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amayram
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Registrado: 22 Oct 2006
Mensajes: 1261
Ubicación: En la Mitad del Mundo

MensajePublicado: Sab Abr 14, 2007 9:37 pm    Asunto: ¿Puenden ayudarme a contestar las siguientes preguntas?
Tema: ¿Puenden ayudarme a contestar las siguientes preguntas?
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Hola necesito que me ayuden a contestar estas preguntas.

1.-La importancia de la BIBLIA en la ecleseología
2.- Los ministerios en la Iglesia. (cuales, cuanto y que caracteristicas tienen)
3.- Cuales son las expresiones de la Colegialidad Episcopal Universal
Les agradesco de todo corazon sus respuestas.

Muchas gracias
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Maellus haereticorum
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MensajePublicado: Dom Abr 15, 2007 3:16 am    Asunto: Re: Puenden ayudarme a contestar las siguientes preguntas?
Tema: ¿Puenden ayudarme a contestar las siguientes preguntas?
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amayram escribió:
Hola necesito que me ayuden a contestar estas preguntas.

1.-La importancia de la BIBLIA en la ecleseología


Biblia e Iglesia

http://www.arbil.org/

por Guillermo J. Morado

Leída desde la fe en el interior de la Iglesia, la Sagrada Escritura despliega toda la profunda riqueza de su sentido. No estaban equivocados los Padres de la Iglesia cuando afirmaban: “La Sagrada Escritura está más en el corazón de la Iglesia que en la materialidad de los libros escritos”. Porque si la Biblia es un texto, su contexto propio de interpretación es la Iglesia

La Biblia, el conjunto de los libros que conforman la Sagrada Escritura, sigue despertando en los hombres de hoy, como en los de otras épocas de la historia, un gran interés. Karl Jaspers afirmaba que mediante la Biblia se abren en nosotros dimensiones de profundidad que nos permiten atisbar el fundamento de las cosas. ¿Quién no ha visto reflejadas las grandes experiencias de los hombres y de los pueblos en las páginas de la Escritura? ¿Cómo no pensar en Job a la hora de enfrentarse al problema del mal? ¿Cómo no evocar el Cantar de los Cantares para descifrar la indescifrable hondura de los multiformes rostros del amor? ¿Cómo no conmoverse ante los relatos de la Pasión de Cristo que nos ofrecen los Evangelios? ¿Cómo no hacer memoria del Éxodo cuando un pueblo pasa de la esclavitud a la libertad?

Aunque muchos enfoques sean posibles al aproximarse a la Biblia, la clave que permite adentrarse en su sentido es la fe eclesial. La Biblia, tal como hoy la conocemos, ha nacido en la Iglesia: ha sido la Iglesia naciente la que ha reconocido en los textos de la Escritura el hablar de Dios, la palabra de Dios en las palabras humanas. En ella, en la Escritura, la primitiva Iglesia plasmó su testimonio creyente acerca de Jesucristo, la Palabra de Dios encarnada. Los escritos del Nuevo Testamento brotan de la profesión de fe en Jesucristo, muerto y resucitado, Hijo de Dios y Salvador del mundo. Lo que las Escrituras de Israel prometían se había cumplido definitivamente en Él, la Palabra última de Dios.

El canon bíblico, el conjunto de libros que fueron recibidos como inspirados por el Espíritu Santo, se fijó a la luz de la regula veritatis, la regla de fe de la Iglesia. En esos libros, proclamados en la Liturgia, la Iglesia reconoció la palabra que Dios comunica a los hombres, porque esos libros eran verdaderamente testimonio normativo de la Palabra con mayúsculas, del Verbo de Dios hecho hombre. En contra de lo que muchas veces se piensa, el Cristianismo no es una "religión del Libro", sino una religión de la Palabra, que es Cristo.

