Orar, rezar, meditar ¿qué preferimos?

[Orpam Saretnoc Laverz]

Orar, mover los labios y rezar, decir oraciones ya compuestas. Meditar y elevar el corazón a Dios y a María y a los Santos para que unos y otros entremos en contacto interior, todo esto es muy bueno. Leí una vez que si un pensamiento, haciendo meditación, penetra en ti y te sorprende, por el momento en que vives o por la circunstancia en que te encuentras, no pases adelante buscando más, detén tu mente y tu corazón y haz que "rumiando" en tu alma lo que te ha impactado, se convierta en oración. Así, a veces, podríamos permanecer largo rato en "contemplación". El lema dominico "contemplata aliis tradere", o sea lo que contemplas, lo que has contemplado trasládalo a los demás.
No podemos dar lo que no tenemos, decimos en mi tierra: "de donde no hay agua no podemos sacarla".
Amigos, si nos introducimos en Dios, en la meditación, en la contemplación, si rezamos atentamente recitando palabras ajenas o contenidos estupendos, si "rumiamos" en nuestra alma lo que necesitamos, pedimos, agradecemos al Señor ¿por qué no hacerlo vida en toda la jornada? Si pasa uno a tu lado, por la calle, en el autobús, en el metro, en el tren, en coche, reza por él, mírale, a lo mejor su semblante te dice ya lo que necesita. ¿No os parece?
Orpam Saretnoc Laverz