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¿Como sabes que Cristo existió?

 
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Dogfax
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Registrado: 19 May 2007
Mensajes: 3

MensajePublicado: Dom May 20, 2007 2:21 pm    Asunto: ¿Como sabes que Cristo existió?
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
Responder citando

A pate de por la Biblia quie es nuestro libro sagrado.


Y añado que estais todos invitados a este foro


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enriqueellena
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MensajePublicado: Dom May 20, 2007 8:54 pm    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
Responder citando

¿Es razonable ser creyente?
>> He pasado toda mi vida en tensión,
como un arco;
pero nunca he sabido
a dónde apuntar y lanzar la flecha.
Jean Serment
11/01/06
La pregunta sobre Dios sigue estando de actualidad. Sigue interesando. Es una cuestión que interpela desde siempre al hombre, que planea sobre él desde que es consciente de su propia existencia, desde que empieza a pensar y se interroga sobre su origen, su destino final y sus motivaciones.

¿Por qué creer? ¿Para qué sirve creer? ¿Está el creyente mejor preparado ante los grandes problemas de la vida, para hacer frente al enigma del mal y de la muerte? ¿Por qué creer en la Iglesia? ¿Cuál es la verdad sobre las páginas más difíciles de su historia? ¿Debe aceptarse todo lo que dice sobre ética sexual?

Estas líneas tratan de dar respuesta a esas y otras muchas preguntas. Pretenden aportar un poco de luz a todas esas cuestiones. Una luz procedente del sentido común, de lo que enseñan el entendimiento y el corazón, para ayudar al hombre a encontrar razones para vivir con paz y esperanza. No tienen tampoco pretensiones de erudición. No es un texto de teología, ni pretende ser tampoco un tratado doctrinal. No busca acumular argumentos o razones filosóficas, sino más bien dar unas respuestas breves y sencillas, sin otro mérito, quizá, que el de haber sido contrastadas en conversaciones con personas muy diversas.

Las ideas se presentan en forma de diálogo con un interlocutor preocupado por su propia fe, o por la de sus hijos, o por la de un pariente, o un amigo. Como un rato de conversación con alguien que no tiene fe, o que quizá la tiene, pero a veces siente que flaquea, o ve cómo flaquea en otros, y no encuentra respuesta adecuada a sus preguntas.

No es un conjunto de recetas de folletín para problemas serios. Los temas son suficientemente difíciles como para guardarse de reduccionismos o simplezas. Es un libro que quiere llevar a pensar y a hacer pensar. Un libro para leer quizá despacio, más que de un tirón. Para darlo a leer, y servir de punto de arranque a nuevas reflexiones y comentarios.

La fe es suficientemente oscura como para que la adhesión del espíritu sea libre y, al tiempo, es suficientemente clara como para que dicha adhesión sea razonable. Ese claroscuro –que está en la naturaleza misma de las cosas– hace que una conversación sobre la fe no sea como hablar de una ciencia de carácter matemático, ni como una pugna en la que se pretende convencer al otro con las armas de la simple dialéctica.

Una conversación sobre la fe ha de ser como un intercambio de impresiones con el que se busca avanzar en el camino de la búsqueda de la verdad. Y el hecho de que estés ahora leyendo estos textos demuestra que te das cuenta de la necesidad que todos tenemos de reflexionar sobre Dios a la hora de encontrar un sentido para nuestras vidas.
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enriqueellena
Invitado





MensajePublicado: Dom May 20, 2007 8:57 pm    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
Responder citando

Espero que las cinco vías de Santo Tomas de Aquino te sean suficiente.


Las pruebas sobre la existencia de Dios
Las cinco vías (ver Suma Teológica, 1, q2, a3):
 Introducción
 Primera vía: Se funda en el movimiento
 Segunda vía: Se basa en la causalidad eficiente
 Tercera vía: Se fundamenta en la contingencia de los seres
 Cuarta vía: Considera los grados de perfección que hay en los seres
 Quinta vía: Se toma del gobierno del mundo
Desde la Biblia
 Conocimiento de Dios por medio de la creación
 Conocimiento de Dios por los grados de perfección
 El testimonio de la conciencia
La experiencia de Dios

Introducción
Vivimos en un mundo marcado por la cultura de muerte. Las constantes manifestaciones de rupturas con uno mismo como soledad, tristeza, sin sentido, búsquedas desenfrenadas de falsas seguridades; las rupturas con los demás traducidas en violencia, delincuencia, terrorismo, guerras, entre otras; no tienen otra causa que la ruptura fontal con Aquel que nos creó y nos conoce plenamente, Dios mismo. El anhelo de infinito que cada hombre experimenta en lo más profundo de su corazón se ve traicionado al cerrarle la puerta al Único que puede saciar esa nostalgia de eternidad.
En la historia de la humanidad siempre han estado aquellos que niegan explícitamente a Dios, los denominados ateos; otros que crean dioses a sus medidas trayendo como consecuencia visiones reducidas de Dios, como por ejemplo: los deístas, los panteístas, los idealistas kantianos, etc.
En nuestros días percibimos -por el avance del secularismo- la ausencia de Dios en las estructuras de nuestra sociedad, una sociedad que termina poniendo a Dios "entre paréntesis", regida por un estribillo cada vez más común: "si Dios no está en mi vida práctica y no tengo como probar si existe o no existe, entonces no me interesa".
Ante este panorama, los católicos enfrentamos la urgencia de hacer una opción clara y decidida por anunciar con sólidos argumentos que Dios sí existe y está muy cerca de cada uno de nosotros.
El hombre puede llegar al conocimiento de Dios de muchas maneras. Todas ellas responden tanto a la capacidad natural de la inteligencia humana de conocer la existencia de Dios, como a la Revelación divina que nos ofrece de El un conocimiento sobrenatural.
Por ello, seguidamente señalaremos los principales postulados que nos permiten afirmar que Dios existe, es real y es cercano.
Empezaremos con las cinco vías que Santo Tomás de Aquino desarrolló hace más de 700 años para demostrar la existencia de Dios, desde un conocimiento a posteriori, es decir una manera de aproximarse a la realidad divina desde la experiencia sensible, que va de lo conocido a lo desconocido, de lo sensible a lo espiritual, de los efectos a la causa suprema.


Primera vía: Se funda en el movimiento
1) Es innegable, y consta a nuestros sentidos, que hay cosas que se mueven, es decir, que cambian. No se trata sólo del movimiento en sentido físico (locomoción), sino en sentido metafísico, es decir, como paso de la potencia al acto (cambios de una condición a otra, de un ser a otro, etcétera).
2) Pues bien, todo lo que se mueve, cambia, muda o transforma es movido por otro, ya que nada se mueve más que cuando está en potencia respecto a aquello para lo que se mueve. En cambio, mover requiere estar en acto, ya que mover no es otra cosa que hacer pasar algo de la potencia al acto, y esto no puede hacerlo más que lo que está en acto. Por ejemplo, el fuego hace que un leño -que está caliente sólo en potencia- pase a estar caliente en acto. Pero no es posible que una misma cosa esté, a la vez, en potencia y en acto respecto a lo mismo, sino en orden a cosas diversas. Es imposible que una misma cosa sea, por lo mismo y de la misma manera, motor y móvil, como también lo es que se mueva a sí misma. Por consiguiente, todo lo que se mueve es movido por otro.
3) Pero, si lo que mueve a otro es, a su vez, movido, es necesario que lo mueva un tercero, y a éste otro. Mas no se puede seguir indefinidamente, porque así no habría un primer motor, y, por consiguiente, no habría motor alguno, pues los motores intermedios no mueven más que en virtud del movimiento que reciben del primero, lo mismo que un bastón nada mueve si no lo impulsa la mano.
Por consiguiente, es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie.
4) Este primer motor que no es movido por nadie es el que todos entienden por Dios. Luego Dios existe.


Segunda vía: Se basa en la causalidad eficiente
1) Nos consta por experiencia que hay en el mundo sensible un orden determinado entre las causas eficientes, pues están subordinadas esencialmente entre sí para la producción de un efecto común.
2) Pero no se da, ni es tampoco posible, que una cosa sea causa de sí misma, ni en el orden del ser ni en el de la operación, pues en tal caso habría de ser anterior a sí misma, y esto es imposible.
3) Ahora bien: esa serie de causas eficientes, subordinadas esencialmente entre sí, no se puede prolongar indefinidamente, porque siempre que hay causas eficientes subordinadas, la primera es causa de la intermedia, y ésta causa de la última. Cada una de estas causas actúa por influjo de las causas que la preceden. Y así tenemos que, suprimida una causa se suprime su efecto. Por consiguiente, si no existiese una causa primera, tampoco existiría la intermedia, ni la última. Si, pues, se prolongase indefinidamente la serie de causas eficientes, no habría causa eficiente primera y, por tanto, no habría efecto último, ni causa eficiente intermedia, cosa falsa a todas luces.
Por consiguiente, es necesario que exista una causa eficiente primera.
4) Esta causa eficiente primera, que no es causada por ninguna otra, a la que están subordinadas todas las demás causas; es decir, esta causa eficiente incausada es llamada por todos Dios. Luego Dios existe.


