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Epistola de Bernabe.
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Autor Mensaje
Gepeto
Veterano


Registrado: 26 May 2006
Mensajes: 1941

MensajePublicado: Mar Jul 24, 2007 1:27 am    Asunto: Epistola de Bernabe.
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Alguien sabe la razon por la cual la Epistola de Bernabe fue rechazada? Hubo algun concilio que determino excluirla de los canones biblicos? He investigado y no he conseguido muchos datos historicos al respecto. Si alguno de vosotros me puede ilustrar lo agradeceria, tengo interez en saber la fecha, razones y personas [nombres] que concluyeron este hecho. Por favor, busco datos historicos, es muy importante para mi esta informacion.

Gracias!
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SALLATAB SIM AELEP AVOHEJ...
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Sergio Ceceña
Veterano


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 2016
Ubicación: México

MensajePublicado: Mar Jul 24, 2007 2:07 am    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

http://www.mercaba.org/TESORO/427-5.htm



«EPISTOLA DE BERNABE»



Clemente de Alejandría, a principios del siglo III, dio el nombre de Epístola de Bernabé a un breve escrito en lengua griega, redactado sin ajustarse a los cánones de la antigua retórica, por lo que se piensa que su autor no era de origen griego. Los estudios modernos han dejado claro que este escrito no fue compuesto por el apóstol San Bernabé, compañero de San Pablo en sus viajes apostólicos, sino que es obra de un autor desconocido, que, a su vez, se valió probablemente de documentos preexistentes de diversas épocas. Su composición se sitúa entre la primera y la segunda destrucción del Templo de Jerusalén (por tanto, entre los años 70 y 130 d.C.).

Aunque utiliza el género epistolar, no se trata de una carta propiamente dicha, sino de un breve tratado destinado a poner en guardia a los cristianos frente al peligro de los judaizantes, aquellos cristianos convertidos del judaísmo que añoraban las prácticas de la Ley mosaica y pretendían exigirlas también a los seguidores de la nueva Ley. Con este motivo, el autor se detiene en desentrañar la relación entre la antigua y la nueva alianza, destacando el supremo valor de ésta y la insondable riqueza de su contenido.

La antigüedad cristiana profesó alta estima a este escrito, como lo demuestra el hecho de haber sido descubierto en uno de los más antiguos códices, junto con los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento.

En la primera parte, el autor ahonda en la interpretación de pasajes del Antiguo Testamento a la luz del Nuevo, con un profundo conocimiento de la Escritura. La abundancia de citas es de gran interés para el estudio de la transmisión del texto sagrado y de su utilización como fundamento de los dogmas. La segunda parte, de carácter más didáctico, contiene una descripción de la vida cristiana y un conjunto de normas morales que el Cristianismo exige. De esta segunda parte procede el fragmento que se ofrece a continuación.

LOARTE

* * * * *

Este documento, de carácter muy primitivo, llegó a ser considerado en ciertas cristiandades como parte de las Escrituras, y se atribuyó a Bernabé, el compañero de Pablo. Tal atribución no es admitida por la crítica moderna, sin que, por otra parte, sea posible determinar quién pudiera ser el autor del escrito. En él se plantea con fuerza particular uno de los problemas que más hubieron de preocupar a los primeros cristianos: el de sus relaciones con el judaísmo. El autor se muestra en actitud simplemente negativa con respecto a todas las instituciones de los judíos, los cuales, según él, habrían pervertido desde el comienzo el sentido que Dios quiso dar a las Escrituras y a la ley, entendiendo en un sentido material lo que Dios había querido sólo en un sentido espiritual. Según esta concepción, el judaísmo seria, no un estadio menos perfecto de la revelación, previo al cristianismo, sino una perversión radical de algo que ya desde un principio debiera de haber alcanzado su plenitud y perfección. De esta forma la polémica antijudía, iniciada por Pablo con notables matizaciones, es ahora llevada a extremos absolutos. El autor de la carta de Bernabé sólo admite prácticamente una interpretación alegórica y espiritual del Antiguo Testamento y esta interpretación es presentada como una gnosis o sabiduría particular, dada al cristianismo por la enseñanza de Jesús: se inicia así la tendencia hacia la alegoría y la gnosis cristiana, que se desarrollará en la escuela de Alejandría, y por ello se ha supuesto que este escrito pudiera proceder de los ambientes alejandrinos. Por algunas de sus referencias parece probable que fuera escrito en el reinado de Adriano, hacia el año 130.

JOSEP VIVES

* * * * *

La llamada Epístola de Bernabé, atribuida antiguamente al compañero de San Pablo, ciertamente no es suya, y no es propiamente una carta sino un tratado teológico. Nada se sabe de su autor, pero se piensa en Alejandría como su lugar de origen o de formación, tanto por las influencias que revela de Filón como por el uso que de ella hicieron los teólogos de Alejandría.

En la primera parte de este escrito se explica que la ley de los judíos estaba desde el principio dirigida a los cristianos, y tenía un sentido espiritual que aquéllos, al interpretarla literalmente, no entendieron: por eso todo el culto judío es tan rechazable como el pagano; la actitud antijudía es extrema. La segunda parte expone los caminos del bien y del mal, de modo semejante a la Didajé, ilustrados con un gran número de preceptos morales y una lista de pecados y vicios. La epístola señala también el comienzo de esa interpretación alegórica de la Escritura hecha por cristianos, que será luego tan querida de los alejandrinos.

En este escrito, entre otras cosas se afirman: Cristo estaba ya presente cuando Dios creó el mundo, y se encarnó para poder padecer; en el bautismo, Dios adopta al hombre como hijo, imprime su imagen en su alma, y le transforma en templo del Espíritu Santo; en lugar del sábado se celebra el domingo, en que resucitó Cristo; la vida del niño está protegida por la ley de Dios ya desde el seno de su madre; finalmente, el autor cree también en el milenio.


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Los dos caminos

(Epístola de Bernabé, 1-20)

Dos caminos hay de doctrina y de poder: el de la luz y el de las tinieblas. Pero grande es la diferencia entre los dos caminos, pues sobre uno están establecidos los ángeles de Dios, portadores de luz, y sobre el otro, los ángeles de Satanás. Uno es Señor desde siempre y por siempre, y el otro es el príncipe del tiempo presente de la iniquidad.

El camino de la luz es éste. Si alguno quiere seguir su camino hacia el lugar fijado, apresúrese por medio de sus obras. Ahora bien, el conocimiento que nos ha sido dado para caminar en él es el siguiente:

Amarás al que te creó, temerás al que te formo, glorificarás al que te redimió de la muerte. Serás sencillo de corazón y rico de espíritu. No te juntarás con los que andan por el camino de la muerte, aborrecerás todo lo que no es agradable a Dios, odiarás toda hipocresía, no abandonarás los mandamientos del Señor.

No te exaltarás a ti mismo, sino que serás humilde en todo. No te arrogarás gloria para ti mismo. No tomarás determinaciones malas contra tu prójimo, ni infundirás a tu alma temeridad.

No fornicarás, no cometerás adulterio, no corromperás a los jóvenes. Cuando hables la palabra de Dios, que no salga de tu boca tergiversada, como hacen algunos. No harás acepción de personas para reprender a cualquiera de su pecado. Serás manso, serás tranquilo, serás temeroso de las palabras de Dios que has oído. No guardarás rencor a tu hermano.

No vacilarás sobre las verdades de la fe. No tomes en vano el nombre de Dios (Ex 20, 7). Amarás a tu prójimo más que a tu propia vida. No matarás a tu hijo en el seno de la madre, ni una vez nacido le quitarás la vida. No dejes sueltos a tu hijo o a tu hija, sino que, desde su juventud, les enseñarás el temor del Señor.

No serás codicioso de los bienes de tu prójimo, no serás avaro. No desearás juntarte con los altivos; por el contrario, tratarás con los humildes y los justos. Los acontecimientos que te sobrevengan los aceptarás como bienes, sabiendo que sin la disposición de Dios nada sucede.

No serás doble ni de intención ni de lengua. Te someterás a tus amos, como a imagen de Dios, con reverencia y temor. No mandes con dureza a tu esclavo o a tu esclava, que esperan en el mismo Dios que tú, no sea que dejen de temer al que es Dios de unos y otros; porque no vino Él a llamar con acepción de personas, sino a los que preparó el Espíritu.

Compartirás todas las cosas con tu prójimo, y no dirás que son de tu propiedad; pues si en lo imperecedero sois partícipes en común, ¡cuánto más en lo perecedero! No serás precipitado en el hablar, pues red de muerte es la boca. Guardarás la castidad de tu alma.

No seas de los que extienden la mano para recibir y la encogen para dar. Amarás como a la niña de tus ojos (Dt 32, 10) a todo el que te habla del Señor.

Día y noche te acordarás del día del juicio, y buscarás cada día la presencia de los santos [los demás cristianos], bien trabajando y caminando para consolar por medio de la palabra, bien meditando para salvar un alma con la palabra, bien trabajando con tus manos para rescate de tus pecados.

No vacilarás en dar, ni cuando des murmurarás, sino que conocerás quién es el justo remunerador del salario. Guardarás lo que recibiste, sin añadir ni quitar nada (Dt 12, 32). Aborrecerás totalmente el mal. Juzgarás con justicia.

No serás causa de cisma, sino que pondrás paz y reconciliarás a los que contienden. Confesarás tus pecados. No te acercarás a la oración con conciencia mala. Éste es el camino de la luz.

El camino del «Negro» [el demonio] es tortuoso y está repleto de maldición, pues es un camino de muerte eterna en medio de tormentos, en el que se halla todo lo que arruina al alma: idolatría, temeridad, arrogancia de poder, hipocresía, doblez de corazón, adulterio, asesinato, robo, soberbia, transgresión, engaño, maldad, vanidad, hechicería, magia, avaricia, falta de temor de Dios.

Perseguidores de los buenos, aborrecedores de la verdad, amantes de la mentira, desconocedores del salario de la justicia, no concordes con el bien ni con el juicio justo, despreocupados de la viuda y del huérfano, no vigilantes para el temor de Dios, sino para el mal, alejadísimos de la mansedumbre y de la paciencia, amantes de la vaciedad, perseguidores de la recompensa, despiadados con el pobre, indolentes ante el abatido, inclinados a la calumnia, desconocedores del que los ha creado, asesinos de niños, destructores de la obra de Dios, que vuelven la espalda al necesitado, que abaten al oprimido, defensores de los ricos, jueces injustos de los pobres, pecadores en todo.

* * * * *

I. Fe y conocimiento.
...He creído que debía ponerme a escribiros algo aunque fuera brevemente, a fin de que juntamente con vuestra fe tengáis conocimiento perfecto. Pues bien, tres son las doctrinas del Señor: la esperanza de vida, principio y fin de vuestra fe; la justicia, principio y fin del juicio, y la caridad, principio de tranquilidad y de alegría, así como testimonio de las obras de justicia. Porque, en efecto, el Señor nos dio a conocer por medio de los profetas el pasado, y el presente, dándonos además un anticipo del goce de lo por venir. Y viendo que todo se va cumpliendo como él lo dijo, deber nuestro es adelantar, con espÍritU más generoso y levantado, en su temor. En cuanto a mi, no como maestro, sino como uno de vosotros, voy a declararos unas pocas cosas que os puedan dar consuelo en el momento presente. Porque los dias son malos, y el Activo tiene el poder en sus manos, y por tanto nosotros debemos atender a nosotros mismos y buscar las justificaciones del Señor. Ahora bien, en ayuda de nuestra fe vienen el temor y la paciencia, y nuestros aliados son la magnanimidad y la continencia. Mientras tengamos estas virtudes santamente en el Señor, tendremos juntamente con ellas el gozo de la sabiduría, la inteligencia, la ciencia y el conocimiento... 1

¿Qué dice el conocimiento? Aprendedlo: Esperad —dice—, en el que se os ha de manifestar cuando venga en la carne, Jesús. Porque el hombre no es más que tierra que sufre, ya que Adán fue modelado de la faz de la tierra. Pues bien, ¿qué quiere decir Entrad en la tierra que mana leche y miel»? Bendito sea nuestro Señor, hermanos, porque nos ha dado la sabiduría y la inteligencia de sus secretos. Porque el profeta habla del Señor en forma de parábola. ¿Quién lo entenderá, sino el sabio e instruido y el que ama a su Señor? Significa pues aquello que el Señor nos renovó con el perdón de los pecados, haciéndonos de nuevo con un nuevo molde, hasta el punto de que nuestra alma es como de niños, pues realmente él nos ha modelado de nuevo... 2

