gino falen vieyra Esporádico
Registrado: 05 Jun 2006 Mensajes: 44
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Publicado:
Lun Jun 05, 2006 5:00 am Asunto:
El momento del llamado de Dios.
Tema: El momento del llamado de Dios. |
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El momento del llamado de Dios.
Mucho me a acompañado con su presencia, a la vez serena y animosa, aquel momento misterioso de aquella tarde de mayo, mes dedicado a honrar a nuestra Señora, la Virgen Santísima, cuando estaba estrenando mis quince años; cuando en una callecilla de mi pueblo, sentí con una fuerza increíble, que no me dejó lugar a duda alguna, que Dios me llamaba para servirle en primera fila, amando y entregándome como humilde servidor a buscar el bien trascendente para los hombres mis hermanos.
Recibí este llamado de Dios con una verdadera efusión de felicidad. De rodillas, y con mi frente posada sobre la tierra, di gracias, bendije y besé la mano amorosa que se extendió hasta mí para hacerme este don incomparable. Muchos sufrimientos habían marcado ya el duro entrenamiento de mi vida. No trato de descifrar a cualquier precio lo ocurrido en mi niñez, mi adolescencia y primera juventud. Ahora sólo lo medito admirando la sabiduría infinita de Dios.
Poco a poco ha salido de las sombras a la luz el porqué de tantas cosas, y estoy seguro de que Dios no ha sido ajeno a esta aclaración.
Veo el juego muy claro. Era necesario una dura preparación, y el gran Maestro la supo preparar e impartir. Me dejó en la orfandad para que lo encontrara a El; me dejó en la soledad para que lo encontrara a Él; me enseñó la fugacidad de las cosas y de la vida para que lo encontrara a Él. Y en esta desnudez aprendí el valor de la eternidad; lo descubrí a Él y de Él me enamoré locamente para siempre. Y a esta luz, las personas, los acontecimientos y las cosas, han guardado un valor muy relativo e ínfimo en mi vida.
Sin embargo, estoy convencido de que sería una equivocación más grande que el universo, ver en todo esto el refugio que un adolescente o un joven buscaba en el supremo Consolador. Más bien fue un empezar absoluto en la donación y en la entrega. Un amor que al nacer encontró los límites de una donación infinita. Una aportación evidente a mi fe, y una alegría que ninguna otra ha podido aventajar, y ni siquiera igualar. _________________ gino falen |
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