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"Faltan Papas? Hombres de poca Fé" San Alberto Hur

 
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Autor Mensaje
Tenamaxtli
Veterano


Registrado: 03 Oct 2005
Mensajes: 1127
Ubicación: México - Anahuak

MensajePublicado: Jue Nov 17, 2005 8:20 pm    Asunto: "Faltan Papas? Hombres de poca Fé" San Alberto Hur
Tema: "Faltan Papas? Hombres de poca Fé" San Alberto Hur
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Biografía, El Padre Hurtado Apóstol de Jesucristo
por el P. Álvaro Lavín s.j.
07. Fama de Santidad durante su vida

Fama de Santidad durante su vida

¿Cómo explicar esta increíble múltiple actividad de un hombre y sus realizaciones en sólo 16 años, en obras que perduran, gracias a la vitalidad que él les infundió?.

Las cualidades y fuerzas humanas y naturales fueron en él extraordinarias: salud, talento, elocuencia, simpatía, optimismo, audacia, vehemencia, tenacidad, alegría... pero ellas son insuficientes e incapaces de explicar la acción de este hombre. Hay que sumar a éstas las fuerzas y gracias sobrenaturales que recibió del Señor, que el Padre impetró con su oración y fecundó con una constante, humilde y heroica correspondencia.

El hombre era no sólo emprendedor, inteligente y activo, sino un varón de Dios, un apóstol de Jesucristo, entregado totalmente a Su servicio.

No es extraño, pues, que ya en vida gozase de una fama muy extendida de santidad y así, a las previas investigaciones pedidas por la Congregación de «las Causas de los Santos», acerca de la fama de santidad de una persona, antes y después de su muerte, podemos, en nuestro caso, dar una sincera respuesta plenamente afirmativa.

A sus ejercicios y predicación acudía la gente en gran número, ante todo por ver en él al hombre de Dios, al que consideraban como santo y que por el espíritu de fe y de caridad que irradiaba, invitaba y persuadía a ser mejores y a amar al Señor.

Lo mismo aparecía en la afluencia a su confesionario y dirección espiritual. Al retirarse de la Asesoría de la Juventud Católica, los miembros del Consejo Nacional, en carta pública, después de agradecerle cuánto le debían ellos y toda la Asociación, terminan con estas palabras «y le pedimos también que disponga de nuestras energías y entusiasmo para todas las obras que el Señor se complace en hacer por su mano, que Ud. en su modestia creerá humilde y torpe, pero que nosotros consideramos santa, noble y valerosa».

En sus diversos apostolados y especialmente en el Hogar de Cristo, se recuerdan hechos impresionantes que confirmaban en todos sus cooperadores la convicción de la santidad del Padre. Por ejemplo:

a) El Padre (en 1948) presenta al Consejo Superior del Hogar un proyecto que, a pedido suyo, ha hecho un arquitecto para un hogar para los niños, cuyo presupuesto es de un millón. El Consejo, preocupado por los muchos gastos y compromisos, rechaza el proyecto por entonces. El Padre no quiere forzar, pero sale de la reunión, llamado de la portería (del Colegio), para atender una señora que, junto con su marido, le dice: «Habíamos pensado dejarle en testamento una suma, pero hemos creído mejor darla en vida», y le pasa un sobre con un cheque. El Padre agradece y al volver a la reunión, lo ve con gratitud emocionada: era de un millón. Lo extiende ante el Consejo, diciendo: «¡Hombres de poca fe!».

b) Se inaugura la Escuela Granja de Colina. Se necesita una bandera chilena. Nadie de los circunstantes tiene una de las dimensiones requeridas. Estamos en plena guerra, la lanilla inglesa está por las nubes... ¿qué hacer?. Una señora presente abre su cartera y saca $ 100, no es mucho, dice, pero algo ayudará. Termina la reunión. Dos señoras están a cargo del ropero, queda tiempo hasta la hora de almuerzo; han llegado algunos paquetes... se podría ordenar algo. De repente un grito: al abrir uno de los paquetes aparece una bandera de las dimensiones requeridas. Cortas se hacen las piernas para llevarle la bandera al Padre.

c) «Necesito unos uniformes azul marino para 10 y 12 años» -es el Padre que habla, tiene un caso trágico y hay que internar a unas niñitas. Por una casualidad, que el Padre llama Providencia, esa misma mañana han llegado uniformes y delantales de la talla requerida... «El Patrón es tan fino».

d) No hay papas. La monjita ha lanzado un S.O.S. y el Padre pide a sus colaboradores que traten de conseguir unos sacos: «la hospedería está repleta y la gente tan pobre y hambrienta».

Suena el timbre del Hogar de Cristo... un camión de papas. La explicación del propietario es muy sencilla: no le dieron el precio que él pedía, prefiero botarlas dice mientras se marcha. De repente se acuerda haber oído hablar del Hogar de Cristo; en el guía de teléfonos ve la dirección... y allí está con sus papas.

