Píldora del día después

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¿Qué hermosas y atrayentes son los nombres que, el enemigo de Dios, escoge y luego asigna a sus teorías malévolamente concebidas, pero hermosamente atrayentes? : liberalismo, progresismo, comunismo renovado, teoría de género, píldora del día después ¡Hasta me da una envidia mal sana!, de no tener esa misma sapiencia y habilidad para que yo, por mi parte, pueda desenmascarar adecuadamente esa clase de léxico embaucador. El enemigo de Dios, conoce más que cualquier ser humano el contenido Bíblico, puesto que no sólo fue el principal testigo presencial de los hechos allí reseñados, sino que un fue un diligente actor en la oposición enarbolada en contra de los designios de Dios. Es por ese motivo que, el “difamador” de Dios, sabe valerse de engañosos resquicios para regurgitar en la mente humana la errónea imagen de que las leyes divinas son tonteras mitológicas, idioteces imaginarias y que, además, el cientificismo humano ya habría demostrado fehacientemente la inexistencia de Dios, convenciendo mañosamente la opinión pública, para que ella de manera condicionada dé por hecho que, quien pretenda predicar la verdad de la ley de Dios, lo hace con palabras hueras, vanas e inútiles, semejantes a las que salen de boca de un recalcitrante charlatán fanático y mercantilista, que quiere que le adquiramos los bienes inservibles que nos vende.

Sin embargo, esos atrayentes y embriagadores “nombres”, por tanto travestidos con piel de oveja, son sólo hermosos sepulcros blanqueados con cal; pero, cuando la perspicacia nos hace examinar su interior nos percatamos de que son, solamente, una sentina de vicios y depravaciones ideadas para confundir la humanidad, con las cuales se nos incitan a desatar el nudo que nos une con la ley de Dios.

Es por esa razón, que no está de más recordar, para desenmascarar de manera reflexiva al “anticristo”: que… los hijos del enemigo de Dios, son más sabios en el engaño de la humanidad, que los hijos de Dios en la tarea de predicar la verdad. Y no es maravilla, porque el mismísimo Satanás se disfraza como ángel de luz.

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Es verdad que el gobierno materialista y ateo chileno, dentro de unos de los acápites de la gran doctrina internacional denominada la “teoría de género” (hedonismo de la mujer), ha machacado en la opinión pública por intermedio de la manipulación de los «switch causal psicológico» y el despilfarro de los recursos financieros de todos los chilenos, hasta lograr dejar asentado con su engaño dos cosas (respecto de la píldora del día después). Primero, travestirse con piel de oveja, y así presentarse ante el pueblo como un gobierno "progresista" y “preocupado por las mujeres”. Y a la vez, hacer aparecer - a aquellos que se opongan a su implementación - como barbaros fanáticos y fundamentalistas. Y desde el sillón presidencial, asentado en la “Roca Tarpeya”, los agentes del liberalismo internacional buscan para el Ejecutivo – como lo hacen con todas sus argucias - sacar un mezquino dividendo político a su favor.

Con tales dañinas artimañas y groseros eufemismos, incluso han logrado engañar a hombres buenos e inteligentes, para que digan que “la píldora del día después no es abortiva” y a la vez, “que no hay ningún antecedente científico serio que apunte en esa dirección”.
En efecto, por medio de aquellas artimañas y eufemismo nos quieren convencer que la legalización de “la píldora del día después” regularía una prescripción de anticonceptivos de emergencia a una mujer que lo requiera.

Nadie discute que un “anticonceptivo” per se, por su propia etimología y semántica consiste en una “pócima” que, con o sin relaciones sexuales, deja huero al ovulo femenino, motivo por el cual, la eyaculación de los espermatozoides masculinos jamás serán capaces de fecundar ese óvulo que, previamente manipulado ha dejado de ser servible. Por lo que resulta de Perogrullo que el menjunje de marras - como su nombre lo indica - es un anticonceptivo propiamente tal, y por lo mismo nunca podrá ser un abortivo.

Sin embargo, la llamada “píldora del día después”, o eufemísticamente denominada “anticonceptivo de emergencia”, es utilizada en aquellos casos en que la mujer - no habiendo ingerido previamente los “anticonceptivos” propiamente tales, o no habiendo realizados los resguardos del caso (uso de preservativos) - “fornica” en el período fértil, en donde su óvulo sanos y habilitado para recibir la vida es susceptible de ser fecundado.

Otro eufemismo que utilizan para alegar que no hay aborto con la “píldora del día después de la fornicación”, es sostener que la vida no nace cuando el óvulo femenino es fecundado por el espermatozoide masculino, sino que la vida nace días después cuando el embrión se anida en la matriz de la mujer, de allí que eufemísticamente se diga que se trata de un “anticonceptivo de emergencia”, no abortivo.

Entonces, los argumentos de los católicos sobre el concepto de “aborto” (muerte de un ser humano vivo no nacido), no son netamente semántica, ni menos ante científicos, ya que la animación de la vida es instantánea, e independiente del lugar - interior de la mujer - se encuentre el óvulo humano. ¿Acaso no hay vida en un óvulo fecundado in vítreo? ¿O acaso esa vida, extra uterina, no es susceptible de ser asesinada, antes de ser implantada en vientre materno?

Evitemos ser engañados con cantos de sirenas, que lo único que persiguen como la gran doctrina internacional denominada la “teoría de género”, es implantar en Chile el “hedonismo”, esto es, aquella “doctrina” que tiene como único principio la buscar del placer sexual, incluso a través de la aceptación de las uniones entre homosexuales y entre lesbianas con los mismos derechos de los matrimonios, pues son formas – según la teoría de género - para libera a las mujeres de la “tiranía de su naturaleza biológica”, permitiéndoles escapar del “estado de barbarie del embarazo”.
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Diego Villa- Aguilera del Pedregal



«Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento»