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LA CASA SOBRE ROCA
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Luciana Belén
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MensajePublicado: Dom Mar 30, 2008 3:51 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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2. PARA COMENTAR
1) ¿Qué relación hay entre la extendida crisis de la autoridad paterna y la crisis religiosa de la figura del Padre celestial?

2) ¿Qué relación hay entre la crisis de autoridad paterna del, con la herida del pecado original en el varón y la mujer, de la que hemos tratado antes?

3) ¿Cómo fomenta la mujer el machismo del varón? ¿Qué consecuencia del pecado original en la mujer puede contribuir a esta crisis de la autoridad paterna?

4) ¿Cuáles son las consecuencias de una figura paterna débil en la hija? ¿Son las mismas que en el hijo varón?

6) ¿Que se puede hacer para cultivar la autoridad del padre en la familia? ¿En la sociedad? ¿Cree que se podría empezar por un reavivamiento de la fe en Dios Padre?

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Luciana Belén
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MensajePublicado: Mar Abr 08, 2008 3:46 am    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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CUARTA PARTE
TESTIMONIOS
1. ANSIAR NOVIO. EL DESEO DE SER QUERIDA
Su causa, su verdadera naturaleza y su remedio
Querido Padre,

Acabo de leer apenas una pequeña parte de una de las fichas de “Preparación al matrimonio”. Como estoy en el trabajo, no puedo leer con demasiada holgura, me pareció muy hermoso su forma de redactarlo, de escribir y de explicar esto de la “amistad matrimonial” o del noviazgo, me ayudó mucho a entender y a entenderme, muchas veces me ha pasado esto del amor concupiscente, hoy mismo le pedía a Jesús sacramentado en mi visita diaria antes del trabajo, que me ordenara interiormente, estaba sintiendo mucha soledad y bueno, de ahí las consecuencias, un desorden total de mis pasiones. Aunque no he llegado a pecar concretamente, pero me trajo mucha desolación y tristeza. Quiero aclararle que no estoy de novia, pero era eso lo que interiormente estaba reclamando y anhelando. Un “Amigo” capaz de contenerme, de amarme hasta el extremo, yo estaría dispuesta a hacer lo mismo, pero me es muy difícil encontrar a alguien así. Cómo no he leído el resto de las fichas, no sé si comenta por algún lado esta dificultad de “encontrarse” y del tiempo de “espera” creo que fue eso lo que me desordenó en estos días, el haberme cansado de esperar, y el tiempo no llega, ahora me siento más serena interiormente, después de orar en el Santísimo, vuelvo al cauce, hacia mi Dios.

¡Que difícil es! Bueno mi querido Padre, cierro los ojos, inclino mi cabeza y espero su bendición, un abrazo en el Espíritu.

Pierina.

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Luciana Belén
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MensajePublicado: Mar Abr 08, 2008 3:47 am    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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Mi querida hija Pierina:

Tu testimonio es hermoso y sincero. Expresa la universalidad del alma de la mujer joven, herida por el pecado de su madre Eva. Expresa la herida que debe ser sanada y solamente la vuelta al Padre puede sanar. Esa sanación la hace libre para encontrarse con el varón sin compulsiones, sin afán de conquista o de posesión afectiva, sin ansias de apoderamiento por la vehemente concupiscencia de ser amada.

Esa manera de encontrarse con el varón, redimida, de hija libre, es también sanadora para él. El varón huye del afán posesivo que experimenta o intuye en la mujer. Un afán que a veces se manifiesta en celos vehementes, nacidos del temor de perder el amor que una tanto buscó, y que ve que otras están buscando. Y nacidos también de caer en la cuenta de que él también mira a otras, para cuyos encantos no es insensible. De ahí que si antes de encontrar al novio se ha sufrido la soledad, después de encontrado sobrevenga un tormento peor: el miedo de perderlo; de ser abandonada.

Si el alma de la hija no encuentra consuelo en la compañía del Padre, lo buscará en las creaturas. Pero cuando encuentra el consuelo de las creaturas, experimente que junto con el consuelo del encuentro viene, en el mismo paquete, el pánico de perder lo encontrado.

Por eso, no encontrar el verdadero consuelo en Dios y andar mendigándolo de las creaturas, eso, eso mismo es una herida producida por el pecado original en el alma de la mujer. Esa incapacidad de encontrar el consuelo en el amor a Dios, es la acedia, la incapacidad de gozarse con el bien divino, de sentirse acompañada por el Tú divino y poder decirle con verdad: "Tú eres mi bien" (Salmo 15, 2). Es la ceguera de la Magdalena en el Huerto, de la que debe ser sanada por la palabra de Jesús Resucitado. Por eso, no te canses de visitar a Jesús sacramentado. Y aún en medio de tu desolación no te canses de preguntarle dónde han puesto a tu Señor.

El alma herida de la hija de Eva tiende, por eso, sin darse cuenta, a endiosar al varón, reclamando de él lo que Dios solamente puede darle.

Porque también en el matrimonio se pasa soledad, ya que el otro nunca puede sanar el hambre del alma. Un hambre que la acedia agudiza y no sana, pero que impulsa a querer saciar cebándose en las creaturas. Pero así, ella se convierte en mujer devoradora del que la ama y de los que ama. ¿Se convierte? No, en realidad es eso lo que ya es por la herida del pecado. Si es sanada de esa herida por la gracia, entonces es convertida en la mujer oblativa, a la cual Dios puede confiarle a los que él ama, en calidad de esposo, de hijos, pero antes: de padre, madre, hermanos y hermanos, cuñadas y cuñadas...

La sanación, el ser convertida, no es otra cosa que la misma divina regeneración. Es el ser reengendrada como hija de Dios que puede descansar en su condición de creatura, libre de pánicos, sin necesidad de atentar el ejercicio ilegal de la divinidad ni la usurpación de la divina Providencia, sin necesidad de planearse ella misma su destino. Porque lo planeará huyendo de sus fantasmas interiores y no de cara al Padre, recibiéndose a sí misma como un don de su amor. No es por carecer de novio, sino por no poder estar así ante el Padre que el alma de la mujer se siente sola y triste, como dice el salmo 42: ¿Por qué estás triste alma mía?

Te agradezco mucho tu testimonio, y pido al Padre que te haga Upa, para que no andes como niñita perdida... es muy peligroso... se pega a cualquier desconocido que le dé un caramelo; se la lleva o la rapta cualquiera.

Estoy leyendo un libro que se llama "Mujeres que aman demasiado" y ha instalado el tema de las mujeres sedientas de amor que no saben esperar un hombre y que salen a conquistar uno, al que quieren convertir en enamorado a toda costa, aún cuando él no lo es ni jamás llegará a serlo. En realidad, no son mujeres que aman demasiado, sino mujeres que desean demasiado ser amadas. Ellas se meten en la máquina de picar carne de su propio deseo de merecer el amor del que no la ama. Se autoconvencen de que lo conquistarán a fuerza de complacerlo. Y ¡oh inconsecuencia! si aparece en el horizonte uno no esperado, llega como por el ángulo del ojo, les cuesta verlo, y aunque realmente viene atado de pies y manos, no saben qué hacer con él. No sienten hacia él nada de lo que están sintiendo hacia la presa que tienen en la mira: "no siento nada por él dicen", cuando en realidad deberían caer en la cuenta de que "no sienten lo mismo que por sus presas". Y dejan pasar al que las ama, porque no saben recibir el amor, sino que están empeñadas en conquistarlo.

Creo que la liberación del corazón femenino para encontrarse, con aquél que el Padre les destina - o mejor dicho, para darse por encontradas y descubiertas por él -, está en renunciar a ‘cazar’ uno, e incluso en el aceptar la posibilidad de que la voluntad del Padre no sea para ella el que se case y sea madre. En esa renuncia del propio querer en las manos del Padre, está la libertad, la sanación, la regeneración que la hace hija, obediente, renunciante a su propio querer para que “se haga en mí según tu palabra”. De la obediencia filial que acepta la muerte saca el Padre para realizar sus designios con su hija.

¿Pero qué pasa cuando la hija de Eva persiste en su propósito de buscar remedio a su soledad en un varón, aunque sea aquél que verdaderamente la ama? Pasa que, aunque el varón ame verdaderamente a una mujer, como él mismo está herido por el pecado original, en el mismo lugar y momento que debería darse el encuentro más profundo, se produce una frustración del encuentro. No una frustración culpable sino no querida, inevitable, en la que precisamente consiste la herida del pecado original que debe ser sanada.

Como él y ella han sido heridos de diversa manera se produce un malentendido y un desencuentro. Esto produce una dolorosa frustración de las expectativas. Y si no están avisados, se inclinan a culpar al otro de lo que es una herida inculpable en el otro.

Cuando no a atribuir a culpa del otro lo que es en realidad un efecto de la herida propia. Ella lo culpa a él de su involuntaria regresión a lo instintivo con eclipse de la capacidad relacional. Él la culpa a ella de una posesividad afectiva a la que no sabe responder.

En vez de culparse, los hijos de Dios deben compadecerse el uno al otro comprendiendo cuál es la herida del otro. Cada uno debe renunciar a la forma propia de posesividad: ella a la posesividad afectiva y él a la posesividad instintiva, física. Digo renunciar, pero no es del todo justo decirlo, porque no es algo del todo voluntario, sino en gran parte pena, involuntaria, no querida, del pecado original. Sólo que como es pena ignorada, se toma como un dato de hecho de la naturaleza. Se considera natural, lo que es en realidad una herida en la naturaleza y como normal, lo que es una situación de naturaleza caída.

Así que para que se dé el encuentro, debe darse en el matrimonio la renuncia bautismal, que es renuncia a sí mismo para darse al otro a la manera como el otro lo necesita y con la esperanza de que sea sanado de esa necesidad herida. Por eso el matrimonio es sacramento de sanación y ejercicio oblativo, ejercicio de don misericordioso de sí mismo por amor al otro y por compasión con su herida, al mismo tiempo que esa misericordia nace del conocimiento de la propia herida, de la misericordia consigo mismo y del propósito de renunciar a todo lo que impida ser sanado por el Espíritu Santo filial.

¿Te sirve hija?

Tu padre en Cristo

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Luciana Belén
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MensajePublicado: Dom Abr 13, 2008 2:48 am    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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2. DESCUBRÍ Y RECONOCÍ A MI MUJER


El creyente filósofo argentino Alberto Caturelli relata en su libro autobiográfico “La Historia Interior” 1 el primer encuentro con su esposa Celia, o el descubrimiento de la que sería su esposa, y cómo considera, iluminado por su fe, ese encuentro, el reconocimiento y la mutua elección matrimonial, como una obra de la Providencia divina, en donde convergen las libertades humanas y la de Dios, sin que la voluntad divina fuerce a las voluntades humanas.

¿Están los esposos predestinados el uno al otro? ¿Una predestinación del uno al otro no anularía las libertades? La elección matrimonial es resultado de un consentimiento mutuo de dos libertades. Pero la libertad humana – y esto es un misterio – no escapa a la Providencia divina. ¿Cómo puede intervenir la voluntad divina, en su Providencia universal, en este acuerdo de dos libertades sin disminuirlas? Cuando los dos están en gracia, sus libertades están de acuerdo entre sí y con la divina. El Dr. Alberto Caturelli nos narra el hecho así:

“Dice Santo Tomás que la Providencia llega hasta donde llega el acto creador. Y el acto creador dona el acto mismo de existir. Por tanto, mi propio existir es providencial, como lo es el acto de ser de mi prójimo y de todo ente. Sí. Esto enseña la filosofía, aunque siempre permanezca el enigma del sentido de mis actos libres, de mis encuentros personales, de los secretos, secretísimos actos de nuestra vida interior.

Sí. Esto enseña la filosofía. Pero si vivimos la vida de la gracia, a inconmensurable distancia de la mera naturaleza, entonces nuestra vida es asumida, en su mismo ser e instante por instante por el misterio del amor de Cristo. Mi vocación, mis encuentros, personales, mis pruebas más dolorosas, mis alegrías más profundas, constituyen el encuentro misterioso de la libertad y la gracia. Si en el plano natural nada escapa a la Providencia, en el sobrenatural nada se evade del misterio; en este caso, del misterio de la Encarnación que nos hace re-nacer con el ser nuevo donado por el Bautismo. En ese instante misterioso, más interior que la misma interioridad del alma cristiana, el Señor del castillo 2 me hizo descubrir y re-conocer, en mayo de 1948, a quien sería, conmigo ‘una sola carne’, en el estado nuevo del matrimonio. Encontré a Celia, mi mujer, egresada como yo de Filosofía, en la biblioteca de la Facultad donde hacía poco había comenzado a trabajar. Después de una larga conversación que mantuvimos, me despedí, bajé por el ascensor, salí a la calle y, caminando lentamente, sentí una especie de estupor, mientras me decía a mí mismo: he conocido a mi mujer. Se trató de una suerte de intuición llena de un temor expectante e inexplicable y de una certeza: yo no la merecía y sigo sin merecerla después de cincuenta años.

Limpia como un cristal, equilibrada como balanza de precisión, serena en los momentos difíciles, inteligente y racionalmente lógica; es como lo opuesto de su marido que guarda la argumentación racional y la reflexión persistente... para la soledad contemplativa, la clase o los libros que escribe, pero lleno de impulsos irracionales, ‘corazonadas’ y actos absurdos movidos por la pasión. Ella pone el equilibrio, calma el torbellino y encauza el fuego encendido. Corazón recto y amante hasta el fondo, sin perder el equilibrio; su afecto es efectivo y su efectividad es afectuosa. Amplísima cultura, voluntad tenaz, franqueza total y, por eso, expuesta a ciertos peligros; hay en mí un ineludible doble fondo, una suerte de proto-conciencia que jamás sale a la superficie y queda guardada bajo llave; Celia es toda claridad, sin doble fondo, testimonio de una sabiduría humana sin fisuras. ¿Qué haría yo sin ella? ¿Qué haría yo con este subterráneo río incandescente de mis pasiones?

Cuando nos conocimos, era yo un joven de apenas veintidós años. Los dos no deseábamos otra cosa que un matrimonio fiel. Así como Cristo es fiel a su Esposa con fidelidad perfecta, queríamos ser uno del otro con fidelidad participada. Queríamos amarnos, queríamos aprender a amarnos (aprendizaje que todavía no ha concluido ni concluirá jamás) y edificar una familia ‘con todo’ cuyo mismo centro fuera el amor de Cristo.

Medité largamente el libro del Padre Raoul Plus, el amor cristiano, cuyos márgenes llené con mis notas de letras microscópicas. Cuando nuestros hijos – esos ocho misterios – se hicieron grandes, leyeron aquel libro y se lo pasaron entre ellos. En este momento, ya no sé quién lo tiene. [...]

Precisamente en esos años – el noviazgo duró tres – y pensando en la estrecha unión y distinción que debe haber entre la razón y la fe, entre la vida y la inteligencia y el orden sobrenatural que admiraba y admiro en Santo Domingo de Guzmán y Santo Tomás de Aquino, ingresamos en la Tercera Orden dominicana. [...]

Nos dedicamos a prepararnos para el nuevo estado. Nos casamos el 27 de diciembre de 1951, en la Iglesia del Colegio de los Padres Escolapios, donde yo era profesor. Aunque entonces no se estilaba, nos casamos por la mañana con Misa y Comunión. Era y es la conmemoración de San Juan Evangelista. Esa tarde, el fraile dominico que había bendecido nuestro matrimonio, bendijo nuestro hogar. Habíamos comenzado nuestro propio camino.

Todavía no he salido de mi sorpresa de mayo de 1948 y, hoy, no ceso de rogar a Dios que, más allá de esta vida, nos una para siempre en la morada que nos tiene preparada desde antes de la creación del mundo.

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Emiliogf
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MensajePublicado: Dom Abr 13, 2008 12:05 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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Es una experiencia irrepetible, me parece.

Cada cual tiene su propia experiencia, y según el modo en que se dispone a cumplir la Voluntad de Dios. Quien busca hacerlo plenamente, indudablemente que halla a la persona para más agradar a Dios.

Hay quien busca la mediocridad: no ser "fanático", no ser "francotirador" solitario en la defensa de los principios... no ser demasiado "beatón" ni llamar demasiado la atención.

Y también los hay quien busca hacer explícitamente lo opuesto: buscarse a sí mismo de modo egoísta, buscar sus propios gustos e intereses, el cálculo científico de lo conveniente o no para sí. Y obviamente, el resultado será ese mismo que busca, y que tantas veces acaba en un fracaso si la persona no cambia sus malos hábitos.

Dicen:
Sabio es quien aprende de la experiencia ajena;
Inteligente es quien aprende con la propia experiencia; y
Necio es quien ni con la propia experiencia aprende.

Tratemos de buscar cada vez más la Sabiduría, que además es un Don del Espíritu Santo.
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Emiliogf
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MensajePublicado: Vie Abr 18, 2008 5:14 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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¿Por qué muchos son los que no quieren compartir su experiencia positiva en materia de noviazgo?

Muchos consideran el tema como algo privado. De esa manera, ocultando lo que consideran "privado", permiten que personas que se autodenominan falsamente como "auténticos" difundan en forma permanente modelos de vida degradada y aparecen como "lo único posible" y "difundido".

Pareciera no haber alternativas. ¿Hallar al novio o a la novia mientras se está buscando a Dios? ¿Qué querrá decir eso para personas de vida disoluta o cerrados a la Gracia?

Y obviamente, el temor a la burla, al "qué diran", o el miedo al fracaso... son muchos los motivos. Pero hay que tener en cuenta que el silencio de los buenos muchas veces es la justificación de los malos.
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Emiliogf
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MensajePublicado: Vie Abr 25, 2008 10:49 am    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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Me he puesto a pensar:
Las mujeres tienen una cuota importante de "suspenso", porque en eso hacen consistir la "sorpresa" que pretenden dar para mayor alegría del varón.

Pero al varón eso lo desorienta, y muchas veces le puede generar hasta desconfianza en la chica. El suspenso tiene por finalidad la desorientación, pero ¿qué sucede si la desorientación llega a ser tal que acaba con el noviazgo?

La romántica novela de William Shakespeare, "Romeo y Julieta" muestra cómo ese desentendimiento puede llevar a la muerte del noviazgo.

Claro, hablando de chicas virtuosas, la cosa no será grave. Pero el suspenso en manos de chicas o mujeres que padecen de graves vicios, no hace más que matar el alma.

Así, Eva dio el fruto prohibido a Adán para que comiera, pero sin decir nada ¿Adán sabía o no que se trataba del fruto prohibido? La Biblia no lo dice. Pero es parte del suspenso de la psicología femenina.

Cuando el suspenso lleva al pecado, lo que se produce no es solamente la muerte de un noviazgo puro, sino del amor mismo, que se arrastrará al matrimonio con posterioridad para dolor y mortificación de ambos.

Por eso, tanto el novio como la novia deben evitar incluso los pecados veniales, porque de esa manera el amor fructificará y crecerá en Dios, para una vida en la Felicidad que sólo Dios proporciona.
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Luciana Belén
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Registrado: 21 Nov 2005
Mensajes: 4928
Ubicación: La Plata, Argentina

MensajePublicado: Vie Abr 25, 2008 12:11 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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Emiliogf escribió:
Es una experiencia irrepetible, me parece.


Asi es Very Happy

Volviendo al tema de : COMO DESCUBRI Y RECONOCI A........... EMILIO!!!! Idea


A mi, en lo personal me pasó con Emilio....algo tan asi como se encuentra narrado...aunque Emilio ya narró en mensajes anteriores en otro post cómo s efueron dando las cosas entre nosotros..en conocernos..tratarnos....ir a determinados sitios juntos...converar juntos con determinadas personas (por ejemplo una entrevista con el autor de èste libro el padre Bojorge).....aparte de esto....

.....Recuerdo que el segundo domingo que asistí a la Catedral Armenia Católica a Misa con Emilio...y siendo que la primera vez fue el 6 de enero..día de Reyes.....esto tuvo que ser el día...6+7=11 de febrero Wink estando dentro de la Iglesia, ubicados en el mismo banco y hasta que acuerdo que estábamos parados...se repente...tuve un "click" como una especie de lucidez...donde por en un "instante" ratito" uno ve las cosas muy claras....en ése "click" de repente tuve la lucidez la certeza.....de que la persona que estaba al lado mio ( Emilio) era el compañero de toda mi vida, tuve la lucidez de que esa persona era "familia mía",era mi esposo......en vez de tan solo un buen amigo ( ya que con Emilio nos conocemos hace tiempo y habìamos cultivado una amistad fraterna)......

