Luis Fernando Veterano
Registrado: 04 Dic 2005 Mensajes: 1072
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Publicado:
Mar Oct 10, 2006 9:53 pm Asunto:
A la tarde te examinarán del amor
Tema: A la tarde te examinarán del amor |
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A la tarde te examinarán del amor
http://blogs.periodistadigital.com/coradcorloquitur.php/2006/10/10/a_la_tarde_te_examinaran_del_amor
"Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza, la caridad; pero la más excelente de ellas es la caridad."
(1ª Cor 13,13)
El que se enamora de Cristo, necesariamente se enamora de aquellos a quien Cristo ama, pues de lo contrario, no ama a Cristo. No hay amor a Cristo sin amor a los hombres, especialmente a los pobres, enfermos, viudas, huérfanos y necesitados de toda especie. Y no hay mejor forma de demostrar el amor a Cristo que amando precisamente a aquellos que más lo necesitan. De lo contrario, el amor puede convertirse en una simple palabra, en un simple vocablo que sale de nuestras bocas y que puede reflejar un mero sentimentalismo de nuestros corazones, pero que no es el amor divino que Dios ha tenido a bien el regalarnos para que lo vivamos.
¿De verdad amas a Cristo?
Amor es acción. Es entrega. Es derroche de energías en favor de los amados. Es limpiar las llagas del leproso. Es alimentar al que tiene hambre. Es dar de beber al sediento. Es tener paciencia con el débil en la fe. Es restaurar al que está caído. Es llorar con el que llora, y reir con el que ríe. Es orar por el hermano. Es honrar al que honra merece. Es dejar que Cristo se manifieste en nosotros.
¡Ya quisiera yo amar como Cristo ama! Pero también se aprende a amar. El cristiano no puede conformarse con ser una débil luz que apenas refleja el amor de Cristo. Toda lumbre, si no es alimentada, muere y se apaga. Si no nos alimentamos con la gracia de Dios, de forma que el fuego del Espíritu se avive en nosotros, no podremos amar como Dios ama. Y el amor se alimenta de amor. El que sirve a los pobres y los necesitados, ama más cada día que pasa. Lo que en un principio podía ser una dificultad, acaba por convertirse en el pan nuestro de cada día. Si amamos, entonces se volverá a repetir aquello de "los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio".
Si hoy los ciegos siguen sin ver, los cojos permanecen en sillas de ruedas, los muertos no resucitan y a los pobres no se les anuncia el evangelio es porque falta el amor de Dios en quienes decimos ser de Dios.
No digo esto para que nos autocondenemos, sino para que reflexionemos sobre lo que es realmente importante en nuestras vidas como cristianos. No sea que las muchas letras y los muchos debates nos alejen del verdadero motivo por el que Dios nos ha dado su vida eterna.
Lo dice San Pablo: el amor, como tal, nunca deja de ser si permanecemos en Dios. Dios es amor y en Él podemos amar. De hecho, conocemos verdaderamente si estamos en Dios si somos capaces de amar como Dios nos pide que amemos. Pero no olvidemos que el amor siempre requiere una actitud activa de parte del que ama. El amado recibe. El amante da. Todos somos amados por Dios, que nos dio a su Hijo por amor. Todos amaremos a Dios si entregamos nuestras vidas a Él, a través del servicio en su Reino.
¿Piensas, estimado lector, que es fácil amar con el amor de Dios?. No, no lo es. A Dios su amor le costó el sacrificio de Cristo. ¿Cómo pues, no iba a costarnos algo el amar a Dios?. Si Cristo llevó su cruz por amor a ti, ¿será mucho pedir el que tú lleves tu cruz por amor a Él?, ¿y acaso esa cruz no podría ser tu entrega completa al servicio de los que más necesitan el amor de Dios en este mundo?. No creas que te hago a ti, de forma particular, esas preguntas. Se las hago a todos. Me las hago a mí mismo.
