El Padre Nuestro

[Sergio Ceceña]

El riesgo de decir: Padre nuestro:

Es un riesgo muy serio rezar el Padre nuestro, si no estamos dispuestos a
asumir los compromisos que de él se derivan. Lo propongo con un texto de un
anónimo argentino. Dice así:

Cuando hables con Dios di la verdad.
No digas "Padre", si cada día no te comportas como hijo.
No digas "nuestro", si vives aislado en tu egoísmo, en tu yo.
No digas "que estás en los cielos", si sólo piensas en las realidades
terrenas, temporales.
No digas "santificado sea tu nombre", si no honras su nombre.
No digas "venga a nosotros tu Reino", si lo confundes con el éxito
personal.
No digas "hágase tu voluntad", si no aceptas la voluntad de Dios cuando
duele.
No digas "danos hoy nuestro pan de cada día", si no te preocupa que haya
mucha hambre en el mundo.
No digas "perdona nuestras ofensas", si guardas rencor a tu hermano.
No digas "no nos dejes caer en la tentación", si tienes intención de seguir
pecando.
No digas "líbranos del mal", si no tomas partido contra todo mal.
No digas "amén", si no has tomado en serio las palabras del Padre nuestro.

El padrenuestro realmente puede cambiarnos la vida. ¿Estamos dispuestos para
ello? ¿O seguiremos rezándolo en forma rutinaria?
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Non nobis Domine, non nobis, sed Nomine tuo da Gloriam

[enriqueellena]

Es una muy buena reflexión, lo lamentable es que a pesar de todo seguimos repitiendo el Padre Nuestro sin meditar cada invocación. Es una lucha y un trabajo permanece el de hacer de la oración un camino de Santidad y de encuentro con el Padre.