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¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?

 
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Farto
Asiduo


Registrado: 13 Feb 2007
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MensajePublicado: Mar Abr 17, 2007 6:08 pm    Asunto: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Responder citando

Saludos
Supongo que no es necesario decir cuanto sufrimiento ha existido y existe en el mundo.Tampoco supongo será necesario esperar que los medios nos lo recalquen todos los días, y encima vendiéndonoslo. Es suficiente con la vivencia de uno mismo.Y no me refiero sólo a los dolores de nuestra imperfecta naturaleza que no son pocos y los que soportamos todos,ricos y pobres, aunque a veces no lo parezca...Sé que nuestra "naturaleza caída" es así, como también creo,como católico que soy, en el pecado original. De la misma manera que también creo en la existencia del mal y sus permanentes ataques. Pero existe un grupo de gente que me da que pensar: son los inocentes.y todos los conocemos.¿Por qué han de sufrir los inocentes?.Nadie es bueno ni inocente del todo, pero si sabemos que existe gente sobrecogedoramente inocente.¿Por qué Dios permite este sifrimiento aparentemente tan injusto a estos seres?.
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asclepio
Asiduo


Registrado: 04 Ene 2006
Mensajes: 167

MensajePublicado: Mar Abr 17, 2007 8:11 pm    Asunto:
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Responder citando

¿No será que estás enfocando mal el asunto? Sé que no es de buen gusto traer polémicas de otras partes a un foro de internet, pero tuve esta discusión en Teodicea apenas ayer y creo que tiene que ver con este tema.

El argumento que se presentaba era el típico del reloj, como vemos que hay orden en el cosmos, hay orden moral, si hay orden moral hay que comportarse de X o Y manera, pero si hay orden en el cosmos, dispuesto por un ser que es puro amor, ¿porqué sufren los inocentes?, la misma incógnita que inundó el salón ayer. Mi respuesta es la misma que aquí, que enfocamos el problema erróneamente, lo enfocamos al estilo medieval occidental, es decir, partimos de un punto, el cual creemos indubitable, y luego proseguimos con un razonamiento, aparentemente perfecto, que nos lleva a una pregunta que el razonamiento no puede contestar.

El profesor me decía que veía armonía en el cosmos, misma armonía existiría a nivel moral o existencial, de nuevo, argumento del relojero. Pero es cosa de perspectivas, el cosmos no es el ballet armónico que creemos que es, o que nos gustaría que fuera (sobre todo eso, nos gustaría que fuese tan sencillo porque así demanda menos de nosotros), lo que vemos en la Naturaleza son fuerzas que se oponen y siguen ciertas leyes, una en particular es la más importante, la ley del más fuerte. Dos objetos colisionan, el que tenga mayor energía o impulso pierde menos que el segundo objeto. La gacela más lenta es devorada por el león. Incluso a nivel de bacterias y células, las más débiles sucumben. Esta no es solo una ley orgánica, es una ley física, abrimos la habitación y el calor de la habitación debe templar el frío que proviene de fuera, transmisión y pérdida de energía es algo que vemos en todos los niveles de la existencia.

Por eso algunos sufren más que otros, y no es que sea algo "bueno" en un sentido moral, el cual deja de existir como se plantea tradicionalmente, es decir, si más que armonía cósmica, lo que hay es una batalla, una constante lucha o violencia entre fuerzas, la moral deja de ser la misma que cuando el universo era todo lindo y ordenado.

De hecho hay sufrimiento porque existimos, no es un imperativo moral, no es tampoco producto de algo sobrenatural, cada acción produce una reacción, y a muchos niveles. Cada evento, para centrarlo más al tema, cada evento humano, hasta el más "bueno" de todos ellos, digamos darle dinero a un niño de la calle, puede desencadenar más sufrimiento, si el niño es drogadicto o si tiene que pagarle a sus abusivos padres que lo explotan cruelmente.

No somos islas, estamos conectados entre todos como una telaraña, cuando la telaraña se mueve, aún si se mueve poquito, toda la tela se mueve y vibra, así es cada acto humano, desencadenamos innumerables eventos, algunos de los cuales producen sufrimiento, quizás no es esa la intención, pero lo provoca.

Por eso, ¿cómo es posible que haya sufrimiento? hay sufrimiento porque existimos, es el precio a pagar, sufrimiento sobre nosotros o sobre otros, ni es algo "bueno", ni es algo "malo", es algo completamente natural, no veo la necesidad de echarle la culpa a dioses o demonios.

Un ejemplo sencillo:
- Supongamos que en otro planeta, a galaxias de distancia, existe vida capaz de sentir dolor y regocijo, y un buen día cae un meteorito, todo arde en llamas, sufren terriblemente y se preguntan ¿qué hicimos mal? Absolutamente nada, ese meteorito es una piedra cuyo movimiento no fue guiado por providencia alguna, su dirección es determinada por su masa y gravedad, y por la interacción de otras masas y gravedades. Quizás ese meteorito andaba deambulando por siglos, miles de años quizás, y nada tiene que ver con los pobres bichos capaces de sentir sufrimiento. ¿Acaso este evento es "malo" moralmente? No, es natural.

La Naturaleza humana quizás no esté destinada por fuerzas físicas, tenemos libertad, pero aún así somos humanos, y cada uno de nuestros actos repercute de maneras que no podríamos ni concebir, y algunos de ellos causan sufrimiento. Y nada de malo hay en existir, aún si la consecuencia de la existencia es sufrimiento, propio o ajeno.