Tercera vía: Se fundamenta en la contingencia de los seres
1) Es evidente que hallamos en la naturaleza seres que pueden existir o no existir, pues vemos seres que vienen a la existencia por generación y seres que se destruyen por corrupción; es decir, seres que no tienen en sí mismos la razón de su existencia, sino que están condicionados por otros seres, y, por tanto, hay posibilidad de que existan y de que no existan. Estos seres reciben el nombre de seres contingentes.
2) Ahora bien: es imposible que los seres contingentes hayan existido siempre, ya que lo que tiene la posibilidad de no ser, hubo un tiempo en que no fue. Es decir, los seres contingentes, que tienen la posibilidad de existir y de no existir, reciben la existencia, no por sí mismos, sino por otro ser que ya existe. Así, pues, los seres contingentes son, por esencia, efecto, seres que piden causa, seres que alguna vez han comenzado a existir causados por otro.
Pero, como ya se demostró antes (segunda vía), es imposible y absurdo que haya una serie infinita de seres contingentes, es decir, de causas subordinadas, ya que es imposible que sólo existan efectos.
Por consiguiente, los seres contingentes exigen la existencia de un ser que no haya comenzado a existir; un ser no causado, que exista por sí mismo; un ser que ha existido siempre. A este ser se le llama ser necesario.
3) Pero el ser necesario, o tiene la existencia por sí mismo, o la ha recibido de otro ser necesario superior. En esta segunda hipótesis, si el ser necesario ha recibido su existencia de otro ser necesario superior, es imposible aceptar una serie indefinida de seres necesarios. Es forzoso, por tanto, admitir la existencia de un ser necesario que exista por sí mismo y que no tenga fuera de sí la causa de su necesidad, sino que sea causa de los demás seres.
4) A este ser necesario, que no tiene la existencia recibida de otro, sino que existe por sí mismo, en virtud de su propia naturaleza, es al que todos llaman Dios. Luego Dios existe.


Cuarta vía: Considera los grados de perfección que hay en los seres
1) Vemos en los seres que unos son más o menos buenos, más o menos verdaderos y nobles que otros; y lo mismo ocurre con las diversas cualidades. Así, por ejemplo, nadie duda que el hombre es más perfecto que el animal; el animal, más perfecto que el vegetal; y éste más perfecto que el mineral. Lo propio se ha de decir de la bondad, de la verdad, de la nobleza y de otras perfecciones semejantes, las cuales están realizadas en todos los seres según una diversidad de grados, en virtud de la cual unos seres son más perfectos que otros.
2) Pero la diversidad de grados que se da en esas perfecciones, es decir, las cosas más o menos buenas, más o menos verdaderas, más o menos bellas, etc., suponen la existencia de lo máximo; están reclamando un ser óptimo, verdaderísimo, bellísimo, etc. En otras palabras, esos grados dc perfección son algo causado por otro, el cual, si posee esas perfecciones en grado limitado, las tendrá, a su vez, causadas por otro.
3) Pero como es imposible admitir una serie infinita de causas limitadas, causadas, en este proceso de ascensión, llegamos a una primera causa en donde todas esas perfecciones se encuentran en grado sumo y en toda su plenitud. Por lo tanto, ha de existir algo que sea verísimo, nobilísimo, bellísimo y óptimo, y por ello ente o ser supremo, pues lo que es verdad máxima es máxima entidad.
Ahora bien: quien tiene una perfección pura en grado máximo, o por esencia, es causa de esta perfección en todos aquellos que la poseen en grado inferior, o por participación. Además, no puede ser más que un único ser, una única perfección subsistente en sí misma, una única perfección en toda su plenitud y totalidad.
4) Por consiguiente, existe algo que es para todas las cosas causa de su ser, de su bondad, de su belleza y de todas sus perfecciones, porque se trata del Ser sumo, de la Verdad suma, de la suma Bondad; y a este ser todos lo llamamos Dios. Luego Dios existe.


Quinta vía: Se toma del gobierno del mundo
1) Vemos que cosas que carecen de conocimiento, como los cuerpos naturales, obran por un fin, como se comprueba observando que siempre, o casi siempre, obran de la misma manera para conseguir lo que más les conviene, es decir, su plena evolución y desarrollo, o la conservación de su especie, o el orden dinámico del cosmos, etc., por lo que se comprende que no van a su fin obrando al azar, sin rumbo ni orientación, sino intencionadamente.
2) Ahora bien: los seres que carecen de conocimiento no pueden tender a sus respectivos fines si no los dirige un ser inteligente que conozca dicho fin, a la manera como el arquero dirige la flecha.
3) Esta inteligencia ordenadora no puede estar ordenada por una serie indefinida de inteligencias, sino que es preciso llegar a un ser inteligente supremo, que consiste en su mismo acto de entender, un entender infinito, subsistente y único; es decir, que es el origen y el fundamento de todas las demás inteligencias que conocen y dirigen las cosas carentes de conocimiento a sus propios fines.
4) Luego existe un Ser inteligente supremo que dirige todas las cosas naturales a sus respectivos fines, y a este Ser lo llamamos Dios. Luego Dios existe.


Desde la Biblia
Junto a estas cinco pruebas también podemos llegar a constatar la existencia de Dios aproximándonos a la realidad desde un fundamento bíblico:
a) Conocimiento de Dios por medio de la creación
La Sagrada Escritura atestigua este principio: la razón humana puede conocer a Dios por medio de la creación, pues las cosas creadas son testimonio permanente de su Autor y llevan a su Conocimiento con alcance universal.
En este sentido, en el Libro de la Sabiduría encontramos dos motivos por los cuales el hombre puede alcanzar el conocimiento de Dios. Uno es la belleza que hay en las criaturas: por la contemplación de las diversas bellezas creadas, el hombre puede alcanzar el conocimiento de Aquel que es la fuente de toda belleza, Dios, Belleza Suprema. El otro motivo es el poder y la fuerza que existe en la naturaleza creada: las fuerzas de la naturaleza son un reflejo de la Omnipotencia de Aquel a quien se someten todas las potencias.
"Vanos son por naturaleza todos los hombres que ignoran a y no alcanzan a conocer por los bienes visibles a Aquel-que-es, ni, atendiendo a las obras, reconocieron al Artífice; sino que al fuego, al viento, al aire ligero, a la bóveda estrellada, al agua impetuosa o a las lumbreras del cielo los consideraron como dioses, rectores del universo. Si, seducidos por su belleza, los tuvieron como dioses, sepan cuánto les aventaja el Señor de todos ellos, pues es el Autor mismo de la belleza quien los creó. Y si se admiraron de su poder y de su fuerza, debieron deducir de aquí cuánto más poderoso es su Creador; pues, de la grandeza y de la belleza de las criaturas, se llega por razonamiento al claro conocimiento de su Autor. Con todo, no merecen éstos tan grave reprensión, pues tal vez caminan desorientados buscando a Dios y queriéndole hallar. Ocupados en sus obras, se esfuerzan en conocerlas, y se dejan seducir por lo que ven. ¡Tan bellas se presentan a sus ojos! Pero, por otra parte, tampoco son éstos excusables; porque, si llegaron a adquirir tanta ciencia y fueron capaces de investigar el universo, ¿Cómo no llegaron más fácilmente a descubrir a su Señor?" (Sabiduría 13, 1-9).

b) Conocimiento de Dios por los grados de perfección
Los grados de perfección que el hombre conoce en la naturaleza reflejan la perfección absoluta de un Dios único y personal, al que todos los hombres son llamados a adorar y a seguir.
"La cólera de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad e injusticia de los hombres, que aprisionan la verdad en la injusticia; pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque las perfecciones invisibles de Dios, su poder eterno y su divinidad, se han hecho visibles después de la creación del mundo por el conocimiento que de ellas nos dan las criaturas, de forma que son inexcusables; porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en vanos razonamientos, y su insensato corazón se llenó de tinieblas: jactándose de sabios se volvieron estúpidos, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles. Por eso, Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amén". (Rom 1, 18-25; ver Hech 14, 14-18; 17, 22-30).
En esta carta, el Apóstol San Pablo enseña claramente que el que no reconoce a Dios lo hace por opción libre, pues no se trata sólo de no percibir lo invisible de Dios en las cosas visibles, sino de un cerrazón del corazón que no quiere reconocer a Dios como Señor, y le niega el dominio sobre el hombre y sobre las cosas. Así, el hombre se degrada, no es capaz de reconocer su puesto en un mundo que se ha convertido en desordenado y caótico, y no acierta a descubrir la dimensión divina que aflora en todas las cosas.

c) El testimonio de la conciencia
Asimismo, en la Sagrada Escritura encontramos otro medio a través del cual el hombre puede conocer a Dios: se trata de su conciencia, la cual expresa tanto la existencia de Dios como la ley natural que Dios escribió en el corazón de todo hombre.
"Cuando los gentiles, que no tienen Ley, cumplen las prescripciones de la Ley guiados por la razón natural, sin tener Ley son para sí mismos Ley -es decir, obran según su conciencia-. Y con esto muestran que los preceptos de la Ley están escritos en sus corazones, siendo testigo su conciencia con los juicios que, alternativamente, ya les acusan o bien les defienden". (Rom 2. 14-15).
Los que no han recibido la Revelación de Dios conocen por su razón natural los principios esenciales que informan la ley natural. En la intimidad de su corazón, todo hombre tiene grabada una ley moral natural que participa de la ley eterna de Dios.
Por último, podemos también llegar a demostrar la existencia de Dios desde la propia experiencia interior.