A lo largo de los últimos decenios la interpretación de la Escritura, la exégesis bíblica, ha conocido enormes progresos. Los autores humanos de la Biblia son reconocidos como verdaderos autores y, en consecuencia, para comprender y explicar lo que ellos querían decir con sus textos se impone el recurso a los métodos histórico-críticos: la crítica textual, la crítica literaria y la crítica histórica.

Pero limitarse a un análisis crítico de la Escritura es quedarse a medio camino. Ya Guardini alertaba frente a la falsa seguridad de la exégesis moderna, "que ha obtenido muy significativos resultados parciales, pero ha perdido su objeto propio y ha dejado de ser teología".

Para que se supere el creciente hiato entre exégesis bíblica y teología, habrá que llegar a una síntesis apropiada entre la ciencia y la fe. La fe cristiana es conforme a la razón, y el misterio no humilla el acontecimiento histórico, sino que se manifiesta en él y por medio de él. La exégesis ha de ser, forzosamente, una ciencia teológica integradora, capaz de leer a la luz de la fe, sin violentarlos, los datos que ofrece la historia o la filología.

La precomprensión del exégeta católico no puede ser el agnosticismo o un cientificismo cerrado a descubrir la irrupción de Dios en el mundo y en la historia, sino la actitud del creyente que está a la escucha para captar lo que Dios, a través de autores humanos, histórica y culturalmente condicionados, ha querido decirnos para nuestra salvación.

Lo que caracteriza a la exégesis católica, afirma la Pontificia Comisión Bíblica, es que "se sitúa conscientemente en la tradición viva de la Iglesia, cuya primera preocupación es la fidelidad a la revelación testimoniada por la Biblia. (...) El exégeta católico aborda los escritos bíblicos con una precomprensión, que une estrechamente la cultura moderna científica y la tradición religiosa proveniente de Israel y de la comunidad cristiana primitiva" (La interpretación de la Biblia en la Iglesia, cap. III).

Ya que la Escritura es palabra divina en palabra humana, resultará imposible prescindir de la investigación histórico-crítica, aun cuando habrá que estar muy atentos a los presupuestos que se ocultan tras los métodos críticos, a fin de discernir en qué medida pueden ser contrarios o no a la fe de la Iglesia. En este sentido, habrá que hacer una saludable crítica de la crítica bíblica, liberando a los métodos de interpretación de aquellos principios que entren en contradicción con la naturaleza divina de la Escritura.

Por fidelidad a la naturaleza humana de la Escritura, la tentación del fundamentalismo no es aceptable desde la perspectiva católica: "El problema de base de esta lectura fundamentalista es que, rechazando tener en cuenta el carácter histórico de la revelación bíblica, se vuelve incapaz de aceptar plenamente la verdad de la Encarnación misma. El fundamentalismo rehuye la relación estrecha de lo divino y de lo humano en las relaciones con Dios. Rechaza admitir que la Palabra de Dios inspirada se ha expresado en lenguaje humano y que ha sido escrita, bajo la inspiración divina, por autores humanos, cuyas capacidades y posibilidades eran limitadas" (La interpretación de la Biblia en la Iglesia).

Por fidelidad a la naturaleza divina de la Escritura, la exégesis no puede limitarse a ser un estudio histórico-crítico, sino que ha de leer e interpretar la Escritura "con el mismo Espíritu con que fue escrita". Es decir, la lectura crítica de la Biblia ha de integrarse en una más amplia interpretación teológica atenta al contenido y a la unidad de toda la Escritura, a la Tradición viva de la Iglesia y a la analogía de la fe; a la conexión de las verdades de la fe con el Misterio Pascual de Jesucristo.

Los escritos bíblicos, en tanto testimonios de la revelación divina y de la fe de la Iglesia, son en cuanto tales posteriores y están subordinados a la fe de la Iglesia. La Biblia, para dejar oír su mensaje, tiene necesidad de un espacio de fe, que no es otro que la comunidad de la Iglesia.

