Ser Viejo no es Ser Virtuoso

[Doberíades]

Ser Viejo no es ser Virtuoso

por Alejandro Morales-Loaiza

“Genio y figura, hasta la sepultura” (Popular)

Con algunos tiempos sobre sus espaldas, arrugas más y cabello de menos, los ciudadanos de la tercera edad no distan de ser, salvo por lo que la experiencia les confiere, las mismas personas que en otrora lucían frescas y rozagantes.

El postulado anterior viene a mí tras haber podido gracias a mi mentor, formar parte parroquial del jurado que examinara una mañana a un anciano juez en la exposición de su tesis para optar al título de maestro en mi ciencia: la Ciencia del Derecho del Trabajo. Desde tempranas horas mi jefe y yo estuvimos estudiando el material contentivo del referido trabajo de investigación, y con algo de decepción nos dimos cuenta que, aunque preñado de buenas intenciones, el esfuerzo cognitivo del longevo maestrante no caló en la profundidad que la temática le inquiría y fue llevado con un poco convencional rigor científico.

Apenas revisado el texto, mi impetuosa juventud docente por corregir lo errado y enderezar lo torcido me hacía bullir la sangre con ansias por encontrarme cara a cara con aquel que con aperos pobres osó poner mano a mi querida disciplina y la tratase con ligereza. Toda esta plétora de sentimientos vinose abajo al franquear yo el umbral de la sala de examen, y observar al curioso artífice de esa abominación jurídica: Un ancianito cuya edad rondaba los ochenta años, finamente trajeado, de aspecto simpático y con un risible acento llanero. De inmediato mi mente trató de jugarme la pasada de atribuir su falta epistemológica al implacable transcurso de la edad; pero en contrasentido vino a mí recordar la condición del señor de ser un importante Juez Rector del Trabajo, todo un operador jurídico obligado a sumergirse a diario en los mares del Derecho y que dado tal carácter merecía justamente ser evaluado con inclemente rigurosidad. – ¿Debemos ser consecuentes con él por su edad o evaluarle con presteza por su cargo y aspiraciones académicas? – Me preguntaba.

Satisfecho de no haber sido el único a quien el conflicto existencial lo atacaba, pude observar que al terminar la exposición (bastante estándar), los otros miembros del jurado habían sucumbido en su litigio mental ante la opción de favorecer al abuelo por hacer puro honor a sus canas. Pero no mi jefe; mi jefe tiene el don de ver la justicia más allá de toda apariencia, y aceptaba por equitativo examinar al maestrante en un nivel de exigencia uniforme para todos los aspirantes a la titulación de cuarto grado. Esto costóle la temporal ojeriza de sus homólogos de la comisión evaluadora, siendo que a su vista el dieciséis asignado por mi estimado profesor lucía ofensivo frente a la calificación de veinte puntos (Mención sobresaliente, con orden de publicación), por ellos estimada. Algunas expresiones que recuerdo escuchar desde el exterior de la deliberación a puertas cerradas del jurado, rayaban en lo maternal – Colega, tenga en consideración que el señor ya es un viejo chocho -.

El relato a la final termina con un muy debatido diecinueve, y sentada en mí una fuerte convicción de que mi padre académico había tenido buen proceder, advirtiendo además que bajo las argumentaciones del resto del jurado, bien podría yo a mis sesenta, setenta u ochenta, obtener un título de maestro en Medicina.

¿Acaso la ancianidad resulta sinónimo de virtud? Un deber ser así nos lo exige, pero la realidad cual bofetada en el rostro nos demuestra lo contrario: Más de un malandrín que rebosa en juventud bien podría convertirse en un viejo bandido, de no ser porque tienen todos los cacos por sentencia el morir jóvenes. ¿Quién afirma que toda experiencia se traduce en bien?

Obviamente, el anterior no resulta el caso de nuestro honorable, pero descuidado Juez Rector, a quien por atreverse a hurgar en la cientificidad de lo jurídico le corresponde el deber de presentarse irremediablemente como cualquier mortal ante el examen justo e imparcial de los catedráticos.

Como nota final de mi reflexión, quiero dejar por sentado que los “adultos mayores” merecen de nosotros nuestro máximo de respeto y consideración, atendiendo con firmeza al hecho de que ese será nuestro destino en algunos años; pero así como son dignos destinatarios de todo lo anterior, necesitan que se les trate con igualdad frente a situaciones de determinada naturaleza. Créame el lector que de no ser lo justo habría más de uno que al final de su vida mereciera el cielo.-
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"Redite caessari quae sunt caessaris, et quae sunt dei deo"

[Fierrin]

Creo que hubo un tiempo en donde la vejez era sinónimo de virtud y en donde las ciencias estaban subordinadas a la sabiduría.
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[scarlett]

