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TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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Autor Mensaje
María Eugenia
Asiduo


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Mensajes: 158

MensajePublicado: Mar Ene 08, 2008 9:37 pm    Asunto: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

Padre y madre son, por naturaleza, los primeros e irrenunciables educadores de sus hijos… aunque en los momentos actuales a veces dé la impresión de que pretenden ignorarlo, con más o menos consciencia (es un primer indicio de que educamos «más bien mal»).

Con todo, esta especie de resistencia resulta comprensible. Y es que la misión paterno-materna de educar no es nada sencilla. Está llena de contrastes en apariencia irreconciliables, y hoy, si cabe, más agudizados.

Por tal motivo, antes de señalar algunas de esas dificultades, copio el diagnóstico de la (disminución de la) «capacidad educativa» de la familia media actual, realizado por Fernando Sebastián. Aunque las reflexiones establecen como punto de partida la enseñanza de la fe en el seno del hogar cristiano, pienso que constituyen una buena toma de contacto con el problema en su conjunto:

«El cambio no está únicamente en que los padres no eduquen cristianamente, sino que, en realidad, la familia, los padres, han perdido buena parte de su capacidad educadora en general.

En el estilo actual de vida, los padres no tienen tiempo para convivir tranquilamente con sus hijos. Los hijos están muy poco tiempo con sus padres. No hay apenas espacios tranquilos, ociosos, en los que puedan surgir temas de interés. El trabajo de la mujer fuera de casa se ha introducido rápidamente sin tener apenas en cuenta la función de la madre en la vida familiar, sin una suficiente atención a las exigencias de una adecuada educación de los hijos.

Tanto el padre como la madre tienen sus tareas específicas, además de las comunes, en ese delicado y decisivo proceso que es la educación y la maduración afectiva y personal de los hijos. Puede ser que no estén siendo suficientemente respetadas por el modelo de vida vigente en nuestra sociedad ni las del padre ni las de la madre.

Hay además un concepto equivocado de la educación, que favorece comportamientos equivocados. El objetivo de una buena educación no es que el hijo “esté contento”, que no le falte nada, sino que se desarrolle como persona en el conocimiento y en su comportamiento, en sus convicciones y sus actitudes, enriquecido con las virtudes cardinales y teologales.

[…] Para que una persona perciba la llamada de la fe y la acoja positivamente hace falta que tenga una actitud vital determinada: que esté abierto a los mensajes de la realidad y no esté encerrado en el mundo estrecho de sus gustos, de sus preferencias, que se sienta recibido en un mundo más amplio que él, que no se sienta el centro del mundo, que no esté cerrado sobre sí mismo, ni por egoísmo, ni por temor o resentimiento.

Para dar el paso de la fe hace falta sentir y vivir la realidad como un seno acogedor, amable, en el que nuestra vida tiene que ser posible, en donde podemos vivir seguros. Hace falta además vivir la propia vida como respuesta, con responsabilidad frente a la realidad, a nuestra realidad y la realidad de los demás, hace falta percibir y vivir la propia libertad como respuesta positiva a una realidad buena y acogedora, y hace falta que seamos sensibles al don del amor y a la interpelación del amor, “vivimos del amor de los demás, pero a este amor tenemos que responder lealmente con más amor”.

Estas actitudes de realismo, responsabilidad, generosidad son fruto de una buena educación. La renuncia a educar puede privar de estas disposiciones a un hijo desde sus primeros años.

Quien ha crecido encerrado en el gusto de las propias apetencias, sin sentir el valor de la vida como don y respuesta en el amor, será incapaz de entender lo que es “creer” en Dios, ni creer en nadie. Hace falta percibir las consecuencias de una vida dialogante, compartida, recibida. Cuando un niño sabe que vive del amor de los demás, y que el amor recibido merece y reclama una respuesta de amor, entenderá mejor las explicaciones y los testimonios acerca del buen Padre de Dios y de la necesidad de tenerle en cuenta en su vida.»

Y paso ahora a exponer algunos de…

Los contrastes

1. A lo largo de toda su existencia, los padres han de acoger a cada hijo —único e irrepetible, en virtud de su condición personal— tal como es, aun cuando en ocasiones no responda a sus expectativas… o incluso «les caiga mal».
(Tal «antipatía» —e incluso un inicial rechazo— no debería asustar a nadie, pues es perfectamente humana y compatible con el amor más puro, que reside en la voluntad y no es propiamente un sentimiento.

Y esto, tanto de manera habitual, que habrá que intentar vencer, como en momentos de particular enfado. En un estupendo escrito sobre educación, Nancy Samalin recuerda que bastante a menudo «… los padres normales se enfurecen con sus hijos normales. Es inevitable llegar a sentir una rabia intensa hacia los niños, con independencia del amor que sintamos hacia ellos.»)

2. Han de saber comprender, pero también exigir, sin ceder inoportunamente.

3. Respetar la libertad de los chicos y hacerla crecer… ¡siempre!, superando todo afán de posesión y sobreprotección; pero, a la vez, deben guiarles y corregirles.

4. Ayudarles en sus tareas, pero sin sustituirlos ni evitarles el esfuerzo formativo y la satisfacción que el realizarlas lleva consigo, y que robustece su autoconocimiento y su autoestima… ¡y su capacidad de desenvolverse en la vida, sin depender siempre de sus mayores!

5. Y otro sinfín de dificultades y de aparentes contradicciones que sería largo enumerar y que irán apareciendo a lo largo del escrito.

Una primera aproximación se encuentra en estos sensatos párrafos de Murphy-Witt, que no tienen desperdicio:

«En la actualidad, los niños ya no crecen espontáneamente. Han cambiado demasiadas cosas en nuestra sociedad. No hace mucho tiempo se decía: “Lo que llegue, bien recibido será”. Pero hoy en día prácticamente no quedan familias con una visión tan distendida. Abuelas que prefieren viajar por todo el mundo en lugar de ocuparse de sus nietos, pisos pequeños y condiciones adversas para los niños, falta de oferta para cuidarlos y una presión continua, tanto en términos de tiempo como de rendimiento, para combinar trabajo y familia: ¡los padres de hoy en día no lo tienen precisamente fácil!

No solo falta un apoyo útil, sino que también la vida diaria de las familias es cada vez más complicada: comida rápida y falta de ejercicio físico, culto a las marcas y consumismo, televisión publicitaria y videos violentos, Internet y juegos de ordenador, conductas agresivas en el parque y mobbing en el colegio, dificultades para leer y déficit de atención, trastornos alimentarios y éxtasis: el mundo de nuestros hijos es multiproblemático.

En este contexto nuestros retoños necesitan una buena línea directriz, instrucciones intensivas y pautas inamovibles para encontrar su camino. La responsabilidad que los padres tienen sobre sus hombros es grande. Se exige mucho de las madres y los padres, más bien un trabajo a tiempo completo que una ocupación temporal. Muchas parejas jóvenes opinan que se puede ir aprendiendo sobre la marcha, que se consigue de algún modo. Pero, por desgracia, las cosas se tuercen con demasiada frecuencia. Cada vez más familias se ven atrapadas en el estrés de la educación. Los problemas se convierten en dominantes y las disputas continuas envenenan el ambiente en el hogar. Año tras año aumenta la demanda de asesoramiento educativo. Y cada vez hay más familias que no pueden solucionar solas sus conflictos.»

Más escueto, pero también más esencial, es el panorama que ofrece Diego Macià:

«La tarea de educar supone esforzarse por comprender, respetar y enriquecer al “otro” y esto en una sociedad como la nuestra, siempre con prisas, dificultades de comunicación, horarios de trabajo incompatible con los hijos, etc., no siempre resulta fácil. De hecho, parte del precio que estamos pagando los seres humanos por el progreso de nuestra sociedad es dejar en segundo plano las relaciones amorosos entre padres e hijos, fundamentales para que estos alcancen una personalidad madura e independiente.»

Y que, como es lógico, concuerda casi a la letra con el de otros dos especialistas en psicología y educación (Fernández Millán y Buela-Casal):

«Si algo es importante en la educación de los hijos, es conocerlos y que ellos conozcan a sus padres. Desgraciadamente la sociedad en la que vivimos nos roba una gran parte del tiempo que deberíamos usar para hablar entre los miembros familiares; tiempo que empleamos en el trabajo, el desplazamiento, la televisión, etc. Se ha dejado de contar cuentos a los más pequeños o trasmitir las historias de nuestros antepasados (es sorprendente como muchos niños apenas conocen la vida de sus abuelos), las sobremesas son fugaces o individuales, llegamos muy cansados del trabajo o el hijo debe de hacer los deberes de clase…, hay miles de excusas para no sentarse y dialogar, empezando por escuchar.»

De ahí que los padres tengan que aprender por sí mismos a serlo… y desde muy pronto

Capacitarse

En ningún oficio la capacitación profesional comienza cuando el aspirante alcanza puestos de relieve y tiene entre sus manos encargos muy comprometidos o de alto riesgo. No ocurre así ni en la albañilería, la mecánica, las artes gráficas o el diseño; tampoco en medicina, arquitectura, ingeniería, informática, derecho, en la carrera militar o política, en la administración o en el seno de una empresa…

¿Por qué en el «oficio de padres» debería ser de otra forma? ¿Tal vez porque su responsabilidad es menor que la de quienes trabajan en una profesión convencional? Da la impresión de que no, sino más bien al contrario: en fin de cuentas, educar es poner los medios para que una persona llegue a ser feliz, y ¿existe algo de más trascendencia que «eso»?

¿Acaso, entonces, porque se trata más de un arte que de una ciencia? Aunque se pudiera estar de acuerdo en este último extremo, en ningún arte bastan la inspiración y la intuición; es menester también instruirse, formarse, ejercitarse… como confirman justamente los artistas que en apariencia trabajan sin apenas esfuerzo: cuanto más «natural» parece la obra maestra, más trabajo (en ocasiones, previo y sedimentado a modo de habilidades) ha llevado consigo.

Cuanto más «natural» parece la obra maestra, más trabajo suele encerrar en su seno

Llegar al fondo

Por otro lado, aprender el «oficio» de padre y educador no consiste en proveerse de un conjunto de recetas o soluciones ya dadas e inmediatamente aplicables a los problemas que van surgiendo. Ni tampoco de un racimo de técnicas infalibles.