Experiencia personal de Dios
Hay muchas personas que no necesitan de esos argumentos antes señalados para creer y amar a Dios, la experiencia interior de percibirse volcado hacia algo eterno lo conduce hacia Aquel Único Eterno, Dios mismo que toca el corazón para entrar en una infinita comunión de amor, en un diálogo personal e intenso.
Es más, el mismo hecho de estar en mayor sintonía con el sello que con su Imagen Dios ha marcado al hombre, lleva a la persona a acercarse a Dios de manera natural, teniendo la convicción de la existencia de Dios como la luz del día o las estrellas de la noche.. Justamente, como imagen de Dios, el hombre conserva esa convicción divina no como algo extraño y añadido por la presión de la cultura, sino como algo propio, como el fundamento radical de su ser, como la luz que explica el dinamismo de su vida, y como el amor en el que encuentra su plenitud.
Ejemplos en la historia de la Iglesia hay muchos, que al momento de ver el propio interior se encuentran con Aquel que ilumina cada espacio del propio ser.
Vemos esto en el testimonio de San Agustín: "Y he aquí que oigo de la casa vecina una voz, no sé si de un niño o de una niña, que decía cantando, y repetía muchas veces: ¡Toma, lee; toma, lee! Y al punto, inmutado el semblante, me puse con toda atención a pensar, si acaso habría alguna manera de juego, en que los niños usasen canturrear algo parecido; y no recordaba haberlo jamás oído en parte alguna. Y reprimido el ímpetu de las lágrimas, me levanté, interpretando que no otra cosa se me mandaba de parte de Dios, sino que abriese el libro y leyese el primer capítulo que encontrase. Porque había oído decir de Antonio, que por la lección evangélica, a la cual llegó casualmente, había sido amonestado, como si se dijese para él lo que se leía: "Ve, vende todo cuanto tienes, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; y ven y sígueme" (Mt 19, 31); y con este oráculo, luego se convirtió a Vos. Así que volví a toda prisa al lugar donde estaba sentado Alipio, pues allí había puesto el códice del Apóstol al levantarme de allí; lo arrebaté, lo abrí y leí en silencio el primer capítulo que se me vino a los ojos: 'No en comilonas ni embriagueces; no en fornicaciones y deshonestidades; no en rivalidad y envidia; sino vestíos de nuestro Señor Jesucristo, y no hagáis caso de la carne para satisfacer sus concupiscencias' (Rom 13, 13-14). No quise leer más, ni fue menester; pues apenas leída esta sentencia, como si una luz de seguridad se hubiera difundido en mi corazón. todas las tinieblas de la duda se desvanecieron".
También, como testimonios más cercano a nuestra época, tenemos al Cardenal Newman, que en su afán de profundizar en la vida interior, se convierte al catolicismo por la oración y el estudio. Asimismo, está Claudel que se siente conmovido en su espíritu al oír el canto del Magníficat en una tarde de Navidad; y confiesa:
"Qué dichosas son las personas que creen! Pero... si fuera verdad... ¡Es verdad! ¡Dios existe, está ahí! ¡Es alguien, es un ser tan personal como yo! Me ama. Me llama".

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MensajePublicado: Sab Ago 04, 2007 4:27 pm    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
Responder citando

De la existencia del Jesús histórico existen innumerables pruebas, semejantes a las de otros personajes de la historia, si dice incluso que el nivel de concordancia y otros criterios utilizados es por mucho superior al de otros hechos como las guerras púnicas etc...

En primer lugar existen escritos, los de mayor credibilidad son los evangelios, estos constituyen fuentes históricas o referencias, también hay otros escritos y testimonios.

Luego tenemos objetos arqueológicos, uno de los de mayor valor es el manto santo de turín, al que numerosas veces científicos de todo el mundo le han realizado muchas pruebas, la conclusión a la que se ha llegado es que dicho objeto solo pudo haber pertenecido a una persona: Jesús de Nazaret.

El testimonio de los apóstoles y mártires oculares de Jesús es de mucho valor, ya que cómo diría el Padre Loring, se puede dar la vida por algo que la persona "cree cierto". Pero jamás alguien daría la vida por algo que sabe muy bien que es falso, cabe señalar que, a excepción de Judas y Juan, el resto de los apóstoles dieron unánimemente su vida voluntariamente por sostener la verdad de que Jesús no solo existió, sino de ser El que Es, el Señor.
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MensajePublicado: Sab Ago 25, 2007 5:25 pm    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
Responder citando

enriqueellena escribió:
Espero que las cinco vías de Santo Tomas de Aquino te sean suficiente.


Las pruebas sobre la existencia de Dios
Las cinco vías (ver Suma Teológica, 1, q2, a3):
 Introducción
 Primera vía: Se funda en el movimiento
 Segunda vía: Se basa en la causalidad eficiente
 Tercera vía: Se fundamenta en la contingencia de los seres
 Cuarta vía: Considera los grados de perfección que hay en los seres
 Quinta vía: Se toma del gobierno del mundo
Desde la Biblia
 Conocimiento de Dios por medio de la creación
 Conocimiento de Dios por los grados de perfección
 El testimonio de la conciencia
La experiencia de Dios

Introducción
Vivimos en un mundo marcado por la cultura de muerte. Las constantes manifestaciones de rupturas con uno mismo como soledad, tristeza, sin sentido, búsquedas desenfrenadas de falsas seguridades; las rupturas con los demás traducidas en violencia, delincuencia, terrorismo, guerras, entre otras; no tienen otra causa que la ruptura fontal con Aquel que nos creó y nos conoce plenamente, Dios mismo. El anhelo de infinito que cada hombre experimenta en lo más profundo de su corazón se ve traicionado al cerrarle la puerta al Único que puede saciar esa nostalgia de eternidad.
En la historia de la humanidad siempre han estado aquellos que niegan explícitamente a Dios, los denominados ateos; otros que crean dioses a sus medidas trayendo como consecuencia visiones reducidas de Dios, como por ejemplo: los deístas, los panteístas, los idealistas kantianos, etc.
En nuestros días percibimos -por el avance del secularismo- la ausencia de Dios en las estructuras de nuestra sociedad, una sociedad que termina poniendo a Dios "entre paréntesis", regida por un estribillo cada vez más común: "si Dios no está en mi vida práctica y no tengo como probar si existe o no existe, entonces no me interesa".
Ante este panorama, los católicos enfrentamos la urgencia de hacer una opción clara y decidida por anunciar con sólidos argumentos que Dios sí existe y está muy cerca de cada uno de nosotros.
El hombre puede llegar al conocimiento de Dios de muchas maneras. Todas ellas responden tanto a la capacidad natural de la inteligencia humana de conocer la existencia de Dios, como a la Revelación divina que nos ofrece de El un conocimiento sobrenatural.
Por ello, seguidamente señalaremos los principales postulados que nos permiten afirmar que Dios existe, es real y es cercano.
Empezaremos con las cinco vías que Santo Tomás de Aquino desarrolló hace más de 700 años para demostrar la existencia de Dios, desde un conocimiento a posteriori, es decir una manera de aproximarse a la realidad divina desde la experiencia sensible, que va de lo conocido a lo desconocido, de lo sensible a lo espiritual, de los efectos a la causa suprema.


Primera vía: Se funda en el movimiento
1) Es innegable, y consta a nuestros sentidos, que hay cosas que se mueven, es decir, que cambian. No se trata sólo del movimiento en sentido físico (locomoción), sino en sentido metafísico, es decir, como paso de la potencia al acto (cambios de una condición a otra, de un ser a otro, etcétera).
2) Pues bien, todo lo que se mueve, cambia, muda o transforma es movido por otro, ya que nada se mueve más que cuando está en potencia respecto a aquello para lo que se mueve. En cambio, mover requiere estar en acto, ya que mover no es otra cosa que hacer pasar algo de la potencia al acto, y esto no puede hacerlo más que lo que está en acto. Por ejemplo, el fuego hace que un leño -que está caliente sólo en potencia- pase a estar caliente en acto. Pero no es posible que una misma cosa esté, a la vez, en potencia y en acto respecto a lo mismo, sino en orden a cosas diversas. Es imposible que una misma cosa sea, por lo mismo y de la misma manera, motor y móvil, como también lo es que se mueva a sí misma. Por consiguiente, todo lo que se mueve es movido por otro.
3) Pero, si lo que mueve a otro es, a su vez, movido, es necesario que lo mueva un tercero, y a éste otro. Mas no se puede seguir indefinidamente, porque así no habría un primer motor, y, por consiguiente, no habría motor alguno, pues los motores intermedios no mueven más que en virtud del movimiento que reciben del primero, lo mismo que un bastón nada mueve si no lo impulsa la mano.
Por consiguiente, es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie.
4) Este primer motor que no es movido por nadie es el que todos entienden por Dios. Luego Dios existe.


Segunda vía: Se basa en la causalidad eficiente
1) Nos consta por experiencia que hay en el mundo sensible un orden determinado entre las causas eficientes, pues están subordinadas esencialmente entre sí para la producción de un efecto común.
2) Pero no se da, ni es tampoco posible, que una cosa sea causa de sí misma, ni en el orden del ser ni en el de la operación, pues en tal caso habría de ser anterior a sí misma, y esto es imposible.
3) Ahora bien: esa serie de causas eficientes, subordinadas esencialmente entre sí, no se puede prolongar indefinidamente, porque siempre que hay causas eficientes subordinadas, la primera es causa de la intermedia, y ésta causa de la última. Cada una de estas causas actúa por influjo de las causas que la preceden. Y así tenemos que, suprimida una causa se suprime su efecto. Por consiguiente, si no existiese una causa primera, tampoco existiría la intermedia, ni la última. Si, pues, se prolongase indefinidamente la serie de causas eficientes, no habría causa eficiente primera y, por tanto, no habría efecto último, ni causa eficiente intermedia, cosa falsa a todas luces.
Por consiguiente, es necesario que exista una causa eficiente primera.
4) Esta causa eficiente primera, que no es causada por ninguna otra, a la que están subordinadas todas las demás causas; es decir, esta causa eficiente incausada es llamada por todos Dios. Luego Dios existe.


Tercera vía: Se fundamenta en la contingencia de los seres
1) Es evidente que hallamos en la naturaleza seres que pueden existir o no existir, pues vemos seres que vienen a la existencia por generación y seres que se destruyen por corrupción; es decir, seres que no tienen en sí mismos la razón de su existencia, sino que están condicionados por otros seres, y, por tanto, hay posibilidad de que existan y de que no existan. Estos seres reciben el nombre de seres contingentes.
2) Ahora bien: es imposible que los seres contingentes hayan existido siempre, ya que lo que tiene la posibilidad de no ser, hubo un tiempo en que no fue. Es decir, los seres contingentes, que tienen la posibilidad de existir y de no existir, reciben la existencia, no por sí mismos, sino por otro ser que ya existe. Así, pues, los seres contingentes son, por esencia, efecto, seres que piden causa, seres que alguna vez han comenzado a existir causados por otro.
Pero, como ya se demostró antes (segunda vía), es imposible y absurdo que haya una serie infinita de seres contingentes, es decir, de causas subordinadas, ya que es imposible que sólo existan efectos.
Por consiguiente, los seres contingentes exigen la existencia de un ser que no haya comenzado a existir; un ser no causado, que exista por sí mismo; un ser que ha existido siempre. A este ser se le llama ser necesario.
3) Pero el ser necesario, o tiene la existencia por sí mismo, o la ha recibido de otro ser necesario superior. En esta segunda hipótesis, si el ser necesario ha recibido su existencia de otro ser necesario superior, es imposible aceptar una serie indefinida de seres necesarios. Es forzoso, por tanto, admitir la existencia de un ser necesario que exista por sí mismo y que no tenga fuera de sí la causa de su necesidad, sino que sea causa de los demás seres.
4) A este ser necesario, que no tiene la existencia recibida de otro, sino que existe por sí mismo, en virtud de su propia naturaleza, es al que todos llaman Dios. Luego Dios existe.


Cuarta vía: Considera los grados de perfección que hay en los seres
1) Vemos en los seres que unos son más o menos buenos, más o menos verdaderos y nobles que otros; y lo mismo ocurre con las diversas cualidades. Así, por ejemplo, nadie duda que el hombre es más perfecto que el animal; el animal, más perfecto que el vegetal; y éste más perfecto que el mineral. Lo propio se ha de decir de la bondad, de la verdad, de la nobleza y de otras perfecciones semejantes, las cuales están realizadas en todos los seres según una diversidad de grados, en virtud de la cual unos seres son más perfectos que otros.
2) Pero la diversidad de grados que se da en esas perfecciones, es decir, las cosas más o menos buenas, más o menos verdaderas, más o menos bellas, etc., suponen la existencia de lo máximo; están reclamando un ser óptimo, verdaderísimo, bellísimo, etc. En otras palabras, esos grados dc perfección son algo causado por otro, el cual, si posee esas perfecciones en grado limitado, las tendrá, a su vez, causadas por otro.
3) Pero como es imposible admitir una serie infinita de causas limitadas, causadas, en este proceso de ascensión, llegamos a una primera causa en donde todas esas perfecciones se encuentran en grado sumo y en toda su plenitud. Por lo tanto, ha de existir algo que sea verísimo, nobilísimo, bellísimo y óptimo, y por ello ente o ser supremo, pues lo que es verdad máxima es máxima entidad.
Ahora bien: quien tiene una perfección pura en grado máximo, o por esencia, es causa de esta perfección en todos aquellos que la poseen en grado inferior, o por participación. Además, no puede ser más que un único ser, una única perfección subsistente en sí misma, una única perfección en toda su plenitud y totalidad.
4) Por consiguiente, existe algo que es para todas las cosas causa de su ser, de su bondad, de su belleza y de todas sus perfecciones, porque se trata del Ser sumo, de la Verdad suma, de la suma Bondad; y a este ser todos lo llamamos Dios. Luego Dios existe.


Quinta vía: Se toma del gobierno del mundo
1) Vemos que cosas que carecen de conocimiento, como los cuerpos naturales, obran por un fin, como se comprueba observando que siempre, o casi siempre, obran de la misma manera para conseguir lo que más les conviene, es decir, su plena evolución y desarrollo, o la conservación de su especie, o el orden dinámico del cosmos, etc., por lo que se comprende que no van a su fin obrando al azar, sin rumbo ni orientación, sino intencionadamente.
2) Ahora bien: los seres que carecen de conocimiento no pueden tender a sus respectivos fines si no los dirige un ser inteligente que conozca dicho fin, a la manera como el arquero dirige la flecha.
3) Esta inteligencia ordenadora no puede estar ordenada por una serie indefinida de inteligencias, sino que es preciso llegar a un ser inteligente supremo, que consiste en su mismo acto de entender, un entender infinito, subsistente y único; es decir, que es el origen y el fundamento de todas las demás inteligencias que conocen y dirigen las cosas carentes de conocimiento a sus propios fines.
4) Luego existe un Ser inteligente supremo que dirige todas las cosas naturales a sus respectivos fines, y a este Ser lo llamamos Dios. Luego Dios existe.


Desde la Biblia
Junto a estas cinco pruebas también podemos llegar a constatar la existencia de Dios aproximándonos a la realidad desde un fundamento bíblico:
a) Conocimiento de Dios por medio de la creación
La Sagrada Escritura atestigua este principio: la razón humana puede conocer a Dios por medio de la creación, pues las cosas creadas son testimonio permanente de su Autor y llevan a su Conocimiento con alcance universal.
En este sentido, en el Libro de la Sabiduría encontramos dos motivos por los cuales el hombre puede alcanzar el conocimiento de Dios. Uno es la belleza que hay en las criaturas: por la contemplación de las diversas bellezas creadas, el hombre puede alcanzar el conocimiento de Aquel que es la fuente de toda belleza, Dios, Belleza Suprema. El otro motivo es el poder y la fuerza que existe en la naturaleza creada: las fuerzas de la naturaleza son un reflejo de la Omnipotencia de Aquel a quien se someten todas las potencias.
"Vanos son por naturaleza todos los hombres que ignoran a y no alcanzan a conocer por los bienes visibles a Aquel-que-es, ni, atendiendo a las obras, reconocieron al Artífice; sino que al fuego, al viento, al aire ligero, a la bóveda estrellada, al agua impetuosa o a las lumbreras del cielo los consideraron como dioses, rectores del universo. Si, seducidos por su belleza, los tuvieron como dioses, sepan cuánto les aventaja el Señor de todos ellos, pues es el Autor mismo de la belleza quien los creó. Y si se admiraron de su poder y de su fuerza, debieron deducir de aquí cuánto más poderoso es su Creador; pues, de la grandeza y de la belleza de las criaturas, se llega por razonamiento al claro conocimiento de su Autor. Con todo, no merecen éstos tan grave reprensión, pues tal vez caminan desorientados buscando a Dios y queriéndole hallar. Ocupados en sus obras, se esfuerzan en conocerlas, y se dejan seducir por lo que ven. ¡Tan bellas se presentan a sus ojos! Pero, por otra parte, tampoco son éstos excusables; porque, si llegaron a adquirir tanta ciencia y fueron capaces de investigar el universo, ¿Cómo no llegaron más fácilmente a descubrir a su Señor?" (Sabiduría 13, 1-9).

b) Conocimiento de Dios por los grados de perfección
Los grados de perfección que el hombre conoce en la naturaleza reflejan la perfección absoluta de un Dios único y personal, al que todos los hombres son llamados a adorar y a seguir.
"La cólera de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad e injusticia de los hombres, que aprisionan la verdad en la injusticia; pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque las perfecciones invisibles de Dios, su poder eterno y su divinidad, se han hecho visibles después de la creación del mundo por el conocimiento que de ellas nos dan las criaturas, de forma que son inexcusables; porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en vanos razonamientos, y su insensato corazón se llenó de tinieblas: jactándose de sabios se volvieron estúpidos, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles. Por eso, Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amén". (Rom 1, 18-25; ver Hech 14, 14-18; 17, 22-30).
En esta carta, el Apóstol San Pablo enseña claramente que el que no reconoce a Dios lo hace por opción libre, pues no se trata sólo de no percibir lo invisible de Dios en las cosas visibles, sino de un cerrazón del corazón que no quiere reconocer a Dios como Señor, y le niega el dominio sobre el hombre y sobre las cosas. Así, el hombre se degrada, no es capaz de reconocer su puesto en un mundo que se ha convertido en desordenado y caótico, y no acierta a descubrir la dimensión divina que aflora en todas las cosas.

c) El testimonio de la conciencia
Asimismo, en la Sagrada Escritura encontramos otro medio a través del cual el hombre puede conocer a Dios: se trata de su conciencia, la cual expresa tanto la existencia de Dios como la ley natural que Dios escribió en el corazón de todo hombre.
"Cuando los gentiles, que no tienen Ley, cumplen las prescripciones de la Ley guiados por la razón natural, sin tener Ley son para sí mismos Ley -es decir, obran según su conciencia-. Y con esto muestran que los preceptos de la Ley están escritos en sus corazones, siendo testigo su conciencia con los juicios que, alternativamente, ya les acusan o bien les defienden". (Rom 2. 14-15).
Los que no han recibido la Revelación de Dios conocen por su razón natural los principios esenciales que informan la ley natural. En la intimidad de su corazón, todo hombre tiene grabada una ley moral natural que participa de la ley eterna de Dios.
Por último, podemos también llegar a demostrar la existencia de Dios desde la propia experiencia interior.


Experiencia personal de Dios
Hay muchas personas que no necesitan de esos argumentos antes señalados para creer y amar a Dios, la experiencia interior de percibirse volcado hacia algo eterno lo conduce hacia Aquel Único Eterno, Dios mismo que toca el corazón para entrar en una infinita comunión de amor, en un diálogo personal e intenso.
Es más, el mismo hecho de estar en mayor sintonía con el sello que con su Imagen Dios ha marcado al hombre, lleva a la persona a acercarse a Dios de manera natural, teniendo la convicción de la existencia de Dios como la luz del día o las estrellas de la noche.. Justamente, como imagen de Dios, el hombre conserva esa convicción divina no como algo extraño y añadido por la presión de la cultura, sino como algo propio, como el fundamento radical de su ser, como la luz que explica el dinamismo de su vida, y como el amor en el que encuentra su plenitud.
Ejemplos en la historia de la Iglesia hay muchos, que al momento de ver el propio interior se encuentran con Aquel que ilumina cada espacio del propio ser.
Vemos esto en el testimonio de San Agustín: "Y he aquí que oigo de la casa vecina una voz, no sé si de un niño o de una niña, que decía cantando, y repetía muchas veces: ¡Toma, lee; toma, lee! Y al punto, inmutado el semblante, me puse con toda atención a pensar, si acaso habría alguna manera de juego, en que los niños usasen canturrear algo parecido; y no recordaba haberlo jamás oído en parte alguna. Y reprimido el ímpetu de las lágrimas, me levanté, interpretando que no otra cosa se me mandaba de parte de Dios, sino que abriese el libro y leyese el primer capítulo que encontrase. Porque había oído decir de Antonio, que por la lección evangélica, a la cual llegó casualmente, había sido amonestado, como si se dijese para él lo que se leía: "Ve, vende todo cuanto tienes, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; y ven y sígueme" (Mt 19, 31); y con este oráculo, luego se convirtió a Vos. Así que volví a toda prisa al lugar donde estaba sentado Alipio, pues allí había puesto el códice del Apóstol al levantarme de allí; lo arrebaté, lo abrí y leí en silencio el primer capítulo que se me vino a los ojos: 'No en comilonas ni embriagueces; no en fornicaciones y deshonestidades; no en rivalidad y envidia; sino vestíos de nuestro Señor Jesucristo, y no hagáis caso de la carne para satisfacer sus concupiscencias' (Rom 13, 13-14). No quise leer más, ni fue menester; pues apenas leída esta sentencia, como si una luz de seguridad se hubiera difundido en mi corazón. todas las tinieblas de la duda se desvanecieron".
También, como testimonios más cercano a nuestra época, tenemos al Cardenal Newman, que en su afán de profundizar en la vida interior, se convierte al catolicismo por la oración y el estudio. Asimismo, está Claudel que se siente conmovido en su espíritu al oír el canto del Magníficat en una tarde de Navidad; y confiesa:
"Qué dichosas son las personas que creen! Pero... si fuera verdad... ¡Es verdad! ¡Dios existe, está ahí! ¡Es alguien, es un ser tan personal como yo! Me ama. Me llama".

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Sí, pero las cinco vías ya las refutó Kant.
Hay que actualizarse un poco más.
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enriqueellena
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MensajePublicado: Sab Ago 25, 2007 9:16 pm    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
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Muy bien KEKA; creo que no se podía responder con mas acierto. San Tmas es hoy la luz para la formación de Sacerdotes, esta talmente vigente y actual, por algo es un Doctor de la Iglesia, maestro en la teología.


.
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IDEMIGUELB
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MensajePublicado: Dom Ago 26, 2007 12:00 am    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
Responder citando

Ah, perdón, en eso discrepo totalmente. Kant, por descontado, posee vigencia. Más, desde luego, que Santo Tomás, en lo que se refiere a filosofía. Y la teoría de las cinco vías de Santo Tomás no era teológica, sino filosófica, dado que no hablaba de Dios como ente sino de la posibilidad de hallar certeza de su existencia. Eso es epistemología, no teología. De hecho, Santo Tomás copió alguna de sus vías a Aristóteles, que no era creyente, claro. Y, desde luego, su refutación no sólo se debe a Kant. Hoy, en filosofía, ni se discuten, porque están completamente superadas. Sé que duele, pero veamoslo desde otro punto de vista: si la existencia de Dios se pudiera demostrar racionalmente, ¿qué espacio quedaría para la fe?
Y, hombre, lo de que Santo Tomás está plenamente vigente... No sé, no sé. Y diría que hay partes que sí, pero otras... ¿La animación retardada, por ejemplo?
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Pablo Torres
Veterano


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MensajePublicado: Dom Ago 26, 2007 6:05 am    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
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Apreciado en Cristo Dogfax:

¿Buscas otras referencias literarias no cristianas, de la existencia histórica de Jesucristo?

Flavio Josefo, historiador judío, menciona a Jesucristo. Bendiciones.
_________________
Dios nos bendiga a todos.
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IDEMIGUELB
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MensajePublicado: Dom Ago 26, 2007 7:50 am    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
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Estimado Pablo, gran respuesta, mucho más pertinente que recurrir a las cinco vías. Una pregunta sobre historia, requiere una respuesta basada en hechos históricos, no filosóficos. Gracias.
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IDEMIGUELB
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Registrado: 24 Ago 2007
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MensajePublicado: Dom Ago 26, 2007 11:30 pm    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
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KEKA114 escribió:
IDEMIGUELB escribió:
Ah, perdón, en eso discrepo totalmente. Kant, por descontado, posee vigencia. Más, desde luego, que Santo Tomás, en lo que se refiere a filosofía. Y la teoría de las cinco vías de Santo Tomás no era teológica, sino filosófica, dado que no hablaba de Dios como ente sino de la posibilidad de hallar certeza de su existencia. Eso es epistemología, no teología. De hecho, Santo Tomás copió alguna de sus vías a Aristóteles, que no era creyente, claro. Y, desde luego, su refutación no sólo se debe a Kant. Hoy, en filosofía, ni se discuten, porque están completamente superadas. Sé que duele, pero veamoslo desde otro punto de vista: si la existencia de Dios se pudiera demostrar racionalmente, ¿qué espacio quedaría para la fe?
Y, hombre, lo de que Santo Tomás está plenamente vigente... No sé, no sé. Y diría que hay partes que sí, pero otras... ¿La animación retardada, por ejemplo?


¿a estudiado filosofia? por esta respuesta creo que no.....

¿A estudiado a fondo la filosofia cristiana? creo que no mucho tampoco.....por su resuesta de la fe y la razón.

Vamos, que Santo Tomas tiene su buen lugar en esa rama en filosofia y se discute diariamente. Si llega a estudiar filosofia, auqnue sea en un lugar no-cristiano, se encontrará con santo Tomas, San Agustin y otros cuantos filosofos cristianos. Aunque piense que no.....pero bueno, los que saben de filosofia saben que asi es.


Hombre, lo de diariamente...
Le puedo asegurar que a Kant se le estudia mucho más. Y a Wittgenstein, y a Heidegger y a Nietzsche...
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enriqueellena
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MensajePublicado: Lun Ago 27, 2007 12:24 am    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
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Bien veo que la falta de fe cuestiona cualquier cosa. Desconocer el valor de las cinco vías de Santo Tomas es mas o menos como no creer en la existencia de Dios, pero allá cada quien con lo suyo.


Como no soy filósofo no entrare en terrenos que no me son propios, pero alguien a hablado de historia y a ello me remitiré.

Cuando hablamos de historia nos encontramos ante la necesidad de tener pruebas reales de los hechos que estamos analizando, en este caso es la existencia de Cristo.

Llegado a este punto usaré la comparación para resolver el problema planteado: La historia que tenemos, o el respaldo histórico que tenemos de que Cristo existió, es contundente, no hay casos en la historia de la humanidad en la que los contemporáneos del ser en cuestión lo acrediten con la solvencia de los Evangelios, documentos escritos por hombres que compartieron con Cristo y vivieron a su lado como discípulos, verdaderos testigos.

Ellos nos narran los actos mas significativos de un ser de su tiempo con detalles asombrosos. Muchas veces he discutido con ateos que sostienen que la fe es algo temporal y siempre he terminado el tema con algo parecido a esto, no hay hecho histórico que tenga el respaldo de la existencia de Cristo. Testimonios concretos, simplificados y de diferentes autores.

¿Que necesitamos para saber si algo existió? Tener las pruebas y esas son las pruebas más contundentes. Podemos suponer cualquier fantasía o intención de difamación, pero esa caería solo con decir esto: existo por que los que estuvieron con El lo atestiguan. No habría tribunal que pudiera rechazar esta prueba, un testimonio claro bien fundamentado e históricamente válido.

Ahora si el sostener esta teoría de dudas es intentar confundir o desacreditar, ella sola queda desacreditada. Cristo existió y las pruebas así lo afirman y lo corroboran.

El que quiera oír que oiga .
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enriqueellena
Invitado





MensajePublicado: Lun Ago 27, 2007 12:30 am    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
Responder citando

A los que participan de esta discusión: Les recuerdo que las reglas del foro deben ser respetadas sin excepción y en ella se señala claramente que esta prohibido agredir a las personas u utilizar términos agraviantes
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IDEMIGUELB
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Registrado: 24 Ago 2007
Mensajes: 80

MensajePublicado: Lun Ago 27, 2007 7:03 am    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
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enriqueellena escribió:
Bien veo que la falta de fe cuestiona cualquier cosa. Desconocer el valor de las cinco vías de Santo Tomas es mas o menos como no creer en la existencia de Dios, pero allá cada quien con lo suyo.

Estimado Enrique, me temo que en este punto yerra. Se puede tener fe y, a pesar de ello, creer que las cinco vías no demuestran que el Dios de los católicos exista. Le daré dos motivos (aparte de la falta de consistencia, claro). El primero es que, aun cuando demostrasen la existencia de Dios, el Dios de las cinco vías no tiene por qué se el católico (de hecho, algunas de las vías son de origen griego y pagano). El segundo es que antes de que estas existieran, ya teníamos el argumento de San Anselmo. En su época, seguramente, la gente pensaría que dudar de ese argumento sería dudar de Dios. Y, sin embargo, ya ve. El primero que no se lo creía era Santo Tomás...

Como no soy filósofo no entrare en terrenos que no me son propios, pero alguien a hablado de historia y a ello me remitiré.

Cuando hablamos de historia nos encontramos ante la necesidad de tener pruebas reales de los hechos que estamos analizando, en este caso es la existencia de Cristo.

