Servir al pobre y abandonado

[Sister L.]

El recorrido por dos pequeños poblados de Mississippi duró poco. Después de visitar la capilla en Morton – una ex bodega pequeña, impregnada de olor a humedad, y en mal estado-seguimos el recorrido entre el caserío donde habitan, en su mayoría, inmigrantes Latinoamericanos.

La hna. Yesenia y yo, nos detuvimos al ver a dos muchachos haciendo tortillas a las afueras de una casa. De un bote de lámina, al parecer de basura, habían hecho un comal, desde el cual se esparcía el olor a tortilla recién hecha; aroma que seguramente les recordaba al hogar que habían dejado atrás.

Comenzamos a conversar con ellos y nos dimos cuenta en la terrible situación que se encontraban: Los veinte inmigrantes viviendo en esa casa tenían una semana de haber llegado procedentes de Chiapas, México. Entre los varones, la mayoría no pasaba de los 25 años de edad; había algunos adolescentes y un niño, y sólo dos mujeres.

Dormían en el piso, tal cual, ya que la casa estaba completamente desamueblada. No contaban ni con lo más básico para la vida diaria. Mientras no estaban trabajando en la planta procesadora de carne, permanecían encerrados entre esas cuatro paredes, sin poder moverse, sin salir, sin conocer el lugar. Su única salida, la del trabajo, era controlada por la persona encargada de llevarlos hasta la planta procesadora de carne, y luego de regreso a la casa.

Casi todos estaban enfermos; con fiebre, dolor, cansancio. Y no era para menos después de la odisea para llegar hasta Mississippi: demasiados días llenos de angustia, de riesgo al cruzar la frontera México-Estados Unidos, de caminar por el desierto hacia un futuro incierto dejando atrás todo lo conocido, el mundo entero de sus afectos.

Para tanta gente que deja su país de origen en busca de mejores niveles de vida, y llega a este país sin nada, sin conocer la lengua, la cultura, ni el sistema en general, es reconfortante sentir la acogida y la hospitalidad de la Iglesia. Bien dicen que en la Iglesia nadie es extranjero.

Para las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo, dedicarnos al acompañamiento de nuestros hermanos y hermanas migrantes más abandonados en Estados Unidos es una tarea que requiere de gran acogida, hospitalidad, escucha y cercanía; al estilo de Sta. María de Guadalupe.

Es nuestra esperanza que muchas personas se unan a esta gran misión, desde el estado de vida al que Dios los ha llamado: en el matrimonio, la solteria, vida religiosa; compartiendo los dones y el gran amor que el Espíritu Santo ha derramado en sus corazones.

Hoy te invitamos a ti jóven a participar en nuestra próxima misión a corto plazo que se llevará a cabo del 13 al 28 de Junio, 2007, en el estado de Mississippi. Puedes participar una o dos semanas, como mejor se acomode a tu agenda de trabajo o estudio. Sólo tienes que comunicarte conmigo y te daré más información.

Sentimos mucho que por el momento no está funcionando nuestro sitio web, pero esperamos que pronto lo puedas visitar.

Si te gustaría participar en una misión a corto plazo en México, o America del Sur, ¡también comunicate, será un gusto charlar contigo sobre tus inquietudes de servicio misioneras!


Bendiciones,

Hna. Lorena Sandoval, MGSpS
missionaryheart@misionerasguadalupanas.org
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¡ Se me alegra el corazón, oh Dios, causa de mi gozo; tu amor vale más que la vida!
Salmo 62

[Sister L.]

Con mucho gusto Keka .
Las puertas de nuestra comunidad en Mississippi están abiertas si gustas acompañarnos en la misión juvenil de este verano. El Señor siempre busca a quién enviar -Is. 6,8

Un abrazo,
Hna. Lorena Sandoval, MGSpS
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¡ Se me alegra el corazón, oh Dios, causa de mi gozo; tu amor vale más que la vida!
Salmo 62

[Sister L.]

¡Se acerca la Misión Juvenil de Verano en Mississippi!

Se acompañará a l@s participantes en una dinámica grupal usando el método experiencial. Durante el proceso ellas y ellos pondrán en común las experiencias que se vayan suscitando, profundizando en ellas e iluminándolas; llevándoles de esta manera a entrar en una dinámica de discernimiento de la experiencia que los llevará a encontrar el significado más profundo de ésta: Su significado de fe.

¿QUIENES VAN A LA MISION?
La mayoría de l@s participantes son jóvenes que ya prestan algun servicio en sus parroquias: catequistas, lectores, líderes de grupos
juveniles, ministros de la comunión, coro; asi como algún servicio social en su comunidad: voluntariado en campamentos para niños, tutoría, voluntariado en centro de rehabilitación, en coalición pro-derechos inmigrantes y refugiados. Son jóvenes activ@s y comprometid@s en su comunidad, con deseos de dar un paso más en su vida; arriesgandose a ir más allá de su “zona de confort” porque sienten que Dios los está
llamando a ello.

¿Qué te motiva a participar en la Misión Juvenil de Verano?
Lo que algun@s jóvenes dijeron:

“Estoy convencida que es parte del llamado que Dios me está haciendo. Mi deseo es estar abierta al deseo de Dios, ayudar al prójimo es muy
importante para mí.” Cynthia

“Lo que mayormente me motiva a ser parte de esta misión es el servir a Dios, y el no quedarme cruzada de manos ante la necesidad que hay a
nuestro alrededor. Me motiva mucho el ayudar y dar servicio de la salud ya que estoy estudiando medicina. Creo que esta misión de verano es una oportunidad para dar mi talento y mi corazón al servicio de los demás ejerciendo mi vocación. También porque tengo la idea de querer ser misionera, sin embargo no he tenido la experiencia de salir de mi zona de confort y entregar todo sin reservas” Gryssel

“Compartir el amor de Dios con los demás y conocer y motivar a otros jóvenes” Jerónimo

“Yo creo que Jesús quiere que vaya. Fue como un milagro que me invitaron” Jesús, Colorado.

“Seguir el llamado de Dios. Necesito experiencias que me hagan sentir que realmente estoy con Dios, y no sé algo me dice que debo ir. Me interesa bastante esta experiencia” Hermila

Las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo damos gracias a Dios por la gran generosidad de los doce jóvenes que se inscribieron para esta experiencia. Sabemos que el Señor se manifestará grandemente y que los y las jóvenes sabran abrir su corazón a la acción amorosa del Espíritu Santo.
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¡ Se me alegra el corazón, oh Dios, causa de mi gozo; tu amor vale más que la vida!
Salmo 62