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juanpablosanchez Esporádico
Registrado: 17 Abr 2006 Mensajes: 48 Ubicación: Chile
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Publicado:
Vie Dic 29, 2006 3:46 am Asunto:
Testimonios nuevos Sacerdotes Legionarios de Cristo
Tema: Testimonios nuevos Sacerdotes Legionarios de Cristo |
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Amigos les dejo los testimonios de nuevos sacerdotes ordenados hace unos 3 a 4 días (si no me equivoco el 23 de Diciembre).
fueron ordenados en Basílica de Santa María la Mayor
saludos a todos
afmo en Cristo
Juan Pablo Sánchez
PD: cada testimonio en una respuesta _________________ Afmo en Cristo y el ECYD
Juan Pablo Sánchez B. |
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juanpablosanchez Esporádico
Registrado: 17 Abr 2006 Mensajes: 48 Ubicación: Chile
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Publicado:
Vie Dic 29, 2006 3:50 am Asunto:
P. Gabriele Brusco,/De “jefe de ateos” al camino sacerdotal
Tema: Testimonios nuevos Sacerdotes Legionarios de Cristo |
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De “jefe de ateos” al camino sacerdotal
¿Por qué tengo que hacer lo que “Dios dice” si quien no lo hace no recibe ningún castigo? Preguntaba de filosofía y teología a quien sólo sabía ciencia humana.
El P. Gabriele Brusco, L.C., siendo estudiante en Roma, tuvo la oportunidad de acolitar al Papa Juan Pablo II en alguna de sus ceremonias.
Roma, 23 de diciembre de 2006. El P. Gabriele Brusco, L.C. nació en Busto Arsizio, Italia el 26 de marzo de 1972. Ingresó al noviciado de la Legión de Cristo en 1996 en Gozzano, Italia. Realizó su período de trabajo pastoral con los jóvenes del Regnum Christi durante 3 años en Monterrey, México. Cursó sus estudios de filosofía y teología en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, en Roma. Se ordenó sacerdote el 23 de diciembre de 2006 en Roma. Actualmente trabaja con los jóvenes de Curitiba, Brasil. A continuación, publicamos su testimonio tomado del original en italiano.
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Me llamo Gabriele Brusco y nací en Busto Arsizio, en la diócesis de Milán, Italia. Ahí mismo cursé la escuela primaria, secundaria, la preparatoria y la universidad. Comparado con los demás jóvenes de mi edad me doy cuenta que he sido muy afortunado. El estudio, aunque se puede pensar que es un gran beneficio para toda persona, más allá de ser un profesional, ayuda a formar la persona y a abrirle horizontes más amplios. Así lo he experimentado estudiando contabilidad en el Instituto Técnico Enrico Tosi di Busto Arsizio y después “administración de empresa con especialización en Marketing internacional” en la universidad Bocón, de Milán.
También me gustaba la lectura y creo que por esto mis horizontes se ampliaron. Desde los 12 años comencé a leer, cuando mi mamá me obligó a leer un libro para mejorar en la materia de “italiano”. Me enamoré de la lectura y no la he dejado jamás, descubriendo varios ámbitos y apreciando diversos autores. Creo que con la lectura han iniciado también los problemas. La culpa no estaba en la lectura sino en mí que, en aquel entonces, empezaba a hacerme preguntas “peligrosas” sobre la fe buscando respuestas donde no podía encontrarlas. Preguntaba sobre matemáticas a quien se ocupaba de geografía; más claramente, preguntaba de filosofía y teología a quien sólo sabía ciencia humana.
“¿Dios existe? ¿No existe? ¿Por qué estoy en el mundo? ¿Por qué me han bautizado? ¿Y si hubiese nacido en China me habrían bautizado? ¿Iría al infierno por eso? ¿Por qué tengo que hacer lo que “Dios dice” si quien no lo hace no recibe ningún castigo? ¿Por qué hacer lo que cuesta y no hacer lo que atrae y da una cierta satisfacción? Esto es masoquismo...”, y cosas por el estilo.