Llegado a este punto usaré la comparación para resolver el problema planteado: La historia que tenemos, o el respaldo histórico que tenemos de que Cristo existió, es contundente, no hay casos en la historia de la humanidad en la que los contemporáneos del ser en cuestión lo acrediten con la solvencia de los Evangelios, documentos escritos por hombres que compartieron con Cristo y vivieron a su lado como discípulos, verdaderos testigos.

Ellos nos narran los actos mas significativos de un ser de su tiempo con detalles asombrosos. Muchas veces he discutido con ateos que sostienen que la fe es algo temporal y siempre he terminado el tema con algo parecido a esto, no hay hecho histórico que tenga el respaldo de la existencia de Cristo. Testimonios concretos, simplificados y de diferentes autores.

¿Que necesitamos para saber si algo existió? Tener las pruebas y esas son las pruebas más contundentes. Podemos suponer cualquier fantasía o intención de difamación, pero esa caería solo con decir esto: existo por que los que estuvieron con El lo atestiguan. No habría tribunal que pudiera rechazar esta prueba, un testimonio claro bien fundamentado e históricamente válido.

Ah, no. En esto estoy 100% con usted.

Ahora si el sostener esta teoría de dudas es intentar confundir o desacreditar, ella sola queda desacreditada. Cristo existió y las pruebas así lo afirman y lo corroboran.

El que quiera oír que oiga .
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IDEMIGUELB
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Registrado: 24 Ago 2007
Mensajes: 80

MensajePublicado: Lun Ago 27, 2007 7:06 am    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
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enriqueellena escribió:
A los que participan de esta discusión: Les recuerdo que las reglas del foro deben ser respetadas sin excepción y en ella se señala claramente que esta prohibido agredir a las personas u utilizar términos agraviantes


Estimado Enrique. No sé si se refiere a mí. Puedo asegurar que yo no he intentado insultar a nadie en ningún momento. Si alguien se ha sentido así, pido humildemente disculpas. Sobre lo que me hayan podido decir a mí, pues que nadie se preocupe, que no me doy por ofendido.
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ignaciomancilla
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Registrado: 04 Oct 2006
Mensajes: 1810
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MensajePublicado: Vie Ago 31, 2007 12:27 am    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
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La religion es una experiencia Personal
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Pablo V.
Esporádico


Registrado: 15 Feb 2007
Mensajes: 92

MensajePublicado: Vie Sep 14, 2007 11:18 pm    Asunto: Y cómo podrías saber que Cristo no existió? (Existió, eh?)
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
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Dogfax escribió:
A pate de por la Biblia quie es nuestro libro sagrado.


Y añado que estais todos invitados a este foro


Esta pagina tiene sus propios foros, no es correcto promocionar otro sin la autorización de la pagina


Espero que os registreis y os guste mucho, y posteis.
Por favor registraros.


Cambiemos las tornas.

Pregunto: ¿Cómo podría alguien saber y asegurar que Cristo no existió?

Y añado: ...a pesar de lo que dicen las Escrituras, la Tradición y las restantes fuentes históricas donde se recoge la existencia de Cristo y de sus seguidores.

Piénsalo y llegarás a una conclusión: Hay cosas a las que, por evidentes y fundadas, es preferible no darles vueltas. Salvo en el caso de los ateos cuyo pasatiempo, desde los comienzos de la era cristiana, acostumbra a ser "tener ojos y no ver, tener oídos y no oír".

Un saludo.
_________________
Christus Vincit!
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enriqueellena
Invitado





MensajePublicado: Sab Sep 15, 2007 1:05 am    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
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¿Existe realmente Dios?

>> Quien busca la verdad
busca a Dios,
aunque no lo sepa.
Edith Stein

Una constante en la historia de los pueblos

El pensamiento de Dios ronda la mente del hombre desde tiempo inmemorial. Aparece con terca insistencia en todos los lugares y todos los tiempos, hasta en las civilizaciones más arcaicas y aisladas de las que se ha tenido conocimiento. No hay ningún pueblo ni período de la humanidad sin religión. Es algo que ha acompañado al hombre desde siempre, como la sombra sigue al cuerpo.

La existencia de Dios ha sido siempre una de las grandes cuestiones humanas, pues se presenta ante el hombre con un carácter radicalmente comprometedor. El hombre busca respuesta a los grandes enigmas de la condición humana, que ayer como hoy se presentan ineludiblemente en lo más profundo de su corazón: el sentido y el fin de nuestra vida, el bien y el mal, el origen y el fin del dolor, el camino para conseguir la verdadera felicidad, la muerte, el juicio, la retribución después de la muerte. Todo apunta hacia el misterio que envuelve nuestra existencia, de donde procedemos y hacia el que nos dirigimos, hacia aquella misteriosa fuerza que está presente en el curso de todos los acontecimientos humanos, y que impregna la vida de un íntimo sentido religioso.

—Pero a mucha gente no le importa qué hayan hecho todos los pueblos a lo largo de la historia. No quieren hacer lo mismo que hacían otros en el pasado.

No me refería a hacer lo mismo que nuestros antepasados. Toda persona hace muy bien en buscar su propio camino y ser distinta de quienes le han precedido. Me refería a que nunca está de más echar una mirada a la historia, aunque solo sea porque eso puede dar una cierta perspectiva que siempre arroja una luz sobre la propia vida. Como decía Aristóteles, si la religión es una constante en la historia de los pueblos, ha de ser porque pertenece a la misma esencia del hombre.

Por fuerte que haya sido a veces la hostilidad o el influjo secularizante de su entorno, jamás el hombre ha quedado totalmente indiferente ante el problema religioso. Dondequiera que hayan sido suprimidas las instituciones religiosas, o se haya perseguido de un modo u otro a los creyentes, las ideas y los hechos de la religión han vuelto a brotar una y otra vez. La pregunta sobre el sentido de la vida, sobre el enigma del mal y de la muerte, sobre el más allá, son interrogantes que jamás se han podido eludir. Dios está en el origen mismo de la pregunta existencial del hombre.



¿Puede deberse todo al azar?

—¿Y no cabe pensar que todo el universo es, simplemente, obra del azar?

Desde los tiempos más antiguos, el hombre se ha preguntado con asombro cuál sería la explicación de toda esa armonía que hay en la configuración y las leyes del universo.

Cuando el hombre de hoy –comenta José Ramón Ayllón– observa la complejidad y perfección de los procesos bioquímicos en el interior de una célula diminuta, o la de los más gigantescos fenómenos de movimiento y transformación de las galaxias; cuando se asoma al mundo microfísico y propone unas leyes que intentan explicar fenómenos que suceden a escalas de hasta una billonésima de milímetro; o cuando profundiza en la estructura a gran escala del universo hasta límites de más de un billón de billones de kilómetros; contemplando todo ese grandioso espectáculo, cada día con más profundidad gracias a los avances de la ciencia, resulta cada vez más difícil sostener que todo obedece a una misteriosa evolución gobernada por el azar, sin ninguna inteligencia detrás.

Allí donde existe un plan, ha de haber alguien que planifica. Y detrás de una obra de tal complejidad y de tales proporciones, ha de haber un creador, cuyo poder y sabiduría trasciendan cualquier medida.

Pensar que toda la armonía del universo y todas las complejas leyes de la naturaleza son fruto del azar, sería como pensar que las andanzas de Don Quijote de la Mancha que escribió Cervantes pudieron aparecer íntegras sacando letras al azar de una gigantesca marmita con una sopa de letras. Recurrir a una gigantesca casualidad para explicar las maravillas de la naturaleza es una explicación un poco ingenua.

—¿Y no cabe también, como dicen algunos, que el mundo haya existido desde siempre?

Cuando vemos un libro, o un cuadro, o un edificio, inmediatamente pensamos que detrás de esas obras habrá, respectivamente, un escritor, un pintor, un arquitecto.

Y de la misma manera que a nadie se le ocurre pensar que el Quijote surgió de una inmensa masa de letras que cayó al azar sobre unos pliegos de papel y quedaron ordenadas precisamente de esa forma tan ingeniosa, tampoco puede decirse que aquel edificio "está ahí desde siempre", o que ese cuadro "se ha pintado solo", o cosas por el estilo. No podemos sostener seriamente que el mundo "se ha hecho solo", o "se ha creado a sí mismo". Son incongruencias que caen por su propio peso.



¿Ha de haber una "causa primera"?

«"No conozco ningún alfarero –dijo la olla–. Nací por mí misma y soy eterna."

»Pobre loca. Se le ha subido el barro a la cabeza».

Así reflejaba Franz Binhack en su obra Topfer und Topf, con cierto toque de humor, lo ridículo que resulta esa actitud de cerrar los ojos ante la inevitable pregunta sobre el primer origen del ser.

Si de un grifo sale agua, es porque hay una tubería que transporta esa agua. Y esa tubería la recibirá de otra, y esa a su vez de otra. Pero en algún momento se acabarán las tuberías y llegaremos al depósito. Nadie afirmaría que hay siempre agua en el grifo simplemente porque la tubería tiene una longitud infinita.

«De la nada –explica Leo J. Trese– no podemos obtener algo. Si no tenemos bellotas, no podemos plantar un roble. Sin padres, no hay hijos. Así, pues, si no existiera un Ser que fuera eterno (es decir, un Ser que nunca haya empezado a existir), y omnipotente (y capaz por tanto de hacer algo de la nada), no existiría el mundo, con toda su variedad de seres, y no existiríamos nosotros.

»Un roble procede de una bellota, pero las bellotas crecen en los robles. ¿Quién hizo la primera bellota o el primer roble?

»Los hijos tienen padres, y esos padres son hijos de otros padres, y estos de otros. Ahora bien, ¿quién creó a los primeros padres...?

