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Dar y dar para gozar por dentro al ver gozar al otro...

 
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Autor Mensaje
Orpam Saretnoc Laverz
Veterano


Registrado: 10 Oct 2005
Mensajes: 2474

MensajePublicado: Mie Ene 23, 2008 11:40 am    Asunto: Dar y dar para gozar por dentro al ver gozar al otro...
Tema: Dar y dar para gozar por dentro al ver gozar al otro...
Responder citando

Amigos foreros María del Carmen, María de Lourdes, Martha, Miquel, Mónica, Pau, Sonia, Walter y todos vosotros que estáis ahí ahora mismo.
Una amiga desde México me envía un mensaje que, leyéndolo no puedo guardarlo para decirlo sólo de palabra, amigos míos, por eso aquí os lo presento:

"Para los que acostumbran guardar cosas...... Este mensaje nos pone a pensar... y no solamente se debe compartir lo que nos sobra....

En una ocasión, antes de dar inicio a mi sección diaria "Semillas para
el espíritu", del programa "Muy buenos días", me dijo Jota Mario, el
presentador: "Papá Jaime, hay una niña discapacitada que vive con
su tía en un tugurio, en condiciones infrahumanas, y necesita una
silla de ruedas".

Ese día conté el caso de esta niña y hablé de la importancia del
servicio amoroso y de dar sin esperar retribución. Recuerdo haber
dicho enfáticamente que aquellas cosas inutilizadas tras seis meses
ya no son propias y, por lo tanto, deben darse a alguien que las
necesite.

Expliqué con claridad que los cuartos de san Alejo donde se guardan
cobijas, herramientas, cuadros, bicicletas, coches de niños, juguetes,
etcétera, no deberían existir.

Al final de mi sección llamaron alrededor de 100 personas, 99 de las
cuales dijeron que también necesitaban silla de ruedas, y sólo una
señora ofreció una silla que podían pasar a recoger. Le dije que sería
una buena idea que ella fuera con la silla al estudio de televisión para
que juntos se la entregáramos a la niña, que vivía en el barrio Simón
Bolívar.

La señora me respondió que confiaba en mí, que no había problema
en que recogieran la silla, y yo le comenté que no era cuestión de
confianza sino de sentir la satisfacción de entregarla
personalmente: "Yo quiero que usted me acompañe y experimente
el placer tan grande que es dar y la felicidad que se siente al servir.
Usted no tiene ni la menor idea de lo rico que es experimentarlo" .

Le expliqué entonces que una cosa es conocer a fondo una manzana,
su textura, su color y su forma, y otra meterle un buen mordisco y
experimentar su sabor.

Después de esto ella accedió y nos fuimos al cerro del Ahorcado, en
Ciudad Bolívar, al que algunas veces la gente sube para colgarse de
un árbol debido a la desesperación. El alcantarillado iba por fuera y
rodaba por un canal enclavado en la pendiente. Al sentir el frío y la
podredumbre del ambiente la señora quiso devolverse, pero
finalmente llegamos al cuarto oscuro y denso donde se encontraba
aquella criatura de doce años.

Según nos contaron, los senos incipientes de la niña estaban
totalmente estropeados por los callos y las llagas, pues llevaba gran
parte de su vida arrastrándose por el piso como una culebra.

Al levantarla de la cama sentí un olor peor que el de las alcantarillas.

Entonces la sentamos en la silla de ruedas y fuimos a dar una vuelta.
En cuanto la niña salió a la luz del sol y vio la montaña empezó a dar
unas risotadas exageradas. Por un momento creí que era retrasada
mental, pero lo que sucedía realmente era que nunca había salido a
dar un paseo y en pleno año 2004 no había visto un bus.

Continuamos nuestro paseo hasta llegar a una esquina donde nos
dijeron que preparaban un asado muy rico y decidimos probar.
Mientras comíamos, la señora lloraba y lloraba. Le pregunté
entonces por qué lloraba tanto y me respondió: "Papá Jaime, usted
no tiene la menor idea del motivo por el que estoy llorando". Le dije
que, en efecto, ella debía sentirse feliz al hacer tan buena obra por
aquella niña.

Y entonces me miró y me dijo con la voz entrecortada: "Lloro Papá
Jaime, porque tuve esta silla de ruedas en el garaje de mi casa por
más de ocho años. Lloro de pensar que esta niña se arrastró como
una culebra durante todos estos años, mientras esa silla se oxidaba
y dañaba por falta de uso. Ella nunca pudo dar un paseo como el que
está dando ahora, lloro por las oportunidades que tuve para ayudar
a otros y por no haber hecho nada".

Así pues, el dolor se produce cuando no actuamos. Espero que este
mensaje sea de tu agrado y lo puedas poner en práctica en tu vida".

Amigos del alma, no sólo ha sido de mi agrado ¿y del vuestro? sino que me hace pensar en todo lo que tengo y no uso o podría desprenderme de veras y dárselo a quien, quizás, no tiene nada.

Orpam Saretnoc Laverz
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