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[SUG] Dadme razones para SÍ hablar del demonio/infierno
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siempreMaria
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Registrado: 06 Jun 2006
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MensajePublicado: Vie May 29, 2009 4:14 pm    Asunto:
Tema: [SUG] Dadme razones para SÍ hablar del demonio/infierno
Responder citando

He aquí unas palabras terminantes del gran pontífice Pío XII, tan atento siempre a las necesidades y exigencias de la época moderna. En su preciosa exhortación a los párrocos y predicadores de Roma en la Cuaresma de 1949 pronunció las siguientes palabras, que traducimos directamente del texto oficial, publicado en Acta Apostolicae Sedis *:

"No hay, pues, tiempo que perder en contrarrestar con todas las fuerzas este resbalar de nuestras propias filas en la irreligiosidad y para despertar el espíritu de oración y de penitencia. La predicación de las primeras verdades de la fe y de los fines últimos no sólo no ha perdido su oportunidad en nuestros tiempos, sino que ha venido a ser más necesaria y urgente que nunca. Incluso la predicación sobre el infierno. Sin duda alguna hay que tratar ese asunto con dignidad y sabiduría. Pero, en cuanto a la substancia misma de esa verdad, la Iglesia tiene, ante Dios y ante los hombres, el sagrado deber de anunciarla, de enseñarla sin ninguna atenuación, como Cristo la ha revelado, y no existe ninguna condición de tiempos que pueda hacer disminuir el rigor de esta obligación. Esto obliga en conciencia a todo sacerdote, a quien, en el ministerio ordinario y extraordinario, se ha confiado el cuidado de amaestrar, avisar y guiar a los fieles. Es verdad que el deseo del cielo es un motivo en sí mismo más perfecto que el temor de la pena eterna; pero de esto no se sigue que sea también para todos los hombres el motivo más eficaz para tenerlos lejos del pecado y convertirlos a Dios"


* Acta Apostolicae Sedis, 41,5 (25 de abril de 1949), p. 185

Fuente:
Teología de la Salvación, Antonio Royo Marín, O.P. Editorial BAC, 1956
En la TERCERA PARTE, CAPITULO IV, El infierno. p. 313

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"Callad mientras duerme y descansa el Señor y Dios mío porque muy pronto lo despertarán los pecados de los hombres"

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siempreMaria
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Registrado: 06 Jun 2006
Mensajes: 2175

MensajePublicado: Sab May 30, 2009 2:12 pm    Asunto:
Tema: [SUG] Dadme razones para SÍ hablar del demonio/infierno
Responder citando

Cita:
Los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI han dicho que debemos hablar del cielo y del infierno

Benedicto XVI, durante un encuentro con los sacerdotes de la Diócesis de Roma el 7 de febrero del 08 dijo que las prédicas sobre la realidad del Cielo y del infierno deberían retomarse para bien de los fieles.

Palabras del Papa: "quizá hoy en la Iglesia se habla demasiado poco del pecado, del Paraíso y del Infierno". "También por este motivo, he querido tocar el tema del Juicio Universal en la encíclica Spe salvi (http://www.corazones.org/doc/spe_salvi.htm). Quien no conoce el Juicio definitivo no conoce la posibilidad del fracaso y la necesidad de la redención. Quien no trabaja buscando el Paraíso, no trabaja siquiera para el bien de los hombres en la tierra". "El nazismo y el comunismo afirmaron que solo querían cambiar el mundo y sin embargo lo destruyeron".

Juan Pablo II
La Vida Eterna: ¿Todavía existe? ¿Estamos perdidos?
Así se titula uno de los capítulos del libro del Papa Juan Pablo II, "Cruzando el Umbral de la Esperanza".

Las prédicas antes del Concilio solían recordar nuestro futuro después de la muerte: "Acuérdate de que al fin te presentarás ante Dios con toda tu vida, que ante Su tribunal te harás responsable de todos tus actos, que serás juzgado no sólo por tus actos y palabras, sino también por tus pensamientos, incluso los más secretos". Según Juan Pablo II, "Se puede decir que tales prédicas, perfectamente adecuadas al contenido de la Revelación del Antiguo y del Nuevo Testamento, penetraban profundamente en el mundo íntimo del hombre. Sacudían su conciencia, le hacían caer de rodillas, le llevaban al confesionario, producían en él una profunda acción salvífica" (JP II, Cruzando el Umbral de la Esperanza, 1994).

"El hombre en una cierta medida está perdido, se han perdido también los predicadores, los catequistas, los educadores, porque han perdido el coraje de 'amenazar con el infierno'. Y quizá hasta quien los escuche haya dejado de tenerle miedo". (JP II, Cruzando el Umbral de la Esperanza, 1994).

