La virtud de la espera

[monika]

La virtud de la espera

Padre José Pascual Benabarre

Para El Visitante

Lee bien, amable lector: La virtud de la espera, no de la esperanza, sobre la que ya escribí hace algún tiempo. Y es curioso que me decida a escribir sobre esta difícil virtud, pues hay pocas cosas que me disgusten tanto como esperar. Me irrita que los invitados lleguen tarde sistemáticamente; me disgusta que el taxi, que tan urgentemente necesito, tarde en llegar; me disgusta que las autoridades tarden tanto tiempo en resolver asuntos urgentes, cuya solución yo veo fácil; me desespera observar el tranquilo incumplido de obligaciones sagradas voluntariamente contraídas; me disgusta…

Y, sin embargo, los místicos nos dicen que la simple espera debe considerarse como una gran oportunidad de practicar varias virtudes, premiables para el Cielo.

Qué es la virtud de la espera

Existen la virtud de la espera y el vicio de la desesperación. La virtud consiste en aceptar tranquila, alegre y activamente el tiempo que transcurre entre el anuncio de un suceso hasta la realización del mismo. Y el vicio puede tener dos facetas: pasar el tiempo de la espera protestando y a regañadientes; o bien, simplemente no hacer nada, absolutamente nada durante el tiempo de espera. Simplemente, la persona se cruza de brazos, y espera.

En cambio, la espera activa, se caracteriza por el esfuerzo del individuo en tenerla viva y operante mediante las varias gestiones que le sea posible realizar tanto el suceso esperado se hace realidad. Para que esto sea posible, el individuo ha de tener bien encendidas las virtudes de la fe y de la esperanza.

Grandes ejemplos de espera

La Sagrada Escritura nos ofrece grandes hechos o modelos de esperas ejemplares. Aproximadamente durante mil años, el pueblo de Israel esperó la llegada del prometido Mesías. Desgraciadamente, cuando se hizo presente no lo reconocieron. Abrahán y Sara esperaron por meses la llegada de Isaac; Ana, Raquel y los santos Zacarías e Isabel, además de ser símbolos de fe, nos enseñaron cómo esperar virtuosamente el cumplimiento de promesas divinas.

Pero, sin duda alguna, los mejores ejemplos de espera activa nos lo dio la Virgen María: en Nazaret, la llegada de su Hijo; al pie de la cruz, nuestra redención; en el cenáculo, la triunfante resurrección de su adorado Jesús.

La espera activa es una función de nuestra vida espiritual en compañía del Señor Jesús. Esperar activamente puede ser tan importante como el mismo cumplimiento de lo esperado.

Qué esperar de Dios y de los hombres

Cada individuo tiene sus problemas y sus esperanzas; incluso algunos parecen entrever cuándo y cómo algunos de los problemas se resolverían.

Como cristianos, nosotros sabemos que estamos en las manos de Dios y, consecuentemente, debemos esperar que nada de lo esencial para salvarnos nos va a faltar. Podrán tardar un tiempito algunas de esas cosas; pero llegarán. Basta que tengamos paciencia y se las pidamos a Dios con fe (Lc 19: 1-, y que nuestra espera sea tan activa como nos sea posible. Dios es fiel y poderoso (1 Cor 1: 9; 2 Cor 6: 1, y nunca falla en sus promesas.

Algunas de esas cosas son: la gracia, tanto la habitual como la actual; muestras de amor como para forzarnos a corresponder al suyo; protección en el peligro no buscado; perseverancia en la gracia; admisión cuasi gratuita en el Reino de los cielos.

La lista puede ser tan larga cuantas sean las necesidades que experimentemos; pero las dádivas citadas son las más importantes. Realmente, Dios es bien generoso.

En cambio, de los hombres poco podemos esperar, al menos en comparación con lo que esperamos de Dios. Muchos no pueden hacer nada por nosotros; otros que podrían, se dejan dominar por la pereza o la desidia. No ven en el hombre un hermano, sino, como los romanos, un lobo, del que hay que guardarse (Cicerón).

[Little Silvy]

[monika]

[Pablo Jose]

Muchas gracias por este artículo bastante interesante, a mí antes me costaba mucho tener esa virtud de la espera, era muy muy desesperado y me costaba esperar y tener paciencia para lo que fuera, gracias a Dios llevo ya unos meses trabajando en esa área de mi vida la cual se esta moldeando poco a poco y pues ahora se esperar un poco más y ser más paciente.

Bendiciones.
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