Orpam Saretnoc Laverz Veterano
Registrado: 10 Oct 2005 Mensajes: 2474
|
Publicado:
Sab Oct 27, 2007 5:18 pm Asunto:
El desaliento
Tema: El desaliento |
|
|
Amigos foreros he dicho ahora mismo a un joven, que había respondido a un tema de esta misma mañana, que, si quería, leyera esta carta, que ahora os brindo. La vi y os la transcribo. Está escrita en Manresa.
"Querida Khedija:
‘Ma bien aimée’, desde que recibí tu carta desde Malta, al recordar tu tierra querida, me vi envuelta de nuevo por aquella atmósfera y ambiente cálido del Norte de África, diría yo casi del desierto.
Esta tarde mi corazón está abrumado. Las lágrimas han venido a mis ojos porque mi alma está herida.
‘Me duele el alma’, he de considerarlo. No siempre te ves con ánimos y exuberante. Aquel ser, aquella persona a quien más amas no te entiende, te menosprecia, te deja sola y el peso de la soledad te hunde.
No creas que esto me lleva al desaliento completo ¡no! Yo sé, por la fe, que Dios me ama.
Si pensara en esto no temería el ‘precipicio’ que a veces te ves delante. Te duelen las palabras de desamor, la poca o ninguna consideración, muchas frases, todo te parece negro. Amiga mía, cuando te veas como yo ahora me veo, es decir, desalentada, entristecida, llorosa, ¡eleva el corazón! Yo sé que tú pasaste momentos así, aunque siempre estabas sonriente. Como hace poco me ha dicho una amiga, ‘sé humilde’, o sea acepta humildemente la condición humana.
Esa es nuestra condición, débil, no siempre en auge. Sé que ha rezado por mí, porque me siento como más tranquila. Te quiero, gracias por escribirme. Tú cabes perfectamente en mi corazón.
Y tienes, tunecina, segura mi oración por ti y por tu esposo Nordine.
Zeravl".
Yo conocía a la persona a quien se dirige la misiva. Y es cierto, la sonrisa estaba en sus labios.
Esta tarde iba por la calle no muy despacio cuando he visto a una señora bastante mayor que cruzaba por donde no debía, al tenerla cerca le he dicho que si hacía así le podía pasar algo malo. Hemos hablado un momento y me ha dicho que, al ver a una persona que sonreía, que estaba alegre se ha animado, como si viera más cerca de ella a Dios.
Esas palabras me han alegrado y he dado gracias a Dios por haberme dirigido a Pilar F., me ha dicho que se llamaba.
Así que entre la carta y su contenido y la alegría que acerca a Dios ¿qué haremos tú y yo? (mira, cae en verso).
Orpam Saretnoc Laverz |
|