso nos une directamente con Dios y va negando, sacando de en medio todo lo que no es suyo.

El Señor entra con su caridad y encuentra que tenemos muchos amores: como la Samaritana. Que tenía 5 maridos… Esos maridos representan las ataduras del corazón. Tiene otros dioses. Su amor está volcado a otras cosas, y está apegada ahí. Y el Señor le descubre su pecado. Es el Señor el que le descubre, le saca a la luz el pecado. Para que lo reconozca. Y eso mismo hará con nosotros: primero nos lo descubre. Cuando el Señor va descubriendo su amor, nos va descubriendo que todo lo demás no es, pero Él sí que es. Entonces la voluntad va hacia donde el amor le está llamando. Porque el amor tiene predilecciones. Hace que también nosotros tengamos un amor de predilección por Él, y va situando todas las demás cosas en su sitio. Él primero, y después las demás cosas, ordenadas.

Pues habrá que ver nuestros amores. Por ejemplo mis cualidades. A lo mejor estoy enamorado de mis cualidades. O lo que sea. Hay que ver que sólo un amor más grande desplazará los otros amores.

Todo es don. No somos nada. Hay que reírse de nuestras tonterías. Luego el Señor te lo hará pasar mal, para mostrarte los apegos. Y que te des cuenta de lo que vale. Y te va enseñando humildad, para unirte más a Él.
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MensajePublicado: Mie Abr 23, 2008 2:30 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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7 ª Med. El amor es el que cambia el mundo

Podéis tomar el cap. 8 de la Carta a los Romanos en este rato posterior a la meditación para rezarlo.

La vida en el Espíritu.


1 Por consiguiente, ninguna condenación pesa ya sobre los que están en Cristo Jesús. 2 Porque la ley del espíritu que da la vida en Cristo Jesús te liberó de la ley del pecado y de la muerte.3 Pues lo que era imposible a la ley, reducida a la impotencia por la carne, Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado en la carne, 4 a fin de que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no según la carne, sino según el espíritu.

5 Efectivamente, los que viven según la carne, desean lo carnal; mas los que viven según el espíritu, lo espiritual. 6 Pues las tendencias de la carne son muerte; mas las del espíritu, vida y paz, 7 ya que las tendencias de la carne llevan al odio de Dios: no se someten a la ley de Dios, ni siquiera pueden; 8 así, los que viven según la carne, no pueden agradar a Dios. 9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece; 10 mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia. 11 Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros.

12 Así que, hermanos míos, no somos deudores de la carne para vivir según la carne, 13 pues, si vivís según la carne, moriréis. Pero si con el Espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis.

Hijos de Dios gracias al Espíritu.


14 En efecto, todos los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. 15 Y vosotros no habéis recibido un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! 16 El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios.17 Y, si hijos, también herederos: herederos de Dios y coherederos de Cristo, si compartimos sus sufrimientos, para ser también con él glorificados.

Destinados a la gloria.

18 Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros. 19 Pues la ansiosa espera de la creación desea vivamente la revelación de los hijos de Dios. 20 La creación, en efecto, fue sometida a la caducidad, no espontáneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza 21 de ser liberada de la esclavitud de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22 Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. 23 Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo. 24 Porque nuestra salvación es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve? 25 Pero si esperamos lo que no vemos, aguardamos con paciencia.

26 Y de igual manera, también el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos pedir como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables, 27 y el que escruta los corazones conoce cuál es la aspiración del Espíritu, y que su intercesión a favor de los santos es según Dios.

El plan de la salvación.

28 Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio. 29 Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; 30 y a los que predestinó, a ésos también los llamó; y a los que llamó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a ésos también los glorificó.

Conclusión: Himno al amor de Dios.


31 Ante esto ¿qué diremos? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros? 32 El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica.34 ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, e intercede por nosotros?

35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, 36 como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero. 37 Pero en todo esto salimos más que vencedores gracias a aquel que nos amó.

38 Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades 39 ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.

Vemos que Cristo nos ha vencido. Esa es la realidad que hemos ido contemplando. Cuando vemos que Él nos ha vencido, más vemos nosotros que vencemos con Cristo. Nos ha derrotado y no somos capaces de nada. No somos capaces de resistir a su amor. Y hemos visto cómo esa abnegación es tierna, delicada, que va trabajando poco a poco, que ese amor que va entrando. Que no podemos resistirnos a eso. Y después participamos de esa victoria. Podemos amar porque Cristo ha puesto esa fuente de agua viva en nosotros. Ha puesto esa fuente de agua viva que está en mí, y que brota, y que estoy inmerso en ese mar que rebosa por todas partes.

Y cómo nada nos puede separar del amor de Cristo.

Siempre hay la tentación de los propósitos: qué fruto tenemos que dar. El único fruto del que yo os he hablado, es cuando Cristo os crucifica. Ahí estáis dando fruto. Pero hasta eso es Cristo el que os está envolviendo en su amor. Qué propósitos tenéis que hacer: ninguno. Mirad un poquito cómo hemos ido entrando. Y viendo cómo el Señor ha ido dándonos todo. Cómo hemos visto que no somos nada. Después de ver todo esto no es que tenga que hacer, sino que has de aprender que todo te viene dado. Eso es importante, hay que dejar que fluya lo que el Señor nos ha dado. Si no me acuerdo, el Espíritu Santo nos lo recordará cuando él quiera. Él es nuestra memoria: memoria privilegiada. El Señor nos irá poniendo en la memoria las palabras del Señor. Cuando convenga, y nos actualizará cosas. Y eso es la experiencia. Por eso, propósitos ninguno: dejar que fluya. La gracia de Dios es como un río. Cuando intentamos atraparla, con un dique, esa agua estancada acaba pudriéndose. Hemos de dejar que fluya. Y entonces, siempre está corriendo el agua. Es que la experiencia es una mala experiencia: yo me saco mis propósitos: me hago mi lista, y qué pasa: que voy repasando, y veo que fallo y fallo y fallo. De vez en cuando alguna no falla por casualidad. Y entonces eso desanima. Y entonces decimos: esto de la vida cristiana es imposible. Pues nada. Dejad que el Señor haga. Eso quizá nos dará un cierto vértigo. Eso es porque te hace estar ahí, en la fe. Lo que nos sustenta, es la fe. En el momento en que nos salimos…

Dónde nos quedamos: en la contemplación de Señor: de dónde venimos, a dónde vamos. Pues estamos en eso. El Señor nos ha desbordado: estamos ahí metidos. Estamos en el Señor, nuestra vida está en Él, y todo depende de Él. Y que nosotros no podemos hacer nadad. Nos da todo en todo momento, y va negando con dulzura y nos v sacando todos los estorbos para que nosotros podamos estar cada vez más en Él. Con dulzura y con firmeza. Cuando nos coge, no nos deja. Para que esté en nosotros esa fuente de agua viva que brote y nos desborde.

Eso es lo que ha de quedar de estos días.

Del monte Tabor hay que bajar. Pero bajas con todo lo que has recibido. Pero engolfado en Cristo, en la santísima Trinidad. La experiencia que hemos sacado es que nos está dando vida. El Padre nos pide que entremos cada vez más en esa vida de Cristo, y que en esa vida lo estemos todo devolviendo al Padre. Y de ahí no nos aparatará nadie (¿quién nos apartará?). Se simplifica mucho la vida. Porque vuelves con mirada de fe. Una mirada simplicísima, ocupados de lo que es verdaderamente importante. ¡Ah! ¿Pero si ud. supiera los problemas que tengo? ¿Es que Cristo no los sabe? Pues mientras no llueva, ves al pozo, pero ves pidiendo que llueva, porque eso es una promesa de fe, que Jesús ha puesto en nosotros esa fuente. Lo que quiere es que brote. Fíjate que si tienes esa certeza que te da la fe, estás en todo momento rezando. Porque tengo la conciencia de la presencia de Cristo, del Padre y del Espíritu Santo que están en mí constantemente. No es que yo esté todo el día pensando. No estamos todo el día pensando que tenemos dos manos, pero sí somos conscientes de que las tenemos. Lo mismo, yo soy consciente de que Cristo está conmigo constantemente. Y por ello estás implícitamente en oración constante. Eso es lo que ha de quedar. No se trata de hacer muchas cosas, sino de amar. Y amar como Cristo nos ama.

Lo primero es estar bien fuerte en el amor. Las cosas ya vendrán. Y es cuando das fruto.

Sentaos en la hierba para ver lo que el Padre hace, y confiad. Para eso ha tenido que haber un camino de abnegación muy grande.

El amor es el que cambia el mundo. La Iglesia no se edifica por lo mucho que hacemos nosotros, sino por la santidad de los miembros.

FIN DEL RETIRO


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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Lun May 19, 2008 1:00 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Permalink: http://www.zenit.org/article-27333?l=spanish
El Papa pide a los obispos «ir al encuentro de los movimientos con mucho amor»

Entrevista con Arturo Cataneo, profesor de Derecho Canónico en Venecia

ROMA, lunes, 19 mayo 2008 (ZENIT.org).- Del 15 al 17 de mayo se ha celebrado en Rocca di Papa, cerca de Roma, el segundo Seminario de estudio para los obispos sobre el tema de los movimientos eclesiales, cuyo significativo título -«Os pido ir al encuentro de los movimientos con mucho amor»- ha sido tomado de una reciente frase de Benedicto XVI a los obispos alemanes.

Las dos ponencias principales han sido confiadas a monseñor Piero Coda, profesor ordinario de Teología Sistemática en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma y presidente de la Asociación Teológica Italiana, y al sacerdote Arturo Cattaneo, profesor de Derecho Canónico en Venecia, que ha hablado de «Movimientos y nuevas comunidades en las Iglesias particulares».

Don Cattaneo ha querido responder a las preguntas de Zenit sobre el argumento.

--En Pentecostés de 1998, Juan Pablo II se dirigía a los movimientos eclesiales recordando que su nacimiento «ha aportado a la vida de la Iglesia una novedad inesperada, incluso rompedora» y que «esto no ha dejado de suscitar interrogantes, malestares y tensiones». A diez años de distancia, ¿qué nos puede decir al respecto?


--Don Cattaneo: Recordaría sobre todo que en aquella ocasión el Papa se dirigió a los movimientos afirmando que, tras un «periodo de prueba» y de verificación, se estaba abriendo ante ellos «una etapa nueva: la de la madurez eclesial». En los diez años transcurridos desde entonces esta «madurez» -también gracias a la solicitud de Benedicto XVI- ha ido consolidándose. Se aprecia especialmente esto en cuanto a su inserción en las Iglesias particulares. Esto no significa naturalmente que todos los problemas se hayan ya resuelto, también porque la Iglesia -como organismo vivo- exige que cada realidad se actualice continuamente.

