Una reforma educativa socialista

[Mayra Novelo]

Llama la atención que gobiernos dirijan sus armas especialmente contra la clase de Religión cuando el problema capital que arrastra la educación es más hondo:

-El fracaso escolar y la desvinculación de los jóvenes. Son los expertos quienes han señalado los malos resultados académicos de unos alumnos que apenas saben leer y escribir; es patente el fracaso en lengua, matemáticas e historia.

-Pero más grave es el problema del desarraigo de unos jóvenes maleducados en la ignorancia de sus raíces, e influídos por los «héroes» colectivos –cantantes, actores o deportistas- que exhiben una vida instalada en la satisfacción de sus deseos: sexo, drogas, y violencia. Llevan así hasta las últimas consecuencias la ruptura con todo lo anterior, más de lo que ellos mismos suponen. La calle y esa escuela cultivan un yo inmaduro y exacerbado que exige derechos y no quiere saber nada de obligaciones, una autoafimación del yo a través de la violencia, el dominio sobre compañeros más débiles, las bandas juveniles y los enfrentamientos que acaban en muertes, o el terrorismo callejero.

No es alarmismo de gente conservadora sino la triste realidad que obliga al Estado a gastar más recursos para reeducar a los jóvenes delincuentes, paliar la violencia en las aulas o la doméstica, reparar el mobiliario urbano destrozado cada fin de semana, o luchar contra la drogadicción y contra los embarazos en mujercitas adolescentes: casi la mitad termina en aborto provocado.
(Jesús Ortiz)

El Papa Benedicto XVI, en la reciente Jornada Mundial de la Juventud, recordaba que la Eucaristía viene a ser una «fisión nuclear llevada en lo más íntimo del ser; la victoria del amor sobre el odio, la victoria del amor sobre la muerte. Solamente esta íntima explosión del bien que vence al mal puede suscitar después la cadena de transformaciones que poco a poco cambiarán el mundo».

¿Será capaz una nueva Ley de Educación, que suprime la clase de religión y la educación en valores, de orientar a los jóvenes en esa cultura de compromiso, respeto, de vinculación con los demás? ¿Permitirá a los padres ejercer su derecho a elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos?
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“Te amo, Dios mío, y mi único deseo es amarte hasta el último suspiro de mi vida. Te amo, Dios mío infinitamente amable, y prefiero morir amándote a vivir sin amarte. Te amo, Señor, y la única gracia que te pido es amarte eternamente... ”
(Cura de Ars)

[llucià]

Mayra, yo también pienso que el problema más grande que tiene el mundo es la ausencia de Dios; que se manifiesta a nivel humano en la falta de educación: cuando desaparece Dios del panorama el hombre se diluye llevado por su egoísmo, perdiendo lo más propio que es la apertura a los demás. De aquí que es bueno dedicar los mejores esfuerzos a dar formación: que la gente que tenga capacidad se dedique mucho a la educación, pues el demonio hace que los gobiernos en vez de construir ataquen lo que funciona: los auténticos valores, y el primero de ellos, el fundamento de todos los demás, Dios.
Pero junto a esta carividencia que tenemos, necesitamos la paciencia que también es muy propio de Dios, para dialogar con el mundo y desenmascarar el error -y tanto resentimiento, con malas artes: engaños, mentiras...- sin caer en querer combatir estas formas de violencia con violencia. El diálogo con el mundo es proclamar la verdad, sabiendo que la guerra del bien y el mal es tan antigua como la historia, y el trigo y la cizaña estarán siempre juntos. No podemos querer arreglarlo todo enseguida, pues perderíamos la salud: hemos de aprender de la paciencia de Dios, y trabajar con entusiasmo como en la parábola del Evangelio: a nivel social, en todos los frentes, como la política pero sobre todo con asociaciones como hemos visto en las últimas manifestaciones de España a favor de la familia, y tantos sitios de América también se están moviendo por lo que me llega; con nuestra labor de formación; con los medios de comunicación y sobre todo con la oración... luego al final, habrá la cosecha y se separará el trigo de la cizaña...
Saludos,
Llucià Pou

[MCS]

Buenos días, me sumo a vuestros comentarios. Creo que cualquier reforma educativa que se haga fracasará porque sólo son parches que ponen los políticos para no afrontar el problema de fondo: qué tipo de educación queremos, qué entendemos por educación, qué persona queremos contribuir a formar, cuál es el papel del Estado en la educación.... Mientras no se decidan a responder a estas cuestiones, seguirán su ridícula batalla contra la religión, como si fuera el principal mal del sistema.

Considero que estas preguntas son anteriores a cualquier reforma, pero, ¿qué partido político está dispuesto a decir claramente qué quiere y qué partido político está dispuesto a ceder para llegar a un acuerdo?

Es un tema muy complejo y necesario de afrontar para que no ocurra lo que está pasando actualmente en España.