Antes había sido monaguillo en la parroquia, pero decidí dejarlo. Quería actuar por mi cuenta. Ir con mis amigos, que eran buenas personas, sin ir a misa los domingos. Después de algunos años de discusión diplomática logré obtener la plena autonomía “religiosa” en mi familia. A los 16 años podía decidir “no” para ir a misa. Me sentía renacido y sólo sabía que debía regirme por mí mismo. Los libros debían ayudarme. En parte lo lograron, alejándome lentamente del conformismo: no quería seguir la moda aunque me daba cuenta que me podían confundir con un típico joven rebelde. Hacía sólo lo que consideraba justo, aunque debo admitir que no alcanzaba jamás a ser plenamente coherente ni siquiera con mi libertad: hice también alguna que otra tontería.
Mi programa de vida era: buscar la verdad, estar abierto a todo, a toda experiencia nueva, huir de los conformismos.
Pero por desgracia no me daba cuenta que era muy precavido respecto a la fe católica y que tenía una “grandísima fe” en el ateísmo y en la ciencia ficción que vivía en mi cabeza... ¡Creía que algún día la ciencia lo habría descubierto todo! No me daba cuenta que era más simple y lógico creer en Dios que en la ciencia futura. Con respecto al ateísmo, comprendí que mi posición era una posición ideológica: si Jesús se me hubiese aparecido, habría buscado cualquier otra explicación, desde una droga ingerida sin saberlo hasta un holograma producido por unos amigos bromistas, antes que creer en la aparición.
No voy a contar las experiencias vividas, aunque de breve duración, con otras religiones: budismo, testigos de Jehová, taoísmo…. Al final, decidí darle también una oportunidad al catolicismo.
Gracias al deseo de conocer sinceramente la verdad y, con la ayuda de Dios, oía las oraciones de mi familia, comencé algunas conversaciones personales no sólo con los amigos, creyentes y no creyentes, en las cuales se hablaba de todo y en profundidad, sino también con sacerdotes y laicos apologistas. Entre ellos había un sacerdote legionario de Cristo y entre los seglares había un miembro del Regnum Christi.
En la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, el H. Gabriele con sus padres y su hermana, acompañados del P. Zavio Zaneta, y del H. Nincola Tovagliari, L.L.C.C.
Me abrí verdaderamente a la fe cuando cumplí los 23 años. Anteriormente había organizado con aquel legionario encuentros de discusión entre creyentes y no creyentes, pero en esos encuentros permanecía demasiado en la superficie… Prefería los encuentros personales. Después acepté hacer una peregrinación a Medjugorje. No vi a la Virgen, pero tuve la gracia de ir más allá de las apariencias: ya no me detenía sólo en la fe vistosa o en la devoción personal de cada uno, cosa que me habría alejado de nuevo de la verdad.
De regreso, después de algunos días en los que los demás me veían “extraño”, decidí abandonarme a aquella fe de la que huía y la que a menudo atacaba, sobre todo en los encuentros entre creyentes y no creyentes donde me llamaban “jefe de los ateos”. Me confesé y comencé a frecuentar los sacramentos y a asistir a misa todos los días.
En los encuentros de discusión preguntaba que si Dios estaba presente en la misa y podía hacer milagros ¿por qué los católicos no iban a misa todos los días? Es más, se les hacía difícil ir solamente los domingos. Los peores eran los estudiantes que tenían tanto tiempo a disposición.
De todas maneras, vi de inmediato que se abría otro camino; en la vocación. Antes, siendo ateo, había pensado en encontrar una chica para permanecer con ella toda la vida –sin necesariamente casarme– .Ahora surgió el camino sacerdotal. Me dijeron que no me precipitara y que mejor me esperara un año. Después de ese año entré al candidatado y me preparé para el sacerdocio.
El P. Gabriele Brusco, L.C., con la familia de su hermana. Fui novicio durante dos años en el noviciado de la Legión de Cristo en Gozzano, estudié filosofía durante dos años en Roma, hice 3 años de trabajo pastoral en Monterrey, México, con los jóvenes del Regnum Christi, después de eso regresé a Roma para estudiar la teología y ahora trabajo con jóvenes de Curitiba, en Brasil.
No conozco los planes que Dios haya pensado para mí, pero confío en que podré ayudar a este mundo tan indiferente a amarlo un poco más.
(23 de diciembre de 2006) _________________ Afmo en Cristo y el ECYD
Juan Pablo Sánchez B. |
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juanpablosanchez Esporádico
Registrado: 17 Abr 2006 Mensajes: 48 Ubicación: Chile
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Publicado:
Vie Dic 29, 2006 3:53 am Asunto:
P. Juan Carlos Zesati Ibargüengoytia, L.C./No Dar un poco...
Tema: Testimonios nuevos Sacerdotes Legionarios de Cristo |
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No darle a Dios un poco sino todo
Ese Sábado Santo de 1996, en un lugar de las montañas venezolanas, jamás lo olvidaré.
P. Juan Carlos Zesati Ibargüengoytia, L.C.
Roma, 23 de diciembre de. El P. Juan Carlos Zesati Ibargüengoytia, L.C., nació en Zacatecas, México, el 17 de abril de 1973. Antes de ingresar a la Legión de Cristo dio un año de su vida como colaborador del Regnum Christi en Caracas, Venezuela. Ingresó al noviciado de Monterrey, México en 1996. Realizó sus estudios humanísticos en Salamanca, España. Es licenciado en administración de empresas y estudió filosofía en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, de Roma. Actualmente ejerce su ministerio en México. A continuación publicamos su testimonio vocacional.
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Una antigua ciudad minera de México, Zacatecas, me vio nacer hace 33 años. Hace 18 años tomaba por primera vez un capote para probar suerte en el ruedo. Hace 15 años ingresaba a una universidad en la Ciudad de México. Me gradué hace 11 años, dejé un trabajo y me fui a Caracas para ayudar en la formación de niños. Han pasado 10 años desde que entré al seminario. Hace 6 años el Papa Juan Pablo II celebraba dentro del gran Jubileo la ceremonia del perdón y tuve la gracia de ser uno de sus acólitos. Y ahora estoy a punto de ser ordenado sacerdote.
¿Cómo sentí el llamado? ¿Por qué decidí hacerme sacerdote? Yo no lo pedí, yo no lo busqué. No era el proyecto que había hecho de mi vida. La realidad es que ha sido Dios, de Él ha salido todo. Él ha tomado todo el riesgo de esta empresa a la que me ha invitado como socio.
Cuando tenía 23 años, esta era la idea que me hacía de mi futuro: continuar con las empresas familiares, hacer una buena familia, ser un buen cristiano e influir en la sociedad desde dentro, pero… ¿sacerdote?, ¡ni hablar! No me imaginaba celebrando la misa. Y, sobre todo, en el fondo, me daba miedo dejar todo aquello, ¿dejar qué? Lo material, algo, los gustos y amistades también, pero sobre todo los sueños que se van forjando: hacer una maestría en Estados Unidos, regresar, hacer, fundar, lograr, etc.
¡Qué bueno es Dios, qué paciente! Me dio una familia donde se vivía la fe. Él me puso desde joven en un ambiente donde hice amigos y amigas estupendos. Estuve en contacto con varios sacerdotes excelentes y los admiraba. Me involucré en proyectos de ayuda social. Recuerdo con mucho cariño cuando iba a jugar fútbol los sábados por la mañana. Y en preparación de uno de los viajes del Papa Juan Pablo II a México, recorrí con mis amigos varios colegios para invitar a jóvenes a ir al encuentro del Papa. Al final llevamos varios autobuses. Una Semana Santa fuimos de misiones a un pueblo llamado Tlacote, donde me impresionó la generosidad de los que nada tienen. Todo esto me hacía reflexionar, me mantenía con buenas ilusiones, pero ¿sacerdote? Ni hablar. Pensaba que Dios me quería para otra cosa. Admiraba a los sacerdotes, pero ¿no hará más bien un buen cristiano que dé ejemplo cabal de su cristianismo dentro del mundo? Sacerdote, ni hablar.
