javieru Esporádico
Registrado: 20 Ene 2006 Mensajes: 47 Ubicación: España
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Publicado:
Sab Ene 06, 2007 9:20 pm Asunto:
Acto de Consagracion a María
Tema: Acto de Consagracion a María |
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Acto de Consagración a María
SS Juan Pablo II
1. “Mujer, ahí tienes a tu hijo” (Jn 19, 26).
Mientras se acerca el final de este Año Jubilar,
en el que tú, Madre, nos has ofrecido de nuevo a Jesús, el fruto bendito de tu purísimo vientre,
el Verbo hecho carne, el Redentor del mundo,
resuena con especial dulzura para nosotros esta palabra suya que nos conduce hacia ti, al hacerte Madre nuestra:
“Mujer, ahí tienes a tu hijo”.
Al encomendarte al apóstol Juan, y con él a los hijos de la Iglesia, más aún a todos los hombres, Cristo no atenuaba, sino que confirmaba, su papel exclusivo como Salvador del mundo.
Tú eres esplendor que no ensombrece la luz de Cristo, porque vives en Él y para Él.
Todo en ti es “fiat”: Tú eres la Inmaculada, eres transparencia y plenitud de gracia.
Aquí estamos, pues, tus hijos, reunidos en torno a ti
en el alba del nuevo Milenio.
Hoy la Iglesia, con la voz del Sucesor de Pedro,
a la que se unen tantos Pastores provenientes de todas las partes del mundo, busca amparo bajo tu materna protección e implora confiada tu intercesión
ante los desafíos ocultos del futuro.
2. Son muchos los que, en este año de gracia,
han vivido y están viviendo la alegría desbordante de la misericordia que el Padre nos ha dado en Cristo.
En las Iglesias particulares esparcidas por el mundo
y, aún más, en este centro del cristianismo, muchas clases de personas han acogido este don.
Aquí ha vibrado el entusiasmo de los jóvenes, aquí se ha elevado la súplica de los enfermos.
Por aquí han pasado sacerdotes y religiosos, artistas y periodistas, hombres del trabajo y de la ciencia,
niños y adultos, y todos ellos han reconocido en tu amado Hijo al Verbo de Dios, encarnado en tu seno.
Haz, Madre, con tu intercesión, que los frutos de este Año no se disipen, y que las semillas de gracia se desarrollen hasta alcanzar plenamente la santidad,
a la que todos estamos llamados.
3. Hoy queremos confiarte el futuro que nos espera,
rogándote que nos acompañes en nuestro camino.
Somos hombres y mujeres de una época extraordinaria, tan apasionante como rica de contradicciones.
La humanidad posee hoy instrumentos de potencia inaudita.
Puede hacer de este mundo un jardín o reducirlo a un cúmulo de escombros.
Ha logrado una extraordinaria capacidad de intervenir en las fuentes mismas de la vida:
Puede usarlas para el bien, dentro del marco de la ley moral, o ceder al orgullo miope de una ciencia que no acepta límites, llegando incluso a pisotear el respeto debido a cada ser humano.
Hoy, como nunca en el pasado, la humanidad está en una encrucijada.
Y, una vez más, la salvación está sólo y enteramente,
oh Virgen Santa, en tu hijo Jesús.
4. Por esto, Madre, como el apóstol Juan, nosotros queremos acogerte en nuestra casa (cf. Jn 19, 27),
para aprender de ti a ser como tu Hijo.
¡“Mujer, aquí tienes a tus hijos”!.
Estamos aquí, ante ti, para confiar a tus cuidados maternos a nosotros mismos, a la Iglesia y al mundo entero.
Ruega por nosotros a tu querido Hijo, para que nos dé con abundancia el Espíritu Santo, el Espíritu de verdad que es fuente de vida.
Acógelo por nosotros y con nosotros, como en la primera comunidad de Jerusalén, reunida en torno a ti el día de Pentecostés (cf. Hch 1, 14).
Que el Espíritu abra los corazones a la justicia y al amor, guíe a las personas y las naciones hacia una comprensión recíproca y hacia un firme deseo de paz.
Te encomendamos a todos los hombres, comenzando por los más débiles: a los niños que aún no han visto la luz y a los que han nacido en medio de la pobreza y el sufrimiento; a los jóvenes en busca de sentido, a las personas que no tienen trabajo
y a las que padecen hambre o enfermedad.
Te encomendamos a las familias rotas, a los ancianos que carecen de asistencia y a cuantos están solos y sin esperanza.
5. Oh Madre, que conoces los sufrimientos y las esperanzas de la Iglesia y del mundo, ayuda a tus hijos en las pruebas cotidianas que la vida reserva a cada uno y haz que, por el esfuerzo de todos,
las tinieblas no prevalezcan sobre la luz.
A ti, aurora de la salvación, confiamos nuestro camino en el nuevo Milenio, para que bajo tu guía
todos los hombres descubran a Cristo, luz del mundo y único Salvador, que reina con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén. |
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roberto viera gonzalez Veterano
Registrado: 20 Nov 2005 Mensajes: 1799
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Publicado:
Dom Ene 07, 2007 1:06 am Asunto:
Tema: Acto de Consagracion a María |
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Para mi Consagrarse a María es consagrarse a la Mujer. Respetarla por sobre todas las cosas, amarla siempre. A la de edad madura, a la de edad discreta, a la de una bebé y la ya ancianita. ¿Nunca has sentido purificación, Javieru al besar una mano de una ancianita? Yo sí.
Esto lo aprendi de mi mamá. Tengo dos hermanas. Tengo una esposa y dos hijas. Estas seis mujeres han representado para mi, mi Santísima Madre. Y en cada mujer que tengo al frente siempre la veo a Ella. Hay mujeres que no la conocen, obviamente. Pero toda mujer tiene virginidad. Cuesta en ellas encontrarla a veces, pero ahí está. Sólo el varón que entiende "El Acto de consagración a María", quizás también me entienda a mi.
Aquí en Chile tenemos dos jóvenes santas. Una es Teresa de Los Andes, la otra más pequeñita es Laura Vicuña, aun en etapa de canonización. A mi Natalia de 12 se la entregué a Laurita. Y a mi Camila de 17 la cuida Teresa.
Gracias por este rato Javieru. pero ya llegó mi señora que estuvo visitando a una compañera que ya la próxima semana será Mamá, si Dios así lo quiere. Un abrazo. _________________ me interesan los temas sobre santidad |
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