Tales recetas y técnicas no existen. Hay, por el contrario, principios o fundamentos de la educación, que iluminan las distintas situaciones: los padres deben conocerlos muy a fondo, hasta hacerlos pensamiento de su pensamiento y vida de su vida —¡ser de su propio ser!—, para con ellos, y casi sin necesidad de deliberaciones, encarar la práctica diaria.

Y no se trata, tampoco, de una labor sencilla: comporta mucha atención a los hijos, mucha reflexión y cambio de impresiones de los esposos entre sí… y mucho sacrificio para saber prescindir del propio bienestar —incluso del necesario y no caprichoso— en pro del bien de los hijos.

Tal como explica Macià, «… educar en el sentido más amplio es, sin duda, una tarea compleja. Educar de forma responsable a los hijos requiere responsabilidad, respeto, conocimiento y ejemplo. Ser padres es una oportunidad maravillosa que nos proporciona la naturaleza, pero es también “un oficio”, “una profesión” que hay que aprender. Por tanto, requiere de un proceso de instrucción que supone reflexión, adquisición de conocimientos teóricos y puesta en práctica de los mismos. El oficio de ser padres se puede aprender y mejorar.»

Una mejora y aprendizaje que se resume en lograr que, de forma espontánea y habitual, impere la siguiente máxima:

El tú de la persona amada debe prevalecer siempre sobre el propio yo: ¡he aquí la regla de oro de toda labor educativa, de la vida entera… y de la auténtica felicidad!

Teniendo esto claro, y sin demasiadas pretensiones, ofreceré un memorando, el más accesible y concreto que se me ocurre, de los principales criterios y sugerencias sobre «el arte de las artes», como ha sido llamada la educación.

En la confluencia de tres amores

Si planteamos el asunto del modo más hondo y radical posible, las claves de la educación, y de todas las tareas que lleva consigo, se encierran en un solo término y misión —amar (amar ¡bien!)—… y en los dos corolarios que de ahí se siguen:

1. ¡Aprender a amar inteligentemente!, sin nunca, nunca, dar por supuesto que uno ya sabe hacerlo, en contra de lo que a menudo sucede («… el amor debe ir a la escuela», me gusta recordar con Benavente).

2. Y sin imaginar tampoco que va a lograrlo como por arte de magia, sin poner de su parte cuanto fuere necesario para querer cada vez mejor (lo cual supone, como vengo diciendo, esforzarse por ser mejor persona).

1. Amor a los hijos

El requisito ineludible

La primera cosa que los padres necesitan para educar es un verdadero y cabal amor a sus hijos: querer efectiva y eficazmente su bien, el de «cada uno de todos» ellos.

Según escribe G. Courtois en El arte de educar a los muchachos de hoy, la educación requiere, además de «un poco de ciencia y de experiencia, mucho sentido común y, sobre todo, mucho amor».
Algo similar sostienen Charles y Laura Robinson, animando a los padres a asumir su tarea educadora:

«Podéis hacer de ellos unos seres fundamentalmente felices; podéis darles el gran impulso inicial para la carrera de la vida. Ese impulso, en el ser humano tendrá que constar, en buena parte, de una gran dosis de amor.

Porque el amor es la suprema actividad humana y la que tiene más virtud para equilibrar y potenciar a los hombres.»

Con otras palabras, es preciso dominar algunos principios pedagógicos y obrar con sensatez, pero sin suponer que baste aplicar una bonita teoría para obtener seguros resultados. Todo ello sería insuficiente sin el elemento indispensable de un amor auténtico y cabal… y hondamente enraizado en lo más íntimo de nuestro ser.

[Esto se aplica tanto a los padres como a los educadores «de profesión»: maestros y profesores. Así lo muestran las siguientes palabras de Francisco Gómez Antón, Catedrático con muchos años de experiencia universitaria. Cuando le preguntaron por el «secreto» de su triunfo en las aulas, contestó: «Para dar una buena clase hay que hacer muchas cosas. La primera de ellas, querer mucho a los alumnos».]

Lo primero que los padres necesitan para educar es un verdadero amor a sus hijos

Amor clarividente…

¿Por qué? Entre otros muchos motivos, porque «cada niño —justo por su condición de persona— es una realidad absolutamente irrepetible», distinta de todas las demás.

Antes que nada, en contra de lo que implícitamente pensamos… o ni siquiera pensamos, pero guía a menudo nuestros comportamientos, estamos ante un niño: no ante una suerte de mini-adulto o de adulto virtual y en construcción, que necesita ser tratado «como si fuera mayor» para lograr la plenitud que le corresponde… ¡o para que no turbe la tranquilidad en que nos hemos instalado!

Parece absurdo decirlo y, sin embargo, resulta de capital importancia: un niño es… un niño. Y tiene el derecho y el deber de vivir como niño, justo para después dejar de serlo y transformarse en el varón o la mujer cumplidos, a través de ese amargo trago en que nos empeñamos que sea la adolescencia.

El niño piensa como niño, imagina como niño, percibe el tiempo y el espacio —también el propio cuerpo— como niño, se relaciona con el mundo, con sus semejantes ¡y con Dios! como niño, y un muy extenso etcétera.

Y respetuoso

Y los adultos, en lugar de agostar esa condición con nuestras pretensiones «de mayores», deberíamos dedicarnos a contemplarlo, para aprender de él —más a menudo de lo que suponemos— en qué consiste ser humanos (aunque también sin ingenuidades a lo Rousseau).

Lo sostiene, bella y agudamente, Bartolomé Menchén: el «… estudio del hombre en la etapa inicial de su vida […] nos indica —con sus capacidades y sus necesidades— el camino adecuado para su educación, o, mejor dicho, para su formación. Porque para poder acertar a guiarle, hay primero que dejarse guiar por él; es decir, observarle con atención para ayudarle a desarrollar sus capacidades y poder responder a sus necesidades.»

Y concreta después: «… todo lo que sé de importancia sobre los niños lo he aprendido de ellos; y podría decir, también, que observándolos y reflexionando he aprendido muchas cosas sobre mí. La relación con los hijos hace profundizar enormemente en el conocimiento de quiénes son ellos y quiénes somos nosotros.»

Ideas similares a las que resume, con plasticidad un tanto agresiva, Murphy-Witt:

«Los niños no son pequeños adultos. Esto es algo que los padres olvidan a veces, por desgracia. Sobre todo cuando su retoño es tranquilo, está adaptado y da pocos problemas, lo desbordan rápidamente con una ración demasiado grande de vida adulta: mundos relucientes de consumismo en lugar de un espacio para jugar, espacios de cemento en lugar de experiencias en la naturaleza, restaurantes ruidosos en lugar de comidas agradables en la mesa familiar. Conversaciones de adultos en lugar de amigos de la misma edad.

Todo ello exige demasiado de los pequeños. No pueden explotar su afán natural por moverse, no se pueden manchar, los visten con ropa de moda con la que no pueden andar dando saltos, tienen que estar sentados en un rincón callados. Cuando no hay otra posibilidad, los sientan delante del televisor o de un video. Así por lo menos dejan de molestar. De este modo, los padres tienen siempre a un niño limpio y pulcramente vestido que los sigue. Sin embargo, estas condiciones vitales no son en absoluto adecuadas para los niños. Después, que no se sorprendan mamá y papá cuando en algún momento su retoño salga de la jaula de oro y quiera ser un niño de una vez.»
Y concluye, con buen humor:

«Así pues, ¡se acabó la obligación de tener que jugar al miniadulto! Los niños se hacen mayores y se ven enfrentados a la cruda realidad.

Concedámosles tantos hermosos días y experiencias infantiles como sea posible. Dejemos que jueguen, correteen y también se ensucien en función de su edad. A arreglárselas en el mundo de los adultos tienen que aprender de todos modos bastante pronto.»

El niño piensa como niño, imagina como niño, percibe el tiempo y el espacio como niño, se relaciona con el mundo, con sus semejantes ¡y con Dios! como niño…


Que no siempre lo es


Mas, como veremos más tarde, es frecuente que los adultos, después de sofocar al niño que debería pervivir en nosotros —y precisamente por ello—, impidamos a nuestros hijos vivir su infancia como tal.

En este contexto pueden leerse las advertencias de Robinson:

«Todo ser humano tiene también su marcha, su velocidad de crucero. Como padres, tenéis que conocerla bien y luego tratar de lanzarles a esa velocidad, pero sin pretender forzar su marcha.
Forzar su marcha sería insensato. No conseguiríais otra cosa que estropear su maquinaria y dejarles expuestos a serias averías.»
Aunque más directa resulta, de nuevo, la exposición de Menchén:

«Os preguntaba por vuestra infancia —observa, en un diálogo imaginario—, porque la madurez humana consiste en ir pasando de una etapa a otra de la vida llevando con nosotros los mejores recuerdos; lo que es tanto como decir que no son imágenes de un pasado que se fue, sino momentos constituyentes de nuestra personalidad, de nuestro ser más profundo, y que están presentes en la actualidad. Si fuimos auténticamente niños nunca dejaremos de serlo.»

Y no solo por los recuerdos, me atrevería a añadir, sino por el conjunto de hábitos que únicamente en la infancia pueden forjarse.
De ahí que quepa proseguir: «… todos hemos sido niños, pero se puede decir de algunas personas que no han tenido infancia.»

Y explicar, con sugerente metáfora:

«La armonía afectiva y espiritual es el eco que va resonando en el interior del niño al compás de las acciones que va realizando; y esos ecos interiores tienen que ser ordenados, matizados, amplificados o moderados por los padres. Va surgiendo así una maravillosa melodía. De otra forma, serán sonidos inconexos o ruidos que se lleva el viento. La armonía afectiva y espiritual del niño necesita de unos maestros músicos, que son los padres. Si me permitís seguir con el símil de la música, os diría que al pentagrama en blanco de la vida del niño van llegando todo tipo de notas que, si no se integran en una melodía, se pierden en gran parte; y, así, cuando crecemos, desaparece la música de nuestra infancia.»

Para concluir: «Viendo el modo de hablar y actuar de muchas personas adultas, metidas en un mundo de ambiciones demasiado humanas, de ansias de poder y dinero, es difícil descubrir en ellas a los niños que fueron, quizá porque los adultos les ayudaron muy poco a serlo.»