La Escritura, unida a la Tradición, es la "suprema norma" de la fe eclesial; no la única, pero sí la suprema; aún cuando también la Escritura misma esté sometida a la Palabra de Dios, a Jesucristo, del cual da testimonio. La relación Iglesia-Escritura es de algún modo circular. La Iglesia precede a la Escritura, en donde ve reflejada su fe; pero, a la vez, la Escritura precede a la Iglesia, pues en la Escritura, unida a la Tradición, encuentra la Iglesia su norma suprema, en relación con las otras instancias testimoniales.

En la mutua pertenencia entre Escritura e Iglesia se inserta el papel del magisterio. A la Iglesia le corresponde el juicio definitivo sobre la interpretación de la Escritura, pues recibió de Dios "el encargo y el oficio de conservar e interpretar la palabra de Dios" (DV 12).

La Escritura ha sido entregada a toda la Iglesia, a todo el Pueblo de Dios. El oficio del magisterio de la Iglesia viene exigido por la naturaleza jerárquica de ésta. La tarea del magisterio no consiste en sustituir a la Escritura, ni en colocarse por encima de ella, sino en interpretarla auténticamente; es decir, con la autoridad recibida de Cristo (cf DV 10).

El magisterio ejerce esta misión de enseñar lo transmitido, en la Escritura y la Tradición, "escuchando devotamente", "custodiando celosamente" y "explicándolo fielmente", con la asistencia del Espíritu Santo. La interpretación del magisterio es, por consiguiente, norma próxima obligatoria para toda la comunidad eclesial y, por supuesto, para los exégetas.

En cualquier caso, es importante comprender que la función del magisterio como intérprete autorizado de la Escritura no es una imposición externa y contraria al trabajo científico, sino una consecuencia de la vinculación interna que existe entre Biblia e Iglesia. El exégeta, con su trabajo, sirve también a todo el pueblo de Dios y ayuda a madurar el juicio de la Iglesia (cf DV 12).

En caso de conflicto de interpretaciones, la palabra decisiva le corresponde no al juicio privado del exégeta o del creyente en general, sino a la Iglesia, que es "columna y fundamento de la verdad" (1 Tim 3, 15). No podríamos tener certeza acerca de la verdad salvadora que Dios nos comunica si la fe de la Iglesia, atestiguada en la Tradición e interpretada autorizadamente por el magisterio, no fuese la clave hermenéutica de la justa inteligencia de la Escritura.

Sólo así, leída desde la fe en el interior de la Iglesia, la Sagrada Escritura despliega toda la profunda riqueza de su sentido. No estaban equivocados los Padres de la Iglesia cuando afirmaban: "La Sagrada Escritura está más en el corazón de la Iglesia que en la materialidad de los libros escritos". Porque si la Biblia es un texto, su contexto propio de interpretación es la Iglesia. Sólo así, leída eclesialmente, la palabra bíblica se convierte "en el Espíritu" en palabra viva y eficaz que Dios dirige hoy a los hombres
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Ultima edición por Maellus haereticorum el Dom Abr 15, 2007 4:47 am, editado 1 vez
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Maellus haereticorum
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MensajePublicado: Dom Abr 15, 2007 3:23 am    Asunto:
Tema: ¿Puenden ayudarme a contestar las siguientes preguntas?
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BIBLIA E IGLESIA

La Iglesia es una comunidad que escucha y anuncia la Palabra de Dios. La Iglesia no vive de sí misma sino del Evangelio y encuentra siempre y de nuevo su orientación en él para su camino. Es algo que tiene que tener en cuenta cada cristiano y aplicarse a sí mismo: sólo quien escucha la Palabra puede convertirse después en su anunciador. No debe enseñar su propia sabiduría, sino la sabiduría de Dios, que con frecuencia parece necedad a los ojos del mundo (Cf. 1 Corintios 1, 23).

