construye la historia

[Eve]

haber quienes se animan a participar para construir una linda historia, ah y quien se atreve a empezarla...
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Evelyn N. Ramírez G. (Eve)

[Albert]

Habia un vez, hace ya muchos años, un pequeño niño que había escuchado la historia de un hombre que curaba a los enfermos...
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Transfíge, dulcíssime Dómine Jesu
Albert González Villanueva, OFS

[Albert]

Habia un vez, hace ya muchos años, un pequeño niño que había escuchado la historia de un hombre que curaba a los enfermos, como el niño era travieso, lo queria conocer. Entonces se dispuso a buscarlo...
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Transfíge, dulcíssime Dómine Jesu
Albert González Villanueva, OFS

[Albert]

Habia un vez, hace ya muchos años, un pequeño niño que había escuchado la historia de un hombre que curaba a los enfermos, como el niño era travieso, lo queria conocer. Entonces se dispuso a buscarlo.

Se fue el niño bello rumbo al mar, mas lo malo es que iba sin permiso de papa, quien al enterarse de su osadía corrió a su encuentro...
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Transfíge, dulcíssime Dómine Jesu
Albert González Villanueva, OFS

[Albert]

Habia un vez, hace ya muchos años, un pequeño niño que había escuchado la historia de un hombre que curaba a los enfermos, como el niño era travieso, lo queria conocer. Entonces se dispuso a buscarlo.

Se fue el niño bello rumbo al mar, mas lo malo es que iba sin permiso de papa, quien al enterarse de su osadía corrió a su encuentro para preguntarle por que se habia ido, a lo que el niño contesto; "no me voy de ti padre, voy en busqueda de Aquel que me unirá más a ti y a todos, pues me cuentan de un hombre que es más que hombre que vive en tierras lejanas y que obra milágros y portentos, voy a su encuentro." El hombre sin palabras para responder solo atino a decir: "Voy contigo".

Emprendieron el viaje ...
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Transfíge, dulcíssime Dómine Jesu
Albert González Villanueva, OFS

[Nubeia]

Había un vez, hace ya muchos años, un pequeño niño que había escuchado la historia de un hombre que curaba a los enfermos, como el niño era travieso, lo quería conocer. Entonces se dispuso a buscarlo.

Se fue el niño bello rumbo al mar, mas lo malo es que iba sin permiso de papá, quien al enterarse de su osadía corrió a su encuentro para preguntarle por que se había ido, a lo que el niño contestó; "no me voy de ti padre, voy en busqueda de Aquel que me unirá más a ti y a todos, pues me cuentan de un hombre que es más que hombre que vive en tierras lejanas y que obra milagros y portentos, voy a su encuentro." El hombre sin palabras para responder solo atino a decir: "Voy contigo".

Emprendieron el viaje... caminaron en silencio disfrutando del hermoso paisaje. Al niño le brillaban sus ojos marrones, caminando con paso decidido, mientras el papá parecía mas reflexivo, miraba a su pequeño y luego de un momento le puso su mano en el hombro y exclamó:

-¿Hijo mío, que harás cuando encuentres a éste hombre y estés delante de él?
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Claudia

"Padre... Hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el cielo"

[Albert]

Había un vez, hace ya muchos años, un pequeño niño que había escuchado la historia de un hombre que curaba a los enfermos, como el niño era travieso, lo quería conocer. Entonces se dispuso a buscarlo.

Se fue el niño bello rumbo al mar, mas lo malo es que iba sin permiso de papá, quien al enterarse de su osadía corrió a su encuentro para preguntarle por que se había ido, a lo que el niño contestó;

-no me voy de ti padre, voy en busqueda de Aquel que me unirá más a ti y a todos, pues me cuentan de un hombre que es más que hombre que vive en tierras lejanas y que obra milagros y portentos, voy a su encuentro.

El hombre sin palabras para responder solo atino a decir:

-Voy contigo.

Emprendieron el viaje... caminaron en silencio disfrutando del hermoso paisaje. Al niño le brillaban sus ojos marrones, caminando con paso decidido, mientras el papá parecía mas reflexivo, miraba a su pequeño y luego de un momento le puso su mano en el hombro y exclamó:

-¿Hijo mío, que harás cuando encuentres a éste hombre y estés delante de él?

-Le pediré que nos ayude a encontrar a mamá- exclamo él. El padre respiró profundo; hacía unos años atrás su madre había muerto tragicamente, y él, al no saber como contarle a su hijo de la muerte de su esposa, le dijo que ella se había perdido en el bosque. Caminaban a la orilla del mar hasta finalmente llegar al puerto que los llevaría a Galilea. Se supone que ahí encontrarían a este hombre del que todos hablaban. El padre del niño, que ya no podía contener las lágrimas, le dijo al pequeño:

-Hijo mío, si este hombre no pudiera encontrar a tu madre, ¿lo entenderás verdad? - El niño respondió:

-Él la encontrará, no llores.
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Transfíge, dulcíssime Dómine Jesu
Albert González Villanueva, OFS

[Eve]

Había un vez, hace ya muchos años, un pequeño niño que había escuchado la historia de un hombre que curaba a los enfermos, como el niño era travieso, lo quería conocer. Entonces se dispuso a buscarlo.

Se fue el niño bello rumbo al mar, mas lo malo es que iba sin permiso de papá, quien al enterarse de su osadía corrió a su encuentro para preguntarle por que se había ido, a lo que el niño contestó;

-no me voy de ti padre, voy en busqueda de Aquel que me unirá más a ti y a todos, pues me cuentan de un hombre que es más que hombre que vive en tierras lejanas y que obra milagros y portentos, voy a su encuentro.

El hombre sin palabras para responder solo atino a decir:

-Voy contigo.

Emprendieron el viaje... caminaron en silencio disfrutando del hermoso paisaje. Al niño le brillaban sus ojos marrones, caminando con paso decidido, mientras el papá parecía mas reflexivo, miraba a su pequeño y luego de un momento le puso su mano en el hombro y exclamó:

-¿Hijo mío, que harás cuando encuentres a éste hombre y estés delante de él?

-Le pediré que nos ayude a encontrar a mamá- exclamo él. El padre respiró profundo; hacía unos años atrás su madre había muerto tragicamente, y él, al no saber como contarle a su hijo de la muerte de su esposa, le dijo que ella se había perdido en el bosque. Caminaban a la orilla del mar hasta finalmente llegar al puerto que los llevaría a Galilea. Se supone que ahí encontrarían a este hombre del que todos hablaban. El padre del niño, que ya no podía contener las lágrimas, le dijo al pequeño:

-Hijo mío, si este hombre no pudiera encontrar a tu madre, ¿lo entenderás verdad? - El niño respondió:

-Él la encontrará, no llores.

Entonces continuaron su camino, hasta llegar a Galilea y ambos se asombraron al encontrar...
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Evelyn N. Ramírez G. (Eve)

[Albert]

Había un vez, hace ya muchos años, un pequeño niño que había escuchado la historia de un hombre que curaba a los enfermos, como el niño era travieso, lo quería conocer. Entonces se dispuso a buscarlo.

Se fue el niño bello rumbo al mar, mas lo malo es que iba sin permiso de papá, quien al enterarse de su osadía corrió a su encuentro para preguntarle por que se había ido, a lo que el niño contestó;

-no me voy de ti padre, voy en busqueda de Aquel que me unirá más a ti y a todos, pues me cuentan de un hombre que es más que hombre que vive en tierras lejanas y que obra milagros y portentos, voy a su encuentro.

El hombre sin palabras para responder solo atino a decir:

-Voy contigo.

Emprendieron el viaje... caminaron en silencio disfrutando del hermoso paisaje. Al niño le brillaban sus ojos marrones, caminando con paso decidido, mientras el papá parecía mas reflexivo, miraba a su pequeño y luego de un momento le puso su mano en el hombro y exclamó:

-¿Hijo mío, que harás cuando encuentres a éste hombre y estés delante de él?

-Le pediré que nos ayude a encontrar a mamá- exclamo él. El padre respiró profundo; hacía unos años atrás su madre había muerto tragicamente, y él, al no saber como contarle a su hijo de la muerte de su esposa, le dijo que ella se había perdido en el bosque. Caminaban a la orilla del mar hasta finalmente llegar al puerto que los llevaría a Galilea. Se supone que ahí encontrarían a este hombre del que todos hablaban. El padre del niño, que ya no podía contener las lágrimas, le dijo al pequeño:

-Hijo mío, si este hombre no pudiera encontrar a tu madre, ¿lo entenderás verdad? - El niño respondió:

-Él la encontrará, no llores.