Bueno, esa era mi idea ayer en Teodicea, y la quise exponer porque creo que puede ser útil (quizás para mitigar un poco el tema, aportar algo).
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Farto
Asiduo


Registrado: 13 Feb 2007
Mensajes: 202

MensajePublicado: Mar Abr 17, 2007 9:50 pm    Asunto:
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Responder citando

Saludos
Es muy respetable tu contestación y participación.No coincido en algunas cosas pero de momento no voy a contestarte por falta de tiempo.Me parece un tema importante el del dolor,el sufrimiento.Lo enfocas de manera muy metafísica. es decir, demasiado apartado de la fe....
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Escoria
Asiduo


Registrado: 31 Dic 2006
Mensajes: 174
Ubicación: Chile

MensajePublicado: Mie Abr 18, 2007 8:57 am    Asunto:
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
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.... y de la experiencia..., je, je, je...
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Rodas
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Registrado: 27 Jul 2007
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MensajePublicado: Dom Jul 29, 2007 7:00 pm    Asunto:
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Responder citando

Sobre el sufrimiento humano: Nosotros vamos a tener que responder esta pregunta a Dios y no Dios a nosotros.
Porque nos revelamos a su autoridad y vivimos a espaldas de Él, creyéndonos autosuficientes.
Porque vivimos quebrantando sus leyes morales.
Durante miles años, millones de personas tomaron millones de decisiones erradas y hoy estamos pagando las cosecuencias.
Les dejo esta rteflexión:

Durante años hemos estado diciéndole a Dios que se salga de nuestras escuelas, que se salga de nuestro gobierno y que se salga de nuestras vidas ... siendo el caballero que Él es, creo que se ha retirado tranquilamente. ¿Cómo podemos esperar que Dios nos dé Su bendición y Su protección cuando le hemos exigido que nos deje estar solos?”

A la luz de ciertos sucesos recientes... ataques de terroristas, balaceras en las escuelas, etc., Creo que todo comenzó cuando Madeleine Murria O'Hare se quejó de que no quería que se rezara en nuestras escuelas, y dijimos que estaba bien
Ella fue asesinada y hasta hace poco que se descubrió su cuerpo
Luego alguien dijo que mejor no se leyera la Biblia en las escuelas... la Biblia dice no matarás, no robarás, amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Y dijimos que estaba bien.

Luego el Dr. Benjamín Spock dijo que no debíamos pegarle a nuestros hijos cuando se portan mal porque sus pequeñas personalidades se truncarían y podríamos lastimar su autoestima. Dijimos que los expertos saben lo que están diciendo.
Y dijimos que estaba bien.
El hijo del Dr. Spock se suicidó

Luego alguien dijo que los maestros y directores de los colegios no deberían disciplinar a nuestros hijos cuando se portan mal.
Los administradores de las escuelas dijeron que más valía que ningún miembro de la facultad de las escuelas tocara a ningún estudiante que se porte mal porque no queremos publicidad negativa y por supuesto no queremos que nos vayan a demandar (hay una gran diferencia entre disciplinar, y tocar, golpear, cachetear, humillar, patear, etc.).
Y dijimos que estaba bien.

Luego alguien dijo, dejemos que nuestras hijas aborten si quieren, y ni siquiera tienen que decirles a sus padres.
Y dijimos que estaba bien.

Luego uno de los consejeros del consejo de administración de las escuelas dijo: ya que los muchachos siempre van a ser muchachos y de todos modos lo van a hacer, démosle a nuestros hijos todos los condones que quieran para que puedan divertirse al máximo, y no tenemos que decirle a sus padres que se los dimos en la escuela.
Y dijimos que estaba bien.

Luego algunos de nuestros principales funcionarios públicos dijeron que no importa lo que hacemos en privado mientras cumplamos con nuestro trabajo.
Estuvimos de acuerdo con ellos y dijimos: no me importa lo que nadie -incluyendo el Presidente- haga en su vida privada mientras yo tenga un trabajo y la economía esté bien.
Y dijimos que estaba bien

Luego alguien dijo vamos a imprimir revistas con fotografías de mujeres desnudas y decir que esto es una apreciación sana y realista de la belleza del cuerpo femenino.
Y dijimos que estaba bien.

Y luego alguien más llevó más allá esa apreciación y publicó fotografías de niños desnudos, llevándola aún más allá cuando las colocó en Internet
Y dijimos que estaba bien.

Ellos tienen derecho a su libertad de expresión.
Luego la industria de las diversiones dijo, hagamos shows por televisión y películas que promuevan lo profano, la violencia y el ... ilícito.
Y dijimos que estaba bien.

Grabemos música que estimule las violaciones, las drogas, los suicidios y los temas satánicos.
Y dijimos que estaba bien.

Y dijimos, no es más que diversión, no tiene efectos negativos, de todos modos nadie lo toma en serio, así que adelante.
Y dijimos que estaba bien.

Ahora nos preguntamos:
¿por qué nuestros niños no tienen conciencia,
por qué no saben distinguir entre el bien y el mal, y por qué no les preocupa matar a desconocidos, a sus compañeros de escuela, o a ellos mismos?

Probablemente, si lo pensamos bien y despacio, encontraremos la respuesta.
Creo que tiene mucho que ver con que “LO QUE SEMBRAMOS ES LO QUE RECOGEMOS”.

Es curioso cómo la gente simplemente manda a Dios a la basura y luego se pregunta por qué el mundo está en proceso de destrucción.

Es curioso cómo se mandan 'chistes' por la red y cunden como reguero de pólvora, pero cuando empiezas a mandar mensajes del Señor, la gente lo piensa dos veces antes de compartirlos.

Es curioso cómo hay artículos lujuriosos, crudos, vulgares y obscenos que circulan libremente por el mundo, pero la conversación de Dios en público se suprime en las escuelas, en los espacios de trabajo y a veces hasta en el hogar.

ES CURIOSO VER CÓMO CREEMOS LO QUE DICEN LOS PERIÓDICOS, PERO CUESTIONAMOS LO QUE DICE LA BIBLIA.