II. El cristianismo muestra la invalidez del judaísmo. El Señor por medio de todos sus profetas ha puesto de manifiesto que no tiene necesidad ni de sacrificios ni de holocaustos ni de ofrendas, diciendo en cierta ocasión: «¿Qué se me da a mí de la multitud de vuestros sacrificios? —dice el Señor—. Estoy harto de holocaustos, y no quiero la grasa de vuestros corderos ni la sangre de vuestros toros y machos cabríos... No soporto vuestros novilunios y vuestros sábados» (Is 1, 11ss). El Señor invalidó todo esto a fin de que la nueva ley de nuestro Señor Jesucristo, que no está sometida al yugo de la necesidad, tuviera una ofrenda no hecha por mano de hombre. Dioe, en efecto, en otro lugar: «¿Acaso fui yo el que mandé a vuestros padres cuando salían de la tierra de Egipto que me ofrecieran holocaustos y sacrificios? Más bien lo que les mandé fue que ninguno guardara en su corazón rencor maligno contra su prójimo y que no fuerais amantes del perjurio» (cf. Jer 7, 22; Zac 8, 17; 7, 10). No hemos de ser, pues, insensatos, sino comprender la sentencia de bondad de nuestro Padre, que nos habla manifestando que no quiere que nosotros, extraviados como aquellos, busquemos todavía cómo acercarnos a él... En otra ocasión les dice a este respecto: «¿Para qué me ayunáis—dice el Señor—de modo que en este día sólo se oye la gritería de vuestras voces? No es este el ayuno que yo prefiero, dice el Señor, no es la humillación del alma del hombre. Ni aun cuando doblarais vuestro cuello como un aro, os vistierais de saco y os revolcarais en la ceniza, ni aun así penséis que vuestro ayuno es aceptable» (Is 58, 4-5). A nosotros empero nos dice: «He aquí el ayuno que yo prefiero—dice el Señor—: Desata toda atadura de iniquidad, disolved las cuerdas de los contratos por la fuerza, deja a los oprimidos en libertad y rompe toda escritura injusta. Comparte tu pan con el hambriento, y si ves a uno desnudo, vístele. Acoge en tu casa a los sin techo, y si ves a uno humillado no le desprecies, siendo de tu propio linaje y de tu propia sangre... Entonces clamarás, y Dios te oirá, y cuando la palabra está todavía en tu boca te dirá: Aquí estoy, con tal de que arrojes de ti la atadura, y la mano levantada, y la palabra de murmuración. y des con toda tu alma el pan al hambriento y tengas compasión del alma humillada» (Is 58, 6-10). Hermanos, viendo de antemano el Señor magnánimo que su pueblo, que él se había preparado en su Amado, había de creer con sencillez, nos manifestó por anticipado todas estas cosas, para que no fuéramos a estrellarnos, como prosélitos, en la ley de aquellos 3.

...No os asemejéis a ciertos hombres que no hacen sino amontonar pecados, diciéndoos que la alianza es tanto de ellos como vuestra. Porque es nuestra, pero aquellos, después de haberla recibido de Moisés, la perdieron absolutamente... Volviéndose a los ídolos la destruyeron, pues dice el Señor: «Moisés, Moisés, baja a toda prisa, porque mi pueblo, a quien saqué yo de Egipto, ha prevaricado» (cf. ÉX 32, 7; 3, 4; Dt 9, 12). Y cuando Moisés lo comprobó, arrojó de sus manos las dos tablas, y se rompió su alianza, para que la de su amado Jesucristo fuera sellada en nuestro corazón con la esperanza de la fe en él 4.

En cuanto a la circuncisión, en la que ellos ponen su confianza no tiene valor alguno. Porque el Señor ordenó la circuncisión, pero no de la carne. Pero ellos transgredieron el mandato porque el ángel malo los enredó. Díteles a ellos el Señor: aEsto dice el Señor vuestro Dios: no sembréis sobre las espinas, circuncidaos para vuestro Señor» (Jer 4, 3). Además, ¿qué quiere decir: «Circuncidad la dureza de vuestro corazón, y no endurezcáis vuestra cerviz»? Y en otro lugar dice: «...Todas las naciones son incircuncisaS en su prepucio, pero este pueblo tiene incircunciso el corazón» (Jer 9, 25). Objetarás: La circuncision es en este pueblo como un sello. Pero te contestaré que también los sirios y los árabes y todos los sacerdotes de los ídolos se circuncidan... 5

Nuestra salvación en Cristo El Señor soportó que su carne fuera entregada a la destrucción para que fuéramos nosotros purificados con la remisión de los pecados, que alcanzamos con la aspersión de su sangre. Sobre esto está escrito aquello que se refiere en parte a Israel y en parte a nosotros, y dice: «Fue herido por nuestras iniquidades y quebrantado por nuestros pecados: con sus heridas hemos sido sanados. Fue llevado como oveja al matadero y como cordero estuvo mudo delante del que le trasquila» (Is 53, 5-7). Por esto hemos de dar sobremanera gracias al Señor, porque nos dio a conocer lo pasado, nos instruyó en lo presente y no nos ha dejado sin inteligencia de lo por venir... Por esto justamente se perderá el hombre que, teniendo conocimiento del camino de la justicia, se precipita a si mismo por el camino de las tinieblas. Y hay más, hermanos míos: el Señor soportó el padecer por nuestra vida, siendo como es Señor de todo el universo, a quien dijo Dios desde la constitución del mundo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza» (Gén 1, 26). ¿Cómo soportó el padecer por mano de hombres? Aprendedlo: los profetas profetizaron acerca de él, habiendo recibido de él este don: ahora bien, él, para aniquilar la muerte y mostrar la resurrección de entre los muertos, soportó la pasión, pues convenía que se manifestara su condición carnal. Así cumplió la promesa hecha a los padres, y se preparó para sí un pueblo nuevo, mostrando, mientras vivía sobre la tierra, que él había de juzgar una vez que haya realizado la resurrección. En fin, predicó enseñando a Israel y haciendo grandes prodigios y señales, con lo que mostró su extraordinario amor. Se escogió a sus propios apóstoles, que tenían que predicar el Evangelio, los cuales eran pecadores con toda suerte de pecados, mostrando así que «no vino para llamar a los justos, sino a los pecadores» (Mt 9, 13): y entonces les manifestó que era Hijo de Dios. Porque, en efecto, si no hubiera venido en la carne. los hombres no hubieran podido salvarse viéndole a él, ya que ni siquiera son capaces de tener sus ojos fijos en el sol, a causa de sus rayos, el cual está destinado a perecer y es obra de sus manos. En suma, para esto vino el Hijo de Dios en la carne, para que llegase a su colmo la consumación de los pecados de los que persiguieron a muerte a sus profetas: por esto soportó la pasión... 6.

.......................

1. Carta de Bernabé 1, 5-2, 3.

2. Ibid. 6, .9.

3. Ibid., cap. 2-3.

4. Ibid. 4, 6-8.

5. Ibid. 9, 4-5.

6. Ibid. cap. 5
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enriqueellena
Invitado





MensajePublicado: Mie Jul 25, 2007 9:41 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

La «Epístola de Bernabé»La Epístola de Bernabé es un tratado teológico más que una carta; de carta no tiene más que la apariencia. De hecho no contiene nada personal y carece de introducción y conclusión. Su contenido es de carácter general y no aparece en ella ninguna indicación de que fuera dirigida a alguna persona particular. Su forma de carta es puro artificio literario. Los escritores cristianos primitivos consideraban el género epistolar como el único apto para dar instrucciones piadosas y recurrían a este género aun cuando no se dirigieran a un círculo limitado de lectores. El propósito del autor, cuyo nombre no se menciona, es enseñar ?el conocimiento perfecto? (γνώσις) y la fe.

1. Contenido
La carta se divide en dos partes: una teórica y otra práctica.

I. La primera sección, teórica, comprende los capítulos 1-17 y es de carácter dogmático. En el capítulo 1,5, el autor declara la intención de su obra con estas palabras: ?a fin de que, juntamente con vuestra fe, tengáis perfecto conocimiento.? Este conocimiento, empero, es especial. El autor desea, en primer lugar, exponer y probar a sus lectores el valor y la significación de la revelación del Antiguo Testamento; trata de demostrar que los judíos entendieron muy mal la Ley, porque la interpretaron literalmente. Después de repudiar esta interpretación, explica lo que, a su juicio, representa el sentido espiritual genuino, o sea, la τελεία γνωσις. Consiste en una explicación alegórica de las doctrinas y mandamientos del Antiguo Testamento. Dios no quiere el don material de sacrificios sangrientos, sino la ofrenda de un corazón arrepentido. No quiere la circuncisión de la carne, sino la de nuestro oído, a fin de que nuestra mente se incline a la verdad. No insiste en que nos abstengamos de la carne de animales impuros, pero insiste en que renunciemos a los pecados simbolizados por aquellos animales (c.9 y 10). El cerdo, por ejemplo, es enumerado entre los animales prohibidos, porque hay hombres que se parecen a los cerdos, que, una vez ahitos, olvidan la mano que los alimenta. El águila, el halcón, el gavilán y el cuervo son animales prohibidos, porque simbolizan hombres que logran su pan cotidiano por la rapiña y toda suerte de iniquidad, en vez de ganarse su sustento con un trabajo honrado y el sudor de su frente (c.14,4). Una prueba de lo atrevido de las alegorías del autor la da el capítulo 9. Habla de la circuncisión que Abrahán ordenó a 318 de sus siervos. Según la interpretación del autor, ésta fue la manera como le fue revelado a Abrahán el misterio de la redención mediante la crucifixión y muerte de Cristo. Las cifras 10 y 8 en griego se escriben ι, η; el número 300 = τ. Esta letra τ significa la cruz. Por consiguiente, el número 318 significa la redención por medio de la muerte de Jesús en la cruz. La Ley Antigua no estaba destinada a los judíos. ?Moisés, pues, recibió la alianza; mas ellos no se hicieron dignos.? Estaba destinada, desde un principio, a los cristianos. ?Ahora bien, ¿cómo la recibimos nosotros? Aprendedlo: Moisés la recibió como siervo que era; mas a nosotros nos la dio el Señor en persona para hacernos, habiendo sufrido por nosotros, pueblo de su herencia? (14,4). La interpretación judía de la Antigua Ley no estaba garantizada por Dios; los judíos fueron engañados por las maquinaciones de un ángel malo: ?Ellos transgredieron su mandamiento, pues un ángel malo los engañó? (9,4). El autor se atreve incluso a decir que el culto judío se parece a la idolatría pagana (16,2).

. II. La segunda sección (c.18-21) se ocupa de moral, y en ella no se nota ninguna preferencia especial. Lo mismo que la Didaché, describe las dos vías del hombre, la de la vida y la de la muerte; a la primera llama camino de luz; a la segunda, camino de tinieblas. Para delinear la senda de la luz da un gran número de preceptos morales que recuerdan el decálogo. El pasaje que trata de la senda de las tinieblas consiste en un catálogo de vicios y pecados.

2. Doctrina.
Aunque el elemento doctrinal esté desparramado en este libro, hay detalles que merecen destacarse.

1) Bernabé proclama la preexistencia de Cristo. Estaba con Dios Padre cuando éste creó el mundo; las palabras "hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra" fueron dichas por el Padre a su divino Hijo (5,5). Bernabé emplea, además, la parábola del sol, tan popular en la teología alejandrina, para explicar la encarnación:

Porque de no haber venido en carne, tampoco hubieran los hombres podido salvarse mirándole a El, como quiera que mirando al sol, que al cabo está destinado a no ser, como obra que es de sus manos, no son capaces de fijar los ojos en sus rayos (5,10: BAC 65,780). Dos fueron las causas de la encarnación:

Primeramente: "El Hijo de Dios vino en carne a fin de que llegara a su colmo la consumación de los pecados de quienes persiguieron de muerte a sus profetas. Luego para ese fin sufrió."

En segundo lugar: "El mismo fue quien quiso así padecer" (5,11-13: BAC 65,780-781).

2) Los capítulos 6 y 11 describen bellamente cómo el bautismo confiere al ser humano la adopción de hijos e imprime en su alma la imagen y semejanza de Dios:

Habiéndonos renovado por el perdón de nuestros pecados, hizo de nosotros una forma nueva, hasta el punto de tener un alma de niño, como de veras nos ha plasmado El de nuevo. Y, en efecto, la Escritura dice de nosotros lo mismo que Dios dijo a su Hijo: "Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra" (6,11-12: BAC 65,783).

3) El bautismo transforma a las criaturas de Dios en templos del Espíritu Santo:

Quiero hablaros acerca del templo, cómo extraviados los miserables confiaron en el edificio y no en su Dios, que los creó, como si aquél fuera la casa de Dios. Pues, poco más o menos como los gentiles, le consagraron en el templo. Mas ¿cómo habla el Señor destruyéndolo? Aprendedlo: "¿Quién midió el cielo con el palmo y la tierra con el pulgar? ¿No he sido yo? - dice el Señor - . El cielo es mi trono, y la tierra escabel de mis pies: ¿Qué casa es esa que me vais a edificar o cuál es el lugar de mi descanso? Luego ya os dais cuenta de que su esperanza es vana." Y, por remate, otra vez les dice: "He aquí que los que han destruido este templo, ellos mismos lo edificarán." Así está sucediendo, pues por haberse ellos sublevado, fue derribado el templo por sus enemigos, y ahora hasta los mismos siervos de sus enemigos lo van a reconstruir...

Pues inquiramos si existe un templo de Dios. Existe, ciertamente, allí donde El mismo dice que lo ha de hacer y perfeccionar. Está, efectivamente, escrito: "Y será, cumplida la semana, que se edificará el templo de Dios gloriosamente en el nombre del Señor."

Hallo, pues, que existe un templo. ¿Cómo se edificará en el nombre del Señor? Aprendedlo. Antes de creer nosotros en Dios, la morada de nuestro corazón era corruptible y flaca, como templo verdaderamente edificado a mano, pues estaba llena de idolatría y era casa de demonios, porque no hacíamos sino cuanto era contrario a Dios. "Mas se edificará en el nombre del Señor." Atended a que el templo del Señor se edifique gloriosamente. ¿De qué manera? Aprendedlo. Después de recibido el perdón de los pecados, y por nuestra esperanza en el Nombre, fuimos hechos nuevos, creados otra vez desde el principio. Por lo cual, Dios habita verdaderamente en nosotros, en la morada de nuestro corazón (16,1-4,6-8).

4) En el capítulo 15,8 insiste en la celebración del día octavo de la semana, o sea del domingo, en lugar del sábado de los judíos, por ser aquél el día de la resurrección:

Por último, les dice: "Vuestros novilunios y vuestros sábados no los aguanto." Mirad cómo dice: No me son aceptos vuestros sábados de ahora, sino el que yo he hecho, aquel en que, haciendo descansar todas las cosas, haré el principio de un día octavo, es decir, el principio de otro mundo. Por eso justamente nosotros celebramos también el día octavo con regocijo, por ser día en que Jesucristo resucitó de entre los muertos y, después de manifestado, subió a los cielos (15,8-9).

5) La vida del niño, antes como después de su nacimiento, está protegida por la ley: "No matarás a tu hijo en el seno de la madre ni, una vez nacido, le quitarás la vida" (19,5).

6) El autor es milenarista. Los seis días de la creación significan un período de seis mil años, porque mil años son como un día a los ojos del Señor. En seis días, esto es, "en seis mil años, todo quedará completado, después de lo cual este tiempo perverso será destruido y el Hijo de Dios vendrá de nuevo a juzgar a los impíos y a cambiar el sol y la luna y las estrellas, y el día séptimo descansará. Entonces amanecerá el sábado del reino milenario (15,1-9).

3. El autor.
En la carta no dice en ninguna parte que Bernabé sea su autor, ni siquiera reclama para sí un origen apostólico. Sin embargo, desde los más remotos tiempos la tradición la ha atribuido al apóstol Bernabé, compañero y colaborador de San Pablo. El Codex Sinaiticus, del siglo IV, cita la epístola entre los libros canónicos del Nuevo Testamento, inmediatamente después del Apocalipsis de San Juan. Clemente de Alejandría toma de ella muchos pasajes que atribuye al apóstol Bernabé. Orígenes la llama Καθολική έπιστολή y la enumera entre los libros de la Sagrada Escritura. Eusebio la relega a la categoría de libros controvertidos, y San Jerónimo la cuenta entre los apócrifos. La crítica moderna ha establecido de una manera definitiva que el apóstol Bernabé no es su autor, porque en la carta se repudia dura y absolutamente el Antiguo Testamento. Por razón de esta pronunciada antipatía contra todo lo judío, Bernabé queda descartado como autor de la epístola. Por lo demás, se advierte un abismo entre las doctrinas de San Pablo, cuyo compañero de misión fue Bernabé, y las opiniones que se expresan en la epístola. Pablo reconoció el Antiguo Testamento como institución divinamente ordenada; en cambio, la Epístola de Bernabé habla de él como de un engaño diabólico (9,4). Hay, además, razones históricas para negar a Bernabé la paternidad literaria de esta epístola, puesto que es absolutamente cierto que fue escrita después de la destrucción de Jerusalén; el capítulo 16 lo prueba bien a las claras.

El uso del método alegórico apunta hacia Alejandría como patria del autor. La influencia de Filón es innegable. Esto explicaría también, en parte, la alta estima en que tuvieron la epístola los teólogos alejandrinos.

4. Fecha de composición
La destrucción del templo de Jerusalén, mencionada en la epístola, permite fijar con certeza el terminus post quem. En cambio, en lo que se refiere al terminus ante quem, las opiniones son muy divergentes. En el capítulo 16,3-4, se dice así: "Y, por remate, otra vez les dice: He aquí que los que han destruido este templo, ellos mismos lo reedificarán. Así está sucediendo, pues por haberse ellos sublevado, fue derribado el templo por sus enemigos, y ahora los mismos siervos de sus enemigos lo van a reconstruir." La frase que empieza con las palabras "y ahora" nos lleva a concluir que ya había transcurrido algún tiempo desde la destrucción del templo. En lo que se dice sobre la planeada reconstrucción le parece ver a Harnack una alusión a la construcción del templo de Júpiter en Jerusalén durante el reinado de Adriano (117-138). Basándose en esto, Harnack fecha la composición de la epístola en el año 130 ó 131. Funk opina que este pasaje se refiere a la erección del templo sobrenatural de Dios, la Iglesia; pero su teoría no es nada convincente. Menos satisfactoria es aún la conclusión que respecto a la fecha de composición saca del capítulo 4,4-5, donde se cita a Daniel 7,24 y 7,7-8. El pasaje dice: "Además, el profeta dice así: Diez reinos reinarán sobre la tierra, y tras ellos se levantará un rey pequeño que humillará de un golpe a tres reyes. Igualmente Daniel dice sobre lo mismo: Y vi la cuarta bestia, mala y fuerte, y más fiera que todas las otras bestias de la tierra, y cómo de ella brotaban diez cuernos, y de ellos un cuerno pequeño como un retoño, y cómo éste humilló de un golpe a tres de los cuernos mayores." Funk identifica al emperador romano Nerva (96-98) con el undécimo pequeño rey de esta profecía. Según él, Nerva "humilló de un golpe a tres revés," por cuanto que alcanzó el trono después de asesinar a Domiciano, en quien se extinguió la dinastía de los Flavianos, compuesta de tres miembros, los emperadores Vespasiano, Tito y el propio Domiciano. Pero únicamente mediante una interpretación tan arbitraria pueden aplicarse a Nerva las palabras de Daniel. Por otra parte, el método adoptado por Harnack para fechar la carta tiene también dificultades. Todo depende de qué destrucción y de qué reconstrucción del templo se trate en la epístola. Lietzmann cree que el autor se refiérela la segunda destrucción del templo en la guerra de Barcochba. La obra habría sido compuesta después de empezada esta insurrección, cuyo fin coincide con el último año del reinado de Adriano (138). No cabe defender una fecha posterior a ésta. En otro tiempo se dudó de la homogeneidad de la Epístola de Bernabé y se intentó descubrir interpolaciones. Sin embargo, Muilenbereg ha demostrado satisfactoriamente que el documento es, desde el principio hasta el fin de un mismo autor, sin que sea posible discernir adiciones ulteriores. Las incoherencias en que cae con frecuencia deben atribuirse al poco dominio que el autor tiene del lenguaje y de la composición. De vez en cuando salta bruscamente de un tema a otro, y a menudo rompe el hilo de su discurso para intercalar exhortaciones morales que no tienen nada Que ver con lo que está diciendo. La exposición de las dos vías, la del bien y la del mal, está tomada dé la misma fuente que la de la Didaché. No obstante, se puede afirmar con certeza que el autor no usó la Didaché. El análisis de la Epístola de Bernabé indica que su autor no solamente tuvo a su disposición esa fuente común y las Sagradas Escrituras, sino también otras fuentes que no es posible identificar.

5. Transmisión del texto.
Para el texto griego tenemos las siguientes autoridades:

1) El Codex Sinaiticus, del siglo IV, en otro tiempo en San Petersburgo y actualmente en Londres. Figura entre los libros del Nuevo Testamento, inmediatamente después del Apocalipsis.

2) El Codex Hierosolymitanus, del año 1056, antiguamente en Constantinopla, hoy día en Jerusalén. Este códice fue descubierto por Bryennios en 1875 y contiene la Epístola de Bernabé, la Didaché y la Primera Carta de Clemente.

3) El Codex Vaticanus Graec. 859, del siglo XI, contiene, entre otras cosas, las cartas de San Ignacio, de San Policarpo y la Epístola de Bernabé. Faltan, empero, los capítulos 1,1-5.7. Esta laguna aparece también en manuscritos posteriores que dependen de este mismo arquetipo.

La obra existe también en una traducción latina del siglo III. Fue copiada en el siglo X en el monasterio de Corbie y ahora se conserva en San Petersburgo. En este manuscrito faltan, sin embargo, los capítulos 18,1-29,9.
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Sitibundo (2)
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MensajePublicado: Mie Jul 25, 2007 11:53 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

La verdad es que la carta de Bernabé es un caramelo delicioso de leerse
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Quieren abnegar su Gracia
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Gepeto
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MensajePublicado: Jue Jul 26, 2007 5:21 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Sitibundo (2) escribió:
La verdad es que la carta de Bernabé es un caramelo delicioso de leerse


Wow! Exelente termino para referirse a algo tan delisioso a la vista!

Bendiciones.
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MensajePublicado: Jue Jul 26, 2007 5:34 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
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Sergio Ceceña escribió:
http://www.mercaba.org/TESORO/427-5.htm



«EPISTOLA DE BERNABE»



Clemente de Alejandría, a principios del siglo III, dio el nombre de Epístola de Bernabé a un breve escrito en lengua griega, redactado sin ajustarse a los cánones de la antigua retórica, por lo que se piensa que su autor no era de origen griego.

[...]

En suma, para esto vino el Hijo de Dios en la carne, para que llegase a su colmo la consumación de los pecados de los que persiguieron a muerte a sus profetas: por esto soportó la pasión... 6.

.......................

1. Carta de Bernabé 1, 5-2, 3.

2. Ibid. 6, .9.

3. Ibid., cap. 2-3.

4. Ibid. 4, 6-8.

5. Ibid. 9, 4-5.

6. Ibid. cap. 5


Gracias estimado hermano por tu aporte. Dios te bendiga.
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Gepeto
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MensajePublicado: Jue Jul 26, 2007 5:38 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
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Chanfle! Pido perdon a la moderacion, crei que no salia y segui presionando "enviar"

Rolling Eyes

PERDON.

    Nota:
    No te preocupes, que aquí no ha pasado nada Wink

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Gepeto
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MensajePublicado: Jue Jul 26, 2007 5:40 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
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enriqueellena escribió:
La «Epístola de Bernabé»La Epístola de Bernabé es un tratado teológico más que una carta; de carta no tiene más que la apariencia. De hecho no contiene nada personal y carece de introducción y conclusión. Su contenido es de carácter general y no aparece en ella ninguna indicación de que fuera dirigida a alguna persona particular. Su forma de carta es puro artificio literario. Los escritores cristianos primitivos consideraban el género epistolar como el único apto para dar instrucciones piadosas y recurrían a este género aun cuando no se dirigieran a un círculo limitado de lectores. El propósito del autor, cuyo nombre no se menciona, es enseñar ?el conocimiento perfecto? (γνώσις) y la fe.

1. Contenido
La carta se divide en dos partes: una teórica y otra práctica.

I. La primera sección, teórica, comprende los capítulos 1-17 y es de carácter dogmático. En el capítulo 1,5, el autor declara la intención de su obra con estas palabras: ?a fin de que, juntamente con vuestra fe, tengáis perfecto conocimiento.? Este conocimiento, empero, es especial. El autor desea, en primer lugar, exponer y probar a sus lectores el valor y la significación de la revelación del Antiguo Testamento; trata de demostrar que los judíos entendieron muy mal la Ley, porque la interpretaron literalmente. Después de repudiar esta interpretación, explica lo que, a su juicio, representa el sentido espiritual genuino, o sea, la τελεία γνωσις. Consiste en una explicación alegórica de las doctrinas y mandamientos del Antiguo Testamento. Dios no quiere el don material de sacrificios sangrientos, sino la ofrenda de un corazón arrepentido. No quiere la circuncisión de la carne, sino la de nuestro oído, a fin de que nuestra mente se incline a la verdad. No insiste en que nos abstengamos de la carne de animales impuros, pero insiste en que renunciemos a los pecados simbolizados por aquellos animales (c.9 y 10). El cerdo, por ejemplo, es enumerado entre los animales prohibidos, porque hay hombres que se parecen a los cerdos, que, una vez ahitos, olvidan la mano que los alimenta. El águila, el halcón, el gavilán y el cuervo son animales prohibidos, porque simbolizan hombres que logran su pan cotidiano por la rapiña y toda suerte de iniquidad, en vez de ganarse su sustento con un trabajo honrado y el sudor de su frente (c.14,4). Una prueba de lo atrevido de las alegorías del autor la da el capítulo 9. Habla de la circuncisión que Abrahán ordenó a 318 de sus siervos. Según la interpretación del autor, ésta fue la manera como le fue revelado a Abrahán el misterio de la redención mediante la crucifixión y muerte de Cristo. Las cifras 10 y 8 en griego se escriben ι, η; el número 300 = τ. Esta letra τ significa la cruz. Por consiguiente, el número 318 significa la redención por medio de la muerte de Jesús en la cruz. La Ley Antigua no estaba destinada a los judíos. ?Moisés, pues, recibió la alianza; mas ellos no se hicieron dignos.? Estaba destinada, desde un principio, a los cristianos. ?Ahora bien, ¿cómo la recibimos nosotros? Aprendedlo: Moisés la recibió como siervo que era; mas a nosotros nos la dio el Señor en persona para hacernos, habiendo sufrido por nosotros, pueblo de su herencia? (14,4). La interpretación judía de la Antigua Ley no estaba garantizada por Dios; los judíos fueron engañados por las maquinaciones de un ángel malo: ?Ellos transgredieron su mandamiento, pues un ángel malo los engañó? (9,4). El autor se atreve incluso a decir que el culto judío se parece a la idolatría pagana (16,2).

. II. La segunda sección (c.18-21) se ocupa de moral, y en ella no se nota ninguna preferencia especial. Lo mismo que la Didaché, describe las dos vías del hombre, la de la vida y la de la muerte; a la primera llama camino de luz; a la segunda, camino de tinieblas. Para delinear la senda de la luz da un gran número de preceptos morales que recuerdan el decálogo. El pasaje que trata de la senda de las tinieblas consiste en un catálogo de vicios y pecados.

2. Doctrina.
Aunque el elemento doctrinal esté desparramado en este libro, hay detalles que merecen destacarse.

1) Bernabé proclama la preexistencia de Cristo. Estaba con Dios Padre cuando éste creó el mundo; las palabras "hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra" fueron dichas por el Padre a su divino Hijo (5,5). Bernabé emplea, además, la parábola del sol, tan popular en la teología alejandrina, para explicar la encarnación:

Porque de no haber venido en carne, tampoco hubieran los hombres podido salvarse mirándole a El, como quiera que mirando al sol, que al cabo está destinado a no ser, como obra que es de sus manos, no son capaces de fijar los ojos en sus rayos (5,10: BAC 65,780). Dos fueron las causas de la encarnación:

Primeramente: "El Hijo de Dios vino en carne a fin de que llegara a su colmo la consumación de los pecados de quienes persiguieron de muerte a sus profetas. Luego para ese fin sufrió."

En segundo lugar: "El mismo fue quien quiso así padecer" (5,11-13: BAC 65,780-781).

2) Los capítulos 6 y 11 describen bellamente cómo el bautismo confiere al ser humano la adopción de hijos e imprime en su alma la imagen y semejanza de Dios:

Habiéndonos renovado por el perdón de nuestros pecados, hizo de nosotros una forma nueva, hasta el punto de tener un alma de niño, como de veras nos ha plasmado El de nuevo. Y, en efecto, la Escritura dice de nosotros lo mismo que Dios dijo a su Hijo: "Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra" (6,11-12: BAC 65,783).

3) El bautismo transforma a las criaturas de Dios en templos del Espíritu Santo:

Quiero hablaros acerca del templo, cómo extraviados los miserables confiaron en el edificio y no en su Dios, que los creó, como si aquél fuera la casa de Dios. Pues, poco más o menos como los gentiles, le consagraron en el templo. Mas ¿cómo habla el Señor destruyéndolo? Aprendedlo: "¿Quién midió el cielo con el palmo y la tierra con el pulgar? ¿No he sido yo? - dice el Señor - . El cielo es mi trono, y la tierra escabel de mis pies: ¿Qué casa es esa que me vais a edificar o cuál es el lugar de mi descanso? Luego ya os dais cuenta de que su esperanza es vana." Y, por remate, otra vez les dice: "He aquí que los que han destruido este templo, ellos mismos lo edificarán." Así está sucediendo, pues por haberse ellos sublevado, fue derribado el templo por sus enemigos, y ahora hasta los mismos siervos de sus enemigos lo van a reconstruir...

Pues inquiramos si existe un templo de Dios. Existe, ciertamente, allí donde El mismo dice que lo ha de hacer y perfeccionar. Está, efectivamente, escrito: "Y será, cumplida la semana, que se edificará el templo de Dios gloriosamente en el nombre del Señor."

Hallo, pues, que existe un templo. ¿Cómo se edificará en el nombre del Señor? Aprendedlo. Antes de creer nosotros en Dios, la morada de nuestro corazón era corruptible y flaca, como templo verdaderamente edificado a mano, pues estaba llena de idolatría y era casa de demonios, porque no hacíamos sino cuanto era contrario a Dios. "Mas se edificará en el nombre del Señor." Atended a que el templo del Señor se edifique gloriosamente. ¿De qué manera? Aprendedlo. Después de recibido el perdón de los pecados, y por nuestra esperanza en el Nombre, fuimos hechos nuevos, creados otra vez desde el principio. Por lo cual, Dios habita verdaderamente en nosotros, en la morada de nuestro corazón (16,1-4,6-Cool.

4) En el capítulo 15,8 insiste en la celebración del día octavo de la semana, o sea del domingo, en lugar del sábado de los judíos, por ser aquél el día de la resurrección:

Por último, les dice: "Vuestros novilunios y vuestros sábados no los aguanto." Mirad cómo dice: No me son aceptos vuestros sábados de ahora, sino el que yo he hecho, aquel en que, haciendo descansar todas las cosas, haré el principio de un día octavo, es decir, el principio de otro mundo. Por eso justamente nosotros celebramos también el día octavo con regocijo, por ser día en que Jesucristo resucitó de entre los muertos y, después de manifestado, subió a los cielos (15,8-9).

5) La vida del niño, antes como después de su nacimiento, está protegida por la ley: "No matarás a tu hijo en el seno de la madre ni, una vez nacido, le quitarás la vida" (19,5).

6) El autor es milenarista. Los seis días de la creación significan un período de seis mil años, porque mil años son como un día a los ojos del Señor. En seis días, esto es, "en seis mil años, todo quedará completado, después de lo cual este tiempo perverso será destruido y el Hijo de Dios vendrá de nuevo a juzgar a los impíos y a cambiar el sol y la luna y las estrellas, y el día séptimo descansará. Entonces amanecerá el sábado del reino milenario (15,1-9).

3. El autor.
En la carta no dice en ninguna parte que Bernabé sea su autor, ni siquiera reclama para sí un origen apostólico. Sin embargo, desde los más remotos tiempos la tradición la ha atribuido al apóstol Bernabé, compañero y colaborador de San Pablo. El Codex Sinaiticus, del siglo IV, cita la epístola entre los libros canónicos del Nuevo Testamento, inmediatamente después del Apocalipsis de San Juan. Clemente de Alejandría toma de ella muchos pasajes que atribuye al apóstol Bernabé. Orígenes la llama Καθολική έπιστολή y la enumera entre los libros de la Sagrada Escritura. Eusebio la relega a la categoría de libros controvertidos, y San Jerónimo la cuenta entre los apócrifos. La crítica moderna ha establecido de una manera definitiva que el apóstol Bernabé no es su autor, porque en la carta se repudia dura y absolutamente el Antiguo Testamento. Por razón de esta pronunciada antipatía contra todo lo judío, Bernabé queda descartado como autor de la epístola. Por lo demás, se advierte un abismo entre las doctrinas de San Pablo, cuyo compañero de misión fue Bernabé, y las opiniones que se expresan en la epístola. Pablo reconoció el Antiguo Testamento como institución divinamente ordenada; en cambio, la Epístola de Bernabé habla de él como de un engaño diabólico (9,4). Hay, además, razones históricas para negar a Bernabé la paternidad literaria de esta epístola, puesto que es absolutamente cierto que fue escrita después de la destrucción de Jerusalén; el capítulo 16 lo prueba bien a las claras.

El uso del método alegórico apunta hacia Alejandría como patria del autor. La influencia de Filón es innegable. Esto explicaría también, en parte, la alta estima en que tuvieron la epístola los teólogos alejandrinos.

4. Fecha de composición
La destrucción del templo de Jerusalén, mencionada en la epístola, permite fijar con certeza el terminus post quem. En cambio, en lo que se refiere al terminus ante quem, las opiniones son muy divergentes. En el capítulo 16,3-4, se dice así: "Y, por remate, otra vez les dice: He aquí que los que han destruido este templo, ellos mismos lo reedificarán. Así está sucediendo, pues por haberse ellos sublevado, fue derribado el templo por sus enemigos, y ahora los mismos siervos de sus enemigos lo van a reconstruir." La frase que empieza con las palabras "y ahora" nos lleva a concluir que ya había transcurrido algún tiempo desde la destrucción del templo. En lo que se dice sobre la planeada reconstrucción le parece ver a Harnack una alusión a la construcción del templo de Júpiter en Jerusalén durante el reinado de Adriano (117-138). Basándose en esto, Harnack fecha la composición de la epístola en el año 130 ó 131. Funk opina que este pasaje se refiere a la erección del templo sobrenatural de Dios, la Iglesia; pero su teoría no es nada convincente. Menos satisfactoria es aún la conclusión que respecto a la fecha de composición saca del capítulo 4,4-5, donde se cita a Daniel 7,24 y 7,7-8. El pasaje dice: "Además, el profeta dice así: Diez reinos reinarán sobre la tierra, y tras ellos se levantará un rey pequeño que humillará de un golpe a tres reyes. Igualmente Daniel dice sobre lo mismo: Y vi la cuarta bestia, mala y fuerte, y más fiera que todas las otras bestias de la tierra, y cómo de ella brotaban diez cuernos, y de ellos un cuerno pequeño como un retoño, y cómo éste humilló de un golpe a tres de los cuernos mayores." Funk identifica al emperador romano Nerva (96-9Cool con el undécimo pequeño rey de esta profecía. Según él, Nerva "humilló de un golpe a tres revés," por cuanto que alcanzó el trono después de asesinar a Domiciano, en quien se extinguió la dinastía de los Flavianos, compuesta de tres miembros, los emperadores Vespasiano, Tito y el propio Domiciano. Pero únicamente mediante una interpretación tan arbitraria pueden aplicarse a Nerva las palabras de Daniel. Por otra parte, el método adoptado por Harnack para fechar la carta tiene también dificultades. Todo depende de qué destrucción y de qué reconstrucción del templo se trate en la epístola. Lietzmann cree que el autor se refiérela la segunda destrucción del templo en la guerra de Barcochba. La obra habría sido compuesta después de empezada esta insurrección, cuyo fin coincide con el último año del reinado de Adriano (138). No cabe defender una fecha posterior a ésta. En otro tiempo se dudó de la homogeneidad de la Epístola de Bernabé y se intentó descubrir interpolaciones. Sin embargo, Muilenbereg ha demostrado satisfactoriamente que el documento es, desde el principio hasta el fin de un mismo autor, sin que sea posible discernir adiciones ulteriores. Las incoherencias en que cae con frecuencia deben atribuirse al poco dominio que el autor tiene del lenguaje y de la composición. De vez en cuando salta bruscamente de un tema a otro, y a menudo rompe el hilo de su discurso para intercalar exhortaciones morales que no tienen nada Que ver con lo que está diciendo. La exposición de las dos vías, la del bien y la del mal, está tomada dé la misma fuente que la de la Didaché. No obstante, se puede afirmar con certeza que el autor no usó la Didaché. El análisis de la Epístola de Bernabé indica que su autor no solamente tuvo a su disposición esa fuente común y las Sagradas Escrituras, sino también otras fuentes que no es posible identificar.

5. Transmisión del texto.
Para el texto griego tenemos las siguientes autoridades:

1) El Codex Sinaiticus, del siglo IV, en otro tiempo en San Petersburgo y actualmente en Londres. Figura entre los libros del Nuevo Testamento, inmediatamente después del Apocalipsis.

2) El Codex Hierosolymitanus, del año 1056, antiguamente en Constantinopla, hoy día en Jerusalén. Este códice fue descubierto por Bryennios en 1875 y contiene la Epístola de Bernabé, la Didaché y la Primera Carta de Clemente.

3) El Codex Vaticanus Graec. 859, del siglo XI, contiene, entre otras cosas, las cartas de San Ignacio, de San Policarpo y la Epístola de Bernabé. Faltan, empero, los capítulos 1,1-5.7. Esta laguna aparece también en manuscritos posteriores que dependen de este mismo arquetipo.

La obra existe también en una traducción latina del siglo III. Fue copiada en el siglo X en el monasterio de Corbie y ahora se conserva en San Petersburgo. En este manuscrito faltan, sin embargo, los capítulos 18,1-29,9.


Estimado enriqueellena, gracias por tu aporte. Puedes decir la fuente? Gracias y bendiciones.
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Gepeto
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MensajePublicado: Vie Ago 31, 2007 1:15 am    Asunto: Re: Epistola de Bernabe.
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Gepeto escribió:
Alguien sabe la razon por la cual la Epistola de Bernabe fue rechazada? Hubo algun concilio que determino excluirla de los canones biblicos? He investigado y no he conseguido muchos datos historicos al respecto. Si alguno de vosotros me puede ilustrar lo agradeceria, tengo interez en saber la fecha, razones y personas [nombres] que concluyeron este hecho. Por favor, busco datos historicos, es muy importante para mi esta informacion.

Gracias!