Entonces continuaron su camino, hasta llegar a Galilea y ambos se asombraron al encontrar una muchedumbre esperando ver al hombre que curaba a los enfermos, pero era tanta su fe, que el Niño le dijo al Papa;

-No te preocupes Papi, concentrate y desde aquí pídele conmigo que nos ayude para que mi mami regrese, estoy seguro que EL nos escuchara.

Al pasar el tiempo, ya caida la tarde, el niño y su padre aun no habían podido ver de cerca a este hombre prodigioso, pero a petición del niño el hombre había pedido desde la distancia. De momento, sin saber como, el Hombre de los prodigios estaba junto a ellos, se inclinó hasta el niño y le dijo algo al oido. El niño saltaba de felicidad y de gozo, se abrazó a su padre mientras despedía al Hombre. El padre algo confundido preguntó:

-¿Qué te dijo?-

-Me dijo que mamí está con él y que la veremos cuando Él nos llame- replicó el niño.
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Transfíge, dulcíssime Dómine Jesu
Albert González Villanueva, OFS

[Eve]

Había un vez, hace ya muchos años, un pequeño niño que había escuchado la historia de un hombre que curaba a los enfermos, como el niño era travieso, lo quería conocer. Entonces se dispuso a buscarlo.

Se fue el niño bello rumbo al mar, mas lo malo es que iba sin permiso de papá, quien al enterarse de su osadía corrió a su encuentro para preguntarle por que se había ido, a lo que el niño contestó;

-no me voy de ti padre, voy en busqueda de Aquel que me unirá más a ti y a todos, pues me cuentan de un hombre que es más que hombre que vive en tierras lejanas y que obra milagros y portentos, voy a su encuentro.

El hombre sin palabras para responder solo atino a decir:

-Voy contigo.

Emprendieron el viaje... caminaron en silencio disfrutando del hermoso paisaje. Al niño le brillaban sus ojos marrones, caminando con paso decidido, mientras el papá parecía mas reflexivo, miraba a su pequeño y luego de un momento le puso su mano en el hombro y exclamó:

-¿Hijo mío, que harás cuando encuentres a éste hombre y estés delante de él?

-Le pediré que nos ayude a encontrar a mamá- exclamo él. El padre respiró profundo; hacía unos años atrás su madre había muerto tragicamente, y él, al no saber como contarle a su hijo de la muerte de su esposa, le dijo que ella se había perdido en el bosque. Caminaban a la orilla del mar hasta finalmente llegar al puerto que los llevaría a Galilea. Se supone que ahí encontrarían a este hombre del que todos hablaban. El padre del niño, que ya no podía contener las lágrimas, le dijo al pequeño:

-Hijo mío, si este hombre no pudiera encontrar a tu madre, ¿lo entenderás verdad? - El niño respondió:

-Él la encontrará, no llores.

Entonces continuaron su camino, hasta llegar a Galilea y ambos se asombraron al encontrar una muchedumbre esperando ver al hombre que curaba a los enfermos, pero era tanta su fe, que el Niño le dijo al Papa;

-No te preocupes Papi, concentrate y desde aquí pídele conmigo que nos ayude para que mi mami regrese, estoy seguro que EL nos escuchara.

Al pasar el tiempo, ya caida la tarde, el niño y su padre aun no habían podido ver de cerca a este hombre prodigioso, pero a petición del niño el hombre había pedido desde la distancia. De momento, sin saber como, el Hombre de los prodigios estaba junto a ellos, se inclinó hasta el niño y le dijo algo al oido. El niño saltaba de felicidad y de gozo, se abrazó a su padre mientras despedía al Hombre. El padre algo confundido preguntó:

-¿Qué te dijo?-

-Me dijo que mamí está con él y que la veremos cuando Él nos llame- replicó el niño.

