La verdadera fe salvadora

[sergio]

"y sabemos que los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan al bien, esto es,a los que conforme a su propósito son llamados." (Romanos 8:2.

Cosas muy terribles nos pueden pasar. A los ojos del mundo e incluso de los cristianos. Cada año que empieza, cada día que comienza, estará lleno de sorpresas, algunas gratas, y otras no tanto. Y nosotros parece ser, que otra cosa no podemos hacer, que quejarnos, y murmurar en contra de las cosas que nos ocurren. Si a nuestro juicio, nos va bien, le damos las gracias a Dios, pero si algo nos sale mal, decimos: "OH, y por qué me ha ocurrido esto a mí?!" Pero, ?a quién estamos culpando? a la suerte o a Dios.
La promesa del texto de hoy es realmente alentadora. Aquellos que aman a Dios, aquellos que son hijos suyos, todas las cosas que les ocurran les ayudarán para el bien. Incluso los hechos aparentemente malos, a los verdaderamente cristianos, les ayudarán al bien.
Dios dice:"Mis caminos no son vuestros caminos, y mis pensamientos no son vuestros pensamientos." Dios tiene un propósito bueno, santo y justo, con todo lo que acontece a la vida de sus HIJOS. Y quién son los hijos de Dios? Aquellos que reconocen a Jesús como su Señor y Salvador. Sólo Jesús tiene poder para perdonar tus pecados y salvarte. Ah!! Dirá alguno, "es que yo no soy pecador", Oh, bien sabes que lo eres. Si alguno dice que no tiene pecado hace a Dios mentiroso, y con su comportamiento le está diciendo a Dios que Jesús vino a este mundo a morir en la cruz de balde, que Jesús hizo eso para nada.

Pablo dice: "Palabra fiel y digna de ser recibida por todos, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuáles yo soy el primero."

Aprópiate de esta salvación ahora.

En nuestro texto hay una promesa alentedora, para todos los hijos de Dios. Todo lo que le ocurre al cristiano, sea bueno o malo aparentemente, Dios lo usará para su bien, para el bien de su alma. ?Y no quisieras que esta promesa fuese hecha a ti?

Dios nos humille, y nos dé fe en su HIJO, no sea que se enoje, y perezcamos en el camino...

Sergio Gil Nebro.

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sergio gil nebro