Y si no le permitimos ser niño durante su infancia, es muy probable que el resto de su vida arrastre ese déficit, que, en ocasiones, le impedirá incluso ser un joven y un adulto cabal
Amor, por tanto, clarividente y respetuoso
Por otro lado, admitida, fomentada y consolidada su condición infantil, jamás se tratará de un caso más entre muchos. De ahí que ningún manual sea capaz de explicarnos ese presunto «caso» concreto.

Hay que aprender, pues, a modular los principios a tenor del temperamento, la edad y las circunstancias en que se encuentren los chicos, teniendo en cuenta que lo que en este preciso instante puede resultar oportuno e incluso imprescindible para uno de ellos, en otro momento y en otra situación ha de ser evitado a toda costa… para ese mismo hijo.

Pero solo el amor permite conocer a cada uno de nuestros hijos tal como es hoy y ahora y actuar en función de ese conocimiento: aun concediendo la parte de verdad que encierra el dicho de que «el amor es ciego», resulta mucho más profundo y real sostener que es agudo y perspicaz, clarividente; y que, tratándose de personas, solo un amor auténtico nos capacita para conocerlas con hondura y tratarlas en consecuencia.

Solo el amor permite «andarse con contemplaciones» —conocer a cada uno de nuestros hijos tal como es hoy y ahora— y actuar de acuerdo con ese conocimiento
Jugar las mejores bazas…

De hecho, será el amor el que enseñe a los padres a poner en práctica una de las claves más importantes de la educación. Lo que suele llamarse «educar en positivo», cuyo principio fundamental consiste quizá, una vez anclados con fuerza en la condición personal de cada uno de ellos, en:

1. Descubrir y, si es necesario, poner por escrito —con sus nombres propios, para que queden bien claras y para repasarlas y perfilarlas todavía más cuantas veces fuere conveniente—, las cualidades que sus hijos ya poseen y deben ser potenciadas.

2. Procurar no insistir monótona, reiterativa y exclusivamente:

2.1 En la corrección de sus defectos.

2.2. O en los que lleva anejos el papel o función en que —siguiendo una mala costumbre tremendamente extendida— lo hemos encasillado: tozudo, holgazán, manazas, payaso, desordenado, cachaza, intransigente, protestón, desaliñado…
(Defectos que, precisamente por serlo, resultan difíciles de vencer. Atender, por el contrario, a sus puntos fuertes, y solicitar en esos campos mejoras asequibles, permitirá a los chicos:

1. Ir obteniendo pequeñas victorias, con la alegría que a ellas va aparejada.

2. Aumentar de esta forma la propia estima y las ganas de luchar.

3. Ponerse, con el crecimiento conjunto de su persona, en condiciones de superar unos defectos que antes eran invencibles.)
De igual modo, el amor llevará a los padres a advertir el momento más adecuado para «estar» —de forma más o menos activa, o simplemente «estar»— y para «desaparecer», para hablar y para callar; el tiempo para jugar con los niños e interesarse por sus problemas sin someterlos a un interrogatorio y el de respetar su necesidad de estar a solas… con su propia intimidad; las ocasiones en que conviene «soltar un poco de cuerda» y «no darse por enterados», frente a aquellas otras en las que procede intervenir con decisión e incluso con resuelta viveza y una pizca de agresividad fingida…

Y, según decía, en todo este difícil arte los padres resultan irreemplazables: porque solo quien ama con locura —incondicional, incondicionada e incondicionablemente— es capaz de descubrir los tesoros inauditos de grandeza que cualquier persona encierra en lo más íntimo de su ser y prestarle el vigor y el apoyo imprescindibles para hacer que despunten, se desarrollen, maduren y alcancen su plenitud.
Un matrimonio muy agobiado por su trabajo profesional buscaba en una tienda de juguetes un regalo para su niño: pedían algo que lo divirtiera, lo mantuviese tranquilo y, sobre todo, le quitara la sensación de estar solo.

Una dependiente inteligente les explicó: «lo siento, pero no vendemos padres»

Pues nadie lo hará en nuestro lugar…


Como ya apunté, la experiencia muestra que normalmente insistimos más en los defectos de nuestros hijos que en sus atributos positivos.

Escribe Nancy Samalin: «Nosotros nos fijamos demasiado en las correcciones rojas del trabajo de Historia, en la palabra mal escrita, en el resultado equivocado del problema de Matemáticas o en los acentos que faltan. Tenemos la costumbre de fijarnos en lo "malo", en lugar de hacerlo en lo "bueno", de nuestros hijos, no solo en el ámbito escolar, sino también en otros aspectos de la vida. Si usted es capaz de romper este esquema […] y fijarse en lo positivo, su hijo mostrará una mayor motivación, cooperación y seguridad en sí mismo.»

Y algo semejante suelen hacer los demás: casi sin pretenderlo, advierten lo más negativo.

Una de las más tristes consecuencias de este modo de obrar es que los chicos pueden pasar muchos años ignorando no solo su grandeza constitutiva e inalienable —¡amigos potenciales de Dios!—, sino también aquellas cualidades en las que, con un mínimo de esfuerzo, podrían sobresalir y apoyarse para mejorar el conjunto de su persona.
Lo ilustran estas sensatas —y tal vez un tanto excesivas— reflexiones de Faber y Mazlish:

«Parece ser que elogiar un comportamiento cabal no brota espontáneamente. La mayoría de nosotros somos prontos en criticar y tardos en aplaudir. Como padres, tenemos la obligación de invertir ese orden. […]

El lector habrá constatado que el mundo exterior no es muy proclive a las alabanzas. ¿Cuándo fue la última vez que otro conductor le dijo: “Gracias por ocupar solamente una plaza de aparcamiento. Así cabrá también mi coche”? Nuestros esfuerzos de colaboración se dan por sentados. Si en cambio sufrimos un desliz, la condena será virulenta.

Seamos diferentes en nuestros hogares. Recordemos que además de proporcionarles alimento, refugio y vestido, tenemos otro deber con nuestros hijos, y es consolidar sus mejores “atributos”. El mundo entero les afeará los defectos, con vigor e insistencia. Nuestra función es darles a conocer su parte buena.»

Y resulta imprescindible

«El hombre —apunta de nuevo Robinson— es un ser que necesita absolutamente del aprecio de los demás. Esta sensación íntima de que uno es acogido y estimado es un artículo de primera necesidad para el ser humano; lo mismo que el aire, el agua, el alimento y el calor.»
Y precisa, certeramente:

«La aprobación debe estar más dirigida a aquellos que más necesitan de ella y en aquellos sectores que la necesitan. A un muchacho que suele traer malas notas, el saber apreciar las veces que las trae buenas, será acertar en una de las teclas más profundas de su espíritu, será, quizá, remover un desánimo persistente y profundo, abrirle una hermosa esperanza, afirmarle en la confianza en sí mismo.

El alabar con oportunidad la superación, siquiera sea momentánea, de un defecto, será más eficaz que reprimendas y muchos castigos.»
Insistir en sus defectos e ignorar sus cualidades puede llevar al niño a desconocer cuáles son las auténticas armas con las que cuenta para desarrollarse y triunfar en la vida

2. Amor mutuo

Amor entre los cónyuges

La primera cosa que el hijo necesita para ser educado es que sus padres se quieran entre sí (es decir, como esposos).

«Hacemos que no le falte de nada, estamos pendientes hasta de sus menores caprichos, y sin embargo…»

Expresiones como esta las oímos a menudo, proferidas por tantos padres que parecen volcarse sobre sus hijos —alimentos sanos, reconstituyentes y vitaminas, juegos más y más sofisticados, vestidos y demás prendas de marca, vacaciones junto al mar o en la nieve, diversiones sin tasa ni de tiempo ni de precio, resolución de problemas o de gestiones que deberían realizar los hijos, trasportes en coche cuando lo mejor es que tomaran el autobús, etc.—, pero se olvidan de la cosa más importante que precisan los críos: que los propios padres se amen y estén unidos… como esposos (repito con plena voluntariedad, pues solo luchando por mejorar su condición de esposos podrán llegar a ser buenos padres).

El cariño mutuo de los padres es el que ha hecho que los hijos vengan al mundo. Y el mismo afecto recíproco debe completar la tarea comenzada, ayudando al niño a alcanzar la plenitud y la felicidad a que se encuentra llamado.

El complemento natural de la procreación, la educación, ha de estar movido por las mismas causas que engendraron al hijo: el amor de los esposos


Sentirse protegidos y tener un punto de referencia


Hace ya bastantes siglos que se dijo que, al salir del útero materno, donde el líquido amniótico lo protegía y alimentaba, el niño reclama imperiosamente otro «útero» y otro «líquido», sin los que no podría crecer y desarrollarse; a saber, los que originan el padre y la madre al quererse de veras.

Además, cualquier chico o chica necesitan un modelo vivo al que imitar, aunque sea remotamente y de acuerdo con sus propias peculiaridades, para poder desplegar las riquezas de su propia personalidad.

Por eso, cada uno de los esposos ha de empeñarse en un combate constante de mejora personal, según antes apunté, al que los hijos puedan contemplar y referirse; y, como fruto de su amor recíproco, debe asimismo:

1. Mostrar con delicadeza, también para que los chicos lo adviertan, el cariño hacia su marido o su mujer (probablemente nada resulte más gratificante y educativo para un hijo que advertir cómo se quieren sus padres).

2. Y, además, y como consecuencia:

2.1. Engrandecer la imagen del otro ante los hijos.

2.2. Evitar cuanto pueda hacer disminuir el cariño de estos hacia su cónyuge.

Promover el amor de cada hijo hacia el otro cónyuge

Lo anterior puede concretarse, de momento, en los siguientes preceptos.

Desde que los críos son muy pequeños:

1. Además de manifestar prudente pero claramente el afecto que los une, con gestos y palabras («nunca agradeceré lo bastante a mis padres el que se besaran con cariño delante de mí», me comentaba el otro día una chica de unos 25 años).
2. Los padres han de prestar atención:

2.1. A no hacerse reproches mutuos ni comentarios irónicos delante de ellos
.
2.2. A no permitir uno lo que el otro prohíbe (la pregunta refleja, ante una consulta del hijo o la hija ha de ser: «¿qué te ha dicho papá o mamá?», aunque luego, si opinaran de manera distinta, deban hablar a solas para ponerse de acuerdo).

2.3. A evitar de plano ciertas aberrantes recomendaciones al niño, que le llevaría a desconfiar del otro cónyuge: «esto no se lo digas a papá o a mamá», etc.