»Algunos evolucionistas dirían que todo empezó a partir de una informe masa de átomos. Bien, pero... ¿quién creó esa masa de átomos?, ¿de dónde procedían?».

¿Quién guió la evolución de esos átomos, según leyes que podemos descubrir, y que evitaron un desarrollo caótico? Alguien tuvo que hacerlo. Alguien que, desde toda la eternidad, haya gozado de una existencia independiente.

Todos los seres de este mundo, hubo un tiempo en que no existieron. Cada uno de ellos deberá siempre su existencia a otro ser. Todos, tanto los vivos como los inertes, son eslabones de una larga cadena de causas y efectos. Pero esa cadena ha de llegar hasta una primera causa. Pretender que un número infinito de causas pudiera dispensarnos de encontrar una causa primera, sería lo mismo que afirmar que un pincel puede pintar por sí solo con tal de que tuviera un mango infinitamente largo.

—Hay quien dice que les basta con saber que los seres simplemente existen. Que no les importa de dónde provienen y que, por tanto, no necesitan pensar más en ello.

Entonces estaríamos cerca de decir que no se debe pensar. Porque renunciar a tan importante parcela del pensamiento supone abandonar un poco la realidad.

Si vemos una chaqueta colgada de una pared (el ejemplo es de Sheed), pero no vemos que está sostenida por una percha, y eso nos lleva a pensar que las chaquetas desafían a las leyes de la gravedad y cuelgan de las paredes por su propio poder, entonces no viviríamos en el mundo real, sino en un mundo irreal que nosotros mismos nos hemos forjado. De manera semejante, si vemos que las cosas existen y no vemos con claridad cuál es la causa de que existan, y eso nos llevara a negar o a ignorar esa causa, estaríamos saliéndonos del mundo real.



Un pequeño "dribling" dialéctico

—Pero algunos filósofos han asegurado que la relación causa-efecto no es más que una dialéctica ajena a la naturaleza, donde los fenómenos se repiten de manera incesante sin que esa relación de causa a efecto exista más que en nuestro entendimiento...

No parece que la noción de causa sea una simple elucubración humana. Es algo que comprobamos cada día, y que la ciencia no cesa de invocar. "Si veo unos niños –apunta André Frossard–, la experiencia me dice que no se han hecho solos. Podrá surgir quizá un filósofo afirmando que no puedo demostrarlo, pero también él se vería en apuros para demostrar que yo estoy equivocado si aseguro que han surgido de unas coles."

Rechazar de esa manera la relación causa-efecto parece un atentado contra la sensatez. De hecho, los que así piensan, luego, en la vida normal, no son consecuentes con esa teoría. Saben, por ejemplo, que si meten los dedos en un enchufe, recibirán la correspondiente descarga, y por eso procuran no hacerlo. Saben que la relación enchufe-calambrazo no es una dialéctica ajena a la naturaleza que exista solo en su entendimiento..., aunque solo sea porque en los dedos no está el entendimiento. Cuando –negando la evidencia de las causas– dicen que todo lo que existe es fruto del azar, hacen una renuncia puntual al uso de la razón.

La fe cristiana confía totalmente en la recta razón, mediante la cual se puede llegar al conocimiento de Dios. Para el creyente, la razón es inseparable de la fe y ha de ser respetada como un don divino que es.

—Y si se puede llegar a Dios con la luz de la razón, ¿para qué es necesaria la fe?

No es difícil llegar a reconocer que Dios existe. Hemos repasado algunos de los razonamientos que nos llevan a Él, y veremos aún bastantes más. De todas formas, el trabajo no siempre es fácil. Además de exigir –como sucede con todo conocimiento– una manera recta de pensar y un profundo amor a la verdad, hay que contar con que, en muchos casos, los hombres renunciamos a proseguir un discurso racional cuando comprobamos que sus conclusiones se oponen a nuestros egoísmos o nuestras malas pasiones.

Supongo que esta será una de las razones por las que Dios dio un paso adelante y, dándose a conocer mediante la Revelación, nos tendió la mano. Así, además, todos los hombres podemos conocer todas esas verdades de forma más fácil, con mayor certeza y sin errores.
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FelipeII
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MensajePublicado: Lun Sep 17, 2007 1:58 am    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
Responder citando

.

IDEMIGUELB escribió:

Sí, pero las cinco vías ya las refutó Kant.
Hay que actualizarse un poco más.


Estimado amigo IDELMIGUELB, Kant no refutó las 5 vías, lo que Kant creyó ver era una contradicción en el doble carácter que posse Dios de ser original y originario; Kant pensó que si se admitía un ser que causa a los demás seres, había que admitir entonces que dicho ser, al causarlos, cambia y por lo tanto debe formar parte de la serie de cosas que el mismo causa.

Esta objeción, propuesta en su célebre "cuarta antinomia" de la razón pura, tiene como supuesto el admitir que toda acción implica cambio en la causa, lo cual únicamente es cierto para las causas que constan de potencia y acto pues sólo ellas pasan de la potencia de obrar al acto correspondiente, siendo este paso un cambio. Pero ello no se debe a su indole de causa, sino a su caracter potencial, es decir, al hecho de que son causas causadas. El acto de causar no implica de suyo un acto en la causa, pues para ello sería preciso que la causa fuese a la vez activa y pasiva por virtud de la acción: activa por actuar y pasiva por ser la acción un cmabio de agente ( cuando en realidad es un cambio físico o metafísico en el paciente ) . De donde se desprende que la acción de una causa causada no es en sí misma cambio, sino que supone un cambio, por tratarse de la actividad de una causa que no es acto puro, sino que pasa de la potencia al acto de obrar. Y la acción divina no es en sí misma cambio, ni lo supone en su agente, por tratarse del acto de un ser que no pasa de la potencia al acto, sino que es acto puro ( de lo contrario no podría ser un motor inmóvil ).

Si bien es cierto que las vías de Santo tomás de Aquino no son dogma de fe creo que es temerario el afirmar que dichas vías son falsas o no son verdaderas pues el Catecismo de la Iglesia Católica dice claramente que el hombre fue: "31 Creado a imagen de Dios, llamado a conocer y amar a Dios, el hombre que busca a Dios descubre ciertas "vías" para acceder al conocimiento de Dios. Se las llama también "pruebas de la existencia de Dios", no en el sentido de las pruebas propias de las ciencias naturales, sino en el sentido de "argumentos convergentes y convincentes" que permiten llegar a verdaderas certezas.

Estas "vías" para acercarse a Dios tienen como punto de partida la creación: el mundo material y la persona humana.

32 El mundo: A partir del movimiento y del devenir, de la contingencia, del orden y de la belleza del mundo se puede conocer a Dios como origen y fin del universo.

S.Pablo afirma refiriéndose a los paganos: "Lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad" (Rom 1,19-20; cf. Hch 14,15.17; 17,27-28; Sb 13,1-9).

Y S. Agustín: "Interroga a la belleza de la tierra, interroga a la belleza del mar, interroga a la belleza del aire que se dilata y se difunde, interroga a la belleza del cielo...interroga a todas estas realidades. Todas te responde: Ve, nosotras somos bellas. Su belleza es una profesión ("confessio"). Estas bellezas sujetas a cambio, ¿quién las ha hecho sino la Suma Belleza ("Pulcher"), no sujeto a cambio?" (serm. 241,2).

33 El hombre: Con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el hombre se interroga sobre la existencia de Dios. En estas aperturas, percibe signos de su alma espiritual. La "semilla de eternidad que lleva en sí, al ser irreductible a la sola materia" (GS 18,1; cf. 14,2), su alma, no puede tener origen más que en Dios.

34 El mundo y el hombre atestiguan que no tienen en ellos mismos ni su primer principio ni su fin último, sino que participan de Aquel que es el Ser en sí, sin origen y sin fin. Así, por estas diversas "vías", el hombre puede acceder al conocimiento de la existencia de una realidad que es la causa primera y el fin último de todo, "y que todos llaman Dios" (S. Tomás de A., s.th. 1,2,3).

35 Las facultades del hombre lo hacen capaz de conocer la existencia de un Dios personal. Pero para que el hombre pueda entrar en su intimidad, Dios ha querido revelarse al hombre y darle la gracia de poder acoger en la fe esa revelación en la fe. Sin embargo, las pruebas de la existencia de Dios pueden disponer a la fe y ayudar a ver que la fe no se opone a la razón humana".

36 "La santa Iglesia, nuestra madre, mantiene y enseña que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza mediante la luz natural de la razón humana a partir de las cosas creadas" (Cc. Vaticano I: DS 3004; cf. 3026; Cc. Vaticano II, DV 6). Sin esta capacidad, el hombre no podría acoger la revelación de Dios. El hombre tiene esta capacidad porque ha sido creado "a imagen de Dios"

____________________________________________________________


Con respecto a la historicidad de Jesús les dejo este texto que lo deja muy claro.

El problema de la existencia histórica de Jesús de Nazaret apenas existe, pues la evidencia que ofrece la historia en este punto es análoga a la que nos proporciona en torno a Séneca o al emperador Vespasiano. Por eso hasta los tiempos modernos nadie serio había puesto en duda su existencia histórica. Recién en el siglo XIX el racionalismo al no poder explicar por causas naturales la personalidad de Jesús optó, como solución única para salvar su sistema, por negar su existencia. Sobresalieron en esta posición la escuela Deísta, heredera de Voltaire, para quien Jesús fue cierto judío desconocido que murió en la cruz, y la Escuela simbólica de Tubinga (especialmente Br. Bauer, 1809-1882) para la cual Jesús es fruto de la primera comunidad cristiana que mediante esta figura expresa simbólicamente sus doctrinas.