La Iglesia sabe bien que Cristo vive en las Sagradas Escrituras. Precisamente por este motivo, como subraya la Constitución dogmática «Dei Verbum»,, siempre ha tributado a las Escrituras divinas una veneración parecida a la dedicada al mismo Cuerpo del Señor (Cf. «Dei Verbum», 21). Por esta razón, san Jerónimo decía con razón algo que cita el documento conciliar: la ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo (Cf. «Dei Verbum», 25).

Iglesia y Palabra de Dios están inseparablemente unidas entre sí. La Iglesia vive de la Palabra de Dios y la Palabra de Dios resuena en la Iglesia, en su enseñanza y en toda su vida (Cf. «Dei Verbum», 8 ). Por este motivo, el apóstol Pedro nos recuerda que «ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios» (2 Pt 1, 20).

Damos gracias a Dios porque en estos últimos tiempos, gracias también al impulso dado por la constitución dogmática «Dei Verbum», se ha reevaluado más profundamente la importancia fundamental de la Palabra de Dios. De esto se ha derivado una renovación en la vida de la Iglesia, sobre todo en la predicación, en la catequesis, en la teología, en la espiritualidad y en el mismo camino ecuménico. La Iglesia debe renovarse siempre y rejuvenecer y la Palabra de Dios, que no envejece nunca ni se agota, es el medio privilegiado para este objetivo. De hecho, la Palabra de Dios, a través del Espíritu Santo, nos guía siempre de nuevo hacia la verdad plena (Cf. Juan 16, 13).

En este contexto, querría evocar particularmente y recomendar la antigua tradición de la «Lectio divina»: la lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón (Cf. «Dei Verbum», 25). Si se promueve esta práctica con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia. Como punto firme de la pastoral bíblica, la «Lectio divina» tiene que ser ulteriormente impulsada, incluso mediante nuevos métodos, atentamente ponderados, adaptados a los tiempos. No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino (Cf. Salmo 118/119, 105).

…«que la Palabra del Señor siga propagándose» (Cf. 2 Tesalonicenses 3, 1) hasta los confines de la tierra para que, a través del anuncio de la salvación, el mundo entero, oyendo, crea el anuncio de la salvación; creyendo, espere, y esperando, ame (Cf. «Dei Verbum»1).
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Maellus haereticorum
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MensajePublicado: Dom Abr 15, 2007 4:40 am    Asunto: Re: Puenden ayudarme a contestar las siguientes preguntas?
Tema: ¿Puenden ayudarme a contestar las siguientes preguntas?
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amayram escribió:

2.- Los ministerios en la Iglesia. (cuales, cuanto y que caracteristicas tienen)


Para responder eso, debemos saber primero que se entiende teológicamente por "misterio":

Misterio

(Del griego "Mysterion", de myein, "cerrar".)

El término en general, significa "desconocido", "de conocimiento valioso que se debe guardar confidencialmente". En antigüedad pagana la palabra "misterio" era usada para designar ciertas doctrinas esotéricas, como las de Pitágoras, o ciertas ceremonias que se realizaban en privado por quienes se hacían llamar "iniciados", Ej., los ritos de Eleusis, un culto Fálico. En el cristianismo primitivo, los "misterios" eran las enseñanzas religiosas que debían ser cuidadosamente defendidas del conocimiento de los profanos.

LA NOCION DE "MISTERIO" EN LAS ESCRITURAS Y EN LA TEOLOGIA

Las versiones del Antiguo Testamento usan la palabra griega mysterion como un equivalente para la palabra hebrea sôd, "secreto" (Proverbios 2, 19; Judith 2, 2; Sirácida 22, 27; 2 Macabeos 13, 21). En el Nuevo Testamento la palabra "misterio" se aplica ordinariamente a la revelación sublime del Evangelio (Mateo 13, 11; Colosenses 2, 2; 1 Timoteo 3, 9; 1 Corintios 15, 51), y a la Encarnación y vida del Salvador y Su manifestación en la predicación de los Apóstoles (Romanos 16, 25; Efesios 3, 4; 6, 19; Colosenses 1, 26; 4, 3).