Insisto en preguntaros, es muy importante para mi esta informacion, alguien tiene algun dato en concreto? Gracias.
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MensajePublicado: Vie Ago 31, 2007 1:27 am    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Cita:
«EPISTOLA DE BERNABE»

El enlace proporcionado por nuestro hermano Sergio Ceceña dice lo siguiente:

http://www.mercaba.org/TESORO/427-5.htm

Clemente de Alejandría, a principios del siglo III, dio el nombre de Epístola de Bernabé a un breve escrito en lengua griega, redactado sin ajustarse a los cánones de la antigua retórica, por lo que se piensa que su autor no era de origen griego. Los estudios modernos han dejado claro que este escrito no fue compuesto por el apóstol San Bernabé, compañero de San Pablo en sus viajes apostólicos, sino que es obra de un autor desconocido, que, a su vez, se valió probablemente de documentos preexistentes de diversas épocas. Su composición se sitúa entre la primera y la segunda destrucción del Templo de Jerusalén (por tanto, entre los años 70 y 130 d.C.).

Aunque utiliza el género epistolar, no se trata de una carta propiamente dicha, sino de un breve tratado destinado a poner en guardia a los cristianos frente al peligro de los judaizantes, aquellos cristianos convertidos del judaísmo que añoraban las prácticas de la Ley mosaica y pretendían exigirlas también a los seguidores de la nueva Ley. Con este motivo, el autor se detiene en desentrañar la relación entre la antigua y la nueva alianza, destacando el supremo valor de ésta y la insondable riqueza de su contenido.

La antigüedad cristiana profesó alta estima a este escrito, como lo demuestra el hecho de haber sido descubierto en uno de los más antiguos códices, junto con los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento.

En la primera parte, el autor ahonda en la interpretación de pasajes del Antiguo Testamento a la luz del Nuevo, con un profundo conocimiento de la Escritura. La abundancia de citas es de gran interés para el estudio de la transmisión del texto sagrado y de su utilización como fundamento de los dogmas. La segunda parte, de carácter más didáctico, contiene una descripción de la vida cristiana y un conjunto de normas morales que el Cristianismo exige. De esta segunda parte procede el fragmento que se ofrece a continuación.

LOARTE

* * * * *

Este documento, de carácter muy primitivo, llegó a ser considerado en ciertas cristiandades como parte de las Escrituras, y se atribuyó a Bernabé, el compañero de Pablo. Tal atribución no es admitida por la crítica moderna, sin que, por otra parte, sea posible determinar quién pudiera ser el autor del escrito. En él se plantea con fuerza particular uno de los problemas que más hubieron de preocupar a los primeros cristianos: el de sus relaciones con el judaísmo. El autor se muestra en actitud simplemente negativa con respecto a todas las instituciones de los judíos, los cuales, según él, habrían pervertido desde el comienzo el sentido que Dios quiso dar a las Escrituras y a la ley, entendiendo en un sentido material lo que Dios había querido sólo en un sentido espiritual. Según esta concepción, el judaísmo seria, no un estadio menos perfecto de la revelación, previo al cristianismo, sino una perversión radical de algo que ya desde un principio debiera de haber alcanzado su plenitud y perfección. De esta forma la polémica antijudía, iniciada por Pablo con notables matizaciones, es ahora llevada a extremos absolutos. El autor de la carta de Bernabé sólo admite prácticamente una interpretación alegórica y espiritual del Antiguo Testamento y esta interpretación es presentada como una gnosis o sabiduría particular, dada al cristianismo por la enseñanza de Jesús: se inicia así la tendencia hacia la alegoría y la gnosis cristiana, que se desarrollará en la escuela de Alejandría, y por ello se ha supuesto que este escrito pudiera proceder de los ambientes alejandrinos. Por algunas de sus referencias parece probable que fuera escrito en el reinado de Adriano, hacia el año 130.

JOSEP VIVES

* * * * *

La llamada Epístola de Bernabé, atribuida antiguamente al compañero de San Pablo, ciertamente no es suya, y no es propiamente una carta sino un tratado teológico. Nada se sabe de su autor, pero se piensa en Alejandría como su lugar de origen o de formación, tanto por las influencias que revela de Filón como por el uso que de ella hicieron los teólogos de Alejandría.

En la primera parte de este escrito se explica que la ley de los judíos estaba desde el principio dirigida a los cristianos, y tenía un sentido espiritual que aquéllos, al interpretarla literalmente, no entendieron: por eso todo el culto judío es tan rechazable como el pagano; la actitud antijudía es extrema. La segunda parte expone los caminos del bien y del mal, de modo semejante a la Didajé, ilustrados con un gran número de preceptos morales y una lista de pecados y vicios. La epístola señala también el comienzo de esa interpretación alegórica de la Escritura hecha por cristianos, que será luego tan querida de los alejandrinos.

En este escrito, entre otras cosas se afirman: Cristo estaba ya presente cuando Dios creó el mundo, y se encarnó para poder padecer; en el bautismo, Dios adopta al hombre como hijo, imprime su imagen en su alma, y le transforma en templo del Espíritu Santo; en lugar del sábado se celebra el domingo, en que resucitó Cristo; la vida del niño está protegida por la ley de Dios ya desde el seno de su madre; finalmente, el autor cree también en el milenio.


--------------------------------------------------------------------------------




Los dos caminos

(Epístola de Bernabé, 1-20)

Dos caminos hay de doctrina y de poder: el de la luz y el de las tinieblas. Pero grande es la diferencia entre los dos caminos, pues sobre uno están establecidos los ángeles de Dios, portadores de luz, y sobre el otro, los ángeles de Satanás. Uno es Señor desde siempre y por siempre, y el otro es el príncipe del tiempo presente de la iniquidad.

El camino de la luz es éste. Si alguno quiere seguir su camino hacia el lugar fijado, apresúrese por medio de sus obras. Ahora bien, el conocimiento que nos ha sido dado para caminar en él es el siguiente:

Amarás al que te creó, temerás al que te formo, glorificarás al que te redimió de la muerte. Serás sencillo de corazón y rico de espíritu. No te juntarás con los que andan por el camino de la muerte, aborrecerás todo lo que no es agradable a Dios, odiarás toda hipocresía, no abandonarás los mandamientos del Señor.

No te exaltarás a ti mismo, sino que serás humilde en todo. No te arrogarás gloria para ti mismo. No tomarás determinaciones malas contra tu prójimo, ni infundirás a tu alma temeridad.

No fornicarás, no cometerás adulterio, no corromperás a los jóvenes. Cuando hables la palabra de Dios, que no salga de tu boca tergiversada, como hacen algunos. No harás acepción de personas para reprender a cualquiera de su pecado. Serás manso, serás tranquilo, serás temeroso de las palabras de Dios que has oído. No guardarás rencor a tu hermano.

No vacilarás sobre las verdades de la fe. No tomes en vano el nombre de Dios (Ex 20, 7). Amarás a tu prójimo más que a tu propia vida. No matarás a tu hijo en el seno de la madre, ni una vez nacido le quitarás la vida. No dejes sueltos a tu hijo o a tu hija, sino que, desde su juventud, les enseñarás el temor del Señor.

No serás codicioso de los bienes de tu prójimo, no serás avaro. No desearás juntarte con los altivos; por el contrario, tratarás con los humildes y los justos. Los acontecimientos que te sobrevengan los aceptarás como bienes, sabiendo que sin la disposición de Dios nada sucede.

No serás doble ni de intención ni de lengua. Te someterás a tus amos, como a imagen de Dios, con reverencia y temor. No mandes con dureza a tu esclavo o a tu esclava, que esperan en el mismo Dios que tú, no sea que dejen de temer al que es Dios de unos y otros; porque no vino Él a llamar con acepción de personas, sino a los que preparó el Espíritu.

Compartirás todas las cosas con tu prójimo, y no dirás que son de tu propiedad; pues si en lo imperecedero sois partícipes en común, ¡cuánto más en lo perecedero! No serás precipitado en el hablar, pues red de muerte es la boca. Guardarás la castidad de tu alma.

No seas de los que extienden la mano para recibir y la encogen para dar. Amarás como a la niña de tus ojos (Dt 32, 10) a todo el que te habla del Señor.

Día y noche te acordarás del día del juicio, y buscarás cada día la presencia de los santos [los demás cristianos], bien trabajando y caminando para consolar por medio de la palabra, bien meditando para salvar un alma con la palabra, bien trabajando con tus manos para rescate de tus pecados.

No vacilarás en dar, ni cuando des murmurarás, sino que conocerás quién es el justo remunerador del salario. Guardarás lo que recibiste, sin añadir ni quitar nada (Dt 12, 32). Aborrecerás totalmente el mal. Juzgarás con justicia.

No serás causa de cisma, sino que pondrás paz y reconciliarás a los que contienden. Confesarás tus pecados. No te acercarás a la oración con conciencia mala. Éste es el camino de la luz.

El camino del «Negro» [el demonio] es tortuoso y está repleto de maldición, pues es un camino de muerte eterna en medio de tormentos, en el que se halla todo lo que arruina al alma: idolatría, temeridad, arrogancia de poder, hipocresía, doblez de corazón, adulterio, asesinato, robo, soberbia, transgresión, engaño, maldad, vanidad, hechicería, magia, avaricia, falta de temor de Dios.

Perseguidores de los buenos, aborrecedores de la verdad, amantes de la mentira, desconocedores del salario de la justicia, no concordes con el bien ni con el juicio justo, despreocupados de la viuda y del huérfano, no vigilantes para el temor de Dios, sino para el mal, alejadísimos de la mansedumbre y de la paciencia, amantes de la vaciedad, perseguidores de la recompensa, despiadados con el pobre, indolentes ante el abatido, inclinados a la calumnia, desconocedores del que los ha creado, asesinos de niños, destructores de la obra de Dios, que vuelven la espalda al necesitado, que abaten al oprimido, defensores de los ricos, jueces injustos de los pobres, pecadores en todo.

* * * * *

I. Fe y conocimiento.
...He creído que debía ponerme a escribiros algo aunque fuera brevemente, a fin de que juntamente con vuestra fe tengáis conocimiento perfecto. Pues bien, tres son las doctrinas del Señor: la esperanza de vida, principio y fin de vuestra fe; la justicia, principio y fin del juicio, y la caridad, principio de tranquilidad y de alegría, así como testimonio de las obras de justicia. Porque, en efecto, el Señor nos dio a conocer por medio de los profetas el pasado, y el presente, dándonos además un anticipo del goce de lo por venir. Y viendo que todo se va cumpliendo como él lo dijo, deber nuestro es adelantar, con espÍritU más generoso y levantado, en su temor. En cuanto a mi, no como maestro, sino como uno de vosotros, voy a declararos unas pocas cosas que os puedan dar consuelo en el momento presente. Porque los dias son malos, y el Activo tiene el poder en sus manos, y por tanto nosotros debemos atender a nosotros mismos y buscar las justificaciones del Señor. Ahora bien, en ayuda de nuestra fe vienen el temor y la paciencia, y nuestros aliados son la magnanimidad y la continencia. Mientras tengamos estas virtudes santamente en el Señor, tendremos juntamente con ellas el gozo de la sabiduría, la inteligencia, la ciencia y el conocimiento... 1

¿Qué dice el conocimiento? Aprendedlo: Esperad —dice—, en el que se os ha de manifestar cuando venga en la carne, Jesús. Porque el hombre no es más que tierra que sufre, ya que Adán fue modelado de la faz de la tierra. Pues bien, ¿qué quiere decir Entrad en la tierra que mana leche y miel»? Bendito sea nuestro Señor, hermanos, porque nos ha dado la sabiduría y la inteligencia de sus secretos. Porque el profeta habla del Señor en forma de parábola. ¿Quién lo entenderá, sino el sabio e instruido y el que ama a su Señor? Significa pues aquello que el Señor nos renovó con el perdón de los pecados, haciéndonos de nuevo con un nuevo molde, hasta el punto de que nuestra alma es como de niños, pues realmente él nos ha modelado de nuevo... 2

II. El cristianismo muestra la invalidez del judaísmo. El Señor por medio de todos sus profetas ha puesto de manifiesto que no tiene necesidad ni de sacrificios ni de holocaustos ni de ofrendas, diciendo en cierta ocasión: «¿Qué se me da a mí de la multitud de vuestros sacrificios? —dice el Señor—. Estoy harto de holocaustos, y no quiero la grasa de vuestros corderos ni la sangre de vuestros toros y machos cabríos... No soporto vuestros novilunios y vuestros sábados» (Is 1, 11ss). El Señor invalidó todo esto a fin de que la nueva ley de nuestro Señor Jesucristo, que no está sometida al yugo de la necesidad, tuviera una ofrenda no hecha por mano de hombre. Dioe, en efecto, en otro lugar: «¿Acaso fui yo el que mandé a vuestros padres cuando salían de la tierra de Egipto que me ofrecieran holocaustos y sacrificios? Más bien lo que les mandé fue que ninguno guardara en su corazón rencor maligno contra su prójimo y que no fuerais amantes del perjurio» (cf. Jer 7, 22; Zac 8, 17; 7, 10). No hemos de ser, pues, insensatos, sino comprender la sentencia de bondad de nuestro Padre, que nos habla manifestando que no quiere que nosotros, extraviados como aquellos, busquemos todavía cómo acercarnos a él... En otra ocasión les dice a este respecto: «¿Para qué me ayunáis—dice el Señor—de modo que en este día sólo se oye la gritería de vuestras voces? No es este el ayuno que yo prefiero, dice el Señor, no es la humillación del alma del hombre. Ni aun cuando doblarais vuestro cuello como un aro, os vistierais de saco y os revolcarais en la ceniza, ni aun así penséis que vuestro ayuno es aceptable» (Is 58, 4-5). A nosotros empero nos dice: «He aquí el ayuno que yo prefiero—dice el Señor—: Desata toda atadura de iniquidad, disolved las cuerdas de los contratos por la fuerza, deja a los oprimidos en libertad y rompe toda escritura injusta. Comparte tu pan con el hambriento, y si ves a uno desnudo, vístele. Acoge en tu casa a los sin techo, y si ves a uno humillado no le desprecies, siendo de tu propio linaje y de tu propia sangre... Entonces clamarás, y Dios te oirá, y cuando la palabra está todavía en tu boca te dirá: Aquí estoy, con tal de que arrojes de ti la atadura, y la mano levantada, y la palabra de murmuración. y des con toda tu alma el pan al hambriento y tengas compasión del alma humillada» (Is 58, 6-10). Hermanos, viendo de antemano el Señor magnánimo que su pueblo, que él se había preparado en su Amado, había de creer con sencillez, nos manifestó por anticipado todas estas cosas, para que no fuéramos a estrellarnos, como prosélitos, en la ley de aquellos 3.