--¿Qué es lo que hace difícil la solución de los problemas todavía existentes?

--Don Cattaneo: Las dificultades derivan a menudo de los prejuicios, incomprensiones o capillismos por parte de fieles de la comunidad local por un lado, y de imprudencia, inexperiencia o exuberancia por parte de los miembros de los movimientos, por otro. Además -como ha observado el desaparecido padre Jesús Castellano- «los carismas no existen en estado puro, y a veces en nombre de los carismas se pueden realizar abusos». Hace falta por tanto una continua obra de purificación y, por parte del obispo, se necesita no sólo promoción de las riquezas carismáticas, sino también discernimiento, vigilancia y corrección de eventuales abusos.

--¿Cómo se pueden superar tales dificultades y tensiones?

--Don Cattaneo: Principalmente con el diálogo animado por la caridad, con un poco de paciencia y de buena voluntad para comprender y hacerse comprender. Todos deben -como observaba el cardenal Ratzinger- «dejarse educar por el Espíritu Santo», para que puedan tener «el consenso interior a la multiplicidad de las formas que puede asumir la fe vivida». Las dos partes -movimientos y comunidades locales- deben encontrar la vía que conduce a aquellos comportamientos de los que Pablo habla en el himno a la caridad.

--Usted ha hablado a los obispos. ¿Nos puede decir algo de lo que les ha dicho?

--Don Cattaneo: Lo he sintetizado en cuatro puntos, en correspondencia con las características esenciales de la Iglesia, que son un don pero también una tarea. Cristo, por medio de su Espíritu, concede a la Iglesia ser una, santa, católica y apostólica, y la llama a realizar cada vez mejor cada una de estas características. Cada obispo diocesano debe promover en la Iglesia a él confiada la unidad en la pluralidad, la catolicidad en el sentido de apertura a la Iglesia universal, así como la apostolicidad que implica la complementariedad entre institución y carisma. Actuando así, el obispo contribuirá a la santidad de su Iglesia particular como primer servidor del Espíritu.

--¿Nos puede explicar brevemente en qué sentido esto garantizaría la integración de los movimientos eclesiales?


--Don Cattaneo: El servicio del obispo a la unidad debe realizarse en la conciencia de que la diversidad de ministerios, carismas, formas de vida y de apostolado no es un obstáculo para la unidad de la Iglesia particular, sino una riqueza. Hay que considerar que el carácter de comunión, precisamente de la Iglesia, comporta, por una parte, la más sólida unidad y, por otra, una pluralidad y una diversificación, que no obstaculizan la unidad. Una comprensión estrecha de la unidad llevaría a un uniformismo pastoral que haría difícil la inserción y la acción apostólica de los diversos movimientos.

Por otra parte, la catolicidad de la Iglesia particular tiene una especial relevancia para el tema del que nos estamos ocupando. Una de las características predominantes de los nuevos movimientos eclesiales es su dimensión universal. Como realidad de la Iglesia universal, en virtud de la mutua interioridad entre Iglesia universal y particular, los movimientos están llamados actuar en las Iglesias particulares, enriqueciéndolas y preservándolas del peligro del «particularismo» o del «localismo».

--¿No existe sin embargo también el peligro opuesto, el de que un movimiento no se radique suficientemente en la Iglesia local?

--Don Cattaneo: Ciertamente la característica universalidad de los movimientos no debe hacerles olvidar que la Iglesia posee también una esencial dimensión particular. Los movimientos serán por tanto plenamente eclesiales también en la medida en que se radiquen en las diversas Iglesias particulares. La visión universal de la Iglesia, que representa una de las aportaciones valiosas de los movimientos a las Iglesias particulares, se deformaría, convirtiéndose en una visión platónicamente ‘universalista', y esto iría en detrimento de la atención hacia la realidad y los problemas de la Iglesia particular. También esto es amor por la Iglesia. Los miembros de los movimientos, permaneciendo fieles al propio carisma, deberán tratar de injertarlo creativamente en la vida de la respectiva Iglesia particular, sin limitarse a estar presentes en los organismos diocesanos. El campo de acción eclesial propio de los fieles laicos es el de la vida familiar, social, profesional, política, cultural, deportiva, etc. Con esta presencia capilar en la vida de la diócesis evitarán que el carisma del movimiento pueda aparecer en ella como un cuerpo extraño. Es algo análogo a la inserción en una orquesta de un nuevo instrumento musical que, aún conservando sus características, se adecua a las particularidades que allí encuentra con el fin de producir una verdadera sinfonía, y esto gracias a la dirección del director de orquesta, que, en nuestro caso, es el obispo.

--¿Y cómo entender la complementariedad entre institución y carisma?

--Don Cattaneo: Entre institución y carisma no puede haber contraposición -como no la hay entre Cristo y su Espíritu- sino complementariedad, cuya puesta en acto corresponde de modo especial al obispo diocesano, que debe evitar un excesivo y burocrático desarrollo de la dimensión institucional en detrimento de la carismática. Al reflexionar sobre la inserción de los movimientos en las Iglesias particulares existe la tentación de referirse de modo inapropiado al binomio institución-carismas, dejándose arrastrar por una dialéctica claramente inaceptable. En varias ocasiones Juan Pablo II subrayó que el aspecto institucional y el carismático de la Iglesia «son coesenciales». Se debe por tanto afirmar que en cada realidad de la Iglesia se encuentran tanto la dimensión institucional como la carismática, aunque en grado diverso. Sería por tanto equivocado concebir las estructuras pastorales diocesanas como meras organizaciones institucionales, como también sería equivocado colocar a los movimientos eclesiales en un ámbito puramente carismático sin referencias institucionales.

--¿Y cuál sería la responsabilidad del obispo en promover esta complementariedad?


--Don Cattaneo: La importancia de que el ministerio sagrado sea entendido y vivido carismáticamente fue subrayada por Ratzinger, observando entre otras cosas que sólo así «no se da ningún agarrotamiento institucional: subsiste, en cambio, una apertura interior al carisma, una especie de ‘olfato' hacia el Espíritu Santo y su acción [...] y se encontrarán vías de fecunda colaboración en el discernimiento de los espíritus». Puso en guardia del peligro ínsito en una excesiva institucionalización. La Iglesia tiene ciertamente necesidad de estructuras organizativas, también de derecho humano, pero si tales instituciones «se hacen demasiado numerosas y preponderantes ponen en peligro el ordenamiento y la vitalidad de su naturaleza espiritual. La Iglesia debe verificar continuamente su conjunto institucional, para que no se haga excesivamente pesado, no se agarrote en una armadura que sofoque la vida espiritual que le es propia y peculiar».

--Usted concluyó hablando del obispo como servidor del Espíritu. ¿En qué sentido?

--Don Cattaneo: El obispo es el primer ministro del Espíritu Santificador. Ejerce una función de moderador, de episkopé, al servicio del Espíritu de Cristo, vigilando para que las diversas iniciativas apostólicas originadas por los carismas se desarrollen en la concordia y contribuyan a la edificación de la Iglesia en la fidelidad a la tradición apostólica. Su potestad no va por tanto entendida como el centro de cuya plenitud salen todos los ministerios y las iniciativas apostólicas en su Iglesia, sino como el centro que unifica, coordina, anima, promueve y modera, siempre consciente de la responsabilidad de secundar la acción multiforme del Espíritu.
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MensajePublicado: Sab May 31, 2008 4:29 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

Al ser San Pablo el Patrón de Cursillos de Cristiandad, envío link sobre el año paulino:

http://www.annopaolino.org/index.asp?lang=spa

¡¡San Pablo nos convoca y nos urge!!

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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Mar Jun 03, 2008 10:01 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

Más sobre nuestro Patrón.

http://www.zenit.org/article-27503?l=spanish

Un Congreso internacional analizará el viaje de san Pablo a España


Un viaje que motivó la Carta a los Romanos, según el vicepresidente del Congreso

TARRAGONA, martes, 3 junio 2008 (ZENIT.org).- La ciudad de Tarragona se prepara para acoger el Congreso Internacional "Pablo, Fructuoso y el cristianismo primitivo en Tarragona (siglos I-VIII)" para los próximos días 19, 20 y 21 de junio. El Congreso discutirá sobre si san Pablo viajó o no a España.

Según explica a Zenit el vicepresidente del Congreso, Joseph M. Gavaldà, la intención de viajar a Hispania fue el motivo central de la Carta a los Romanos.

Todo está ya en marcha y van llegando las diferentes ponencias de los participantes al Congreso, informa el Instituto Superior Ciencias Religiosas San Fructuoso.

La expectativa de este congreso va creciendo a medida que pasan los días ya que sobre la mesa empiezan a barajarse las cartas sobre si Pablo vino o no a España.

Ciertamente que no se trata de sacar el polvo a viejos motivos que honraron en su tiempo a las Iglesias de la Península, ni de excitar de nuevo los eslóganes de la España católica. Más bien, los objetivos son otros.

"Éstos vienen impulsados por la exégesis alemana, entre ellos Rainer Riesner, Heike Omerzu o Wayne A. Meeks, los cuáles ven con interés el tema de éste viaje misionero del Apóstol al final de sus días"
, explica a Zenit Joseph M. Gavaldà Ribot, vicepresidente del Congreso.

También profesores como Ulrich Luz, de Suiza, añade Gavaldà, "empiezan a leer la Carta a los Romanos desde la perspectiva de un hombre que tenía el fuerte deseo de llevar el Evangelio a todos los pueblos y al que sólo le faltaba llegar a Hispania para cumplir con su misión. Por ello escribe a los romanos una carta, aquella que todos los exegetas están de acuerdo en considerar su carta magna, la exposición más sistemática e importante que Pablo hizo de su visión teológica. El profesor Ulrich Luz comenta que sólo por ello, la cristiandad debería estar agradecida a España ya que fue la intención de viajar a la Península el motivo central para que Pablo escribiese la Carta a los Romanos".

"El proyecto de viajar a Hispania no fue una opción más entre otras posibles para el Apóstol --afirma Gavaldà--. Según Rainer Riesner y otros, esta opción significaba para san Pablo el cumplimiento de su misión de llevar el Evangelio de un extremo a otro de la tierra, tal y como profetizaba Isaías (Is 49,6; 66,19). En el trasfondo Pablo vivía su vocación misionera en continuidad con la misión del "Siervo del Señor" y sentía una exigencia personal de ser él quién tenía que anunciar el Evangelio a aquellos pueblos que aún lo desconocían (Rm 15,19-21). Por ello es necesario que alguien vaya a predicar (Rm 10,14-15), y él es el escogido por Jesucristo para anunciar la fe a todos los pueblos, y entre ellos los romanos de la parte occidental del imperio (Rm 1,6-6). Pablo es el mensajero de buenas noticias que Is 52,7 anunciaba y que él mismo recoge en su carta a los romanos 10,15".