Con todo lo expuesto a lo largo de estos capítulos, hemos tratado de dar a nuestra vida en la tierra su justa significación y su justa medida para no "estar perdidos" ni en el tiempo, ni en el espacio. Decíamos en uno de los capítulos iniciales que los hombres y mujeres de hoy parecemos andar por esta vida sin rumbo y sin medida del tiempo, ya que no sabemos hacia dónde vamos al final de esta vida en la tierra y, además, no sabemos medir el tiempo de aquí con reloj de eternidad.

En efecto, la vida en la tierra es sólo una preparación para la otra Vida, la que nos espera después. Y esa preparación es muy corta, cortísima, si la comparamos con la medida de la eternidad, la cual es infinita. Y como preparación que es esta vida, debe servirnos justamente para eso: para prepararnos. Y estar preparados significa, como decía San Francisco de Sales: vivir cada día como si fuera el último día de nuestra vida en la tierra. Pensar que en cualquier momento de cualquier día, puede sobrevenirnos el final: el momento de presentarnos ante Dios a dar cuenta de los pensamientos, palabras, obras y omisiones que tuvimos durante nuestra vida aquí en la tierra.

Nuestra esperanza es llegar al Cielo y a la resurrección para la Vida, prometida por Cristo para aquéllos que le amen y hagan la Voluntad del Padre. Debemos, entonces, vivir cada día haciéndonos merecedores de esa esperanza de Cielo y de resurrección, de manera que cuando nos llegue el día más importante de nuestra vida -aquél de nuestro encuentro definitivo con el Señor- podamos ser contados entre sus elegidos. Que así sea.

Entre los predicadores de las cosas últimas han habido muchos Santos.
Por ejemplo:


San Vicente Ferrer, a fines del siglo XIX tomó el tema del Juicio Final como centro de su predicación y con ello conmovió a Europa entera.

San Roberto Belarmino, Doctor de la Iglesia, a mediados del siglo XVI predicaba también en Europa sobre el final y sus predicaciones fueron recogidas por escrito en un libro titulado "Las últimas cuatro cosas: muerte, juicio, cielo e infierno".

San Alfonso María de Ligorio, libro: Preparación para la Muerte: "Mas ya comienza el Juicio, se abren los procesos, que serán la conciencia de cada uno. Sentóse a juzgar -dice Daniel- y se abrieron los libros (Dn. 7, 10) ... Testigo será, finalmente el mismo Juez, que ha presenciado todos los ultrajes que le ha hecho el pecador. Yo soy Juez y también testigo, dice el Señor (Jer. 29, 23). Y San Pablo añade que el Señor en aquel momento sacará a la luz las cosas escondidas en las tinieblas (1 Cor. 4, 5). Hará público delante de todos los hombres los pecados de los condenados, aun los más secretos y vergonzosos ... Descubriré tus infamias ante tu misma cara (Nah. 3, 5). Opina el Maestro de las Sentencias (Pedro Lombardo, siglo XII) y con él otros teólogos, que los pecados de los elegidos no serán entonces declarados, sino que permanecerán ocultos, como dice David: "Bienaventurados aquéllos cuyas iniquidades han sido perdonadas y cuyos pecados han sido encubiertos (Sal. 31, 1)".

El autor de Imitación de Cristo trata así el tema del Juicio: "Mira al fin en todas las cosas, y de qué suerte estarás delante de aquel Juez justísimo, al cual no hay cosa encubierta, ni se amansa con dádivas, ni admite excusas, sino que juzgará justísimamente. ¡Oh ignorante y miserable pecador! ¿Qué responderás a Dios, que sabe todas tus maldades?".

El Concilio Vaticano II (1960-1965) no se queda atrás al tocar las realidades últimas. La cita del Concilio que el Papa menciona a Messori se titula "Indole Escatológica de la Iglesia Peregrinante y su unión con la Iglesia Celestial" (LG 48 ). De este capítulo extraemos algunas líneas: "La Iglesia ... no alcanzará su consumada plenitud sino en la gloria celeste, cuando llegue el tiempo de la restauración de todas las cosas (cr. Hech. 3, 21) y cuando, junto con el género humano, también la creación entera ... será perfectamente renovada en Cristo (cf. Ef. 1, 10; Col. 1, 20; 2 Pe. 3, 10-13) ... Y como no sabemos ni el día ni la hora, es necesario, según la amonestación del Señor que velemos constantemente, para que, terminado el único plazo de nuestra vida terrena (cf. Heb. 9, 27), merezcamos entrar con El a las bodas y ser contados entre los elegidos (cf. Mt. 25, 31-46), y no se nos mande, como a siervos malos y perezosos (cf. Mt. 25, 26), ir al fuego eterno (cf. Mt. 25, 41) a las tinieblas exteriores, donde habrá llanto y rechinar de dientes (Mt. 22, 13 y 25, 30). Pues antes de reinar con Cristo glorioso, todos debemos comparecer ante el Tribunal de Cristo para dar cuenta cada uno de las obras buenas o malas que haya hecho en su vida mortal (2 Cor. 5, 10); y al fin del mundo saldrán los que obraron el bien para la resurrección de vida; los que obraron mal para la resurrección de condenación (Jn. 5, 29; cf. t. 25, 46)".

