Luciana Belén Moderador

Registrado: 21 Nov 2005 Mensajes: 4928 Ubicación: La Plata, Argentina
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Publicado:
Vie Sep 28, 2007 2:03 am Asunto:
En pan de vida por San Pedro Julián Eymard
Tema: En pan de vida por San Pedro Julián Eymard |
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No se come sólo para conservar la vida, sino también para sacar fuerzas con que realizar los trabajos necesarios. Comer para no morir, a duras penas llega a la más elemental prudencia. Eso no basta. El cuerpo debe trabajar y en el trabajo se gastan fuerzas, que han de sacarse, no de la propia sustancia, que bien pronto se agotaría, sino de las reservas producidas por la alimentación. Es ley que no puede darse lo que no se tiene; bien pronto cae exhausto el hombre condenado a un trabajo duro que, llegada la tarde, no puede alimentarse sino insuficientemente.
Cuanto, más queramos acercarnos a Dios y practicar la virtud, mayores son los combates que nos aguardan, y mayores han de ser, por lo tanto, las fuerzas de que debemos proveernos para no salir derrotados. Pues bien, sólo la Eucaristía puede darnos fuerzas suficientes para todas éstas luchas de la vida cristiana. La oración y la piedad bien pronto languidecen sin la Eucaristía. La vida piadosa es un continuo crucificarse de la naturaleza, y en sí misma considerada pocos alicientes presenta; no sale uno al encuentro de la cruz si no se siente suave, pero fuertemente sostenido. Regla general: piedad sin Comunión, piedad muerta.
Por lo demás, ved lo que os dice vuestra experiencia. ¿ Cómo habéis cumplido vuestros deberes al dejar de comulgar? No bastan ni el Bautismo que da la vida, ni la Confirmación que la aumenta, ni la Penitencia que la repara: Todos éstos Sacramentos no son más que preparación de la Eucaristía, corona y complemento de todos ellos.
Jesús ha dicho: Sígueme. Sólo que es difícil, porque eso pide muchos esfuerzos, exige la práctica de las virtudes cristianas. Únicamente el que mora en Nuestro Señor produce mucho fruto, y ¿Cómo morar en Nuestro Señor sino comiendo su carne y bebiendo su sangre? “ El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en Mí y Yo en él”.
Somos dos cuando Jesucristo está en nosotros. El peso dividido entre dos resulta más ligero. Por eso dice San Pablo: “Todo lo puedo en Aquél que me fortifica”. Quien le fortifica es el que vive en nosotros: Cristo Jesús.
Escrito por San Pedro Julián Eymard _________________
"Aspira a lo celeste que siempre dura, fiel y rico en promesas Dios no se muda." |
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