Me sorprendí sola de esa "lucidez" de repente, que luego no se fue y permaneció en mi...sabiendo eso: de todos los seres que hay en el mundo....Dios me permitío ..me mostró a mi futura familia...a mi futuro esposo...que allí estaba, asistiendo conmigo a la Santa Misa Very Happy
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Emiliogf
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Registrado: 18 Ene 2007
Mensajes: 282

MensajePublicado: Vie Abr 25, 2008 1:17 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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Para aclarar a muchos:
Con Luciana no nos conocimos del Foro de Solteros, ni de Catholic.net

Fue una situación compleja y extraña, porque ella había posteado en una página (no de Catholic) sobre un tema y yo dije: "qué bien que escribe esta chica", y como figuraba su mail, la sumé al MSN, y a la vez quedé agregado al de ella.

Así quedó por mucho tiempo, sin que conversáramos.
Pero un día ella se comunicó conmigo (para enero de 2007), y me solicitó que le colaborara en la traducción de unas meditaciones del Rosario del inglés al castellano, distribuyéndonos la tarea. Así nos conocimos y surgió el tema de la Biblia de Mons. Straubinger, a la cual ya hemos hecho referencia en el post de nuestro noviazgo. La confianza mutua surgió entre el Rosario y Mons. Straubinger.

En setiembre de 2007 viajé a Corrientes unos días, y ahí la conocí personalmente. Yo iba a dormir y descansar, y una chica me llamaba al celular para ir a caminar por la Costanera, viajar de Corrientes a Resistencia ida y vuelta, visitar la Basílica de Itatí, pasear por el centro y conocer iglesias... y conversar café de por medio sobre temas de Religión y moral.

Y vuelta a comunicarnos por mail. La coincidencia con el P. Bojorge, autor del libro, no sé si fue coincidencia o acción de la Providencia.

El libro del P. Horacio Bojorge es el siguiente, y dejo los datos para quien desee adquirirlo enviando un mail:

Grupo Editorial Lumen,
Buenos Aires - México,
2005, 158 páginas
E-mail: editorial@lumen.com.ar
Viamonte 1674 (C1055ABF)
Buenos Aires, República Argentina,
Tel: (54-11) 4373 1414


Resulta que dado que el Padre vino a Argentina a dar una charla, le hice una entrevista que fue publicada en una Agencia de Noticias no católica. A la vez, Luciana posteaba en el foro de Catholic.net el tema del libro. El P. nos dijo a ambos por separado para hablar con nosotros, y así fijamos un día y fuimos ambos, ya que era en tiempo de vacaciones. Nos encontramos con él el día 4 de enero de este año, y estuvimos mucho tiempo conversando, que se pasó muy fugazmente.

El 6 e enero Luciana ya comentó que fue la primera vez que asistió a la Misa de Rito Armenio. Y luego empezamos a vernos distanciadamente, unas tres veces por semana, en horarios de la tarde, dado que como eran vacaciones Luciana estaba viviendo en casa de sus abuelos, lo cual dio la oportunidad para seguir conversando temas que nos apasionan, siempre vinculados con la Fe y el patriotismo.

Es decir, no fue que nos gustara una apariencia física, una comida, algún tipo de recreación o gustos humanos el motivo de la mutua confianza. Fue el gusto por las cosas de Dios, de la Iglesia y de la Patria, como contexto en el que habrá que formar y cuidar de la familia.

Y a todo eso, hace la cuestión de la vocación, como llamado que Dios ha puesto a cada uno para una misión determinada en la vida, que hay que descubrir y desarrollar. Y ahí es donde llegó el tema del noviazgo.

¿Y por qué la Casa sobre Roca? ¡Porque la Roca es Jesucristo!
Y si bien eso parece obvio, no lo es al momento de ver las realidades. Sobre todo en un mundo anticatólico que dificulta el camino de la virtud.

La consigna de un noviazgo santo para un matrimonio santo, es prioritaria. Así los hijos pueden ser formados en un ambiente sano espiritualmente hablando. Y esto no es dejar de reconocer que todos somos pecadores, y que tenemos fallas y defectos, pero se debe acudir pidiendo la Gracia de Dios para ello.

Para ir al Cielo sin escalas!
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Rodrigo_ARG
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MensajePublicado: Vie Abr 25, 2008 1:30 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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Emilio y Luciana:Que lindo los testimonios de ustedes!! Very Happy Very Happy .
Luciana: Ojalá que tenga ese "click" que vos experimentaste con Emilio, asi puedo encontrar a la chica de mi vida Cool Cool .
A propósito, estoy leyendo el libro "La casa sobre roca" y es muy lindo.
Nos vemos.
Que la gracia de Nuestro Salvador Jesucristo esté con todos ustedes.
Very Happy Very Happy Very Happy
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"La prueba es fuerte, pero vemos en todo la mano de Jesús, y es Él quien nos da la fuerza y nos lleva adelante para descubrir tantas cosas"Sierva de Dios Cecilia Perrín
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Luciana Belén
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MensajePublicado: Sab Abr 26, 2008 3:04 am    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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Rodrigo_ARG escribió:

Luciana: Ojalá que tenga ese "click" que vos experimentaste con Emilio, asi puedo encontrar a la chica de mi vida Cool Cool .

Que la gracia de Nuestro Salvador Jesucristo esté con todos ustedes.
Very Happy Very Happy Very Happy


Claro!

Si Dios te otorgó la vocación al Matrimonio....ya te la presentará y la reconocerás!

Confianza en solo Dios. Very Happy

Luciana

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Luciana Belén
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MensajePublicado: Lun Abr 28, 2008 2:21 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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3. UN NOVIAZGO CASTO

Es fuente de fortaleza y fidelidad en las cruces del matrimonio
Very Happy Very Happy Very Happy

Querido Padre:

Pensando en esta historia que me ha pedido que relate como testimonio, y mientras estaba en oración, el Señor me regaló una luz en el entendimiento para comprender que mi fuerza en la espera, el no haber bajado los brazos ante tantas dificultades en el matrimonio que parecían iban a ser eternas por irremediables, esa fuerza la había modelado desde mi noviazgo, en el amor puro y casto de novios, que no fue fácil mantenerlo hasta llegar al altar

Un día milagroso, con asombro, al despertar, me encontré en los brazos de mi esposo, mi cabeza sobre su pecho y sus manos grandotas y firmes acariciaban mis cabellos. Gestos comunes en el matrimonio, pero desde hacia años ya no lo eran más en el mío. Un largo silencio, de varios años había terminado haciéndose indiferencia, en un largo proceso de dolor y resentimiento.

Una enfermedad (diabetes) y una adicción (alcohol) dejaron su secuela en él: impotencia, no tratada, ni charlada. Su pena se hizo barrera que anuló el diálogo; el mismo lecho, el mismo hogar, los mismos esposos, pero todo trastocado, y fuimos dos sobrevivientes, compartiendo el desapacible acto diario de la convivencia.

Cerré mi boca y mi corazón con la llave del orgullo, aparente sosiego que escondía hastío.

Por todo lo que había sufrido desde mi infancia, sabía que podía enfrentar el desierto de la incomprensión nuevamente en mi matrimonio. Pero esta vez no sucedería lo mismo...

Jesús Sacramentado me llamó, oí su voz y corrí a su lado, misa y comunión diaria, frecuentes visitas al sagrario, me dieron fortaleza y amor hecho servicio, el silencio, la oración, mis lágrimas, esperanza, bebí de la fuente de la FE, acepté mi presente, amé mi realidad: “Que yo quiera TU querer, Señor” repetía mi corazón. Experimenté la fortaleza en el período de abstinencia sexual, fruto de un noviazgo puro

Mi asombro de hoy es porque nada pido, nada reclamo, nada exijo, todo lo espero de mi Señor. Ahora tengo a mi lado un hombre recuperado y enamorado que me susurró muy quedo: ¡nada me reprochaste! Le respondí: - ¡sentí más dolor por vos, que por mí!”

Sobraba el decirlo con palabras. Se lo había venido diciendo con mi actitud. Ahora estamos descubriendo que, como en las bodas de Caná, el mejor vino llega después. Feliz el matrimonio que llegado el tiempo del vino añejo, saben degustarlo con placer.

¡Caridad embriagadora que te entregas en gozo y canto, con sabor a eternidad!

Amalia

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Luciana Belén
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MensajePublicado: Vie May 16, 2008 2:01 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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4. POR AMOR A MI NOVIA
Haré un pacto con mis ojos de no mirar a otras y eso me hará bien
Padre,

Quería consultarle, sobre un tema sobre el cual me falta –estoy seguro- claridad en los fundamentos, y claridad al querer explicarle algo sobre este tema a quien sea y en particular a mi novia.

Y es, básicamente, que hemos estado hablando con ella sobre el pudor en el vestir en las mujeres, y ha salido el tema de por qué el hombre está más inclinado a buscar la sensualidad que la mujer. Ella no lo termina de entender, y creo que en gran medida debe ser por mi defectuosa exposición del asunto. Igualmente influye mucho que ella tiene un gran problema con los celos (sobre lo cual le pediría que me orientara alguna vez, sobre cómo mejorar yo, para no darle ningún motivo para tenerlos, y sobre cómo ayudarla a ella a que tenga los celos normales y ordenados de cualquier mujer) y que hace que le cueste entender más este tema por ejemplo de que cómo puede ser que un hombre -aún uno casado- le pueda pasar de que se cruce su mirada con una mujer, y sin entregarle el corazón ni nada que se le parezca, apreciar la belleza que pueda tener.

Carlos

Querido Carlos

Si bien los celos de la mujer son en parte consecuencia del pecado original, de una posesividad afectiva desordenada por el pecado original, hay que considerar en ellos dos cosas: la primera, la ocasión que le dan al varón de sacrificar algo por amor a la novia primero y a la esposa después; la segunda, el valor sanador que tiene ese sacrificio hecho por amor a una mujer, para el varón que la ama.