Lo más importante de todo ello, señala el vicepresidente del Congreso, "es que Pablo vivía intensamente la espera de la segunda venida de Jesucristo y con ella la realización plena de la salvación universal. Pero conocía bien la tradición anterior de Marcos según la cual esta salvación final y universal estaba condicionada a que antes fuese anunciado el evangelio a todos los pueblos (Mc 13,10). Sin duda alguna, Pablo anhelaba ese momento y habiendo cumplido su misión evangelizadora por todo el Mediterráneo oriental, como él mismo argumenta en la carta a los romanos (15,23), sólo le faltaba ir a la isla más extrema, hasta el momento conocida, de la parte occidental del Mediterráneo, Hispania".

Llevar el Evangelio a Hispania significaba para Pablo, indica Gavaldà, "el cumplimiento total del requisito esencial para la segunda venida de Jesucristo. En la mente de Pablo estaba la salvación universal a través de la fe en Jesucristo, tanto para los pueblos paganos como para los judíos. La Carta a los Romanos no se puede leer sin ésta perspectiva esencial del Apóstol que infatigablemente estaba preparando al Señor los caminos para su manifestación final".

"No se trata pues --concluye el vicepresidente del Congreso-- de reivindicar los honores de las Iglesias, que como Tarragona, siempre han creído que fueron evangelizadas por san Pablo, sino de elucidar y comprender mejor aquello que movía el corazón del Apóstol en su deseo ferviente de viajar hasta España".

Más información en: http://congres.pau-fructuos.arquebisbattarragona.cat
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marina
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MensajePublicado: Dom Jun 08, 2008 2:39 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

en la segunda kedada del df, hablamos de ir alos cursillos!! a lo mejor vamos en la proxima kedada!!
los invitamos a todos!

KAMY escribió:
Holaaaaassss a todos hermanos:D

quisiera hacerles la cordial invitacion, de aqui de parte de los chilangos Razz (mexico DF) para realizar una quedada el 12 y 13 de Julio Very Happy animence a ir!!!!!!! para mayor informacion vean

http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?t=41179&postdays=0&postorder=asc&start=0


ahi estan todos los detalles, recuerden que "El Señor nos crea y nosotros nos juntamos" xDxD


hola! pongo el aviso aqui porque no todos los foristas entran al foro de jovenes o de solteros catolicos, pero todos estan invitados!! asi que los esperamos!,
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Jue Jun 12, 2008 11:12 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

Muy bien Marina por la kedada. "Juventud, divino tesoro". Yo soy un joven a punto de cumplir 65 añitos, once hijos y cuatro nietos. ¡Andele Marina!, que la Virgen de Guadalupe está con ustedes.
Perdona, pero sigo con las noticias sobre San Pablo, que es el Patrón de Cursillos de Cristiandad.
De Zenit: http://www.zenit.org/article-27592?l=spanish

365 días con San Pablo


Lo proponen las paulinas de Brasil

MADRID, jueves, 12 junio 2008 (ZENIT.org).- Pensamientos del apóstol Pablo para cada día del año paulino. Es una iniciativa de las paulinas (www.paulinas.es) para esta convocatoria lanzada por Benedicto XVI que comenzará el 28 de junio.

Las religiosas han querido reunir en un libro estos breves pensamientos, y en español se ha traducido el volumen "365 días con San Pablo", que contiene mensajes del apóstol Pablo para todos los días del año. La idea original se lanzó en Brasil.

"Bajo la inspiración de este incansable anunciador de Cristo resucitado, nuestro único deseo es que quienes se acerquen a esta fuente, puedan saborear y dejarse encantar por la pasión de este apóstol", sugieren las editoras.

Para las paulinas, san Pablo fue "un seguidor ejemplar del mensaje cristiano" que con sus viajes "ayudó a la expansión de la fe", y es positivo vivir el Año Paulino promovido por el Papa con "un mensaje para cada día siguiendo a Pablo, con su inmensa gratitud por la llamada y la misericordia que Dios tuvo con él".

"El libro recalca especialmente el cariño que muestra hacia las comunidades por él fundadas y a las personas que las componen, la necesidad de seguir anunciando la Buena Noticia de Jesús".


Estos pensamientos los pueden encontrar en la Capilla virtual de las paulinas de Brasil http://www.paulinas.org.br/capelavirtual/

La selección de textos ha ido a caro de Jacinta Cericato.
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Jue Jun 19, 2008 4:17 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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De Aciprensa

Ejes de Año Paulino: Conocer a San Pablo y trabajar por ecumenismo, explica Cardenal

MADRID, 18 Jun. 08 / 04:19 pm (ACI).- El Cardenal Andrea Cordero de Montezemolo, Arcipreste de la Basílica de San Pablo de Extramuros, explicó que el Año Paulino, que será inaugurado este 28 de junio por el Papa Benedicto XVI, tiene como ejes principales "conocer y hacer conocer mejor" al Apóstol de Gentes y "rezar y obrar por el ecumenismo".

En una entrevista concedida a primeroscristianos.com, el Purpurado explicó que el Santo Padre "ha señalado dos principales objetivos para este año. El primero es conocer y hacer conocer mejor, de modo más profundo, la figura de San Pablo, puesto que su itinerario y su pensamiento no son aún suficientemente conocidos. El segundo objetivo es de tipo ecuménico: la Basílica de San Pablo, a diferencia de las otras tres basílicas papales, tiene como objetivo principal trabajar, rezar y obrar por el ecumenismo, para que todos los cristianos sean una sola cosa".

"El Año Paulino es una idea que presenté desde hace tiempo al Santo Padre tratando de encontrar algún motivo para dar un nuevo impulso, un sentido actual, a la Basílica y la Abadía de San Pablo. Después de terminar mi actividad como Nuncio Apostólico en Italia, en 2002, el Papa Juan Pablo II me había encargado un amplio proyecto de reorganización para todo este complejo: la Basílica, la Abadía y una serie de entidades que están en el área extraterritorial de San Pablo" prosiguió el Cardenal, por lo que "en este contexto propusimos la celebración del bimilenario del nacimiento de San Pablo, que los expertos sitúan entre el año 6 y el 10 de nuestra era".

El Purpurado dijo también que en la Basílica de San Pablo de Extramuros "promoveremos eventos particulares de estudio, de encuentro y de lectura, meditación sobre temas paulinos y otras iniciativas que puedan surgir. Se hará también una edición especial de las Cartas de San Pablo y los Hechos de los Apóstoles, junto con una guía oficial de la Basílica, cosa que no se había hecho hasta ahora".

"Por otro lado, hemos invitado a cristianos no católicos a que vengan durante este año para rezar por su cuenta en la Basílica o con los católicos. Todos los viernes por la tarde habrá vísperas ecuménicas, en las que se rezará conjuntamente, pero no se celebrará la Santa Misa porque para ello es necesario estar en comunión", indicó.

Jóvenes

El Cardenal Cordero Lanza di Montezemolo dijo luego, en relación a las actividades previstas para jóvenes, que "la Conferencia Episcopal Italiana está pensando en hacer una conexión via satélite durante la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney, a la que acudirá el Papa, y los jóvenes reunidos en Roma con motivo del Año Paulino. Aunque aún no es seguro que se haga esta conexión, sí que es cierto que se celebrará una importante jornada con jóvenes organizada por la Oficina de la Pastoral Juvenil de Roma".

Seguidamente precisó que "es importante aclarar que el Año Paulino no es un año santo. El Papa ha dicho claramente que se trata de un año temático: no están implicadas las otras basílicas papales, como en un año santo. De hecho en la Basílica de San Pablo no se abrirá la Puerta Santa este 28 de junio, sino otra de las cinco que hay, la Puerta Paulina".

El Purpurado afirmó también que este Año Paulino debe servir para "conocer más a fondo a San Pablo y hacerlo conocer, que su pensamiento penetre más a fondo en los corazones de los cristianos. Es importante reflexionar sobre la cantidad de cosas que nos ha dicho con sus palabras y sus gestos un propagador de la fe cristiana con la fuerza y el vigor del Apóstol de las gentes".
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MensajePublicado: Dom Jun 22, 2008 5:25 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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De Zenit.org:

http://www.zenit.org/article-27698?l=spanish

San Pablo, modelo de discípulo y misionero de Jesucristo


Por el obispo de Tehuacán (México), monseñor Rodrigo Aguilar Martínez

TEHUACÁN, sábado, 21 junio 2008 (ZENIT.org).- Publicamos la carta que ha enviado el obispo de Tehuacán (México), monseñor Rodrigo Aguilar Martínez, con motivo del Año de san Pablo que comenzará el próximo 28 de junio.

* * *

Con ocasión de celebrar los dos mil años del nacimiento del Apóstol San Pablo, el Papa Benedicto XVI ha concedido la posibilidad de ganar la indulgencia plenaria. Buen número de personas me han hecho algunas preguntas al respecto. Trato brevemente el tema en mi mensaje de hoy.

Cristo Jesús fundó la Iglesia sobre el grupo de los Doce Apóstoles, a cuyo frente puso a San Pedro. San Pablo no perteneció al grupo de los Doce Apóstoles, incluso en un principio fue perseguidor de los que creían en Jesucristo; pero tuvo un notable cambio en su vida, convirtiéndose en un apasionado discípulo y misionero de Cristo Jesús, difundiendo con valentía y convicción su Evangelio en muchas ciudades del Imperio romano. No se puede entender la vida de la Iglesia en sus primeros años sin la vida y la misión de San Pablo. Quien ahonda en la figura y el testimonio de San Pablo, no puede quedar insensible ante él, pero especialmente ante Aquel que lo transformó: Cristo Jesús. Efectivamente, San Pablo llega a decir: "Todo lo considero basura, con tal de ganar a Cristo" (Flp 3, 8); y "ya no soy yo quien vive, sino Cristo que vive en mí" (Gal 2, 20); por Cristo y por el anuncio de Cristo, San Pablo padece cárceles, azotes, naufragios, peligros de ríos, de salteadores, días sin comer, noches sin dormir (cf. 2Cor 11, 22-31); pero su fuerza y su gloria está en Cristo Jesús, por eso exclama "todo lo puedo en Aquel que me conforta" (Flp 4, 13).

Si el Acontecimiento y el Documento de Aparecida nos lanza a ser discípulos y misioneros de Jesucristo, este Año Jubilar paulino nos da el testimonio de un admirable discípulo y misionero. Veamos ahora qué significa la indulgencia, que el Papa favorece que podamos ganar.

Por el sacramento de la penitencia Dios nos perdona los pecados que hayamos cometido; pero queda la pena temporal, de la cual podemos ser purificados mediante la oración y las distintas prácticas de penitencia y obras de misericordia en la tierra, o después de la muerte en el purgatorio.

La indulgencia es el perdón que Dios nos concede de esa pena temporal, al aprovechar el "tesoro de la Iglesia", que es el valor infinito de la redención de Cristo y las oraciones y buenas obras de la Virgen María y de los Santos, unidos a Cristo. Efectivamente, si con Adán somos solidarios en el pecado original, con Cristo somos solidarios en la gracia.

Cada quien puede ganar la indulgencia para sí mismo o también para algún difunto, una sola vez cada día. Se requiere confesión sacramental, participación en alguna Celebración eucarística y comunión o alguna Celebración piadosa en honor del Apóstol San Pablo, oraciones por las intenciones del Papa (Padre Nuestro, Credo, invocaciones a María Santísima y San Pablo) y excluir cualquier apego al pecado, o sea luchar con firmeza por despojarnos del "hombre viejo", como dice San Pablo, revistiéndonos del "hombre nuevo" (cf. Ef 4, 17-24; Col 3, 5-15), en otras palabras, con firme propósito de vencer la inclinación al pecado y de crecer en las virtudes.

En la Diócesis de Tehuacán he dispuesto que se pueda ganar la indulgencia plenaria en este Año Jubilar paulino -que va del 29 de junio de 2008 al 29 de junio de 2009- en los domingos de ese tiempo y en los días 29 de junio y 25 de enero, sea en la Iglesia Catedral como en los cuatro pueblos que tienen como Patrono ante Dios a San Pablo, y son: San Pablo Tepetzingo, San Pablo Zoquitlán, San Pablo Ameyaltepec y San Pablo Tetitlán.

Reitero a usted la invitación para que crezcamos en el conocimiento y la difusión de la vida, la misión y la doctrina de San Pablo, además de ganar muchas veces la indulgencia plenaria.

+ Rodrigo Aguilar Martínez
Obispo de Tehuacán
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MensajePublicado: Sab Jun 28, 2008 2:52 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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De Zenit:

http://www.zenit.org/article-27772?l=spanish

Viajes de san Pablo con tecnología satelital

ROMA, viernes 27 de junio de 2008 (ZENIT.org).- Para celebrar el año Jubilar de san Pablo, la Biblioteca Electrónica Cristiana (BEC) ha diseñado los viajes apostólicos paulinos utilizando los recursos digitales de Google.

Los mapas, diseñados en tecnología satelital, permitirán conocer los lugares geográficos más importantes de la Cartas Paulinas y el recorrido hecho por el Apostol por la región de Asia Central y su último viaje cuando es llevado preso a Roma.

Los mapas están disponibles para ser consultados en línea y descargados.

"Utilizando la tecnología de Google Maps y Google Earth, la BEC alimentará continuamente los mapas con pasajes biblícos, estudios históricos sobre las primeras comunidades cristianas y fotografías actuales de estos importantes lugares", explican los responsables de la iniciativa.

"Los mapas también pueden ser utilizados como recursos descargables desde Google Earth para visitarlos sin necesidad de conexión a Internet", aclaran.
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MensajePublicado: Vie Jul 04, 2008 8:14 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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De Zenit.org
http://www.zenit.org/article-27844?l=spanish

Predicador del Papa: El orgullo intelectual, ceguera espiritual


Comentario al evangelio del XIV Domingo del tiempo ordinario

CIUDAD DEL VATICANO, viernes 4 julio 2008 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, OFM Cap., predicador de la Casa Pontificia, a la liturgia del próximo domingo.

XIV Domingo del tiempo ordinario

Zacarías 9, 9-10; Romanos 8, 9.11-13; Mateo 11, 25-30

Lo escondido a los sabios y revelado a los pequeños


El pasaje evangélico de este domingo, una de las páginas más intensas y profundas del Evangelio, se compone de tres partes: una oración ("Te alabo, Padre..."), una declaración sobre él mismo ("Todo me ha sido dado por mi Padre...") y una invitación ("Venid a mí todos los que están afligidos y agobiados..."). Me limitaré a comentar el primer elemento, la oración, pues contiene una revelación de una importancia extraordinaria: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido".

Acaba de comenzar el Año Paulino y el mejor comentario a estas palabras de Jesús lo presenta Pablo en la primera carta a los Corintios: "¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza. Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte. Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es.
Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios"
(1 Cor 1, 26-29).

Las palabras de Cristo y de Pablo arrojan una luz particular para el mundo de hoy. Es una situación que se repite. Los sabios y los inteligentes se quedan alejados de la fe, con frecuencia ven con pena a la muchedumbre de los creyentes que reza, que cree en los milagros, que se agrupa alrededor del Padre Pío. Aunque a decir verdad no son todos los doctos, y quizá ni siquiera la mayoría, pero ciertamente es la parte más influyente, que tiene a disposición los micrófonos más potentes, la chatting society, como se dice en inglés, la sociedad que tiene acceso a los grandes medios de comunicación.

Muchos de ellos son personas honestas y sumamente inteligentes y su posición se debe a la formación, al ambiente, a experiencias de vida, y no tanto a una resistencia ante la verdad. Por tanto, no se trata de emitir un juicio sobre estas personas con nombres y apellidos. Yo mismo conozco a algunas de ellas y les tengo una gran estima. Pero esto no debe impedirnos descubrir el núcleo del problema. La cerrazón a toda revelación de lo alto, y por tanto a la fe, no es causada por la inteligencia, sino por el orgullo. Un orgullo particular que consiste en el rechazo de toda dependencia y en la reivindicación de una autonomía absoluta por parte del pensador
.

Se esconde tras la trinchera de la palabra mágica "razón", pero en realidad no es la famosa "razón pura", que lo exige, ni una razón "soberana", sino una razón esclava, con las alas recortadas. Filósofos, que no pueden ser acusados de falta de inteligencia o de capacidad dialéctica, han escrito: "El acto supremo de la razón está en reconocer que hay una infinidad de cosas que la superan" (Pascal). Otro decía: "Hasta ahora siempre se ha dicho esto: 'Decir que no se puede comprender esto o lo otro no satisface a la ciencia que quiere comprender'. Este es el error. Hay que decir lo contrario: cuando la ciencia humana no quiere reconocer que hay algo que no puede comprender, o de manera más precisa, algo que con claridad puede 'comprender que no puede comprender', entonces todo queda trastocado. Por tanto, una tarea del conocimiento humano consiste en comprender que hay cosas que no puede comprender y descubrir cuáles son éstas" (Kierkegaard). Quien no reconoce esta capacidad trascendente pone un límite a la razón y la humilla; no lo hace por tanto el creyente, que lo reconoce.

Lo que he dicho explica el motivo por el que el pensamiento moderno, después de Nietzsche, ha sustituido el valor de la verdad por el de la búsqueda de la verdad y, por tanto, de la sinceridad. En ocasiones, esta actitud se confunde con la humildad (¡hay que contentarse con el "pensamiento débil"!) y la actitud de quien cree en verdades absolutas se considera presunción, pero es un juicio muy superficial. Mientras la persona está en búsqueda ella es la protagonista, dirige el juego. Una vez encontrada la verdad, la verdad tiene que subir al trono y el buscador debe inclinarse ante ella y esto, cuando se trata de la Verdad trascendente, cuesta el "sacrificio del intelecto".

En este panorama cultural cae como una provocación lo que dice Jesús en el Evangelio de Juan: "Yo soy la Verdad", así como lo que dice en la continuación del pasaje evangélico: "Nadie va al Padre sino por mí... Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré". Pero es una invitación, no es un reproche y está dirigido también a los cansados de buscar sin encontrar nada, a quienes han pasado la vida atormentándose, dando coces cada vez contra la roca impenetrable del misterio. El psicólogo C.G. Jung, en su libro, dice que todos los pacientes de una cierta edad a los que había atendido sufrían de algo que podía llamarse "ausencia de humildad" y no se curaban hasta que no lograban una actitud de respeto por una realidad mas grande que ellos, es decir, una actitud de humildad.

Jesús repite también a tantos inteligentes y sabios honestos que hay en el mundo de hoy su invitación llena de amor: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os daré ese alivio y esa paz que buscáis en vano en vuestros atormentados razonamientos.


[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina]
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MensajePublicado: Jue Jul 24, 2008 6:04 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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ForumLibertas.com

La conversión de Ingrid Betancourt: primero fue la Biblia, luego la Virgen

Lo que la prensa generalista no publica: como conoció a "una María fuerte, inteligente" y su consagración al Sagrado Corazón.


Liberada de su cautiverio con las FARC, la política colombiana Ingrid Betancourt acudió al santuario de Lourdes, en Francia, y a la basílica del Sacré-Coeur de París, para "dar gracias al Sagrado Corazón". En este viaje francés ha concedido una entrevista en profundidad al semanario católico francés Pelèrin (www.pelerin.info) , donde ha hablado de su conversión, su fe, su encuentro con la Biblia y María, con Dios y Jesucristo. En la web, el semanario sólo ha publicado parte de la entrevista, aquí:
http://www.pelerin.info/article/index.jsp?docId=2343000&rubId=9196 .

La prensa generalista, de todas las interesantes declaraciones de Ingrid Betancourt a Pelèrin -sobre la alegría, el dolor, la esperanza- sólo ha publicado esta frase:

"Uribe y no sólo Uribe, sino toda Colombia, deben corregir algunas cosas. Hemos alcanzado el punto donde debemos cambiar el vocabulario radical, extremista de odio, de palabras muy fuertes que dañan de manera íntima al ser humano".

Lo cual en la prensa generalista se convierte en titulares como este de El País:

"Betancourt exige a Uribe que abandone el lenguaje del "odio" contra las FARC"

Leyendo el artículo vemos que El País ni siquiera dice que son declaraciones en un semanario católico dentro de una extensa entrevista; El País ni menciona a la revista Pelèrin, mucho menos los temas espirituales que trata la ex-secuestrada.

Enfadada con Dios

En la entrevista Ingrid Betancourt cuenta que antes del secuestro estaba bastante desapegada de Dios. El secuestro al principio incluso empeoró su relación.

