La persona, centro de nuestra acción educativa

[Orpam Saretnoc Laverz]

El día 22 de noviembre puse el mensaje sobre la persona como centro de nuestra obra educativa.
Amigos, una forma de poder ayudar, acompañar, aconsejar y decir lo que creemos posible en favor de toda persona es, por ejemplo, escribirle una carta ¿no es verdad?
Seguirán unas cartas mías a jóvenes, con diversos temas, gracias a Andrés que en su página (es un buen educador) pondrá un rinconcito para que yo pueda dirigirme con lo que creo que puede ayudar, a mí la primera.
Hay una propuesta educativa que, mejor que comentada, puedo exponeros, ya que la tengo ante mi vista. Si va bien ¡felicitémonos! ¡Ah! sobre todo no queramos subir todos los escalones de golpe, amigos míos.
El título es el inicio.
La formación de los jóvenes (ellos y ellas) está orientada a su crecimiento como personas:
Inteligentes, capaces de pensar, de sacar sus propias conclusiones, de tener su escala de valores, de desenvolverse ante cualquier necesidad o problema, de desarrollar habilidades y destrezas.
Libres, capaces de tomar decisiones, de ser responsables y constantes, de construir su vida según la propia escala de valores.
Capaces de amar y ser amadas, de comunicarse con los demás, de colaborar y compartir, de establecer relaciones auténticas.
Comprometidas, capaces de colaborar positivamente en la transformación y mejora de su entorno, de cooperar en la construcción de un mundo más justo y humano.
Felices, capaces de afrontar la vida con ilusión, de valorar lo positivo de sí mismos y de la realidad, de gozar a través del desarrollo de sus propias capacidades y de la interacción solidaria.
Abiertas a la trascendencia, capaces de plantearse los grandes interrogantes de la persona humana, de abrirse al hecho religioso como una posibilidad de realización personal más plena.
Posiblemente os parezca largo.
A mí, al encontrarlo, también me lo pareció.
Pero pensé ¿qué quito? y todo me parecía muy bueno.
Este plato suculento para acompañar a los demás y enriquecernos practicándolo no se nos indigestará para nada si lo condimentamos con la oración, la ilusión, la mirada positiva cuando queremos llevar a cabo esta propuesta de educación.
Espero que esto nos alegre la labor directa o indirectamente elegida en nuestras vidas.
Recibid mi abrazo y mi deseo de que todos vivamos ese Adviento, esa Esperanza de ser personas que alegren la vida del otro, de la otra que nos vive cerca.
Orpam Saretnoc Laverz