Es curioso ver como nos preocupa más lo que piensan los demás de nosotros que lo que Dios piensa de nosotros.
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patricio_dm
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Registrado: 31 Ene 2007
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MensajePublicado: Jue Oct 04, 2007 3:38 pm    Asunto:
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
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Farto tu pregunta es muy buena y creo que es un tema de nunca acabar que nos supera, ya a los Judios les inquietaba, ver libro de Job donde se trata de justificar el sufrimiento, pero a con toda la filosofia de esa epoca (no conocían a Jesus) es un libro inconcluso. Los Catolicos debemos ver al sufrimiento a traves de la Cruz, los que sufrimos somos bienaventurados por Cristo que nos invita a compartir en nuestro cuerpo el sufrimiento que comenzo El en la cruz y que vá a finalizar en la redención.
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FelipeII
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MensajePublicado: Jue Oct 04, 2007 5:10 pm    Asunto:
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Responder citando

.

¿Por qué sufren los niños y los inocentes?

Responde el P. Miguel Ángel Fuentes, I.V.E.


Pregunta:

Estimado Padre:
Algo que nunca he podido entender es el tema del dolor de los niños y de las personas inocentes. ¿Por qué Dios lo permite? ¿Acaso no es Dios? ¿Acaso no puede impedirlo? Estas preguntas a veces me quitan el sueño... y a veces parece que me pueden quitar incluso la fe. Ayúdeme.


Respuesta:

En nuestra página El Teólogo Responde encontrará un par de respuestas relacionadas con el tema del 'la existencia del mal y del dolor' y del misterio que encierra. Pero creo que para su pregunta puntual este artículo de Sebastián Sánchez puede representar la respuesta más precisa y magnífica. Resume el autor el pensamiento del Venerable Don Carlo Gnocchi y de una pequeña joya de la teología católica, su obrita: 'Pedagogía del dolor inocente'. Léalo; no tiene desperdicio.

P. Miguel Ángel Fuentes



El título original de este artículo es: 'Breve semblanza de la figura y pensamiento del padre de los niños mutilados ', pero supera la pura semblanza y responde al tema del dolor del niño y del inocente.

Tomado de la Revista Arbil nº 87

por Sebastián Sánchez

Según la acertada expresión de S.S. Juan Pablo II . Don Carlo Gnocchi, un desconocido para las generaciones hodiernas, fue uno de los más eminentes apóstoles de la Caridad del siglo XX dedicado especialmente al auxilio, espiritual primero y físico después, de los niños sufrientes. Su figura debe ser justipreciada en estás épocas de diabólica inquina contra la niñez

Vida y obra

Nació Don Carlo Gnocchi en San Colombano al Lambro el 25 de Octubre de 1902. Siendo muy pequeño, apenas cinco años, Carlo perdió a su padre y se trasladó a Milán con su madre y sus dos hermanos, Andrea y Mario, quienes poco después murieron víctimas de la tuberculosis. Apenas unos años más tarde ingresó al seminario del Cardenal Andrea Ferrari y en 1925 fue ordenado sacerdote del Arzobispo de Milán, Eugenio Tosi. El 6 de junio de ese año celebró su primera misa en Montesiro.

En 1936 el Cardenal Ildefonso Schuster lo nombró director espiritual de la escuela del prestigioso Instituto Gonzaga de los Fratelli delle Scuole Crist iane. Allí, Don Carlo se dedicó profundamente a estudiar y escribir sobre pedagogía, una de sus más grandes preocupaciones. Hacia fines de esa década, el Cardenal Schuster le encomendó la asistencia espiritual de los estudiantes de la Universidad Católica de Milán y en ese puesto lo encontró el inicio de la II Guerra Mundial, hacia la que partieron muchos de sus jóvenes universitarios. Por ello, sin dubitaciones, el P. Gnocchi se enroló como capellán voluntario del batallón alpino Val Tagliamento con el que fue destinado al frente greco albanés. Una vez terminada la Campaña de los Balcanes, y luego de un breve interregno en Milán, Don Carlo partió nuevamente al frente, esta vez a la Rusia desangrada por los rojos, junto a los alpinos de la División Tridentina . Allí comenzó su peregrinar por el dolor y el horror y, al mismo tiempo, su más grande aventura evangélica.

Una oscura y helada noche de enero de 1943 encontró a Don Carlo marchando junto a sus soldados en la dramática retirada del contingente italiano, poco después de ser derrotados por los comunistas. Mientras marchaba daba ánimo a los heridos y ateridos milites hasta que, extenuado por el dolor y vencido por el frío, se dejó caer junto a un grupo de agotados soldados a la vera del helado camino ruso. Poco después, un médico amigo pretendió recogerlo pero él, casi agonizante, se negó a dejar a sus soldados. Mas éstos le dijeron una y otra vez: 'Id, Capellán, ayudad a nuestros hijos, amparad a nuestros huérfanos'. Estremecido por el pedido, Don Carlo aceptó ser trasladado a un hospital de campaña en el que se recuperó de las heridas del cuerpo. Allí terminó la guerra para él.

Una vez retornado a Italia, el P. Gnocchi comenzó su peregrinación por el Valle Alpino buscando a los huérfanos, en cumplimiento de la palabra empeñada a sus alpinos en Rusia.

En 1945 fue nombrado director del Istituto Grandi Invalidi de Arosio donde acogió a los primeros huérfanos de guerra y niños mutilados. De ahí en más una maravillosa obra coronaría los esfuerzos de nuestro sacerdote. En 1949 obtuvo su primer reconocimiento: el permiso para la fundación de la Federazione Pro Infanzia Mutilata. A partir de ese momento comenzó a fundar colegios para los niños mutilados y para los acuciados por una terrible enfermedad: la poliomielitis. Así nacieron los colegios de Parma (1949), Pessano (1949), Turín (1950), Inverigo (1950), Roma (1950), Salerno (1950) y Pozzolatico (1951).

Víctima de un tumor maligno incurable, Don Carlo Gnocchi partió a la Casa del Padre el 28 de febrero de 1956 en Milán. Italia entera se dispuso entonces a darle el último adiós al 'padre dei mutilatini'.

