Foros de discusión de Catholic.net :: Ver tema - Mentiras protestantes sobre los antipapas
Foros de discusión
El lugar de encuentro de los católicos en la red
Ir a Catholic.net


Importante: Estos foros fueron cerrados en julio de 2009, y se conservan únicamente como banco de datos de todas las participaciones, si usted quiere participar en los nuevos foros solo de click aquí.


Mentiras protestantes sobre los antipapas

 
Publicar nuevo tema   Responder al tema    Foros de discusión -> Apologética.
Ver tema anterior :: Ver tema siguiente  
Autor Mensaje
Sergio Ceceña
Veterano


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 2016
Ubicación: México

MensajePublicado: Mie Jun 21, 2006 5:46 pm    Asunto: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

Pues el foro lo abro, porque hubo una persona que metió una historia errónea sobre la vida de la Iglesia, con o sin la intensión de confundir a las personas.

Se dijo que hubo dos papas, durante un mismo tiempo, lo cual es totalmente falso, en toda la historia de la Iglesia, no ha existido ese caso nunca, el se refirió a Urbano VI, y a Rogelio de Ginebra, que quisieron forzadamente de subir al sillón papal, con el nombre de Clemente VII, pero como la historia lo demuestra, es falso, y ya cualquier lector objetivo y sin prejuicios, se dará cuenta de la verdad.

El nombre de pila, de Urbano VI, era Bartolomeo Prignano, quien fuera el primer papa romano durante el Cisma de Occidente (Hay que tener claro, en que contexto histórico se da esta confusión). Su primer cargo importante, fue el Arzobispado de Acerenza en 1364, siendo administrador de la cancillería papal. Cuando muere Su Santidad Gregorio XI, fue propuesto por el Cóclave para la tiara, teniendo una enorme posibilidad, por su integridad, y con su cercanía a la Reina Juana de Nápoles. Durante Durante aquel Cónclave, los cardenales de Italia, y de Francia, se unieron para sacar adelante a Bartolomeo, oponiéndose a los intereses de los Limoges. Roberto de Ginebra, renunció a su derecho, a favor de Prignano.

El problema fue cunado quiso reformar la Iglesia de pies a cabeza, por lo cual, algunos cardenales opositores a él, comenzaron a correr la voz, en forma de calumnia (Como lo hacen ahora protestante-evangélicos) de que el proceso de elección, fue ilegítimo.

Algo importante que señalar, es que los cardenales franceses, renovaron su voto al papa, mientras fraguaban establecer la ilegalidad de la elección, mientras se ganaban a los miembros italianos del Sacro Colegio.

Más tarde publicaron una encíclica repitiendo las acusaciones falsas e injuriosas contra Urbano y el 27 de agosto dejaron Anagni para Fondi donde gozaban la protección de su señor (el archi enemigo de Urbano) y estaban cerca de Juana de Nápoles. Carlos V de Francia cada vez más dudoso de la legitimidad de la elección de Urbano, alentó a la facción de Fondi a elegir un Papa legal y más del gusto de Francia. El 18 de septiembre llegó una carta de él en la que apresuraba una solución violenta. El 20 de septiembre Roberto de Ginebra fue elegido Papa, y en este día comenzó el Cisma de Occidente.*

Los italianos se abstuvieron de la elección pero estaban convencidos de su carácter canónico. Roberto asumió el nombre de Clemente VII. Los fieles a los papas asumieron limites definidos entre septiembre de 1378 y junio de 1379. Toda la Europa occidental (con excepción de Inglaterra, Irlanda y los dominios de Inglaterra en Francia) se sometieron a Clemente VII; la mayor parte de Alemania, Flandes e Italia (con la excepción de Nápoles) reconocieron a Urbano. Los fieles a Urbano eran más numerosos, los de Clemente más impresionantes. Entretanto, Urbano nombró 28 cardenales, cuatro de los cuales rechazaron el purpurado. Es muy difícil definir con exactitud que tanto del cisma puede ser atribuido al comportamiento de Urbano. Indiscutiblemente el largo exilio en Aviñón fue su causa principal ya que disminuyó el reconocimiento a los papas e incrementó inversamente la ambición de los cardenales, quienes siempre estaban luchando para obtener mas influencia en el gobierno de la Iglesia. Cualesquiera que hayan sido las causas de este suceso, lo cierto es que la elección de Urbano fue legal y la de Clemente no canónica.**

Con esto, nos damos cuenta, de que Clemente VII, no fue papa, sino alguien puesto por la fuerza, intentando tomar (Aunque no lo logró) un puesto que no le pertenecía, por intrigas de algunos cardenales, que con mentiras y engaños, lograron convencer a algunos mas, pero que no lo lograron con la mayoría de los fieles.

En cuanto a la papisa Juana, me da FLOJERA hablar, porque es una mentira, que incluso historiadores protestantes, han descalificado, y ningún historiador que se jacte de ser serio, lo toma como historia.

Todo esto queridos hermanos, son partes revueltas con mentiras por parte de los detractores de la Iglesia, para confundir a algunos, mientras llegan con pieles de ovejas, pero siendo lobos con la intensión de destruir la Iglesia de Cristo, la Única, la Santa, la Iglesia Católica Apostólica y Romana.

Dios les bendiga.
_________________


Non nobis Domine, non nobis, sed Nomine tuo da Gloriam
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Yahoo Messenger MSN Messenger
Faustino Fausto
Nuevo


Registrado: 21 Jun 2006
Mensajes: 23
Ubicación: Chiapas, Mexico.

MensajePublicado: Dom Jul 09, 2006 2:54 am    Asunto: Re: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

Hola colegas apologetas, (ni yo me la creí)

Sergio Ceceña escribió todo un rollo sobre las que él llama “Mentiras protestantes sobre los antipapas”, me gustó la forma de explicar su punto de vista y no pude menos que rendirme ante las evidencias que nos mostró.

Me quedé pensando en su relato y me entró curiosidad por si yo podría investigar algo sobre el tema y “pácatelas”, que me voy encontrando mucha información sobre este particular.

Fue entonces que me pregunté:

¿Y si Sergio nos está jugando el dedo en la boca?

¿Y si este muchacho estaba enojado cuando escribió lo que escribió y nos oculta algo?

¿Y si lo que encontré es verdad y no lo publico?

¿Y si no lo publico estaré haciendo bien o estaré haciendo mal?

¿Y si lo que investigué hace que Sergio piense distinto de lo que nos escribió y se desdice y acepta la verdad?

Esto fue lo que escribió Sergio Ceceña.

Cita:
Pues el foro lo abro, porque hubo una persona que metió una historia errónea sobre la vida de la Iglesia, con o sin la intensión de confundir a las personas.

Se dijo que hubo dos papas, durante un mismo tiempo, lo cual es totalmente falso, en toda la historia de la Iglesia, no ha existido ese caso nunca, el se refirió a Urbano VI, y a Rogelio de Ginebra, que quisieron
forzadamente de subir al sillón papal, con el nombre de Clemente VII, pero como la historia lo demuestra, es falso, y ya cualquier lector objetivo y sin prejuicios, se dará cuenta de la verdad.

El nombre de pila, de Urbano VI, era Bartolomeo Prignano, quien fuera el primer papa romano durante el Cisma de Occidente (Hay que tener claro, en que contexto histórico se da esta confusión). Su primer cargo importante, fue el Arzobispado de Acerenza en 1364, siendo administrador de la cancillería papal. Cuando muere Su Santidad Gregorio XI, fue propuesto por el Cóclave para la tiara, teniendo una enorme posibilidad, por su integridad, y con su cercanía a la Reina Juana de Nápoles. Durante Durante aquel Cónclave, los cardenales de Italia, y de Francia, se unieron para sacar adelante a Bartolomeo, oponiéndose a los intereses de los Limoges. Roberto de Ginebra, renunció a su derecho, a favor de Prignano.

El problema fue cunado quiso reformar la Iglesia de pies a cabeza, por lo cual, algunos cardenales opositores a él, comenzaron a correr la voz, en forma de calumnia (Como lo hacen ahora protestante-evangélicos) de que el proceso de elección, fue ilegítimo.

Algo importante que señalar, es que los cardenales franceses, renovaron su voto al papa, mientras fraguaban establecer la ilegalidad de la elección, mientras se ganaban a los miembros italianos del Sacro Colegio.

Más tarde publicaron una encíclica repitiendo las acusaciones falsas e injuriosas contra Urbano y el 27 de agosto dejaron Anagni para Fondi donde gozaban la protección de su señor (el archi enemigo de Urbano) y estaban cerca de Juana de Nápoles. Carlos V de Francia cada vez más dudoso de la legitimidad de la elección de Urbano, alentó a la facción de Fondi a elegir un Papa legal y más del gusto de Francia. El 18 de septiembre llegó una carta de él en la que apresuraba una solución violenta. El 20 de septiembre Roberto de Ginebra fue elegido Papa, y en este día comenzó el Cisma de Occidente.*

Los italianos se abstuvieron de la elección pero estaban convencidos de su carácter canónico. Roberto asumió el nombre de Clemente VII. Los fieles a los papas asumieron limites definidos entre septiembre de 1378 y junio de 1379. Toda la Europa occidental (con excepción de Inglaterra, Irlanda y los dominios de Inglaterra en Francia) se sometieron a Clemente VII; la mayor parte de Alemania, Flandes e Italia (con la excepción de Nápoles) reconocieron a Urbano. Los fieles a Urbano eran más numerosos, los de Clemente más impresionantes. Entretanto, Urbano nombró 28 cardenales, cuatro de los cuales rechazaron el purpurado. Es muy difícil definir con exactitud que tanto del cisma puede ser atribuido al comportamiento de Urbano. Indiscutiblemente el largo exilio en Aviñón fue su causa principal ya que disminuyó el reconocimiento a los papas e incrementó inversamente la ambición de los cardenales, quienes siempre estaban luchando para obtener mas influencia en el gobierno de la Iglesia. Cualesquiera que hayan sido las causas de este suceso, lo cierto es que la elección de Urbano fue legal y la de Clemente no canónica.**

Con esto, nos damos cuenta, de que Clemente VII, no fue papa, sino alguien puesto por la fuerza, intentando tomar (Aunque no lo logró) un puesto que no le pertenecía, por intrigas de algunos cardenales, que con mentiras y engaños, lograron convencer a algunos mas, pero que no lo lograron con la mayoría de los fieles.

En cuanto a la papisa Juana, me da FLOJERA hablar, porque es una mentira, que incluso historiadores protestantes, han descalificado, y ningún historiador que se jacte de ser serio, lo toma como historia.

Todo esto queridos hermanos, son partes revueltas con mentiras por parte de los detractores de la Iglesia, para confundir a algunos, mientras llegan con pieles de ovejas, pero siendo lobos con la intensión de destruir la Iglesia de Cristo, la Única, la Santa, la Iglesia Católica Apostólica y Romana.

Dios les bendiga.


Fue mi última pregunta la que me motivó a escribir lo que investigué, aclaro que no soy una persona versada en estas lides, pero me gustó lo que dijo Sergio y me puse a investigar y he aquí el resultado de mi investigación.

El Papa Gregorio XI había dejado Avignón para volver a Italia y había reestablecido la sede pontifical en la Ciudad Eterna, donde murió el 27 de Marzo de 1378.

De inmediato la atención fue dirigida a la elección de su sucesor. La cuestión era de lo más serio.

Cardenales, sacerdotes, nobles y romanos en general estaban interesados en ella, porque de la elección a ser hecha por el cónclave dependía la residencia del futuro Papa en Avignón o en Roma.

Desde el comienzo del siglo los pontífices habían fijado su residencia más allá de los Alpes; los habitantes de Roma cuyos intereses y reclamaciones habían sido largo tiempo ignorados, querían un Papa romano o al menos italiano.

El nombre de Bartolomeo Pignano, Arzobispo de Bari, se mencionó desde el principio. Este prelado había sido Vice-Canciller de la Iglesia Romana y era considerado enemigo del vicio, la simonía y el boato. Su moralidad era ejemplar y su integridad, rígida.

Fue considerado por todos como elegible. Los dieciséis cardenales presentes en Roma se reunieron en cónclave el 7 de Abril y al día siguiente escogieron a Prignano. Durante la elección, los disturbios reinaron en la ciudad.

El pueblo de Roma y los alrededores, turbulento y fácilmente excitable, había, bajo el influjo de las circunstancias, declarado ruidosamente sus preferencias y antipatías y trató de influir en la decisión de los cardenales.

En la noche del mismo día de la elección, trece de ellos procedieron a una nueva elección, con la intención de seleccionar a un Papa legítimo, y de nuevo escogieron al Arzobispo de Bari.

Durante los días siguientes todos los miembros del Sacro Colegio ofrecieron su respetuoso homenaje al nuevo Papa, quién había tomado el nombre de Urbano VI y le solicitaron innumerables favores.

Lo entronizaron, primero en el Palacio Vaticano y más tarde en San Juan de Letrán; finalmente el 18 de Abril lo coronaron solemnemente en San Pedro.

Al día siguiente el Sacro Colegio dio notificación oficial del ascenso de Urbano a los seis cardenales franceses en Avignón; éstos lo reconocieron y se congratularon de la elección realizada por sus colegas.

Los cardenales romanos entonces escribieron a la cabeza del Imperio y a los demás soberanos católicos.

El Cardenal Robert de Geneva (Ginebra), el futuro Clemente VII de Avignón, escribió en el mismo tenor a su pariente el Rey de Francia y al Conde de Flandes.

Pedro de Luna de Aragón, el futuro Benedicto XIII, igualmente escribió a varios obispos de España.

Hasta aquí, por tanto, no había una sola objeción o insatisfacción con la elección de Bartolomeo Prignano, ninguna protesta, ningún titubeo y ningún temor respecto el futuro.

Desafortunadamente el Papa Urbano no se dio cuenta de las esperanzas que su elección había hecho surgir. Se mostró caprichoso, altanero, desconfiado y a veces colérico en sus relaciones con los cardenales que lo habían elegido.

Su brusquedad demasiado obvia y sus reprobables extravagancias parecieron mostrar que su inesperada elección había alterado su carácter.

Sta.Catalina de Siena, con valor sobrenatural, no vaciló en hacerle varias observaciones bien fundamentadas a este respecto, ni dudó cuando tuvo que culpar a los cardenales en su revuelta contra el Papa que ellos mismos habían elegido.

Algunos historiadores declaran que Urbano abiertamente atacó las fallas, reales o supuestas, de los miembros del Sagrado Colegio y que enérgicamente se negó a reestablecer la sede pontifical en Avignón.

Por consiguiente, agregan, la creciente oposición. Sin embargo, ninguna de esas disensiones que surgieron luego de la elección podría lógicamente reducir la validez de la elección hecha en Abril 8.

Los cardenales eligieron a Prignano, no porque fueron mal influidos por el miedo, aunque naturalmente estaban algo temerosos de las desgracias que pudieran surgir del retraso.

Urbano fue Papa antes de sus errores; aún era Papa después de sus errores. Las pasiones de Enrique IV o los vicios de Luis XV no impidieron a estos monarcas ser y seguir siendo verdaderos descendientes de San Luis y legítimos reyes de Francia.

Desgraciadamente, éste no fue, en 1378, el razonamiento de los cardenales romanos. Su disgusto continuó incrementándose. Bajo el pretexto de escapar al insalubre calor de Roma, en Mayo se retiraron a Anagni y en Julio a Fondi, bajo la protección de la Reina Juana de Nápoles y doscientos lanceros gascones de Bernardon de la Salle.


Entonces iniciaron una silenciosa campaña contra su elección de Abril y prepararon las mentes de los hombres para una segunda elección.

El 20 de Septiembre, trece miembros del Sacro Colegio precipitaron las cosas al entrar a un cónclave en Fondi y escogiendo Papa a Robert de Geneva, quién tomó el nombre de Clemente VII.


(Aquí ya vemos, mis amados e interesados lectores, dos papas electos por los mismos cardenales, esto me llamó mucho la atención cuando lo leí)

Unos meses después el nuevo pontífice forzado a salir del reino de Nápoles fijó su residencia en Avignón.

Clemente VII estaba emparentado o aliado con las principales casas reales de Europa; era influyente, intelectual y hábil en política. La Cristiandad rápidamente se dividió en dos partidos casi iguales.

En todos lados los fieles enfrentaban el preocupante problema: ¿dónde estaba el verdadero Papa? Los santos mismos se vieron divididos: Sta.Catalina de Siena, Sta.Catalina de Suecia, el Beato Pedro de Aragón, la Beatata Ursulina de Parma, Felipe de Alencon y Gerard de Groote estaban de lado de Urbano.

San Vicente Ferrer, el Beato Pedro de Luxemburgo y Sta.Colette pertenecieron al bando de Clemente.

Los alemanes como Enrique de Hesse o Langstein (Epistola concilii pacis) y Conrado de Glenhausen (Ep.brevis; Ep. Concordioe) se inclinaron hacia Urbano.

Pierre d’Ailly, su amigo Felipe de Maizieres, sus alumnos Jean Gerson y Nicolás de Clemanges y con ellos toda la Escuela de París, defendieron los intereses de Clemente.

El conflicto de pasiones rivales y la novedad de la situación hicieron difícil el entendimiento e imposible la unanimidad. Como regla general los eruditos adoptaron la opinión de su país.


(No solo la Iglesia estaba dividida sino también el mundo entero, parece ser que no son mentiras como dice Sergio)

Las potencias también tomaron sus bandos. La mayoría de los estados italianos y alemanes, Inglaterra y Flandes apoyaron al Papa de Roma.

Por otra parte Francia, España, Escocia y todas las naciones en la órbita francesa se pusieron del lado del Papa de Avignón.

Sin embargo, Carlos V había primero sugerido oficialmente a los cardenales en Anagni la convocatoria de un concilio general, pero no fue oído.

Desafortunadamente los Papas rivales lanzaron excomuniones recíprocas; crearon numerosos cardenales para compensar las defecciones y los enviaron por la Cristiandad a defender su causa, difundir su influencia y ganar adeptos.

Mientras estas graves y ardientes discusiones se iban difundiendo al extranjero, Bonifacio IX había sucedido a Urbano VI en Roma y Benedicto XIII había sido electo Papa a la muerte de Clemente en Avignón.

Hay dos capitanes en el barco, quienes están combatiendo y contradiciéndose entre sí”, dijo Jean Petit en el Concilio de París (1406).

Varias asambleas eclesiásticas se reunieron en Francia y otros lugares sin un resultado definitivo. El mal continuó sin remedio ni tregua.

El rey de Francia y sus tíos comenzaron a cansarse de apoyar un Papa como Benedicto, quien actuaba únicamente de acuerdo a su humor y que causaba el fracaso de todo plan de unión.

Además, sus exacciones y la severidad fiscal de sus agentes agobiaron grandemente a obispos, abades y clero menor en Francia. Carlos VI liberó a su pueblo de la obediencia a Benedicto (1398) y prohibió a sus súbditos, bajo severos castigos, someterse a este Papa.

Cada bula o carta del Papa era enviada al rey; no se tomarían en cuenta los privilegios otorgados por el Papa; en el futuro, toda dispensa debería ser solicitada de los ordinarios.

Esto por tanto era un cisma dentro de un cisma, una ley de separación. El Canciller de Francia, quién ya era virrey durante la enfermedad de Carlos VI, por tanto llegó a ser incluso vice-Papa.

No sin complicidad del poder público, Geoffrey Boucicaut, hermano del ilustre mariscal, puso sitio a Avignón y un bloqueo más o menos estricto privó al pontífice de toda comunicación con aquellos que le permanecían fieles.

Cuando se reestableció la libertad en 1403 Benedicto no llegó a ser más conciliador, menos obstinado o terco.

Otro sínodo privado, que fue convocado en París en 1406, se reunió sólo con éxito parcial.

Inocente VII ya había sucedido a Bonifacio en Roma y, después de un reinado de dos años, fue reemplazado por Gregorio XII.

Este último, aunque de carácter moderado, parece no haberse dado cuenta de las esperanzas que la Cristiandad, inmensamente preocupada de estas interminables divisiones, había colocado en él.

El concilio que convocó en Pisa agregó un tercer reclamante al trono papal en lugar de dos (1409).

Luego de muchas conferencias, proyectos, discusiones (a menudo violentas), intervenciones de los poderes civiles, catástrofes de todo tipo, el Concilio de Constanza (1414) depuso al sospechoso Juan XXIII, recibió la abdicación del tímido y cortés Gregorio XII y finalmente despidió al obstinado Benedicto XIII. El 11 de Noviembre de 1417, la asamblea eligió a Odo Colonna, quién tomó el nombre de Martín V.

Como hemos visto, la Iglesia había llegado a tener dos papas en varias ocasiones y hasta tres papas, parece ser que esto era demasiado así es que pusieron manos a la obra y cortaron a los tres papas y pusieron a otro que se llamó Martín V.

Los únicos testigos de los hechos, los autores de la doble elección, fueron las mismas personas.

Los cardenales de 1378 mantuvieron opiniones sucesivas.

Habían testificado por Urbano, el primer Papa electo el 8 de Abril, y por Clemente en Avignón el 20 de Septiembre.

¿Quiénes debían ser creídos?

¿Los miembros del Sacro Colegio escogiendo y escribiendo en Abril?

¿O los mismos cardenales hablando y actuando contradictoriamente en Septiembre?


Como hemos leído mis amados u exhaustos lectores, la historia que nos contó Sergio es tan solo una pequeña parte de la verdadera historia, vengo a este foro y en esta ocasión a dar cuenta de mis investigaciones, no soy nadie especial, no soy alguien que tenga un malsano interés al publicar esto, tan solo lo hago en aras de que la verdad sea dicha tal cual.

Yo soy un hombre que llama al pan, pan y al vino, vino, por eso mismo, si hubo dos papas a la vez, digo que hubo dos papas a la vez, si hubo tres papas a la vez, digo que hubo tres papas a la vez y esto no son mentiras protestantes, son verdades de la historia de la iglesia.
_________________
Como México no hay dos.
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
Faustino Fausto
Nuevo


Registrado: 21 Jun 2006
Mensajes: 23
Ubicación: Chiapas, Mexico.

MensajePublicado: Mie Jul 19, 2006 2:57 am    Asunto: Re: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

Saludos cordiales mi buen Sergio Ceceña.

Ya hace algunos días publiqué una repuesta sobre el tema de este foro y hasta el día de hoy no ha habido respuesta de ti ni del otro forista que opinó y dio los nombres de los cardenales vivos el día de la elección de Urbano.

Puede ser que no hayas tenido tiempo de leer, lo cual explicaría la ausencia de respuestas sobre un tema que tú y nadie más que tú abriste.

Puede ser también que los argumentos que pusiste no son lo suficientemente claros para apoyar tu afirmación de que son mentiras que hubo dos y hasta tres papas a la vez y que sí hubo dos y tres papas a la vez.

Puede ser también que los datos por mí suministrados son verídicos y no puedes refutarlos, lo cual también explicaría la ausencia de respuesta por parte tuya.

Me dirijo a ti ya que tú abriste el foro y es una falta de respeto para los que entran a leer y no das respuesta a algo que tú iniciaste.

Quiero pensar que es la primera de las razones la que te ha impedido responder, pero cuando puedas entrar a leer, responde a lo que aquí te dejé. y no solo a ti sino a todos aquellos que se interesen en el tema.

Saludos cordiales a los que se han interesado en el tema, a mi me interesó pero parece que ya decayó el ánimo del autor del epígrafe.

Si alguno más quiere opinar, adelante, no es mi tema pero me permito invitarlos a participar.
_________________
Como México no hay dos.
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
Sergio Ceceña
Veterano


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 2016
Ubicación: México

MensajePublicado: Mie Jul 19, 2006 11:31 pm    Asunto: Re: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

Faustino Fausto escribió:
Saludos cordiales mi buen Sergio Ceceña.

Ya hace algunos días publiqué una repuesta sobre el tema de este foro y hasta el día de hoy no ha habido respuesta de ti ni del otro forista que opinó y dio los nombres de los cardenales vivos el día de la elección de Urbano.

Puede ser que no hayas tenido tiempo de leer, lo cual explicaría la ausencia de respuestas sobre un tema que tú y nadie más que tú abriste.

Puede ser también que los argumentos que pusiste no son lo suficientemente claros para apoyar tu afirmación de que son mentiras que hubo dos y hasta tres papas a la vez y que sí hubo dos y tres papas a la vez.

Puede ser también que los datos por mí suministrados son verídicos y no puedes refutarlos, lo cual también explicaría la ausencia de respuesta por parte tuya.

Me dirijo a ti ya que tú abriste el foro y es una falta de respeto para los que entran a leer y no das respuesta a algo que tú iniciaste.

Quiero pensar que es la primera de las razones la que te ha impedido responder, pero cuando puedas entrar a leer, responde a lo que aquí te dejé. y no solo a ti sino a todos aquellos que se interesen en el tema.

Saludos cordiales a los que se han interesado en el tema, a mi me interesó pero parece que ya decayó el ánimo del autor del epígrafe.

Si alguno más quiere opinar, adelante, no es mi tema pero me permito invitarlos a participar.



Hola Faustino! Paz en tu corazón.

Pues en efecto, no había entrado a los foros, ni había visto el tema. Pero mi línea no iba por ahí, has escrito y escrito, y finalmente llegamos a lo mismo. Se escogió un Papa, en este caso Urbano, el otro, los demás, 100 si quieres, no eran papas, eran antipapas.

La historia lo demuestra, en vida de la Iglesia, solo ha existido un papa a la vez.

Dios te bendiga
_________________


Non nobis Domine, non nobis, sed Nomine tuo da Gloriam
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Yahoo Messenger MSN Messenger
Sergio Ceceña
Veterano


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 2016
Ubicación: México

MensajePublicado: Mie Jul 19, 2006 11:54 pm    Asunto:
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

Pego completo el artículo de William Mulder

Cita:
Papa Urbano VI


Bartolomeo Prignano, el primer Papa romano durante el Cisma de Occidente, nació en Nápoles alrededor de 1318 y murió en Roma el 15 de octubre de 1389 según la opinión de mucha gente, envenenado por los romanos. A temprana edad emigró a Aviñón donde se hizo de muchos amigos poderosos. Fue consagrado Arzobispo de Acerenza en el Reino de Nápoles el 21 de marzo de 1364 y el 14 de abril de 1377 Gregorio XI lo transfirió a la Sede arzobispal de Bari en la costa del Adriático. En tanto que el Cardenal Vice Canciller Pedro de Pampelon permanecía en Aviñón se le otorgó a Prignano la administración de la cancillería papal. A la muerte de Gregorio XI el Cónclave lo propuso como candidato a la tiara. Favoreciendo su elegibilidad estaba no solo su habilidad para los negocios, su integridad y conocimiento legal sino también el hecho de ser súbdito de la Reina Juana de Nápoles. El cónclave de 1378 abierto el 7 de abril (nueve días después de la muerte de Gregorio XI) estuvo influenciado por la opinión pública romana y consistió de cuatro cardenales italianos, cinco franceses y siete de la fracción de Limoges. Los cardenales italianos y franceses aún cuando estaban ansiosos de sacar adelante a sus propios candidatos, decidieron unánimemente oponerse al de la facción de Limoges; a pesar de que estos últimos no tenían la fortaleza de proponer un candidato, deseaban aliarse con los grupos de menor peso y así alcanzar su objetivo. Su plan, sin embargo fue frustrado ya que los italianos y franceses habían previamente resuelto elegir a un prelado externo al Sacro Colegio. Roberto de Ginebra (uno de los cardenales franceses) llegó al extremo de renunciar su derecho a favor de Prignano como también lo hizo Pedro de Luna (sucesor de Roberto a la Sede de Aviñón). De esta manera incrementó considerablemente las posibilidades de Prignano. Así, un italiano aún cuando no romano estaba respaldado por rivalidad de las facciones. Tal vez los cardenales italianos y franceses esperaban que al no ser cardenal, sería un Papa dócil y por esta razón algunos de los miembros del grupo de Limoges, intranquilos por la coalición de cardenales franceses e italianos fueron atraídos a su candidatura.

Este cónclave fue uno de los más cortos de la historia. Cuando los Cardenales entraron al Vaticano una parte del populacho se introdujo al palacio y trataron de extraerles la promesa de que se elegiría un papa italiano. El Cardenal d’Aigrefeuille declaró que los cardenales no podían hacer tales concesiones, sin embargo el pueblo desencantado permaneció dentro del Vaticano toda la noche, bebiendo y gritando: "Romano lo volemo, o al manco Italiano". La mañana siguiente mientras los cardenales celebraban misa sonó a rebato, y repentinamente se unieron las campanas de San Pedro. El miedo y el desorden se apoderaron de los cardenales; el guardián del cónclave les suplicó que se apresuraran diciendo que el pueblo quería un romano o un italiano y que oponerse sería peligroso. Entonces Pedro de Luna (Benedicto XIII) propuso la elección del Arzobispo de Bari añadiendo que como todos sabían, era un hombre de edad madura, santo y culto. Esta propuesta obtuvo el efecto deseado. Después de algunas dudas todos los cardenales, con la excepción de Orsini (quien se declaro sin la suficiente libertad) estuvieron de acuerdo en aceptar a Prignano, sin embargo prefirieron mantener su elección en secreto hasta asegurarse de que éste aceptaría. Se le solicitó a Prignano que hiciera acto de presencia en el Vaticano acompañado de otros prelados para ocultar al pueblo la persona seleccionada. El alboroto no cedió y los cardenales comenzaron a temer que su elección no satisfaría a la multitud. Durante una calma se retiraron a desayunar y reanudaron la elección de Prignano. Habiendo sido establecidos la legalidad y ratificada la elección, Orsini anunció al pueblo la elección del papa omitiendo mencionar el nombre. Pronto varias suposiciones corrieron entre la multitud, algunos decían que el elegido era Tebaldeschi (un anciano Cardenal italiano) y otros que Juan de Bar (uno de los odiados sirvientes de Gregorio) habría sido elegido. La confusión aumentó. Repentinamente los cardenales tomaron una decisión desesperada. Presentaron al pueblo a Tebaldeschi con la insignia papal y comenzaron el "Te Deum" sin prestar atención al rechazo y las protestas. En tanto, Prignano había llegado al Vaticano y declaró que aceptaba la dignidad papal y el homenaje de todos los cardenales. Una cosa parece evidente: en el momento en que los cardenales consideraron la selección de Prignano como válida, eliminaron todas las dudas con una reelección y lo honraron como el válido sucesor de San Pedro.

Es de lamentarse que después de la elección Prignano no mostró las cualidades que lo habían distinguido antes. Enseguida riñó con el Sacro Colegio. Deseoso de cambiar la Iglesia de la cabeza a los pies, comenzó correctamente con una reforma a la Curia aún cuando no fue con la debida prudencia. No fue inteligente abusar de los cardenales y altos dignatarios de la Iglesia e insultar a Otón de Brunswick (esposo de Juana de Nápoles). A pesar de esto sin embargo, en un principio la opinión pública le fue favorable y no sólo los cardenales en Roma sino también los seis de Aviñón se plegaron a él. Sin embargo la tempestad que se desató en Fondi en septiembre de ese mismo año ya estaba haciendo fermento en Roma a las pocas semanas de su elección. Los embajadores de Urbano sin duda imitando a los cardenales franceses y de Limousin dejaron Roma demasiado tarde cuando las calumnias ya estaban ampliamente difundidas sobre la ilegitimidad de la elección Papal. Con el terreno así preparado, la oposición ganó fuerza en Roma; el castillo de San Angelo nunca ondeó los colores de Urbano y los descontentos encontraron ahí refugio y la protección de la tropa. El calor de principios de mayo le dió a los cardenales insatisfechos un pretexto para salir de Roma a Anagni pero no se hizo público ningún signo de rebelión, con los oponentes de Urbano prefiriendo tal vez mantener su proyecto en secreto por el momento. Eventualmente se levantaron las sospechas papales y en junio solicitó a los tres cardenales romanos que no habían seguido a los otros que se les unieran y trataran de restablecer mejores relaciones. Los cardenales franceses renovaron su voto al Papa pero se reunieron el mismo día para establecer la ilegalidad de la elección de abril. Y además se ganaron eventualmente a los miembros italianos del Sacro Colegio.

Entre tanto, en nombre del Papa los cardenales señalados propusieron dos expedientes para zanjar las diferencias: un concilio general o un compromiso. Estos medios fueron ambos usados durante el Cisma de Occidente. Pero los oponentes de Urbano decidieron el uso de medidas violentas e hicieron públicas sus intenciones en una carta sumamente impertinente. Esta carta fue seguida el dos de agosto por la famosa "Declaración", un documento más apasionado que exacto, que asumía a la vez las parte de historiador, jurista y acusador. Siete días más tarde publicaron una encíclica repitiendo las acusaciones falsas e injuriosas contra Urbano y el 27 de agosto dejaron Anagni para Fondi donde gozaban la protección de su señor (el archi enemigo de Urbano) y estaban cerca de Juana de Nápoles, ésta última habiendo mostrado en un principio gran interés por Urbano pero pronto decepcionada por su comportamiento caprichoso. El 15 de septiembre los tres cardenales italianos se unieron a sus colegas influenciados tal vez por la esperanza de llegar ellos mismos al papado o temerosos tal vez de las noticias de que Urbano estaba a punto de crear veintinueve cardenalatos para suplir las vacantes dejadas por los trece franceses. Carlos V de Francia cada vez más dudoso de la legitimidad de la elección de Urbano, alentó a la facción de Fondi a elegir un Papa legal y más del gusto de Francia. El 18 de septiembre llegó una carta de él en la que apresuraba una solución violenta. El 20 de septiembre Roberto de Ginebra fue elegido Papa, y en este día comenzó el Cisma de Occidente.

Los italianos se abstuvieron de la elección pero estaban convencidos de su carácter canónico. Roberto asumió el nombre de Clemente VII. Los fieles a los papas asumieron limites definidos entre septiembre de 1378 y junio de 1379. Toda la Europa occidental (con excepción de Inglaterra, Irlanda y los dominios de Inglaterra en Francia) se sometieron a Clemente VII; la mayor parte de Alemania, Flandes e Italia (con la excepción de Nápoles) reconocieron a Urbano. Los fieles a Urbano eran más numerosos, los de Clemente más impresionantes. Entretanto, Urbano nombró 28 cardenales, cuatro de los cuales rechazaron el purpurado. Es muy difícil definir con exactitud que tanto del cisma puede ser atribuido al comportamiento de Urbano. Indiscutiblemente el largo exilio en Aviñón fue su causa principal ya que disminuyó el reconocimiento a los papas e incrementó inversamente la ambición de los cardenales, quienes siempre estaban luchando para obtener mas influencia en el gobierno de la Iglesia. Cualesquiera que hayan sido las causas de este suceso, lo cierto es que la elección de Urbano fue legal y la de Clemente no canónica.

Si los primeros días del pontificado de Urbano fueron ingratos, su mandato fue una serie de tragedias. Es verdad que logró con éxito retomar el castillo de San Angelo y dominar una revuelta de los romanos, pero estos fueron los únicos éxitos alcanzados. Pronto Nápoles estuvo en agitación. La reina Juana se inclinó hacia los clementinos y fue depuesta por Urbano. Carlos de Durazzo tomó su lugar. Colocó bajo arresto a la reina y tomó posesión del reino, pero pronto perdió el favor del Papa por no cumplir sus compromisos con Francisco Prignano (el sobrino indigno e inmoral de Urbano), con lo que Urbano no esté libre del cargo de nepotismo. Enseguida en contra del consejo de sus cardenales, el Papa se dirigió al sur de Italia y fue recibido por el mismo rey en Aversa pero fue hecho prisionero la noche de su llegada (30 de octubre de 1383). Con la intervención de sus cardenales se llegó a un acuerdo y Urbano dejó Aversa para dirigirse a Nocera. Ahí tuvo que soportar el más indigno trato de Margarita, la esposa de Carlos. El malentendido entre Urbano y Carlos se acrecentó aún más, después de la muerte de Luis de Anjou, enemigo de éste último; el Papa, terco e intratable continuó con una actitud medio hostil, medio dependiente hacia Carlos y creó catorce cardenalatos con solamente los napolitanos aceptando la dignidad. Día a día se distanciaba de los miembros más ancianos del Sacro Colegio. Nadie enterado de las ideas corrientes en ese entonces en el Sagrado Colegio se sorprendería de que el ejemplo de 1378 tomara adeptos. Muy irritados por el desconsiderado comportamiento de Urbano, los cardenales Urbanitas llegaron a un modo más practico de acción; propusieron deponerlo, o al menos arrestarlo. Pero el complot le fue revelado y seis de ellos fueron hechos prisioneros y confiscadas sus posesiones. Los que no confesaron fueron torturados y el Rey y la Reina de Nápoles fueron excomulgados ya que se sospechaba eran cómplices. Como consecuencia Nocera fue sitiada por el Rey, Urbano defendió con gallardía el lugar, anatematizando de dos a tres veces diarias a sus enemigos desde las murallas. Después de casi cinco meses el cerco a Nocera fue roto por los Urbanitas con Urbano escapando a Barletta, desde donde una flota genovesa lo llevó a él y a los cardenales prisioneros a Génova. Durante el viaje, el obispo de Aquila, uno de los conspiradores fue ejecutado y los cardenales con la excepción de Adán Aston fueron ejecutados en Génova a pesar de la intervención de Dogo. Puede asegurarse que los cardenales habían conspirado contra Urbano con vistas a deponerlo, pero que pretendieran quemarlo como hereje puede ser solo un rumor fantasioso. De todas formas, él actuó de manera muy torpe tratándolos tan cruelmente ya que entonces alienó a algunos fieles seguidores, como lo muestra el manifiesto de cinco cardenales que permanecieron en Nocera y renunciaron a su obediencia hacia él.

A la muerte del Rey Carlos asesinado en Hungría (febrero de 1386) nuevamente Urbano trató de establecer su autoridad en el reino; salió a Lucca rechazando tratar con la Reina-Viuda Margarita y rechazó la propuesta de un Concilio general que proponían algunos príncipes alemanes a la insistencia de Clemente VII aún cuando él previamente había propuesto el mismo expediente. Insultó a los embajadores y presionó al Rey alemán Wenceslao a que viniera a Roma. En agosto de 1387 proclamó una cruzada en contra de Clemente y en septiembre salió a Perugia donde permaneció hasta agosto de 1388, reclutando soldados para una campaña contra Nápoles que había caído nuevamente en manos de los clementinos y cuya posesión era muy importante para su seguridad. Al no recibir su paga, la tropa desertó y Urbano regresó a Roma donde su temperamento refractario le trajo dificultades que solo pudo eliminarlas una interdicción. También fue en Roma donde fijó el intervalo de treinta y seis años entre jubileos, el primero de los cuales habría de celebrarse el siguiente año, 1390.

Pero no vivió para abrirlo. Urbano habría sido un buen Papa en circunstancias más pacificas, pero ciertamente fue incapaz de curar las heridas que la Iglesia había recibido durante el exilio de Aviñón. Si el genio de un Gregorio VII o un Inocente III fue apenas capaz de triunfar sobre las ambiciones de los cardenales, la mala conducta de la alta y baja clerecía y la indisciplina del laicado, estos obstáculos sólo podían llevar al naufragio al inestable y pendenciero Urbano.


Lo que nos cuenta Faustino, solo son mas datos, la verdad es una. Solo existe un papa a la vez, en este caso, Su Santidad Urbano VI era el verdadero, el papa, sucesor de Pedro.
_________________


Non nobis Domine, non nobis, sed Nomine tuo da Gloriam
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Yahoo Messenger MSN Messenger
Faustino Fausto
Nuevo


Registrado: 21 Jun 2006
Mensajes: 23
Ubicación: Chiapas, Mexico.

MensajePublicado: Jue Jul 20, 2006 8:11 pm    Asunto:
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

Hola mi buen Sergio Ceceña.

Claro, asi es cono se hacen las cosas en estos foros, abro algo, tiro la piedra y me voy, ¿que cómodo verdad?

Cita:
Lo que nos cuenta Faustino, solo son mas datos, la verdad es una. Solo existe un papa a la vez, en este caso, Su Santidad Urbano VI era el verdadero, el papa, sucesor de Pedro.


¿No puedes decir algo más original? ¿Sólo hay un papa a la vez? eso lo dices porque tienes el pensamiento tan cerrado y la visión tan corta que no puedes ver un poco más allá de tus narices. Lo digo sin ánimo de molestar, tan solo como referencia.

Esa no fue la única ocasión cuando hubo varios papas a la vez y tú lo sabes, lo que pasa es que no quieres quemarte con tus amigos aceptando la verdad.

Bien, en mi próximo post incluiré otro episodio donde hubo más de un papa en la I. C. R., por lo pronto, chau, bye, sayonara, adieu, so long, hasta pronto, hasta la vista babe, hay te ves, mirabalas.
_________________
Como México no hay dos.
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
Sergio Ceceña
Veterano


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 2016
Ubicación: México

MensajePublicado: Jue Jul 20, 2006 9:17 pm    Asunto:
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

No Faustino, yo no aventé la piedra y me fuí, es solo que tengo otras cosas que hacer. Creo que lo que pasa, es que no sabes leer. Te lo explicaré paso a paso ¿Vale?.

Yo escribió:
Pues el foro lo abro, porque hubo una persona que metió una historia errónea sobre la vida de la Iglesia, con o sin la intensión de confundir a las personas.

Se dijo que hubo dos papas, durante un mismo tiempo, lo cual es totalmente falso, en toda la historia de la Iglesia, no ha existido ese caso nunca, él se refirió a Urbano VI, y a Rogelio de Ginebra, que quisieron forzadamente de subir al sillón papal, con el nombre de Clemente VII, pero como la historia lo demuestra, es falso (Obviamente me refiero a que existieran dos papas, no a la elección que sí hubo, aunque ilegal de Clemente VII) , y ya cualquier lector objetivo y sin prejuicios, se dará cuenta de la verdad.


A lo que tu contestaste:

[quote"Faustino"]Fue entonces que me pregunté:

¿Y si Sergio nos está jugando el dedo en la boca?

¿Y si este muchacho estaba enojado cuando escribió lo que escribió y nos oculta algo?

¿Y si lo que encontré es verdad y no lo publico?

¿Y si no lo publico estaré haciendo bien o estaré haciendo mal?

¿Y si lo que investigué hace que Sergio piense distinto de lo que nos escribió y se desdice y acepta la verdad?

Esto fue lo que escribió Sergio Ceceña.[/quote]

Cuando digo que no sabes leer, no me rerfiero a unir letra por letra y crear una frase, sino en lectura de comprensión. Lo único que hizo todo lo que escribiste, es demostrar que efectivamente, hubo un papa y un antipapa.

Roberto de Ginebra, luego nombrado ilegalmente como el papa Clemente, renunció voluntariamente al cónclave, a favor de Prignano, eso todavía hace mas ilegal su "papado". También lo hizo Pedro de Luna, y este no trató de ser papa después, y a como la ambición manejaba a los cardenales de Limoges, pudo haber sido también, y ser el segundo antipapa, pero no fue así. Seamos objetivos, pesa a los tumultos de la elección y los problemas enfrentados, en el momento en que los cardenales consideraron la selección de Prignano como válida, eliminaron todas las dudas con una reelección y lo honraron como el válido sucesor de San Pedro, no hay mas, ergo, hasta que muriese, no podría existir otro papa.

Es cierto, como comentas, que riñó con el Sacro Colegio y con Otón de Brunswick, esposo de Juana de Nápoles, y que copmenzó con una reforma a la Curia, pero a pesar de esto sin embargo, en un principio la opinión pública le fue favorable y no sólo los cardenales en Roma sino también los seis de Aviñón se plegaron a él.

Claro, la tempestad que se desató en Fondi en septiembre de ese mismo año ya estaba haciendo fermento en Roma a las pocas semanas de su elección. Los embajadores de Urbano sin duda imitando a los cardenales franceses y de Limousin dejaron Roma demasiado tarde cuando las calumnias ya estaban ampliamente difundidas sobre la ilegitimidad de la elección Papal. Con el terreno así preparado, la oposición ganó fuerza en Roma; el castillo de San Angelo nunca ondeó los colores de Urbano y los descontentos encontraron ahí refugio y la protección de la tropa. El calor de principios de mayo le dió a los cardenales insatisfechos un pretexto para salir de Roma a Anagni pero no se hizo público ningún signo de rebelión, con los oponentes de Urbano prefiriendo tal vez mantener su proyecto en secreto por el momento. Eventualmente se levantaron las sospechas papales y en junio solicitó a los tres cardenales romanos que no habían seguido a los otros que se les unieran y trataran de restablecer mejores relaciones. Los cardenales franceses renovaron su voto al Papa pero se reunieron el mismo día para establecer la ilegalidad de la elección de abril. Y además se ganaron eventualmente a los miembros italianos del Sacro Colegio.

Dice el escrito que pegué y no leíste:

Cita:
Entre tanto, en nombre del Papa los cardenales señalados propusieron dos expedientes para zanjar las diferencias: un concilio general o un compromiso. Estos medios fueron ambos usados durante el Cisma de Occidente. Pero los oponentes de Urbano decidieron el uso de medidas violentas e hicieron públicas sus intenciones en una carta sumamente impertinente. Esta carta fue seguida el dos de agosto por la famosa "Declaración", un documento más apasionado que exacto, que asumía a la vez las parte de historiador, jurista y acusador. Siete días más tarde publicaron una encíclica repitiendo las acusaciones falsas e injuriosas contra Urbano y el 27 de agosto dejaron Anagni para Fondi donde gozaban la protección de su señor (el archi enemigo de Urbano) y estaban cerca de Juana de Nápoles, ésta última habiendo mostrado en un principio gran interés por Urbano pero pronto decepcionada por su comportamiento caprichoso. El 15 de septiembre los tres cardenales italianos se unieron a sus colegas influenciados tal vez por la esperanza de llegar ellos mismos al papado o temerosos tal vez de las noticias de que Urbano estaba a punto de crear veintinueve cardenalatos para suplir las vacantes dejadas por los trece franceses. Carlos V de Francia cada vez más dudoso de la legitimidad de la elección de Urbano, alentó a la facción de Fondi a elegir un Papa legal (Lo cual ya no se podía) y más del gusto de Francia. El 18 de septiembre llegó una carta de él en la que apresuraba una solución violenta. El 20 de septiembre Roberto de Ginebra fue elegido Papa, y en este día comenzó el Cisma de Occidente.



Me llama la atención algo que dices, y me causa, si bien no una risa, si una sonrisa.

Faustino escribió:
(No solo la Iglesia estaba dividida sino también el mundo entero, parece ser que no son mentiras como dice Sergio)


Has leído sobre el cisma de la Iglesia en Inglaterra y la separación de Lutero??? Cuando esto pasó, la Iglesia estaba dividida??? Recordemos que incluso Lutero convirtió a su doctrina a algunos monjes cistercenses.

La verdadera Iglesia, no se divide, solo se limpia, se purifica, si después de Clemente VII vino el tan conocido CISMA DE OCCIDENTE, lo único que pasó fue la purificación de una Iglesia que se estaba dañando.

Fue en Roma donde fijó el intervalo de treinta y seis años entre jubileos, el primero de los cuales habría de celebrarse el siguiente año, 1390. Pero no vivió para abrirlo. Urbano habría sido un buen Papa en circunstancias más pacificas, pero ciertamente fue incapaz de curar las heridas que la Iglesia había recibido durante el exilio de Aviñón. Si el genio de un Gregorio VII o un Inocente III fue apenas capaz de triunfar sobre las ambiciones de los cardenales, la mala conducta de la alta y baja clerecía y la indisciplina del laicado, estos obstáculos sólo podían llevar al naufragio al inestable y pendenciero Urbano.


Faustino escribió:
Desafortunadamente los Papas rivales lanzaron excomuniones recíprocas; crearon numerosos cardenales para compensar las defecciones y los enviaron por la Cristiandad a defender su causa, difundir su influencia y ganar adeptos.


Discúlpame pero perdóname. Déjame contradecirte ¿Si? El Papa creo cardenales, los otros nombramientos (Hechos por Clemente VII) no eran válidos, tanto, que así lo escribió la historia, y solo se respetó el cargo de cardenal a algunos hechos por Clemente, por sus grandes aportes y ayuda a la Iglesia y su propio mérito.

También la historia nos muestra, incluso la que tú trajiste a colación, que fue el sucesor de Urbano y no el de Clemente, quien se quedó como legítimo sucesor de san Pedro. Quizá, los mas románticos, metan a Carlos VI en esto, como tu lo haces y el libro o página donde sacaste la información, pero la realidad, y así lo demuestran los documentos eclesiásticos, fue que los cardenales (Menos los que se fueron con el Cisma) se dieron cuenta de su error, y bajo juramento de obediencia a Bonifacio, regresaron al Rebaño.

La verdad Faustino, es que si te creo eso de que NO SEAS muy ducho en esto, ya que lo has demostrado.

Espero con ansias traigas lo de los otros papas mutuos. Para que así se demuestre tu falta de incomprensión en la lectura.

Dios te bendiga
_________________


Non nobis Domine, non nobis, sed Nomine tuo da Gloriam
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Yahoo Messenger MSN Messenger
Sergio Ceceña
Veterano


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 2016
Ubicación: México

MensajePublicado: Vie Jul 28, 2006 1:59 am    Asunto:
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

Upps! Faustino ¿Qué pasó? Respondí solo por ti, ya que para los demás creo está claro, y ahora resulta que el que tira la piedra y arroja la mano, eres tú.

Dios te bendiga
_________________


Non nobis Domine, non nobis, sed Nomine tuo da Gloriam
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Yahoo Messenger MSN Messenger
Sergio Ceceña
Veterano


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 2016
Ubicación: México

MensajePublicado: Vie Jul 28, 2006 2:00 am    Asunto:
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

FE DE ERRATAS

Sergio Ceceña escribió:
Upps! Faustino ¿Qué pasó? Respondí solo por ti, ya que para los demás creo está claro, y ahora resulta que el que tira la piedra y arroja la mano, eres tú.

Dios te bendiga



y arroja la mano, eres tú. Question Question Question

Ja ja ja, perdón

Quise decir esconde la mano.
_________________


Non nobis Domine, non nobis, sed Nomine tuo da Gloriam
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Yahoo Messenger MSN Messenger
A. Ma. Betania
Veterano


Registrado: 18 Feb 2006
Mensajes: 3747

MensajePublicado: Jue Abr 19, 2007 3:56 pm    Asunto:
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

Subiendo... me llamo la curiosidad!! Cool
_________________
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
CRUZADO_XXI
Moderador
Moderador


Registrado: 24 Nov 2005
Mensajes: 5906
Ubicación: En algun lugar de Mexico.

MensajePublicado: Jue Abr 19, 2007 7:50 pm    Asunto:
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

Pues yo soy ANTIPAPAS....si, ODIO LAS PAPAS FRITAS...PREFIERO LOS CHICHARRONES!!!!!!!
_________________
LAS PAGINAS DE CRUZADO:
http://www.antisupersticion.com.mx y http://www.diadelparrillero.com.mx

Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Visitar sitio web del autor
A. Ma. Betania
Veterano


Registrado: 18 Feb 2006
Mensajes: 3747

MensajePublicado: Jue Abr 19, 2007 8:05 pm    Asunto:
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

CRUZADO_XXI escribió:
Pues yo soy ANTIPAPAS....si, ODIO LAS PAPAS FRITAS...PREFIERO LOS CHICHARRONES!!!!!!!


Laughing Laughing Laughing

jejejeje Smile a mi si me gustn las papas Smile
_________________
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
Sergio Ceceña
Veterano


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 2016
Ubicación: México

MensajePublicado: Jue Abr 26, 2007 4:43 am    Asunto: Re: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

Causio escribió:
Sergio Ceceña escribió:
Pues el foro lo abro, porque hubo una persona que metió una historia errónea sobre la vida de la Iglesia, con o sin la intensión de confundir a las personas.

Se dijo que hubo dos papas, durante un mismo tiempo, lo cual es totalmente falso, en toda la historia de la Iglesia, no ha existido ese caso nunca, el se refirió a Urbano VI, y a Rogelio de Ginebra, que quisieron forzadamente de subir al sillón papal, con el nombre de Clemente VII, pero como la historia lo demuestra, es falso, y ya cualquier lector objetivo y sin prejuicios, se dará cuenta de la verdad.

El nombre de pila, de Urbano VI, era Bartolomeo Prignano, quien fuera el primer papa romano durante el Cisma de Occidente (Hay que tener claro, en que contexto histórico se da esta confusión). Su primer cargo importante, fue el Arzobispado de Acerenza en 1364, siendo administrador de la cancillería papal. Cuando muere Su Santidad Gregorio XI, fue propuesto por el Cóclave para la tiara, teniendo una enorme posibilidad, por su integridad, y con su cercanía a la Reina Juana de Nápoles. Durante Durante aquel Cónclave, los cardenales de Italia, y de Francia, se unieron para sacar adelante a Bartolomeo, oponiéndose a los intereses de los Limoges. Roberto de Ginebra, renunció a su derecho, a favor de Prignano.

El problema fue cunado quiso reformar la Iglesia de pies a cabeza, por lo cual, algunos cardenales opositores a él, comenzaron a correr la voz, en forma de calumnia (Como lo hacen ahora protestante-evangélicos) de que el proceso de elección, fue ilegítimo.

Algo importante que señalar, es que los cardenales franceses, renovaron su voto al papa, mientras fraguaban establecer la ilegalidad de la elección, mientras se ganaban a los miembros italianos del Sacro Colegio.

Más tarde publicaron una encíclica repitiendo las acusaciones falsas e injuriosas contra Urbano y el 27 de agosto dejaron Anagni para Fondi donde gozaban la protección de su señor (el archi enemigo de Urbano) y estaban cerca de Juana de Nápoles. Carlos V de Francia cada vez más dudoso de la legitimidad de la elección de Urbano, alentó a la facción de Fondi a elegir un Papa legal y más del gusto de Francia. El 18 de septiembre llegó una carta de él en la que apresuraba una solución violenta. El 20 de septiembre Roberto de Ginebra fue elegido Papa, y en este día comenzó el Cisma de Occidente.*

Los italianos se abstuvieron de la elección pero estaban convencidos de su carácter canónico. Roberto asumió el nombre de Clemente VII. Los fieles a los papas asumieron limites definidos entre septiembre de 1378 y junio de 1379. Toda la Europa occidental (con excepción de Inglaterra, Irlanda y los dominios de Inglaterra en Francia) se sometieron a Clemente VII; la mayor parte de Alemania, Flandes e Italia (con la excepción de Nápoles) reconocieron a Urbano. Los fieles a Urbano eran más numerosos, los de Clemente más impresionantes. Entretanto, Urbano nombró 28 cardenales, cuatro de los cuales rechazaron el purpurado. Es muy difícil definir con exactitud que tanto del cisma puede ser atribuido al comportamiento de Urbano. Indiscutiblemente el largo exilio en Aviñón fue su causa principal ya que disminuyó el reconocimiento a los papas e incrementó inversamente la ambición de los cardenales, quienes siempre estaban luchando para obtener mas influencia en el gobierno de la Iglesia. Cualesquiera que hayan sido las causas de este suceso, lo cierto es que la elección de Urbano fue legal y la de Clemente no canónica.**

Con esto, nos damos cuenta, de que Clemente VII, no fue papa, sino alguien puesto por la fuerza, intentando tomar (Aunque no lo logró) un puesto que no le pertenecía, por intrigas de algunos cardenales, que con mentiras y engaños, lograron convencer a algunos mas, pero que no lo lograron con la mayoría de los fieles.

En cuanto a la papisa Juana, me da FLOJERA hablar, porque es una mentira, que incluso historiadores protestantes, han descalificado, y ningún historiador que se jacte de ser serio, lo toma como historia.

Todo esto queridos hermanos, son partes revueltas con mentiras por parte de los detractores de la Iglesia, para confundir a algunos, mientras llegan con pieles de ovejas, pero siendo lobos con la intensión de destruir la Iglesia de Cristo, la Única, la Santa, la Iglesia Católica Apostólica y Romana.

Dios les bendiga.


pOR TU EXPLICACION QUEDA CLARO ENTONCES QUE SI HUBO DOS PAPAS AL MISMO TIEMPO Y DURO HASTA QUE SE DEFINIERON LAS COSAS, ENTONCES LOS ANTIPAPISTAS TIENEN RAZON
ATTE
cAUSIO


No hubo dos papas, había un papa, y otro que intentó ser papa

DTB
_________________


Non nobis Domine, non nobis, sed Nomine tuo da Gloriam
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Yahoo Messenger MSN Messenger
A. Ma. Betania
Veterano


Registrado: 18 Feb 2006
Mensajes: 3747

MensajePublicado: Jue Abr 26, 2007 3:54 pm    Asunto:
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

Hubo dos papas para quien no entiende bien; hubo un papa para quien efectivamente conoce la historia.

Paz y bien
_________________
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado
Sergio Ceceña
Veterano


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 2016
Ubicación: México

MensajePublicado: Jue Abr 26, 2007 11:49 pm    Asunto:
Tema: Mentiras protestantes sobre los antipapas
Responder citando

Causio escribió:
A. Ma. Betania escribió:
Hubo dos papas para quien no entiende bien; hubo un papa para quien efectivamente conoce la historia.

Paz y bien

ah ya, osea uno era el papa y el otro era el papanatas
ok
Causio


Pues lo dirás en broma y burla... Pero... Mmm... Si, así es
_________________


Non nobis Domine, non nobis, sed Nomine tuo da Gloriam
Volver arriba
Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado Yahoo Messenger MSN Messenger
Mostrar mensajes de anteriores:   
Publicar nuevo tema   Responder al tema    Foros de discusión -> Apologética. Todas las horas son GMT
Página 1 de 1

 
Cambiar a:  
Puede publicar nuevos temas en este foro
No puede responder a temas en este foro
No puede editar sus mensajes en este foro
No puede borrar sus mensajes en este foro
No puede votar en encuestas en este foro


Powered by phpBB © 2001, 2007 phpBB Group
© 2007 Catholic.net Inc. - Todos los derechos reservados