...No os asemejéis a ciertos hombres que no hacen sino amontonar pecados, diciéndoos que la alianza es tanto de ellos como vuestra. Porque es nuestra, pero aquellos, después de haberla recibido de Moisés, la perdieron absolutamente... Volviéndose a los ídolos la destruyeron, pues dice el Señor: «Moisés, Moisés, baja a toda prisa, porque mi pueblo, a quien saqué yo de Egipto, ha prevaricado» (cf. ÉX 32, 7; 3, 4; Dt 9, 12). Y cuando Moisés lo comprobó, arrojó de sus manos las dos tablas, y se rompió su alianza, para que la de su amado Jesucristo fuera sellada en nuestro corazón con la esperanza de la fe en él 4.

En cuanto a la circuncisión, en la que ellos ponen su confianza no tiene valor alguno. Porque el Señor ordenó la circuncisión, pero no de la carne. Pero ellos transgredieron el mandato porque el ángel malo los enredó. Díteles a ellos el Señor: aEsto dice el Señor vuestro Dios: no sembréis sobre las espinas, circuncidaos para vuestro Señor» (Jer 4, 3). Además, ¿qué quiere decir: «Circuncidad la dureza de vuestro corazón, y no endurezcáis vuestra cerviz»? Y en otro lugar dice: «...Todas las naciones son incircuncisaS en su prepucio, pero este pueblo tiene incircunciso el corazón» (Jer 9, 25). Objetarás: La circuncision es en este pueblo como un sello. Pero te contestaré que también los sirios y los árabes y todos los sacerdotes de los ídolos se circuncidan... 5

Nuestra salvación en Cristo El Señor soportó que su carne fuera entregada a la destrucción para que fuéramos nosotros purificados con la remisión de los pecados, que alcanzamos con la aspersión de su sangre. Sobre esto está escrito aquello que se refiere en parte a Israel y en parte a nosotros, y dice: «Fue herido por nuestras iniquidades y quebrantado por nuestros pecados: con sus heridas hemos sido sanados. Fue llevado como oveja al matadero y como cordero estuvo mudo delante del que le trasquila» (Is 53, 5-7). Por esto hemos de dar sobremanera gracias al Señor, porque nos dio a conocer lo pasado, nos instruyó en lo presente y no nos ha dejado sin inteligencia de lo por venir... Por esto justamente se perderá el hombre que, teniendo conocimiento del camino de la justicia, se precipita a si mismo por el camino de las tinieblas. Y hay más, hermanos míos: el Señor soportó el padecer por nuestra vida, siendo como es Señor de todo el universo, a quien dijo Dios desde la constitución del mundo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza» (Gén 1, 26). ¿Cómo soportó el padecer por mano de hombres? Aprendedlo: los profetas profetizaron acerca de él, habiendo recibido de él este don: ahora bien, él, para aniquilar la muerte y mostrar la resurrección de entre los muertos, soportó la pasión, pues convenía que se manifestara su condición carnal. Así cumplió la promesa hecha a los padres, y se preparó para sí un pueblo nuevo, mostrando, mientras vivía sobre la tierra, que él había de juzgar una vez que haya realizado la resurrección. En fin, predicó enseñando a Israel y haciendo grandes prodigios y señales, con lo que mostró su extraordinario amor. Se escogió a sus propios apóstoles, que tenían que predicar el Evangelio, los cuales eran pecadores con toda suerte de pecados, mostrando así que «no vino para llamar a los justos, sino a los pecadores» (Mt 9, 13): y entonces les manifestó que era Hijo de Dios. Porque, en efecto, si no hubiera venido en la carne. los hombres no hubieran podido salvarse viéndole a él, ya que ni siquiera son capaces de tener sus ojos fijos en el sol, a causa de sus rayos, el cual está destinado a perecer y es obra de sus manos. En suma, para esto vino el Hijo de Dios en la carne, para que llegase a su colmo la consumación de los pecados de los que persiguieron a muerte a sus profetas: por esto soportó la pasión... 6.

.......................

1. Carta de Bernabé 1, 5-2, 3.

2. Ibid. 6, .9.

3. Ibid., cap. 2-3.

4. Ibid. 4, 6-8.

5. Ibid. 9, 4-5.

6. Ibid. cap. 5



Yo me pregunto: Si la antigüedad cristiana profesó alta estima a este escrito, como es posible que los posteriores cristianos no...???
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Maellus haereticorum
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MensajePublicado: Vie Ago 31, 2007 4:06 am    Asunto: Re: Epistola de Bernabe.
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Gepeto escribió:
Alguien sabe la razon por la cual la Epistola de Bernabe fue rechazada? Hubo algun concilio que determino excluirla de los canones biblicos? He investigado y no he conseguido muchos datos historicos al respecto. Si alguno de vosotros me puede ilustrar lo agradeceria, tengo interez en saber la fecha, razones y personas [nombres] que concluyeron este hecho. Por favor, busco datos historicos, es muy importante para mi esta informacion.




Los Padres que concedieron autoirdad a esta carta son Orígenes y san Clemente de Alejandría.

Eusebio de Césarea rechazó la carta como escritura espuria, junto con los Hechos de Pablo, el Pastor de Hermas, el Apcalipsis de Pedro y la Didaché, según se puede leer en Historia Eclesiástica III, 25, 4.

El rechazo de esta carta es que jamás fue considerada como Escritura por la Iglesia Universal. Solo se conisdero Escritura por grupos aislados de personas.

DEbido a que habían muchas listas de diferentes libros, en el Concilio Romano, bajo la autoridad del Papa Dámaso (366 - 384 d.C.), aparece la primera lista de la Iglesia Universal que solamente nombra los 27 libros conocidos del Nuevo Testamento, rechazando llos otros, entre ellos esta carta.

El Concilio de Hipona (393 d.C.), convocado por el Papa Dámaso durante el sínodo de Roma en 382 d.C., representa la primera confirmación oficial del canon. En adelante, en las actas de los sínodos, lo mismo de los orientales que de los occidentales, y en los decretos de los Papas (ejemplo Inocencio I) aparecen los libros del Nuevo Testamento. En el Concilio de Cártago (397) se ratificaron las decisiones de los concilios anteriores. Aún se necesitó otro concilio (Cártago II en 419) para reafirmar el canon porque todavía había dudas sobre las cartas de Santiago, Judas y Hebreos.

Esta carta jamás fue considerada como parte del canon por la Iglesia, solo por ciertas personas.


Gepeto escribió:
Yo me pregunto: Si la antigüedad cristiana profesó alta estima a este escrito, como es posible que los posteriores cristianos no...???


El hecho que la Iglesia rechace su canonicidad no significa que rechace tal epístola para la edificación de las personas.

La Carta de Bernabé siempre ha sido tenida en alta estima por la Iglesia. De hecho, la venera como parte del privilegiado grupo denominado: Padres Apostólicos, de gran valor en nuestra Fe.

Si durante siglos no se habló de ella, fue por que desapareció en el siglo IX, hasta ser redescubierta por Tischendorf en el Códice Sinaítico, donde está el texto íntegro de la carta.
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Gepeto
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MensajePublicado: Vie Ago 31, 2007 1:40 pm    Asunto: Re: Epistola de Bernabe.
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Maellus haereticorum escribió:
Gepeto escribió:
Alguien sabe la razon por la cual la Epistola de Bernabe fue rechazada? Hubo algun concilio que determino excluirla de los canones biblicos? He investigado y no he conseguido muchos datos historicos al respecto. Si alguno de vosotros me puede ilustrar lo agradeceria, tengo interez en saber la fecha, razones y personas [nombres] que concluyeron este hecho. Por favor, busco datos historicos, es muy importante para mi esta informacion.




Los Padres que concedieron autoirdad a esta carta son Orígenes y san Clemente de Alejandría.

Eusebio de Césarea rechazó la carta como escritura espuria, junto con los Hechos de Pablo, el Pastor de Hermas, el Apcalipsis de Pedro y la Didaché, según se puede leer en Historia Eclesiástica III, 25, 4.

El rechazo de esta carta es que jamás fue considerada como Escritura por la Iglesia Universal. Solo se conisdero Escritura por grupos aislados de personas.

DEbido a que habían muchas listas de diferentes libros, en el Concilio Romano, bajo la autoridad del Papa Dámaso (366 - 384 d.C.), aparece la primera lista de la Iglesia Universal que solamente nombra los 27 libros conocidos del Nuevo Testamento, rechazando llos otros, entre ellos esta carta.

El Concilio de Hipona (393 d.C.), convocado por el Papa Dámaso durante el sínodo de Roma en 382 d.C., representa la primera confirmación oficial del canon. En adelante, en las actas de los sínodos, lo mismo de los orientales que de los occidentales, y en los decretos de los Papas (ejemplo Inocencio I) aparecen los libros del Nuevo Testamento. En el Concilio de Cártago (397) se ratificaron las decisiones de los concilios anteriores. Aún se necesitó otro concilio (Cártago II en 419) para reafirmar el canon porque todavía había dudas sobre las cartas de Santiago, Judas y Hebreos.

Esta carta jamás fue considerada como parte del canon por la Iglesia, solo por ciertas personas.


Gepeto escribió:
Yo me pregunto: Si la antigüedad cristiana profesó alta estima a este escrito, como es posible que los posteriores cristianos no...???


El hecho que la Iglesia rechace su canonicidad no significa que rechace tal epístola para la edificación de las personas.

La Carta de Bernabé siempre ha sido tenida en alta estima por la Iglesia. De hecho, la venera como parte del privilegiado grupo denominado: Padres Apostólicos, de gran valor en nuestra Fe.

Si durante siglos no se habló de ella, fue por que desapareció en el siglo IX, hasta ser redescubierta por Tischendorf en el Códice Sinaítico, donde está el texto íntegro de la carta.


Gracias, gracias!!

Muy completa la informacion, lo agradezco de veras!

Analizare a fondo la informacion que me das.

Bendiciones!
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Gepeto
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MensajePublicado: Mar Sep 04, 2007 2:13 am    Asunto: Re: Epistola de Bernabe.
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Maellus haereticorum escribió:
Gepeto escribió:
Alguien sabe la razon por la cual la Epistola de Bernabe fue rechazada? Hubo algun concilio que determino excluirla de los canones biblicos? He investigado y no he conseguido muchos datos historicos al respecto. Si alguno de vosotros me puede ilustrar lo agradeceria, tengo interez en saber la fecha, razones y personas [nombres] que concluyeron este hecho. Por favor, busco datos historicos, es muy importante para mi esta informacion.




Los Padres que concedieron autoirdad a esta carta son Orígenes y san Clemente de Alejandría.

Eusebio de Césarea rechazó la carta como escritura espuria, junto con los Hechos de Pablo, el Pastor de Hermas, el Apcalipsis de Pedro y la Didaché, según se puede leer en Historia Eclesiástica III, 25, 4.

El rechazo de esta carta es que jamás fue considerada como Escritura por la Iglesia Universal. Solo se conisdero Escritura por grupos aislados de personas.

DEbido a que habían muchas listas de diferentes libros, en el Concilio Romano, bajo la autoridad del Papa Dámaso (366 - 384 d.C.), aparece la primera lista de la Iglesia Universal que solamente nombra los 27 libros conocidos del Nuevo Testamento, rechazando llos otros, entre ellos esta carta.

El Concilio de Hipona (393 d.C.), convocado por el Papa Dámaso durante el sínodo de Roma en 382 d.C., representa la primera confirmación oficial del canon. En adelante, en las actas de los sínodos, lo mismo de los orientales que de los occidentales, y en los decretos de los Papas (ejemplo Inocencio I) aparecen los libros del Nuevo Testamento. En el Concilio de Cártago (397) se ratificaron las decisiones de los concilios anteriores. Aún se necesitó otro concilio (Cártago II en 419) para reafirmar el canon porque todavía había dudas sobre las cartas de Santiago, Judas y Hebreos.

Esta carta jamás fue considerada como parte del canon por la Iglesia, solo por ciertas personas.


Gepeto escribió:
Yo me pregunto: Si la antigüedad cristiana profesó alta estima a este escrito, como es posible que los posteriores cristianos no...???