Treinta años después de su muerte, el Cardenal Carlo María Martini instituyó el Proceso de Beatificación, cuya fase diocesana concluyó en 1991. El 20 de diciembre de 2002 el Papa Juan Pablo II lo declaró Venerable.

La Teología del dolor

Sin duda la obra del P. Gnocchi ha sido impresionante pero de poco habría de estimarse si no se comprende el sentido último que le impuso desde un primer momento. No fue filantropía la que lo movió a ocuparse de los niños sufrientes pues para ello hubiese bastado con la acción de las muchas logias masónicas que asolaban, y asolan, a Italia. Nuestro sacerdote no padeció la tara ideológica del progresismo eclesial que considera a la Iglesia una 'agencia social' y, justamente por ello, pudo dar testimonio del valor del dolor de los niños. Testimonio indeleble unido a la Tradición de la Iglesia para ejemplo del mundo.

Para que no hubiese confusiones respecto de su obra el P. Gnocchi escribió un libro precioso en el que magistralmente conjuga sus dos amores primeros: la enseñanza y la atención de los niños dolientes. De ese modo, el breve 'Pedagogía del dolor inocente' resulta ser su obra magna, en la que retoma la Tradición inefable y el Magisterio Auténtico para presentar las razones que deben mover a respetar y, en cierta medida, venerar el carácter salvífico del dolor de los niños. En ese sentido, esta pequeña gran obra es un antecedente de la magnífica Carta Apostólica Salvifici Doloris de Juan Pablo II, en tanto magnífica exposición de la 'teología del dolor'.

Don Gnocchi señala que la comprensión del dolor de los pequeños es la clave para comprender cualquier dolor y, puesto en esa tarea aprehensiva, concibe el sufrimiento humano en general como parte de una arcana solidaridad que 'actúa en sentido vertical y en sentido horizontal, vincula a los miembros con la Cabeza y a todos los miembros entre sí'. Del mismo modo, el Santo Padre, en la Carta citada dice que 'aunque el mundo del sufrimiento exista en la dispersión (en forma individual), contiene en sí un singular desafío a la comunión y a la solidaridad'(Salvifici Doloris, N°8 ).

Dos fuentes tiene entonces el dolor de niño: sufre en primer término por su condición de hombre, responsable en esencia del pecado original y 'por consiguiente implicado en su secular expiación'. He allí su solidaridad vertical.

Pero el niño sufre también, y esta es la base de la solidaridad horizontal, por los pecados y abominaciones cometidas por todos los hombres. Razón ésta, dice Don Carlo, que 'debería servir de freno al hombre cada vez que se siente tentado a pecar'.

Para el primer caso, el 'remedio' es el óleo y el crisma del Santísimo Sacramento del Bautismo. Para el segundo, vale la reiteración, que los hombres se guarden de pecar convirtiéndose al Bien, la Verdad y la Belleza en tanto aceptación del llamado de Cristo.

Sin embargo, y pese a esta explicación, el hombre se pregunta: '¿Por qué sufre este inocente? ¿Por qué se abaten sobre él las iniquidades de los esbirros del Mal?' ¿Por qué, Señor, no he de ser yo, pecador miserable, quien sufra en vez de esta criatura pura? En la base de estos interrogantes se encuentra el argumento que, como dijera en su día Gilson, más conquistas ha propiciado al ateísmo: 'Si Dios existe, ¿por qué el mal?'.

La respuesta a esta cuestión nos la ha dado el Apóstol de los Gentiles cuando dice: 'Cumplo en mi carne lo que falta a la Pasión de Cristo' (Col 1, 24). La comprensión del dolor inocente se completa y plenifica al advertir que el Cordero de Dios es el arquetipo del sufriente puro e inocentísimo. Alzando nuestra mirada al Varón de Dolores, como proféticamente lo llamara Isaías, nos acercamos al misterio inefable que permite aprehender el porqué del dolor de los niños.

En efecto, para la remisión total de los pecados del mundo era necesaria tal pureza en la víctima que sólo Dios podía poseerla y por ello envió a su propio Hijo sobre la tierra a morir en la Cruz. Pero para completar el sufrir del Ungido, como enseña San Pablo, es necesaria la más alta contribución que el hombre puede brindar: el ofrecimiento de las almas que sufren sin el peso de las propias culpas personales, al modo de Nuestro Señor.

'El niño doliente - dice el P. Gnocchi - es un pequeño cordero que purifica y redime'. Es por ello, como dijera Pío XII en su hora, 'un sacrificio viviente de la humanidad inocente por la humanidad pecadora'. Cada niño mancillado es, en virtud del Misterio, un precioso intercesor y mediador de gracias.

La Pedagogía del dolor inocente

El P. Gnocchi llega al núcleo de su obra cuando advierte que los educadores cristianos, es decir los padres, los sacerdotes y los maestros, deben conocer y aplicar los principios de la 'pedagogía sobrenatural del dolor'. Tienen el deber de procurar, en cada niño sufriente, la conciencia y el sentido del valor de su dolor. El pequeño ha de reconocer así que el fin último de su pesar es Cristo crucificado que sufre con él y por él por la remisión de los pecados del mundo.

Sin esta conciencia debidamente inspirada por los educadores cristianos se produce un 'enloquecedor derroche' pues el niño no sabe porqué sufre (una razón más, vale agregar, para resistir el avance destructivo del laicismo anticristiano en nuestras escuelas). Si los pequeños no alcanzan esta conciencia, nos dice Don Carlo, 'se priva a Cristo y a la Iglesia del tesoro insustituible y precioso del dolor infantil'.

En efecto, la casi siempre impertérrita desatención hacia las 'cosas del Cielo' suele impedir a los hombres advertir el enorme valor de tesoros espirituales como éste, escondido en las almas de los inocentes.

Es cierto que Don Gnocchi, testigo inmediato de la orfandad, enfermedad y mutilación de los niños, dedica poca atención al sufrimiento moral de los mismos. Pero es verdad también que vivió en una época signada por la guerra y en la que todavía no se vislumbraban los oscuros contornos de la Cultura de la Muerte. Hoy, el 'dolor del alma' de los pequeños es cosa cotidiana, asediados como están por quienes con escarnio e irrisión los hacen objeto de las más terribles atrocidades. Don Gnocchi no llegó a conocer la prostitución infantil institucionalizada, el aborto considerado como derecho humano, la ideología de género embebiendo toda perversa educación sexual. No alcanzó a ver, ¡feliz de él!, la retorcida pretensión destructiva de la niñez de los 'defensores de los derechos de los niños' que ocupan sitiales de honor en los organismos internacionales ni escuchó los argumentos a favor de la eutanasia de los niños enfermos, bajo pretexto de 'no hacerlos sufrir'. Valga esto de excusa suficiente para algunas omisiones, que hoy en día resultarían del todo inadmisibles.

El Buen Combate por los niños dolientes

Grande yerro se comete si se cree que de lo antedicho se colige la pasividad ante el sufrimiento de los niños. La necesidad de adquirir el sentido de la sublime teología del dolor y su consecuente pedagogía, no invalida en absoluto el hecho de combatir la iniquidad del 'mundo' hacia los que sufren, especialmente contra los débiles e inocentes.

Lo sostiene con vigor el Santo Padre al advertir que 'el Evangelio es la negación de la pasividad ante el sufrimiento' (S.D., N° 29) Nada puede, ni debe, abolir nuestra pena cuando asistimos a la visión de un niño mancillado en su pureza, vulnerado en su inocencia.

Lo ha dicho el Señor a los justos que piadosamente acunaron a los párvulos: 'Todo lo que hiciereis a uno de mis pequeños, a Mi me lo hacéis' (Mt 10,42). Pero también sentenció a los impíos que los avasallaron: 'En verdad os digo que cuando dejasteis de hacer eso con uno de estos pequeñuelos, conmigo dejasteis de hacerlo' (Mt 25,45)

Apremia el derecho y la obligación del combate contra los que propalan el dolor físico y moral a niños. Son sus enemigos y por ello lo son de la Iglesia y de Cristo mismo.

El Buen Combate que ha de librarse es ante todo interior, para evitar que los párvulos sufran por la remisión de nuestras miserias. Pero es también exterior pues se trata, como dice Juan Pablo II, de 'la terrible batalla entre las fuerzas del bien y del mal que nos presenta el mundo contemporáneo' (S.D, N° 31)

Por ello, y se nos disculpará lo atrevido de la afirmación, restaurar los verdaderos derechos (naturales y sobrenaturales) de los niños es restaurar de los derechos de Cristo Rey. Es, en definitiva, iniciar el tránsito por el largo y providencial camino hacia la Restauración de Cristo en todas las cosas.

¿Cómo comenzar? Hagamos lo que nos ordena el P. Gnocchi: todas las mañanas besemos el corazón de nuestros pequeños para reconocer allí la Santísima Trinidad presente y operante.

Fuente: http://www.teologoresponde.com.ar/respuesta.asp?id=306
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José Mauricio Altamirano
Constante


Registrado: 30 Nov 2005
Mensajes: 740

MensajePublicado: Lun Dic 31, 2007 1:39 am    Asunto: Re: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Responder citando

Farto escribió:
Saludos
Supongo que no es necesario decir cuanto sufrimiento ha existido y existe en el mundo.Tampoco supongo será necesario esperar que los medios nos lo recalquen todos los días, y encima vendiéndonoslo. Es suficiente con la vivencia de uno mismo.Y no me refiero sólo a los dolores de nuestra imperfecta naturaleza que no son pocos y los que soportamos todos,ricos y pobres, aunque a veces no lo parezca...Sé que nuestra "naturaleza caída" es así, como también creo,como católico que soy, en el pecado original. De la misma manera que también creo en la existencia del mal y sus permanentes ataques. Pero existe un grupo de gente que me da que pensar: son los inocentes.y todos los conocemos.¿Por qué han de sufrir los inocentes?.Nadie es bueno ni inocente del todo, pero si sabemos que existe gente sobrecogedoramente inocente.¿Por qué Dios permite este sifrimiento aparentemente tan injusto a estos seres?.

"Que la paz de Nuestro Señor jesucristo este con todos ustedes"
Nada mas expongo que creo en la Santisima Trinidad, en La Santa Iglesia Católica, etc.
Por que sufrió Jesucristo Dios mismo hecho hombre?
Por quienes sufrió Jesucristo Dios mismo hecho hombre?
Para que sufrió Jesucristo Dios mismo hecho hombre?
Si El siendo Dios mismo hecho hombre sufríó, padeció y murió?
El que era, es y será siempre inocente y además Dios mismo, ¿por que sufrió?

El, que no tenía necesidad alguna de sufrir, sufrió.
El, que no tenía necesidad de humillarse, se humillo
El, que no tenía necesidad de morir, murió
¿por que no van a sufrir, humillarse o morir los inocentes o los niños o nosotros?
Todos tenemos temor al sufrimiento y El también lo tuvo, al grado de sudar sangre
¿por que no queremos nosotros entrar en el sufrimiento?
Sufrir, no solo se sufre muriendo; no solo se sufre teniendo frío o hambre;
No solo sufre el que esta en la carcel; sufre el que tiene, pues no quiere perder lo que tanto le ha "costado".
Sufre el que no tiene, pues quiere tener lo que el otro tiene.
Sufre el que peca, pues se aleja de Dios, por supuesto, siempre y cuando tenga conciencia de pecado.
¿Por que si sufrió Jesucristo Dios mismo hecho hombre, no vamos a sufrir nosotros, los inocentes, los niños, los ancianos, todos?
¿tenemos algo especial nosotros que no tenga Jesucristo Dios mismo hecho Hombre, excepto el pecado, como para no sufrir?
Mauricio