Cualquier ruptura o disminución de la armonía entre los cónyuges, cualquier asomo de acritud, es inmediatamente advertido por los hijos, hace que les falte el aire que respiraban y provoca, junto a indecibles sufrimientos normalmente inconfesados, una detención o una contrahechura en su desarrollo personal.

Espléndida es la explicación de Menchén:

«El problema es que a los niños pequeños las desavenencias de los padres les generan inseguridad. No tienen capacidad de intervenir en una situación que les desconcierta y se encierran en sí mismos. Si las riñas son frecuentes, les costará abrirse a sus padres con sencillez porque aprecian una cierta amenaza que no saben identificar. La cuestión es aún peor si piensan que ellos son la causa de los problemas. El equilibrio del niño se empieza a romper. Por el contrario, cuando la relación de los padres es profundamente cordial, los hijos se manifiestan —cada uno según su carácter— con gran espontaneidad y alegría.»

Al salir del útero materno, donde el líquido amniótico lo protegía y alimentaba, el niño reclama otra protección y alimento sin los que no podría crecer y desarrollarse: los que originan el padre y la madre al quererse de veras

3. Enseñar a querer

Principio y meta


Como acabamos de ver:
1. El principio radical de la educación es que los padres se quieran entre sí y, como consecuencia de ese amor, que quieran de veras a sus hijos.

2. El fin o meta de esa educación es que los hijos, a su vez, vayan aprendiendo a querer, a amar… pues esa es la actividad más propia y que más perfecciona a cualquier persona y, como consecuencia, la que los hará feliz.

Lo expresan con hondura y fluidez Charles y Laura Robinson:

«Amar a los demás es lo más grande y lo más importante que puede hacer un ser humano en toda su vida. Fomentar y desarrollar en vuestros hijos la capacidad de amar es llevarles a la cumbre de su personalidad. Todas las demás capacidades y cualidades tendrán sentido si ese ser humano sabe amar. Si no es capaz de amar mucho a sus semejantes, las demás cualidades que posea se insertarán en su egoísmo y harán de él un inadaptado, un fracasado, quizá un tirano, un criminal, un monstruo.»

Curiosamente y en compendio, educar es amar, y amar es enseñar a amar: pues no es otro el destino del ser humano ni la clave de su felicidad.

Por consiguiente, educar equivale a enseñar a amar

Un ser-para-el-amor

Según afirma Philippe, «en el plano psicológico y espiritual la necesidad más profunda del hombre es el amor: amar y ser amado.»

A lo que añade C. Singer: «El amor es lo que queda cuando ya no queda nada más. En lo más hondo de nosotros, todos lo recordamos cuando —más allá de nuestros fracasos, de nuestras separaciones, de las palabras a las que sobrevivimos— desde la oscuridad de la noche se eleva, como un canto apenas audible, la seguridad de que, por encima de los desastres de nuestras biografías, más allá incluso de la alegría, de la pena, del nacimiento, de la muerte, existe un espacio que nadie amenaza, que nadie ha amenazado nunca y que no corre ningún peligro de ser destruido: un espacio intacto que es el del amor que ha creado nuestro ser» (es decir, el amor recíproco de nuestros padres).

Y, en cierto modo como resumen, y en la esfera de la gracia, explica Alfonso María de Ligorio: «¡Ojalá que todos entendieran esta verdad, que solo una cosa es necesaria! No es necesario allegar en la tierra muchos caudales, ni granjearse la estima de los demás, ni llevar vida regalada, ni escalar las dignidades, ni ganar reputación de sabio; una soca cosa es necesaria: amar a Dios y cumplir su voluntad. Para este único fin nos creó y conserva la vida, y solamente por este camino llegaremos un día a conquistar el paraíso.»

Todo el esfuerzo educativo de los padres ha de dirigirse, pues, en última instancia, a incrementar la capacidad de amar de cada hijo y a desterrar cuanto lo torne más egoísta, más cerrado y pendiente de sí, menos capaz de descubrir, querer, perseguir y realizar el bien de los otros.

Solo así contribuirán eficazmente a hacerlos felices, puesto que la dicha —como muestran desde los filósofos clásicos hasta los más certeros psiquiatras contemporáneos… y la experiencia sincera de cada uno de nosotros— no es sino el efecto no buscado de engrandecer la propia persona, de mejorar progresivamente: y esto solo se consigue amando más y mejor, dilatando las fronteras del propio corazón… con objeto de que, al término de nuestro paso por este mundo, «nos quepa más Dios en él» y seamos, consiguientemente, mucho más dichosos.

El empeño educativo de los padres ha de dirigirse a incrementar la capacidad de amar de cada hijo y a evitar cuanto lo torne más egoísta

Educar para la felicidad

Con otras palabras. Pese a cualquier apariencia en contrario, la felicidad es directa y exclusivamente proporcional a la capacidad de amar de cada persona, expresada en obras:

1. Quien ama mucho, es muy feliz.

2. Quien tiene un amor mediocre, nunca alcanzará una dicha completa.

3. Y quien no sabe o no quiere amar, por más que triunfe en los restantes aspectos de la existencia humana, será un auténtico desgraciado… aunque a veces pretenda encubrirlo o negarlo: ¡cuántos famosos acaban por reconocer que llevan una vida insufrible!

De ahí que San Juan de la Cruz pudiera sostener, con expresión que casi nunca se cita literalmente (yo tampoco lo hago ahora):

«En el atardecer de nuestra existencia, se nos examinará del amor»… ¡y de nada más!

El amor encarnado
En conclusión-conclusión: cualquier acción educativa tendrá validez en la exclusiva medida en que el motor de lo que se aconseja hacer o dejar de hacer, de lo que uno realiza u omite, sea:

1. Un amor auténtico e inteligente hacia la persona que se pretende formar.

2. O, con otras palabras, el bien real de esa persona.

2.1. Que siempre habrá de prevalecer sobre el nuestro.

2.2. Y que consiste, a su vez, en que el ser querido esté más pendiente del bien de los demás que del suyo propio… y no en un sinfín de concesiones que interpretamos como signo de amor, pero que no son sino trampas en las que caemos con más o menos conciencia y con más o menos dosis de egoísmo y comodidad.

Certeros y templados, también por caminar contracorriente, me parecen los siguientes juicios:

«Los padres que adoptan un igualitarismo exagerado, o una permisividad excesiva (“¡Ya es mayor para hacer lo que quiera!, ¡cada uno es libre de tomar sus propias decisiones!”), no proporcionan a sus hijos la clase de apoyo que necesitan.

Muchos padres adoptan esta actitud al no sentirse comprometidos ni implicados en la educación de sus hijos (padres despreocupados, negligentes o con pocos recursos educativos), otros a causa de nociones deformadas (¡y muy extendidas!) de cómo debe establecerse la relación padres-hijos. En familias de clase media se incrementa el riesgo de que los adolescentes presenten conductas socialmente desviadas, consuman drogas, etc., cuando los padres se declaraban partidarios de valores como la individualidad, la comprensión de sí mismo, la disposición a aceptar cualquier innovación, la necesidad del igualitarismo en la familia, pero que realmente utilizaban dichos valores para eludir sus obligaciones de la responsabilidad educativa que corresponde a los padres.»

El bien más radical de cualquier persona —lo que la perfecciona y hace feliz— consiste en que, olvidada de sí, se ocupe de procurar el bien a quienes la rodean


Tomás Melendo
Catedrático de Filosofía (Metafísica)
Director de los Estudios Universitarios en Ciencias para la Familia
Universidad de Málaga
Comentarios al autor: tmelendo@masterenfamilias.com
http://www.edufamilia.com


¿Qué hace diferente a cada persona?

La herencia genética, las circunstancias de la gestación y parto, los estímulos o educación recibidos, el número que se ocupa en la familia, las amistades, las enfermedades, la etapa de crecimiento en que se encuentra, el temperamento, el carácter. Todo ello se relaciona y logran hacer de cada uno, una persona diferente en aptitudes, gustos, intereses, aficiones, etc.

Por todo esto, necesitamos conocer a nuestros hijos a fondo, a través de una convivencia estrecha, a fin de que cada uno se sienta importante y querido de forma especial.

Es necesario dedicar un tiempo a solas con cada uno de ellos para lograr una comunicación profunda, conocer en cada momento qué piensan, cómo se sienten, cuáles son sus intereses y sus gustos, promover la verdadera amistad de los padres con los hijos, con una relación de confianza y sinceridad. Y cuanto antes sea, es mejor. Hoy estamos a tiempo, mañana puede ser muy tarde. Hay que saber abrir esas puertas oportunamente.

Cada hijo, por lo tanto, debe ser educado y tratado según sus características y necesidades. Para ello nos será útil conocer las siguientes circunstancias:

Educar en la Infancia


Las primeras etapas por las que va pasando tu hijo de Francisco de P. Cardona Lira
http://es.catholic.net/familiayvida/158/287/articulo.php?id=32904

En los primeros años de vida el niño no razona de Salvador Casadevall
http://es.catholic.net/familiayvida/158/287/articulo.php?id=32904

Educar en la Infancia Sección Catholic.net
http://es.catholic.net/familiayvida/158/287/

Educar en la Adolescencia

Adolescentes en acción de Emilio Avilés Cutillas
http://es.catholic.net/familiayvida/158/154/articulo.php?id=32796

Cuatro ideas para educar a adolescentes en la afectividad de Angel Mª Gutierrez
http://es.catholic.net/familiayvida/158/154/articulo.php?id=30743

Educar a los jóvenes en la fe, una tarea fundamental VIS
http://es.catholic.net/familiayvida/158/154/articulo.php?id=30255

Adolescencia, edad difícil de Gaston Courtois
http://es.catholic.net/familiayvida/158/154/articulo.php?id=25378

¡Auxilio...! Hay un adolescente en mi casa de German Sánchez Griese y Benjamín Manzano Gómez
http://es.catholic.net/familiayvida/158/154/articulo.php?id=2995

Educar en la Adolescencia Sección de Catholic.net
http://es.catholic.net/familiayvida/158/154/

Comentarios a los autores: crecerenfamilia@prodigy.net.mx
tmelendo@masterenfamilias.com

Tutores del Curso


Emilio Avilés Cutillas. emilioaviles@es.catholic.net

P. Emilio Acosta Díaz. acostadi@msn.com

Salvador Casadevall. salvadorcasadevall@yahoo.com.ar

Marcela Velázquez. velazquezvmarce@gmail.com

Participación en el foro ¿Porqué es necesario lograr una comunicación profunda con los hijos?
¿Qué haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y onocimiento con cada uno de mis hijos?

