Foros de discusión de Catholic.net :: Ver tema - Los Santos Ángeles
Foros de discusión
El lugar de encuentro de los católicos en la red
Ir a Catholic.net


Importante: Estos foros fueron cerrados en julio de 2009, y se conservan únicamente como banco de datos de todas las participaciones, si usted quiere participar en los nuevos foros solo de click aquí.


Los Santos Ángeles

 
Publicar nuevo tema   Responder al tema    Foros de discusión -> Temas Controvertidos de la fe y la moral
Ver tema anterior :: Ver tema siguiente  
Autor Mensaje
María Esther
Veterano


Registrado: 03 Oct 2005
Mensajes: 2105

MensajePublicado: Mar Sep 19, 2006 4:28 pm    Asunto: Los Santos Ángeles
Tema: Los Santos Ángeles
Responder citando

Los Santos Ángeles


"Creemos en Un Solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible" .

Es éste el comienzo de nustra Profesión de Fe, del Credo Niceno-constantinopolitano que repetimos, muchas veces, sin reparar en las profundas verdades y magníficos Misterios que proclama.

Dios es el Creador de todo cuanto existe, y Su Creación excede, y en mucho, lo que podemos percibir mediante nuestos sentidos.

Existe, ciertamente, un mundo Invisible conformado por los Espíritus Celestes, los Santos Ángeles.

Santo Tomás de Aquino propone Nueve Coros Angélicos organizados en Tres Jerarquías, retomando y dando cuerpo a la Agelología Cristiana que comienza a desarrollarse desde el Antiguo Testamento, en la Tradición Judeo-Cristiana.

Es lamentable ver cómo muchos modernos "teólogos" sostienen que los Ángeles son simples "figuras literarias" tomadas de las religiones semíticas. Más triste aún es ver la falsa "devoción" propuesta por la Nueva Era en donde los ángeles son simples "entes energéticos" manipulables al estilo de las hadas o los genios de las leyendas orientales.

El culto a los Ángeles es muy antiguo y se puede encontrar desde el Génesis, primer Libro del Antiguo Testamento. Abrahán se postra en tierra ante tres misteriosos visitantes, representantes de Yaveh, y que le traen la buena nueva de la concepción de su esposa, la estéril y anciana Sara (Gen 18, 2). Gedeón y Menoaj traen ofrendas al Ángel del Señor. El profeta Daniel cae desvanecido ante la aparición del Ángel (Dn 10, 9).

Aquí quiero detenerme sin apoyarme en muchas citas bíblicas: la visión angélica lejos de ser dulzona y plácida, como muchos románticos lo pretenden, son de una enormidad abrumadora: tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (Zacarías) las apariciones de ángeles estaban revestidas de una tremenda autoridad.

El Argángel San Gabriel aparece a Daniel y lo hace "desvanecer"; anuncia a la madre de Sansón el nacimiento de su hijo y le produce temor; aparece a Zacarías, ya en los albores de la Plenitud de los Tiempos, para anunciar, nuevamente, la maternidad milagrosa de la esteril Isabel, y su autoridad se impone frente a la incredulidad del sacerdote dejándolo mudo hasta el nacimiento del niño.

No ocurre así, sin embargo, cuando el Celesital Enviado se presenta ante María Santísima: la joven Virgen "se turba" ante el saludo del Ángel pero no le teme. Éste, a su vez, se presenta como dulce enviado y pareciera contener la respiración (si los ángeles respiraran) esperando el glorioso Fíat de Aquella imaculada criatura que habria de contener en su Vientre al Credor del Universo, al Eterno "Hágase" del Padre.

Los Ángeles aparecen, nuevamente, la mil veces Bendita Noche de Navidad cuando Jesús nace en un humilde pesebre. Son portadores de Buenas Nuevas y estallan en júbilo anunciando la Salvación de los hombres: "¡Gloria in excelsis Deo!".

Los Espíritus purísimos que sirven ante el Trono del Altísimo, aquellos que catan sin cesar el eterno himno de alabanza al Dios tres veces Santo, no pueden ser considerados "imaginaciones" ni graciosos angelotes barrocos o afeminados seres andróginos dispuestos a cumplir nuestros caprichos.

Recordemos que un Serafín fue puesto por Dios a la entrada del Paraíso con una espada flameante para impedir que los hombres caídos franquearan la entrada. Recordemos que ellos vendrán como segadores al final de los tiempos preparando la venida Gloriosa de Jesucristo, el Señor, como Justo Juez.

Fue un Serafín quien, al parecer (porque algunos sostienen que se trataba del Mismo Cristo) imprimió las llagas a San Francisco de Asis en el monte Alvernia; Santa Teresa de Ávila describe como "un Ángel altísimo" aquel que clavó en su corazón la lanza del amor a Dios en la Transberberación; y también un Ángel quien dejó las huellas de la Pasión del Señor en el cuerpo de San Pío de Pietrelchina.