El hecho que la Iglesia rechace su canonicidad no significa que rechace tal epístola para la edificación de las personas.

La Carta de Bernabé siempre ha sido tenida en alta estima por la Iglesia. De hecho, la venera como parte del privilegiado grupo denominado: Padres Apostólicos, de gran valor en nuestra Fe.

Si durante siglos no se habló de ella, fue por que desapareció en el siglo IX, hasta ser redescubierta por Tischendorf en el Códice Sinaítico, donde está el texto íntegro de la carta.


OK. Analizado el aporte, me hago algunas preguntas:

Cita:
Los Padres que concedieron autoirdad a esta carta son Orígenes y san Clemente de Alejandría.


Son Orígenes y san Clemente, "Padres de la Iglesia", o "grupos aislados de personas"...?

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"Solo se conisdero Escritura por grupos aislados de personas."

Cita:
Eusebio de Césarea rechazó la carta como escritura espuria,


Eusebio de Césarea, era tambien de un "grupo aislado de personas"...??? O el si era un "Padre de la Iglesia" y no de "un grupo determinado de personas"...?

Cita:
jamás fue considerada como Escritura por la Iglesia Universal.


Los primeros cristianos no eran conciderados "La Iglesia Universal"...? O "La Iglesia Universal" comienza con el Papa Dámaso?

Entiendo con estos datos citados que fue el Papa Damaso quien desidio excluir esta carta de los Libbros Sagrados, pero, segun tengo entendido, tambien en aquella ocacion fueron rechazados otros Libros, como: Apocalipsis, Judas, Santiago y creo que dos cartas de Juan. Entonces...???

Rolling Eyes

Saludos.
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Maellus haereticorum
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MensajePublicado: Mar Sep 04, 2007 4:17 am    Asunto: Re: Epistola de Bernabe.
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando




Gepeto escribió:


OK. Analizado el aporte, me hago algunas preguntas:

Cita:
Los Padres que concedieron autoirdad a esta carta son Orígenes y san Clemente de Alejandría.


Son Orígenes y san Clemente, "Padres de la Iglesia", o "grupos aislados de personas"...?

Rolling Eyes


No debemos olvidar que los Padres no escribían para su placer personal, si no para destinatarios concretos, que muchas veces eran las ovejas que estaban bajo su cuidado.

Claro que los escritos de Orígenes y san Clemente tomaron tal carta como inspirada, y eso influyó en sus igleisas locales. De hecho, los más entusiastas defensores de esta carta eran de la Iglesia de Alejandría, lo cual tiene lógica. Alejandría, durante siglos, fue un centro de cultura del pensamiento pagano grecorromano. Los cristianos alejandrinos era de procedencia pagana en su mayoría por lo cual, la religión hebrea les era prácticamente desconocida siendo incapaces de relacionar los Escritos de la Antigua Alianza con la Nueva. El escrito de Bernabé responde ese tipo de interrogante: Frante a la vieja Ley, la Epístola de Bernabé siente la novedad radical del cristianismo, cuyo templo es espiritual, cuya circunsición es espiritual, cuya ley es Cristo.

Por eso es que en Alejandría la carta fue muy apoyada, por ese contexto de pensamiento en que se vivía.



Gepeto escribió:
"Solo se conisdero Escritura por grupos aislados de personas."

Cita:
Eusebio de Césarea rechazó la carta como escritura espuria,


Eusebio de Césarea, era tambien de un "grupo aislado de personas"...??? O el si era un "Padre de la Iglesia" y no de "un grupo determinado de personas"...?


Eusebio de Césarea es un historiador que recoge la historia en forma escrita: si él rechaza la carta es por que era rechazada por la Iglesia como inspirada. Eusebio se limita a informarnos de una situación ya existnete, no creada por él.



Gepeto escribió:
Cita:
jamás fue considerada como Escritura por la Iglesia Universal.


Los primeros cristianos no eran conciderados "La Iglesia Universal"...? O "La Iglesia Universal" comienza con el Papa Dámaso?


La Iglesia Universal es eso: una Iglesia Universal, extendida por toda la tierra. Mientras que los otros escritos del Nuevo Testamento eran (con pocas excepciones) aceptadas como Escritura por prácticamente todas las Iglesias locales, esta Epístola no lo fue nunca.

Los primeros cristianos eran Iglesia Universal en el sentido en que conservaban la Fe ortodoxa en todo el mundo donde se encontraban. Recordemos que el mismo Pablo nos advierte no caer en el error de algunos predicadores. Esos cristianos que crean doctrinas erradas no son Iglesia Universal por muy "primeros" que sean.

Gepeto escribió:
Entiendo con estos datos citados que fue el Papa Damaso quien desidio excluir esta carta de los Libbros Sagrados, pero, segun tengo entendido, tambien en aquella ocacion fueron rechazados otros Libros, como: Apocalipsis, Judas, Santiago y creo que dos cartas de Juan. Entonces...???

Rolling Eyes

Saludos.


No es correcta la apreciación:

Claramente escribí que no era el papa, si no un CONCILIO quien determinó el canon de libros sagrados...Concilio que estaba bajo la autoridad y comunión de un papa.

Concilios posteriores ratificaron tal decisión.

Además, ni un solo Concilio ni ningún papa, JAMÁS RECHAZARON ni el Apocalipsis, ni a Judas, ni a Santiago ni las dos cartas de Juan ni ningún Libro Sagrado.

Fueron los herejes quienes cometieron tal osadía:

En el año 150 Marción rechazó todo el Antiguo Testamento y todo lo que oliera a judío, aceptando como inspirados solo el Evangelio de Lucas y 10 cartas paulinas.

No fue la Iglesia quien hizo semejante impiedad: fue un hereje llamado Marción. Y fue la Iglesia quien condenó tal postura, pues los obispos de la época reconocieron que las Escrituras Hebreas continuaban siendo revelación.

Y si revisamos la Lista Muratoriana del año 170-180 d. C., vemos que ésta contenía los cuatro Evangelios, el Apocalipsis de Juan, trece cartas de Pablo.

Además, el criterio subjetivo de muchos hacía que cada quien dijera que libros eran inspirados y cuales no: Durante el período de 140 a 220 se discutía la canonicidad de la Carta a los Hebreos por sus orígenes desconocidos. Se cuestionaba el origen de la Carta a Santiago, de la Segunda y Tercera de Juan y Segunda de Pedro (porque además esta es semejante a Judas capítulo dos). Muchos creían en la inspiración de "El Pastor" de Hermas por su contenido edificante y de la "Didajé" por sus orígenes apostólicos. Clemente de Alejandría aceptó como escritura inspirada la "Carta a Bernabé" y "El Pastor" de Hermas. Incluso citó "El Apocalipsis de Pedro" como si fuera Escritura. Serapión (obispo de Antioquía, 190 d. C.) prohibió a su diócesis leer el Evangelio de Pedro, sin embargo la gente seguía apreciando este libro.

Hacia fines del tercer siglo, salieron otras listas diferentes por ejemplo de Mileto, Obispo de Sardis. Ireneo, Obispo de Lyon en Adv. Haeres II, no reconoció la carta a Filemón. En el Oriente, san Juan Crisóstomo no dudaba de Segunda de Pedro, Tercera de Juan, Judas y Apocalipsis.

Mientras los herejes rechazaban algunos libros para sustentar sus herejías, muchos hombres sabios y fieles ortodoxos rechazaban algunos libros con criterio más académico que doctrinal.

Es por eso que la Iglesia tuvo que poner orden y con su autoridad, decir que libros eran inspirados y cuales no.
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Gepeto
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MensajePublicado: Mie Sep 05, 2007 1:33 am    Asunto: Re: Epistola de Bernabe.
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Maellus haereticorum escribió:



Gepeto escribió:


OK. Analizado el aporte, me hago algunas preguntas:

Cita:
Los Padres que concedieron autoirdad a esta carta son Orígenes y san Clemente de Alejandría.


Son Orígenes y san Clemente, "Padres de la Iglesia", o "grupos aislados de personas"...?

Rolling Eyes


No debemos olvidar que los Padres no escribían para su placer personal, si no para destinatarios concretos, que muchas veces eran las ovejas que estaban bajo su cuidado.



Hola.

Pienso que un escrito "patristico" dista mucho de un escrito "sugeriblemente de inspiracion divina, digamos que no podemos comparar la epistola a los Filipenses de Pablo con una carta de Origenes o una carta de San Fernando.

Cita:
Claro que los escritos de Orígenes y san Clemente tomaron tal carta como inspirada, y eso influyó en sus igleisas locales.


"Los escritos de", o ellos? Un escrito abarca desde una fabula hasta una filosofia.

Cita:
De hecho, los más entusiastas defensores de esta carta eran de la Iglesia de Alejandría, lo cual tiene lógica. Alejandría, durante siglos, fue un centro de cultura del pensamiento pagano grecorromano. Los cristianos alejandrinos era de procedencia pagana en su mayoría por lo cual, la religión hebrea les era prácticamente desconocida siendo incapaces de relacionar los Escritos de la Antigua Alianza con la Nueva. El escrito de Bernabé responde ese tipo de interrogante: Frante a la vieja Ley, la Epístola de Bernabé siente la novedad radical del cristianismo, cuyo templo es espiritual, cuya circunsición es espiritual, cuya ley es Cristo.


Y donde esta la desaveniencia con La Doctrina?

Cita:
Por eso es que en Alejandría la carta fue muy apoyada, por ese contexto de pensamiento en que se vivía.


Cual es la desaveniencia?

Cita:
Gepeto escribió:
"Solo se conisdero Escritura por grupos aislados de personas."

Cita:
Eusebio de Césarea rechazó la carta como escritura espuria,


Eusebio de Césarea, era tambien de un "grupo aislado de personas"...??? O el si era un "Padre de la Iglesia" y no de "un grupo determinado de personas"...?


Eusebio de Césarea es un historiador que recoge la historia en forma escrita: si él rechaza la carta es por que era rechazada por la Iglesia como inspirada. Eusebio se limita a informarnos de una situación ya existnete, no creada por él.


Quiere esto decir que la carta de Bernabe fue algo creado por Origenes y Clemente? No recogieron estos tambien sus historias...?

Cita:
Gepeto escribió:
Cita:
jamás fue considerada como Escritura por la Iglesia Universal.


Los primeros cristianos no eran conciderados "La Iglesia Universal"...? O "La Iglesia Universal" comienza con el Papa Dámaso?


La Iglesia Universal es eso: una Iglesia Universal, extendida por toda la tierra.


Sera que la ICAR ya era una Iglesia extendida por toda la tierra en el siglo I...? No entiendo, cuando, en que momento nace "la Iglesia Universal" que recibe como inspirado un Libro...?

Cita:
Mientras que los otros escritos del Nuevo Testamento eran (con pocas excepciones) aceptadas como Escritura por prácticamente todas las Iglesias locales, esta Epístola no lo fue nunca.


Sera que las iglesias locales de Origenes y Clemente, por citar solo dos ejemplos, no eran "Iglesias locales"... Shocked

Cita:
Los primeros cristianos eran Iglesia Universal en el sentido en que conservaban la Fe ortodoxa en todo el mundo donde se encontraban.


Y no tenian Libros inspirados? O solo se alimentaban de "fe"...?

Cita:
Recordemos que el mismo Pablo nos advierte no caer en el error de algunos predicadores.


Cierticimo!

Cita:
Esos cristianos que crean doctrinas erradas no son Iglesia Universal por muy "primeros" que sean.


Los que crean doctrinas erradas, los primeros y tambien infinidad de postreros; pero a quienes te refieres, a Origenes, por ejemplo? Ve lo que dice tu Papa acerca de Origenes:

http://www.zenit.org/article-23370?l=spanish

Entonces, un "Padre" con todas estas estimaciones de vuestro Papa, como va a decir que una Carta es inspirada y equivocarse en una cosa como esa...? Shocked

Cita:
Gepeto escribió:
Entiendo con estos datos citados que fue el Papa Damaso quien desidio excluir esta carta de los Libbros Sagrados, pero, segun tengo entendido, tambien en aquella ocacion fueron rechazados otros Libros, como: Apocalipsis, Judas, Santiago y creo que dos cartas de Juan. Entonces...???

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Saludos.


No es correcta la apreciación:

Claramente escribí que no era el papa, si no un CONCILIO quien determinó el canon de libros sagrados...Concilio que estaba bajo la autoridad y comunión de un papa.


Rolling Eyes

Donde manda capitan, no manda solda'o... Laughing

Cita:
Concilios posteriores ratificaron tal decisión.

Además, ni un solo Concilio ni ningún papa, JAMÁS RECHAZARON ni el Apocalipsis, ni a Judas, ni a Santiago ni las dos cartas de Juan ni ningún Libro Sagrado.

Fueron los herejes quienes cometieron tal osadía:



Canonicidad [editar]El Apocalipsis es considerado uno de los libros más controvertidos y difíciles de la Biblia, por la multiplicidad de posibles interpretaciones en los significados de nombres, eventos y símbolos que se narran. La admisión de este texto en el canon bíblico del NT no fue nada fácil, la polémica entre los Padres de la Iglesia respecto a la canonicidad del Apocalipsis duró varios siglos.