Sin embargo, a pesar de lo claro que ha sido el último Concilio con respecto de las cosas últimas, el Papa Juan Pablo II no duda en afirmar lo siguiente: "El hombre de la civilización actual se ha hecho poco sensible a las 'cosas últimas' ... La escatología se ha convertido, en cierto modo, en algo extraño al hombre contemporáneo".


Tomado de:
http://www.corazones.org
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Jubo
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Registrado: 01 Ago 2008
Mensajes: 6

MensajePublicado: Sab May 30, 2009 6:11 pm    Asunto: Un razón más
Tema: [SUG] Dadme razones para SÍ hablar del demonio/infierno
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Ignorar a tu asaltante no evitará que te asalten.
El demonio está al acecho constantemente, el cristiano, con prudencia, ha de confrontarlo. Recuerdo que una señora de mi parroquia, ya entrada en años y que tenía una mirada muy bondadosa (una gran devoción además), cuando era niño me aconsejo que si habían peleas en mi familia yo orase y dijera al maligno: "Con dos ojos te miro y con tres te espanto que son Padre, Hijo y Espíritu Santo", aún lo repito a veces cuando las cosas están muy mal y me hace sentir que tengo a Dios de mi lado protegiéndome. Y efectivamente es así.
Saludos.
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Jubo Wink
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ISEJ
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Registrado: 29 Abr 2008
Mensajes: 933

MensajePublicado: Sab May 30, 2009 7:35 pm    Asunto:
Tema: [SUG] Dadme razones para SÍ hablar del demonio/infierno
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[326]La terdéeima. Asimismo se hace como vano enamorado en querer ser secreto y no descubierto. Porque, así como el hombre vano, que, hablando a mala parte, requiere a una hija de un buen padre o a una mujer de buen marido, quiere que sus palabras y sus acciones sean secretas; y el contrario le displace mucho, cuando la hija al padre o la mujer al marido descubre sus vanas palabras y intención depravada, porque fácilmente colige que no podrá salir con la impresa comenzada: de la misma manera, cuando el enemigo de natura humana trae sus astucias y suasiones a la ánima justa, quiere y desea que sean recibidas y tenidas en secreto; mas cuando las descubre a su buen confesor, o a otra persona espiritual que conozca sus engańos y malicias, mucho le pesa; porque colige que no podrá salir con su malicia comenzada, en ser descubiertos sus engańos manifiestos.



[327] La cuatuordécima. Asimismo se ha como un caudillo, para vencer y robar lo que desea; porque así como un capitán y caudillo del campo, asentando su real y mirando las fuerzas o disposición de un castillo, le combate por la parte más flaca, de la misma manera el enemigo de natura humana, rodeando, mira en torno todas nuestras virtudes teologales, cardinales y morales, y por donde nos halla más flacos y más necesitados para nuestra salud eterna, por allí nos bate y procura tomarnos.

REGLAS DE DISCERNIMIENTO

DEL ESPIRITU
San Ignacio de Loyola


http://www.mscperu.org/espirit/discern/es_discernto_espir.html#_Toc536361856
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Alabado sea Jesús, el Cordero sin
mancha, que quita los pecados del
mundo.
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ISEJ
Constante


Registrado: 29 Abr 2008
Mensajes: 933

MensajePublicado: Sab May 30, 2009 7:42 pm    Asunto:
Tema: [SUG] Dadme razones para SÍ hablar del demonio/infierno
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12,10Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

El espiritu del mal, San Miguel nos defienda, es
acusador, mentiroso, desviador, quiere desesperarnos,
entristecernos y destruirnos.

En cambio el Espiritu Santo, que en hebreo se nombra
como Ruah, (y es nombe femenino), es
defensor, espiritu de verdad, nos lleva a la Verdad Plena,
nos da esperanza y alienta, nos da alegría y nos
restaura.

Bendito sea el Santo Espiritu de Dios.

Paz
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