Porque, en primer lugar, si bien puede no haber nada malo en muchas miradas del varón a las demás mujeres, y si bien le sería lícito mirarlas cuando no es con una mirada concupiscente, lujuriosa y culpable, el amor sabe renunciar a sus derechos. Y si el varón ve que mortifica a la mujer que ama cuando él mira a otras, por amor a la mujer que ama se pondrá una venda en los ojos para no ver ni mirar a otras, y menos cuando ella está presente. Y no porque pueda ser o no permitido mirarlas, sino primero por no mortificar a la mujer que ama y segundo por complacerla. Por no mortificarla con temores de que la abandone por otra, y por complacerla dándole seguridad acerca de su amor que se expresa en sacrificar por ella aún cosas lícitas. Estas razones del corazón de la mujer no las entiende a veces la razón del varón. Bienaventurado el que llega a comprenderlas.

Podrán ser celos enfermizos, exagerados, podrá ser una debilidad y un defecto del carácter de la novia. Eso no entra en la consideración evangélica. San Pablo enseña que aunque uno tenga derecho de comer carne inmolada a los ídolos, ya que los ídolos no son nada y los cristianos firmes en su fe no peligran comiéndola, con todo, por consideración a los débiles de la comunidad, que se escandalizarían, deben renunciar, por caridad con los hermanos, a una comida que dañaría espiritualmente a sus hermanos. Y no hay proporción entre el beneficio material o psíquico propio que ese alimento proporciona, con el perjuicio espiritual que ocasiona a otros.

Así también, aunque un varón fuera ya casto y no peligrara mirando otras mujeres, (lo cual no es el caso de la mayoría de los jóvenes como tú) por atención a la debilidad de su novia, por no mortificarla, por no dar motivo de enojo o de tristeza, póngase una venda en los ojos. Hágase ciego por amor. Condescienda con el deseo de la novia. Hágase cargo de que el corazón de ella está estremecido por el terror de perderlo. Comprenda que los celos son una forma del pánico. Y no quiera asustar a la que ya está aterrorizada.

Y, en segundo lugar, de aquí resulta una consecuencia beneficiosa para el varón herido por el pecado, y cuya mirada a las demás mujeres muy frecuentemente, si no es pecado, es ocasión de pecado y a veces ocasión próxima, que debería evitar aunque no lo celara ninguna novia o esposa, por el solo bien de su alma. ¡Qué bueno que lo que debería hacer por amor a sí mismo, lo pueda hacer ahora por amor a la novia o a la esposa! Renunciar a la mirada peligrosa sobre otras mujeres. Como dice el justo Job: “Hice un pacto con mis ojos de no fijarme en doncellas” (Job 31,1).

Si es bueno para el varón hacer este pacto con sus ojos, para no exponerse al riesgo de la impureza del corazón, si es bueno hacerlo para no desagradar al Padre que nos disuade de la mirada lujuriosa ¿no es bueno hacer del pacto con los ojos, un pacto con la mujer amada? ¿No está tu novia reclamándote algo que te conviene y que si haces por amor a ella la pacificará sanándole el sobresalto crónico de su corazón de mujer? Es decir ¿no están los celos de tu novia, si los tomas en consideración por amor a ella, pidiéndote algo que redundará en tu bien? ¿No se convierte ella en el ángel tutelar de tu naturaleza de varón herida por el pecado original en la concupiscencia de la lujuria es decir en la mirada indiferenciada del macho sobre todas las hembras? ¿No te reclama ella la exclusiva de tu mirada por derecho de amistad, que es rescatarte del imperio del instinto? ¿No es bienhechora la exigencia de ella y no te levanta hacia la virtud de la castidad?

Tu padre en Cristo

En su momento le respondí a Carlos por carta, creo que ahora este libro contiene una respuesta mucho más fundamentada y extensa a su pregunta. Tanto para que entienda la naturaleza de los celos de su novia, como para que ella, y también él, entiendan lo que les pasa a ambos con las demás mujeres. Los celos de ella y las miradas de él, ambas cosas son heridas de la naturaleza como consecuencia del pecado original. Pero de la herida saca remedio la gracia. Y así, los celos de ella, atendidos con amor por él, se convierten en remedio para la lujuria de él y para la posesividad y los terrores del alma de ella. Pues no puede darle el varón a ella prueba más clara y fehaciente de su amor, que hacer pacto con sus ojos, y con los de su novia, de no mirar otras mujeres. Si ella ya no le basta con esto, entonces los celos pueden ser patológicos. Pero enferma o no, ella necesita la certeza de una amistad fiel.

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MensajePublicado: Vie May 23, 2008 5:26 pm    Asunto:
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5. NO AFLOJES
Dale que podés todavía no resististe hasta la sangre
Estimado Padre en Cristo:

¡Hola! ¿Cómo está? Espero que esté muy bien física y espiritualmente. Le escribo, porque tengo una duda, quería preguntarle si me podía ayudar. Como se acordará, yo estoy de novio con mi novia hace poco más de un año. Usted ya sabe cuál es el problema y no se lo tengo que volver a plantear aquí. Sinceramente el tema cada vez se vuelve más insoportable por muchas cosas, y nos está costando mucho hacerle frente aún cuando sabemos que tiene sus ventajas, y aún cuando (a pesar de que nos cueste actuar en consecuencia) sabemos que Cristo bendice a sus mejores amigos participándolos de los dolores de su Pasión.

Hasta el momento, creo que había sido yo más fuerte que ella en soportar el problema, siempre en forma optimista, tratando de dar ánimos, y me atrevería a decir que tratando de demostrar externamente una fuerza que nos diera ánimo a los dos a seguir el camino que habíamos empezado. No sé si habré cometido un error en haber hecho eso hasta ahora, porque en definitiva, no sé si la desazón que me viene ahora es producto de esa misma seguridad que traté de tener hasta ahora. Es como que se muestra que en realidad no soy tan fuerte como yo creía.

Ayer, mientras hablaba con mi novia, le conté lo que me estaba pasando, que me hacía sentir muy mal. Con un cansancio tremendo por el problema. Con una gran impotencia por no poder resolverlo. No le dije nada de lo que le cuento a usted de que yo pienso que hasta ahora había tenido un optimismo exterior que me daba fuerzas, pero que estaba medio bajoneado en ese sentido, no sé por qué. No sé si habré cometido un error al contarle lo que me pasaba. Ella se puso mal, porque ella ya se había sentido así, pero hasta ahora se había apoyado en mis fuerzas para salir del trance de esos bajones en que uno se plantea. Como le digo, se puso mal, y no sé bien qué pensará, y más que eso, no sé si será ella la del error, por ponerse mal por eso.

Francisco

Querido Francisco

Tu noviazgo no tiene por qué ser como el de otros novios que no tiene ese problema que tanto les molesta. Hay quienes se han casado después de haberlo tenido que padecer pacientemente ellos también. El noviazgo tuyo es el que el Señor te dio. Y tienes que vivirlo como te lo dio.

Los dones de Dios implican muchas veces cruces. Ese problema de ustedes no tiene por qué matar necesariamente la amistad de los novios, sino que la puede consolidar. Pero sobre todo puede ser, porque es cruz, motivo para que ambos crezcan juntos en la amistad con Dios, que es la caridad.

Yo no voy a entrar en esa dificultad. Pertenece a la virtud de la fortaleza el sobrellevarla.

Me quiero referir a la experiencia que has hecho y de la que debes sacar enseñanza. Entre el Francisco fuerte que sostenía a su novia con la razón, y el Francisco que se hizo débil por empezar a oír la voz de los sentimientos, me quedo con el primero. Porque el amor es un acto de la voluntad regida por la razón. Y eso le pertenece sobre todo al varón. La mujer puede ceder a sus sentimientos con más facilidad, porque los tiene menos heridos por el pecado original. En el varón, donde el pecado original separó con un hachazo la sexualidad y el amor a la mujer, tanto la pasión, como la antesala de los sentimientos deben ser dominados por la razón iluminada por la fe.

Creo que la experiencia te muestra y es importantísimo que recojas la lección, que fue malo ceder al asalto de los sentimientos. Yo le llamaría una cierta regresión infantil. Cuanto más cedas a eso, como sucede con la desolación, según enseña San Ignacio de Loyola, tanto más gritarán y exigirán los sentimientos. Cuanto más los domines con la razón y la fe, tanto más se someterán. El niño que hay en ti querrá tirarse al suelo y decir ‘no puedo más’. Es el hombre el que debe levantarse y decir ‘puedo eso y más’. El peligro de la regresión a lo infantil, la tentación, está en convertir a la esposa en mamá. En ir a buscar consuelo en la mujer. Parece tan lógico y tan natural, pero ya ves qué peligroso es. Cuánto la ha dañado ver tu debilidad y cómo se ha desmoronado ella, en vez de lograr sostenerte. Es que debes crecer en fortaleza, precisamente por amor a ella, para protegerla a ella, en vez de acudir a buscar refugio en ella.

No te culpes de haber ignorado eso ni de haber cedido a lo que no advertías que es una regresión emocional a la debilidad infantil. Podrías culparte si no sacas experiencia de lo sucedido y vuelves a repetir el error, tan dañoso para tu novia. El hombre debe aprender a sufrir él y no echar su peso sobre las espaldas de la esposa. Así va dejando de ser niño ante la mujer y se convierte en caballero. Así va aprendiendo a morir.

En vez de desmoronarte ante esa dificultad, debes convertirla en un acicate para que no te venza, sino para poner lo que está de tu parte con redoblado empeño y gallardía.

Esto es en esencia lo que tengo para decirte.

Mientras te creíste fuerte, pudiste. No es que estuvieras equivocado en pensar que eras fuerte. Te equivocaste cuando empezaste a pensar que no lo eras. Te has equivocado, en ceder a la debilidad y pensar que ya no puedes resistir más. ¡Dale que podés! Como dice la Carta a los Hebreos: todavía no has resistido hasta la sangre (Hebreos 12,4).

Salud, Paz y Bendición

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Luciana Belén
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MensajePublicado: Dom May 25, 2008 2:26 pm    Asunto:
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6. UNA CASA SOBRE ARENA. LA OSCURIDAD DEL PECADO
Usada y abusada
Tenía entre trece y catorce años cuando me enamoré por primera vez. No sabía qué era ese sentimiento, pero lo viví intensamente. Quería estar todo el día con él. Él en cambio no. Sólo venía a mi encuentro como escondiéndose, cuando estaba sola o pocas personas en la cercanía. En ese entonces me gustaba muchísimo bailar. Bailaba en una comparsa del campo que había organizado mis familiares. O en algún cumpleaños de quince al que me dejaban ir. Él solamente bailaba conmigo de acuerdo a quienes estaban presentes. Empecé a sentirme mal. Pensaba que él me despreciaba. Me sentía humillada, aunque por ese entonces no tenía claridad con mis sentimientos y no sabía nombrar lo que me pasaba. Solamente me sentía mal.

Él ponía las condiciones para nuestros encuentros a solas y a oscuras. Así sucedió que el día en que cumplía mis quince años tuve relaciones con él. Yo no sabía qué era eso. Solamente me dejé llevar, me entregué. Y de pronto me encontré toda ensangrentada, como toda rota. Me empecé a dar cuenta entonces de que todo había terminado antes de comenzar.

No tenía a nadie a quien confiarle lo que había vivido. Lo único que hacía era pensar en él y ver la manera de encontrarme con él, sin analizar nada. Era demasiado ignorante, demasiado incapaz de razonar nada. Sentía además que ya era demasiado tarde para empezar a razonar. Y no me animaba a hablar ni siquiera con él de lo que yo sentía y de lo mal que estaba. Así seguimos viéndonos a escondidas. Hasta que mis padres se enteraron. Pero se limitaban a decirme ‘portate bien’ cada vez que me iba al campo, a la casa de mis familiares, en esa zona en que vivía él. Yo no sabía cómo alcanzar ese ‘bien’. Me sentía sucia, usada y despreciada, todo a la vez. Pero no sabía cómo salir.

Seguí encontrándome con él sólo para seguir siendo usada. Esto lo digo hoy, pero en ese momento, yo no me daba cuenta. No entendía por qué mi madre, a veces, no quería dejarme ir al campo, que era para mí la ocasión de nuestros encuentros. Empecé a enojarme con ella. Porque el dolor, la soledad de la oscuridad del pecado, el vivirlo a escondidas empezaba a asfixiarme. Comencé a desmayarme en clase en la Escuela Secundaria, en la plaza, en los bailes. Sobre todo cuando lo veía a él bailar con otra. Ahora comprendo que yo ocupaba un segundo plano en su vida: ‘sólo uso y tiro’. Pero entonces yo pensaba que podía que él era tan mío como yo suya, y que podía atarlo a mí. Y no comprendía cómo se comportaba así.

Mis padres empezaron a preocuparse. Me llevaron de un médico a otro. Pero mi angustia no se iba y mi rabia contra mi madre era cada vez mayor. Ella solamente buscaba por todos los medios que me sintiera mejor, pero yo entonces no lo entendía. Yo vivía mirando lo bien que se sentían mis compañeras de la escuela y mis primas. Y me llenaba de envidia hacia ellas. Empecé a rechazar mi propio cuerpo. Me encontraba fea, gorda. Comencé a tomar vinagre de alcohol y a vomitar después. Me volví bulímica sin saber lo que era eso. Por supuesto que no se lo contaba a nadie. Hasta que un día mi madre me descubrió. Recuerdo que se enojó y que lloraba, porque en esa época escaseaba la comida en casa.

Yo no quería entonces a mis hermanos. Sentía envidia de mi hermana mayor, que estaba de novia con el que hoy es su esposo. Siempre la veía sonriente y acompañada por él en todas partes. Se los veía felices de estar juntos.

Yo seguía sumida en mi oscuridad y esperaba que sucediese un milagro que cambiase mi vida y me descargara de esa carga de culpa. Yo entonces de religión no sabía nada. Si bien había ido a un Colegio de Hermanas, sólo recordaba del Colegio cuando me decía que les pidiera a mis padres que pagaran la cuota o las veces en que no podía participar en alguna actividad porque mis padres no podían comprarme lo necesario. Con todo yo intenté estudiar cada día más con la ilusión de darle a mi familia todo lo que nos había faltado. Pensando que lo material nos iba a cambiar la vida; que, como por arte de magia o como en un mercado, iba a poder comprar el perdón y la sanación que tanto necesito.

Ese hombre – te tengo todavía tanto amor y rabia al mismo tiempo – se fue a otro lugar.

Yo seguí buscando afecto en cuanto hombre se cruzaba en mi camino. Siempre con el mismo resultado. Sólo me usaban y luego me dejaban. Hasta incluso con el que hoy es mi pareja, el padre de mis hijos, con el que parecía que todo iba a ser diferente. Pero no. El día que le dije que estaba embarazada de él, me dijo que ni pensara que él se iba a casar conmigo y se fue y desapareció. Iban pasando los días y un día vuelve y quiere que vaya al médico y le pida que me haga un aborto. Y yo fui no más. Solamente que me encontré en el médico y en su esposa a Jesús. Me dijo: ‘¡ni lo digas! ¡no sabés lo que me estás pidiendo!’. Cuando salí del consultorio él se enojó muchísimo y quería llevarme a otro lado. Pero yo ya no lo permití.

Vuelvo a mi casa y al otro día le digo a mí padre: ‘estoy embarazada y fulano no quiere casarse’ ¡como si fuera si hubiera sido una decisión que él hubiera tenido que tomar por lógica! Pasaban los días y la angustia crecía. Para estos días ya todos sabían y algunos me miraban con lástima y otros se daban vuelta para reírse o me miraban de forma burlesca y humillante.

Un día, inesperadamente, aparece, en el lugar en que yo trabajaba, mi primer amor, a decirme que no me case y que él me ayudaría a cuidar a mi hijo o hija. Yo no escuché lo que me dijo porque creía que era una burla y me sentí todavía más denigrada por él. Él se fue diciéndome que no me casara ni buscara casarme con el padre de mi hijo – con el que eran conocidos – porque él no me quería.

¡Qué casualidad! A los pocos minutos de irse él, aparecen los padres del padre de mi hijo, que hoy es mi esposo, a decirme que iban a hablar con su hijo para que se casara conmigo. Y así fue. Yo acepté aún sabiendo que él no me quería para sacarle un poco la vergüenza a mis padres. Aunque me retumbaban en la cabeza las palabras de mi madre: ‘Ese chico no es para vos. Es de una familia que tiene otros intereses, otras costumbres’. Ellos estaban económicamente bien. Y así fue que armaron una fiesta, en la que a veces me parece que no hubiera estado nunca. Lo único que recuerdo es que le pedí a Dios que me convirtiera en la persona que el padre de mi hijo necesitaba a su lado para ser feliz. Hace hoy veintitrés años de esto y creo que nunca lo fue. Sólo se fue acostumbrando a tener en mí una persona a su lado que lo sirviera y viviera en función de todo lo que él quiere. Y digo esto porque lo he visto con otras mujeres. He atendido llamadas telefónicas de algunas de ellas. Algunas me han llamado para burlarse de mí, para lastimarme. Un día, en que volví a casa después de haber salido para el trabajo, a buscar algo que me había olvidado, saqué a una de debajo de nuestro lecho conyugal. Horas, días, semanas sola. Sin saber si volvió o no. Cada vez que intentaba hablar con él, terminábamos en una discusión y después pasábamos días sin hablarnos.

Tengo un segundo hijo. El mayor tiene veintitrés años y el segundo dieciséis. Cuando están juntos los escucho todo el día insultarse con expresiones groseras, desearse la muerte. Son bautizados y tomaron la primera comunión y la nena la Confirmación. Pero hecho todo como un trámite, porque no se vive en la gracia del amor de Dios.

Estuve internada en más de una oportunidad, porque ya no quiero vivir en esta angustia, soledad y dolor. Es verdad que Dios siempre se encargó de mandarme a alguien en el momento justo. Pero no lo dejo que Él actúe en mí. Siempre quiero hacer mi voluntad, como si yo supiera qué es lo mejor para mí.

Vivir en la oscuridad. Sentir que siempre hiciste mal todo. Y no permitir que Él actúe. Es vivir sin saber para qué. Es estar muerta en vida. Y quisiera poder trasmitir lo que siento en estos momentos en que, por primera vez en mi vida, no puedo creerlo, parece que me siento blanda, suave, liviana, sin el peso del pasado aplastándome.

Gracias Padre, por haberme recibido, a pedido de la amiga que desde hace veintitrés años se preocupa de que yo pueda liberarme de tanto peso y de tanto dolor, que no me permitió nunca disfrutar de todo lo hermoso que tiene la vida. Porque siempre me sentía culpable de que me sucediera algo bueno a mí, que no me lo merecía por estar en pecado siempre.

Y a propósito de esto, le cuento que hace tres años, después de veinte años, volvió el hombre que fue mi primer amor, del que podría decir que fue aquél con quien viví el pecado que me destruyó para siempre y creo que puedo decir que hasta hoy. ¡¿Y sabe que al escucharlo sentí una alegría tan grande?! Una alegría que sé que ya no puedo manifestarla porque ya es tarde y construir algo con él es algo imposible para mí humanamente hablando. Y sin embargo, nos encontramos y me volví a entregar. Me parece que fue como un momento de locura por desesperación. Como una no aceptación de que estuviera arruinado para siempre lo que yo arruiné y el que me arruinó.

Padre, no sé si pude contarle todo. Espero que esto sirva de testimonio y de experiencia para alguna jovencita. Para que no cometa mis mismos errores. Le pido que interceda por mí ante el Padre Todopoderoso, al que le digo como decía Usted: ‘¡Padre, engéndrame de nuevo, perdóname y bendíceme!’.

Padre, también le pido una bendición para mis padres con los que durante mucho tiempo estuve enojada, para mis hermanos. Y en especial para mis dos hijos varones, para su padre y para la amiga que me consiguió la entrevista con Usted. Gracias Padre.

Irene, una pecadora que encontró un rayo de luz.

7. PÁNICO
Hemos dicho que el alma de la mujer se inclina a atormentarse por el temor de males posibles o inminentes. La posibilidad se le hace a veces certeza. Un demonio amenazador parece divertirse tratando de atemorizarla con males que ella no puede conjurar. Esos temores pueden alcanzar la intensidad del y convertirse en una dolencia del alma que es necesario medicar, como le sucedió a Raquel, de quien ese el siguiente testimonio.

