Para vivir mejor la Santa Misa

[Abraham Diaz]

Esta es una catequesis para vivir la Misa de una mejor manera, llego a mis manos por via de una pequeña alma y quiero compartirla con ustedes.

La Santa Misa

En la maravillosa catequesis con la que el Señor y la Virgen Maria han ido instruyendo a Catalina, misionera laica del Corazon Eucaristico de Jesús, está la del conocimiento de lo que sucede en la Santa Misa-el mayor de los milagros- y la forma de vivirla con el corazon. Nos relata Catalina:

Ritos iniciales.
Cuando el dia de la Anunciacion llegue a la iglesia, un poco atrasada, dijo la Virgen con aquella voz tan suave y femenina q a una le endulza el alma: “Quiero que prestes mucha atención, porque de lo que seas testigo y vivas en este dia, tendras que participarlo a la humanidad”. Me quede sobrecogida sin entender pero procurando estar muy atenta. Lo primero que percibi es que habia un coro de voces muy hermosas: cantaban como de lejos, y la musica iba y venia como el sonido del viento.

Acto Penitencial
Dijo la Santisima Virgen: “Desde el fondo de tu corazon, pide perdon al Señor por todas tus culpas, por haberlo ofendido, asi podras participar dignamente de este privilegio, que es asistir a la Santa Misa”. Por una fraccion de segundo pense: “Pero si estoy en gracia de Dios, me acabo de confesar anoche”. Ella contesto. “¿Y tu crees que desde anoche no has ofendido al Señor? Dejame que te recuerde algunas cosas. Cuando salias para venir aquí, a la persona que te ayuda le contestaste no de muy buena forma. Has faltado a la caridad y has perdido la paciencia, ¿y dices no haber lastimado al Señor…? En el ultimo momento llegas… y vas a participar de la Misa sin una previa preparación espiritual. ¿Por qué? Es el milagro mas grande, vas a vivir el momento de regalo mas grande de parte del Altisimo y no lo sabes apreciar. (Era bastante. Me sentia tan mal que perdi perdon a Dios, por las faltas de ese dia y por todas las veces que no supe comprender lo q significaba estar alli)

Gloria
Era dia de fiesta y debia recitarse el Gloria. Dijo nuestra Señora: “Glorifica y bendice con todo tu amor a la Santisimo trinidad en tu reconocimiento como criatura suya”. ¡Que distinto fue aquel Gloria! Me veia en un lugar lejano, lleno de luz, ante la Presencia Majestuosa del Trono de Dios, y con cuanto amor fui agradeciendo al repetir: “Por tu inmensa Gloria te alabamos… te damos gracias, Señor…Y pedi: “Señor mio, enviame tu paz para conseguir el mejor provecho de esta Eucaristía. Espiritu Santo, transformame, actua en mi, guiame, dame los dones que necesito para servirte mejor..”
Liturgia de la Palabra
Al llegar la “Liturgia de la Palabra”, la Virgen me hizo repetir: “Señor, hoy quiero escuchar tu palabra y producir fruto abundante, que tu Santo Espiritu limpie el terreno de mi corazon para que Tu Palabra crezca y se desarrolle. Purifica mi corazon para q este bien dispuesto”. Quiero q estes atenta a las lecturas y a la homilía del sacerdote. Si atiendes, va a quedar algo en ti de todo lo que escuches; trata de recordarlo el resto del dia, y eso hara carne en ti, haciendo q la Palabra de Dios transforme tu vida”.

Ofertorio
Llego el “Ofertorio” y la Santisima Virgen dijo: reza asi: “Señor, te ofrezco todo lo que soy, lo que tengo, lo que puedo: todo lo pongo en tus manos.
Edifica Tu, Señor, con lo poco que soy. Por los meritos de tu Hijo, transformame Dios Altísimo. Te pido por mi familia, por mis bienhechores, por mis amigos y por todos los que nos combaten…”.
En ese instante empezaron a ponerse de pie unas figuras. Era como si del lado de cada persona que estaba en la Catedral, saliera otra persona y aquello se lleno de unos personajes jóvenes, con rostros tan hermosos, tan radiantes como no puede uno imaginarse. Iban vestidos con tunicas muy blancas y fueron saliendo hasta el pasillo caentral dirigiendose hacia el Altar. Dijo nuestra Madre: “Observa, son los Angeles de la Guarda de cada una de las personas que estan aquí. Es el momento en que su Angel lleva las ofrendas y peticiones ante el Altar del Señor”. Algunos de ellos tenian como una fuente de oro con algo que brillaba mucho. Dijo la Virgen: “Son los Angeles de la Guarda de las personas que estan ofreciendo esta Misa, que esten conscientes del significado de esta celebración”.
“Ofrezcan en este momento, ofrezcan sus penas, dolores, ilusiones, tristezas, alegrias. Recuerden que la Misa tiene un valor infinito, sean generosos en ofrecer y en pedir”. A continuación, venian otros Angeles que no tenian nada en las manos, las llevaban vacias. “Son los Angeles de las personas que no tiene ofrecimientos que llevar ante el Altar del Señor”. En ultimo lugar iban otros Angeles, con las manos juntas en oracion, pero con la mirada baja. “Son los Angeles de las personas que han venido por compromiso, pero sin deseo de participar de la Santa Misa, y sus Angeles estan tristes porque no tienen que llevar ante el Altar, salvo sus propias oraciones… Pidan mucho, por la conversión de los pecadores, por la paz del mundo, por sus familiares, vecinos y amigos. Pidan no solo por ustedes sino por los demas. Recuerden que el ofrecimiento que mas agrada al Señor es cuando se ofrecen ustedes mismos como holocausto”.
Aquella procesion difícilmente podria compararse a otra: todas aquellas criaturas celestiales haciendo una reverencia ante el Altar y deapareciendo de mi vista cuando llegaban alla…