Partidarios de la canonicidad del Apocalipsis [editar]Al final del siglo II el Apocalipsis fue reconocido por los representantes de las iglesias principales como una obra genuina del apóstol Juan. En Asia, Melitón, obispo de Sardes, reconoció el Apocalipsis de Juan y escribió un comentario sobre él (Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica, IV, 26). En la Galia, Ireneo de Lyon creía firmemente en su autoridad divina y apostólica (Adversus Haer., V, 30). En África, Tertuliano citó frecuentemente el Apocalipsis sin dudas aparentes sobre su autenticidad (Contra Marción, III, 14, 25). En Roma, el obispo Hipólito asignó su autoría al apóstol Juan, y el Fragmento Muratoriano lo enumera junto con las otras escrituras canónicas. La Vetus Latina contenía el Apocalipsis. En Alejandría, Clemente y Orígenes creían sin vacilación en su autoría joánica. Orígenes aceptaba el Apocalipsis como inspirado, y lo catalogaba como parte del Homologoumena. Atanasio, obispo de Alejandría, lo reconoció plenamente en su carta pascual 39 en el año 367.

En occidente, el libro fue definitivamente aceptado por el decreto del papa Dámaso I, en el año 382, confirmado luego en los concilios de Hipona (en el 393) y de Cartago (en el 397), junto con todos los demás escritos del NT. En oriente, fue incluido en el canon después de mucha polémica (que se prolongó hasta el siglo IX) aunque es el único libro del NT que no es leído como parte de la liturgia en la Iglesia Ortodoxa.


Adversarios de la canonicidad del Apocalipsis [editar]Algunos, como el romano Cayo, a principios del siglo III rechazaron el Apocalipsis por fomentar el milenarismo. El antagonista más importante de la autoridad del Apocalipsis fue Dionisio, obispo de Alejandría, discípulo de Orígenes. Él no se oponía a la idea de que Cerinto era el escritor del Apocalipsis como se puede leer en su obra Sobre las promesas:

"Esta es la doctrina que enseñaba Cerinto: el reino de Cristo será terrenal. Y como amaba el cuerpo y era del todo carnal, imaginaba que iba a encontrar aquellas satisfacciones a las que anhelaba, las del vientre y del bajo vientre, es decir del comer, del beber, del matrimonio: en medio de fiestas, sacrificios e inmolaciones de víctimas sagradas, mediante lo cual intentó hacer más aceptables tales tesis".
Otro discípulo de Orígenes, Eusebio de Cesarea discrepaba de su maestro alejandrino al rechazar el Apocalipsis como no bíblico, aunque se vio obligado a reconocer su casi universal aceptación. Afirmó lo siguiente:

"El Apocalipsis es aceptado por algunos entre los libros canónicos, pero otros lo rechazan." (Historia Eclesiástica, III, 25).
Cirilo de Jerusalén no lo nombró entre los libros canónicos; tampoco aparece en la lista del Sínodo de Laodicea, o en la de Gregorio de Nacianzo. Otro argumento en contra de la paternidad apostólica del libro es su omisión de la versión Peshita, la Vulgata siria en arameo.

En el siglo IV, san Juan Crisóstomo y otros obispos argumentaban contra la inclusión de este libro en el canon del NT, sobre todo debido a las dificultades que planteaba su interpretación y el peligro latente que podía entrañar. Los cristianos de Siria también lo rechazaron debido a que los montanistas se apoyaban mucho en él.

En el siglo IX, fue incluido junto con el Apocalipsis de Pedro entre los libros "discutidos" de la Stichometría de san Nicéforo, patriarca de Constantinopla.

Martín Lutero consideraba que el Apocalipsis "no es ni apostólico ni profético", y decía que "Cristo no se enseña ni se sabe de él aquí". (Tratado de Lutero de libros discutidos del NT (en inglés))

http://es.wikipedia.org/wiki/Apocalipsis


La historia miente? Los reunidos en el Sínodo de Laodicea eran herejes...???


Rolling Eyes

Cita:
En el año 150 Marción rechazó todo el Antiguo Testamento y todo lo que oliera a judío, aceptando como inspirados solo el Evangelio de Lucas y 10 cartas paulinas.

No fue la Iglesia quien hizo semejante impiedad: fue un hereje llamado Marción. Y fue la Iglesia quien condenó tal postura, pues los obispos de la época reconocieron que las Escrituras Hebreas continuaban siendo revelación.


La historia nos ha dado varios "Marciones"... Wink

Cita:
Y si revisamos la Lista Muratoriana del año 170-180 d. C., vemos que ésta contenía los cuatro Evangelios, el Apocalipsis de Juan, trece cartas de Pablo.

Además, el criterio subjetivo de muchos hacía que cada quien dijera que libros eran inspirados y cuales no: Durante el período de 140 a 220 se discutía la canonicidad de la Carta a los Hebreos por sus orígenes desconocidos. Se cuestionaba el origen de la Carta a Santiago, de la Segunda y Tercera de Juan y Segunda de Pedro (porque además esta es semejante a Judas capítulo dos). Muchos creían en la inspiración de "El Pastor" de Hermas por su contenido edificante y de la "Didajé" por sus orígenes apostólicos. Clemente de Alejandría aceptó como escritura inspirada la "Carta a Bernabé" y "El Pastor" de Hermas. Incluso citó "El Apocalipsis de Pedro" como si fuera Escritura. Serapión (obispo de Antioquía, 190 d. C.) prohibió a su diócesis leer el Evangelio de Pedro, sin embargo la gente seguía apreciando este libro.

Hacia fines del tercer siglo, salieron otras listas diferentes por ejemplo de Mileto, Obispo de Sardis. Ireneo, Obispo de Lyon en Adv. Haeres II, no reconoció la carta a Filemón. En el Oriente, san Juan Crisóstomo no dudaba de Segunda de Pedro, Tercera de Juan, Judas y Apocalipsis.

Mientras los herejes rechazaban algunos libros para sustentar sus herejías, muchos hombres sabios y fieles ortodoxos rechazaban algunos libros con criterio más académico que doctrinal.


Nuevamente pregunto: Eran los reunidos en el Sínodo de Laodicea una bola de erejes...? Shocked

Cita:
Es por eso que la Iglesia tuvo que poner orden y con su autoridad, decir que libros eran inspirados y cuales no.


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Bendiciones.
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Maellus haereticorum
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MensajePublicado: Jue Sep 06, 2007 12:07 am    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Mirá Gepeto:

Vos preguntaste algo y como vi que nadie te respodió con los datos que vos querías, pues quise hacerlo yo por que los tenía.

Pero vos ya empezás con tus obseción de atacra y empexar a polemizar.

Es lo malo de tentar a los escorpiones: uno no sabe cuando le pican.
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Gepeto
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MensajePublicado: Jue Sep 06, 2007 12:13 am    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Maellus haereticorum escribió:
Mirá Gepeto:

Vos preguntaste algo y como vi que nadie te respodió con los datos que vos querías, pues quise hacerlo yo por que los tenía.

Pero vos ya empezás con tus obseción de atacra y empexar a polemizar.

Es lo malo de tentar a los escorpiones: uno no sabe cuando le pican.


Te agradezco la informacion y tambien te perdono el agravio.

Dios te bendiga!
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Maellus haereticorum
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MensajePublicado: Jue Sep 06, 2007 3:00 am    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Gepeto escribió:


...y tambien te perdono el agravio.



La verdad estimado forero no es ningún agravio...así que tu perdón carece de efecto ante una ofensa inexistente.
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Gepeto
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MensajePublicado: Jue Sep 06, 2007 3:08 am    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Maellus haereticorum escribió:
Gepeto escribió:


...y tambien te perdono el agravio.



La verdad estimado forero no es ningún agravio...así que tu perdón carece de efecto ante una ofensa inexistente.



Cita:
Es lo malo de tentar a los escorpiones: uno no sabe cuando le pican.


Bien, entoces te pido perdon por mi agravio, no habia reparado en que yo era un escorpion, ni que te hube picado, ni que inyectaba veneno, en fin, que torpe he sido...perdon!
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Gepeto
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MensajePublicado: Jue Sep 06, 2007 3:13 am    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
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Olvidalo, continuemos con el tema.
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Gepeto
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MensajePublicado: Mie Sep 12, 2007 12:49 am    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
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Gepeto escribió:
Maellus haereticorum escribió:
Gepeto escribió:


...y tambien te perdono el agravio.



La verdad estimado forero no es ningún agravio...así que tu perdón carece de efecto ante una ofensa inexistente.



Cita:
Es lo malo de tentar a los escorpiones: uno no sabe cuando le pican.


Bien, entoces te pido perdon por mi agravio, no habia reparado en que yo era un escorpion, ni que te hube picado, ni que inyectaba veneno, en fin, que torpe he sido...perdon!




“Dios te bendiga mi hermano”

Dime Señor qué hay que hacer
Cuando mi hermano me insulta?
No concibo y me resulta
Dificil de comprender.
Que me insulte Lucifer
Lo comprendo de antemano,
Pero que sea mi hermano
La persona que me ofende,
Es algo que no se entiende
En terminos de “cristiano”…

Te pido Dios soberano
Bendición para su vida!
Sanación para mi herida
Y tu consuelo temprano.
Señor, tu Espíritu danos
Para todo soportarlo.
Deja que yo pueda amarlo
Como a nosotros tu amaste,
Ejemplo tu nos dejaste
Y no quiero pisotearlo.

Hermano, quiero intentarlo,
Déjame amarte, de veras!
Aunque tu insulto me hiera
Yo quiero pronto olvidarlo,
Ignorarlo, cepultarlo,
Nada escuché, nada he visto.
Por Jesus todo recisto,
Toda ofensa y quien la diga,
Y expreso: Dios te bendiga!
Yo te amo en Cristo mi hermano!!

Gepeto.
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Gepeto
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MensajePublicado: Mar Sep 25, 2007 5:53 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Alguien se anima a opinar acerca de esta Epistola?


http://escrituras.tripod.com/Textos/EpBernabe.htm


Mi opinion es que no encuentro un solo punto que contradiga la Doctrina de Cristo y particularmente pienso que es tan inspirado como cualquier otra Epistola Paulina. Tu que crees?
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Gepeto
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MensajePublicado: Jue Sep 27, 2007 12:46 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Gepeto escribió:
Alguien se anima a opinar acerca de esta Epistola?


http://escrituras.tripod.com/Textos/EpBernabe.htm


Mi opinion es que no encuentro un solo punto que contradiga la Doctrina de Cristo y particularmente pienso que es tan inspirado como cualquier otra Epistola Paulina. Tu que crees?


Up.
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goyervid
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MensajePublicado: Jue Sep 27, 2007 6:06 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Gepeto escribió:
Gepeto escribió:
Alguien se anima a opinar acerca de esta Epistola?


http://escrituras.tripod.com/Textos/EpBernabe.htm


Mi opinion es que no encuentro un solo punto que contradiga la Doctrina de Cristo y particularmente pienso que es tan inspirado como cualquier otra Epistola Paulina. Tu que crees?


Up.


Gepe:

Lee las introducciones a la epístola en esta página...

http://www.earlychristianwritings.com/barnabas.html

1) Parce que nadie sabe, nadie supo...
2) Porque te parece que es inspirada? Sólo porque no contradice el resto de las escrituras?
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goyervid
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MensajePublicado: Jue Sep 27, 2007 6:06 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

A ver si no cierran el tema porque esta en inglés... Evil or Very Mad
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Jaimevelbon
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MensajePublicado: Jue Sep 27, 2007 6:21 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Es que estás en Miami chico!!!!!
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Catequista.....yo?????
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goyervid
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MensajePublicado: Jue Sep 27, 2007 6:38 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Laughing Laughing Laughing


No, en miami hay puro cubano... no mexicanos... que cossa mas grande mi negro...

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Jaimevelbon
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Ubicación: México

MensajePublicado: Jue Sep 27, 2007 6:40 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

Jaimevelbon escribió:
Es que estás en Miami chico!!!!!



Rolling Eyes Rolling Eyes Rolling Eyes




jajajajajajajajajajaja
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MCC 517
Catequista.....yo?????
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goyervid
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MensajePublicado: Jue Sep 27, 2007 9:06 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
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Laughing
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Gepeto
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MensajePublicado: Jue Sep 27, 2007 11:44 pm    Asunto:
Tema: Epistola de Bernabe.
Responder citando

goyervid escribió:
Gepeto escribió:
Gepeto escribió:
Alguien se anima a opinar acerca de esta Epistola?


http://escrituras.tripod.com/Textos/EpBernabe.htm


Mi opinion es que no encuentro un solo punto que contradiga la Doctrina de Cristo y particularmente pienso que es tan inspirado como cualquier otra Epistola Paulina. Tu que crees?


Up.


Gepe:

Lee las introducciones a la epístola en esta página...

http://www.earlychristianwritings.com/barnabas.html



Thank you! Cool

Cita:
1) Parce que nadie sabe, nadie supo...


Pa; que te digo que no si si.

Cita:
2) Porque te parece que es inspirada?


Hay dos razones de peso que me hacen tomar esa conclusion, mas tarde te las dire Wink Bueno, si no le ponen el canda'ito negro. Sad

Cita:
Sólo porque no contradice el resto de las escrituras?


Mas bien porque las complementa!

Bendiciones!
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