Al margen de estas posiciones extravagantes, la existencia histórica de Jesús está atestiguada por documentos cristianos, judíos y paganos:

1) Testimonios cristianos

Tenemos testimonios de diversos tipos:

a) Escritos canónicos: nos hablan de Jesús los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas. En todos ellos se ve que la esencia del cristianismo, más que doctrina moral, es adhesión a la persona física de Jesús. Son numerosísimos los elementos de carácter histórico.

b) Escritos extracanónicos: los escritos de los PP. Apostólicos (que estuvieron en contacto con los apóstoles), PP. Apologetas (que defendieron la enseñanza cristiana en el siglo II), PP. de la Iglesia y autores eclesiásticos. En todos estos escritos se manifiesta claramente el carácter de adhesión a la persona histórica de Jesús. ¿Cómo se explica semejante mole de escritos si Jesús no existió?

c) Libros apócrifos: hablan de Jesús diversos evangelios apócrifos (más de cincuenta), hechos apócrifos de los apóstoles (Hechos de Juan, de Pedro, de Tomás , de Andrés, de Pablo y Tecla, de Andrés y Matías, etc.) e instrucciones apostólicas.

2) Testimonios judíos

Entre los que mencionan a Jesús podemos distinguir:

a) La literatura rabínica: el Talmud que comprende dos obras: la Mishná o colección de los comentarios orales sobre la ley hechos por los grandes rabinos de los siglos I-III (especialmente Hillel, Sammai, y R. Aquiba), y la Gemara, que es un comentario de la anterior. En ambas, continuamente se ultraja a Jesús, por lo que no duda de su existencia histórica.

b) Obras Históricas: el gran historiador del pueblo judío es Flavio Josefo (37-102) general de las tropas galileas en la guerra del 67 y luego (como prisionero) acompañante-historiador de Tito. Tiene dos libros principales: 'de Bello Iudaico' en cuyo texto griego no hay nada sobre Jesús, pero que en una versión eslava (descubierta en 1906 por el profesor protestante A. Berendts de la Universidad de Dorpat) se leen ocho fragmentos referidos a él. En su segunda obra, 'Antiquitates iudaeorum', hay tres importantes textos referidos al evangelio:

-Ant. iud. 18,5,2: relata la muerte de san Juan Bautista.

-Ant. iud. 20,9,1 v.4.6: 'entretanto subió al pontificado, según dijimos Anás, el más joven, de índole feroz y extremadamente audaz...Dado este su carácter, pensando que había llegado el momento oportuno...., convocó el consejo de jueces y, haciendo presentar a juicio a un pariente del que llamaban Cristo (por nombre Santiago) y algunos otros con él, habiéndolos acusado de reos violadores de la ley, los condenó a ser apedreados'.

-Ant. Iud, 18,3,3: 'Por aquella época apareció Jesús, hombre sabio, si es que se le puede llamar hombre, fue autor de obras maravillosas, maestro para quienes reciben con gusto la verdad. Atrajo a sí muchos judíos y también muchos gentiles. Este era el Cristo (el Mesías). Habiendo sido denunciado por los primados del pueblo, Pilato lo condenó al suplicio de la cruz; pero los que antes le habían amado le permanecieron fieles en el amor. Se les apareció resucitado al tercer día, como lo habían anunciado los divinos profetas que habían predicho de El ésta y otras mil cosas maravillosas. De él tomaron su nombre los cristianos, cuya sociedad perdura hasta el día de hoy'.

Algunos dicen que es una interpolación posterior, pues se guardó en silencio hasta el año 311 en que lo recuerda Eusebio de Cesarea (M.J. Lagrange, Batiffol). Pero muchos otros, incluso A. Harnack (príncipe del racionalismo alemán) lo consideran genuino, ya que aparece en todos los códices, lo cita y aprueba el padre de la historia eclesiástica, Eusebio. No extraña su silencio anterior pues las obras de F. Josefo no eran conocidas entre los cristianos. El estilo concuerda, y es propio de F. Josefo hablar de todos los varones eximios y pretendidos mesías de su tiempo, incluso aplica vaticinios mesiánicos a Vespasiano.

Según otros aquello que hemos puesto en cursiva serían interpolaciones de un copista cristiano. De ser así, al menos el testimonio histórico queda intacto.

3) Testimonios paganos

Estos testimonios son escasos, pues a los romanos no les interesaban las discusiones doctrinales de los judíos. Pero hablan directamente de Jesús:

a) Plinio el Joven en carta a Trajano (62-113).

b) Cornelio Tácito (54-119) escribe en sus Anales el incendio de Roma y al hablar de los cristianos dice 'Su fundador, llamado Cristo, fue condenado a muerte por el procurador Poncio Pilato, imperando Tiberio' (Anales 15, 44).

c) Suetonio, en la 'Vida de Claudio' (25,4) dice: 'Expulsó de Roma a los judíos, autores de continuas revueltas bajo la instigación de Cristo'.

Con tales testimonios no queda lugar para ninguna cuestión.

Autor:P. Miguel Angel Fuentes I.V.E.


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FelipeII
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MensajePublicado: Mar Sep 18, 2007 6:49 pm    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
Responder citando

IDEMIGUELB escribió:


Estimado Enrique, me temo que en este punto yerra. Se puede tener fe y, a pesar de ello, creer que las cinco vías no demuestran que el Dios de los católicos exista. Le daré dos motivos (aparte de la falta de consistencia, claro). El primero es que, aun cuando demostrasen la existencia de Dios, el Dios de las cinco vías no tiene por qué se el católico (de hecho, algunas de las vías son de origen griego y pagano). El segundo es que antes de que estas existieran, ya teníamos el argumento de San Anselmo. En su época, seguramente, la gente pensaría que dudar de ese argumento sería dudar de Dios. Y, sin embargo, ya ve. El primero que no se lo creía era Santo Tomás...



IDELMIGUELB, es absolutamente imposible que el Dios de las cincos vías no sea el católico, pues Dios sólo hay uno , sólo puede haber variedad en los caminos para llegar a ÉL .

Tampoco es cierto que dudar de ese argumento significara dudar de Dios pues el argumento entraba en un ámbito distinto al de la fe, a saber, el filosófico; es más su discípulo el monje Gaunilon puso en duda la validez de su argumento ontológico - lo cual no quiere decir que dudara de la existencia de Dios- , pues dijo con razón que no basta con poseer una idea para que se pueda afirmar la realidad objetiva de ésta, refutó la licitud del paso desde el mundo ideal al real.
Además tu supones que Anselmo sólo tenía un argumento, tampoco es verdad. El más conocido es el ontológico, el cual, es una prueba a priori. Es ésta la que combatió y rechazó Santo Tomás.

Su argumento menos conocido, es precisamente una demostración a posteriori, expuesta en su Monologion. En ella San Anselmo muestra como se puede llegar desde el mundo a Dios a través de cuatro pruebas:

La primera: Cada uno tiende a adueñarse de aquellas cosas que considera como buenas, no obstante los bienes son múltiples. La bondad en virtud de la cual las cosas son buenas, sólo puede ser una. Por lo tanto, si las cosas son buenas existe la bondad absolua.

La segunda: Consiste en la idea de grandeza cualitativa. La diversidad de tal grandeza que nosotros constatamos en la naturaleza exige una grandeza suprema de la cual todas las demás son una participación gradual.

La tercera: Todo lo que es existe en vistud de algo o en virtud de nada. Pero nada existe en virtud de nada, es decir, nada viene de la nada. Por lo tanto o se admite la existencia del ser en visrtud del cual las cosas son, o no existe nada. Pero puesto que existe algo existe el ser supremo.

La cuarta: Se extrae de la constatación de los grados de perfección, que se basa en la jerarquía de los seres y exige que haya una perfección primera, absoluta.


La antigüedad de una prueba o demostración no la invalida necesariamente. De hecho, fue Sócrates - 469 a.C - 399 a.C - el primero en exponer la primera prueba racional de la existencia de Dios que ha llegado hasta nosotros y que serviría de base para todas las demás pruebas; así nos lo hace saber Jenofonte en su obra los Memorables. ( No la expongo para no alargar demasiado este artículo. )


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R Real
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MensajePublicado: Vie Sep 21, 2007 10:17 pm    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
Responder citando

HOLA;

Veo que quien inició la pregunta ya no ha contestado....
Yo sólo la cambiaría como respuesta:

Cristo existe...........
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¡Ven Señor Jesús!........
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Kike G.
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Mensajes: 322
Ubicación: Arequipa

MensajePublicado: Lun Sep 24, 2007 6:06 pm    Asunto:
Tema: ¿Como sabes que Cristo existió?
Responder citando

Hola:

Sin entrar en la discusión que veo que se ha formado líneas arriba (y en la que veo rostros conocidos Smile ), solo quiero ayudar a responder la pregunta de este subforo recomendando un libro. Sé que no está bien recomendar algo que uno no ha terminado de leer, pero por lo que voy viendo, vale la pena y está directamente relacionado con el tema.

El libro se llama The Case for Christ, de un periodista estadounidense llamado Lee Strobel. El autor era escéptico, pero a partir de la conversión de su esposa se decidió a averiguar más sobre aquel "Cristo" del que tanto oía hablar. Sin embargo, su investigación quiso prescindir de toda enseñanza magisterial sobre él. Es decir: quiso averiguar si existió Jesús y si era digna de credibilidad su doctrina no recurriendo a lo que la enseñanza cristiana dice de Él, sino recurriendo a fuentes históricas, arqueológicas, a recursos psicológicos, testimoniales, etc. Además, lo hizo a manera de un juicio, en el que él presenta "pruebas" y el jurado (el lector) deberá dar un veredicto. De ahí el título (en inglés, case se refiere al caso que se juzga en una corte).

Hasta donde lo voy leyendo, está muy interesante, y si bien el autor es protestante, y hasta miembro de una secta, para ser francos, el libro no deja de tener mérito sobre el tema.

Saludos.
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Kike
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