La monjita le hace recorrer la casa explicándole la obra. El hombre se rasca la cabeza mientras dice: «¿quién me hubiera dicho esta mañana a dónde iban a parar mis papas? ¡No lo hubiera creído!».

¡Caminos de la Providencia!

Asimismo con los diputados y senadores de todos los partidos e ideologías, tenía entrada fácil y amistosa por el común y fuerte influjo que ejercía su actuación y su vida personal, que inspiraba, no sólo intenso respeto, sino franca veneración.

La esposa del presidente de la República, señora Rosa Markmann de González Videla, de un trato sólo casi ocasional, concibió gran admiración, que pronto pasó a verdadera veneración, después de haberlo visitado algunas veces en la clínica durante la enfermedad del Padre. No pudo retener sus lágrimas cuando el Padre se despidió de ella con las palabras: hasta el Cielo».

Si esta veneración tributada al que se consideraba como un santo, surgía en todos los sectores, cercanos y lejanos, ésta existía, aún más profundamente en el seno de la Compañía de Jesús, en donde se le estima extraordinariamente, como a un fiel imitador y modelo de apóstol de Jesucristo en el siglo XX.

A él acudían especialmente los jóvenes religiosos a buscar espíritu religioso que sólo se puede conservar en esa y búsqueda leal de la santidad, que se transparentaba en toda su simple e intensa actividad.

Fama de santidad después de su muerte

Al llegar sus restos a la iglesia de San Ignacio, como a las 7 p. m., ya lo esperaba una multitud de gente, que comenzó a rezar y desfilar junto a su ataúd, lo que se prolongó muchas horas, hasta avanzada la noche, para continuar todo el día siguiente, con emocionantes escenas de dolor.

(En su diario acota M. H. de B.: «Se habla arreglado para él un catafalco de terciopelo, demasiado grande y demasiado rico para él; pero cuando lo colocan en su lugar, se dieron cuenta que nadie podría verlo porque está muy alto. Se juntan entonces dos bancos. Así humilde como él lo habría elegido. Ahora está a la altura de la gente como en sus días de apóstol, cuando con su sonrisa característica recibía a todo el mundo».

El funeral y entierro en la mañana del 20 fueron imborrables para todos los que en ellos participaron. A la amplia iglesia se calcula que lograron entrar unas cinco mil personas, quedando las demás en el atrio y calle.

La misa fue celebrada por Monseñor Manuel Larraín, Obispo de Talca y amigo de toda la vida del Padre, con asistencia en el Presbiterio del Cardenal, Monseñor José M. Caro; el Nuncio de S.S., Monseñor Mario Zanin; varios obispos, muchos sacerdotes, fuera de los jesuitas. La oración fúnebre de Monseñor Larraín, una pieza magnífica, que no parece explicarse por la sola gran elocuencia del orador, y hace creer en una verdadera inspiración.

Junto al Presbiterio asistían el edecán del Presidente de la República, varios ministros, parlamentarios, el Alcalde de Santiago, etc.

A la salida de la multitud, mientras se formaba junto y detrás de la carroza, se observó en el Cielo una cruz perfectamente delineada por las nubes, que varios centenares de personas pudieron contemplar, y aún ser captada, por -las máquinas fotográficas, y publicada en la prensa.

La carroza fue arrastrada por centenares de admiradores, de todas las clases sociales, entre ellos, sus protegidos del Hogar de Cristo, a través de unas 38 cuadras, hasta la parroquia de Jesús Obrero, acompañada hasta allá por varios miles de personas.

Se tenia la autorización civil y religiosa para enterrarlo en una capilla lateral, semiindependiente, y cumpliendo los deseos del Padre de quedar junto a sus queridos y protegidos del Hogar de Cristo.

Su tumba es cariñosa y confiadamente visitada, especialmente los días 18, y en forma extraordinaria, en los aniversarios de su muerte a través de los veintitrés años ya transcurridos.

Todos los diarios de la capital y muchos de las provincias, así como innumerables revistas, publicaron los días 19, 20 y siguientes, no sólo detalladas noticias acerca del funeral y entierro, sino artículos laudatorios de vibrante sentimiento y veneración. En todos ellos aparece latente la persuasión de todos de que se alaba a un santo; en uno de ellos llamó la atención una frase final: «Entretanto creamos que Cristo vuelve cada cierto tiempo a la tierra. Ahora acaba de estar... y se acaba de ir (editorial del diario La Segunda, 20/08/52).

Esa frase sintetizó la agradecida convicción de todos sus innumerables admiradores: que el Padre Hurtado fue una visita de Dios a nuestro Chile y a la Iglesia. Es lo que ya Monseñor Manuel Larraín, Obispo de Talca, expresaba el mismo día 20, en su magnífica oración fúnebre:

«Sí calláramos, lapides clamabunt, las piedras clamarían. Si silenciáramos su lección, desconoceríamos el tiempo de una gran visita de Dios a nuestra patria».