Santo
Cuando la asmblea decia: “Santo, Santo, Santo…”, todo lo que estaba detrás de los celebrantes desaparecio… Del lado izquierdo del Arzobispo hacia atrás, aparecieron miles de Angeles: pequeños, grandes, con alas inmensas, con alas pequeñas, sin alas, vestidos con unas tunicas como las albas blancas de los sacerdotes. Todos se arrodillaban con las manos unidas en oracion y en reverencia inclinaban la cabeza. Del lado derecho del Arzobispo hacia atrás, una multitud de personas iban vestidas con la misma tunica, pero en colores pastel muy suaves. Sus rostros eran brillantes, llenos de gozo, precian tener todas la misma edad. Dijo Nuestra Señora: “Son todos los Santos y Bienaventurados del cielo, y entre ellos tambien estan las almas de los familiares de ustedes que gozan ya de la Presencia de Dios”. Y entonces, un paso atrás y a la derecha del celebrante, vi a la Santisima Virgen arrodillada, con las manos unidas mirando respetuosamente al celebrante. Me hablaba desde alla, directamente al corazon: “Con todo lo que me ama mi Hijo, no me ha dado la dignidad que ha dado a un sacerdote de poder traerlo entre mis manos, como lo hacen los sacerdotes. Por ello siento tan profundo respeto por un sacerdote y por el milagro que Dios realiza a traves suyo, que me obliga arrodillarme aquí.”.
Delante del Altar, empezaron a salir unas sombras de personas de color gris, que levantaban las manos hacia arriba. “Son las almas benditas el Purgatorio, que esperan las oraciones de ustedes para refrescarse. Piden por ustedes, pero no pueden pedir por ....

[Abraham Diaz]

ellas mismas. Recen por ellas, para ayudarlas a salir a encontrarse con Dios y gozar de Él eternamente”… “Dile al ser humano, que nunca un hombre es mas hombre que cuando dobla las rodillas ante Dios”.

Consagración
Cuando el celebrante dijo las palabras de la “Consagración”, empezo a llenarse de una luz sobrenatural. Al levantar la Sagrada Forma, vi sus manos y tenian unas marcas en el dorso de las cuales salia mucha luz. ¡Era Jesús, que con Su Cuerpo envolvia el del celebrante! En ese momento la Hostia comenzo a crecer, y en ella el Rostro maravilloso de Jesús. Dijo Nuestra Sañora: “Contemplalo, cruza tu mirada con la suya y repite la oracion de Fatima: Señor, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdon por aquellos que no creen, no adoran, no esperan y no te aman… Ahora dile cuanto lo amas, rinde homenaje al Rey de Reyes”. Cuando Monseñor dijo las palabras consagratorias del vino, vi a jesús, crucificado: de la herida del pecho salia sangre a borbotones, que fluia hacia el Caliz, y unos chorros de luz que se dirigian hacia los fieles. Dijo la Virgen: “Este es el milagro de los milagros: en el momento de la consagración toda la asamblea es trasladada al pie del Calvario en el instante de la crucifixion de Jesús”.
¿Puede alguien imaginarse eso?

Oracion del Señor
Antes del “Padrenuestro”, hablo el Señor: “Quiero que ores profunadamente y recuerdes a quienes mas daño te hayan ocasionado durante tu vida, para que los abraces y les digas de todo corazon: “En el nombre de Jesús, te perdono y te deseo la paz”.

Rito de la paz
En ese momento, vi en medio de las personas que se abrazaban se colocaba una luz muy intensa: supe que era Jesús y me abalance a abrazar a la persona que tenia a mi lado.
Senti el abrazo del Señor en esa luz, porque yo habia sido capaz de perdonar y sacar de mi corazon todo dolor contra otras personas.

Comunión
Cuando monseñor comulgaba, dijo la Virgen: “Este es el momento de pedir por los sacerdotes y las almas consagradas. Repite: Señor, bendicelos, santificalos, ayudalos, purificalos, amalos, cuidalos, sostenlos con tu Amor”. Cuando estemos del otro lado, comprenderemos la maravilla que Dios ha hecho al darnos sacerdotes, que nos ayudan a salvar nuestra alma…
Empezo la gente a ir a comulgar. El Señor me dijo: “Quiero que observes algo”. Cuando el sacerdote coloco la Sagrada Forma sobre la lengua de la persona que comulgaba, una luz atraveso a esta persona por la espalda y luego fue bordeandola por los hombros y la cabeza. Dijo el Señor: “¡Asi es como Yo me complazco en abrazar a un alma que viene con el corazon limpio a recibirme!”. Cuando regrese de comulgar, dijo: “Escucha…” y oi dentro de mi las oraciones de una señora que acababa de comulgar… Con tono triste, Jesús dijo: “¿Te has dado cuenta? Ni una sola vez ha dicho: gracias Señor. Ha sido una letania de pedidos… y asi son casi todos los que vienen a recibirme”.

Rito de despedida.
Cuando el celebrante iba a impartir la bendicion, la Santisima Virgen dijo: “Recuerda que esta bendicion puede ser la ultima que recibas de manos de un sacerdote. Esas manos consagradas te estan dando la bendicion en el nombre de la Santisima Trinidad, por tanto, haz la Señal de la Cruz con respeto y como si fuera la ultima de tu vida”.
Al terminar la Misa, Jesús me pidio que me quedara con El unos minutos mas. Dijo: “No salgan a la carrera terminada la Misa, quedense un momento en Mi compañía, disfruten de ella y dejenme disfrutar de la de ustedes…”


Un abrazo para todos.