Padre,

estoy muy atormentada y creo que no puedo más. Tengo miedo de perder la razón, de dejar a mi familia sin mí, de enfermarme seriamente por luchar tanto en mi mente. De día me asaltan pensamientos de honda preocupación por mi angustia permanente, pero de noche ya es casi una locura. Comienzo a sudar, taquicardia, mareos, desesperación ante pensamientos que me asaltan para hacerme creer que voy a enloquecer o morir en medio de esta batalla. Yo trato de orar, rezar, leer y cuando nada da resultado me levanto ,como ahora ,y prendo la computadora para conectarme con hermanos para pedirles ayuda. Me despierto con tanta inquietud que a veces saldría corriendo pues no encuentro nada que me calme. Ahora he tomado un cuarto de un medicamento que me había recetado el Psiquiatra pues creo que tengo que cuidar mi salud. Me resisto a tomar medicación. Pero me parece que si no lo hago corro peligro pues mi salud no va a aguantar el mal descanso y la mala alimentación de este tiempo. No sé qué es lo que agravó mi estado pues yo me estaba sintiendo un poco mejor, pero siento que cada vez voy más abajo. A pesar de todo sé que mi Dios me va a ayudar, aunque me parezca que no está mirando lo que me pasa. Ruego a Él que se apiade y me dé la fuerza para

seguir y ganar esta batalla. Ore por mí por favor y envíeme su consejo ante esto. Muchas gracias.

Raquel

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MensajePublicado: Dom May 25, 2008 2:27 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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6. UNA CASA SOBRE ARENA. LA OSCURIDAD DEL PECADO
Usada y abusada
Tenía entre trece y catorce años cuando me enamoré por primera vez. No sabía qué era ese sentimiento, pero lo viví intensamente. Quería estar todo el día con él. Él en cambio no. Sólo venía a mi encuentro como escondiéndose, cuando estaba sola o pocas personas en la cercanía. En ese entonces me gustaba muchísimo bailar. Bailaba en una comparsa del campo que había organizado mis familiares. O en algún cumpleaños de quince al que me dejaban ir. Él solamente bailaba conmigo de acuerdo a quienes estaban presentes. Empecé a sentirme mal. Pensaba que él me despreciaba. Me sentía humillada, aunque por ese entonces no tenía claridad con mis sentimientos y no sabía nombrar lo que me pasaba. Solamente me sentía mal.

Él ponía las condiciones para nuestros encuentros a solas y a oscuras. Así sucedió que el día en que cumplía mis quince años tuve relaciones con él. Yo no sabía qué era eso. Solamente me dejé llevar, me entregué. Y de pronto me encontré toda ensangrentada, como toda rota. Me empecé a dar cuenta entonces de que todo había terminado antes de comenzar.

No tenía a nadie a quien confiarle lo que había vivido. Lo único que hacía era pensar en él y ver la manera de encontrarme con él, sin analizar nada. Era demasiado ignorante, demasiado incapaz de razonar nada. Sentía además que ya era demasiado tarde para empezar a razonar. Y no me animaba a hablar ni siquiera con él de lo que yo sentía y de lo mal que estaba. Así seguimos viéndonos a escondidas. Hasta que mis padres se enteraron. Pero se limitaban a decirme ‘portate bien’ cada vez que me iba al campo, a la casa de mis familiares, en esa zona en que vivía él. Yo no sabía cómo alcanzar ese ‘bien’. Me sentía sucia, usada y despreciada, todo a la vez. Pero no sabía cómo salir.

Seguí encontrándome con él sólo para seguir siendo usada. Esto lo digo hoy, pero en ese momento, yo no me daba cuenta. No entendía por qué mi madre, a veces, no quería dejarme ir al campo, que era para mí la ocasión de nuestros encuentros. Empecé a enojarme con ella. Porque el dolor, la soledad de la oscuridad del pecado, el vivirlo a escondidas empezaba a asfixiarme. Comencé a desmayarme en clase en la Escuela Secundaria, en la plaza, en los bailes. Sobre todo cuando lo veía a él bailar con otra. Ahora comprendo que yo ocupaba un segundo plano en su vida: ‘sólo uso y tiro’. Pero entonces yo pensaba que podía que él era tan mío como yo suya, y que podía atarlo a mí. Y no comprendía cómo se comportaba así.

Mis padres empezaron a preocuparse. Me llevaron de un médico a otro. Pero mi angustia no se iba y mi rabia contra mi madre era cada vez mayor. Ella solamente buscaba por todos los medios que me sintiera mejor, pero yo entonces no lo entendía. Yo vivía mirando lo bien que se sentían mis compañeras de la escuela y mis primas. Y me llenaba de envidia hacia ellas. Empecé a rechazar mi propio cuerpo. Me encontraba fea, gorda. Comencé a tomar vinagre de alcohol y a vomitar después. Me volví bulímica sin saber lo que era eso. Por supuesto que no se lo contaba a nadie. Hasta que un día mi madre me descubrió. Recuerdo que se enojó y que lloraba, porque en esa época escaseaba la comida en casa.

Yo no quería entonces a mis hermanos. Sentía envidia de mi hermana mayor, que estaba de novia con el que hoy es su esposo. Siempre la veía sonriente y acompañada por él en todas partes. Se los veía felices de estar juntos.

Yo seguía sumida en mi oscuridad y esperaba que sucediese un milagro que cambiase mi vida y me descargara de esa carga de culpa. Yo entonces de religión no sabía nada. Si bien había ido a un Colegio de Hermanas, sólo recordaba del Colegio cuando me decía que les pidiera a mis padres que pagaran la cuota o las veces en que no podía participar en alguna actividad porque mis padres no podían comprarme lo necesario. Con todo yo intenté estudiar cada día más con la ilusión de darle a mi familia todo lo que nos había faltado. Pensando que lo material nos iba a cambiar la vida; que, como por arte de magia o como en un mercado, iba a poder comprar el perdón y la sanación que tanto necesito.

Ese hombre – te tengo todavía tanto amor y rabia al mismo tiempo – se fue a otro lugar.

Yo seguí buscando afecto en cuanto hombre se cruzaba en mi camino. Siempre con el mismo resultado. Sólo me usaban y luego me dejaban. Hasta incluso con el que hoy es mi pareja, el padre de mis hijos, con el que parecía que todo iba a ser diferente. Pero no. El día que le dije que estaba embarazada de él, me dijo que ni pensara que él se iba a casar conmigo y se fue y desapareció. Iban pasando los días y un día vuelve y quiere que vaya al médico y le pida que me haga un aborto. Y yo fui no más. Solamente que me encontré en el médico y en su esposa a Jesús. Me dijo: ‘¡ni lo digas! ¡no sabés lo que me estás pidiendo!’. Cuando salí del consultorio él se enojó muchísimo y quería llevarme a otro lado. Pero yo ya no lo permití.

Vuelvo a mi casa y al otro día le digo a mí padre: ‘estoy embarazada y fulano no quiere casarse’ ¡como si fuera si hubiera sido una decisión que él hubiera tenido que tomar por lógica! Pasaban los días y la angustia crecía. Para estos días ya todos sabían y algunos me miraban con lástima y otros se daban vuelta para reírse o me miraban de forma burlesca y humillante.

Un día, inesperadamente, aparece, en el lugar en que yo trabajaba, mi primer amor, a decirme que no me case y que él me ayudaría a cuidar a mi hijo o hija. Yo no escuché lo que me dijo porque creía que era una burla y me sentí todavía más denigrada por él. Él se fue diciéndome que no me casara ni buscara casarme con el padre de mi hijo – con el que eran conocidos – porque él no me quería.

¡Qué casualidad! A los pocos minutos de irse él, aparecen los padres del padre de mi hijo, que hoy es mi esposo, a decirme que iban a hablar con su hijo para que se casara conmigo. Y así fue. Yo acepté aún sabiendo que él no me quería para sacarle un poco la vergüenza a mis padres. Aunque me retumbaban en la cabeza las palabras de mi madre: ‘Ese chico no es para vos. Es de una familia que tiene otros intereses, otras costumbres’. Ellos estaban económicamente bien. Y así fue que armaron una fiesta, en la que a veces me parece que no hubiera estado nunca. Lo único que recuerdo es que le pedí a Dios que me convirtiera en la persona que el padre de mi hijo necesitaba a su lado para ser feliz. Hace hoy veintitrés años de esto y creo que nunca lo fue. Sólo se fue acostumbrando a tener en mí una persona a su lado que lo sirviera y viviera en función de todo lo que él quiere. Y digo esto porque lo he visto con otras mujeres. He atendido llamadas telefónicas de algunas de ellas. Algunas me han llamado para burlarse de mí, para lastimarme. Un día, en que volví a casa después de haber salido para el trabajo, a buscar algo que me había olvidado, saqué a una de debajo de nuestro lecho conyugal. Horas, días, semanas sola. Sin saber si volvió o no. Cada vez que intentaba hablar con él, terminábamos en una discusión y después pasábamos días sin hablarnos.

Tengo un segundo hijo. El mayor tiene veintitrés años y el segundo dieciséis. Cuando están juntos los escucho todo el día insultarse con expresiones groseras, desearse la muerte. Son bautizados y tomaron la primera comunión y la nena la Confirmación. Pero hecho todo como un trámite, porque no se vive en la gracia del amor de Dios.

Estuve internada en más de una oportunidad, porque ya no quiero vivir en esta angustia, soledad y dolor. Es verdad que Dios siempre se encargó de mandarme a alguien en el momento justo. Pero no lo dejo que Él actúe en mí. Siempre quiero hacer mi voluntad, como si yo supiera qué es lo mejor para mí.

Vivir en la oscuridad. Sentir que siempre hiciste mal todo. Y no permitir que Él actúe. Es vivir sin saber para qué. Es estar muerta en vida. Y quisiera poder trasmitir lo que siento en estos momentos en que, por primera vez en mi vida, no puedo creerlo, parece que me siento blanda, suave, liviana, sin el peso del pasado aplastándome.

Gracias Padre, por haberme recibido, a pedido de la amiga que desde hace veintitrés años se preocupa de que yo pueda liberarme de tanto peso y de tanto dolor, que no me permitió nunca disfrutar de todo lo hermoso que tiene la vida. Porque siempre me sentía culpable de que me sucediera algo bueno a mí, que no me lo merecía por estar en pecado siempre.

Y a propósito de esto, le cuento que hace tres años, después de veinte años, volvió el hombre que fue mi primer amor, del que podría decir que fue aquél con quien viví el pecado que me destruyó para siempre y creo que puedo decir que hasta hoy. ¡¿Y sabe que al escucharlo sentí una alegría tan grande?! Una alegría que sé que ya no puedo manifestarla porque ya es tarde y construir algo con él es algo imposible para mí humanamente hablando. Y sin embargo, nos encontramos y me volví a entregar. Me parece que fue como un momento de locura por desesperación. Como una no aceptación de que estuviera arruinado para siempre lo que yo arruiné y el que me arruinó.

Padre, no sé si pude contarle todo. Espero que esto sirva de testimonio y de experiencia para alguna jovencita. Para que no cometa mis mismos errores. Le pido que interceda por mí ante el Padre Todopoderoso, al que le digo como decía Usted: ‘¡Padre, engéndrame de nuevo, perdóname y bendíceme!’.

Padre, también le pido una bendición para mis padres con los que durante mucho tiempo estuve enojada, para mis hermanos. Y en especial para mis dos hijos varones, para su padre y para la amiga que me consiguió la entrevista con Usted. Gracias Padre.

Irene, una pecadora que encontró un rayo de luz.

7. PÁNICO
Hemos dicho que el alma de la mujer se inclina a atormentarse por el temor de males posibles o inminentes. La posibilidad se le hace a veces certeza. Un demonio amenazador parece divertirse tratando de atemorizarla con males que ella no puede conjurar. Esos temores pueden alcanzar la intensidad del y convertirse en una dolencia del alma que es necesario medicar, como le sucedió a Raquel, de quien ese el siguiente testimonio.

Padre,

estoy muy atormentada y creo que no puedo más. Tengo miedo de perder la razón, de dejar a mi familia sin mí, de enfermarme seriamente por luchar tanto en mi mente. De día me asaltan pensamientos de honda preocupación por mi angustia permanente, pero de noche ya es casi una locura. Comienzo a sudar, taquicardia, mareos, desesperación ante pensamientos que me asaltan para hacerme creer que voy a enloquecer o morir en medio de esta batalla. Yo trato de orar, rezar, leer y cuando nada da resultado me levanto ,como ahora ,y prendo la computadora para conectarme con hermanos para pedirles ayuda. Me despierto con tanta inquietud que a veces saldría corriendo pues no encuentro nada que me calme. Ahora he tomado un cuarto de un medicamento que me había recetado el Psiquiatra pues creo que tengo que cuidar mi salud. Me resisto a tomar medicación. Pero me parece que si no lo hago corro peligro pues mi salud no va a aguantar el mal descanso y la mala alimentación de este tiempo. No sé qué es lo que agravó mi estado pues yo me estaba sintiendo un poco mejor, pero siento que cada vez voy más abajo. A pesar de todo sé que mi Dios me va a ayudar, aunque me parezca que no está mirando lo que me pasa. Ruego a Él que se apiade y me dé la fuerza para

seguir y ganar esta batalla. Ore por mí por favor y envíeme su consejo ante esto. Muchas gracias.

Raquel

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MensajePublicado: Vie May 30, 2008 6:05 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
Responder citando

CELOS
Hola Padre. Cómo estas? Espero que muy bien. Yo acá, un poco mareada con mis sentimientos y pensamientos, tratando de escribir algo que me aclare, y que te sirva a ti, para recolectar opiniones y sentimientos de hombres y mujeres en pareja, como me habías hablado. Si no sale nada bueno de esto, descartalo. Vos podes modificarle y recortarle lo que te parezca, y considera que va escrito como sale y con todos los defectos que tengo y los pesimismos del momento. Que Dios te ayude.

Me sale afirmar que las mujeres precisamos una especie de atención especial, por parte del marido, como si siempre quisiéramos que nos adorara. Cuando mi marido mira a otra mujer con interés o varias veces, se me ponen los pelos de punta, y es como si yo ya empezara a pensar que quiere algo con ella. No me planteo que si yo veo un hombre lindo lo miro, y me gusta, pero sin pensar en tener nada con él. No, pongo intencionalidad en la mirada de mi marido. Y además, si justo hace unos días que estamos mal, o no me presta mucha atención, etc., no puedo ser ni un poquito misericordiosa, soy odiosa. Y te estoy diciendo tal y cual lo siento.

Después que hubo una infidelidad o un intento de la misma, en un matrimonio, se abre un mundo nuevo y desgastante. Esto no es solo experiencia mía, sino también el caso de otras amigas y familiares. Es como si entonces, yo abriera un radar gigante que capta las miradas y comentarios de mi marido, solo y con amigos. Además chequeo si los tipos de mujeres que mira son como esa mujer que le interesó antes, para saber si se acuerda de ella, o si resulta que ahora le gustan las mujeres de ese tipo, etc. Todas bases diabólicas para armar un montón de conjeturas en mi mente que me dan amargura. Pero si se lo reprocho a él, en algún momento, con mis conclusiones y todo, resulta que el no entiende nada. Dice que si, que miro a esa mujer, pero no tantas veces como yo digo y que podía ser linda pero el no quiere nada con ella. Además me agrega que yo mezclo las cosas y que arrastro cosas de otros idas generando así una pelea mucho más grande. Lo primero, se me ocurre pensar que es un cretino y un mentiroso, otras veces, se me ocurre pensar que capaz que tiene razón, que estoy agrandando las cosas y siendo por ende injusta con él.

Me parece Padre, que como dice San Fco. de Asís, el diablo cuando puede asirte de un hilo, cambia ese hilo en tronco. Porque todo lo agranda.

Estas cosas nos hacen mal cuando las pensamos y también cuando las decimos. Pero en algunas de estas peleas Dios permite que se nos ilumine el entendimiento y entonces vemos que estamos generalizando y buscando patrones de comportamiento en nuestros esposos (en realidad son ellos los que nos hacen ver esto, porque mientras nosotras seguimos atando cabos, como si fuéramos investigadoras, ellos bajan la pelota al piso, y te hablan de cada hecho en particular).

Me parece que, como una vez tuve razón en algo referente a una infidelidad, ahora me creo siempre con razón en ese tema, y me comporto como jueza y señora. Me lanzo a juzgar sentimientos y creo que puedo "leer pensamientos" y hasta manejar comportamientos, es aberrante. Me parece que todo lo tuerce el diablo y como 1 vez Dios nos dio luz en este aspecto, ahora el diablo te tienta a llevar cosas chicas, sin importancia, por el mismo camino que cuando estuviste en lo cierto, entonces no hay quien te saque de tus cinco. Así hartas a tu marido, además sos soberbia con él, y todo se torna imbancable.

Santa Teresa de Ávila, me hizo ver esta tentación bien clarita, y (me doy cuenta ahora) que cuando se presenta de nuevo, solo tengo que tratar de ver si ese pensamiento viene de Dios.

Mira Padre, todo esto te debe parecer una pesadez, sucede que es difícil salir de la rosca. Anoche me imaginaba que toda esa bola de pensamientos salía como disparada de mi corazón y reventaba en el aire, desaparecía, le pido eso a Jesús, porque mientras esto exista, no hay nada de esa libertad preciosa que a veces vislumbro.

Me parece que el tema de la infidelidad pasó a ser obsesivo para mí, después que la confianza se rompió, y se abre entonces una brecha en la pareja: cada vez se agranda mas la distancia: -las mujeres convencidas de que no se nos da bolilla, buscamos en la belleza, el arreglo de la casa y la adquisición de pequeños lujos, la satisfacción nuestra, y - los hombres, buscarán ver deportes y cosas light en la tele, o conseguirán otras mujeres que no los molesten con control y reclamos.

Esta parte la estoy suponiendo porque sinceramente no entiendo qué piensan los hombres. Precisamente la brecha que se abre es esa, la incomprensión mutua, el mito de "quien entiende a las mujeres?" y de "los hombres son todos iguales".

Padre puedo estar exagerando, pero esto es lo que se me ocurre que puede pasar después de muchos años de un problema que se arrastra y reprocha.

Releyéndolo, sacaría cosas, (porque hago ver a las mujeres muy manipuladoras, pero es que no siempre somos conscientes de estas cretinadas que hacemos) así que mejor saca tú lo que te parezca.

Creo que soy un poco egoísta y no resisto la idea de que mi esposo se fije menos en mi por mirar a otras mujeres, o porque a mí ya me conoce. Yo quiero que se de cuenta si me arreglo, o que me diga que me quiere aunque no pase nada y no hayamos estado peleando. Si no parece que obligan a las mujeres a estar llamando la atención con histerismos, porque sino no nos dan bola.

Que andes muy bien, que Dios te bendiga.

Virginia

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Luciana Belén
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MensajePublicado: Mar Jul 01, 2008 7:58 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
Responder citando

. ELLA CONTROLABA TANTAS COSAS
Padre,

Mamá tiene hepatitis, y la internaron el jueves. Para que el hígado desinflame tiene que estar solo a suero y calmantes, nada por boca. El proceso le dijeron que llevada 10 días, empezando desde ayer. Sufrió muchísimo. Ayer y hoy está menos dolorida, pero quiere irse, ya, del sanatorio. Parece que hoy le hacen una endoscopía de nuevo, porque esta bastante desinflamada ya, por suerte.

Dios quiera que todo salga bien, y que esto signifique un cambio de vida para todos nosotros, porque Mama es una mujer que se exige mucho y a la que le exigimos mucho, sin querer, pero ahora nos damos cuenta.

Un día de estos, yo estaba muy asustada, le preguntaba a Dios por qué le hacía esto, y sentía una sensación fuerte de desamparo. Entonces, se me ocurrió, que capaz que estos días en el sanatorio eran una forma de cuidarla a ella de nosotros y de ella misma. Un parate, porque no te miento que su vida es una vorágine, y ella no quiere parar. No sabía que Mama tenia ese desasosiego. Pensé muchas cosas estos días, yo no me había dado cuenta que ella controlaba y mantenía andando tantas cosas, pero a su vez esta atada a esas cosas con una fuerza y una terquedad que la hacen sublevarse a estar en el sanatorio. Antes yo quería ser como ella, ahora no, la veo atada. A mi me asusta que pueda ser algo malo. Dice mi esposo que deje todo en las manos de Dios, y que tenga fe, que no sirve creer solo en las buenas, tiene mucha razón, tanta como el desasosiego que me ataca a mi de a ratos. Reza por nosotros, yo rezo por tus intenciones. Gracias y saludos.

Verónica

Querida Verónica:

Lo que me escribiste acerca de tu mamá y todo lo que ella se echa sobre sí, es de antología. Es un retrato perfecto de la bienintencionada usurpación de la divina providencia y del ingenuo ejercicio ilegal de la divinidad. La tentación a la que sucumbe la mujer buena es la de querer ser la divina providencia para los que ama.

Encomendemos a tu mamá. Lo que te dice tu esposo, no te lo dice él, te lo manda decir el Padre por boca suya. Porque no sé si es lo que él lograría hacer en una situación equivalente, porque su fe es debilucha. Dicho con todo respeto por tu esposo. Pero por ser tu esposo y por la gracia de estado que tiene, parece que hace de profeta para ti y te dice cosas que son realmente de Dios y exceden su capacidad como creyente. Pero eso a su vez, puede ayudarlo a crecer en fe, si se da cuenta cómo el Señor opera en él para tu bien espiritual.

Lo que te dice es cierto. La oración que conviene es llamar al Angel de la Guarda en tu ayuda, y ponerte delante del Padre, o pedirle Upa Papa, estoy asustada, pero confío en ti y sobre todo acepto todo lo que me mandes, dame la gracia de comprender y aceptar que lo que tú haces es lo mejor. "Ni un cabello cae sin su permiso".

Para tu enseñanza. Ejercitate en ponerte delante de Dios como creatura. Declarar que no sabés lo que es bueno o malo, y que él lo sabe mejor que tú. Y dejar que el Padre conduzca las cosas, y obedecer y aceptar. Eso salva el alma de los engaños del Malo.

Bendiciones.
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MensajePublicado: Mar Jul 01, 2008 8:01 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
Responder citando

BIBLIOGRAFIA
De obras consultadas

Enseñanzas del Magisterio
- JUAN PABLO II, (Card. Karol Wojtyla) Amor y Responsabilidad. Estudio de moral sexual., Prefacio de Henri de Lubac, Ed. Razón y Fe, Madrid 1978, 11ª ed.

- JUAN PABLO II, El amor humano en el plan divino. Catequesis en las Audiencias Generales 1979-1984, 1) Al Principio: 2) La purificación del Corazón; 3) La resurrección de la carne; 4) el sacramento del matrimonio; 5) Amor y Fecundidad. Ed. Fundación Gratis Date, Pamplona 1993. Han aparecido también publicadas por Ed. Palabra Madrid en los volúmenes: Varón y Mujer. Teología del Cuerpo, 1996; La redención del Corazón. Catequesis sobre la pureza cristiana; Matrimonio, Amor y Fecundidad. Catequesis sobre la redención del cuerpo y la sacramentalidad del matrimonio. 1998

- JUAN PABLO II, Familiaris Consortio. La misión de la familia cristiana en el mundo actual. Exhortación Apostólica del 22 noviembre 1981

- JUAN PABLO II, Mulieris dignitatem. La dignidad de la Mujer. Carta Encíclica en ocasión del año Mariano 15 agosto 1988

- JUAN PABLO II, Veritatis Splendor. El esplendor de la verdad. Carta Encíclica 6 agosto 1993

- JUAN PABLO II, Carta a las Familias. En el Año de la familia 2 de febrero 1994

- JUAN PABLO II, Carta a las Mujeres. 29 de junio 1995

- JUAN PABLO II, Evangelium Vitae. El evangelio de la vida. Carta Encíclica 25 marzo 1995

- CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Instrucción sobre el respeto de la Vida humana naciente y la dignidad de la procreación. Respuesta a algunas cuestiones de actualidad. Card. Josef Ratzinger, 22 febrero 1987

- PONTIFICIO CONSEJO PARA LA FAMILIA. Sexualidad humana: verdad y significado. Orientaciones educativas para la familia. Card. Alfonso López Trujillo, 8 diciembre 1995

- PONTIFICIO CONSEJO PARA LA FAMILIA, Preparación al sacramento del Matrimonio, Card. Alfonso López Trujillo, 13 mayo 1996

Varón y Mujer - Sexualidad
- ANATRELLA, Tony, El sexo olvidado, Ed. Sal Terra, Santander 1994

- CABODEVILA, José María; Hombre y mujer. Estudio sobre el matrimonio y el amor humano, Ed. BAC, Madrid 1968

- CAFARRA, Carlo, La sexualidad humana, Ed. Encuentro, Madrid 1987

- CASTILLA, Blanca, Persona Femenina, persona masculina. (Documentos del Instituto de Ciencias para la Familia 22) Ed. Rialp, Madrid 1996

- FUENTES, Miguel Ángel, Los hizo varón y mujer. Novios y Esposos ante el Matrimonio y la sexualidad. Ediciones del Verbo Encarnado, San Rafael 1998

- MARÍAS, Julián, Antropología Metafísica, Alianza Editorial, Madrid 1983

- ORDOQUI CASTILLA, Gustavo, La Sexualidad. Su valor y significado, Prólogo de Mons. Nicolás Cotugn,o Arzobispo de Montevideo. Librería Editorial Arquidiocesana, Montevideo 2004

- PITHOD, Abelardo, El alma y su cuerpo. Una síntesis psicológico-antropológica, Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires 1994

- RODRÍGUEZ, Luis, El mito de la media naranja. Sobre noviazgo y relación. Ed. Casa Ntra. Sra. De Fátima, Rosario 2003

- SCOLA, Angelo, Identidad y diferencia. La relación hombre-mujer, Ed. Encuentro, Madrid, 1989

La Mujer
- CROISSANT, Jo, La Mujer sacerdotal o el sacerdocio del Corazón, Ed. Lumen, Buenos Aires – México 2004

- GLINKA, Luis, La mujer en la iglesia primitiva, Ed. Lumen, Buenos Aires 2003

- MARÍAS, Julián, La Mujer en el Siglo XX, Alianza Editorial, Madrid 1997, 6ª ed.

- MARÍAS, Julián, La Mujer y su sombra, Alianza Editorial, Madrid 1998, 2ª ed

- NORWOOD, Robin, Las mujeres que aman demasiado, Javier Vergara Editor, 1999, 6ª ed.

- SEEBER DE MIHURA, Susana, Diario Personal 1933-1944; 1945-1952. Fragmentos editados por sus familiares, Buenos Aires 1992 y 1995

- STEIN, Edith. Santa, La mujer. Su papel según la naturaleza y la gracia. Ed. Palabra, Madrid 1999

- VILADRICH, Pedro-Juan, La palabra de la mujer. (Documentos del Instituto de Ciencias para la Familia 2Cool Ed. Rialp, Madrid 2000

El Varón
- ABERASTURY, A. y SALAS, E. "La Paternidad", Bs. Aires, Edit. Kargieman, 1978

- ANATRELLA, Tony, Il disfunzionamento del senso di paternità nella società attuale, La famiglia, n. 196, 1999, pp. 9-24

- ANATRELLA, Tony, (et al.), Il padre, Anthropotes, n. 2, 1996, pp. 219-369

- ANGELINI, Giuseppe, Dio padre e la società senza padri, Teologia, n. 4, 1998, pp. 367-378 - CORDES, Card. Paul Josef; El eclipse del padre, Ed. Palabra, Madrid 2003

- VAEZA, Rosario, ¿Paternidad en crisis? http://www.querencia.psico.edu.uy/revista_nro3/ rosario_vaeza.htm

Los Hijos
- ALCURI, Álvaro, El libro de quejas de los hijos de padres separados. Ed. Santillana - Aguilar, Montevideo 2001

- CAPONNETTO, Antonio, La misión educadora de la familia, Ed. Narnia, Mendoza 2000

- ISAACS, David, La Educación de las virtudes humanas, Ed. Eunsa, Pamplona 1988, 9ª ed.

Noviazgo
SÁENZ, Ramiro, Pbro., Noviazgo. Un camino para dos, Ed. Gladius – Narnia, Buenos Aires – Mendoza 2000.

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Luciana Belén
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MensajePublicado: Sab Oct 25, 2008 6:50 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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Very Happy Very Happy Very Happy Very Happy ya volverè...mientras.........aquì èste gran material.... Exclamation
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MensajePublicado: Lun Abr 20, 2009 3:31 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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Very Happy Very Happy Very Happy Very Happy Very Happy para los que todavía no lo leyeron....
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marcela manqui
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MensajePublicado: Vie Abr 24, 2009 2:53 am    Asunto:
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Very Happy Siempre sirve volver a releer algunos puntos importantes!!!!1
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Mi Padre en tu Corazón encuentro mi sintonía, mi sintonía.
Y quiero Consagrar ahora a mi Pueblo todo a María...todo a María.
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MensajePublicado: Mar Abr 28, 2009 10:09 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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Existe algún enlace en pdf de este libro.

Saludos

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Marcoesqui
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MensajePublicado: Vie May 01, 2009 4:43 am    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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Gracias Luciana !! Very Happy está buenisimo el librito, todavia estoy en la primera parte je je je. Pero de apoquito estamos avanzando Arrow !!
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MensajePublicado: Vie May 01, 2009 4:10 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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fdeleonm escribió:
Existe algún enlace en pdf de este libro.

Saludos


Encontré en WORD....en PDF todavía estoy buscando.... Idea
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MensajePublicado: Vie May 01, 2009 4:21 pm    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
Responder citando

Marcoesqui escribió:
Gracias Luciana !! Very Happy está buenisimo el librito, todavia estoy en la primera parte je je je. Pero de apoquito estamos avanzando Arrow !!


Bien! es que es para leerlo de a poquito...e ir pensando reflexionando sobre cada partecita.....por eso lo fui subiendo en partecitas pequeñas...también para no hastiar viendo un "texto larguisimo"

Un saludo!

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MensajePublicado: Dom May 03, 2009 2:21 am    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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fdeleonm escribió:
Existe algún enlace en pdf de este libro.

Saludos



En Archivo PDF Arrow

http://www.horaciobojorge.org/libros1.html

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fdeleonm
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Mensajes: 1031
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MensajePublicado: Dom May 03, 2009 2:32 am    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
Responder citando

Luciana Belén escribió:
fdeleonm escribió:
Existe algún enlace en pdf de este libro.

Saludos



En Archivo PDF Arrow

http://www.horaciobojorge.org/libros1.html


Vea pues Luciana usted si es bacana.

Gracias.
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Luciana Belén
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MensajePublicado: Dom May 03, 2009 3:31 am    Asunto:
Tema: LA CASA SOBRE ROCA
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De nada!

Me alegro que tan rápido ya lo hayas visto!!!


Ahora a leer!!! y espero te sea util el material.

Un saludo! Luciana.

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