Es importante que al participar en el foro, leas los comentarios anteriores y participes enriqueciéndolos dando tu punto de vista, cuida el no ser repetitivo, el objetivo del foro no es "únicamente entregar la tarea" sino principalmente aprender de los comentarios
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Ysbel Irala de Cabrera
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Registrado: 04 Oct 2007
Mensajes: 17
Ubicación: Asunción - Paraguay

MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 1:42 pm    Asunto:
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

Embarassed Rolling Eyes Todos necesitamos ser escuchados y entendidos dentro de un grupo y en especial en el grupo familiar, pues en teoría es donde aprendemos TODO para sabernos manejar en la vida.
A mi me cuesta separarlos a mis niños para tener una buena comunicación, diferenciada con cada uno. Tendré que hacer un tiempo a solas a la noche para ponerme a ATENDER detenidamente en mi cuarto, para así comprender mejor los cambios que están experimentando, en esta época conflictiva de la adolescencia.
Pero yo no me hago tantos problemas porque sé que todo lo hacemos juntos, con nuestra limitaciones y aciertos. A veces me acobardo pero creo que también es normal. Lo único que me fortalece es que no dejamos de tener nuestro momento de oración diaria en donde pedimos por nuestras necesidades particulares y familiares.
Dios Padre y la Virgen nuestra Madre Auxiliadora siempre nos mantiene unidos y nos bendice aunque no nos demos cuenta.
Gracias a todos, por estar siempre ahí educándonos y alentándonos.
_________________
Soy paraguaya y le doy gracias a Dios y a Catholic net por la oportunidad que me dan de crecer en mi fe y en experiencias nuevas con otras personas que comparten estas inquietudes de aprendizaje. Que Dios y la Virgen los bendiga.
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FERNANDO GARCIA MUENTES
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Registrado: 03 Oct 2007
Mensajes: 82
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MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 1:48 pm    Asunto: LA COMUNICACIÓN NOS AUMENTA EL AMOR
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

Antes de emitir mi concepto quiero felicitar a los aportadores de este explendido tema asegurandoles que nos impacta y nos motiva a mejorar como padres nuestras relaciones de familia y en especial con nuestros hijos.
1.- ¿Porque es necesario lograr una comunicación profunda con los hijos?

Somos los padres los que guiamos la barca a buen puerto y como capitanes tenemos la responsabilidad ineludible de sembrar en el corazón de cada uno de nuestros hijos el signo visible del amor, la comprensión, el respeto y la capacidad de enseñarles a enfrentar las diferentes dificultades, problemas y celebrar unidos las alegrías, mediante la fe firme en Dios.
La comunicación permanente reafirma el amor mutuo ya que se le brinda la oportunidad a cada uno para escuchar y expresar sus criterios.
Los padres(mamá y papá) tenemos la responsabilidad de dar testimonio de ello, mediante el dialogo sincero, amoroso y ejemplar que va sembrando en el corazón de los hijos el respeto, la participación y la comprensión.
Mediante una comunicación profunda con nuestros hijos podemos conocer en ellos su dificultades y problemas para irlos corrigiendo, además, para reconocerles sus triunfos y sus logros. Con una comunicación permanente damos confianza y sembramos esperanza en ellos.

2.-¿Qué haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y conocimiento con cada uno de mis hijos?

Nuestra responsabilidad como padres es asignar más tiempo a ellos, a pesar de que ambos trabajamos, poder tener mayores momentos para compartir y celebrar nuestras tristezas y alegrías, conocernos más unos a otros y departir tiempos libres en familia.

http://salvatorianos.blogspot.com
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salvatorianos.blogspot.com
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Chelo Quireza
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Registrado: 11 Oct 2007
Mensajes: 10

MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 2:30 pm    Asunto: vivir en familia
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

Todo lo que aprendes cuando los hijos son pequeños se te desmorona con un adolescente y este tema es lo mejor que he leído. Un día me dieron un consejo, quiere a tus hijos porque para no quererlos están todos los demás, en realidad es más fácil encontrar quien no te quiera de verdad a quien si te quiera y el regalo más grande que podemos darles a los hijos es el quererlos.
"Quiereme cuando menos lo merezco pues seguramente es cuando más lo necesito"

Yo pienso observar durante dos semanas cuidadosamente a cada uno de mis hijos y tomar nota de sus mejores cualidades, para enfocarme en ellas unicamente durante un mes y ver los resultados.

Muchisimas gracias y felicidades por este tema
_________________
Que Dios te bendiga

Chelo Quireza
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itomacias
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Registrado: 29 Sep 2006
Mensajes: 48

MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 3:31 pm    Asunto:
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

¿Porqué es necesario lograr una comunicación profunda con los hijos?

Para conocerlos cada dia mejor y saber de sus anelos de sus miedos y aficiones, para que mediante la confianza nunca se pierda el vinculo de amor y comunicacion entre los padres y los hijos



¿Qué haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y conocimiento con cada uno de mis hijos?

Me comprometere en tener un poco mas de tiempo para cada una de mis hijas, en concreto empezare por una media hora para cada una de ellas , en donde me pueda platicar de lo que hizo ese dia
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Ana Patricia Caballero
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Registrado: 03 Oct 2007
Mensajes: 12

MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 4:58 pm    Asunto:
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

Hola a todos! los mejores deseos para este año que inicia, que el Señor derrame sus bendiciones sobre ustedes y sus familias....

Considero de suma importancia la comunicación con cada uno de nuestros hijos pues es el único medio que nos permite conocerlos profundamente, sólo de esta manera podremos comprender la razón de sus conductas, y tendremos la posibilidad para orientarlos, corregirlos o motivarlos según sea la situación que se presente.

A través de la comunicación también podemos expresarles nuestro amor y preocupación por hacer de ellos personas de bien, y fortalecer los valores y la fe en Dios.

Lo que haré en específico para fomentar la comunicación profunda con mis hijos es: dedicaré un día a cada uno de ellos, el día que ellos elijan para poder compartir sus gustos, alegías y preocupaciones, procuraré hacer de ese día una experiencia inolvidable, y así fortalecer nuestra relación.

Gracias...Patty
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Maryangeles
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Registrado: 02 Oct 2007
Mensajes: 19

MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 5:03 pm    Asunto: Tema VI. 1a. parte Vida en familia
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

Hola!!!!

¿Porqué es necesario lograr una comunicación profunda con los hijos? Considero que es necesario vivir en comunicacion profunda con los hijos para poder concerlos y así apoyarlos, impulsar sus cualidades y de esa forma fortalecer la unidad y el amor en nuestra famila.

¿Qué haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y conocimiento con cada uno de mis hijos? No tengo la fortuna de ser madre, me estoy enriqueciendo con los hermosos temas que nos ofrecen y las experiencias de todos ustedes, aprendi la importancia que tiene dedicarle el tiempo a los hijos con calidad para poder lograr esa comunicacion.

cordiales saludos!!!!
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maria mayorga
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Registrado: 01 Oct 2007
Mensajes: 46

MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 5:58 pm    Asunto:
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

La primer dificultad con que tropezará el amor hacia los hijos, sinduda será el amor entre los esposos.

Tal vez alguien recuerde que un famoso miembro de los Beattles murió a manos de un fan, dias despues de decir que eran más famosos que Dios, y aquella frase de que "al Titanic no lo unde ni el mismo Dios".

Me parece que primero debemos buscar el alimentar y crecer nuestra fe, para que Dios permanezca y fructifique en nuestras vidas y en las de quienes amamos.

El amor hacia los hijos es algo natural, no se forza, y va creciendo concada palabra, cada sonrisa, cada travesura...

Comunicarnos con ellos no es necesariamente sentarte a hablar horas con ellos, para mi, creo es ir identificando y trasmitiendo el amor filial en cada acto. El preparar la lonchera, su postre preferido, recibirlo con cariño al salir de la escuela, alegrarte de sus logros nos darán esa comunicación que nos lleva a conocernos e identificarnos cada vez.

Es cierto que cada hijo es diferente, como dicen por ahí "ni nos dedos de las manos son iguales", pero creo que es un poco más dificil encontrar como equilibrar la comunicación cuando los hijos se llevan muchos años entre sí.

Estos días jugare mas con mis hijos, y disfrutaré mientras sean niños de sus travesuras y sus risas, poco a poco la adolescencia se acerca y espero conocer sus gustos y sus aspiraciones para motivarlos y amarlos más.
_________________
"el amor aunque sea dulce, siempre tiende a agriarse; pero, si lo mezclas con sabiduría y madurez, va a ser un amor para toda la vida"
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PATY19
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Registrado: 12 Nov 2007
Mensajes: 18

MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 6:40 pm    Asunto:
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

Considero que es de suma importancia la comunicación con nuestros, hijos, ya que por medio de ella podemos conocer lo mejor posible a cda uno de ellos, cuando hay una buena comunicación entre padres e hijos los hijos tienen la confianza suficiente a sus padres para poder acercarse a ellos y así platicarles sus sentimientos, angustias, dudas, alegrías etc.
Por medio de una buena comunicación se les puede orientar a los hijos,corregirlos si es el caso o motivarlos para que sigan adelante, siempre con valores bien arraigados.
Mi marido y yo les dedicamos un momento en especial a cada uno de nuestros hijos y saben que es su tiempo con mamá o con papá y en ese momento platicamos o jugamos o leemos, en fin pero sabe cada uno de ellos que cuenta con nosotros.
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María Silvia
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Registrado: 30 Sep 2007
Mensajes: 13
Ubicación: Argentina

MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 7:28 pm    Asunto:
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

Considero que la buena comunicación en la familia puede evitar muchos males como el sentimineto de soledad, la baja autoestima, las drogas y el alcohol.
Con mi marido siempre hemos buscado estar disponibles para escuchar a nuestros hijos.
Hemos dedicado tiempo para escucharlos, comprenderlos y aconsejarlos. Muchas veces hemos dormido poco por quedarnos hablando con ellos, ya que a medida que crecen hay que estar dispuestos a escucharlos cuando ellos se acercan a hablar.
Disfrutamos mucho del diálogo con ellos. Tratamos de seguirlos conociendo y de acompañarlos en su proceso de crecimiento. Hemos aprendido a saber esperar el momento para aconsejarlos buscando que estén dispuestos a hacerlo.
En esta misma línea seguimos hoy. Por lo pronto la semana próxima emprenderemos diez días de vacaciones junto a nuestros hijos de 18, 20 y 22 años. Parece increíble pero todos hemos puesto de nuestra parte para conciliar un lugar y poder descansar en familia. Tenemos muchas expectativas para esos días que esperamos saber aprovechar para seguir afianzando la comunicación entre todos.
Todo esto ha sido un trabajo de años que fuimos aprendiendo mientras buscábamos formarnos como padres. Hemos hecho cursos y leído muchos libros sobre educación familiar, buscando formarnos para poder hacerlo mejor. Los hijos merecen todos nuestros esfuerzos.
Gracias a todos por los comentarios que siempre nos enriquecen.
Saludos y buen 2008.
_________________
María Silvia
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ankasica
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Registrado: 26 Nov 2007
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MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 8:22 pm    Asunto: Comunicacion en familia
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

Para todos los seres humanos la comunicación es la herramienta basica y fundamental para expresar pensamientos y sentimientos Very Happy , por esta misma razon dentro de la familia es de suma importancia que los padres tengan una comunicacion constante con los hijos y viceversa, ya que el momento de la comunicacion es la antesala para cultivar confianza, respeto, sinceridad entre padres e hijos, donde se afianzan los lazos de padres e hijos y estos puedan verse como amigos, de esta manera se educa, se comparte y se contribuye a la solidez de los lazos familiares. Aunque para que exista esta comunicacion, es necesario que se conserve un clima familiar agradable lleno de confianza, mucha comprension y sobre todo de respeto y amor.
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lilianaservin
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Registrado: 26 Feb 2007
Mensajes: 24

MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 8:27 pm    Asunto: TEMA VI Primera Parte. Vida en familia
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

¡¡¡FELIZ 2008!!! Aprovechando el inicio de año y el tema de hoy, vida en familia, sólo quiero, antes de contestar mi participación, reiterar lo que el Papa Benedicto XVI nos recuerda en su mensaje de inicio de año que la familia humana es y debe ser una comunidad de paz, justo lo que decían los autores –atinadamente- en el tema de esta semana, la primera forma de comunión entre las personas es la que el AMOR suscita entre un hombre y una mujer decididos a unirse establemente para construir juntos una nueva familia, por ende, la vida de una familia tiene que estar fundamentada ante todo en el AMOR que se va a ir dando, primero entre los esposos y después con los hijos y demás miembros de la misma.

¿Por qué es necesario lograr una comunicación profunda con los hijos?Porque simplemente si no se da esa comunicación profunda no se puede educar auténticamente basados en el amor y en el respeto a la personalidad de cada uno, no se puede conocer realmente quién es cada hijo, no puede haber un entendimiento verdadero con él. Esto se refiere no sólo a saber cómo le fue en la escuela, qué programas de televisión le gustan más, etc., sino a conocer en el fondo quién es mi hijo, qué desea, cuáles son sus cualidades para perfeccionarlas y sus defectos para corregirlos, qué función tiene como miembro de la familia, es decir, conocerlo profundamente a partir de una comunicación de igual forma.

¿Qué haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y conocimiento con cada uno de mis hijos?Todavía no tengo hijos, sin embargo creo que puedo hacer el ejercicio con mi esposo, asignar un tiempo de verdadera y profunda comunicación, pienso que esto me puede servir para hacerlo posteriormente con mis hijos, asignando ese tiempo especial para cada uno durante el día, en una actividad, en un tiempo particular con cada uno como ir al cine o hacer alguna actividad con él.
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victoria eugenia silva
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MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 8:51 pm    Asunto:
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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Very Happy Saludos de año nuevo queridos amigos!! Que bueno estar nuevamente con todos en este año!!
Sobre la pregunta porque es importante lograr una comunicación profunda con nuestros hijos me parece que sencillamente la comunicación es la base de toda buena relación y especialmente tratándose de seres tan especiales y valiosos para nosotros como son nuestros hijos pues es absolutamente esencial que entendamos este concepto. Como bien lo dice el material, para ser buenos padres es indispensable sentir amor, vivirlo y al mismo tiempo manifestarlo por medio del dialogo sincero y edecativo con nuestros hijos. Sin comunicación es dificil que sepamos quienes son nuestros hijos y por supuesto como lo he dicho anteriormente es un ejercicio que debe iniciar desde los primeros años de la vida, pues no se logra de un momento a otro. En mi experiencia personal ha sido fundamental comunicarme con mis dos hijos de 20 y 16 años. Comunicación profunda basada en el respeto, el amor, en la disciplina, pues se requiere de esta para nunca olvidar lo importante que es el tiempo que dedicamos a escucharlos y a ayudarlos. Aunque nos parezca dificil o tal vez imposible, no hay nada que pueda servir mas que hablar con ellos, crecen seguros, en amor y listos para transmitir esto a los demás. En cuanto al segundo punto debo decir que cada día hay que autoevaluarse pues por nuestra naturaleza humana cometemos errores. En definitiva me comprometo a seguir mejorando como Madre, para ellos, a dedicarles mi tiempo, a entender que cada uno de ellos es un mundo diferente , con necesidades diferentes, en fin a hacer todo lo que esté a mi alcance para que cuando tengan ellos que enfrentar la vida, por sus propios medios, tengan las suficientes herramientas morales para poder hacerlo.
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vickina
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victoria eugenia silva
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Registrado: 12 Oct 2007
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Ubicación: colombia

MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 8:52 pm    Asunto:
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

Very Happy Saludos de año nuevo queridos amigos!! Que bueno estar nuevamente con todos en este año!!
Sobre la pregunta porque es importante lograr una comunicación profunda con nuestros hijos me parece que sencillamente la comunicación es la base de toda buena relación y especialmente tratándose de seres tan especiales y valiosos para nosotros como son nuestros hijos pues es absolutamente esencial que entendamos este concepto. Como bien lo dice el material, para ser buenos padres es indispensable sentir amor, vivirlo y al mismo tiempo manifestarlo por medio del dialogo sincero y edecativo con nuestros hijos. Sin comunicación es dificil que sepamos quienes son nuestros hijos y por supuesto como lo he dicho anteriormente es un ejercicio que debe iniciar desde los primeros años de la vida, pues no se logra de un momento a otro. En mi experiencia personal ha sido fundamental comunicarme con mis dos hijos de 20 y 16 años. Comunicación profunda basada en el respeto, el amor, en la disciplina, pues se requiere de esta para nunca olvidar lo importante que es el tiempo que dedicamos a escucharlos y a ayudarlos. Aunque nos parezca dificil o tal vez imposible, no hay nada que pueda servir mas que hablar con ellos, crecen seguros, en amor y listos para transmitir esto a los demás. En cuanto al segundo punto debo decir que cada día hay que autoevaluarse pues por nuestra naturaleza humana cometemos errores. En definitiva me comprometo a seguir mejorando como Madre, para ellos, a dedicarles mi tiempo, a entender que cada uno de ellos es un mundo diferente , con necesidades diferentes, en fin a hacer todo lo que esté a mi alcance para que cuando tengan ellos que enfrentar la vida, por sus propios medios, tengan las suficientes herramientas morales para poder hacerlo.
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MIGUEL ANGEL ELENES M.
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Registrado: 02 Oct 2007
Mensajes: 36

MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 9:46 pm    Asunto: respuesta
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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¿Por qué es necesario lograr una comunicación profunda con los hijos?
Creo que el dialogo abierto y profundo con otra persona nos ayuda a conocernos y a que se incremente la confianza, de igual forma debe ser con los hijos, el tener ese encuentro cercano lleno de calor, efecto, confianza, paciencia y empatia colabora en el crecimiento integral de la persona y de la relación familiar.

¿Qué haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y conocimiento con cada uno de mis hijos?
Se me hace bien difícil en este momento describir una estrategia ya fija ya que todavía no estoy casado estoy en planes e hijos tampoco. Lo que si se es que deseo tener una familia bonita y echarle todas las ganas del mundo para crecer como persona y ese crecimiento me lleve a ser buen esposo y buen padre.
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Ana Dolores González
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Registrado: 12 Nov 2007
Mensajes: 17
Ubicación: México

MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 1:05 am    Asunto: Vida en Familia, la importancia de la comunicación c/hijos.
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

El lograr una comunicación con los hijos requiere una cercanía diaria, un estrecha relación con ellos, y saber que cada uno es único e irrepetible. Saber mirar a los ojos, acompañarlos en sus desvelos, en sus alegrías, interesarse en lo que para ellos es imporante en ese momento de sus vidas, de sus circunstancias, tener empatía pero a la vez como papás, mano dura para formar sus voluntades.

Comunicarnos es amarlos para hacer de ellos personas de bien, a quienes se les exige de acuerdo a sus capacidades, a cada uno de los hijos de manera porpia.

Solo así ellos encontrarán en nosotros unos padres coherentes, cercanos, confiables.
_________________
Ana D.
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anacecy
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Registrado: 01 Oct 2007
Mensajes: 37
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MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 1:41 am    Asunto: Tema VI. 1a Parte. Vida en familia‏
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

¿Porqué es necesario lograr una comunicación profunda con los hijos?
Es necesario dedicarles tiempo y atención solo a ellos, a los hijos, para conocerles más, que conozcan más de sus papás, saber sus inquietudes, anhelos, cualidades, intereses y saber como ayudarles a desarrollarse, como motivarles y a la vez exigerles sean mejores, pero también para estrechar el lazo de unión entre padres e hijos que brinda confianza, cercanía, esperanza. Sin olvidar la importancia y necesidad de cada uno de sentirse amado y escuchado. De que son lo más valioso para nosotros.

¿Qué haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y conocimiento con cada uno de mis hijos?

En concreto es planear un horario, siempre se puede organizar tiempo para convivir y estar con los hijos, respetar los momentos importantes que nos ayuden a conocernos más como los momentos en la hora de comer, las salidas el domingo en juntos a misa y algun lugar especial, que juntos respetemos estas actividades que peleamos por estar juntos a pesar de nuestras actividades laborales o academicas.

Saludos para todos.
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Cecy Cansino
cecy_cansino@hotmail.com
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Amandita
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MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 2:03 am    Asunto: Educando a los Hijos
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Responder citando

Coincido con los que piensan que educar a un hijo es totalmente distinto de educar a otro hermanito.... es cierto que son irrepetibles !!

En ese sentido he tenido la experiencia de percatarme de que con cada uno hay una linea de comunicacion distinta.... por alguna razon, me percato del momento en que estan receptivos cada quien para escuchar "un mensaje" o "una lección" El asunto es que no sera en el momento que quieres o en el momento que tienes disponible sino que sera en el momento en que el niño esta receptivo y esto obviamente dilata o afecta la efectividad de la labor educativa.

A nivel de comunicacion algo que noto que funciona muy bien es que cuando estas a punto de corregir o sancionar a un niño, es efectivo que te asegures que te mira a la cara, o a los ojos, y que primero le digas que su papa y su mama lo quieren muchisimo , que es muy importante para su papa y para su mama, y que precisamente porque lo queremos mucho, tenemos que corregirlo. Que a veces a uno no le gusta cuando lo corrigen pero si uno esta seguro de que sus papas quieren lo mejor para uno, un hijo debe confiar en sus padres y aceptar que lo corrijan.

Slds,
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Un Abrazo,
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MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 2:16 am    Asunto: Comentarios...
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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Porque es necesario lograr una comunicacion profunda con los hijos?
Es necesario para conocer a cada uno de ellos, recuerdo que mi madre decia que: "los hijos son como los dedos de la mano, todos diferentes". Cuanta razón tenía, ahora como padre de familia me doy cuenta que todos los hijos son diferentes y especiales. Al entablar una comunicación con cada uno de ellos se llega a conocer de una manera más profunda lo que encierra cada uno dentro de sí, sus pensamientos, sus conflictos , sus cuestionamientos, etc...

Que haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y conocimiento con cada uno de mis hijos?
Me comprometo a dejar de lado las situaciones que puedan postergarse o cancelarse de manera que pueda dedicarles el tiempo necesario para hablar y conocer más a los hijos. Es un paso importante que inicié hace poco pero que reconozco, se necesita dedicarle más tiempo.
_________________
El que respeta al Señor aprendrerá a actuar rectamente e iluminará a otros con sus enseñanzas.
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Jesús Velasco
Asiduo


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Mensajes: 137

MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 2:32 am    Asunto: Re: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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María Eugenia escribió:
Participación en el foro [/b]¿Porqué es necesario lograr una comunicación profunda con los hijos?
¿Qué haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y onocimiento con cada uno de mis hijos?
Estimados: Autor: Tomás Melendo
P. Cipriano Sánchez, L.C.
Participantes en Catholic.net
Saludos en Xto
1.- Básicamente es para conocerl@s y que nos conozcan en cada etapa de sus vidas. re...-co...-nocerl@s... es nuestro compromiso y responsabilidad perenne y así permitirles su crecimiento y avance físico y espiritual. La comunicación no es de un solo sentido como en la vía del tren, es en muchos sentidos y siempre debe evitarse el antagonismo y el ruido en este canal afectivo que aisla y opaca la verdad del Amor. En mi caso yo me desarrollé con un Padre Ausente y Mi Madre no percibió la inmadurez de mis distintas etapas de crecimiento y solo la experiencia de mi Abuela Materna me rescataba ejemplificando las virtudes de mi Padre y en el tiempo me ayudó a re-...co-...nocerle y amarle tambien, pese a no obtener de éste, ayudas económicas o materiales...¡Como la Ven!...

2.- Buscar el encuentro matrimonial directo familiar cotidiano (intercambiar roles en el tiempo consolida al matrimonio...y a la familia) y llenarlo de significantes físicos y espirituales, apoyando la genealogía de la familia, nuestra tradición catolica, ejemplificar con amor verdadero el conocimiento de todos los miembros y entorno de grandes amistades ...En nuestros 34 años de Esposos ...ahí la llevamos, decirlo no basta hay que co-responder no conozco otro método.
Nota co=dos

_________________
Desde la colina de Santa Fe en la Ciudad de México D. F.,
Pueblo Hospital fundado por D. Vasco de Quiroga *Tata Vasco* hace más de 450 años...
Por Dios y por la Patria
Coatl
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Consuelo Silva Rueda
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Registrado: 02 Oct 2007
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MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 2:38 am    Asunto: Tema VI
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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¿Por qué es necesario lograr una comunicación profunda con los hijos?

Para poder alcanzar a conocerlos de manera profunda y tener los elementos para entender sus gustos, forma de pensar, estados de humor y demás factores y variables de la personalidad de cada uno de ellos.

Esto es importante que sea una labor continua ya que según van creciendo todos estos comportamientos van cambiando.

Esto debemos de utilizarlo para tratar de influir de manera positiva en ellos pero sin tratar de generar cambios bruscos o radicales en un corto periodo de tiempo, si no a lo largo de toda la niñez y adolescencia, por eso es que digo que es una labor continua, a lo largo de toda una vida y los resultados se verán en el largo plazo.

Es importante respetar su personalidad y forma de pensar y si hay algo mal hay inducir los cambios de manera gradual y como un guía y no a manera de impositiva para no generar resistencia, siempre hay que preguntarles como se sienten y que es lo que piensan.

Por todo esto es muy importante que además del tiempo que se pase en familia, se le dedique tiempo a solas y de calidad a cada uno de ellos, es importante que todo el tiempo se sientan escuchados y comprendidos aun y cuando no estemos de acuerdo con algo, también es importante que ellos sepan nuestra opinión y sentir, lo difícil pero muy importante es expresarnos ante ellos de acuerdo a su edad.


¿Qué haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y conocimiento con cada uno de mis hijos?

Esta parte me parece que es muy difícil y por lo mismo es primordial. Ya que se corre el riesgo de que los otros hijos lleguen a creer que alguno de sus hermanos es el favorito, pero no por eso debemos descuidar este aspecto.

Deberemos buscar un tiempo con cada uno de ellos, ya sea antes de ir a la escuela (p. ej. si van a distintas escuelas), primero dejamos a uno(s) y buscamos comunicarnos con el ultimo que llevamos y hacer una rotación para poder tener tiempo con cada uno.

También se puede intentar en la noche estar un tiempo con cada uno en su habitación antes de dormir, pedirle a uno que te acompañe al supermercado.

Aunque estas opciones parecen muy complicadas por el ritmo de vida que nos impone el mundo moderno hay que esforzarse.

Yo en mi caso observo sus rutinas diarias, aunque hacen muchas actividades juntos, siempre tienen actividades que hacen independientemente, como un programa de tv o el uso de la computadora, la atención a las mascotas, etc.

En estos tiempos de “videogames”, Internet y HDTV, donde pareciera que los niños se aíslan, es donde resulta mas fácil acercarse a ellos, relajarse, ponerse a su nivel y entablar una relación individual.

Con estos momentos de privacidad ya detectados, es mas fácil acercarse a ellos para procurar un tiempo de calidad con cada uno de ellos, también es mas fácil para mi ya que de esa manera no me ponen atención y disminuyen el riesgo de celos entre ellos.
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Flor del Valle Rincon
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Mensajes: 20
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MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 5:03 am    Asunto: Re: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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¿Porqué es necesario lograr una comunicación profunda con los hijos?
Para crear un lazo mas intenso, donde el hijo encuentre la libertad de expresar a sus padres sus sentimientos, su forma de pensar, etc. y de esta manera fomentar la confianza con los mismos. Tambièn al existir esta unión, confianza, los padres nos podemos dar cuenta cuando algo le sucede a nuestros hijos y podremos actuar a tiempo.

¿Qué haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y conocimiento con cada uno de mis hijos? al pasar el tiempo, gracias a Dios, me esta contando más sus cosas, sin casi yo preguntarselas, bueno, me he dado cuenta, que a veces me cuenta lo que le conviene (cuando se refiere sobretodo en actividades del salon de clases), o a veces pienso yo, que me cuenta como lo mas importante para el, lo que le ha llamado la atención, etc. Sin embargo, a veces peco de imprudente y lo acoso con preguntas como te fue?, que hiciste?, por ej. y me he dado cuenta que cuando no hago esto, el me cuenta. Otra cosa que yo practico es contarle lo que yo he realizado hasta el momento de irlo a buscar al colegio, le pido opinion, le hago comentarios. Aunque pues tambien, tenemos nuestras diferencias que trato de aclararlas. Lo que si debo corregir con suma urgencia, es la parte de criticarle sus aspectos negativos, procurarè en adelante, resaltarle con màs frecuencias sus aspectos positivos.
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Rocio Mariana
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MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 5:07 am    Asunto:
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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Buenas noches a todos, no puedo empezar sin agradecer a todos los responsables del curso por este magnífico tema.
Creo que lograr una profunda comunicación con los hijos es sumamente necesario, ya que solo mediante esta podremos saber las necesidades no solo físicas sino emocionales (más importantes) de nuestros hijos; el mantener una comunicación abierta con ellos propiciará un ambiente de confianza en el cual los chicos se expresarán sin temor a no ser entendidos, mediante la comunicación podemos hacernos amigos de nuestros hijos y llegar más profundamente a ellos.
A mí me es dificil encontrar un tiempo para cada uno de nuestros hijos, pero lo estoy intentando, lo que haré para asignar un tiempo a cada uno ya no será salir a solas con cada uno (esto lo haré de vez en cuando: ir a comer helados, cine, almuerzo por que no me es tan fácil, no puedo dejar tanto tiempo a los otros, son cuatro) lo que voy a hacer es dedicarles un tiempo a cada uno en el que podamos conversar solos, o realizar una actividad que ellos quieran o pasear por el parque cerca de la casa, esto podrá ser más seguido y ellos sabrán que es su tiempo. Muchas gracias a todos por las ideas que me dan con sus respuestas, que Dios los bendiga y que tengan un maravilloso año lleno de amor.


Rocio Mariana
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Esme
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Registrado: 28 Sep 2007
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MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 5:23 am    Asunto: Respuesta a Tema
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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Hola!!!

MUY FELIZ AÑO 2008 que Dios les de Salud, Amor y mucha Paz...

¿Porqué es necesario lograr una comunicación profunda con los hijos?
Porque es importante que nos tengan confianza, conocerlos, saber cuales son sus fuerzas y debilidades, tener la certeza de que los estamos criando en un ambiente estable y que se sienten bien en su familia esto como se logra?? a traves de la comunicacion profunda y verdadera y finalmente porque en tiempos de dificultad, de angustia, de falta de salud y todas las cosas que se nos presentan en la vida si no tenemos una familia en la que podamos apoyar nuestro hombro y descansar de manera directa despues de Dios entonces quien??? Para eso se conformo la familia para eso nos la da Dios y por eso es importante preservarla y fortalecerla.

¿Qué haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y conocimiento con cada uno de mis hijos?

Dejar lo que nos distrae de manera constante y nulificar las interferencias que se nos presentan en la vida diaria y que hacen que la comunicacion con nuestros hijos no se de o no sea efectiva... dialogar, dedicarnos a conocer mas de los intereses de nuestros hijos que es lo que les gusta, con que sueñan, que les molesta, si hay algo que los perturbe, que los inquiete, ganarnos un lugar en su corazon, que sepan que ahi estamos para apoyarlos sin juzgarlos sin prejuicios. Trabajar en el proyecto mas importante que nos encomendo Dios y que debe ser nuestra prioridad, nuestros hijos.

Saludos a todos y que Dios los bendiga
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LUIS AVILES OLACHEA
Esporádico


Registrado: 10 Mar 2006
Mensajes: 32
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MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 6:22 am    Asunto: Tema VI. la Parte. Vida en Familia
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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Es necesario lograr una muy buena comunicacion profunda y de verdadera calidad con los hijos ya que es importante saber cuales son sus anhelos, necesidades, inquietudes etc, saber que piensan y no solo ellos sino ademas sus compañeros de clase o sus amigos para poder normar nuestros criterios y poder darles un buena educacion y que esta tambien sea de calidad. Actualmente los papas, ambos, trabajan y lo unico que hacen es recoger a sus hijos y llevarlos a casa. Cuando llegan o ya van dormidos o ellos, los papas, muy cansados, y la atencion prestada a sus hijos es mediocre, falta de calidad. Ademas hoy el mundo ofrece tantas alternativas unas tal ves buenas, otras negativas. Hoy se vive de acuerdo al consumismo imperante en el mundo. Son bombardeados con tantas ideologias aberrantes que elejos de formar a los nilos o jovenes los confunden mas.
Los padre de hoy y de siempre necesitan formarse adecuadamente para poder ser verdaderos padres y enseñar con el ejemplo amandose mutuamente. De esa manera los niños aprenderan lo que es el amor.
Se tiene que tener un tiempo de comunicacion con los niños y jovenes pero que esta sea de calidad.
Los padres tenemos que hacer un espacio importante en nuestras actividades para dedicarles el tiempo suficiente a los hijos, para conocerlos mejor. Cada hijos es diferente, por lo tanto se tiene que planear su atencion, su comunicacion adecuada a cada uno de ellos.
Si los niños nos ven que tenemos buena comunicacion entre esposos, que nos amamos, que nos importa todo lo que nos rodea y ademas que ellos nos importan, entoces se podra lograr la comunicacion y el conocimiento de cada uno de ellos y sera mas facil poder educarlos en el amor, por sobre todo el amor. El amor a Dios, el amor a nosotros mismos, el amor a nuestros semejantes, el amor a la vida, a la naturaleza, etc.. Sin el amor no somos nada y no hacemos nada.
_________________
Con Cristo todo lo soy, Sin El no soy nada. Todo lo puedo en aquel que me fortalece
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Alicia Podestá
Asiduo


Registrado: 13 Oct 2006
Mensajes: 131

MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 1:04 pm    Asunto: VI Vida en familia,
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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La comunicación con los hijos es fundamental, para
Conocerlos.
Estar cerca de ellos.
Conocer sus necesidades.
Aumentar la unión afectiva.
Conocerlos como personas.

Si existe comunicación, existe amor y esperanza. Esto ayuda a que la familia se enriquezca y pueda cumplir los objetivos necesarios, para poder crecer en el amor de sus miembros.

En los seres humanos, la comunicación es un acto propio de su actividad psíquica, derivado del lenguaje y del pensamiento, así como del desarrollo y manejo de las capacidades psicosociales de relación con el otro. A grandes rasgos, permite al individuo conocer más de sí mismo, de los demás y del medio exterior mediante el intercambio de mensajes principalmente lingüísticos que le permiten influir y ser influidos por las personas que lo rodean

La comunicación se puede clasificar de diversas maneras,

Comunicación humana, se da entre seres humanos. Se puede clasificar también en comunicación verbal y no verbal:

Comunicación verbal, es aquella en la que se usa alguna lengua, que tiene estructura sintáctica y gramatical completa:
Comunicación directa oral: Cuando el lenguaje se expresa mediante una lengua natural oral.
Comunicación escrita: Cuando el lenguaje se expresa de manera escrita.
Comunicación no verbal: Es aquella que no se da directamente a través de la voz.
Comunicación directa gestual: Cuando el lenguaje se expresa mediante una lengua natural signada.

Comunicación: Acción y efecto de comunicarse / Proceso de interacción social basado en la transmisión de mensajes de información de un ente a otro que expresa a través del nexo, relación o diálogo que se establece entre las personas.
_________________
Me gustaria opinar y asesorar.
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FERNANDO GARCIA MUENTES
Esporádico


Registrado: 03 Oct 2007
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Ubicación: CARTAGENA- COLOMBIA

MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 2:55 pm    Asunto: LA COMUNICACIÓN DA APERTURA
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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¿Porqué es necesario lograr una comunicación profunda con los hijos?
La necesidad de conocer más de cerca el desarrollo de nuestros hijos y la forma como van evolucionando en la vida es papel importante en los padres. De allí, la importancia que tenemos de realizar en forma profunda un dialogo permanente con nuestros hijos, permitiendoles demostrar ante todo que los queremos mucho y que deseamos lo mejor para ellos, dandoles confianza para expresar sin temores sus alegrías, logros y dificultades.
¿Qué haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y conocimiento con cada uno de mis hijos?
Dedicar el tiempo suficiente para la comunicación es el ideal que nos hemos planteado, a pesar de nuestra ardua labor, allí, podremos demostrarle cuanto los queremos y deseamos que construyan un futuro esperanzador, formandose y educandose en valores eticos y morales.
Conocer a cada uno y saber entenderlos de manera individual, sabiendo de ante mano que cada uno es un mundo diferente,pero que los queremos y amamos por igual.

http://salvatorianos.blogspot.com
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Segundo Francisco Avila R
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Registrado: 03 Sep 2007
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MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 4:46 pm    Asunto: LA COMUNICACION ENTRE LOS HIJOS Y PADRES
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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como famlia reparadora, agradecemos a Dios por darnos la oportunidad de reparar los daños que siempre se comete entre los hijos y la pareja en famila.
1.- ¿ porque es necesario lograr una comunicacion profunda con los hijos?
porque somos los resposables de guiar a nuestros hijos como debe ser en la forma de actitudes,conocimientos concretos,razonamientos que siempre se conservo en virtudes y amores entre si, con la comprension de que nosotros tambien fuimos niños es por ello que el amor que sentimos por nosotrso mismos sera el amor que setimos por nuestrs hijos, la comunicacion es super inportante para poder guiar a los hijos es como guiar un automovil en una pista que existe un laberinto si no sabemos guiarlo nos chocaremos con el mal sentido.
2.- ¡ que hare en concreto para asignar un tiempo de comunicacion y conocimiento con cada uno de mis hijos?
lo que todo matrimonio debe tener en cuenta es participar con nuestrso hijos en las alegris , tristezas y conocernos mas a profundo mas y mas cada dia de nuestras vidas como buenos cristianos ante los ojos de Dios
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Chachi
Esporádico


Registrado: 03 Oct 2007
Mensajes: 91
Ubicación: México

MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 5:12 pm    Asunto: Respuesta Vida en Familia I
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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Gracias por tan importante tema.... Me abrió los ojos. Yo trataba a mi niño de diez años como un miniadulto, me propongo cambiar positivamente para sacar todo su potencial. Gracias.

¿Por qué es necesario lograr una comunicación profunda con los hijos?
Si los hijos son el más importante negocio de nuestras vidas (como lo dice un artículo del tema) es necesario conocerlos bien, y eso se logra sólo con la comunicación; al tener comunicación habrá confianza y al haber confianza el amor, -que de por sí hay entre la familia- se fortalecerá y crecerá positivamente.


¿Qué haré en concreto para asignar un tiempo de comunicación y conocimiento con cada uno de mis hijos?
Para empezar pondré mucho cuidado en ya no criticar tanto sus defectos y en cambio, alabar más sus cualidades; por supuesto, dejaré de tratar a mis hijos (sobre todo al de 10 años) como miniadultos y disfrutaré más de ellos tal como son: niños, niños, niños que se ensucian, que derraman el agua sobre la mesa, que hacen travesuras, que ríen, lloran, brincan, cantan, gritan, se emocionan.... algo puedo aprender de ellos.
También -como dice Chelo Quiroza en su respuesta- observaré durante dos semanas a mis niños para conocer todas y cada una de sus cualidades y potenciarlas día a día.
Con mis dos hijos platico casi todos los días, ahora pondré más atención a lo que me dicen, lo que les interesa y jugaré más con ellos.
Para Amandita: Muy buen tip para corregir a los niños, con todo nuestro amor y cariño, ellos comprenden que es por su bien, y que no por hacer travesuras o portarse mal los vamos a dejar de querer.


Dios los bendiga a todos.
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maria mayorga
Esporádico


Registrado: 01 Oct 2007
Mensajes: 46

MensajePublicado: Jue Ene 10, 2008 5:54 pm    Asunto:
Tema: TEMA VI. PRIMERA PARTE. VIDA EN FAMILIA
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Es cierto, todos los hijos somos diferentes y no hace falta sabiduría para afirmarlo.
Cada uno tenemos nuestras virtudes, y si, mis hijos son muy diferentes, lo que no he logrado identificar es que tanto afecta la vida que cada uno por el momento en que nacieron.

Yo, haré una lista de las cualidades que miro en ellos, y así poder ayudar en su crecimiento. Nunca la he hecho, ni siquiera de mi misma. Talvez he cometido el error de ver lo malo.
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"el amor aunque sea dulce, siempre tiende a agriarse; pero, si lo mezclas con sabiduría y madurez, va a ser un amor para toda la vida"
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