El padre al oir esto, presintio q su niño no habia comprendido lo que le habia querido decir aquel hombre y entonces...
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Evelyn N. Ramírez G. (Eve)

[Albert]

Había un vez, hace ya muchos años, un pequeño niño que había escuchado la historia de un hombre que curaba a los enfermos, como el niño era travieso, lo quería conocer. Entonces se dispuso a buscarlo.

Se fue el niño bello rumbo al mar, mas lo malo es que iba sin permiso de papá, quien al enterarse de su osadía corrió a su encuentro para preguntarle por que se había ido, a lo que el niño contestó;

-no me voy de ti padre, voy en busqueda de Aquel que me unirá más a ti y a todos, pues me cuentan de un hombre que es más que hombre que vive en tierras lejanas y que obra milagros y portentos, voy a su encuentro.

El hombre sin palabras para responder solo atino a decir:

-Voy contigo.

Emprendieron el viaje... caminaron en silencio disfrutando del hermoso paisaje. Al niño le brillaban sus ojos marrones, caminando con paso decidido, mientras el papá parecía mas reflexivo, miraba a su pequeño y luego de un momento le puso su mano en el hombro y exclamó:

-¿Hijo mío, que harás cuando encuentres a éste hombre y estés delante de él?

-Le pediré que nos ayude a encontrar a mamá- exclamo él. El padre respiró profundo; hacía unos años atrás su madre había muerto tragicamente, y él, al no saber como contarle a su hijo de la muerte de su esposa, le dijo que ella se había perdido en el bosque. Caminaban a la orilla del mar hasta finalmente llegar al puerto que los llevaría a Galilea. Se supone que ahí encontrarían a este hombre del que todos hablaban. El padre del niño, que ya no podía contener las lágrimas, le dijo al pequeño:

-Hijo mío, si este hombre no pudiera encontrar a tu madre, ¿lo entenderás verdad? - El niño respondió:

-Él la encontrará, no llores.

Entonces continuaron su camino, hasta llegar a Galilea y ambos se asombraron al encontrar una muchedumbre esperando ver al hombre que curaba a los enfermos, pero era tanta su fe, que el Niño le dijo al Papa;

-No te preocupes Papi, concentrate y desde aquí pídele conmigo que nos ayude para que mi mami regrese, estoy seguro que EL nos escuchara.

Al pasar el tiempo, ya caida la tarde, el niño y su padre aun no habían podido ver de cerca a este hombre prodigioso, pero a petición del niño el hombre había pedido desde la distancia. De momento, sin saber como, el Hombre de los prodigios estaba junto a ellos, se inclinó hasta el niño y le dijo algo al oido. El niño saltaba de felicidad y de gozo, se abrazó a su padre mientras despedía al Hombre. El padre algo confundido preguntó:

-¿Qué te dijo?-

-Me dijo que mamí está con él y que la veremos cuando Él nos llame- replicó el niño.

El padre al oir esto, presintio q su niño no habia comprendido lo que le habia querido decir aquel hombre y entonces decidió comprobar por él mismo lo que el Hombre la había dicho. Adelantó el paso para alcanzarlo y cuando estuvo cerca de él le indago sobre lo que había dicho a su hijo. El Hombre lo miró con una ternura difícil de explicar, y le dijo:

-Yo conozco a su madre, ella vive en mi en la presencia del que me envió, cuando llegue el momento los tres se reunirán de nuevo. -

-¿Pero quien eres tu y con que autoridad dices esas cosas?- replicó el padre del chico.

-Yo soy el Alfa y el Omega- respondió Él. -Quien cree en mi aunque muera vivirá, ella murió por defender mi causa, fue apedreada por adultera, siendo que siempre fue fiel. - El padre del chico razgó sus vestiduras y llorando amargamente le dijo:

-¡Entonces tu eres Jesús, el Jesús que mi esposa decía amar!, perdóname Señor. Yo pensé que ella faltaba a su deber y a mi amor por ella, cuando me dijo que amaba a Jesús, yo enloquecí y la acusé de adultera. No sabía!!!

El niño escuchó los sollozos de su padre pero no alcanzó a escuchar lo que decía, mientras tanto Jesús tomó por el brazo al padre del niño y le dijo con ternura:
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Transfíge, dulcíssime Dómine Jesu
Albert González Villanueva, OFS