Tema 2.4 : El acto de ser

[erick64]

1. Medite en el principio y fundamento de la realidad: que el universo entero con todos los entes creados, incluyéndonos a nosotros mismos, somos contingentes. Esta verdad, ¿cómo nos debería hacer valorar el misterio de la existencia y a no tomarla por descontado? ¿Qué actitud de humildad debería fomentar en nosotros? ¿Cómo nos hace comprender la grandeza de Dios y nuestra relación con Él?
El mero hecho de existir, de ser implica también la posibilida de la muerte.
Todo ente se relaciona con los demás, , causa, ofrece nuevos actos de ser a nuevos entes y, a la vez, son efectos, reciben su acto de ser. El ser «aspira» a «donar» sus perfecciones a más y más potencias o esencias, a poner nuevos entes en existencia. Esto nos lleva a descubrir que si estas ansias de perfecciones y sus derivaciones parecen naturales del ser, deben provenir de alguien que es la perfección de todo. Esto nos hace capaces de descubrir que solo somos en la medida en que ese alguien decidió otorgarnos una fracción de su potencia. Por lo mismo nos lleva a una correspondencia, una gratitud, una reciprocidad para aquél que nos proveé de todo.
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Erick Escobar Macías
erick_bernardo@hotmail.com
http://www.prodigyweb.net.mx/eome64/index.htm

[alpha4]

Dios es el que es, Dios existe invariable y permanente, sin principio ni fin, sin él nada es, por el pricipio de no contradicción no puede no ser, es el ser necesario. De Él sale todo lo creado. Todo ser creado es finito, limitado, contingente (depende del ser que lo creó y pudo no ser, su existencia es voluntad de Dios), variable y perecedero.

Este es el misterio de nuestra existencia que fuimos creados por Dios que nos amó desde la eternidad y nos dio la vida de hecho no por derecho. Debemos siempre estar agradecidos por este regalo de la vida y ser humildes al reconocer nuestra naturaleza finita, contingente que depende de Dios. Lo más grandioso para la humanidad es que Dios nos amó y nos hizo a su imagen y semejanza, el amor de Él fue primero. Gracias Señor por tu amor y tu misericordia con nosotros.

[erick64]

1. Medite en el principio y fundamento de la realidad: que el universo entero con todos los entes creados, incluyéndonos a nosotros mismos, somos contingentes. Esta verdad, ¿cómo nos debería hacer valorar el misterio de la existencia y a no tomarla por descontado? ¿Qué actitud de humildad debería fomentar en nosotros? ¿Cómo nos hace comprender la grandeza de Dios y nuestra relación con Él?
R.-1. Nos hace descubrir que la vida es un don y no un derecho, es decir, no tenemos derecho a exigir más vida, ni menos vida, pues es un regalo de Dios. Somos Contingentes, no necesarios. Entonces, como regalo que es, es necesario agradecer con responsabilidad este don.
2. La actitud de que somos creaturas, no creadores, que somos fruto de un amor, no de una "necesidad". Que hemos de reconocer un origen ajeno a nuestra voluntad.
3. Al comprender que no somos necesarios, pero sí deseados, amados, y que la razón de nuestra exixtencia es porque se espera que seamos causa de alegría, de gozo, necesitamos conocer lo que se espera de nosostros y cómo se espera que lo cumplamos.
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Erick Escobar Macías
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[marliz_marin@hotmail.com]

1. Medite en el principio y fundamento de la realidad: que el universo entero con todos los entes creados, incluyéndonos a nosotros mismos, somos contingentes. Esta verdad, ¿cómo nos debería hacer valorar el misterio de la existencia y a no tomarla por descontado? ¿Qué actitud de humildad debería fomentar en nosotros? ¿Cómo nos hace comprender la grandeza de Dios y nuestra relación con Él?

Respuesta: Este principio me hace asombrarme al meditar en mi propia existencia. Me hace contemplar el inmenso, infinito e insondable poder del Creador quien en un acto de amor nos ha creado a cada uno de los seres y las realidades existentes, sin pedirlo, pero también sin merecerlo. Y sin merecerlo ganamos algo tan maravilloso como la vida: el ser llamados a la existencia. Existencia misma que participa de la perfección de nuestro Creador. Meditar sobre ello sobrecoge en la contemplación de la maravilla que es la existencia y cómo todo depende de Dios.

[Hna. Sonia María]

La vida es un don, un regalo y al hablar de don o regalo estamos hablando de algo inmerecido, que se nos fué o es dado de modo gratuito por la bondad y liberalidad del que nos lo da y no por nuestros méritos, sino de ese modo solo sería como el pago por algo que hemos hecho. Si nuestros ojos vieran la vida como ese don inmerecido y comprendiéramos realmente que podíamos haber no existido, viviríamos en una continua acción de gracias, a Aquel que nos hizo el regalo y por ende valoraríamos mas nuestra propia vida utilizándola en buenos actos que den la oportunidad de vivir y conocer la belleza de vivir a los demás también.

Un salmo dice lo siguiente: “Que es el hombre Señor para que te acuerdes de el”. En verdad somos seres mínimos comparados a El pero por su bondad y amor nos elevo a un estado como expresa el libro del Genesis: “nos hizo a imagen y semejanza suya”. Finitos en nuestro cuerpo físico pero destinados a la inmortalidad en nuestra materia espiritual. Destinados a vivir de su vida misma, en la perfección del amor. Y no nos hizo como otros seres que son finitos en totalidad. “Nos hizo poco inferior a los ángeles” y tal así que cuando estábamos destinados a una muerte eterna, su amor hizo que Su Hijo pagará el precio de nuestra gran deuda y así nuevamente nos restaurará a la condición de hijos.

Cuando el corazón se abre a esta gran verdad de amor, no existe otro camino mas que el de la reciprocidad de amor, agradecimiento, sumisión, obediencia y humildad de sabernos que por nosotros mismos no podemos ni siquiera mantenernos un segundo vivos.

Analizando todos los avances de la medicina cuando una persona muere no existe nada en el mundo que la vuelva a la vida, ¿Qué nos indica esta realidad? Que nada depende de nosotros, que somos propiedad de alguien que esta por encima y este Alguien vive de amor por su criatura.
En el amor de Jesús y María
Hna. Sonia, sctjm