«Para condensar todas estas variadas facetas en una sola luz, no he hallado otro pensamiento mejor que lo sintetice que la palabra con que el mismo San Pablo se designa «Apostolus Iesu Christi» (Apóstol de Jesucristo). En ella se encierra la rica y breve vida del Padre Hurtado en la tierra. Ella constituye en la muerte su mejor elogió, así como también ella es ya su corona en la eternidad. Apostolus Gloria Christi (el Apóstol es gloria de Cristo) ».

«El Padre Alberto Hurtado tenía ciertamente todas las características de esos hombres que Dios suscita, para ser en cada época, los enviados que testimonian la trascendencia de lo eterno y captan, para orientarlas, las angustias e inquietudes de su generación»

«El apóstol es el hombre que toma conciencia de su misión divina y se entrega a ella sin límite. Es el que da la vida, el que se juega la vida, el que sabe que, la vida vale en la misma medida del amor que la alienta e inspira...»

«Apóstol de Jesucristo, todo lo ofrendó y su vida ,fue una perpetua oblación: «Tomad, Señor, y recibid».

«Apóstol de Jesucristo, su muerte ejemplar consumó el holocausto de su vida. «Dame tu amor y tu gracia. Esto sólo me basta».

En el Senado y Cámara de Diputados se hizo solemne homenaje a su memoria y a su obra, por la boca de parlamentarios de todas las ideologías; asimismo, en la Municipalidad de Santiago, cuyo alcalde tuvo, además, un discurso al enterrar sus restos.

En el primer aniversario de su muerte, se celebró una Magna Asamblea, que repletó el Teatro Municipal de Santiago.

El año 1954 (27/07), por ley de la República, el nombre del pueblo de Marruecos, donde el Padre construyera la Casa de Formación de los Jesuitas y su Casa de Ejercicios, en la que predicara tantas veces, fue cambiado por el de PADRE HURTADO.

Son innumerables las instituciones, escuelas, colegios, sociedades que llevan su nombre.

Numerosas son las limosnas que se reciben en agradecimiento por favores recibidos. Asimismo, en cartas o visitas, personas de diferentes clases sociales dan cuenta de estos favores.

Estos testimonios de veneración llegan de todas partes del país. En ellos se trata al Padre como a un santo, atribuyendo esas gracias materiales y espirituales a su intercesión en el Cielo.

Si a su muerte hubo que impedir el despojo de sus prendas de vestir y objetos de su uso, después, sobre todo, en numerosos caso de enfermedad, se piden con gran fe reliquias para impetrar la salud.

Imágenes del Padre son pedidas y agradecidas como un gran obsequio, como las de un santo.

Pero el mayor y más patente de los milagros está -a juicio de muchos- en la permanencia y crecimiento del Hogar de Cristo.

Esta obra, que la gente identifica con el Padre, y que es el mayor monumento visible de su acción apostólica- caritativa, ha sido siempre un desafío lleno de fe a la Providencia.

Sus presupuestos, en el múltiple complejo de sus diferentes secciones, llegan a sumas que, para una institución con entradas fijas relativamente muy pequeñas, aparecen no sólo insuperables, sino absurdas, dentro de un cálculo humano y natural; pero ellas siguen siendo superados, por soluciones de otro orden superior: las ayudas llegan de todo Chile, pequeñas y grandes, con frecuencia anónimas, y, a veces, en las formas más sorprendentes, y justo en los momentos más difíciles.

Todo ello nos muestra que el Señor sigue bendiciendo esta obra del Padre Hurtado.
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Jezabel
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Mensajes: 70
Ubicación: Santiago, Chile

MensajePublicado: Vie Nov 18, 2005 12:15 am    Asunto:
Tema: "Faltan Papas? Hombres de poca Fé" San Alberto Hur
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Muy lindo Tenamaxtli, q pena, yo soy chilena y no me di el tiempo de poner nada del ahora San Alberto Hurtado, siendo q se publicaron cosas muy lindas (y otras no tanto) aca en Chile para su canonizacion.
Lo del Hogar de Cristo... es lo mejor q tiene Chile, partio como un simple centro de acogida, ahora es una verdadera red q se preocupa de mejorar las condiciones de las personas + pobres del pais.
Acoge a niños y jovenes en riesgo social, a madres y a sus hijos q son victimas de violencia intrafamiliar, a familias a personas, discapacitados en indigencia o extrema pobreza, a enfermos terminales, y a ancianos desamparados.
Tambien se rehabilitan a menores y a jovenes en riesgo de abandono, marginacion, drogadiccion, alcoholismo y a aquellos q carecen de oportunidades.
Ade+, se vela x el desarrollo espiritual de los chilenos, se dan a conocer los problemas de los + desvalidos, y se buscan las nuevas formas q la pobreza puede tomar.
El Hogar de Cristo se hace cargo de muchos de los problemas q hay en Chile y de los cuales no se preocupa el gobierno.
Y asi el el decia q en los pobres estaba cristo y por eso le puso ese nombre a su obra “hogar de Cristo”, hogar de los pobres.
Te agradezco de todo corazon q te hayas ocupado de dar a conocer a este maravilloso santo, el segundo santo chileno.
Dios te bendiga.
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