En conformidad con el uso de los Escritores Inspirados del Nuevo Testamento, los teólogos dan el nombre de "misterio" a las Verdades Reveladas que superan los poderes y límites de la razón natural. Misterio, por consiguiente, en su sentido teológico estricto no es sinónimo de "incomprensible", ya que obviamente es algo incomprensible, es decir, no comprensible adecuadamente en su esencia; tampoco es sinónimo de "desconocido", ya que muchas cosas meramente naturales son accidentalmente desconocidas, a causa de su inaccesibilidad, Ej., las cosas que son futuras, remotas, u ocultas. En su sentido estricto, un "Misterio" es una verdad sobrenatural que supera la inteligencia finita.

Los teólogos distinguen dos clases de Misterios sobrenaturales: el absoluto (o teológico) y el relativo. Un misterio absoluto es una verdad cuya existencia no puede ser descubierta por una criatura, y cuya esencia sólo puede ser expresada por la mente finita en los términos de analogías, Ej., la Trinidad. Un misterio relativo es una verdad cuya más profunda naturaleza (Ej., muchos de los atributos Divinos), o su sola existencia (ej., los mandatos ceremoniales positivos de la Ley Antigua), excede el poder inteligente natural de la criatura.

DOCTRINA CATÓLICA

La existencia de los Misterios Teológicos es una doctrina de fe católica definida por el Concilio Vaticano I que declara: "Si alguno dijere que en Revelación Divina no se contiene ningún misterio verdadero y propiamente dicho (vera et proprie dicta mysteria), sino que todos los misterios de la Fe pueden ser entendidos y demostrados por la razón debidamente instruída según los principios naturales: sea anatema" (Sess. III, Cánon, IV. De fide et Ratione, 1). Esta enseñanza se explica claramente en las Escrituras. El principal texto que lo prueba y que fue citado por el Concilio Vaticano I es el de I Corintios 2. También otros pasajes como el de los Efesios 3, 4-9, Colosenses 1, 26-27, Mateo 11, 25-27, Juan 1, 17-18. Estos textos hablan de un misterio de Dios el cual solo la Sabiduría infinita puede entender, a saber, los designios de la Divina Providencia y la vida interna de la Deidad (ver también Sabiduría 9, 16-17; Romanos 11, 33-36). La Tradición es abundante en testimonios que apoyan esta enseñanza. En la Carta Apostólica "Gravissimas Inter" de Pío IX, se defiende la doctrina de los Misterios sobrenaturales con muchas citas de las obras de los Padres.

Bibliografía:

The Catholic Encyclopedia, Volume X. 1911
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Ultima edición por Maellus haereticorum el Dom Abr 15, 2007 4:49 am, editado 1 vez
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Maellus haereticorum
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MensajePublicado: Dom Abr 15, 2007 4:45 am    Asunto:
Tema: ¿Puenden ayudarme a contestar las siguientes preguntas?
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Teniendo como base lo antes dicho, podemos decir que los Misterios en la Iglesia son los Dogmas de Fe:

1. La existencia de Dios
2. La existencia de Dios como objeto de fe.
3. La unicidad de Dios.
4. Dios es eterno.
5. Trinidad
6. Todo cuanto existe fuera de Dios ha sido sacado de la nada por Dios en cuanto a la totalidad de su sustancia.
7. Carácter temporal del mundo.
8. Conservación del mundo.
9. El hombre consta de dos partes esenciales: el cuerpo material y el alma espiritual.
10. El pecado de Adán se propaga a todos sus descendientes por generación, no por imitación.
11. Jesucristo es verdadero Dios e hijo de Dios por esencia.
12. Las dos naturalezas de Cristo, después de su misión poseyendo íntegro su modo propio de ser sin transformarse o mezclarse
13. Cada una de las dos naturalezas en Cristo posee una propia voluntad física y una propia operación física.
14. Jesucristo aun como hombre, es hijo natural de Dios.
15. El hombre caído no podía redimirse a si mismo
16. Cristo se inmola a sí mismo en la cruz como verdadero y propio sacrificio.
17. Cristo nos rescató y reconcilió con Dios por medio del sacrificio de su muerte en la cruz.
18. Al tercer día después de su muerte, Cristo resucita glorioso de entre los muertos.
19. Cristo subió en cuerpo y alma a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre.
20. La Iglesia fue fundada por el Dios-Hombre, Jesucristo.
21. Cristo constituyó al apóstol San Pedro como primero entre los apóstoles y como cabeza visible de toda la Iglesia, confiriéndole inmediata y personalmente el primado de jurisdicción.
22. El Papa posee la plena y suprema potestad de jurisdicción sobre toda la Iglesia no solamente en cosas de fe y costumbres, sino también en la disciplina y gobierno de la Iglesia.
23. El Papa es infalible siempre que habla ex cátedra.
24. La Iglesia es infalible cuando define en materia de fe y costumbres
25. El Bautismo es un verdadero sacramento instituído por Jesucristo.
26. La Confirmación es verdadero y propio sacramento
27. La Iglesia ha recibido de Cristo la potestad de perdonar los pecados cometidos después del bautismo.
28. La Confesión Cacramental de los pecados está prescrita por Derecho Divino y es necesaria para la salvación.
29. La Eucaristía es verdadero sacramento instituído por Cristo.
30. La unción de los enfermos es verdadero y propio sacramento instituído por Cristo.
31. El orden es un verdadero y propio sacramento instituído por Cristo.
32. Sacramentalidad del matrimonio.
33. La Inmaculada Concepción.
34. María Madre de Dios.
35. La Asunción de María.
36. La muerte. Origen de la muerte.
37. El cielo.
38. El infierno.
39. El Purgatorio
40. Fin del mundo.
41. Todos los muertos resucitaran con sus cuerpos en el ultimo día
42. El Juicio Universal.

Para sus características, ver: LOS DOGMAS CATÓLICOS
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Maellus haereticorum
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MensajePublicado: Dom Abr 15, 2007 5:19 am    Asunto: Re: Puenden ayudarme a contestar las siguientes preguntas?
Tema: ¿Puenden ayudarme a contestar las siguientes preguntas?
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amayram escribió:
3.- Cuales son las expresiones de la Colegialidad Episcopal Universal


Al menos, las que yo conozco son:

1- Conclios Ecuménicos.
2- Sínodo de Obispos.
3- Conferencias episcopales.


1- Concilios Ecuménicos: La potestad del Colegio de los Obispos sobre toda la Iglesia se ejerce de modo solemne en el Concilio Ecuménico. Es la asamblea a la que son convocados por el papa todos los Obispos de toda la Iglesia Universal, para reconocer la verdad en materia de doctrina o de práctica y proclamarla.

2- Sínodo de Obispos: Es una asamblea de Obispos escogidos de las distintas regiones del mundo, que se reúnen en ocasiones determinadas para fomentar la unión estrecha entre el Romano Pontífice y los Obispos, y ayudar al Papa con sus consejos para la integridad y mejora de la fe y costumbres y la conservación y fortalecimiento de la disciplina eclesiástica, y estudiar las cuestiones que se refieren a la acción de la Iglesia en el mundo.

3- Conferencias episcopales: Es la asamblea de los Obispos de una nación o territorio determinado, que ejercen unidos algunas funciones pastorales respecto de los fieles de su territorio, para promover conforme a la norma del derecho el mayor bien que la Iglesia proporciona a los hombres, sobre todo mediante formas y modos de apostolado convenientemente acomodados a las peculiares circunstancias de tiempo y de lugar.
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amayram
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MensajePublicado: Dom Abr 15, 2007 9:09 pm    Asunto:
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Maellus haereticorum, Muchas Gracias Very Happy
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