La carrera universitaria la estudié en la Ciudad de México. El ambiente era un poco diverso, muy heterogéneo, había de todo. Varios de mis amigos se decían ateos. Uno de ellos el día que llegaba contento decía “hoy hasta creo en Dios”. Había algo que sí me apasionaba: la afición por las corridas de toros. Todo podía fallar menos el ir a las corridas los domingos, en la Plaza de toros de México, hasta iba a la misa del domingo en la capilla de la plaza de toros. Hice buenos amigos también, seguía haciendo “cosas buenas”, misiones, etc. Pero algo faltaba, no era suficiente. Así fue que decidí dar un año de mi vida para ayudar a los demás y a la Iglesia en el movimiento Regnum Christi.
Fui a Caracas (Venezuela). El ambiente sí que era diferente. Vivía en una casa de padres legionarios de Cristo. Mi labor era formar y guiar a jóvenes y, sobre todo, lanzarles apostólicamente para que hicieran el bien, amando a Dios y a los demás. Tuve experiencias muy hermosas, pero eso de vivir con los padres me costó: un horario, ambiente de más oración, la vida de intenso trabajo que llevaban los padres, además casi no conocía a nadie en ese nuevo país para mí… ¿Yo sacerdote? Ni hablar. Pensaba que Dios me llamaba para seguir formándome, regresar a mi tierra y hacer mucho desde dentro de la sociedad.
Sin embargo, algo seguía faltando. Le había dado a Dios cosas buenas, le estaba dando un año de mi vida, pero ¿en verdad era todo lo que Él quería? Esto lo comprendí ya casi para terminar ese año en Caracas. Acompañé a los padres a pasar la Semana Santa en un retiro, en un lugar precioso y alejado de la ciudad. Esa Semana Santa seguía teniendo la misma idea en la mente sobre mi vocación: Dios no me llama al sacerdocio. Eso hasta el Viernes Santo. El sábado fue cuando se dio el cambio: “No quiero que me des un poco, quiero que me des todo”. En un momento comprendí que desde siempre Dios me había estado llamando. “Te quiero para mí, para mí solo” sentía con insistencia en mi interior. Era la misma voz que antes me había invitado una y otra vez a dar más, pero en esa ocasión estaba seguro que no era “más”, se trataba de mi persona entera. Ese Sábado Santo de 1996, en un lugar de las montañas venezolanas, jamás lo olvidaré.
Lo que he vivido desde entonces hasta hoy, esos 10 años de vida religiosa como legionario de Cristo, no los cambio por nada. He encontrado el secreto de la felicidad: Dios tiene un plan lleno de amor para mí, realizarlo es la tarea de la vida ¿Qué puede llenar más el corazón que el amor a Dios y a mis hermanos? Y ahora, presiento que la maravilla está por comenzar: la gracia de Dios que pasará por mis manos y mis palabras en la Eucaristía y la reconciliación.
(23 de diciembre de 2006) _________________ Afmo en Cristo y el ECYD
Juan Pablo Sánchez B. |
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cecilia cofré Esporádico
Registrado: 20 Ene 2007 Mensajes: 41 Ubicación: Santiago
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Publicado:
Dom Feb 11, 2007 8:46 pm Asunto:
Solicitud Consejo y Ayuda
Tema: Testimonios nuevos Sacerdotes Legionarios de Cristo |
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Estimado Juan Pablo
Por tus participaciones deduzco que posiblemente trabajas cerca de la Parroquia Juan XXIII.
Quería saber si puedes ayudarme a encontrar una organización que pueda ayudarme con orientación, animación vocacional y ayuda para desarrollar un proyecto de educación ambiental.
Con una amiga deseamos abrir un centro de atención para rehabilitación pero aún no podemos concretar.
Muchas Gracias
Cecilia Cofré cccofre@gmail.com
Agradeceré también tus oraciones _________________ Que Dios haga llegar a Usted y Familia un Huracán de Bendiciones |
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