Santa Catalina Labouré describe a su Ángel Custodio como un niño de no más de cinco años pero con una autoridad arrobadora: su voz parecía un trueno al momento de eliminar las dudas de la santa frente a la inminente presencia de la Madre de Dios en la Capilla de Rue de Bac.

Santa Gema Galgani tenía, desde su más tierna infancia, una cercanía sensible con su Ángel Custodio pero lejos de ser una relación romántica, como muchos pretenden verla, era constante y duramente amonestada por su Ángel quien parecía tener la noble misión de ayudarla de manera visible en su doloroso camino de santificación.

Numerosos son los santos y bienaventurados guiados sensiblemente por sus Ángeles Custodios de las maneras más diversas. Santa Faustina Kowalska relata, con la mayor naturalidad, la forma como veía a un Ángel de alta jerarqía a su lado cuando debía hablar con el Obispo o cumplir algún mandato de cierta gravedad. Reconocía la dignidad del Celeste Compañero porque "hasta los Ángeles de las Iglesias hacían una reverencia a su paso". Incluso durante doce días, en la última estadía en el hospital, un Serafín le llevó la Santa Comunión.

Cientos de personas relatan hechos dulces y aparentemente maravillosos relacionados con la acción de los Ángeles pero tanta sensibleria acaso podría robar la percepción justa que debemos tener de nuestros Santos Hermanos Mayores: los Ángeles son poderosos, no se quedan en lo sensible, hacen únicamente la Voluntad de Dios, nos protegen y guían, e influyen realmente en nuestras vidas buscando siempre nuestra santificación.

Uno de los relatos que más me impresiona es la primera Aparición del Ángel a los tres niños de Fátima un año antes de las Apariciones de Nuestra Señora. Lucía lo decribe como un joven hermosísimo, transparente y luminoso cuya presencia los dejaba absortos al punto de olvidar que el tiempo transcurría.

Se presentó como el Ángel de Portugal y les enseñó dos oraciones eminentemente eucarísticas:

"Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo, y os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman."

"Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios de la Tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón y por intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores."


¡Qué profundo y solemne acto de adoración al Señor Uno y Trino! ¡Cuánto amor eucarístico!

Los elevadísimos Ángeles no son niñitos barrocos ni seres afeminados rodeados de flores y guirnaldas. Los Ángeles de Dios son los primeros fieles, aquellos que expulsaron a Satanás de las esferas angélicas. Son los eternos adoradores y perfectísimos servidores de Dios. Son mensajeros del Cielo y protectores de la Iglesia, son los guerreros poderosos que libran perpetua batalla contra la Iniquidad de Satanás y sus Demonios.

La Sagrada Escritura los describe como fuego en el que se refleja el infinito poder de Dios, como magníficos guerreros que libran batallas contra los Principados y las Potestades malignas. Ellos, como lo vió s.s. León XII, están en pie de guerra deseando ser invocados.

No desestimemos la ayuda inestimable de estos grandes y poderosos Espíritus Celestiales. Invoquemos su ayuda y protección y no nos dejemos engañar: solo son conocidos los nombres de tres Arcágeles: Miguel (¡Quién como Dios!), Rafael (Medicina de Dios) y Grabriel (Fortaleza de Dios).

Bástenos saber que los Ángeles son miríadas, que sus nombres designan su Misión y que, si no han sido revelados en las Sagradas Escrituras, es porque conocer sus nombres no nos está dado.

Invoquémoslos, sin embargo, según el Coro al cuál pertenecen: Ángeles, Arcángeles, Virtudes, Principados, Potestades, Dominaciones, Tronos, Querubines y Serafines. Roguemos que comuniquen en nosotros, pobres mortales, algo de sus virtudes excelsas, de su fortaleza, fe, caridad, esperanza, dominio de si, voluntad incólume, veracidad perfecta, amor y servicio.

Recuperemos la Devoción debida a los Santos Ángeles y rechacemos la mentira, el engaño y las falsas doctrinas de los fantasiosos, de los materialistas, en fin, de todos aquellos que se han atrevido a desdibujar la imagen de la excelsa Creación invisible de Dios.

Fuente: http://alservicio.blogspot.com/
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Enviar email Yahoo Messenger
Mostrar mensajes de anteriores:   
Publicar nuevo tema   Responder al tema    Foros de discusión -> Temas Controvertidos de la fe y la moral Todas las horas son GMT
Página 1 de 1

 
Cambiar a:  
Puede publicar nuevos temas en este foro
No puede responder a temas en este foro
No puede editar sus mensajes en este foro
No puede borrar sus mensajes en este foro
No puede votar en encuestas en este foro


Powered by phpBB © 2001, 2007 phpBB Group
© 2007 Catholic.net Inc. - Todos los derechos reservados