¿Qué hay en la vida cristiana que no sea gracia sobre gracia? Nada. Pero la gracia está dispuesta para todos. El amor empieza muchas veces por el perdón. A veces el perdón es la consecuencia primera del amor. Para amar al enemigo, primero hay que perdonarle. Por supuesto, sin la gracia de Dios, eso es imposible para el hombre. Pero aun con la gracia de Dios, no es fácil. Es la gracia quien te hace aprender a perdonar primero y amar después. Y una vez que has logrado amar a tu enemigo, te liberas del resentimiento y del odio, que son la antítesis del amor. Por eso llega un momento en que es imposible crecer en el amor de Cristo mientras se mantiene el odio y el rencor hacia quien te ha hecho daño. O perdonas, o mueres para Dios, porque si tú no perdonas, Dios no puede perdonarte.
El hombre es capaz de corromper todo lo que toca. Pero, al mismo tiempo, es capaz de recibir la gracia que Dios le da para restaurar todo lo que el pecado ha destruído en él. El amor es incompatible con la injusticia y por tanto, no callará ante los causantes de la pobreza, de las guerras, de la violencia gratuita. El amor es incompatible con el pecado, y por tanto, no callará ante la violación de los mandamientos de Cristo y la manipulación de su Palabra. El amor es el esposo de la santidad y el hermano de la misericordia, de quienes toma su naturaleza activa que cambia la realidad y transforma las vidas. Si Dios es amor, y nosotros somos de Dios, amemos con su amor.
Bendiciones.
"A la tarde te examinarán del amor."
(San Juan de la Cruz, Avisos y Sentencias, 57.)
Luis Fernando Pérez Bustamante _________________ Sólo la Iglesia Católica puede salvar al hombre ante la destructora y humillante esclavitud de ser hijo de su tiempo.
G.K. Chesterton |
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Carlos Juarez Constante
Registrado: 14 Nov 2005 Mensajes: 613
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Publicado:
Mar Oct 10, 2006 10:41 pm Asunto:
Tema: A la tarde te examinarán del amor |
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Excelente aporte Luis Fernando.
Siempre he opinado que la verdadera evangelización a la que estamos llamados los cristianos, es la de "de ser como Cristo", "vivir a Cristo", dar "un testimonio de vida como el de Cristo", más que "hablar de él", sin dar testimonio con nuestros actos.
Lamentablemente en Latinoamérica, donde están proliferando los grupos pentecostales, con su "salvo siempre salvo", y su particular visión de "sola fide", se ve un ejercito de "evangelizadores", hablando a todo pulmón de su versión de Cristo y con gran furia contra lo católico, pero lamentablemente está predicación sobre Cristo, no está acompañada de una vida de obediencia a sus mandatos, y sobresale la falta de amor al projimo, pues conciben que su responsabilidad es solo "predicar a Cristo", no hacer "obras de caridad" como se refieren a ellas con desprecio.
Ese "predicar a Cristo" es concebido por ellos como "hablar de Cristo" y llevarlos a su "iglesia" para que declaren "que Jesús es su Señor y Salvador personal", para que en adelante ya no importe si son pecadores o no, si dan amor o no y si viven o no como Cristo lo hizo, pues ya son salvos, ya son de los escogidos, y su misión más que dar amor, es ir a "evangelizar" para reclutar la próxima camada de "salvos" y diezmadores para sus iglesias.
Lo más triste es que mucha de nuestra gente en latinoamérica por diversas razones sociales, culturales, históricas y económicas, se deja llevar por los discursos vehementes de predicadores, mercadólogos y políticos populistas por igual, y ya sabemos cuales son las consecuencias.
El reto del cristiano, en especial del católico es ser "Cristos" en nuestro tiempo y espacio específicos, dando amor al hermano, libre de egoísmos, libres de prejuicios, y sin importar creencias, condiciones sociales, culturales, étnicas, etc. Ese amor dará un mejor testimonio del verdadero cristianismo que el que millones de palabras sin amor pueden lograr.
Saludos y Bendiciones. |
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