scarlett Veterano
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Publicado:
Jue Abr 26, 2007 2:04 am Asunto:
ENSENADA, B.C. NUEVA DIOCESIS. TENEMOS PRIMER OBISPO.
Tema: ENSENADA, B.C. NUEVA DIOCESIS. TENEMOS PRIMER OBISPO. |
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Paz y bien.
Una buena noticia para todos los que vivimos en Ensenada, Baja California.
El día de hoy se está llevando a cabo la elevación al rango de Diocesis de la iglesia de Ensenada, asi como la consagración del presbítero Sigifredo Noriega Barceló como PRIMER obispo de la ciudad.
Pido sus oraciones para que desarrolle sus funciones bajo la protección de la Virgen en cuya casa va a residir puesto que también el Santuario de Nuestra Señora de ésta ciudad ha sido nombrada Catedral.
Pido a Dios que sea para gloria de El y del santo nombre de Jesús.
Cita: | El Vigia > Noticias > Información general
Hoy Ensenada será Diócesis
Por César Córdova/EL VIGIA
2007-04-24 00:00:00
Ensenada, B.C. - Este día alrededor de las 17:00 horas, Ensenada será elevada al rango de Diócesis y se consagrará al presbítero Sigifredo Noriega Barceló como primer obispo de la ciudad.
Autoridades eclesiásticas estiman que a la misa de consagración asistirán cerca de 8 mil feligreses, alrededor de 300 sacerdotes, entre estos más de 20 obispos; el representante del Nuncio Apostólico de México, cardenales de la Iglesia Católica, y autoridades del estado de Sonora.
La declaración como nueva diócesis estará contenida en la Bula Papal, es decir el documento oficial de la Santa Sede que firma el Papa Benedicto XVI, el cual será traído por el representante del Nuncio Apostólico, y se le dará lectura en la misa de consagración.
En el mismo evento religioso, al obispo electo le impondrán las manos, tanto el arzobispo como los obispos para transmitirle el Espíritu Santo y de esta manera ser consagrado como nuevo pastor de la Iglesia porteña.
Durante la misa, a Sigifredo Noriega Barceló se le vestirá con la Mitra –un estilo de cofia– que lo distingue como obispo, se le dotará del báculo –un tipo de bastón– que es el signo exterior de su tarea pastoral.
Además del anillo episcopal, que simboliza el desposorio del obispo con la Iglesia, y el pectoral, la cruz que cuelga del pecho con una cadena. Previamente, cerca de las 14:00 horas, sacerdotes porteños y creyentes recibirán a Noriega Barceló en la caseta de peaje de San Miguel, desde donde será conducido en caravana vehicular hasta el parque Revolución.
En el parque cambiará de vehículo por otro descapotable, para ser llevado a baja velocidad hasta el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, y en donde recibirá de manera simbólica las llaves de su nueva casa.
De esta última escala, el obispo electo será transportado hasta el campo deportivo donde será el evento religioso de su consagración. |
Para mi nuevo pueblo de Dios
De la Perinola al Yaqui y del Yaqui a Ensenada
Por P. Sigifredo Noriega
Cita: | “Espero estar suficientemente maduro para asumir con responsabilidad y alegría la nueva misión que Dios me ha confiado”.
Por Colaborador
2007-04-24 00:00:00
Soy el padre Sigifredo Noriega Barceló. El viernes 26 de enero de 2007 fui elegido y nombrado por el Papa Benedicto XVI el primer Obispo de la nueva Diócesis de Ensenada, Baja California, México.
Algunas personas me han sugerido que me presente para irme conociendo y para saber qué pueden esperar de este nuevo pescador/pastor de Ensenada y, desde Ensenada, para toda la Iglesia. Lo hago con mucho gusto, sabedor de que ya no me mando solo, de que les pertenezco, de que soy un simple servidor del Reino, de que toda la gloria es para Dios y para su Iglesia.
Voy a ir describiendo mi historia como ser humano, como cristiano y como sacerdote, tal como yo la he percibido. Ustedes me ayudarán a escribir después mi historia como su Obispo.
El hombre, el hijo, el hermano
“Hombre tomado de entre los hombres…” (Hebreos 5,1)
Nací el día 12 de octubre de 1951 en el hogar que formaron Pablo Noriega Vázquez y Josefina Barceló Durazo en noviembre de 1945.
Mi mamá me dijo siempre que yo nací un día 13 de octubre y que, si aparece en mis documentos otra fecha, fue error “de papeles”, de prisas, de no entender la letra manuscrita de los libros del Registro Civil…
En fin, eso no tiene tanta importancia. Lo que vale es que nací y nací en un hogar donde tuve todo el amor del mundo: hogar sencillo, alegre, campirano, trabajador, servicial, religioso.
Dios puso a mi lado, como compañeros de la infancia y de la vida, a once hermanos. Tres de ellos fueron llamados ya a la vida eterna. Muchos tíos, primos y tres de mis cuatro abuelos me acompañaron durante mi infancia, adolescencia y juventud. ¡Qué dicha ser amado sin condiciones por la familia! Doy gracias a Dios por el regalo de la vida y de mi familia.
Nací en el pueblo de Granados, en el estado de Sonora. Mi pueblo apenas aparece en algunos libros de geografía y de historia. Fue fundado en el año de 1823 y es municipio desde 1932.
Pueblo pequeño en habitantes (1,400) y grande en su gente que se ha ocupado, desde su fundación, en sacar de la tierra el pan de cada día y los anhelos de cultivarse y trascender.
Crecí en este ambiente de familia ampliada: todos somos familiares. De pequeño me llamaba la atención cuando se decía “nacido y vecino de este lugar”.
De niño me importaba más lo de “vecino” porque incluía una niñez de juegos en la calle, idas al río, hacer mandados al ‘tanichi’ del pueblo, llevar ‘lonchi’ a papá a la milpa, cuidar y ordeñar vacas, pasearme en burro, acarrear agua de “la’cequia”, esperar que el policía desapareciera para seguir jugando a “las escondidas”, pelear de vez en cuando con los hermanos y amigos.
¡Qué infancia tan sabrosa y saboreada! Quedaron en mi cuerpo dos recuerdos de mi infancia: una cicatriz en la ceja de mi ojo derecho (por flojo) y un hombro averiado por la caída desde un burro (por aventado).
Doy gracias a Dios por el regalo de mi familia ampliada: mi pueblo de nacimiento y de crecimiento, lugar donde se cultiva el sentido de pertenencia.
El molde del tiempo
Desde pequeño veía leer el periódico a mi abuelo Jesús. No me importaba que lo hiciera con meses de retraso. De él aprendí (aprendimos; en casa todos leemos, aunque sea novelas de vaqueros) el gusto por la lectura como una forma de estar en el mundo sin salir de casa.
Hago alusión a esta experiencia porque la lectura del libro “Aprender a vivir”, del padre Rafael Gómez Pérez, cuando yo era adolescente, me lanzó a la búsqueda constante hasta encontrar el sentido de la vida en la vida misma y en su trascendencia.
Creo que este descubrimiento señala que uno ha alcanzado cierta madurez en la vida; la suficiente madurez para ser feliz y hacer felices a las personas con las que recorremos el camino de la vida.
¡Cómo han pasado los años!, dice la canción. Más bien, diría yo, los años son el molde del tiempo para darle el estilo personal a la propia vida. Hoy, muchos años después, me considero un hombre feliz y comprometido con la vida.
Me defino como una persona sencilla, simple, serena, optimista, alegre, afable, leal, transparente, servicial y responsable.
Hasta el día de hoy gozo de buena salud física, mental y emocional (eso creo yo). Como casi todo lo que me ponen en la mesa; veo todos los deportes por televisión; practico todavía béisbol, básquetbol y me gusta caminar y trotar. Toco, de vez en cuando, en reuniones familiares, el acordeón y el piano.
He escondido por ahí algunos defectos y limitaciones. Me gustaría que ustedes me los dijeran para seguir creciendo. La vida de todos los días, con sus luces y sus sombras, es un incesante camino hacia la madurez.
Doy gracias a Dios por ser hijo, hermano y amigo. Son los amores fundamentales que me han preparado para vivir la paternidad y la responsabilidad como una persona célibe.
Espero estar suficientemente maduro para asumir con responsabilidad y alegría la nueva misión que Dios me ha confiado: amar más, servir más, hasta dar la vida, toda la vida, a todas las personas, por amor a Dios.
Creyente empedernido
Mucha gente piensa que el sacerdote ya no necesita crecer en su fe; “usted que está más cerca de Dios”, nos dicen con frecuencia.
La fe sencilla de nuestro pueblo cristiano me ha ayudado enormidades para seguir creciendo en la fe, en la esperanza y en la caridad. He vivido junto con mi gente momentos de confusión, de duda, de perplejidad, sobre todo cuando el mal aparece golpeando inmisericordemente a los inocentes. Y no queda más remedio que gritar como el ciego, “Señor, ten piedad y sálvanos”.
Me he definido como un creyente empedernido, terco, confiado, agraciado y agradecido. Soy un cristiano feliz y comprometido con mi fe. Soy un cristiano que disfruta ser discípulo, peregrino y misionero.
Los objetos de mi fe son: Creo en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo; creo en la Iglesia, nuestra Madre; creo en el hombre, imagen y semejanza de Dios. |
_________________ ***¡ Dulce Jesús, dad descanso eterno a las benditas almas del Purgatorio !
San José, patrono de la buena muerte, ruega por los que van a morir hoy ***
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