XXVI DOMINGO T ORD (C)

[zaqueo]

XXVI DOMINGO DEL T. ORDINARIO (C)

30 DE SEPTIEMBRE DE 2007


*PRIMERA LECTURA. AMÓS 6, 1a. 4-7:

*SALMO 145: ALABA, ALMA mía, AL SEÑOR.
ÉL mantiene su
fidelidad perpetuemente,
él hace justicia
A los oprimidos,
él da pan a
los habrientos.
El Señor liberta
a los cautivos.
*SEGUNDA LECTURA: 1 TIMOTEO 6, 11-13:

*LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S LUCAS; 16, 19-31:

-EVANGELIO: En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: “Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espéndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraba de la mesa del rico. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán Se murió también el rico, y lo enterraron.Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vió de lejos a Abrahán y a lázaro en su seno, y gritó: “Padre abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas” Pero Abrahán le contestó: “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males; por eso encuentre aquí consuelo, mientras que tú padeces. Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso , para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotrso”.
El rico insistió. “Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este luegar de tormento”. Abrahán le dice: “Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen:”. El rico contestó: “No, padre Ahrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán”. Abrahán le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite a un muerto”.


*COMENTARIO: La parábola parece narrada para nosotros. Jesús habla de un <rico> poderoso, y muy cerca, echado junto a la puerta de su mansión un <mendigo> que vive en la pobreza absolta y cuyo único patrimonio son llagas por todo el cuerpo, de las que la gente huye y desvía su vista. El rico Epulón lo tiene todo. No necesita de Dios.o No ve al pobre. Se siente seguro. Vive en la inconsciencia total. ¿No se parece en muchos casos a nosotros? Lázaro, por su parte, es un ejemplo de pobreeza total. Su única esperanza es Dios. ¿No se parece a tantos millones de hombres y mujeres hundidos en la miseria?

La mirada penetrante de Jesús está desenmascarado la realidad. Jesús no pronuncia palabra alguna de condena. Es suficiente hacer patente la realidad. Dios no puede tolerar que las cosas queden así para siempre. Es inevitable el vuelco de esta situación. Esa barrera que separa a los ricos de los pobres se puede convertir en un abismo infranqueable y definitivo.Esta parábola del Rico Epulón y del pobre Lázaro es una nueva crítica de Jesus de aquellos ricos que no se preocupan en absoluto de los necesitados. Para éstos no existe “el prójimo”. Viven sólo para él y nada le preocupa de lo que pase alrededor.

El egoísmo y la ambición desmesurada de los ricos son condenados con términos muy duros por el profeta. (1ª lectura: Amós 6, 1-4 y 4 al 7): “!Se acabó la orgía de los disolutos!”. Dios está con los pobres y se preocupa de ellos, pues no tienen otro defensor ante las injusticias,

Justicia para empezar, pero más que justicia, por supuesto. El cristiano está llamado a hilar muy fino. “Practica la justicia, la piedad, la fel el amor, la paciencia, la delicadez” Estas y otras recomendaciones, que se resumen en fidelidad a Cristo y a su Mandamiento, aparecenen la 2ª lectura: 1 Timoteo 6, 11-16), dirigidas al joven obispo de la Iglesia de Éfeso, Timoteo.

El Reimno de Dios viene a hacer justicia sobre todo a los pobres y a los oprimidos. Viene a cambiar la situación para que no sucedan esos desquilibrios de los que siempre disfrutan y de los que siempre sufren y sufrirán.
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quien jamás se desnuda por temor a la verdad, nada sabrá del amor.