"El primer año, es verdad, yo estaba peleada con Dios. Me enfadé con él por la muerte de mi padre. Le decía: ¿por qué me has hecho eso, si sabes que te adoro, por qué me castigas? Luego entendí que podía dar gracias, porque papá nunca habría soportado seis años de este horror. Puedo decir que mi fe creció continuamente."

Ingrid empezó a leer la Biblia... por Romanos 8, 26: "nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables".

"Al principio de mi cautiverio, me dije: bien, voy a pasar meses y meses aquí, así que voy a leer la Biblia, ya que no la conocía. Al abrirla, me salieron las palabras de las cartas de San Pablo. Las cito de memoria, más o menos: pide lo que quieras, que el Espíritu Santo pedirá mejor, porque sabe mejor que tú lo que necesitas. Al leer esto me dije: Dios mío, está bien, pero yo sé lo que quiero, ¡quiero ser libre! Seis años después, al releer la misma epístola, por fin la entiendo. Pensé: Menos mal que el Espíritu Santo está aquí para rogar por mí, porque soy incapaz de pedir lo que necesitaba".

"Para comprender a la Virgen hay que tener cierta madurez"


La veterana política colombiana explica también que pese a la devoción de su padre por la Virgen, a ella la figura de María no le decía nada. Desde luego no era su prototipo de mujer ideal. Pero, releyendo los Evangelios:

"caí admirada ante ella, sin duda porque para comprender a la Virgen hay que haber vivido y haber adquirido cierta madurez. Y comencé a descubrir a una joven que aceptó tener un hijo a pesar de tener un plan totalmente diferente para su vida. Ella afrontó todos los riesgos.

Para la mayoría de los cristianos estas son cosas bien conocidas, pero para mí era un descubrimiento. Encontré a una María fuerte, una María inteligente, una María con sentido del humor. Me enamoré de María leyendo el evangelio de San Juan, en las bodas de Caná. Encontré ese diálogo entre María y Jesús extraordinario. Esa complicidad entre ellos es genial. A pesar de todas las razones con las que Jesús se opone a su madre, ella sabe que él va a hacer lo que ella quiere que, que Él transformará el agua en vino en la boda por amor a ella.

Leyendo el pasaje no podía dejar de pensar en mi relación con mi hijo Lorenzo".

"Seré toda tuya"

También explica el porqué de su peregrinación al templo parisino del Sagrado Corazón:

"El 1 de junio escuchaba yo Radio Católica Mundial, y me enteré de que en junio se celebra el Sagrado Corazón. Pues bien, la última vez que vi a mi padre, estábamos sentados en su habitación, bajo una imagen del Sagrado Corazón. Papá me tomó de la mano, observó la imagen y dijo: "Sagrado Corazón, cuida de mi corazón, cuida el de mi hija". Así que cuando hablaron del Sagrado Corazón presté atención.

En aquel entonces aún no conocía bien la historia de Santa Margarita María, de hecho acabo de conocer su nombre ahora. Pero sí sabía que los que se consagraran como ella al Sagrado Corazón recibían bendiciones. Me acuerdo de una en particular, en que Jesús prometía tocar los corazones duros que nos hacen sufrir. Entonces oré: Jesús mío, nunca te he pedido nada porque eres tan grande que me da vergüenza pedirte. Pero aquí te voy a pedir una cosa muy concreta. No sé lo que significa exactamente consagrase al Sagrado Corazón, pero si me dices, a lo largo de tu mes, el mes de junio, en qué fecha seré liberada, seré toda tuya".


Y el 27 de junio un comandante de la guerrilla vino a decirles a los prisioneros que serían liberados. "El hecho es que Jesús cumplió su palabra: he vivido un milagro", dice la política colombiana.

El 2 de julio, al pie del avión que la trajo de la selva, rezaba de rodillas un Padrenuestro y un Avemaría dando gracias a Dios junto con otros liberados. En sus manos, el Rosario que se hizo con unos botones como cuentas. El mismo Rosario con el que ha ido ha Francia y ha mantenido en sus manos durante su entrevista con Nicholas Sarkozy. Vivencias que la prensa generalista en España no recoge, pese a su indudable fuerza humana.
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MensajePublicado: Sab Ago 02, 2008 7:13 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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De Alfa y Omega.

«Al cristiano se le tiene que notar que lo es»


La intervención del cardenal arzobispo de Madrid, don Antonio María Rouco Varela, puso punto y final al curso Ser cristiano en una sociedad secularizada, organizado por la Fundación Universitaria Rey Juan Carlos, que se celebró la pasada semana en Aranjuez y que contó con la presencia de importantes personalidades del mundo académico y eclesial, bajo la dirección del cardenal Antonio Cañizares. arzobispo de Toledo. El cardenal Rouco advirtió de que «es imposible ser cristiano privadamente y no en la vida pública», y reconoció que, «en España, escasean las figuras que se manifiesten públicamente como cristianos». Además, reclamó la legitimidad de la propuesta del Evangelio «en una sociedad que vive al margen o en contra de Dios»

«Al cristiano se le tiene que notar que lo es. Lo tienen que notar sus vecinos, lo tienen que notar los pobres, los enfermos, en su trabajo y, claramente, en el ámbito de la familia y del matrimonio». Con estas palabras, el cardenal arzobispo de Madrid, don Antonio María Rouco Varela, sintetizaba la urgente necesidad del testimonio católico en la actual sociedad secularizada. El cardenal realizó una firme defensa del papel de los cristianos en la esfera pública, durante la intervención con la que el pasado viernes puso punto final al curso de verano Ser cristiano en una sociedad secularizada, de la Fundación Universitaria Rey Juan Carlos, que se celebró la pasada semana en Aranjuez y que contó, bajo la dirección del cardenal arzobispo de Toledo, don Antonio Cañizares, con intervenciones de notables personalidades del mundo académico y eclesial.
Durante su ponencia, el cardenal de Madrid aseguró que, a pesar de las dificultades que supone vivir la fe «en una sociedad que vive al margen o en contra de Dios», la responsabilidad de los católicos «exige participar en la vida de la Iglesia, en la vida comunitaria y en la vida social desde una acción pastoral y misionera», porque, «cuando escondes tu fe, empiezas a dejar de ser cristiano. Es imposible ser cristiano sólo privadamente, y no en la vida pública», afirmó el cardenal, aunque reconoció que, «en España, escasean las figuras que se manifiestan como cristianos públicamente». Y eso, a pesar de que, «entre los cristianos, también es necesario asumir la doctrina social de la Iglesia en la práctica política y en determinados planteamientos de la vida pública».

Hay que posicionarse

El cardenal Rouco afirmó que «ser cristiano en la actual sociedad secularizada exige profesar, vivir y testimoniar en todos los ámbitos de la vida la propia identidad». Algo que supone «una responsabilidad en la vida pública y social, que tienen que estar perfiladas por la fe». Esto implica posicionarse en determinados planteamientos junto al magisterio de la Iglesia, y «reconocer los derechos fundamentales de la persona humana, desde que es concebida hasta el final de sus días». El cardenal reconoció que «hoy no es fácil manifestarse como católico sin que te califiquen como reaccionario, especialmente en el mundo del arte y de los medios de comunicación». De hecho, en su opinión, «en los medios se nota claramente una visión secularizada del hombre», que termina por «perder la noción integral de la persona y la finalidad misma del arte y de la comunicación».
Este ambiente de laicismo y secularización «deja reducido a Jesucristo a un mero, y más o menos simpático personaje de la historia religiosa y política de la Humanidad, al margen de toda referencia trascendente; o que incluso es militantemente contrario a Él y a su Iglesia». Todo ello supone para los cristianos un reto que no debe partir de la imposición, sino de la propuesta. «Presentarse cristianamente en el mundo exige hacerlo respetando la libertad de todos, también de los que no creen. La propuesta intelectual y de vida que hace el cristianismo ha de ser, en efecto, una propuesta, no una imposición política, cultural o ideológica», aseguró el cardenal arzobispo de Madrid. Para quienes piensen que esta propuesta va acompañada de una laxitud en el compromiso apostólico, el actual Presidente de la Conferencia Episcopal Española aclaró que «la proposición no es debilidad de convicciones, sino la voluntad de respetar las ideas y la vida de los otros». Dicho de otro modo, que en lugar de arredrarse a la hora de evangelizar, «nosotros podemos presentar con toda la fuerza y toda la legitimidad una opción, una alternativa, que hemos recibido de Dios».
José Antonio Méndez
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MensajePublicado: Lun Ago 11, 2008 2:17 am    Asunto:
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De Aciprensa:

Enfermero que sufrió accidente relata su conversión tras peregrinar a Lourdes

"Hasta ese momento no era un católico practicante y ni siquiera oraba", recuerda

VALENCIA, 10 Ago. 08 / 05:09 pm (ACI).- El enfermero valenciano, Antonio Escobedo García, afirmó que la peregrinación que realizó en 2003 al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes (Francia), fue el punto de partida para su conversión.

En su libro titulado "¡Qué alegría!", Escobedo, de 51 años, relató que luego de sufrir en 2003 una "grave lesión en la zona lumbar", una amiga le invitó a peregrinar a Lourdes. "Yo acepté no porque pensara que me iba a curar, sino simplemente por salir y ver los robles y tejos que hay en la zona, ya que me gustan mucho los árboles y la naturaleza", recordó.

Según la agencia AVAN, Escobedo peregrinó junto a su esposa y experimentó una "impresión muy fuerte" al llegar al Santuario. "Fue muy impactante ver la enorme multitud de gentes de todo el mundo que estaban allí y la fraternidad que se respiraba en el ambiente y con la que todo el mundo nos trataba", relató, y añadió que en ese momento sintió interiormente "la necesidad de hablar a la Virgen y que Ella me contestara".

En su libro, indicó que la peregrinación a Lourdes "no curó físicamente mi lesión en la zona lumbar, pero sí me reportó una paz como nunca antes había sentido, lo que hace que día a día pueda afrontar mis fuertes dolores con alegría y serenidad".

