Dios quiere marido y mujer caminado juntos hacia la santidad

[Luzcn]

El dolor de muchas mujeres es no tener el marido formado por el Espíritu Santo, que no confíe en la Palabra, que no sea un hombre de oración, fiel a Dios. Talvez las situaciones que atraviesan sean tan difíciles, justamente, por no tener un marido santo. Es hora de empeñarse, de luchar, de sufrir, de orar con fervor. Es tiempo de rescatar el hogar, el marido, el casamiento. Que San José te ayude y te haga semejante a María.

Los hombres necesitan de oración. Gracias a Dios, las mujeres, que son de oración, suelen rezar por ellos. Sí, felizmente, son ellas las que sostienen, en la fe y en la oración, tanto a los hombres como a las familias. Pero hace falta que la cabeza esté unida al corazón, desempeñando la función que le corresponde.

Con razón, el ángel dijo a María: “Ave llena de gracia”. E Isabel le dijo: “eres bendita entre las mujeres”. No resta duda de que la Virgen es “bendita entre las mujeres”. Pero Dios le puso a José para que sea la cabeza de María, y ella respetó esta jerarquía, confiándole las órdenes del Señor. El canal de la gracia, de la bendición, de la santidad para María fue José.

Este es el secreto para ti mujer: querer que tu marido sea cada vez más santo. Para eso tienes que pedir, rezar, suplicar y ayunar. Cuanto más santo él sea, más será canal de Dios para ti. El Padre no quiere que sólo tú seas santa, necesitas de tu marido y él de ti. Dios quiere marido y mujer caminado juntos hacia la santidad.

El matrimonio es el barco de los dos. Si Dios les llamó al matrimonio, no hay otra manera, hace falta que remen en sintonía. Hace falta que hombre y mujer anden en sintonía. Es necesario aprender y, muchas veces, enseñar. Uno enseña al otro. Pero hace falta que los dos aprendan. Es la única forma de llevar adelante el barco del matrimonio.

Si tú, mujer, estás más avanzada en el proceso de santificación debes de saber que de nada te sirve ir adelante, tu vocación es ir en par con tu marido, en sincronía. Tu función es ayudar a que tu marido también aprenda y entre en el ritmo. Comienza con tu marido bien despacio, ensayando bastante, hasta que se habitúen y adquieran sincronía.

En el matrimonio, la santidad, el camino hacia Dios, es conquistado de a dos.

Hombres, es hora de dejar la cobardía. Remen con sus mujeres, pues, ellas ya remaron tanto solas. El barco se hundió porque ustedes, infelizmente, no habían asumido sus responsabilidades. No basta decir: “mi esposa ya va a la Iglesia, reza, comulga, cuenta sus pecados y los míos al padre. Yo ya no necesito confesarme”. Esas son excusas. Hace falta que también tú asumas el camino de santidad. No hay otra forma.

María fue tan santa porque José fue muy santo. Y al mismo tiempo, ahí está lo lindo, José fue tan santo porque María fue muy santa.


Tu hermano


Padre Jonás Abib
Fundador de la Comunidad Canção Nova
Artículo extraído del Portal www.cancaonova.com/es

[R Real]

Las parejas no debemos olvidar que cada uno,
tenemos un remo,
y dejar al otro remando solo, es injusto.

Rezar por tu espos@, es el mejor regalo
la mejor obra de caridad, y de fidelidad.

Gracias!!
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¡Ven Señor Jesús!........

[Mar Simón]

Es dura esa situación, lo mejor es no casarse, no iniciar un matrimonio con alguien que sabes que no comparte tu Fe.