José Nelson Durón Nuevo
Registrado: 07 Jun 2006 Mensajes: 6
|
Publicado:
Mie Jun 07, 2006 7:32 pm Asunto:
SANTÍSIMA TRINIDAD: UNA EXPERIENCIA DE VIDA
Tema: SANTÍSIMA TRINIDAD: UNA EXPERIENCIA DE VIDA |
|
|
CAMINAR…. Por: José Nelson Durón V.
SANTÍSIMA TRINIDAD: UNA EXPERIENCIA DE VIDA
Una corta conversación se inició entre un pequeño grupo de cuatro compañeros de trabajo, uno de los cuales es Juan Carlos, pastor de una denominación protestante. El tema fue el nombre de Dios. Para sorpresa mía, Juan Carlos estuvo de acuerdo en que el verdadero sentido del vocablo YAHVEH, es: YO SOY EL QUE SOY. La diferencia vino inmediatamente después…. para sustentar su tesis, recurrió a un pasaje bíblico y a una conclusión tremendamente equivocada; el pasaje citado por él es: “ Dicho esto, pasó Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, en el que entraron él y sus discípulos. Pero también Judas, el que le entregaba, conocía el sitio, porque Jesús se había reunido allí muchas veces con sus discípulos. Judas, pues, llega allí con la cohorte y los guardias enviados por los sumos sacerdotes y fariseos, con linternas, antorchas y armas. Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, se adelanta y les pregunta: « ¿A quién buscáis? ». Le contestaron: « A Jesús el Nazareno. » Díceles: « Yo soy. » Judas, el que le entregaba, estaba también con ellos. Cuando les dijo: « Yo soy », retrocedieron y cayeron en tierra. ” (Juan18, 1-9) La conclusión es ésta: la caída de quienes lo buscaban demuestra que ellos se encuentran intempestivamente ante la presencia de Dios y, por lo tanto, Jesús es Dios totalmente, no existe el Padre, ni el Espíritu Santo, no existe la Santísima Trinidad. Rápidamente pregunto: “¿Significa que el mundo se quedó sin Dios con la muerte del Señor Jesús?”. La respuesta es apresurada y, con un aire de triunfo en su voz, aparentemente definitiva: “¡No, la divinidad de Jesús no puede morir, murió únicamente su humanidad!”. Con tristeza, solo acierto a afirmar: “¡Si el Señor Jesús no murió, el mundo no está salvado!” ( lo dice san Pablo muy enérgicamente en el capítulo 15 de la 1ª. Carta a los Corintios: “Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué, que habéis recibido y en el cual permanecéis firmes, por el cual también sois salvados, si lo guardáis tal como os lo prediqué... Si no, ¡habríais creído en vano!. Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras.... Si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía también vuestra fe... Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana: estáis todavía en vuestros pecados. Por tanto, también los que durmieron en Cristo perecieron. Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, ¡somos los más dignos de compasión de todos los hombres! (1 Corintios 15)
Juan Carlos, mirando su reloj, se marcha para atender asuntos de supuesta urgencia, cortando así una conversación que pudo haber sido de mucha instrucción y de corrección de pensamientos e ideas gnósticas, que mucho daño han hecho y siguen haciendo al cristianismo.
Puede verse cómo una fe sin sustentación sólida puede llevar con facilidad a muchos errores o a conclusiones erróneas o de veracidad parcial. Es por ello importante que los cristianos aprendamos a “dar una respuesta a quien les pida cuenta de su esperanza” (1 Pedro 3,15)
“En ninguna parte encontramos que el Señor Jesús haya llamado a Sus discípulos aparte y les haya “revelado” la Trinidad como si fuera la lección de la catequesis de esta semana. Por el contrario, la Iglesia gradual y cuidadosamente arribó a ciertas conclusiones acerca de la realidad interior de Dios sobre la base de su experiencia de Dios en su propia existencia humana y dentro de la historia de la humanidad... La Iglesia llegó al conocimiento de Dios como trinitario a medida que progresivamente se reflejaba en su experiencia la trinidad de los tratos de Dios con nosotros a lo largo de la historia. Y así la Iglesia concluyó que el Dios a quien experimentamos como trinitario en la historia, debe ser también trinitario en esencia, dentro de la vida interior de Dios. ... Los primeros cristianos fueron “alertados” de la dimensión trinitaria de la salvación divina por Cristo, en primer lugar, después por la predicación de los Apóstoles y luego por la atención a su propia experiencia admirable del Dios Trinitario ( por ej. En Pencostés ) en este extraordinario período de la Iglesia. A pesar de todo lo anterior, el misterio de la Trinidad permanece siendo precisamente eso: un misterio” (Catholicism, Rev. Richard P. Mac Brien, Edición: Harper San Francisco, Harper Collins Publishers, 1994)
Quien no ha experimentado su propio Pentecostés, quien no ha meditado los misterios de la vida del Señor Jesús como la Iglesia entera reflexiona con el rezo del santísimo Rosario, quien no ha atendido la invitación y mandato del Señor Jesús: “« Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 2 , corre el riesgo de perder mucho más de lo que pudiera soñar. |
|