SER RESPONSABLE: RASGO BÁSICO DEL EVANGELIZADOR

[Evangelina M. de Terrazas]

Amados hermanos y hermanas Formadores: ¡Paz en sus corazones!
Leí este artículo, y me pareció bastante interesante, como interpelador. Lo comparto con ustedes, a ver qué les parece.

Reciban todo mi amor en Cristo y Dios los Bendiga en los Corazones Misericordiosos de Jesús y María.

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SER RESPONSABLE: RASGO BÁSICO DEL EVANGELIZADOR

LA RESPONSABILIDAD SE CARACTERIZA POR LA FUERZA DE VOLUNTAD Y EL ENTENDIMIENTO DE LO QUE ES PERTINENTE HACER O NO HACER

En algunos encuentros de formación que he tenido con los catequistas hemos tocado el tema del perfil que debe tener una persona para ser catequista, entre otros se señala como criterio fundamental el que la persona sea suficientemente madura. Si bien es cierto que ya no se habla del “destinatario” de la catequesis, sino del “condiscípulo” por el hecho de que todos estamos en procesos de desarrollo, por otro lado, el evangelizador es también un “facilitador” para que la persona pueda encontrar, conocer, amar y seguir a Cristo. De ahí que no cualquiera puede ser evangelizador o catequista.

Una de las mayores quejas hacia los evangelizadores es su falta de responsabilidad, lo que nos lleva a un problema más serio como en la falta de madurez: si alguien expresa su deseo de ser evangelizador y se compromete a ello de manera oficial, pero no es constante ni cumple con fidelidad y amor su misión, entonces nos indica que fue una decisión impulsiva que se tomó de manera superficial o con toda una intención de cumplir pero sin las cualidades mínimas para lograrlo.

El punto no está en ser más selectivos respecto a quienes van a evangelizar, o de correr a los que no cumplen con sus compromisos. Se trata más bien de abrir los espacios de formación adecuados que puedan capacitar a cada evangelizador para aquello que se le va a encomendar. Tal formación debe ser integral: en cuanto a los contenidos de fe, la espiritualidad, su madurez personal, la vida de comunidad, el servicio, la pedagogía.

Para lograr lo anterior se requiere de una cualidad básica para que todo en la vida pueda funcionar y tenga un alto índice de éxito: la responsabilidad.

Una persona responsable actúa concientemente, desarrolla una disposición habitual de asumir las consecuencias de sus decisiones, las cuales las toma libremente – lo cual le hace dueño de sus actos - y de acuerdo a ciertos criterios de exigencia previamente conocidos. La responsabilidad se caracteriza por la fuerza de voluntad y el entendimiento de lo que es pertinente hacer o no hacer.

Existe una responsabilidad moral ante Dios que es quien le indica los caminos a seguir; existe una responsabilidad hacia uno mismo que viene siendo el juicio de conciencia y ante los demás a los cuales hay que servir, respetar y amar.

Cuando una persona o evangelizador es irresponsable suele ser porque no ha superado una estructura donde había que hacer las cosas para evitar castigos o para conseguir premios. Lo anterior le quita libertad, hace las cosas pero se siente frustrado y lastimado, o vive enojado con todos aquellos que representan una autoridad para él. También hay quien piensa que ser responsable es tener un gesto adusto y evitar todo aquello que pueda ser diversión. En el momento de “dar cuentas”, la persona irresponsable suele echar la culpa a los demás, se hace experto en las excusas.

Para desarrollar el sentido de responsabilidad se ocupa de valentía para superar el miedo de el juicio de los demás; humildad para reconocer nuestros errores y corregirlos, y espiritualidad para saber tomar las decisiones según Dios y así cumplir su misión con la excelencia que caracteriza a todo hijo de Dios.

P. Ernesto Guízar Godínez
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En Jesús y María
Evangelina


"JÉZU, UFAM TOBIE"

¡Por su Dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero!