Omar_Perú Asiduo
Registrado: 13 Feb 2006 Mensajes: 171 Ubicación: Lima, Perú
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Publicado:
Vie Abr 13, 2007 5:29 pm Asunto:
La desgracia y la Gracia
Tema: La desgracia y la Gracia |
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A Nuestra Señora de la Reconciliación,
La Madre más amorosa.
Los episodios empezaron a volverse recurrentes. Venían los fines de semana y con ellos llegaban también los pesares de la autodestrucción en sus más variadas, crueles y denigrantes facetas. No importaba cuan elevados hubieran sido los días precedentes, la inminente llegada del fin de semana era como una condena ineludible que lo sumía en la más oscura, fría y solitaria profundidad. Era el mismo infierno.
La frágil rama que sostenía al sarmiento, sufría, pero no se quebraba, y cuando el temporal lo había deshecho, cuando el mal se había hartado de herirlo, se hundía en el llanto más amargo y en la soledad helada, y las lágrimas corrían desde sus mejillas hasta el fango.
La maldad había sido extrema, le habían arrebatado sus pocas riquezas, le abrieron heridas profundas y la sangre, el barro y la miseria formaban un mismo lodo maloliente en el cual se revolcaba a manera de gusano.
Ni una mirada amable, ni un consuelo, su corazón se había endurecido y la culpa le cegaba, dando un último suspiro se dejo caer sobre el charco y no movió ya ni un dedo, dejando venir a la muerte liberadora, herido y harto, embrutecido. Desdeñó la mano materna que acudía a socorrerle, al Consuelo Divino que le confortaba, porque el malígno se burlaba, le decía "eres mío" y se lo comprobaba cada fin de semana.
¡Oh enfermedad del alma que siempre regresas al mismo charco! ¡Oh maldad extrema que te regocijas en apartar a los fieles del Amor Divino! Y la incomprensión humana, que todo lo juzga como malvado, que odia al pecador más que al pecado, ya no queda ni un rincón donde esconderse, la verguenza de haber sido hombre de bien un día, y ahora formar parte de los desgraciados.
Y sucede en este momento algo digno de contarse, pues luego de haber sido tan herido y maltratado, al apartarse voluntariamente de Dios y de su Gracia, dejaron de herirle y maltratarle las maldades, de pronto volvió la calma, dejó de acusar la culpa y de quemar el fuego del infierno que llevaba dentro. Ya sin ninguna riqueza ¡nadie podría robarle! ¡Era posible vivir sin que ya le importe la amistad Divina!
Y es que el maligno se ensaña solo con los Elegidos, para nada toca a los malvados. Se dio cuenta que sin riqueza nadie podría robarle, pero con riqueza tendría que enfrentar para siempre a un poderoso enemigo. La Gracia fluyó abundante y la luz le permitió saber el error que había cometido: ¡¡¡Ahora era evidente lo que había pasado!!!
Cuando acudía al confesionario y salía lleno de Gracia, entonces era un hombre rico, una presa apetitosa para el malvado. Y él a su vez era un hombre debil, que vivía en un mundo donde reinaba el rey de los malos, ¡cómo había pretendido salvaguardar él mismo la Gracia que Dios le había regalado! ¿No existiría una especie de banco, una caja fuerte, un arca del tesoro donde salvaguardar la Gracia que Dios le había regalado? y ¿Dónde hallar semejante fortaleza en este mundo devorado por la polilla y el gusano?
La misma mano materna que lo había levantado, a ella le confiaría la Gracia que Dios le había regalado. A ella a quien Dios mismo confirío salvaguardar el tesoro más grande del universo, a Jesucristo Dios hecho hombre entregado 30 años a su cuidado!!! María Reina Madre de Dios y Madre nuestra, en quien se conformó el cuerpo de Cristo, es el molde perfecto en el cual habría de formarse su pequeña alma. María camino seguro, que acompañó a Jesús hasta el calvario y le acompaña aún sobre los cielos, sería ahora su compañía que no le abandonaría por más humillaciones y caidas le confiriera el malvado. María Consuelo de los oprimidos cuya dulzura conmueve al mismo Dios y cuya ternura amamantó al Niño, sería desde ese momento en quien siempre confiara ¡Oh que Tesoro más grande, más inabarcable, que jamaz ser alguno ha imaginado! y a la vez más humilde y más callada, que ama al hijo aún con errores y faltas. La sola presencia de la Madre purifica, ya que en su presencia todos los ángeles del cielo esgrimen poderosas armas Divinas para destruir al malo, y están atentos y suplicantes ante una leve mirada suya para socorrer al necesitado. Con qué alegría entonces los ejercitos celestiales vencen y liberan a los pobres perdidos y la misma Madre los toma en su regazo para hacerlos hijos suyos y no dejarlos nunca más a la interperie, y qué tan poco amada es Nuestra Madre Magnífica, y cuánto ama ella el cariño de sus hijos más pequeños y necesitados.
Desde ese momento el maligno echa humo de rabia y de impotencia, ya de nada le sirven sus ataques, ni su saña, pues la Madre esta presente en cada momento, guiando de la mano a aquel perdido, curando con dulzura cada herida y con infinita paciencia enseñando.
Entonces el Rey de los Cielos está contento, y el Hijo rodeado de fieles que su Madre le ha entregado, el Espíritu Santo obrando y sembrando en los nuevos corazones, tierra buena labrada con abnegación de Madre; ya se terminaron los tiempos en que nadie supo ni se dio cuenta, terminó el tiempo de quedarse callados y hoy los cielos y la tierra claman, a una misma voz que los santos y que todos los coros celestiales: ¡Dios te Salve María, Llena Eres de Gracia! _________________ Abrazos,
Omar |
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