Perdon. Yo no soy catedratica de nada, y de Derecho tampoco se nada,
pero Dios me libre de verme defendida o enjuiciada de esa manera tan rigida, a raja tabla. "Con la vara que mides, seras medido". De una cosa estoy segura: el viejecito de que hablas, seguramente salio de ahi, muy oriondo, muy sonriente, con la satisfaccion de haber tenido a sus años la lucidez suficiente para hacer un trabajo de investigacion en un tema que para el seguramente es cosa de niños despues de tantos años de ejercerla y las calificaciones que le dieron promediadas fueron buenas.
Dios quiera lleguemos a esa edad y Dios nos conceda el tener la lucidez como la de ese viejecito.
Todas las personas adultas mayores que conosco o con quienes he tenido la oportunidad de tener cerca, me han brindado experiencia, sabiduria. He visto a personas que en su juventud o en su vida se equivocaron y al paso de los años han cambiado su vision de la vida.
Mi padre, mi abuela, mis tios, yo misma. Incluso una persona que durante parte de mi niñez y mi adolescencia fue como mi "sombra negra", me aterrorizaba, antes de morir habia cambiado mucho. Dios es grande, y es capaz de cambiar hasta el corazon mas duro.
Ese refran de "Genio y figura, hasta la sepultura" es medio engañoso, no somos los mismos fisicamente o sea "figura" cuando nacemos que cuando estamos niños, jovenes, adultos y viejos.
Y en cuanto a "Genio" si se refiere a caracter, creo que este va cambiando con los años, va madurando y siempre con el favor de Dios puede mejorar.
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***¡ Dulce Jesús, dad descanso eterno a las benditas almas del Purgatorio !
San José, patrono de la buena muerte, ruega por los que van a morir hoy ***

http://viviresunaaventura.blogspot.com

[Mervy Enrique Gonzàlez Fu]

Estimado Doberìades, al analizar el contenido de su articulo: "SER VIEJO NO ES SER VIRTUOSO " , he podido concluir que efectivamente , el llegar a la edad de la senectud no es garantia de que se posean virtudes o de que se afirme que por esa sola circunstancia se pueda llegar a ser virtuoso.En concordancia logica con esta aseveraciòn uno podrìa preguntarse ¿ La circunstancia de tener setenta u ochenta años garantiza honradez en la persona? Si la respuesta es afirmativa , nos podemos interrogar nuevamente¿Porque existen delincuentes, violadores, asesinos, corruptos, estafadores, hechiceros, malvivientes y dictadores, de esa edad ? En el caso concreto si con ese señor el jurado hubiese tenido que ponerle veinte puntos(maxima calificaciòn) sus profesores-jurados estarìan comentiendo una injusticia ,ya que los jovenes no tienen " la experiencia " que posee el anciano y en consecuencia ,estos ultimos deberàn exhibir mayor aptitud y actitud en el proceso de enseñanza -aprendizaje.Ademas si se aceptara, que por el hecho de ser anciano ,a una persona se le permitiera desde el punto de vista acadèmico y cientifico: omitir, alterar, modificar, suprimir,tergiversar o simplemente no cumplir los requisitos de una evaluacion de esa especie ¿Como asegurarle al resto de la sociedad que esas personas estan cientificamente preparadas para ejercer o resolver los problemas de manera correcta, eficiente y favorable ? Ciertamente , tal y como usted lo afirma, ese miembro del jurado actuò apegado a la ciencia,al sentido comun, a la sensatez y a la prudencia. Su articulo,aunque a algunos foristas pudiera parecerle cruel e inhumano; me parece que expresa una gran verdad, cruda,pero en definitiva es la verdad, lo contrario es hacer de hipocrita y negar la esencia del Cristianismo: La verdad.Recuerdèse lo que se afirma en La Biblia: YO SOY EL CAMINO LA VERDAD Y LA VIDA.....[/i][/b]

[scarlett]

Paz y bendiciones
Yo tambien analice el tema y estoy de acuerdo. La vejez no es garantia de sabiduria.
Tal vez yo no tengo la experiencia en esos temas, tal vez solo me dejo llevar por mi corazon y uno siempre se conmueve ante un niño o ante un anciano. Tal vez como se dice, se hubiera sentado un precedente, despues de todo cuando a la larga se lea su trabajo, no se va a especificar su edad, sino lo que contenga su tesis. Tal vez debieron decirselo de esa manera al Juez en cuestion y lo hubiera entendido. En todo caso, no fue culpa de el si los demas no hicieron lo correcto, o si?
El cumplio con lo suyo, presentar su tesis en la medida de sus capacidades, los que no cumplieron en todo caso fueron los demas. Asi que no veo el porque hablar tan duramente de el, a mi me pueden juzgar por mis actos o en este caso un trabajo, si hice bien o no, pero no pueden criticarme.
Por eso menciono que el susodicho Juez salio con una sonrisa enorme y sintiendose muy oriondo. No se ha puesto a pensar mi querido amigo que pudo ser una prueba de hasta donde se dejan llevar por las apariencias? Despues de todo, el seguramente tiene bastante experiencia. No creo que haya muchos jueces que lleguen a esa edad realizando su trabajo, como dice los cacos tienen la sentencia a morir jovenes. Ahi mismo se da la contestacion. Me pregunto: que edad tendrian los que lo evaluaron?.
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***¡ Dulce Jesús, dad descanso eterno a las benditas almas del Purgatorio !
San José, patrono de la buena muerte, ruega por los que van a morir hoy ***

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