"Cuando sientas que ya no sirves para nada, todavía puedes ser santo?(San Agustín)
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Registrado: 07 Abr 2007
Mensajes: 66

MensajePublicado: Vie Ene 04, 2008 2:25 pm    Asunto: Por qué sufren los inocentes?
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Responder citando

Hola! Yo quiero hacer un pequeño aporte desde mi ignorancia; no soy nada instruída en religión, pero tengo una idea propia sobre este tema...
"Todo es según el color del cristal con que se mira", digamos "el sufrimiento" real del católico, ¿cuál es? ¿no es acaso perder el alma, o mejor, perder a Dios en la vida eterna?
Ahora bien, desde este punto de vista, el que "sufre" en esta tierra está ganando el premio mayor: vida eterna con Dios. Entonces, vemos que lo que creemos que es malo, como el sufrimiento en esta tierra, o bien si nos preguntamos por qué que Dios permite algo malo para los inocentes, tal vez tenemos que cambiar el punto de vista y ver que en realidad eso que parece malo es bueno porque está santificando a los que sufren, los está premiando. Si tenemos en cuenta cuán corta es la vida en la tierra en comparación con la eternidad, si vemos las cosas desde Dios, 100 años de sufrimiento no son nada. Creo que el verdadero sufrimiento está en vivir esas situaciones dolorosas sin fe; si viviéramos ese dolor ofreciéndoselo a Dios, dolería igual pero con la alegría de estar dándole algo al Señor para contrubuir con Su Redención y Cruz (qué maravilla la de Jesús permitirnos ayudar en su tarea de Salvación!); dolería con la esperanza y por consiguiente la felicidad por la esperanza de ganar el eterno cielo. "El sufrimiento de los inocentes...", ¿acaso Jesús no era inocente clavado a Su Cruz?; todos los inocentes que sufren hacen el papel de Cristo, en infinitamente menor grado; la diferencia está en cómo se vive, con qué cristal se mira. Visto con ojos católicos me parece que la respuesta es casi obvia, o redundante.
Entonces: ¿por qué Dios permite el sufrimiento a los niños e inocentes?
Simplemente, porque para Dios no es sufrimiento real, al contrario, es un premio.
Sé que esto es muy, muy difícil de entender en algunas personas, tan difícil como explicarlo o hacerlo entender, tan difícil como vivir con el dolor o llevar la cruz de la manera que sea, tan difícil como ofrecer el dolor en el momento justo...creo que esto es casi tocar la santidad.
Ojalá Dios me de la sabiduría, la luz y la fuerza para afrontar mis próximas cruces de esta manera.
"Sufrimiento Verdadero: infierno, vida eterna sin Dios.
Sufrimiento terreno de los inocentes: dolor transitorio y pequeño en comparación con las dimensiones celestiales dado a los elegidos para santificarse y obtener el premio mayor: Dios.
¿Por qué a los niños y a los inocentes? porque son los elegidos, los amados de una manera especialmente beneficiosa para sus almas.
Yo, con mi fe católica, me preocuparía más por esos millonarios, por ejemplo, de vida holgada, egoísmos, materialismo, frivolidad...por los pecadores no arrepentidos, por los que mueren sin haber sufrido o pagado sus pecados, por los que conociendo a Cristo lo rechazan, y pediría que los que no saben cómo llevar a cabo sus sufrimientos para alivianar sus cruces sean iluminados por el Espíritu Santo para aprender a hacerlo.
Me siento como una tonta tal vez dando una explicación también tonta a la gente tan sabia y tan filósofa que participá en este foro con los que no me puedo ni comparar...
Pido perdón por los errores que puedo haber cometido, o tal vez la falta de respeto por opinar aquí.
Gracias por su precioso tiempo.
Dios los bendiga, los ilumine con Su Sabiduría y los premie con Su Santidad.
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Jesús, Amado Mío, tan sólo quiero mi eternidad en Tus Ojos, descansar por siempre en Tu Pecho; tan sólo a Vos te busco, te deseo y te quiero.
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Beatriz
Veterano


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MensajePublicado: Vie Ene 04, 2008 11:55 pm    Asunto: Re: Por qué sufren los inocentes?
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Responder citando