Ahora Escobedo acude todos los días a Misa y reza el Rosario con su mujer y sus cuatro hijos. Además promueve esta oración mariana en la ermita de la Soledad Gloriosa de Cheste, a donde "acuden a la oración, los domingos a las cinco de la tarde, hasta un centenar de personas".
-------------------------------------------------------------------------------------
Esta noticia confirma una cosa, y es que en Lourdes continuamente se realizan miles y miles de milagros. Son milagros que no se divulgan, pero ver a miles de enfermos, y enfermos con grandes discapacidades, que ríen entre ellos, se explican chistes, cuentan anécdotas y les brillan los ojos y las caras las tienen iluminadas por esta Paz que sólo Dios la puede dar.......en fin, es un misterio que sólo Dios lo puede explicar. Son los grandes milagros de Lourdes, aunque no salgan en los medios de comunicación.
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http://www.bisbatdeterrassa.org/castellano/obispo/showCartas.asp?id=219

Tres textos que definen a san Pablo

En la homilía que pronunció en el acto inaugural del Año de San Pablo, Benedicto XVI escogió tres textos de Pablo que se encuentran en el Nuevo Testamento, en los que aparece su alma, su fisonomía interior, lo más específico de su carácter. Los propongo en este escrito para subrayar la actualidad que tiene el mensaje de Pablo para los cristianos de hoy.
En el primer texto, de la carta a los Gálatas, hace una profesión de fe muy personal, en la que abre su corazón a los lectores de todos los tiempos y revela cuál es la fibra más íntima de su vida: “Vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Ga 2, 20). “Todo cuanto Pablo hace –dijo el Papa- parte de este centro. Su fe es la experiencia de ser amado por Jesucristo de una manera totalmente personal; es la conciencia del hecho que Cristo afrontó la muerte no por algún objetivo anónimo sino por amor a él –a Pablo-, y que, como Resucitado, lo sigue amando en todo momento; que Cristo se entregó por él. Su fe nace del impacto del amor de Jesucristo, un amor que le impresiona en lo más profundo y lo transforma. Su fe no es una teoría, una opinión sobre Dios y sobre el mundo. Su fe es el impacto del amor de Dios en su corazón. Y por esto esa fe es también amor a Jesucristo”.
Pablo aparece así como un gran testigo de lo que los teólogos llaman cristocentrismo: que la fe cristiana es eminentemente personal por cuanto se centra y se resume en la Persona de Jesucristo, en el acontecimiento de lo que él es y de lo que él hizo y enseñó. Pablo fue un hombre conmovido por un gran amor, y todo cuanto hizo y cuanto luchó y sufrió se comprende únicamente a partir de este centro.
El segundo texto escogido por el Papa fue el de la conversión de Pablo, en el camino de Damasco. “Yo soy Jesús, a quien tú persigues” (Ac 9, 4s.). “Jesucristo – explica el Papa- se identifica con la Iglesia formando un solo sujeto. En esta afirmación del Resucitado, que transformó la vida de Pablo, está contenida en el fondo toda la doctrina de la Iglesia como cuerpo de Cristo”. De nuevo encontramos el cristocentrismo a que he aludido antes. En la Iglesia la causa principal de su ser y su misión es la persona misma de Jesucristo, que, como resucitado y mediante los sacramentos –en especial por la eucaristía-, sigue vivo y activo en ella. Y en ella todo cristiano está llamado a hacer y a vivir la misma experiencia de Pablo: “Él me amó y se entregó a sí mismo por mí”.
La tercera cita de Pablo glosada por el Papa fue la exhortación de un Pablo ya anciano y en la prisión por la causa de Cristo, que le dice a su discípulo Timoteo: “Soporta conmigo los sufrimientos por el Evangelio” (2Tm 1, 8). En la vida de Pablo la misión de anunciar a Cristo a los gentiles y el sufrimiento estuvieron unidos. Las palabras del Papa, llegado a este punto, fueron severas: “En un mundo en que la mentira es poderosa, la verdad se paga con el sufrimiento. Quien quiere esquivar el sufrimiento, tenerlo lejos de él, se mantiene alejado de la vida misma y de su grandeza; no puede ser servidor de la verdad y así no puede ser servidor de la fe Allí donde no hay nada que merezca que se sufra por ello, también la vida misma pierde su valor”.
Benedicto XVI terminó pidiendo a san Pablo el coraje de sufrir con Cristo y por él en este mundo. Y, en una breve plegaria final, pidió a Jesucristo que nos conceda actualmente “unos testigos de la resurrección, capaces de llevar la luz del Evangelio a nuestro tiempo. San Pablo, ruega por nosotros”.

+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa
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San Pablo, Patrón de Cursillos de cristiandad, ruega por nosotros.
¡De colores!.
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Mie Sep 10, 2008 6:00 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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De Aciprensa otra noticia sobre nuestro Patrón, San Pablo. Son palabras del Papa:

Apóstoles de Cristo deben ser colaboradores de la verdadera alegría, dice el Papa

VATICANO, 10 Sep. 08 / 09:27 am (ACI).- El Papa Benedicto XVI dedicó la Audiencia General de hoy a explicar cómo concebía el apostolado San Pablo; y precisó que la misión de los apóstoles de Cristo de todas las épocas es ser "colaboradores de la verdadera alegría".

Así lo indicó el Pontífice en el Aula Pablo VI del Vaticano en donde se dirigió a miles de peregrinos. Ante ellos señaló que el concepto de apostolado paulino iba "más allá del ligado solamente al grupo de los Doce", explicó, "y se caracteriza por tres elementos: el primero es haber visto al Señor, es decir, haber tenido con él un encuentro determinante para la propia vida".

"En definitiva, es el Señor que constituye el apostolado: no la presunción propia. Uno no se hace apóstol, lo hace apóstol el Señor. Por lo tanto, el apóstol necesita constantemente referirse al Señor".

La segunda característica es "haber sido enviados. El término griego 'apostolos' –señaló el Santo Padre– significa enviado, representante de un mandante".

Con este punto de referencia, prosiguió el Papa, "de nuevo emerge en primer plano la idea de una iniciativa ajena, la de Dios en Jesucristo a la que se está obligado plenamente", de "una misión que hay que cumplir en su nombre, dejando absolutamente en segundo plano cualquier interés personal".

"El anuncio del Evangelio con la consiguiente fundación de Iglesias" es el tercer requisito, añadió.

Tras precisar que "el título de apóstol no es y no puede ser un título honorario. Compromete concreta y dramáticamente toda la existencia del sujeto interesado", el Pontífice destacó que San Pablo define a los apóstoles como "colaboradores de Dios cuya gracia actúa con ellos. Un elemento típico del verdadero apóstol" es una "especie de identificación entre Evangelio y evangelizador, ambos destinados a la misma suerte. Ninguno como Pablo ha reafirmado cómo el anuncio de la Cruz es 'escándalo y necedad' ante el que muchos reaccionan con la incomprensión y el rechazo en aquella época y, no debe maravillar, también hoy".

"Pablo comparte con la filosofía estoica de su tiempo la idea de una constancia tenaz en todas las dificultades que se le presentan; pero supera la perspectiva puramente humanista recordando el ingrediente del amor de Dios y de Cristo".

"Esa es la certeza y la profunda alegría que lo acompaña en todos los problemas. Nada puede separarnos del amor de Dios y este amor es la verdadera riqueza de la vida humana", subrayó el Papa.

Luego de recordar que "San Pablo se dedicaba al Evangelio con toda su existencia", el Santo Padre indicó que el Apóstol de Gentes "cumplía su ministerio con fidelidad y alegría para salvar de cualquier manera a algunos".

"Con las Iglesias, a pesar de ser consciente de la relación de paternidad o incluso de maternidad que tenía con ellas, adoptaba una actitud de servicio absoluto, declarando: 'No queremos ser patrones de vuestra fe, somos en cambio colaboradores de vuestra alegría'. Esta sigue siendo la misión de todos los apóstoles de Cristo en todas las épocas; ser colaboradores de la verdadera alegría", concluyó.
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Jue Oct 02, 2008 1:30 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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De Aciprensa:

El Papa recuerda necesidad de vivir siempre de acuerdo a la Verdad del Evangelio


VATICANO, 01 Oct. 08 / 08:53 am (ACI).- En la Audiencia General de hoy celebrada en la Plaza de San Pedro ante unas 20 mi personas, el Papa Benedicto XVI continuó sus catequesis sobre San Pablo. Al referir dos episodios concretos de su vida apostólica, el Santo Padre destacó la necesidad que tienen los creyentes de vivir siempre de acuerdo a la Verdad del Evangelio.

El Pontífice se refirió a dos episodios de la vida del Apóstol de Gentes "que demuestran la veneración y al mismo tiempo la libertad con que San Pablo se dirige a Pedro y a los demás apóstoles: el Concilio de Jerusalén y el incidente de Antioquía de Siria, que se narra en la Carta a los Gálatas".

"Todo Concilio y Sínodo de la Iglesia es un 'evento del Espíritu',
que obra en toda la Iglesia y conduce a los apóstoles a emprender caminos nuevos para realizar sus proyectos: El es el artífice principal de la edificación de la Iglesia", explicó Benedicto XVI.

Seguidamente indicó que en el Concilio de Jerusalén había que "responder a la cuestión sobre si era necesario exigir a los paganos que estaban adhiriendo a Jesucristo, el Señor, la circuncisión o si era lícito dejarles libres de la ley mosaica, es decir, de la observancia de las normas necesarias para ser hombres justos conforme a la ley, sobre todo libres de las normas concernientes a la pureza cultual, a los alimentos puros e impuros y al sábado".

"Si para Lucas el Concilio de Jerusalén expresa la acción del Espíritu, para Pablo representa el decisivo reconocimiento de la libertad compartida entre todos los que participaron: una libertad con respecto a las obligaciones de la circuncisión y de la Ley", continuó; y precisó luego que "la libertad cristiana nunca se identifica con el libertinaje o con el arbitrio de hacer lo que uno quiere, sino que se realiza en la conformidad con Cristo, y por tanto, en el servicio auténtico a los hermanos, especialmente a los más necesitados".

Tras comentar que la colecta que San Pablo organizó para los pobres de Jerusalén, el Papa destacó que ésta "expresaba la deuda de sus comunidades con la Iglesia madre de Palestina, de la que habían recibido el don del Evangelio".

El Santo Padre afirmó después que que el episodio del incidente de Antioquia de Siria entre Pedro y Pablo fue provocado por la decisión del primero de no compartir la mesa con los paganos "para no escandalizar a los que seguían observando las leyes de la pureza de los alimentos".

"En realidad, las preocupaciones de Pablo, por una parte, y de Pedro y Bernabé, por otra, eran distintas: para estos últimos, la separación de los paganos representaba un modo de tutelar y no escandalizar a los creyentes provenientes del judaísmo; para Pablo constituía, sin embargo, un peligro de mal entendimiento de la salvación universal en Cristo que se ofrece tanto a los paganos como a los judíos", ya que "la justificación se realiza solo en virtud de la fe en Cristo; no es obra de la Ley", explicó el Pontífice.

Benedicto XVI señaló además que a mediados de los años 50, Pablo "se encuentra ante una situación similar, y pide a los fuertes que no tomen alimentos impuros para no perder o para no escandalizar a los débiles. El incidente de Antioquía fue, por tanto, una lección tanto para Pedro como para Pablo. Solo el diálogo sincero, abierto a la verdad del Evangelio, pudo orientar el camino de la Iglesia".

Finalmente, el Santo Padre dijo que ésta es "una lección que tenemos que aprender también nosotros: con los carismas diversos confiados a Pedro y a Pablo, dejémonos guiar por el Espíritu, tratando de vivir en la libertad, que encuentra su orientación en la fe en Cristo y se concreta en el servicio a los hermanos. Es esencial ser cada vez más conformes con Cristo. De este modo somos realmente libres y así se expresa en nosotros el núcleo más profundo de la ley: el amor a Dios y al prójimo".
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MensajePublicado: Vie Oct 10, 2008 11:54 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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De Alfa y Omega:

[b]Congreso en Alcalá de Henares: La familia, en la encrucijada

Es la hora de los laicos[/b]


Los obispos alzan su voz frente a los ataques contra el derecho a la vida y contra las instituciones del matrimonio y de la familia. Pero no basta: todos los fieles están llamados a dar testimonio en estos ámbitos tan decisivos… Con esta exhortación del obispo de Alcalá de Henares (Madrid), monseñor Catalá, comenzaba el Congreso La familia en la encrucijada, que reunió, el pasado fin de semana, a pastores, expertos y católicos comprometidos en la propagación de la cultura de la vida.

Una familia ofrece su testimonio en la celebración
Por la familia cristiana, del pasado 30 de diciembre
Monseñor Jesús Catalá comenzó su intervención con una elocuente cita de san Pedro: "Salvaos de esta generación perversa". La vigencia de estas palabras, a su juicio, es hoy plena. "No penséis como una sociedad que se ha alejado de Dios", dice el obispo de Alcalá. No se trata de declarar la guerra al mundo. Lo que pide es justamente lo contrario: hay trabajar sin descanso por su salvación. Los frutos de la conversión serían inmediatos. "Si nuestra sociedad se dejase iluminar por la luz del Evangelio, dice, experimentaría mucho mayor gozo y libertad". En negativo, basta pensar en las terribles cifras de muertes de niños no nacidos, de hogares rotos, de ancianos solos... ¿Es ése el mundo que queremos?

El compromiso de la Iglesia


No basta -advirtió- con que los obispos alcen su voz. Los laicos, en virtud de su "responsabilidad bautismal", deben ofrecer su testimonio en defensa de la familia y de la vida. Es un testimonio "cada vez más necesario", aunque, "gracias a Dios, cada vez más laicos se empeñan en estas cuestiones de vital importancia". De hecho, el propio Congreso La familia en la encrucijada ha ofrecido un cuadro fiel sobre cómo la Iglesia entera defiende estas realidades. Estuvo el cardenal Rouco, arzobispo de Madrid, donde se prestará este curso una atención pastoral muy especial a las familias y a los jóvenes; el obispo auxiliar de Bilbao, monseñor Mario Iceta, gran experto en bioética; monseñor Reig Pla, obispo de Cartagena, que habló sobre la ideología de género… Y, junto a ellos, personalidades del mundo asociativo, que han destacado en su labor de divulgación social y movilización en defensa de estos valores, como la Presidenta de la Red europea del Instituto de Política Familiar, doña Lola Velarde, consultora del Consejo Pontificio para los Laicos; don Carlos Cremades, Presidente de la Unión Familiar Española; o don Benigno Blanco, Presidente del Foro Español de la Familia, asociación que, gracias a su extensa red de voluntariado, ha podido liderar una gran movilización social por la vida y la familia y ofrecer a los Parlamentos autonómicos toda una serie de propuestas y medidas a favor de la mujer embarazada con problemas, para liberarla de la presión que la empuja a deshacerse de su hijo.
Intervinieron también los principales responsables de Profesionales por la Ética, referente indiscutible del movimiento social contra la imposición de la asignatura Educación para la ciudadanía y en defensa del derecho a que se eduque a los hijos en la escuela conforme a las convicciones morales y religiosas de los padres…Y Cristina López Schlichting, que ha dado voz desde la COPE a todas estas realidades asociativas y a sus reivindicaciones, o el ex Vicepresidente del Tribunal Constitucional don José Gabaldón, que puso algunas de las primeras piedras en España de este movimiento asociativo de clara inspiración católica. Completaron el panel catedráticos y profesores universitarios, en buena medida responsables de la solvencia de todas estas propuestas.
Ricardo Benjumea
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MensajePublicado: Sab Oct 18, 2008 6:07 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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De Alfa y Omega:

Más de 2.000 personas celebraron, en Santiago, los 60 años de vida de Cursillos de Cristiandad


«¡Cristo cuenta con nosotros!»
«¡Iglesia soy yo!»; «¡Cristo cuenta contigo!»; «¡Prendamos fuego al mundo!»; «¡Llevemos a Cristo a un hombre y mil más!»... Éstos son sólo algunos de las gritos que más de 2.000 peregrinos de toda España lanzaron durante el transcurso de la Ultreya Nacional, con la que el Movimiento de Cursillos de Cristiandad celebró, el pasado fin de semana, los 60 años de su nacimiento


«Hoy, el movimiento de Cursillos de Cristiandad es más necesario que nunca, porque asumimos el reto de estar en la primera línea de la evangelización, en el primer anuncio del Evangelio. Queremos llevar a Cristo a hombres y mujeres que sólo conocen un mundo hedonista, dominado por el materialismo y el relativismo; a los que se apartan de Dios y andan ciegos. Queremos vivir nuestro apostolado con humildad y unidad, sabiendo que somos Iglesia, experimentando en primera persona el encuentro con Dios; pero también con valentía, inconformistas y deseando incendiar el mundo con el fuego del Espíritu».
Así se expresaba, para Alfa y Omega, el obispo de Tarrasa, monseñor José Ángel Sáiz Meneses, durante el transcurso de la Ultreya Nacional que el Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC) celebró en Santiago de Compostela, el pasado fin de semana, para conmemorar sus 60 años de vida.

Evangelizar sin miedo

Como el prelado -que se convirtió a los 17 años, en un Cursillo-, más de 2.000 fieles de 42 diócesis españolas (amén de un pequeño grupo de Francia y Portugal) peregrinaron hasta Santiago para recordar cómo, en 1948, a partir de una peregrinación de jóvenes al sepulcro del Apóstol, «el Espíritu Santo suscitó un movimiento que hoy se extiende por todo el mundo, y que ha facilitado el encuentro con Dios de millones de personas», en palabras de monseñor Ángel Rubio, obispo de Segovia y consiliario nacional del MCC. Precisamente fue monseñor Rubio quien, durante la Misa del peregrino, que presidió en la catedral compostelana, recordó que los católicos, y en particular los cursillistas, «estamos llamados a llevar a Cristo al mundo, sin complejos ni miedos; a anunciar el Evangelio con valentía, cargados de razones para responder, con seguridad, a las explicaciones que hoy se nos piden».

Testimonio entre turistas

A pesar de que la presencia de obispos fue notable (ocho prelados de toda España acudieron al pabellón Font de Sar, donde se celebró la Ultreya, tras la Eucaristía de la catedral, y otros tantos enviaron cartas de respaldo al MCC), si algo quedó patente en Santiago, fue la presencia y el empuje de los laicos; laicos que provocaron rostros de perplejidad y sonrisas cómplices entre los turistas que recorrían los alrededores de la catedral, cuando llegaron a la plaza del Obradoiro entre cantos, bailes y risas. Como recordó después doña María Dolores Negrillo, Presidenta del Secretariado Nacional del MCC, «sabemos que no somos los únicos ni los mejores. Estamos dentro de la Iglesia, y no pretendemos engrosar gente en nuestras filas, sino fermentar cristianamente los ambientes. Queremos ofrecer frescura de vida, testimoniar el Evangelio con alegría. Porque las palabras convencen, pero el testimonio arrastra». Una alegría que, como concluyó monseñor Sáiz Meneses, «nace del encuentro en primera persona con Cristo, con su Iglesia y con la comunidad. A los cursillistas les cambia la vida, porque experimentan el amor de Dios. ¡Cristo cuenta con nosotros, y nos envía a anunciar al mundo que cuenta con todos los hombres!».
José Antonio Méndez
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TESTIMONIO:«Me asombró ¡ser Iglesia!».
Belén es una de esos 2.000 cursillistas que, el pasado fin de semana, acudió a Santiago, acompañada de su marido y sus dos hijas. Dos años y medio después de haber hecho su Cursillo, recuerda que, «en aquellos tres días, me quedé asombrada ¡de ser Iglesia! De tener tanta gente como nosotros, familias creyentes que vivían la fe sin complejos y creciendo juntos. Descubrí que Dios se hace presente en las personas que se dejan hacer por Él, que irradian a Dios por los poros, que le transparentan. Y yo quiero llegar a ser así. Entonces creía que el Cursillo no cambiaría mi vida tanto como lo ha hecho, porque, en estos años, he notado cambios que no podía ni imaginar. Ya no estoy dispuesta a perder una comunidad en la que poder caminar en familia, y no yo sola». Tras la peregrinación a la Ultreya Nacional, Belén comenta que «mis hijas iban con desánimo, sobre todo la mayor, porque, con lo vergonzosa que es, cuando vio el bordón de peregrino en forma de cruz, me dijo que ni por asomo iba a salir con eso por la calle. Pero el domingo por la noche nos confesaba que precisamente lo que más le había gustado fue ir por la calle con la cruz, y cantando a voz en grito eso de ¡Iglesia soy yo! Claro, cuando van contigo otros 2.000, ya nada te importa el qué dirán. Mis dos hijas lo pasaron tan bien que por la noche estaban preparando una peregrinación en familia, andando más, y con ese bordón que ahora cuelga en su cuarto, a la espera de volver a usarlo este verano».
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Sab Ene 24, 2009 8:56 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Carta dominical del Obispo de Tarrasa:

San Pablo, modelo de evangelizadores

Celebra hoy la Iglesia la Conversión de San Pablo, que este año tiene una especial relevancia por el hecho de coincidir en domingo y por celebrarse dentro del Año Jubilar dedicado al gran misionero con motivo del bimilenario de su nacimiento.
No es frecuente que la Iglesia sitúe a sus santos en el calendario con referencia al hecho de conversión. Como es sabido, como norma general
se celebra a los santos y santas en el día de su muerte, muerte que, a los ojos de la fe, no es final de la existencia, sino un nacimiento, por
eso en la espiritualidad cristiana, el día de la muerte es un «dies natalis», un verdadero nacimiento a la vida eterna. Aquel «mayor nacimiento», del que habla el poeta Joan Maragall.
¿Por qué, pues, la Iglesia celebra la Conversión del gran apóstol de los gentiles? La respuesta aparece con claridad meridiana: porque el encuentro de Pablo con Cristo en el camino de Damasco fue el hecho decisivo de su vida. Pablo vivirá del impacto en su alma de haber visto al
Señor resucitado y con este hecho legitimará su condición de apóstol y su vocación de dar testimonio de Cristo ante el mundo. Pablo se siente
enviado por Cristo al mundo; se siente apóstol por vocación, es decir, por un especial llamamiento del Señor.
En mi ministerio tengo muchas ocasiones de pensar en san Pablo, también por la circunstancia de ser el patrono de los Cursillos de Cristiandad, uno de los campos de mi ministerio como sacerdote y como obispo. Y cada vez veo con mayor claridad algo que es evidente a quienes se hayan acercado a Pablo: que es el modelo del verdadero evangelizador. Precisamente por esto: porque su encuentro con Cristo le cambia la vida; porque la experiencia de que Cristo vive y le conoce y le ama, le lleva a no temer y a confiar en su misión. Pablo proclama a Cristo en ciudades como Corinto y Roma, que en su tiempo eran un mosaico de etnias, culturas y cultos, un mosaico bastante parecido a las ciudades de nuestro mundo occidental.
Sería interesante describir los perfiles del evangelizador tal como aparecen en la vida de Pablo. Me detendré sólo en uno: su total entrega
a Cristo, su plena confianza en el Señor. Benedicto XVI, al abrir el Jubileo Paulino en la basílica dedicada al gran apóstol en Roma dijo que
«los extraordinarios resultados apostólicos que pudo conseguir no se deben atribuir a una brillante retórica o a refinadas estrategias apologéticas y misioneras. El éxito de su apostolado depende, sobre todo, de su compromiso personal al anunciar el Evangelio con total entrega a Cristo; entrega que no temía peligros, dificultades ni persecuciones».
De ello el Papa deducía una lección importante para todos los cristianos, especialmente actual hoy, cuando terminamos la Semana de Oración por la Unidad: «La acción de la Iglesia sólo es creíble y eficaz en la medida en que quienes forman parte de ella están dispuestos a pagar personalmente su fidelidad a Cristo, en cualquier circunstancia. Donde falta esta disponibilidad, falta el argumento decisivo de la verdad,
del que la Iglesia misma depende».
Cuando en el camino de Damasco, Pablo cayó del caballo, cegado por la luz divina, se pasó sin vacilaciones al Crucificado y lo siguió sin volverse
atrás. Vivió y trabajó por Cristo; por él sufrió y por él murió. Su ejemplo es totalmente actual y es un modelo a imitar por los servidores del Evangelio de todos los tiempos.

† Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa

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marina
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MensajePublicado: Dom May 31, 2009 9:00 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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hola tomas!! ya fuimos dos a los cursillos!!
queremos que todos los de aupac tambien puedan ir a los siguientes!
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Dom Jul 05, 2009 7:30 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Permalink: http://www.zenit.org/article-31782?l=spanish

Los Cursillos de Cristiandad organizan la IV Ultreya Mundial

Tendrá lugar en Los Ángeles (Estados Unidos) en agosto

LOS ÁNGELES, domingo 5 de julio de 2009 (ZENIT.org).- El Movimiento de los Cursillos de Cristiandad celebrará el próximo 1 de agosto en la ciudad de Los Ángeles (Estados Unidos), la IV Ultreya Mundial, con el tema “La belleza de ser cristiano y la alegría de comunicarlo”.

Esta es la cuarta vez que se realiza este encuentro a nivel mundial, tras los precedentes de Roma (mayo de 1966), México (mayo de 1970), y Roma (julio de 2000).

Este tipo de encuentros (ultreyas), que se realizan habitalmente después de un Cursillo, sirven para animar a los participantes a dar testimonio y a compartir las vivencias, como un “aliento para ir adelante”.

La palabra “Ultreya” (“¡Adelante!”) procede del español antiguo, y la utilizaban los peregrinos de Compostela cuando se encontraban para saludarse y animarse a lo largo del camino.

La exposición principal la llevará a cabo el profesor Guzman Carraquiri Lecour, secretario del Consejo Pontificio de Laicos.

Antes de este encuentro, que tendrá lugar en el Centro de Convenciones Anaheim, tendrá lugar la reunión del Organismo Mundial, de la Comisión de Revisión de Ideas Fundamentales, y la del Grupo Latinoamericano.

Según un comunicado del Movimiento recibido por Zenit, en la reunión del Grupo Latinamericano se propondrá a Argentina como sede del MCC para los próximos cuatro años.

Durante el encuentro habrá momentos de oración, reunión de grupo, música y baile, y se compartirán vivencias de los distintos países en los que está presente el MCC. La misa estará presidida por el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, asesor episcopal de los Cursillos en el mundo.
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Jue Jul 23, 2009 11:28 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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De Zenit:

ZS09072301 - 23-07-2009
Permalink: http://www.zenit.org/article-32002?l=spanish

Cursillos de Cristiandad en Venezuela: “Una lluvia de gracia de 50 años”

Carta Pastoral en el aniversario del primer Cursillo de Cristiandad

CARACAS, jueves, 23 julio 2009 (ZENIT.org).-Los obispos de Venezuela, con ocasión de los 50 años del primer Cursillo de Cristiandad en el país, que se cumplirán el próximo 20 de agosto, se han dirigido, con un mensaje pastoral, de fecha 10 de julio, a los miembros del Movimiento de Cursillos de Cristiandad y a toda la Iglesia.

En abril de 1959 llegó a Venezuela el padre Cesáreo Gil, perteneciente a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. Dado que había trabajado en España en los Cursillos de Cristiandad, propuso a los obispos venezolanos iniciar la experiencia en el país.

Con la esperanza de que hicieran tanto bien como en otras partes, los obispos dieron su anuencia. El 20 de agosto, en el Colegio La Salle de La Colina, se inició el primer Cursillo de Cristiandad en Venezuela.

La expresión de uno de los Hermanos de La Salle que fue testigo de aquel primer Cursillo, al constatar la intensa vivencia de fe que tenían los asistentes a él, fue una verdadera premonición: "Aquí está empezando algo muy grande".

Durante las exequias del padre Cesáreo Gil, el cardenal Rosalio Castillo Lara, expresó que desde la llegada de los Cursillos de Cristiandad, "el rostro del laicado en Venezuela fue un rostro absolutamente nuevo".

"Con esto estaba afirmando -señala la carta pastoral- que los Cursillos habían servido para hacer de los laicos venezolanos, hombres y mujeres más activos en la construcción del Reino de Dios en nuestra sociedad, convirtiéndose, así, en apóstoles de Jesucristo en la realidad cotidiana".

La carta asegura que "quienes asisten a un Cursillo de Cristiandad han tenido una profunda experiencia de fe, de conversión y de apostolado. Mediante el método que los caracteriza, mantienen al laico en tensión de espiritualidad, de formación cristiana y de apostolado".

"Es imposible hacer un balance de la lluvia de Gracia que ha sido derramada sobre esa ingente cantidad de personas", afirma la carta.

Por otro lado, "en el empeño por ser mejor instrumento en las manos del Señor, los Cursillos de Cristiandad han estado en un lugar preponderante en orden a su propia actualización... Han procurado facilitar la formación de los laicos, a través de su Editorial Trípode, primera y única de un movimiento apostólico en Venezuela".

Por si fuera poco, el Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Venezuela ha colaborado con la fundación del Movimiento en otros países de América y ha ayudado a la formación de sus integrantes mediante Cursillos de Dirigentes y otras actividades.

El carisma de los Cursillos de Cristiandad se resume según la carta "en los aspectos principales descritos en los dos objetivos que persigue: el inmediato, es decir, la conversión de la persona; y el último, esto es, la fermentación evangélica de los ambientes, es definitivamente actual".

Después de sesenta años de haber surgido en el mundo y de cincuenta en Venezuela, asegura la carta "tiene plena vigencia".

Por ello este aniversario "además de hacer surgir una sentida acción de gracias en todos los miembros de la Iglesia de nuestra nación, debe provocar indefectiblemente en los responsables principales y en todos los cursillistas en general, un profundo compromiso para que el Movimiento siga haciendo el bien que el Señor quiere a través de él en Venezuela".

Sugiere que "el Movimiento de Cursillos de Cristiandad debe discernir, en el respeto reverencial al carisma original que merece toda inspiración suya, lo que ese mismo Espíritu quiere hoy de él".

"Deben dejarse iluminar para poder discernir correctamente de qué modo pueden lograr lo que el Espíritu quiere de ellos en estos momentos de vida del país. De esta manera, también los Cursillos serán siempre jóvenes. Esto está en línea de perfecta congruencia con lo que pedía el recordado Juan Pablo II al hablar de la nueva evangelización, que debía ser ‘nueva en su ardor, nueva en sus métodos y nueva en su expresión'", añade.

Constata que "hoy nuestro país adolece de más hombres y mujeres que asuman con seriedad su fe. Por ello se necesita la valentía de aquellos que ya la viven responsablemente, en este caso concreto, de aquellos que ya han pasado por un Cursillo de Cristiandad".

De esta manera, añade, "Venezuela vivirá efectivamente la recristianización que tanto necesita y se recuperará la vivencia de los valores y principios humanos y cristianos que se han ido difuminando".

"En nuestros días es más que insoslayable esta tarea de los laicos de nuestra Iglesia", afirma.

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad, según los obispos venezolanos, "está llamado en las actuales circunstancias a realizar valientemente una apertura pastoral a las situaciones concretas que se viven en el país. Particularmente, invitamos a los miembros del Movimiento a afrontar la situación actual de la familia, fijando su atención en aquellos hogares que se encuentran en dificultades de variada índole".

Recuerdan las palabras de XVI dirigidas a la Iglesia en Venezuela: "Hace falta un laicado maduro, que dé testimonio fiel de su fe y sienta el gozo de su pertenencia al Cuerpo de Cristo, al que debe ofrecerse, entre otras cosas, un adecuado conocimiento de la doctrina social de la Iglesia".

Concluyen su carta reafirmando la necesidad de que "el Movimiento mantenga su perfil de exigencia en este momento de tanta necesidad del testimonio de los cristianos que vive nuestro país".

Por Nieves San Martín
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