Patri de Jesús escribió:
Hola! Yo quiero hacer un pequeño aporte desde mi ignorancia; no soy nada instruída en religión, pero tengo una idea propia sobre este tema...
"Todo es según el color del cristal con que se mira", digamos "el sufrimiento" real del católico, ¿cuál es? ¿no es acaso perder el alma, o mejor, perder a Dios en la vida eterna?
Ahora bien, desde este punto de vista, el que "sufre" en esta tierra está ganando el premio mayor: vida eterna con Dios. Entonces, vemos que lo que creemos que es malo, como el sufrimiento en esta tierra, o bien si nos preguntamos por qué que Dios permite algo malo para los inocentes, tal vez tenemos que cambiar el punto de vista y ver que en realidad eso que parece malo es bueno porque está santificando a los que sufren, los está premiando. Si tenemos en cuenta cuán corta es la vida en la tierra en comparación con la eternidad, si vemos las cosas desde Dios, 100 años de sufrimiento no son nada. Creo que el verdadero sufrimiento está en vivir esas situaciones dolorosas sin fe; si viviéramos ese dolor ofreciéndoselo a Dios, dolería igual pero con la alegría de estar dándole algo al Señor para contrubuir con Su Redención y Cruz (qué maravilla la de Jesús permitirnos ayudar en su tarea de Salvación!); dolería con la esperanza y por consiguiente la felicidad por la esperanza de ganar el eterno cielo. "El sufrimiento de los inocentes...", ¿acaso Jesús no era inocente clavado a Su Cruz?; todos los inocentes que sufren hacen el papel de Cristo, en infinitamente menor grado; la diferencia está en cómo se vive, con qué cristal se mira. Visto con ojos católicos me parece que la respuesta es casi obvia, o redundante.
Entonces: ¿por qué Dios permite el sufrimiento a los niños e inocentes?
Simplemente, porque para Dios no es sufrimiento real, al contrario, es un premio.
Sé que esto es muy, muy difícil de entender en algunas personas, tan difícil como explicarlo o hacerlo entender, tan difícil como vivir con el dolor o llevar la cruz de la manera que sea, tan difícil como ofrecer el dolor en el momento justo...creo que esto es casi tocar la santidad.
Ojalá Dios me de la sabiduría, la luz y la fuerza para afrontar mis próximas cruces de esta manera.
"Sufrimiento Verdadero: infierno, vida eterna sin Dios.
Sufrimiento terreno de los inocentes: dolor transitorio y pequeño en comparación con las dimensiones celestiales dado a los elegidos para santificarse y obtener el premio mayor: Dios.
¿Por qué a los niños y a los inocentes? porque son los elegidos, los amados de una manera especialmente beneficiosa para sus almas.
Yo, con mi fe católica, me preocuparía más por esos millonarios, por ejemplo, de vida holgada, egoísmos, materialismo, frivolidad...por los pecadores no arrepentidos, por los que mueren sin haber sufrido o pagado sus pecados, por los que conociendo a Cristo lo rechazan, y pediría que los que no saben cómo llevar a cabo sus sufrimientos para alivianar sus cruces sean iluminados por el Espíritu Santo para aprender a hacerlo.
Me siento como una tonta tal vez dando una explicación también tonta a la gente tan sabia y tan filósofa que participá en este foro con los que no me puedo ni comparar...
Pido perdón por los errores que puedo haber cometido, o tal vez la falta de respeto por opinar aquí.
Gracias por su precioso tiempo.
Dios los bendiga, los ilumine con Su Sabiduría y los premie con Su Santidad.


Querida Patri

No pidas perdòn por nada porque no has cometido ningùn error, todo lo contrario, has dado una sencilla y clara explicaciòn del verdadero valor del sufrimiento para nosotros los cristianos. Los sufrimientos son "nada" comparados con la felicidad eterna....y los que deberian preocuparse son los que no sufren, pura filosofìa cristiana....

Un fuerte abrazo
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"Quien no ama, no conoce"
San Agustín
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Patri de Jesús
Esporádico


Registrado: 07 Abr 2007
Mensajes: 66

MensajePublicado: Sab Ene 05, 2008 1:40 am    Asunto:
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Responder citando

Gracias Beatriz por tu respuesta! confirma que lo que dije es correcto; como son ideas mías a veces tengo temor de estar diciendo una burrada y llevar al error a los que nos saben bien (como yo...) o de pasar papelones delante de los que saben bien...bueno, creo que para esto también está el foro, para aclarar dudas e instruirnos, para corregirnos en los errores...
Dios te bendiga, Beatriz.
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tragorta
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Registrado: 01 Sep 2008
Mensajes: 11
Ubicación: Argentina

MensajePublicado: Mie Sep 17, 2008 6:30 am    Asunto:
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Responder citando

Estoy de acuerdo con lo que expresa de forma tan bella Patri de Jesus. Es en verdad un tema interesante y que a mi también me ha hecho dudar muchas veces. Es difícil entender el dolor humano en su contexto real, sobre todo si lo asociamos a lo que consideramos “crueldad” al ser permitido por Dios. Hay evidentemente un error en esta línea de pensamiento, ya que sabemos que Cristo murió por nosotros no teniendo pecado alguno, o sea que se sacrifico y sufrió por nosotros.
Yo aporto mi humilde explicación al respecto. Es por lo menos lo que me ha tranquilizado cuando pienso y me angustio por estas cuestiones… Asi como Jesús es el varón de dolores. También su Iglesia ha sido marcada a cada paso de su camino por el sufrimiento y el sacrificio. Pero creo que el punto clave es la voluntariedad del sacrificio, eso es lo que lo hace valioso y hace la diferencia.
Encuentro difícil en la vida explicar las cosas desde lo abstracto, por eso por lo menos yo intento bajar a la realidad las cuestiones, y asi agregarle un sentido mas humano o mas sentimental si se quiere y no un acercamiento tan “intelectual” a estos problemas. Recuerdo que en una de esas crisis me encontré leyendo un libro sobre las apariciones de Fátima y me conmovió enormemente leer los sacrificios de los pastorcitos videntes (Jacinta y Francisco). No puedo explicar en pocas palabras la sensación que me embargaba al pensar a dos niños tan puros y delicados sufriendo la agonía y los dolores que los llevaron a la muerte sin quejarse, y sobre todo amando, agradeciendo y bendiciendo su dolor, ofreciéndoselo a Jesús por los pecadores. Es realmente desde mi punto de vista un gran misterio que aunque pueda llegar a comprenderse desde el pensamiento requiere una Fe realmente gigante y un corazón abierto para aceptar esta realidad en el mundo de hoy.
En su libro historia de un alma, Sta. Teresita nos cuenta como las oraciones podían cambiar o “convertir” a los pecadores. Si pensamos que todos nosotros fuimos redimidos en Cristo, y justificados por El en su sacrificio, de la misma forma los sufrimientos de los inocentes justifican y ayudan a redimir a los pecadores, a los condenados. Es difícil entender esto sin adentrarnos en otros temas acaso mas complejos, pero encuentro en Cireneo que le ayudo a Jesús a llevar la cruz el claro ejemplo de que no solo podemos ayudarlo cargando nuestra cruz, sino ayudándolo a cargar la de nuestros hermanos.
Pero pienso en un ejemplo practico para graficarlo, ya que en ese momento intente realmente hacer pie en la realidad. Y pensé en ese momento en una persona, una mujer a la cual amo profundamente, y me imagine que estaba a punto de ser condenada, y pensé en que no seria yo capaz de hacer para ayudarla, para hacerle entender, para redimirla. No se si me siguen en el ejemplo, para mi fue muy real, y entendí en algún punto que no el Dios el que envía los sufrimientos, sino que son los pecadores, los que niegan a Dios los que hacen de la tierra un lugar de dolores, un “valle de lagrimas”. El que reboza en amor por el hombre, aunque sea por uno solo, ante la vista de ver a su hijo, hermano, padre, madre, novia, esposa, amigo o lo que sea a punto de perderse para toda la eternidad en el infierno, no hace acaso todo lo que esta a su alcance para intentar ayudarlo? Creo que cuanto mas nos abrimos a las insondables profundidades del amor de Dios, mas nos desesperamos por la humanidad toda y los caminos que toma. Si pensamos que toda persona es valiosa, si podemos amar como Jesús nos amor, no solo a los amigos o familiares, sino a los enemigos, y rezar por ellos, creo que entonces encontraremos que los católicos todos somos un grupo realmente grande de mártires, o por lo menos deberíamos tender a serlo…
Bueno, hasta aquí mis reflexiones. No sigo por falta de tiempo, pero la verdad es que el tema da para mucho mas. Que Dios los proteja los bendiga, los cure y los guarde siempre.
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Rafael Marañon Barrio
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Registrado: 19 Sep 2008
Mensajes: 4
Ubicación: GRANADA-ESPAÑA

MensajePublicado: Vie Sep 19, 2008 3:13 pm    Asunto: Re: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Responder citando

[size=18]Cuando Dios creó al hombre, le quiso hacer partícipe de su poder y dicha. También le donó un regalo maravilloso, que sería deseable que captáramos mejor de lo que lo hacemos cotidianamente. No hay cosa en la que emplearse mejor que en esta.
La libertad. Esta libertad es lo que hace al hombre distinto al resto de la creación conocida, y semejante a Dios. Y puso el nombre de ellos Adán (ser humano, hombre); si lo hubiese puesto en el Huerto para que hiciese como los animales solo con su instinto, le habría privado de su semejanza.
Se dio al hombre la libertad, atributo divino. Que era importante, porque fue creado por puro altruismo y desinterés de Dios, como se demuestra en el don de Jesucristo para la redención del género humano. Tan gran sacrificio, supone un amor incondicional que, como torpes que somos, no somos capaces de interiorizar y asumir, a pesar de nuestra piedad. Porque es inalcanzable tal magnitud.
Ante el sufrimiento de cualquier clase y de cualquier criatura, solo podemos decir que Dios sabe bien lo que hace y lo que proyecta. Sabemos bien los sufrimientos de Jesús como Hijo y hombre, el de su Madre, inefable y terrible; el de todos los que le siguen o pretendemos seguir. Pero ¿¡Y el Padre!? Cuando La Escritura habla de amor entrañable ¿que captamos de ello?
No somos ladrillos, que bien podía habernos hecho así. Somos hijos de Dios, y participantes con Cristo de su Gloria y majestad. No somos pues cualquier cosa, sino un muy alto punto de la creación. En nuestro orgullo y nuestra mente somos nada, porque los misterios nos trascienden sobradamente, pero en cuanto hijos de Dios somos lo más alto de La Creación.
Dios no nos exige sujeción a su voluntad por capricho o por prepotencia. Él no necesita estas cosas. Él quiere sumisión a sus preceptos, porque nos ama y quiere lo mejor para nosotros.
Un poemilla.

«Dime, Padre común, pues eres justo,
¿por qué ha de permitir tu providencia,
que, arrastrando prisiones la inocencia,
suba la fraude a tribunal augusto? »

¿Quién da fuerzas al brazo, que robusto
hace a tus leyes firme resistencia,
y que el celo, que más la reverencia,
gima a los pies del vencedor injusto?

»Vemos que vibran victoriosas palmas
manos inicuas, la virtud gimiendo
del triunfo en el injusto regocijo.»

Esto decía yo, cuando, riendo,
celestial ninfa apareció, y me dijo:
«¡Ciego!, ¿es la tierra el centro de las almas?»


Bartolomé Leonardo de Argensola.

Quien a Dios no tiene, nada tiene Razz[/size]
_________________
Quien a Dios no tiene, nada tiene.
Haganme observar mis errores por favor
Tengo un muy débil visión y muchos años.
¡¡¡¡¡Si conocierais el don de Dios !!!!!
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Alfeo
Asiduo


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Ubicación: Asturias. España

MensajePublicado: Sab Sep 27, 2008 9:59 pm    Asunto:
Tema: ¿Por qué el sufrimiento de los inocentes?
Responder citando

Efectivamente, el pecado produce inmenso dolor. Pero mi gran duda viene por el dolor que no es producido por el pecado, tanto en humanos como en los animales, que son criaturas también de Dios.
El pecado no es la causa exclusiva del sufrimiento y del dolor: "Maestro quién pecó para que este fuera ciego...él o sus padres?, Ni el ni sus padres, sino para que se manifiesten en el las obras de Dios." Juan 9.1-3.
Asimismo os animales no estan facultados para pecar, entre otras cosas porque no son libres. Nuestros antepasados, los homínidos, del mismo modo ajenos al pecado, en sus huellas se refleja que tambien tenían dolores y sufrian.
Está claro que Dios es Amor, que no quiere nada malo para sus criaturas, ni por supuesto nos manda ningún mal físico, esto lo sabemos por Cristo que atacó con todas su fuerzas el mal, e incluso Él fue tentado.
Es este dolor ajeno al pecado (el inocente y extremo) que cohabita con los seres vivos desde que nacemos, es el que humildemente no me explico, en mi absoluta ignorancia del mecanismo de la Creación y de los designios de Dios.


.
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Cristo, Alfa y Omega.
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